𝕶𝖎𝖓𝖌 𝕮𝖗𝖎𝖒𝖘𝖔𝖓

Nunca conocí el rostro de mi rey, nadie de este reino lo a visto, pero de algo estaban seguro todos los ciudadanos; era el mismo rey del que hablaban los abuelos de nuestros abuelos. Un rey tirano, pero justo. Pero para alguien como yo, una campesina sin nada en especial eso estaba bien, después de todo tenía a mi amado novio. Mi amado Doppio.

—¿Mis sueños…? Hmmm es una pregunta complicada, nunca he pensado en eso.

—Mi sueño sería… estar a tu lado, mirando un atardecer como este, después de recoger toda la siembra. Haha~ creo que es un sueño bastante infantil, después de todo es lo que acabo de hacer.

La vergüenza invadía su rostro repleto de pecas, desear con algo que ya poseía podría ser algo infantil, o hasta conformista. Pero era orgullosamente conforme con todo lo hermoso que le había entregado la vida.

Feliz de cada pequeño pájaro que cantaba al amanecer, de cada rayo de sol que cubría su lechoso cuerpo, feliz de cada momento que pasaba con Doppio.

—Cada día me siento tan feliz, sabía que era un buen día para pescar y mira lo que e pescado~ al chico más dulce y perfecto de este reino.

—L-Laura… no digas eso.

—Pero si es la verdad~, no esperaba conseguir a alguien capturando ranas.

Un inocente encuentro en donde surgiría una amistad tan pura como el mismísimo alba, apenas se conocía desde hace dos meses pero ambos sentían que llevaban toda una eternidad juntos, ambos estaban finamente sincronizados, era como si el mismísimo dios los hubiera emparejado para recrear lo que se considera un amor puro.

—Eres el mejor amigo que tengo, me encantaría tomar este instante y guardarlo en este frasco toda la vida. Así nunca olvidaría este precioso momento.

—Laura, no hay necesidad de aquello. Siempre estaré aquí, recordando a tu lado este instante durante toda nuestra vida.

Aquella joven sentía sus palabras tan reales como las perlas que se deslizaban de sus ojos, era una chica tan llorona. Sosteniendo con fuerza el frasco entre sus pequeñas manos asiente repetidas veces.

—El destino nos unió, Laura. En todo los años que llevo viviendo aquí nunca llegué a verte.

Eran más años de los que quería admitir el peli rosa, viviendo en un mundo tan confuso pudo conseguir un rayo de luz, que envolvía su cuerpo en una inocencia cálida.

—Estas muy ocupado, el rey debe de ser una persona bastante exigente.

—P-Por favor no le digas a nadie.

De tan solo recordar que ella sabía un secreto tan personal como es trabajar con él rey, hacia que su mente fuera vueltas y un profundo dolor de cabeza atormentara su inocencia.

—Lo juro por mi vida, sabes que tu eres la única persona en la que confío.

Mi único amor.

—Rayos… creo que es un poco tarde. Me deben de estar esperando y a ti también.

La joven Laura al recordar todas sus obligaciones toma con fuerza la canasta que tiene entre brazos para así levantarse del césped con un rápido salto. Le avergonzaba que Doppio tomara tiempo de su trabajo para hablar con ella.

—Verdad, verdad. ¡Nos vemos mañana! Cuídate. ¡Cuidado con el caballo!.

La corrió rápidamente mientras se despedía del mayor, aunque sus pasos acelerados volvieron a la dirección del hombre rápidamente. Con sus manos temblorosas, tomó las del joven con firmeza.

—¡Mi alma le pertenece al rey! Pero mi corazón es únicamente suyo, le ruego que lo cuide…

Depositando un beso en esa gran mano, hace una pequeña reverencia para así correr nuevamente a su hogar. No sabría como reaccionaria sus padres si algún día descubrieran esto.

El descubrir que estaba enamorada perdidamente en una de las manos derechas del rey, al que le pertenece toda su cosecha.

