🌵 𝓔𝓼𝓬𝓾𝓪𝓭𝓻𝓸𝓷 201 🌵

México se encontraba dormido cuando todo ocurrió. Estaba teniendo una de sus habituales pesadillas sobre la Conquista, la Independencia o la Revolución. Recordaba que en todas hubo derramamiento de sangre y odiaba mucho aquello. Todo se volvió negro y se despertó de golpe respirando agitado. Gotas de sudor frío recorrían su rostro.

Suspiró pesadamente y revisó la hora en el reloj que se encontraba en la pared de su cuarto. Faltaban quince minutos para que fueran las cinco de la mañana. Se levantó de su cama sintiendo un mareo intenso. Un sonido ensordeció sus oídos y causó un dolor punzante en su cabeza. Su vista se nubló y sólo pudo gritar un nombre.

¡Rusia!

Se tambaleó un poco tratando de caminar fuera de la habitación, pero se desplomó en el suelo desmayado. Rusia llegó corriendo poco después y vio a México tirado en el piso.

¡México! —se agachó a su lado y lo sacudió desesperado—. No me dejes. Despierta, por favor.

Vio sangre derramarse sobre el suelo desde el abdomen de su amado. Lo cargó y lo sacó de ahí llevándolo a la enfermería de su hogar. El médico lo atendió de inmediato. Rusia esperó afuera pacientemente. En cuanto vio al doctor salir, se acercó a el.

будет восстанавливаться, вы должны просто отдохнуть (Se va a recuperar, sólo debe descansar)

Y sin más, lo dejó pasar a ver a su novio. Rusia se sentó a su lado. Escuchó las noticias que sonaban en la radio hasta que un nombre en particular sonó. México. Estaban hablando sobre el, así que puso más atención. Al parecer alguien había atacado sus barcos petroleros. Escuchó voces fuera de la habitación así que decidió asomarse un poco.

aber was hast du getan?! (¡¿Pero que hiciste?!) —un pequeño tricolor de gafas seguía de cercas a su padre.

Nun, nein, Deutschland, ich muss mich darum kümmern, die loszuwerden (Ahora no, Alemania, debo encargarme de deshacerme de el) —Third Reich caminaba a la habitación del Mexicano.

Vater, genug (Padre, ya basta)

—Ich werde nicht aufhören, ich bin im Begriff, den Krieg zu gewinnen (No me detendré, estoy por ganar la guerra) —abrió la puerta de aquella habitación y la volvió a cerrar al ver que no había nadie.

Ich denke, Sie hatten genug, als Sie Ihre Schiffe angriffen (Creo que ya tuviste suficiente al atacar sus barcos)

El pequeño Alemán recibió una bofetada por parte de su progenitor. El de uniforme se veía furioso.

rede nicht mehr (No hables de más)

Rusia ya había escuchado suficiente. Salió a darle la cara al Nazi y plantó un puñetazo en su cara con fuerza. Causó que le saliera sangre de la boca, la cual se limpió con su manga.

Оставь Мексику в покое, идиот! (¡Deja a México en paz, idiota!)

Du hast gerade einen Krieg mit mir gewonnen (Acabas de ganarte una guerra conmigo) —se acercó más a el acercando su puño listo para golpearlo en cualquier momento—. Sie und Ihre ganze Familie (Tu y toda tu familia)

—¡Dejalo, puto!

México empujó al Nazi haciéndolo caer al suelo. Rusia miró preocupado a su novio, pues no debía moverse demasiado. Third Reich movió su pierna con fuerza y rapidez haciendo caer a Rusia. Se levantó rápidamente y pateó a México en su herida.

du und ich führen krieg (Tu y yo estamos en guerra)

Tomó fuertemente el brazo de su hijo y ambos se fueron de ahí. México se tiró al suelo sosteniéndose con un brazo y con el otro sujetando la zona adolorida. Rusia se acercó a el. El más pequeño jadeaba, la sangre había vuelto a salir.

México...

—Rusia, estoy bien, solo necesito unas vendas.

Llamaré a un doctor.

Rusia se levantó y buscó al médico quien se encargó de México de inmediato. Esta vez, no podía moverse para nada pues corría el riesgo de que la herida volviera a sangrar o de que las puntadas se abrieran. Rusia se encargó de cuidarlo.

En algún momento de la tarde, mientras Rusia estaba ausente, México escribía una carta a sus ciudadanos diciéndoles que estaban en guerra contra Alemania y que eran aliados de la Unión Soviética. Rusia volvió viéndolo escribir.

¿Qué haces?

Escribo.

—¿A quién? —Rusia, tan celoso.

A mis ciudadanos, ¿no escuchaste que Third Reich me declaró la guerra? —selló el sobre.

Damelo, yo lo llevaré a la oficina de correos.

México se lo entregó y Rusia se fue. Intentó dormir un poco, pero no podía. La cabeza le daba vueltas causándole un horrible mareo. Las nauseas no se hicieron esperar provocándole el vómito. México se sentía mal, muy mal. Aquella perdida de petróleo había afectado su economía y ahora su gente seguramente estaba alarmada, lo que explicaba todos los dolores que estaba teniendo. Se lamento en silencio mientras las lágrimas resbalaban por sus pómulos y el sueño lo terminaba de vencer.

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