𝟐𝐎. 𝐉𝐨𝐥𝐥𝐲 𝐑𝐨𝐠𝐞𝐫.

Pasando saliva, picoteó a la oscura puerta amaderada un par de veces mientras jugueteaba continuamente con los mechones de cabello que caían sobre su hombro, parpadeando más de lo que le gustaría debido a que las lentillas le habían astillado los ojos casi por un día completo, esperando respuesta del otro lado, solo para que un par de segundos después, un silueta de cabellos con color similares al fuego se le colgase del cuello con una sonrisa oculta detrás de su cuello.

— ¿Qué? ¿qué sucede? — preguntó la pelinegra desconcertada

— ... estoy feliz de que estés bien ­— respondió su amiga a duras penas en un sincero susurro — pensé en muchas cosas cuando no te vi llegar con las gemelas y la idea de no haber estado para protegerte...

Misaki sonrió acurrucando su cabeza en el hombro de su amiga — ya, ya, tranquila... — dejó escapar un suspiro antes de alejarse de ella, esquivando sus ojos verdes antes de hablar — tengo muchas cosas que contarte.

Azami sonrió — yo también, anda, entra — la muchacha hizo una seña para que la otra pasara a la habitación, cerrando tras de sí y recargándose en la puerta cuando Misaki tomó asiento en el puff que antes había sido ocupado por una de las gemelas — ¿y...?

Mhm — titubeó con un nervio palpable en la habitación — ... comienza tú.

Al cederle la palabra, la sonrisa de Azami se esparció por todo su rostro, iluminándolo con una felicidad que jamás nunca había visto en su expresión. Alegremente, la chica se colocó de rodillas frente a ella, tomándole las manos y apretándolas con emoción.

— Formalicé con Ran — la de ojos marrones levantó una ceja — ¡de verdad!

— ¿A que te refieres con "formalizar"?

— Bueno, tú sabes, antes solo éramos "amigos que follaban" y nada más — recalcó haciendo comillas con los dedos ante lo dicho — ahora somos una pareja. Me lo pidió ayer por la noche después de... — las mejillas de la pelirroja tomaron el mismo tono de su cabello — ya sabes. Dijo que hacía muchísimo que no se sentía así, que ni siquiera estaba seguro de haber sentido por alguien más lo que siente por mí — en una mezcla de pena y ternura, la muchacha se tornó cabizbaja — ... que aun cuando la manera en la que nos conocimos no era la más parecida a un cuento de hadas, él realmente se veía junto a mí hasta el resto de nuestras vidas... y me dijo que me amaba. Me ama.

Atónita, Misaki parpadeaba continuamente durante el relato, ya no por la molestia de los lentes de contacto, sino por la repentina sorpresa que le causaba todo.

— Él... ¿te dijo eso de verdad?

— Ni siquiera yo podía creerlo — murmuró dejándose caer en el suelo — sé que todo suena extremadamente idílico, como un cuento de hadas, pero no lo es... me está sucediendo, a mí — la sonrisa en su rostro parecía incapaz de expandirse más — ... y me hace muy feliz.

— A mí también me hace muy feliz — la pelinegra abandonó su asiento y fue hacia el piso para abrazar a la otra, apretujándole la delgada figura de modelo — me da muchísimo gusto saber que ahora tendrás a alguien que te cuide y te ame de la misma forma en la que tú amas siempre, Azami.

— Gracias — se separó la otra apartándose un par de lágrimas de los brillantes ojos verdes — también me invitó a una de cena que tendrán por parte de su organización. Me dijo que sería la primera y única vez que me llevaría con ellos, ya sabes, por mi seguridad — habló encogiéndose de hombros — pero me dijo que quería hacerlo para dejarle en claro a todos ahí que lo nuestro iba completamente en serio — la muchacha dejó caer la mano sobre uno de los hombros de Misaki — estoy segura de que Sanzu te dirá de ir pronto.

— Sí, apuesto a que sí — vaciló desviando la mirada.

Después de dejar salir un largo suspiro, la chica se puso de pie y caminó con rumbo a su cama, dejándose caer entre los edredones desarreglados — ¿Qué era lo que tú tenías que decirme?

