𝟏𝟗. 𝐂𝐚𝐦𝐩𝐚𝐧𝐢𝐭𝐚.

16 de abril de 2010.

La llegada a la residencia terminó sintiéndose como una colisión de todos los eventos suscitados la noche anterior. Azami fue la primera en estar de vuelta, siendo dejada por Ran en la entrada del edificio tras haber pasado la noche en su departamento, repleta de mimos por parte del muchacho, que, aun con la hora que daba, seguía renuente a dejarla volver, insistiendo para que se quedase un poco más con él. Tras ella, volvieron también las gemelas una vez que hubieron recogido a Yui del hotel donde había pasado la noche; trayecto en el cual la mayor se negó a decirle una sola palabra a la otra, limitando y dirigiendo todas sus acciones hacia el pelinegro que manejaba el coche sobre el que habían vuelto, dejando asomar sonrisas divertidas ante cualquier mínimo gesto de él, que mantuvo la palma sobre su muslo hasta que ambas bajaron del coche, momento en el que Yui volvió a intentar dialogar con su hermana, quien hizo caso omiso, pasando de la habitación que ambas compartían y dirigiéndose a la de la pelirroja, quien había informado que ya estaba de vuelta.

Tras un par de picoteos a la puerta, Azami terminó por abrir y dejarlas pasar, no sin antes asomarse al pasillo en buscando a alguien más.

— ¿Dónde está Misaki?

— Pasó la noche con su amigo el de cabello rosa — Yukari se dejó caer sobre un sillón puff colocado en el suelo — o eso quiero pensar.

— ¿Cómo que "eso quieres pensar"? ¿se fue con él, no?

— Sí, pero alguien y sus actitudes de borracha inoportuna no me dejaron preguntarle siquiera si iba a volver aquí o a pasar la noche en casa de él.

Una avergonzada Yui agachó la mirada a la par que Azami arqueaba la ceja.

— ¿Qué hiciste esta vez?

— ... solo pasé la noche con Rindou, es todo...

— No — interrumpió la mayor — se acostó con Rindou borracha, sabiendo que ese estado no es oportuno para acostarte con nadie, y no solo le bastó con eso, le dijo a Misaki que no se metiese porque "ella ni siquiera follaba".

— ... ya te dije que lo lamentaba, voy a disculparme con ella también.

— ¡Es que las disculpas no bastan, boba! — Yukari alzó la voz mientras la ojiverde se limitaba a mirar la discusión — dime, ¿qué mierda hubieses hecho si al final te arrepentías y no querías tener nada con él, eh? ¿Cómo ibas a volver aquí? No es solo un "lo siento" de mierda, Yui, es que jamás piensas sobre las cosas que haces. ¿Acaso pensaste cómo se iba a sentir Misaki con lo que le dijiste?

— ¡Ya, ya entendí, déjame en paz! — la castaña había comenzado a soltar un par de lágrimas — ¡ya sé que soy idiota y todo lo que quieras Yukari, no necesito que me lo sigas repitiendo por otros veinte años más! ¿qué es lo que quieres de mí? ¿qué me vuelva como tú? ¿qué solo busque la compañía de las personas cuando me siento sola? Porque el cuento de que pasaste la noche con Kakucho solo tomados de la mano no me lo trago, sobre todo porque terminaste acercándote a él porque Azami estaba con Ran y yo con Rindou.

— ¡Eso no es cierto!

— ¡Sabes que sí lo es! — la menor caminó hacia la puerta, girando la perilla de esta para abrirla — podré ser todo lo inmadura e idiota que quieras, pero al menos no soy una perra egoísta que se metió con un chico que genuinamente se ve interesado en ella por el capricho de ser la única sola en la fiesta. — bajando un poco las defensas, la muchacha se limpió un par de lágrimas del rostro, echando una mirada de soslayo a la mayor — El día en que aprendas a lidiar con tu soledad te dejaré decirme lo que quieras, Yukari, pero no hoy.

Y tras haber dicho eso, Yui salió de la habitación, dando un portazo, dejando a su hermana de brazos cruzados sobre su asiento y a una Azami callada en una discusión donde las dos partes parecían tener la razón absoluta sobre la otra.

...

— ¿Qué tal tu desayuno? ¿te agrada?

— Mucho — la pelinegra sonrió aun con el tenedor entre los labios, pasando el bocado antes de que se le escapase un bostezo — todo está delicioso, Haru.

