2
Flash back.
Hoy fue un mal día, podía ver reflejado esa F en grande, mis padres me mataran cuando vean esto, era un examen fácil, pero simplemente mi mente se bloqueo.
Esperándolos en la puerta de salida veo que se acerca un hombre mayor.
No hables con extraños.
—Hola pequeña, ¿eres la hija de Lucia?
No hables con extraños.
—Jaja, vamos niña no soy ningún extraño. Soy el jefe de tu papá.
—¿De mi papá?
Aquel hombre asiente con una sonrisa encantadora mientras se ponía en cunclillas, para estar a mi altura, extendiendo su mano hacia mí la observo.
—Eduardo, pero dime Lalo.
Dudando un poco estrecho su mano dibujando una pequeña sonrisa.
—Andrea...
—¿Tus papás cuando llegan?
—10 o 20 minutos, depende que tanto trabajo tengan.
Aquel hombre acaricia su bigote pensativamente, aquel gesto me hace reír. Este al notar mi risa dibuja una pequeña sonrisa mientras extiende su mano.
—Vamos a comer, debes de tener hambre.
Fin de flash back.
Al abrir mis ojos me topo con el oscuro techo, otro sueño... desde su partida siempre soñaba con el momento en el que lo conocí. Era mi única forma de verlo, se que no querrá verme...
A penas han pasado 3 días y no logro levantarme de la cama, era una constante lucha mantener mis ojos y mi mente activa.
Estaba cubierta de neblina, y a la lejanía solo se encontraba el, esperándome.
Cerrando mis ojos, vuelvo al mundo de mis sueños, donde podría estar con Lalo sin que me invadieran los nervios.
En ese mundo donde nunca me abandonará.
Flash back.
—¡Estuvieron deliciosos Lalo! Gracias.
—Me alegra escuchar eso niña, ohh~ ya llegaron tus padres.
Hago un puchero al escuchar eso, no quería volver a casa, sabía que me castigarían por desparecer de esa manera. Bueno tal vez pueda volver a jugar con Lalo otro día.
—¡CARIÑO!
Mi madre dice entre lágrimas mientras trata de acercarse a mí, pero veo que retrocede al ver algo. ¿Qué sucede, trato de voltear hacia Lalo pero este pone una mano en mi hombro?
—No mires, juguemos a la gallinita ciega.
Asentí muy feliz, jugamos hoy eso, fue divertido ver a Lalo tropezar con la mesa un montón de veces! Permitiendo que vendara mis ojos escucho a mis padres suplicar entre llantos.
¿Qué les sucede? ¡Es solo un juego!~
No lograba entender lo que decían, eran tantas palabras que no conocía. Después de un rato Lalo quita las vendas de mis ojos.
—¿No vamos a jugar?
—No niña, es muy tarde y necesitas dormir.
Cierto, volveré a casa... hacer mis tareas, escuchar a mi madre gritar sobre mis errores en mis deberes de matemáticas, jugar sola, no amigos... burlas.
Sin pensarlo abrazo con fuerza a Lalo, tal vez soy dramática... pero siento que nunca lo volveré a ver.
Separándome lentamente le dedico una última sonrisa para así ir hacia mis padres, cierro los ojos al ver como se acercan.
1
2
3
...
—Ah...
Un fuerte abrazo por parte de ambos.
—Cariño... estábamos tan preocupados, ahora todo estará bien. No te soltaremos, aunque el mundo se acabe...
Mi padre dijo entre sollozos mientras me tomaba el brazos, abrazándolo del cuello miro hacia atrás.
Adiós Lalo.
Fin de flash back.
Otro recuerdo... froto mis ojos para así sentarme sobre la cama.
Han pasado semanas, no he sabido nada de él durante tanto. Extrañaba su presencia, pero una y otra vez se reproducían sus palabras en mi mente.
Tal vez estaba destinado a que eso sucediera, después de todo nos llevábamos mucha edad, etapas completamente diferentes de vida...
A quien quiero engañar, nada de eso me importa.
Intente una y otra vez salir de casa, pero fue completamente inútil, un repentino ataque de ansiedad me paralizaba antes que pudiera abrir la puerta.
Tal vez sea mejor así, ¿como una persona como Lalo estaría conmigo?
Apenas tengo 21, desempleada, deprimida... no hay nada bueno en mí para él, no puedo ofrecerle nada.
"—Esta comida es deliciosa"
Bueno, al menos le gustaba mi comida.
Mi Comida...
(...)
Camino con pasos temblorosos, esto es mala idea...
Tomo con fuerza aquel envase donde tenía toda la comida... hubiese sido mejor invitarlo no traerle esto y re calentarlo.
Que estúpida soy.
Al estar al frente de aquel lugar dudo en entrar, tal vez no era buena idea después de todo.
