🌵 ¿𝓤𝓡𝓢𝓢 𝓶𝓮 𝓪𝓶𝓪? 🌵

México estaba frente a la ventana observando la nieve caer. Tomaba de su chocolate caliente mientras trataba de abrigarse con la cobija que envolvía su cuerpo. Haber recuperado algo de peso le había ayudado a sentir menos frío, pero sólo un poco. Sintió unos brazos abrazarlo, se sobresaltó.

Wow, tranquilo —era URSS.

Vaya, me escame.

Eres muy gracioso —URSS soltó una pequeña risa—. ¿Subiste de peso? Estás más abrasable, me gusta.

México se ruborizó un poco. Siguió viendo cómo los copos de nieve caían del otro lado de la ventana. Le agradaba que URSS si supiera hablar español, no tenía que traducir todo en su mente cómo lo hacía con Rusia. URSS pensaba en como decirle lo que sentía al pequeño país. Quería decírselo en un momento intimo, y que mejor ocasión que esa.

México, yo... Hay algo que quiero decirte.

—Adelante, tomate tu tiempo —México le dio un sorbo a su chocolate.

Pues mira, te he estado observando desde lejos durante un periodo de mi vida. Y sabes, me agradas. He visto lo mucho que te han dañado los extranjeros y quiero que sepas que yo quiero ser quien te protegía porque yo... —lo pensó bien, quería hacerlo, pero tenía miedo a ser rechazado—. Porque te amo, México. Te amé desde el día en que te conocí. Tu personalidad alegre fue lo que me cautivó. Fue lo que más me enamoró de ti. Y yo quería saber si tu sientes lo mismo. Dame una oportunidad, por favor.

México se ruborizó aún más. No se esperaba eso para nada. ¿Alguien lo amaba? Nunca creyó sentirse amado por alguien en todo el mundo. Estaba feliz, pero había un problema, México no correspondía ese sentimiento por el Ruso.

Señor URSS, es muy lindo que diga eso de , pero... Perdoneme, yo no comparto el sentimiento que usted tiene hacia mi. Apenas lo conozco y realmente ni siquiera he convivido mucho con usted como para decir que lo amo o que siento algo hacia usted. Y-Yo... Perdoneme... —México se sentía avergonzado.

Está bien, México. Yo mismo tenía el temor de ser rechazado. Entiendo que no tengas sentimientos hacia .

URSS rompió el abrazo y le dio un beso en la frente al tricolor. Sonrió de lado.

Por si cambias de opinión.

Lo dejó solo. México se sentía confundido y algo culpable por haber rechazado al mayor. Pero empezó a pensar, ¿por qué URSS querría salir con alguien menor que su hijo mayor? Prefirió que aquel pensamiento no indagara más en su mente y siguió viendo cómo los copos de nieve caían afuera. Decidió salir. Terminó de beber su chocolate y, con el riesgo de volver a enfermarse de hipotermia, salió con un abrigo grueso que encontró ahí.

La nieve caía sobre su cabeza y hombros. Sacó la lengua tratando de atrapar algún copo de nieve, y logró hacerlo, pero estaba tan frío que terminó por entumecerle la boca. México corría en círculos dejando sus huellas sobre la nieve. Se sentía libre. Era una de esas pocas veces en las que olvidó por completo su sufrimiento y empezó a reír. Tropezó y cayó sobre la fría nieve. Empezó a hacer un ángel de nieve.

Oculto detrás de una ventana, se encontraba Rusia viendo cómo México jugaba en la nieve mientras escuchaba su melodiosa risa. Tal vez fue su mirada o su Ushanka lo que hizo que México volteara a verlo. Lo saludó con una de sus manos enguantadas. El otro correspondió el saludo y México hizo una bola de nieve lanzándola al vidrio de la la ventana.

Orale, entrale a los putazos. ¿Jalas o te resbalas?

Rusia había entendido completamente lo que le había dicho el otro. Bajó las escaleras hasta donde se encontraba México. Abrió la puerta y una bola de nieve le dio en la cara. México río estruendosamente y se escondió detrás de un árbol. Y así empezaron una guerra de bolas de nieve.

Ambos cayeron exhaustos sobre la nieve. México tenía mucho frío, Rusia lo notó.

Is that my suit? (¿Ese es mi abrigo?) —dijo Rusia reconociendo la prenda que llevaba el amante del picante.

Oh, I didn't know that (Oh, no lo sabía) —México sonrió tímidamente.

Su tobillo ya estaba por recuperarse, los doctores ya lo dejaban caminar e incluso correr, solo le advertían que debía tener cuidado. Rusia decidió dedicarle una de sus pocas sonrisas. México se ruborizó, tenía una hermosa sonrisa, le encantaba.

Your smile is beautiful (Tu sonrisa es muy bella)

Thank you, Mexico (Gracias, México) —su sonrisa desapareció y fue cambiada por una mirada cariñosa.

Hum... I need to tell you something (Hum... Tengo que decirte algo) —México se ruborizó aun más al recordar lo que URSS le había dicho hace un momento—. I think your father likes me (Creo que tu padre me quiere)

—I knew it (Lo sabia) —vio la mirada incrédula de Mexicano—. The think is that... Since my mother died, he is looking for somebody to love (La cosa es que... Desde que mi madre murió, el busca a alguien a quien amar)

—I see, I'm sorry for what happened to your mom (Ya veo, lamento lo que le pasó a tu madre) —México dijo algo apenado.

Don't worry, it happened a couple of years before (No te preocupes, pasó un par de años atrás) —Rusia se levantó.

Ayudó a México a incorporarse y amos ingresaron a la casa. Rusia encendió una fogata para que México recuperara su calor corporal y le sirvió un poco de café. Lo acompañó y ambos hablaron de temas sin importancia hasta que llegó la noche y ambos tuvieron que regresar a sus habitaciones.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top