— ¿Verdad? No conocía este sitio hasta hace un par de meses, Matsuda me lo recomendó bastante y desde entonces suelo ordenar siempre ahí — Haruchiyo meditó sus palabras para después encogerse de hombros — ... bueno, ordeno de ahí. No suelo salir mucho a sitios en los que sé que no estoy completamente seguro.

Misaki intentó pasar por alto lo dicho, sacudiendo la cabeza y dándole un sorbo a la taza de café.

Tras haber pasado un rato más en cama, al final el ambiente y las condiciones de sus cuerpos despojados de la ropa los habían llevado bajo las sábanas por otro rato más, uno tan prolongado que el supuesto desayuno que compartían era más un almuerzo que, de no ser por un par de minutos más, rondaría ya las horas de la comida, pero no había podido evitarlo. La piel de los brazos de Haruchiyo era tan cómoda cuando la dejaba acunarse entre ellos y recargarse en su pecho, que por un momento, deseó que el tiempo se detuviese ahí, entre su abrazo y justo en el instante en el que él besaba la parte alta de su cabeza de forma juguetona, pero cuando el estómago del muchacho comenzó a rugir se les hizo imposible postergar lo inevitable, y así, tras una llamada, la comida estuvo en camino.

Haruchiyo le alcanzó una de las camisetas que él normalmente utilizaba para hacer ejercicio: una musculosa negra que colgaba a mitad de sus muslos, mientras que él se había limitado a simplemente quedarse con unos pantalones holgados del mismo estilo, dejando a la vista el — muy — trabajado abdomen del muchacho. Al haberlo visto entre la oscuridad anteriormente, no había detenido la vista precisamente en esa zona, por lo que al verla a la luz del día, no pudo evitar embobarse un par de segundos.

Quería mucho a Haruchiyo, no solo sentimentalmente, sino ahora también sexualmente. Y cierto orgullo se le instauró en el pecho al ser capaz de reconocerlo.

— Matsuda es tu asistente de la otra vez, ¿no? — desvió el tema dejando la taza de café sobre la mesa — la que trajo la muda de ropa.

Ajám — musitó — trajo una nueva hoy también, no voy a llevarte a casa con las mismas ropas de anoche.

— Haru, no hacía...

— Nada de replicas — respondió de forma juguetona provocándole un puchero a la chica — y no pongas esa cara, solo haces que me den ganas de besarte.

La muchacha sintió su rostro enrojeciéndose ligeramente y, mientras picoteaba el plato vacío con un cubierto, se decidió a hablar sin mirarlo directamente a la cara.

— Entonces ven y hazlo.

Impactado, el ojiazul parpadeó un par de veces, intentando distinguir si lo que le había incitado a hacer se trataba de una simple jugarreta o algo más, pero al momento de que ella levantó la mirada y clavó sus ojos marrones en sí mismo, no fue capaz de encontrar ni un ápice de bromas, causando así que un triunfante Haruchiyo se levantara de su silla, yendo en su dirección para asaltar sus labios una vez más.

...

Cuando el teléfono comenzó a sonar en la mesita junto a la cama, los dos abrieron los ojos con pesadez. Misaki se encontró a sí misma desnuda y atrapada entre sus brazos nuevamente, todo debajo de las sábanas, provocándole una sonrisa de genuina alegría. Mientras Haruchiyo intentaba despertar, la chica se escabulló de su agarre para buscar el teléfono, reconociendo que el que los sacó de los sueños era su tono de llamada.

— ¿Sí?

¿Dónde estás? — la voz de Azami se pronunció por el alta voz, parecía preocupada. La pelinegra se palmeó la frente, recordando que ni siquiera se había tomado la molestia de avisar donde pasaría la noche.

— ... En casa de Haru — respondió agudizando la voz como producto del inminente regaño de la pelirroja.

Ah, vale, menos mal — la otra respondió con alivió, confundiéndola — como no llegaste con las gemelas y ellas me dijeron que no sabían nada de ti... tú sabes, lo del accidente que tuvieron fue hace bastante poco y pensé que...

— Ya, ya, tranquila, te prometo que estoy bien... lo siento, había olvidado lo del accidente y también decirte que estoy bien.

No te preocupes. Solo avísame cuando estés de vuelta aquí, ¿sí? Quiero contarte algo.

— Vale, te veré más tarde.

Tras lo dicho, cortó la llamada, sintiendo a la par un movimiento sobre el colchón a causa de que el pelirrosa se había sentado sobre la cama.

— ¿Está todo bien?

— Sí, era Azami, estaba preocupada por mí, olvidé decirle que iba a pasar la noche contigo. — la chica volvió a encender la pantalla del teléfono, notando que la hora rondaba ya por las cinco de la tarde — ... ¿te molestaría pedirme un taxi para volver?