"No sigas huyendo"
Abriendo la puerta noto que no había nadie, un sentimiento arrepentimiento me invade. Fue una pérdida de tiempo venir hasta acá, cuando estaba a punto de dar la vuelta logro ver a alguien en la cocina.
¿Lalo? Dibujo una pequeña sonrisa para así acercarme.
"Lo siento mucho Lalo, no debí de hacer eso... Te prometo que no lo volveré a hacer"
Ensayaba mis palabras una y otra vez mientras caminaba con pasos temblorosos, tal vez esto no sea suficiente y quiera hacer algo más, y la idea me aterroriza. Pero tengo que acostumbrarme, son cosas de la vida adulta. Entrando a la cocina veo a Lalo de espaldas mientras cocinaba. Tomando valor doy un paso.
—L-Lalo...
Murmuro suavemente mientras sonrío, pero seguía dándome la espalda. Como si no existiera.
—Te prepare algo... y-yo quería decirte algo... Lo siento.
Mis manos tiemblan al decir esas palabras, logro ver que este se da la vuelta con sus brazos cruzados me observa. Como un padre que espera las disculpas de su hijo después de una travesura.
—No debí hacer eso... lo de aquella noche, fue algo muy inmaduro y no propio de un adulto. No volverá a suceder, de verdad lo siento mucho...
Luchaba para que mi voz no tiemble, acercándome un poco más a él, dejo la comida sobre la mesa. Entrelazando mis dedos lucho por mantener la mirada en alto y por supuesto en no llorar. Su mirada seguía tan firme e inexpresiva, pero repentinamente dibuja una amplia sonrisa.
—Está bien, pero no tienes que disculparte como si yo fuera tu papá Jajajajajaja, ven acá.
Sintiendo sus fuertes brazos envuelven mi tembloroso cuerpo no contengo mis lágrimas, correspondiendo a su abrazo oculto mi rostro en su pecho.
—Shshsh~ mi llorona, calienta la comida que me has traído y comamos.
—S-sí... tienes razón, disculpa por llorar.
Déjanos salir una suave risa me separo de sus brazos mientras tomo la comida y me acerco a la estufa. Sacando la comida de la bolsa siento unos pasos acercarse, sintiendo como Lalo tomaba la parte trasera de mi cuello dibujo una pequeña sonrisa y repito para mí misma" no te asustes"
—Espero que tus disculpas sean sinceras, no quiero que vuelva a suceder lo de antes.
Sintiendo sus brazos rodear mi cintura siento un suave beso sobre mi cuello, me quede en shock ante todo, mi rostro ardía por la vergüenza. Asintiendo me dispongo en calentar la cocina, por mi mente solo pasaba que esto parecía la escena de un par de casados.
(...)
—Lalo bienvenido~
Sonrío alegremente ante la visita sorpresiva hundiendo mi rostro en su pecho froto mi rostro. Han pasado unos 4 meses y todo parecía un cuento de hadas, Lalo venía casi todos los días a visitarme.
Hoy era uno de esos días, ya tenía todo preparado para él, como a él le gusta.
Estando de puntillas doy varios besos fugaces sobre su rostro dejando salir una pequeña sonrisa tomo sus manos.
—Tengo todo preparado, esta vez he preparado Bacalao al horno.
Tomando sus manos camino alegremente hacia la mesa, todo estaba organizado de una forma meticuloso, la forma en cómo están los cubiertos, el mantel de la mesa, la posición de las copas...
Esta nueva hyperfijación es maravillosa, es tan satisfactorio ver la mesa.
—Cada día que vengo esto parece más un restaurante, que buena chica eres.
Palabras de aprobación, estoy tan feliz. Abrazando con fuerza a Lalo susurro un suave gracias.
—Me gusta hacerte feliz... es lo mínimo que puedo hacer, has sido tan bueno y comprensivo conmigo.
Desde aquel "accidente" no ha intentado tocarme, además he tratado de no hacerle molestar, todo parece ir bien.
Simplemente tengo que utilizar las mismas tácticas que utilizaba con mis padres: respeto, nunca decir no, no alzar la voz, ser cariñoso y agradecido.
(...)
—L-Lalo~
Doy un suave gemido entre besos mientras siento sus manos acariciar mi pecho, esto es tan vergonzoso.
Seguramente se debe sentir decepcionado, no hay casi nada que tocar.
Siempre trato de mantener los ojos muy bien cerrados cuando nos besamos, no porque me desagrade, Lalo es el hombre más hermoso y perfecto del mundo. El problema son las fotos familiares, no he tenido el valor suficiente para quitarlos.
—Vamos a tu cuarto, no quiero hacer esto en esta mierda de sofá.
No mi habitación no... aferrando con fuerza al mayor al sentir que me tomaba en brazos, medito mis palabras, no quiero que se enoje. Tengo que ser un adulto.
