❀𝕷𝖚𝖙𝖙𝖊𝖔❀
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Nᴀʀʀᴀ Lᴜɴᴀ

Llevaba tiempo buscando a Matteo, pero no lo encuentro. Lo busque por cada rincón del Jam & Roller, pero no lo encontraba por ningún lado. Necesitaba hablar con él, quería aclarar todo lo que había pasado en el receso.

Flashback

Me encontraba con Matteo en una de las bancas del patio, faltaban solo 5 minutos para que iniciarán clases, comúnmente jugábamos los últimos minutos o sólo pasábamos el tiempo juntos sin hablar, sólo teniendo la compañía el uno al otro.

—Bien, te toca— dije topando mis oídos.

El juego que jugábamos, consistía en taparnos los oídos, leer los labios del otro y tratar de adivinar lo que dice.

—¿Perro?— dije quitando mis manos de mis oídos.

—Así es chica delivery— dijo sonriendo—Ahora sigo yo— tapó sus oídos.

—Churro— articule con mis labios.

—¿Churro?.

—SII—dije emocionada, vaya, éramos buenos en esto.—Sigo yo.

—Te quiero— dijo claramente.

—¿Velero?— sabía que había dicho te quiero, pero necesitaba estar segura.

-Si, vaya que eres buena en este juego— dijo algo nervioso y triste, confirmandome que si había dicho te quiero.

—Genial— dije, antes de poder decirle algo sonó la campana, indicándonos que el receso había terminado— Tenemos que volver a clases, nos vemos— mencioné alejándome de el junto con mis libros ya que los había llevado para que el me ayudara a terminar un trabajo.

Antes de cruzar la puerta para ir a los salones, gire para ver si Matteo seguía ahí, y así era, él aún no se movía de donde ambos estábamos; revise que ya no hubiera nadie en esta área, me arme de valor y le grite.

—Yo también te quiero.

El volteo de inmediato y me vio con una sonrisa.

—Sabía que me habías entendido— yo solo me sonroje y entre lo más rápido que pude a mi salón.

Fin del flashback

Después de clase ya no lo vi, era raro, el siempre me esperaba y nos íbamos juntos a la mansión, pero al parecer el tenía cosas que hacer.

En fin, seguido de eso, al llegar a la mansión me cambié rápido y comí solo una manzana, necesitaba hablar con Matteo.

Y aquí estoy, buscándolo desde hace 15 minutos; me rendí y me dirigí hacia la cafetería, ahí estaban Ámbar y Simón en una mesa hablando, ¿de que?, no lo sé.

—Luna, que bueno que llegas, necesitamos tu ayuda— mencionó Ámbar.

Me dijo algo Ámbar pero no entendí bien que, solo necesitaba ver a Matteo.

—Tierra llamando a Luna— dijo Simón, asustandome.

—Luna, ¿estas bien?— preguntó Ámbar.

—Si, eso creo— les dije tratando de darles una sonrisa, pero en vez de eso me salió una mueca.

—Luego hablaremos de eso, ¿de acuerdo? —mencionó Ámbar a lo que yo asentí.

Ella y yo nos volvimos muy unidas desde que la ayude a salir con Simón; cada noche hacemos pijamada y contamos nuestro día.

—Bien, ¿para que me hablaban?— dije cambiando el tema.

—Es que necesito que alguien lleve esto al parque— dijo mostrándome una caja blanca.

—¿Pará qué?— pregunte confundida.

—Una persona me pidió esto y se supone que tenía que ir a dárselo, pero no puedo, necesito entregar unos trabajos para antes de las 5:00. Simón no puede porque esta en horario de trabajo y me preguntaba si tu ¿podrías llevarlo por mi?—

—De acuerdo, pero en la noche, yo elegiré la película— le dije.

—Si, esta bien— dijo entregándome la caja— deberás ir al parque, esa persona ya sabe que es la caja blanca, se acercara a ti—.

—Ok, ¿en que parque es?.

—Es el que está a unas 3 cuadras de aquí.

—Oh, ya se cual es, bueno me voy— dije despidiendo me y saliendo del Jam & Roller.

La verdad necesitaba salir, necesitaba despejarme de todo y todos, y que mejor ayudándole a mi prima, ¿cierto?. ¿A quién engaño?, no puedo con esto, necesito hablar con Matteo, esto me está matando, siento que si no lo hablo con él moriré.

Al llegar al parque, tome asiento en una banca blanca a esperar a esa persona. Después de un rato me percate que estaba en la banca, esta banca en la cual pasaron muchas cosas con Matteo, sonreí al recordar todos esos recuerdos. Y no se si es casualidad o es el destino, pero apareció Matteo a unos metros de mi con un ramo de rosas.

—Hola chica delivery— dijo saludando me, yo me puse de pie y le sonreí. —Toma, esto es para ti— dijo entregándome las flores.

Puse la caja blanca a un lado y las tomé, eran hermosas.

—Gracias, pero ¿que te trae por aquí?.

—Bueno, verás, quería hacer esto de manera especial—dijo dejándome confundida, ¿de que hablaba? —hace tiempo empecé a sentir cosas por una chica y no sabía cómo decírselo hasta que se me ocurrió decirle que la quería, para saber si ella me correspondería y al parecer así fue— me sonroje, ya sabia a donde va esto.

Sineto que estaba soñando, pero no era así, el estaba aquí, realmente estaba aquí.

—Luna Valente, ¿me dejarías ser tu novio?.

—Por su puesto que si chico fresa— le conteste feliz, había soñado con esto desde que lo había conocido.

—No sabes lo feliz que me haces— dijo acercándose a mi a tal punto que pensé que me iba a besar. Pero no fue así, se acercó para tomar la caja blanca que había traído.

—Eso es de Ámbar, pronto vendrán por ella.

—Si, ya llegue— dijo volviéndome a dejar confundida—Yo soy esa persona chica delivery.

Y ahí todo tenía sentido, el hecho de que el desapareció después de clases, Ámbar y Simón hablando o más bien susurrando y la insistencia de que yo viniera aqui.

—¿Cómo no me di cuenta antes? — dije golpeando mi cabeza con la palma de mi mano.

—Si, eres un poco despistada, pero eso es una de las cosas que me enamoraron de ti— dijo haciéndome sonrojar por cuarta vez en el día.

—Si sigues así parecerse un tomate al final del día.

—Bueno, pero serás mi tomatito— dijo de una manera tierna.

—Ya para— dije aún más roja.

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