Él frunció el ceño — te juro que si vuelves a sugerir usar taxis voy a patear algo — con sus manos pálidas, acunó el rostro de la chica entre ellas solo para acercarla a sí mismo y poder dejar un beso sobre su mejilla — yo te llevo, no te preocupes.

— Vale — sonrió, acomodándose los mechones de cabello con los dedos, intentando no lucir como si un huracán le hubiese pasado encima — ¿puedes alcanzarme la muda de ropa que mencionaste?

Recomendación: reproducir la canción de multimedia o playlist (Wife – Mitski)

— Por supuesto — el chico hizo un amago por salir de la cama, deteniéndose a último minuto — solo... me gustaría preguntarte algo antes de que saliéramos de aquí, ¿puedo?

— Claro — pronunció distraída, tomando una de las almohadas esparcidas en la cama para acomodarla tras su espalda — ¿qué pasa?

— Anoche... bueno, no solo anoche, eh... — carraspeó en un intentó de tomar valentía — no hemos... bueno, no hemos utilizado protección en todo esto, y fue porque tú lo preferiste así — su mirada azul giró para encontrarse a una Misaki con la mirada perdida entre las arrugas de la sábana que le cubría el cuerpo — quisiera saber por qué.

La muchacha, intentando encontrar las palabras correctas, tomó aire a modo de valor, expulsándolo en un largo y sonoro suspiro mientras sus dedos comenzaban a juguetear entre sí, nerviosa. El muchacho, en un intento de otorgarle algo de coraje, volvió a su lado, rodeándola con el brazo por sobre los hombros, atrayéndola hacia su pecho, siendo así que tras unos minutos que se sintieron tales como la eternidad, su voz apagada salió de entre sus labios.

— ... cuando comencé a crecer, en China, las cosas para mí fueron bastante raras. Sabes que nunca fui de muchos amigos, y todo lo que pasó aquí me volvió muy reservada. Encima todas mis compañeras de clase parecían estar, bueno... creciendo a un ritmo distinto al mío, ¿entiendes a lo que me refiero? — el muchacho asintió — vale, bueno, cuando yo comencé a hacerlo era algo muy doloroso, más de lo que me gustaría, entonces mi madre tuvo que llevarme al médico y... — un escalofrío le recorrió la columna, provocándole un ligero espasmo y cortándole la voz — no puedo lidiar con los médicos, Haru, tener a todo el mundo en una habitación hablando de lo que pasaba con mi periodo, y escuchar a mi madre explicándole todo lo que había sucedido aquí se sentía como revivir todo una, y otra, y otra vez...

Haruchiyo aumentó la fuerza de su abrazo, dejando que las lágrimas se deslizaran sobre su torso desnudo a la par que los sollozos se ahogaban en contra de su piel, limitando su actuar a acariciar suavemente su cabello, sin decir mayor palabras. Esperó un par de minutos a que su respiración volviese a la normalidad, y al sentir que la chica se alejaba del sitio donde exilió su llanto, volvió a tomar la palabra.

— Al final resultó ser que todo lo que pasó terminó provocándome una afección, endometriosis — soltó una risa irónica — como si mi puto problema con la coagulación de la sangre no fuera suficiente... la endometriosis era lo que me ocasionaba periodos muy dolorosos, y... también impide que pueda embarazarme. El doctor me dijo que era tratable, y seguí con ello hasta antes de venir a Japón... eso es todo.

— Vale... — un inquieto Haruchiyo se rascó la nuca — ¿el doctor lo declaró como algo incapaz de corregirse?

— Algo así... me dijo que todo lo que me sucedió era un factor de riesgo para provocarme el daño, y mientras hacían mis análisis descubrimos que la abuela Fujieda también tenía la misma condición — otra risa se le volvió a escapar — ... soy la receta del desastre.

— Por supuesto que no — rápidamente él volvió a rodearla con los brazos — eres la mejor persona que conozco, Misaki, eres todo lo contrario a un desastre, no vuelvas a decir eso de nuevo. Y no lo digo porque esté enamorado de ti.

Con el corazón volcándose dentro de su pecho, la pelinegra correspondió al agarre, refugiando su llanto contra la piel pálida nuevamente, sintiendo como sus palabras, así como el ritmo de sus latidos, frenéticos, ahora parecía ir al mismo compás que el suyo, instaurándole así una calidez especial dentro.

— Yo también estoy enamorada de ti, Haru... gracias por todo esto.