—N-No en mi cuarto... no lo he limpiado...
—No me interesa, maldición como puedes vivir en esta mierda de casa, es enana.
Muerdo mi labio inferior al escuchar los insultos de Lalo mientras abre la puerta de mi habitación, siento mi rostro arder de vergüenza.
—Jajajaaja~ niña no dejas de sorprenderme, me haces sentir como un viejo.
Sintiendo como Lalo me dejaba en el suelo, tomo sus brazos con fuerza al sentir mis piernas temblar.
—Por eso no quería que lo vieras, es vergonzoso...
Mi habitación no ha cambiado nada desde los 9, a mi me gustaba pero sabía que esto no era tan común en las adolescentes ni mucho menos un adulto joven.
A mis padres no les molestaba la idea de su hija siguiera manteniendo todo igual, después de todo seguía siendo su "niña pequeña"
—Solo estoy pensando en donde podré poner todas tus cosas cuando te lleve a vivir conmigo, tengo un montón de habitaciones no será un problema cumplir los caprichos de la niña~
Levanto la mirada confundida ante sus palabras pero este guiña su ojo mientras me dedica una sonrisa juguetona, posando sus manos en mi estrecha cintura siento mi piel erizarse.
—¿Vivir juntos...?
¿Pero que somos? ¿Novios? Nunca me ha aclarado nada, sintiendo mis manos temblar busco las palabras para hacer la pregunta más absurda del mundo.
—¿S-Somos novios...? E-Es que nunca me lo has dicho... y-y no se... ¿vivir juntos apenas teniendo unos cuantos meses...? M-Mis padres comenzaron a lo—...!
No pude terminar de hablar al sentir los labios de Lalo contra los míos, comenzando así un duro besos, trato de seguirle el ritmo pero es casi imposible. Dando un suave gemido al sentir como mordía mi labio inferior, me toma con fuerza de los hombros.
—Maldición niña... deja de hacer preguntas estúpidas.
Asiento rápidamente mientras bajo la mirada, tomaré eso con un sí.
Aunque no sé si me siento preparada para dejar mi hogar, donde crecí...
Deje atrás esos pensamientos al ver como Lalo se sentaba en mi cama, la imagen era tan graciosa. Un hombre adulto sentado en esta habitación digna de una niña, parece un padre más que un novio. Sonrío alegremente al ver como este palmeaba sus piernas, sentada en estas lo abrazo con fuerza.
—Te amo Lalo.
Siento su gran mano deslizarse entre mis piernas, instintivamente las cierro. Cálmate, cálmate... no quieres que Lalo se enfade, ha sido paciente. Abro levemente mis piernas, haciendo que acceda entre mis piernas.
—Buena chica~.
Buena chica... si eso soy, dibujo una gran sonrisa ante sus cumplidos para así tomarle del rostro y besarlo
—Déjamelo todo a mí... ¿de acuerdo?
Su tono incitador hizo que Andrea mirara hacia abajo, con el pulso acelerado.
Cerró los ojos para reprimir su creciente vergüenza.
Lalo tocó el calor que se acumulaba en su intimidad a través de su ropa interior. Un aliento se escapó de su garganta; Apenas logró evitar temblar.
Después de observar la reacción de Andrea, Lalo la besó una vez en el cuello antes de meter la mano dentro de su ropa interior.
La calidez de su toque envió intensos escalofríos por su columna vertebral.
Un suspiro se derramó de los labios de Andrea. La mano de Lalo estaba tan cálida, sus dedos se deslizaron dentro de su ropa interior tocando así directamente su intimidad húmeda.
Suavemente, comenzó a moverse.
—¿Te has tocado antes?
La menor negó con la cabeza mientras dejaba salir suaves gemidos.
— Solo con almohada...
—solo frotarte contra tu almohada? Jajajaja no dejas de sorprenderme niña.
—Ahhh~ no sabes lo bien que se siente saber que sere tu primera vez con dedos dentro de ti.
—Que pequeños, son perfectos... Te ves muy adorable así.
Sentí su cálido aliento contra mi oído mientras su manos toman mis pechos, a mi me gustaban pero siempre pensé que a ningún hombre le gustaría.
Pero a Lalo le gusta, dice que me veo adorable.
—Tan frágil~
—Quiero llenarte toda, que tengas a mis niños...
Sus hijos, aquella palabra daba tanta vueltas en la mente de la joven, parecía un sueño echo realidad.
— Estás más mojada, ¿quieres mis niños? ¿quieres estar llena de mi semen?
El joven jadeo desesperado, necesitaba ser llenada por su semen, ser madre de sus hijos.
—... Ah...
Estaba desconcertada por el dulce entumecimiento que se expandía por su cuerpo. Su ansiedad aumentó; ¿Qué se suponía que debía hacer? Se sentía completamente diferente a frotar, aquella gran mano experimentaba superaba a la suya en todos los aspectos.