— Ah... no es nada tan importante como lo tuyo — rio avergonzada — solo... solo es sobre algo gracioso que sucedió cuando fuimos a cenar, es todo — se excusó.

— ¿Segura? — inquirió su amiga frunciendo el ceño

Misaki asintió — Sí, no es nada... iré a mi habitación, Haru me consiguió una muda de ropa limpia pero las lentillas me están matando — una risita fingida salió de sus labios mientras caminaba hacia la salida, intentando mantener las apariencias — te veo pronto, ¿vale?

— ... Vale — respondió la pelirroja aun con cierta duda, a la vez que su amiga fijaba la vista en la oscura madera, girando la perilla dorada incrustada en la puerta. — Misaki

El llamado la sobresaltó, haciéndola tornar la atención en ella nuevamente — ¿Sí?

— Todo está bien — reafirmó la otra, más como una sentencia que salía de sus labios en afán de apaciguar los notorios nervios provenientes de la chica de ojos marrones.

Sin más que decir, Misaki asintió con inquietud en sus movimientos mientras huía de la habitación de Azami.

Anduvo por los pasillos que conducían hacía su habitación con una espina de envidia y otra de pena clavadas en el pecho, dándole rienda suelta a su mente para que todas sus ideas la convirtiesen en un maremoto de pensamientos en los cuales, el haber entregado el cuerpo a Haruchiyo no había significado nada más allá de una amistad o algo mucho más cercano al amor, sin ápices de seriedad o de llegar a ese "algo más", como lo había hecho Ran con Azami al decirle que la amaba.

Misaki no quería, no, Misaki ansiaba ser amada. Amada por Haruchiyo. Quería que el amor se sintiera como esos dedos pálidos acariciando suavemente su mejilla mientras aun vagaba en el limbo entre la consciencia y los sueños, para después obsequiarle los buenos días acompañado una sonrisa sobre la cual yacían dos luceros. Estaba segura de que el amor se sentía de esa manera, pero entre el montón de tornados y tifones que los ojos celestes de Haru, el corazón se le apretujaba con inseguridades e ideas que no dejaban de repiquetearle en la mente con la idea de ser solamente amigos que se acostaban de vez en cuando.

Más temprano que tarde llegó a la puerta de su habitación, frente a la cual se detuvo para arrojar hacia otro lado las lágrimas que se habían acumulado debajo de sus ojos y le recorrían la cara a lo largo de su recorrido. Insertó la llave en el pestillo y una vez de vuelta en su refugio, se acercó al espejo, en el cual encontró la piel rojiza de su rostro y esa bonita y limpia ropa nueva que él había conseguido para ella. Con brusquedad, se sacó las lentillas de los ojos, deseando dejar de observar su reflejo, como si el nublar todo le permitiera disipar todo lo sucedido en su piel la noche anterior.

Odiaba, repudiaba el simple hecho de pensar que su cuerpo había sido nuevamente utilizado por alguien que allanaba los rincones más íntimos entre sus piernas profanando un falso amor que lejos de terminar de parchar las heridas del pasado, solamente terminaría por abrirle nuevos cortes en la piel, cortes en los cuales la hemorragia difícilmente se detendría. Y odiaba por sobre todas las cosas dejar que su magullado corazón le hiciese sentir que ese alguien que había llegado a su vida simplemente a hacer más daño era Haruchiyo.

¿Cómo era posible que su felicidad se viera aplastada por montones de tierra gracias al amor ajeno?

...

— El proyecto será de carácter individual — un aletargado reniego salió de la boca de casi todos los estudiantes una vez pronunciadas las palabras del profesor — presentarán su reportaje con los criterios que les entregue en la rúbrica de evaluación: todo partirá de la misma noticia, la cual investigarán por su propia cuenta, y en esta incluirán una entrevista y una crónica.

Inmediatamente tras lo dicho, una chica levantó la mano — Profesor, ¿no se supone que la crónica solamente puede narrarse cuando el periodista está en el lugar de los hechos?

Entornando los ojos, el mayor señaló a uno de los chicos sentados en la parte delantera del salón — ¿Puedes buscar en el libro el significado de la crónica, por favor?