(…)

—Es bueno que nos hayan dejado un poco… generalmente esos guardias nos suelen a quitar todo, pero esta vez dejaron lo suficiente. Gracias a nuestro amado dios.

La señora de aspecto amargado parecía estar viviendo uno de los momentos más felices al saber que los hombres del rey habían sido piadosos con ellos.

—Tal vez fue el rey…

—El no debe de saber nuestra existencia cariño, simplemente fue un acto divino.

Las palabras de su padre eran ciertas. Aquel rey nunca antes visto no podría conocer a unos campesinos.

—Laura ve a buscar tus hermanos mayores, el almuerzo pronto estará listo.

—Espera madre, ¡tengo que llevar esto al cartero!

Corrió antes de recibir una respuesta de su madre, tenía que dejar una carta para su amado. Como alguien esperaba, pensaban que ella las llevaría al cartero pero no era así.

Corrió hacia un pozo, su profundidad era desconocida para ella.

Dejando caer la carta ahí junto con una flor, junto sus manos.

—para mi amado Doppio.

Ella no comprendía como su amado podía conseguir las cartas, ese pozo debía de ser extremadamente profundo. Aunque la posibilidad de que hayan caminos ocultos debajo del pueblo que conecten con el castillo era posible.

—Me siento como una periodista pensando en cosas así~

Dándose la vuelta corre de vuelta a casa, la buena suerte parecía llegar a su familia. Algo que parecía extraño para la rubia, tenía el leve presentimiento de que tal vez Doppio estaba influyendo en esa buena fortuna.

(…)

—N-No… es que… es demasiado…

Ver un collar de perlas completamente reales era un lujo que nunca pensó que podría obtener durante su vida. Pero sabía que era imposible tenerlo, sus padres sospecharian y lo venderían sin dudarlo.

—Mis padres lo venderán apenas lo consigan.

La culpa invadió su alma al ver como aquellos preciosos ojos se entristecian ante su petición, tomando su mano deposito un suave beso entre sus pulgares.

—Sabes que no necesito de regalo costosos, el mayor regalo para mi es tenerte a ti.

—al menos permitame ser el hombre más afortunado de poder apreciarte luciendolo para mi.

Desde aquel beso, la joven se encontraba confundida. Nunca había tenido algún encuentro amorosos previo, no sabía cómo reaccionar a diferentes circunstancias, ni mucho menos a recibir regalos.

Desconocía de cualquier tipo de afecto.

Las manos habilidosas del mayor temblaba delicadamente contra el cuello de Laura, tener sus manos cerca de un cuello tan frágil lo hacían sentir nervioso.

—Se ve tan hermoso, tu piel es muy suave.

Su cálido aliento rozaba su cuello, una calidez que se podría asemejar al calor del pan recién horneado. Pero al sentir algo suave deslizarse contra aquella delicada zona su piel se eriza.

—Eres adorable~. En serio te amo.

Su cuello fue cubierto de besos después de las dulces palabras del mayor. Laura simplemente podía ver el atardecer ante sus ojos mientras siente un montón de mariposas en su estómago.

Encerarre este momento en un pequeño frasco. Era lo único que pensaba las pecosa mientras dibuja una pequeña sonrisa en sus labios.

(…)

—Jajaja~. ¿En serio nunca haz conocido el mar?

—N-no Doppio, supongo que debe de ser como un río gigante pero mucho más hermoso, que se extiende hasta el más allá.

—Quiero ser el primero que te enseñe la belleza del océano. ¡Mira una rana!

Ante su exclamación la joven rió con alegría mientras abrazaba al peli rosa, no sabía que hizo en su anterior vida para ser recompensada de esta manera tan perfecta.

—¿como llegaremos al mar desde aquí?

—Conozco un lugar, lo único que me faltaría serías tú~

—Me encantaría simplemente desaparecer… y estar contigo para siempre~. Pero no podría dejar a mis padres de esa forma…

—Doppio… ¿podría presentarte con mis padres…?