Lalo le dio un cálido beso en la mejilla. Con cuidado, poco a poco, su mano comenzó a moverse más rápido, ahora directamente puesta sobre su clítoris.
—... Kuh...
Se mordió el labio de nuevo para mantener la voz a raya.
—Tus labios sangraran si sigues haciendo eso, ¿acaso eso quieres?.
Su mano aún se movía con firmeza, pasaron las yemas de los dedos de su otra mano sobre los labios temblorosos y ensangrentados de Andrea
Mientras luchaba con estas sensaciones desconocidas, fue sorprendida al sentir como uno de sus dedos fue introducido dentro de su entrada.
—¡Ah...!
Se tapó la boca con el dorso de la mano y sintió que la sangre le subía al rostro. Lalo comenzó a moverse con más fuerza, como para provocar otro grito.
—Ah, jaa...
Los gemidos se filtraron a través del jadeo entre sus dedos. Lalo, apoyando su cabeza en el hombro de Andrea, usó su otra mano para apretar sus pequeños pechos.
—Nn... Kuh, ah....
El dolor dentro de ella creció; arqueó el cuello, incapaz de soportarlo.
Con la sensación de que se estaba acercando a un punto sin retorno, hizo un esfuerzo apresurado para apartar la mano de Lalo.
—Continúa... déjalo salir de todo.
—Lalo...Lalo...
Por un instante, el pánico la hizo bajar la guardia, y eso fue todo lo que necesitó para que el placer estallara y la abrumara.
—¡¡Ah, ahh...!!
Con golpes largos y duros, Lalo la llevó al límite. Su mente se quedó en blanco; un poderoso cosquilleo le recorrió la columna mientras un calor se expulsaba de su intimidad, apresando aquellos dedos.
Se sintió mareada, como si su cerebro se hubiera derretido.
Respirando con dificultad, se reclinó contra el pecho de Lalo
Con ojos borrosos, vio como Lalo deslizaba sus dedos fuera de su intimidad. Apartó la mirada: era demasiado.
pero repentinamente las manos de Lalo agarraron tu cabello, para asi bajar rápidamente tu rostro contra su dura polla. Escuchando como este quitaba sus pantalones sientes algo duro y caliente golpear tu rostro.
— Eso es bebe.
coloca sus manos sobre tus hombros y te empuja al suelo
— de rodillas, donde perteneces
te dice con un gemido.
—Abre la boca.
Abriendo la boca lentamente sientes como su miembro entra en tu boca causándote dolor, pero continuaste. Aunque tus esfuerzos no fueron suficientes para él y comenzó a mover sus caderas, ya follándote la boca. Te obligó a tomar toda su polla, su eje bajó hasta tu garganta, lo que hizo que se te llenaran los ojos de lágrimas. Le golpeaste ligeramente en la pierna para que te soltara porque sentías que ibas a vomitar en cualquier momento.
Después de un tiempo, finalmente te acostumbraste un poco a su ritmo rápido y constante. Respirando por la nariz, continuaste dejando que te follara la boca con avidez, pero sentiste que también te excitaba terriblemente. Bajaste la mano con la esperanza de frotarte las bragas, pero de repente Lalo te apartó abruptamente por el pelo.
—¿Y qué estás haciendo, hm?
Preguntó con voz ronca, mirando tu llorosa cara. Oh, qué vista tan maravillosa vio Lalo, una verdadera obra de arte. Tú con los ojos llorosos, sumisa y temblorosa. Y Lalo está muy contento de ver en qué te ha convertido.
Te arrodillas ante él, con las manos apoyadas ligeramente sobre sus muslos. Él ve que tienes hambre de él y eso le agrada mucho. Necesitará instrucción para esto, al igual que necesitó entrenamiento para todo lo que ha hecho hasta ahora.
Él guía tus manos hacia la bragueta de sus jeans, deslizándose un poco hacia abajo en la silla para que su cuerpo descanse en ángulo. Los dientes de metal se parten rápidamente. Sacas su erección a través de la solapa que se abre en la parte delantera de sus calzoncillos.
Él te ve dudar. La analogía de las paletas heladas parece un cliché, pero en realidad no se le ocurre otra mejor. "Está bien, niña. Te explicaré cómo hacerlo". Sus dedos peinan tu cabello, tratando de calmarte. Te inclinas más cerca entre sus muslos abiertos. "Empiece por lamer. Acostúmbrate a sentirlo.". Después de las primeras lamidas tentativas del gatito en la parte inferior sensible, en realidad te llevaste la cabeza a la boca, la cúpula en forma de hongo desapareció entre esos dulces labios rosados.