El chico, algo hastiado, hizo caso a la petición — "La crónica periodística relata un hecho a través de las vivencias y percepciones del periodista, más allá de contar los datos duros de un hecho, describe profundamente y narra la atmósfera..."

Mientras su compañero leía, Misaki, quien intentaba tomar notas al con respecto a todo lo dicho, perdió la concentración al escuchar un particular tono de mensaje hacerse presente dentro del bolsillo de su pantalón. Inmediatamente sacó de ahí el dispositivo, solo para encontrar un nuevo mensaje de él en la pantalla de bloqueo.

07/Mayo/2012

(12:49) Haru <3: ¿Tienes algo que hacer hoy?

Antes de responder rondaron por su cabeza los hirientes pensamientos que había tenido antes con respecto a sí misma y a la poca valía que probablemente significaría para él. ¿Sería que solamente quería eso y ya tal como Azami y Ran y formalizarían después? Probablemente, quizá se había cansado de las chicas con las que comúnmente se divertía antes de que ella arribara a su vida, y solamente quería carne fresca. Pero eso sería rarísimo, ella jamás había sido de esas chicas atractivas para el ojo masculino. Demasiado retraída, y demasiado común, y si Haruchiyo, en la posición en la que estaba, tenía oportunidades de encontrarse y tomar a cualquier modelo o actriz con la más deslumbrante de las bellezas, ¿por qué la había elegido a ella?

A veces, vivir y tolerar su propia mente colmada de inseguridades se sentía como el infierno.

Otro tono de mensajes se hizo presente, el teléfono había suspendido la pantalla mientras no hacía más que divagar. Miró hacia ambos lados cuidando que nadie le prestase atención, y, hundiéndose en su propio asiento, desbloqueó la pantalla, encontrándose con el calor de sus palabras derritiendo los glaciares de inseguridad que vivían en su pecho una vez más.

06/Mayo/2012

(23:43) Haru <3: Solo es extraño

No se porque Ran querría contarme algo

😐

No somos amigos

(23:44) Misaki: estoy segura de saber de qué se trata

👀

Quizá él te considera como un amigo

(23:44) Haru <3: El único amigo de Ran es Rin

Sigue sintiéndose como un misterio

Y tú no me lo vas a contar

¿Verdad?

(23:45) Misaki: Nop :p

Sufre con ello hasta mañana

(23:47) Haru <3: Ah, tan cruel como bonita...

No.

Preciosa*

Debería dejarte descansar, tienes clases mañana temprano

Y yo tengo que ir a la oficina.

Te quiero, Misaki, descansa y ten dulces sueños.

(23:47) Misaki: Vale, está bien

Tú también ten dulces sueños también

Y recuerda que también te quiero. <3

(23:47) Haru <3: Serán dulces mientras aparezcas en ellos

Hasta mañana.

Las mejillas se le ruborizaron a un nivel en el que había tenido que hundir el rostro en el cuaderno para que nadie de su clase se diese cuenta de ello. Todo había sido así con él desde esa noche en la que había conocido los rincones más lejanos de su cuerpo, desde que había delineado cada trazo de cada músculo de sus brazos, su torso, y más allá. Dulce, delicado, con recordatorios de cariño que jamás cesaban y siempre con los buenos días al despertar. ¿De verdad sus dudas debían seguir teniendo cabida en sí?

Quizá el momento de acallar las voces negativas de su mente había llegado.

07/Mayo/2012

(12:49) Haru <3: ¿Tienes algo por hacer hoy?

(12:52) Haru <3: Quiero verte.

(12:54) Misaki: no, estoy libre.

¿Pasa algo?

(12:55) Haru <3: no, solo quiero llevarte a un sitio

Y hablar de algo

¿Estás libre a las seis?

...

— ¿No lo eran ya?

— No — musitó el de ojos violáceos con cierta pena — hasta el fin de semana no, no sé si les habrá dicho ya a sus amigas sobre eso, antes de esto solíamos vernos a escondidas por la madrugada, como chiquillos... — una sonrisa se escapó de los labios de Ran, a quien Sanzu miraba aun confundido por su estado emocional — no quería que eso terminase pasándonos factura, que ella pensara que no la tomaba en serio cuando, bueno... — el chico se rascó la nuca — ... realmente la quiero en mi vida. Azami es la persona con la que quiero estar.