— Estás comportándote como una niña necia — el rubio se levantó de golpe, mientras que la joven de cabello platinado se limitaba a estancar la mirada miel sobre su enrabiada figura — ¿crees que ellos de verdad no tiene idea de nada, Yuuna? Son la organización más fuerte de todo el país, nos constituimos a la par, y no solo eso, te recuerdo que ya dieron con los tipos que provocaron el choque de sus miembros más fuertes.

— Eso es porque tu estrategia fue una puta mierda, Takumi — tranquilamente, dio una calada antes de hablar — te repetí una y mil veces que la manera en la que querías soltar el primer golpe era la más inadecuada, y pudiste dejarnos al descubierto, así que ahora esta es la única manera.

Robando la atención de ambos, las puertas de roble oscuro que precedían el despacho amaderado en el que ambos discutían chirrió, indicando que había un nuevo miembro en la discusión. Con el ceño fruncido y acomodándose la corbata en el cuello, Hanma Shuji miró al par con el que había estado colaborando desde hacía un par de años, distinguiendo en ambos miradas de ira.

— Hanma — llamó la chica — ¿puedes decirle a este cabeza hueca que tiene que hacer esto sí o sí?

— No lo sé, ¿puedo? — respondió juguetón, percatándose más temprano que tarde que su réplica no había tenido el efecto deseado, adoptando así un tono más serio — depende, ¿de qué se trata?

Takumi llevó sus dedos hacia sus propias sienes — De que mi plan fue "una puta mierda" y...

— Lo fue — respondió el más alto robando un cigarrillo de la cajetilla aledaña a la muchacha, colocándolo entre sus labios antes de encenderlo — creí que ya habíamos discutido eso.

El rubio rodó los ojos — ... y ahora la señora Yokai quiere que alentemos esto aun más.

— ¿Más? — Hanma bajó ligeramente sus anteojos, mirando curiosamente a la chica — ¿qué está rondando por esa cabeza, eh?

— Quiero infiltrar a alguien con ellos. No directamente con su organización, pero sí con sus miembros, alguien cercano, que pueda darnos cualquier mínima pista de como llegar a o más alto — Yuuna dejó salir el humo por los poros de su nariz antes de hablar — ... y creo que alguien debería enmendar lo de antes siendo quien se infiltre.

— Ya te dije que ni loca, esos tipos me van a descubrir enseguida, ¿y adivina qué? Te despides de tu perro guardián y de tu organización. — el muchacho se cruzó de brazos — Hanma, por favor di que es mala idea.

— ... no lo creo. — desenfadado, el de gafas se sentó sobre el escritorio de la chica — hiciste un buen trabajo con los de la región del sur, y conseguiste aliarlos con nosotros, eso no fue poca cosa.

— Takumi — los orbes mieles de la muchacha se anclaron en el mencionado — por favor. No confiaría en nadie más de aquí para hacer algo así, será mucho más tranquilo que antes... es la última cosa en la que te pido que participes directamente.

— Además, algún tonto habrá entre los altos mandos — añadió Shuji de manera sonriente — dame esto, déjame ver a quienes tenemos por aquí.

Sin permiso alguno, el más alto tomó del escritorio una de las carpetas que, sabía, Yuuna tenía siempre a la mano, hojeando entre las páginas en busca de aquel pedazo de papel garabateado que habían estado planeando cosas durante todo ese tiempo, mismo donde yacían las figuras de los más relevantes de Bonten.

— Manjiro está descartado por lógica — musitó la chica, apuntando a la fotografía del otro con un dedo — y estos tres también, intentamos ir a por ellos y no funcionó... lo más prudente es no tocarles en un rato.

— Eso deja a... — la intrigada mirada de el de ojos dorados cambió rápidamente a una mueca de victoria — a una víctima perfecta para ti, Takumi.

HOLAAAAAAAAAA, ME EXTRAÑARON PQ YO SI A USTEDES <3<3

ando tan emocionada escribiendo esta parte de la historia aksbakska espero que a ustedes también les esté gustando tanto como a mí, lamento estar tardando tanto entre caps pero tengo que andar haciendo investigaciones de un par de cosas para que todo sea líneal y coherente, así que sip. DE HECHO, les tengo preparada una fichita especial respecto a Yuuna, Hanma y Takumi, así como un time line de todos los hechos de la historia para q entiendan mejorcito todo, se las subiré después de un par de caps pa no arruinar sorpresas jsjsjsj

En fin, espero les haya gustado el cap<3 no olviden opinar al respecto, dejar algún comentario y votar, gracias x seguirme leyendo aun con todo y tardanza, lxs quierooo<3

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