Succión suave. Sus dedos todavía están en tu cabello. Él no te presionará todavía, dejándote experimentar, haciendo girar tu lengua alrededor de la punta hinchada, trazando las venas prominentes en el eje, a veces dejando que tus dedos masajeen el frenillo con tu saliva. Joder, ¿le encanta eso?
—¿Te gusta el sabor de mi polla, princesa?
Lo miras a través de tus pestañas y emites un gemido afirmativo, las vibraciones de ese sonido aumentan el placer.
—Buena niña.
Pero ya basta de burlas. Es hora de quitarle las ruedas de apoyo.
—Llévalo más profundo.
La mano que toma tu cabeza con tanta ternura se vuelve más firme, más áspera, empujándote aún más hacia abajo. Te atragantas y la sensación de esa intrusión es jodidamente buena, piensa. Unos cuantos empujones más y luego te dejará respirar sin aliento
Vuelve a bajar. Esta vez levanta las caderas para poder avanzar hacia tu garganta. La silla cruje y vuelves a tener arcadas. Le encanta sentir esa tensión alrededor de su gorda polla. Unos cuantos empujones más. Todavía no está completamente sumergido, pero estás haciendo un trabajo tremendo.
Él te concede un respiro una vez más. Jadeas en busca de aire. Tus pestañas están húmedas, las lágrimas las agrupan en puntos que irradian como estrellas. Tus labios ya parecen hinchados. Estás cubierto de tu propia saliva.
— Joder, cariño. Eres tan bueno en esto
Otro gemido a su alrededor. Sus dedos se entrelazan y sus caderas se levantan. No más retenciones. Él siente la resistencia y la lucha, tu garganta tratando de protegerse pero él lo ignora, follando profundamente en tu boca.
— Me voy a correr, princesa
Él tira tu cabeza hacia atrás, fuera de su polla.
— Abre la boca y saca la lengua.
Obedeces, todavía jadeando. Pareces realmente devastado. Deja que su polla descanse en la punta de tu lengua, acariciando su polla empapada de saliva hasta que gime, maldice y su semilla se derrama. Todavía tiene un puñado de tu cabello, manteniéndote en el lugar mientras te estremeces de sorpresa. Es una gran carga, acunada con incertidumbre en tu lengua. Golpea su polla contra ella para que las últimas gotas de su liberación caigan del meato, limpiando lo que quede en la comisura de su boca.
— Sé una buena niña y trágatelo por papá
(....)
—¿M-Me podrías dar tu número telefónico...?
Pregunte con un suave susurro mientras acariciaba las piernas de Lalo, frotando mi rostro contra su pierna al sentir su mano acariciar mi corto cabello.
—Así podre decirte donde estoy...
Así dejaré de enviarle mensajes al antiguo número de mis padres, no tiene sentido decirles donde me encuentro, si estoy bien, después de todo no podrán hacer nada para protegerme.
—Claro cariño, ¿hacías lo mismo con tus padres?
Su tono era tan comprensible, curaba mi alma la suavidad con la que me hablaba. Asentí mientras abrazaba sus piernas.
—Siempre querían saber donde estaba, con quien estaba... tenía un horario de llegada, y aun sigo llegando a esa hora aunque ellos ya no estén...
Nadie quiere salir conmigo, esa preocupación de que tuviera amigos o hasta novio era absurda, ellos mismo me hicieron así... temerosa, con miedo a ser lastimado.
—Esta bien, sigue llegando a esa misma hora ya que yo si estoy aquí y no me gusta la idea de que mi chica este sola en la calle, pregúntame si puedes salir y yo te daré permiso.
Levanto la mirada para así asentir sin dudarlo, era lo mejor en esta situación, aunque de todas formas nunca salgo (solo para comprar comida). De esta manera me sentía más segura, que Lalo controle y supervise mi vida de esa manera.
(...)
—Mmmm... de seguro no le gusto ya... N-no...
Lalo llevaba ya semanas sin ir aquí, ni un solo mensaje que justifique su ausencia, absolutamente nada.
Él si esta.
"Vamos, tienes que cambiar un poco. A los chicos no les gustan las chicas como tu a largo plazo, eres muy aburrida."
Tal vez le aburrí.
"Tienes que hacer más ejercicio, así tal vez te salga un poco más de trasero. ¡O come más! No tienes nada de carne que agarrar."
El vio mi desnudez, tal vez no le gusto mi cuerpo.
"¡Vamos no estamos en el siglo XV! Con esa personalidad de muñeca no traerás a nadie, no tienes personalidad"
Sí, es bastante lógico... soy aburrido, trato de no hablar mucho para no aburrirlo con mi insignificante vida, odio el alcohol, no soy muy buena bailando, a penas se besar.
Lo más probable es que se haya aburrido...