— Vaya... — respondió el pelirrosa aun atónito — ... enhorabuena. — con cierta incomodidad, dio un par de palmaditas sobre hombro del Haitani mayor.

— No tienes que fingir alegría por mí — dijo elocuentemente — solamente quería contárselo a alguien, y no iba a ser a Kokonoi, por supuesto...

Ambos rieron al unísono pensando en el montón de comentarios sarcásticos o déspotas que el peliblanco podría llegar a hacer.

— ¿Y por qué no a tu hermano?

— Porque quería que quien lo supiera fuese alguien que entiende mínimamente lo que estoy sintiendo — Ran había vuelto a su típico tono serio — Rindou no toma en serio a las chicas, nunca lo ha hecho y no sé si lo hará algún día. Y creo que solo puedo ver lo que siento por Azami en alguien más cuando te veo con esa chica.

Los papeles se intercambiaron, haciendo que esta vez Haruchiyo fuera quien teñía su piel paliducha en carmesí, haciendo reír al otro y cubriéndose el rostro con una mano para impedir que el color se propagase de sus mejillas al resto de su cara.

— Bueno... sus amigas lo saben, si eso te gustaría saber — cambió el tema, sacudiendo la cabeza — ... Misaki estaba segura de saber que era lo que querías hablar conmigo. Debe haber sido la primera en saberlo, seguramente.

— ¿Qué piensas respecto a ella? — El ojiazul levantó una ceja — Misaki, ¿quieres volverlo algo serio o solo...?

— Por supuesto que quiero volverlo algo serio. — espetó con el volumen de su voz mucho más alto que antes e incluso con cierta impresión de estar ofendido en sus palabras, dándose cuenta de la actitud que había tomado más temprano que tarde.

— Deberías invitarla a la cena de la próxima semana, o a mi cumpleaños, que ya queda poco para que sea.

— ... no sé si me gustaría involucrarla a todo esto, ¿sabes? Que sepan quien es o donde vive... quiero que esté segura.

— En ese caso deberías pensar en formalizar algo con ella pronto, quizá no en la cena, pero podrías hacerlo. Que no solo tú sepas que esto no se trata de un juego de seducción o algo parecido, sino que ella también pueda estar segura de ello. Ya sabes, tu reputación puede dar a pensar.

— ... Ya. Pensaré en ello.

— Te vendrá... les vendrá bien — una sonrisa genuina apareció en el rostro del chico, quien se levantó de la silla frente a su escritorio y comenzó a caminar hacia la salida de su oficina — ya diste un primer paso el fin de semana, el resto será más sencillo. Créeme.

— Lo intentaré — la conversación pareció darse por terminada cuando los pasos del Haitani ya habían traspasado el marco de la puerta, hasta que su pecho terminó dictándole dar un punto final — y... gracias, Ran.

— No hay de que — respondió el otro en la lejanía.

Envalentonado por la conversación, sacó el teléfono de uno de los cajones del escritorio y digito un par de palabras en el teclado, no sin antes verse embobado por la imagen que mostraba el perfil de la chica. Hizo cara de tonto, y sin más dilación, terminó por enviar un mensaje.

(12:49) Sanzu: ¿Tienes algo que hacer hoy?

(12:52) Sanzu: Quiero verte.

(12:54) Misa: no, estoy libre.

¿Pasa algo?

Y en su interior, una cierta sensación de victoria le abrazó el pecho.

HOLAPERDÓNPORLAAUSENCIATANGRANDEMEPERDONAN?SI?GRACIAS

AKSJANS estoy d vacaciones y me dio tremendo bloqueo creativo PERO AQUÍ ANDAMOS y en los próximos caps se vienen cositas jsjsjs.

Espero que la historia les siga gustando y así, y de verdad gracias infinitas por la espera tan grande y la paciencia que me tienen.

Línea para decir que Ran es la Abuela Sauce y Sanzu es Pocahontas

Línea para opinar, comentar que les pareció el cap y recordarles que voten (y que tomen agua)

Línea para recordar que lxs quiero y agradecerles por seguir leyendo<3

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