Aquella pregunta hizo que el corazón de Doppio latiera con fuerza. Anhelaban poder conocer a los padres de su amada, para así poder casarse y vivir para siembre juntos. Pero, sabía que no podría, su jefe… su rey… necesita hablar con él primero, no podría permitir que aquella familia supiera de él tanto de su rey.

—A-Aún no… necesito prepararme, sabes que soy bastante torpe y créeme que no quiero que tus padres piensen que te enamoraste de un estúpido.

—N-No digas eso Doppio, no eres estúpido eres realmente fantástico. Pero esta bien mi Doppio, te daré tiempo. Todo el tiempo del mundo.

—Lo siento…

—Se que me llevarás a conocer el mar, lo prometiste~. Así que no te deprimas Doppio, prefiero ver tu sonrisa, es tan radiante como las estrellas.

¿Qué había echo en su anterior vida para merecer a una chica como ella? Doppio sintió que ella era su verdadera alma gemela, su rey lo sabía, sentía la misma conexión aunque simplemente le escuchara hablar de ella. Tendría que buscar la forma de llevarla al castillo sin asustarla.

(…)

No comprendía como Doppio podría ser mano derecha de alguien tan cruel como el rey. Laura apreciaba como varios pueblerinos eran ejecutados a órdenes del rey, era la misma vista que vieron sus padres, sus abuelos, los abuelos de sus abuelos, los abuelos de los abuelos de sus abuelos, una y otra vez el mismo círculo. En palabras de aquellos abuelos que lograron vivir hasta los cien años hablaban sobre este reino como el reino en donde el tiempo nunca transcurre, o el pueblo donde todo es un ciclo de repetición infinita. Todos los años, el 3 de abril se cometían fusilamientos a aquellos ciudadanos que debían impuestos, personas que intentaron traicionar al rey o quienes tratarán de averiguar su identidad. Desde niños, ansiamos, hasta condes eran asesinados anualmente por órdenes del mismísimo rey. El único día del año donde el pueblo podría escuchar su voz y ver su silueta oscura reflejarse desde su castillo, la única vez donde sé podría apreciar vida entre esos oscuros muros.

Muchos celebrarán este día debido al tener la bendición de poder escuchar a su rey. Al igual que una fracción que veía ese día del año como una maldición, el día donde muchos perdían a sus hijos, esposos y padres.

—¿Cuantos años tiene ese miserable?

Podía escuchar a su padre maldecir mientras golpeaba la mesa, estaba prohibido salir de los hogares durante cierta hora.

¿Por qué ninguno de los oficiales parecía conocer a Doppio? Se supone que Doppio era alguien aparentemente cercano. ¿Doppio podría morir en manos del rey? ¿Doppio podría ser el que ejecutara las antimañas del rey? Eran tantas preguntas sin respuestas. Pero ella no podría hacer nada, simplemente aceptar lo que venga.

(…)

—Nos marchamos mañana, tu tía nos envió una carta. Dice que es mejor que nos mudamos al reino cercano y me encuentro de acuerdo.

—M-Mama… pero… me gusta aquí.

—Allá será mejor, y es mucho más seguro.

—Madre, mi amado se encuentra aquí, no puedo dejarlo.

—Que venga con nosotros entonces, ¿cuantos años tiene el niño?

—Es que…

—Habla niña, no tenemos todo el tiempo del mundo.

—Él… él… él trabaja para el rey… es… es su mano derecha, por eso deberíamos de quedarnos en el pueblo, estaremos seguros gracias a él.

La furia y el temor lleno la sala, todos estaban en colapso, desde su padre, hasta su tatarabuelo.

—¿Qué pasará cuando el no te ame? Estaremos muertos.

—Eso no va a pasar…

—Sí es que el rey no nos manda a matar antes…

La voz ronca de su tatarabuelo silencio la habitación, todos voltearon la mirada a aquel anciano que descansaba sobre el sofá.

—Yo con mi padre presenciamos el 3 abril como él mismo mandaba a ejecutar a su propia hija, es así todo los años, de seguro mucho de los niño que manda a ejecutar sean de su propia sangre, hijos bastardos que no necesita… no es de fiar de que estemos vivos durante mucho tiempo, después de todo, todos en esta habitación conoces a su mano derecha.