"Nadie soportará tanto tiempo estar con una chica que aun le pide permiso a sus padres para salir, en algún momento se agotaran"
Se agotó de mi dependencia hacia él, creo que fui muy intensa...
Vuelvo a marcar su número, esta será la última vez... si no contesta, será un adiós.
Tengo tanto miedo.
—Hola preciosa, ¿Qué sucede?
—A-Ah... y-yo...
—Voy de camino a tu casa, ya sabes mucho trabajo. ¿Podrías preparar asado?
—A-Ah... S-si...si puedo cariño.
—Bien, adiós.
Y con eso último él termino su llamada, dejándome caer en el suelo dejo salir un fuerte grito.
Soy una estúpida, tan estúpida por pensar que me abandonaría.
Golpeado con fuerza el suelo siento mis lágrimas deslizarse por mis mejillas, soy tan estúpida.
Levantándome del suelo camino hacia la cocina, tendría que dejar mi pequeña crisis para otro momento, Lalo llegará en cualquier momento.
Tengo que cocinar y ordenar todo este desastre.
Camino entre los vidrios rotos de la cocina, tendré que limpiar muy rápido...
No quiero que Lalo se moleste, no debí hacer esa rabieta...
No fue buena idea romper todos los vasos de vidrio, no es una buena forma para aliviar el estrés y más cuando no tienes con que darle agua a tu pareja.
—Mi pareja...
Nunca pensé que pensaría en eso, siempre pensé que estaría toda mi vida con mis padres.
(...)
—¿Qué tal quedo?
Pregunte tratado de ocultar mi ansiedad mientras veía fijamente a Lalo dar el primer bocado.
—Deliciosa como siempre, muy bien hecho.
Suspiro aliviada para así comenzar a comer con tranquilidad.
—Pero... ¿Donde tienes los vasos? No tengo problema en tomar el agua en esta tasa, pero me parece extraño.
Sabía que preguntaría eso.
—Bueno... hubo un pequeño accidente con el estante y todos se han roto. E-Estoy bien no te preocupes, ¿puedo salir a comprar unos vasos?
Dibujo una sonrisa encantadora mientras acariciaba mí mano.
—Claro que puedes, pero llega a las 12:00 p.m y recuérdame cuando salgas.
Posando un dulce beso sobre mi mano, asiento mientras dibujaba una pequeña sonrisa en mis labios.
—¿Qué tal el trabajo?~
Me siento como una esposa de esas series antiguas.
—Bien, pero un hijo de perra perdió mucha mercancía. Ahh ya quiero que Tuco salga de la cárcel, prefiero estar en México. Además ese pollero...
Debió notar mi cara de confusión ya que dejo de hablar para así dar una fuerte risa.
—Un día de estos te llevare a mi trabajo, así entenderás mejor. Mi pequeña niña tonta.
Hago una mueca al sentir como pellizcó mi mejilla con fuerza.
No soy una niña tonta...
"Actúa como una adolescentes, no como una niña estúpida"
—Cuando terminemos de comer... ¿podemos salir a un bar?
Silencio, era lo único que había en la sala, hasta que fue interrumpido con una fuerte carcajada por parte de Lalo.
—Niña no dejas de sorprenderme, ¿y ese cambio de opinión? Si la última vez que tomaste algo conmigo lloraste.
Mis mejillas se calientan con fuerza ante aquel recuerdo, clavo mis uñas contra mis muslos con fuerza.
—¿Soy aburrida?
Pareciera que Lalo estuviera escuchando la mejor comedia de su vida, ya que no paraba de reír. Esto no es gracioso, es algo importante para mi... algo que me inquieta.
—L-Lalo no te rías... estoy hablando en serio... y-yo pensaba que... p-pensaba qué...
Me encojo de mi asiento ante un fuerte golpe contra la mesa.
—Sí estás hablando en serio, modula la voz y habla claro.
—¡S-sí!... lo siento mucho. Quería decirte... pensaba que me habías dejado, después de todo no soy tan divertida como otras personas de mi edad. O-Osea... no me gustan los ruidos fuertes, prefiero estar en casa, me pongo nerviosa con cualquier mínimo cambio, tengo tantas cosas malas...
En estos momentos era como si arrancara mi corazón de mi pecho y se lo entregará a Lalo. Estoy exponiendo mis sentimientos de una manera que nunca había echo antes.
Sentimientos que llevaban tantos años reprimidos.
—Por eso me gustas, eres obediente ante todo lo que digo. Alguien como yo busca eso en una mujer. Eres muy fácil de controlar, y eso es bueno cariño, te estoy enseñando a mejorar cada día.
Mi corazón late rápidamente. Soy lo que él busca, soy para él.
Soy una buena mujer para él.
Levantándome de mi asiento camino hacia el, extendiendo mis brazos, lo abrazo mientras acariaba su cabello. Soy buena para él.
