Aclaración antes de iniciar: La edad de Merlín iría por los 15-16 años. La razón es simple, es más cómodo así para haber escenas entre ellos con intensión de ser romántico que si fueran más pequeños.

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Lejos de la ciudad, había una enorme casa de colores oscuros, árboles secos al rededor y un aura sombrío y oscuro. Esa casa, pertenecía a la familia Addams, una familia algo peculiar.

Como toda mañana, al dar las nueve en punto, de un reloj con forma de la misma casa, saldría una mano viviente, el cual estiraba y tornaba sus dedos, antes de bajar al suelo y caminar con estos por los largos pasillos, llenos de telarañas.
Antes de seguir su camino, distinguía a una persona parada, mirando hacia una habitación vacía y abandonada por años. Quien miraba el cuarto, era el hombre de la casa Homero Addams, por lo cual, aquella mano se acercaría a él para tirar de la tela de su pantalón y llamar su atención. Este solo le daría una mirada, para volver su vista al cuarto que le pertenecía a su hermano.

-Acéptalo Dedos, por veinticinco años hemos intentado contactar a Lucas en el más allá y por veinticinco años... Nada-Diría el hombre a la mano, mirando el cuarto lleno de polvo y telarañas, con una mirada de tristeza ante lo dicho
-Empiezo a pensar que en verdad ya perdí a mi hermano...-

Al oirlo, Dedos volvía a tirar de su pantalón, llamando su atención y que pudiera seguirlo alejándose de la habitación.

[...]

En otra habitación, se encontraban dos jóvenes hijos de Homero. Por un lado estaba Pericles, un joven de cabello rubio, pálido con algo de sobre peso, vestido con un pantalón corto negro y camisa de rayas, el cual se encontraba atado en un poste con una manzana en la boca.
Y por el otro lado se encontraba Merlín, un joven de piel pálida, cabello negro y traje de igual color, teniendo una ballesta en sus manos, mirando a su hermano que se removia y trataba de hablar.

-No seas infantil. Yo se bien lo que hago-Mencionaba el de cabello oscuro al contrario al verlo quejarse mientras preparaba el arma

Una vez apuntaba, disparaba sin miedo ni duda, logrando darle en dirección a la manzana que Pericles tenía en la boca. Era uno de los tantos juegos de aquellos jóvenes.

[...]

Volviendo con el padre de aquellos chicos, Homero se encontraba admirando a su bella esposa, Morticia Addams, quien dormía plácidamente en la cama.

-Mírala.. yo moriría por ella, y mataría por ella. Hm como sea que deleite-Diría con una sonrisa, viendo a su esposa abrir lentamente sus ojos, para ser al primero al que vería al despertar
-¿Estás triste querida?-

-Oh si.. si lo estoy-Diria Morticia con una sonrisa, viendo a su esposo quitarse aquel sombrero para acercarse a ella, por lo cual su mano paraba en la mejilla de este
-Homero.. el sol-

Al mencionar este, colocaba su mano para tratar de evitar que diera en sus ojos al estar la ventana abierta.

-Il me perce comme un poignar-Mencionaba aquellas palabras en francés que decían "me perfora como una daga"

-Oh, Tisha.. es francés-Diría pareciendo que aquello le había causado efecto en él

-Oui-Respondería con una sonrisa, viendo a su esposo tomar su mano

-Cara mía-Dejaba un beso en su mano, para levantarse, tomando una espada de esgrima
-¡En garde monsier soleil!-

De un movimiento cerraba Aquella ventana para que el sol no molestara, volteando a ver a su esposa mientras clavaba el sable en el suelo.

-Homero-

-Querida..-

-Anoche estuviste.. incontrolable. Eras como un desesperado demonio aullando y me asustaste..-Mencionaba aún en su cama, viendo a su esposo acercarse para darle una sonrisa pícara
-Hazlo otra vez..-

[...]

En la tarde en la entrada principal, se encontraba un hombre alto y de aspecto parecido al muñeco de Frank Einstein, extendiendo unas bolsas de almuerzo para los jóvenes, los cuales se movían de manera extraña.

-Gracias Largo-Diría Merlín al tomar la bolsa, mirando al hombre el cual respondía a ese nombre

Una vez que Pericles tomaba el suyo y veía el contenido de este, ambos jóvenes saldrían de la casa en dirección a la escuela.
Mientras por parte de sus padres, ambos se encontraban en el balcón donde Homero jugaba al golf y Morticia lo miraba atenta tomando de su taza de té.
En uno de sus intentos, siendo la pelota sostenida por Dedos, cuando Homero golpeaba la pelota, llegaba hasta impactar en la ventana de la casa más cercana a la de ellos a un par de metros.

El hombre que vivía en esa casa estaba desayunando, hasta que al romperse el vidrio, la pelota caía en su plato de leche y cereal, manchando su rostro. Este hombre molesto, saldría de su casa con la pelota en mano.

-¡¡Maldito Addams!!-Gritaba en dirección a la mansión del mencionado

-¡Siento lo de la ventana juez! ¡Le regalo la pelota, aquí tengo suficientes!-Diría con un cigarro en la boca, lanzando el palo de golf a Dedos quien lo dejaba en su lugar, para mostrar una canasta con varias pelota de golf

-¡¡¡Están locos!!!-Diría en respuesta el llamado juez, para solamente entrar nuevamente a su casa

[...]

En otra habitación llena de plantas secas y muertas, Se encontraba la pareja hablando, mientras el hombre jugaba al ajedrez con la mano y la mujer cortaba las cabezas de las rosas rojas.

-Hoy cumplimos Tisha, veinticinco años de realizar sesiones espiritistas. Todos estos años, corroído por la culpa, desecho por el dolor, ardiendo por lo incierto-Al terminar de decir esto, movería una de las piezas del juego

-Ya no te tortures Homero-Respondía Morticia cortando una de las rosas para verlo con una sonrisa
-Lo hago con amor..-

-Oh Tisha-Diría su marido volteando a verla concentrada en las rosas

-Imagina querido que Lucas regresara-Mencionaba cortando otra rosa para imaginar lo dicho
-Medio vivo, desfigurado y un poco podrido-

-Ojalá-Hablaba en un leve tono de broma a su esposa, apoyado en el respaldo del asiento mirando a aquella mujer devolverle una sonrisa, cortando la cabeza de la rosa para colocar solo el tallo en la maceta

Sin duda alguna, esta era una familia peculiar, era la familia Addams.

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Gracias por ver el primer capitulo cadáver viviente, espero verte en el siguiente.