—Quiero ser una mejor mujer para ti Lalo, te amo mucho.
Debi escucharme como una persona patética, como un perro desesperados de su atención. Pero es la verdad, necesito constantemente de su atención y su aprobación.
Sentándome sobre sus piernas siento sus grandes manos acariciar mis piernas mientras entre murmuros decía "Eres muy buena, solo mía, ya quiero llevarte a México" tomando un poco de la comida con el tenedor la acerco a sus labios para así alimentarle.
Si esto es la verdad felicidad, no quiero despertar nunca.
(...)
—Hmmm~
Era agradable sentir el sol después de no salir de casa por tanto tiempo, tomo el teléfono para así marcar a Lalo.
—¿Ya estas en casa?
—H-Hola cariño... ya compre los vasos, ahhmmmm... tomaré el bus, llegare dentro de 20 minutos a casa.
—Esa es mi chica, aunque aun te quedan 40 minutos para estar fuera, tomate algo. Te veo muy acalorada.
—¿C-Como me ves...?
Confundida volteo de un lado a otro, tratando de encontrar a Lalo. Noto una mano que sobre sale de un auto, el tatuaje, es él. Con una sonrisa en mis labios, corro hacia él.
Entrando al auto dejo los vasos en el asiento de atrás, acercándome a Lalo planto un fugaz beso sobre sus labios mientras acariciaba su muslo.
—Cariño~ no sabía que estarías por aquí.
Contengo un gemido al sentir una fuerte nalgada sobre mi trasero, acomodándome sobre el asiento de copiloto siento la gran mano de Lalo sobre mi muslo.
—Es peligroso que salgas completamente sola, tengo que ver que a mi chica no le suceda nada. Además te tengo un regalo.
—¿Regalo...?
Veo a Lalo asentir mientras pone en marcha el coche, ¿qué tipo de regalo? Era muy extraño, Lalo era una persona atenta y detallista pero nunca ha sido de los que anuncian lo que hará. En cada semáforo en rojo el se detenía para así ver mis piernas, mis brazos y mi clavícula.
—Te quedará bien por aquí, la zona del pecho, cerca de la clavícula.
¿De qué habla? Fuerzo una sonrisa mientras desvío la mirada. Veo que detiene el coche frente a una casa desconocida.
—¿En dónde estamos Lalo?
Pregunte moderando mi tono de voz mientras tomaba su mano, escuchando una suave risa siento que toma mi pequeña mano para así darle un beso.
—Tú regalo, te vas a tatuar mi nombre.
(...).
Respiro con dificultad mientras tomaba con fuerza sus piernas, doy un gemido ahogado al sentir como vertía todo su esperma en mi garganta, levantando la mirada trago todo mientras observaba con fascinación su rostro, cubierto de pequeñas gotas de sudor, su rostro tan relajado...
Trataba de ignorar la cámara que apuntaba a mí rostro.
Las caricias en mi cabello son reconfortantes, una recompensa por hacer un muy buen trabajo para él. Sintiendo como deslizaba su pene de mi boca, limpio con mis palmas mi boca. Acomodando en el asiento del auto bajo la mirada a mí pecho.
LALO.
aquel nombre se marcaba intensamente en mi piel, marcándome como si fuera algún tipo de animal, uno de su propiedad.
Tomando fuerza dejo salir un "Gracias por el regalo...me gusta"
Nunca en mi vida llegue a pensar que me tatuaría, nunca pasó por mi mente tener el nombre marcado de la persona que amo de esta manera.
Escucho el teléfono de Lalo sonar, abrazando mis piernas apoyo mi rostro contra el cristal del auto, tenía tanto sueño.
—¡Maldito Nacho! Ya voy para allá...
Me sobre salto para así ver a Lalo, parecía bastante molesto, abrazando con más fuerza mis piernas desvío la mirada.
Odia qué le pregunte que le pasa...
—Bueno cariño, es hora que sepas a qué me dedico.
¿De que esta hablando? Había una sonrisa tan extraña dibujaba en sus labios, este enciende el coche para así dirigirnos hacia un lugar desconocido.
Todo era tan extraño, tenía un mal presentimiento de todo... Lalo parecía más emocionado de lo normal, cantaba mientras acariciaba con fuerza mis piernas.
No pasará nada malo, tal vez hubieron problemas tontos... tal vez Nacho había perdido algo...
Al ver cómo nos adentrábamos en el desierto siento mis piernas temblar con fuerza, tal vez quería desviarse antes de llegar a donde sea que me quiera llevar.
—N-Nunca he... he estado aquí...es bonito.
Trato de decirle eso a Lalo para calmarme a mi misma, en parte funcionó mucho, el paisaje era hermoso pero eso no quitaba lo aterrada que estaba. Maldición, apenas salía a la esquina de mi casa, esto era mucho...
A la lejanía logro ver un dos autos, veo que Lalo aparca el suyo cerca de ellos. Logré visualizar a Nacho junto con otros hombres que desconocía.
Estaba a punto de bajar la mirada a mis piernas, pero fui detenida por la fuerte mano de Lalo tomando mi mentón con fuerza.
—Ni se te ocurra gritar, sin importar lo que veas. Sabes que no soy paciente. ¿Entendiste?
Asiento en afirmación bastante nerviosa, toda esta situación definitivamente es muy extraña. Jadeo suavemente al sentir como tomaba con más fuerza mi mentón.
—S-Si Lalo... e-entiendo cariño.
Aflojando su agarre baja del auto, imitando su acción bajo también para así estar a su lado, aunque mis piernas quedan plantadas en el suelo al ver a alguien completamente golpeado de rodillas. Sintiendo como Lalo tomaba con fuerza mi brazo, me arrastra hacia aquel hombre.
No grites, no grites.
—¿Lalo qué hace ella aquí?
—Quiero enseñarle a que me dedico, y lo que sucede cuando alguien traiciona mi confianza.
No paraba de temblar ante toda esta situación, sin previo aviso veo como lalo tenia un arma en manos, para asi disparar hacia aquel hombre que esta en el suelo, poniendo mi mano sobre mi boca hago todo lo posible para no dejar salir un grito.
Es un narco.
Por eso siempre esta fuera de casa, por eso tantas cosas de lujo, por eso nada de información sobre su vida personal.
Es un criminal, por eso mi padre temia tanto de el, maldición toda esta información esta llgenado tan rápido a mi cabeza.
Sintiendo como mis lagrimas caen de mis ojos, solo puedo ver el cuerpo inerte de aquel hombre. No hay escapatoria alguna, mi cuerpo y mi mente es incapaz de hacer algo, yo solo quiero...
—Ven cariño, es hora de ir a casa.
Yo solo quiero...
—Si amor...
Yo solo quiero descansar, y olvidar toda la verdad. Sintiendo como mi cuello era extrangulado observo su rostro.
—shhhh tranquila cariño, todo estará bien, aquí estoy contigo.
No estoy sola.
Que bien...
(...)
Despues de aquel traumatico suceso mis animos de querer salir de casa disminuyeron, maldicon seguramente todos sabían que era ... ¿novia? ¿esposa? ¿nascota? De Lalo, seguramente me podrían matar o cojerme la policía... lo mejor era estar bajo perfil, estar en casa y esperarle.
Deseaba que todo fuera una mentira, pero sabia que no era asi.
Aun seguía siendo patética.
Una estúpida que espera su llegada con comida caliente, que espera que toque mi cuerpo con sus manos manchadas de sangre.
Porque... porque eres muy dependiente del hombre. ¿Por qué? ¿Por qué estás tan apegado? ¿Por qué no puedes simplemente levantarte de esta cama en este mismo momento y ... ¿Irse y no mirar atrás? ¿ Acaso eso es posible?
¿Eres tú? ¿Tu culpa? ¿Todo esto es tu culpa?
Pero... ¿pero quieres que vuelva? Tu mente ha estado gritando lo patético que eres por querer su atención, la atención de un asesino. Tu mente ha estado gritando ante la pregunta no resuelta de si es culpable o no. ¿Y quieres que vuelva por ti? ¿Para salvarte de quedarte solo?
Volverá?
¿Quieres que vuelva?
¿Qué deseas?
¿Qué diablos estás haciendo?
¿Por qué no podía simplemente olvidarte?
¿Por qué nadie puede ser suave contigo?
¿Eres tú la raíz de todos estos problemas?
¿Qué vas a hacer?
Te tiene en sus manos... No eres una chica de secundaria para caer en ese tipo de cosas. Dios mío, es casi patético.
Supones que inconscientemente elegiste ser humillado en lugar de ser patético. En realidad no eres normal. Nunca te has sentido normal y no crees que alguna vez te hayas sentido más anormal de lo que te sientes ahora.
Escucho la puerta abrirse nuevamente, ya ha llegado.
¿Cuánto tiempo a pasado?
Dibujando una gran sonrisa corro hacia sus brazos.
No me importa el pasado, ya no importa que el ocasionante de la muerte de mis padres haya sido el.
Después de todo no puedo hacer nada para que ellos vuelvan.
La bruma dispersaba mis pensamientos, estar aquí a salvo me hará olvidar todo.
Todo el dolor, todo el sufrimiento, todos mis pensamientos fueron reemplazados por esta neblina mental.
Haciendo que mis pensamientos se dirijan a la persona que más amo. Mis luceros se iluminan cada vez que llega a casa.
Es como si los sentimientos volvieran a mí, y no fuera una simple muñeca.
Bienvenido, Lalo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top