—¡Nos iremos al amanecer! No saldrás de casa Laura, es muy peligroso.

(…)

No podría dormir aunque tratara de esforzarse, necesitaba estar junto a Doppio. Dando un suave suspiro ahoga el llanto mientras seguía escribiendo la carta, una carta donde expresaba su eterno amor para su amado Doppio, donde en un pequeño frasco encerró sus propias lágrimas. Sabría que posiblemente no le volvería ver, al menor tendría que hablar con él.

Con el corazón en manos al igual que sus esperanzas salió por la ventana a profundas horas de la noche, tendría que dejarle la carta a Doppio en el pozo, a la misma hora que siempre el le indicaba.

La frialdad de la noche invadía su cuerpo como espadas, no encontraba forma de poder describir este dolor. Dejándose caer contra el borde del pozo dejo caer la carta junto al frasco con sus lágrimas. Nunca escucho el ruido del cristal quebrarse, debió de asumir que Doppio debía de estar allí, o tal vez ese pozo era tan profundo que llegaba al más allá.

—M-Mi Doppio…

La joven esperaba que su príncipe emergira de la oscuridad para así salvarla de este dolor, tal vez vendría corriendo con una hermosa sonrisa, cubierto de lágrimas.

—Doppio… ven te lo suplico…

Todos deseamos cosas, sin pensar en si es realmente correcto.

—Tengo miedo de separarme…

Pesados pasos se acercaban al pequeño cuerpo acurrucado en el borde del pozo, la pecosa esperaba que aquellos pasos fueran los de su amado, aunque sabía que no pertenecían a él. Se acercaba un desconocido… a alta horas de la noche.

Levantándose apoyo sus dos brazos al borde del pozo para poder calmar su respiración. Debía volver rápido o si no…

—Confiamos en ti, y terminaste traicionandonos… Doppio esta realmente herido.

—¿¡Doppio!? ¿Qué le hiciste?

—¿Yo? Absolutamente nada, todo dolor que destroza nuestro pecho es provocado por ti. Eres la causante de toda desgracia que caiga sobre tu familia.

Antes que la joven pudiera voltear sintió como fue empujada hacia la puerta del infierno, siendo abrazada por la profunda oscuridad extendió su brazo hacia el cielo, con la esperanza de que su amado Doppio la salvara de la oscuridad eterna.

(…)

Al despertar un profundo invade mi cuerpo. ¿Qué había sucedido? No podía recordar absolutamente nada, lo único que puedo recordar son unos ojos verdes mientras caía…caía…

—Laura… me alegra tanto que te encuentres bien…

Doppio… Mi Doppio estaba llorando, tratando de conseguir al mayor con la mirada note que no estaba en mi casa, era una habitación muy grande, completamente desconocida. Pude observar a Doppio llorar desde un rincón.

—Doppio… n-no llores…v-ven

—No.

Ante sus frías palabras siento como mi corazón se destroza, ¿qué le sucede a mi dulce Doppio? El nunca me hablaría de tal forma. ¿Leyó la carta? ¿Estará enfadado?.

—Doppio…

—T-Te dije que no revelaras absolutamente nada a tu familia… nos traicionaste.

Traición, no era eso.

–D-Doppio en la carta explique las causas… pensaba…yo pensaba… l-lo siento.

No podía hablar, el nudo en mi garganta era tortuoso, tratando de quitar las lágrimas que empapaban mis mejillas trato de levantarme pero un fuerte mareo provoca que termine cayendo fuera de la cama. Pude observar como Doppio estaba a punto de ir hacia mi pero este simplemente se contiene mientras desvía la mirada.

—Doppio… no soy nada sin ti… te lo suplico…

—Se que no eres nada sin mi, al igual que yo no podría estar sin ti. Pero nos traicionaste, a mi y al rey.

¿Al rey?

—¿E-El rey…? ¿Moriré?

—No, nunca lo permitiriamos… no podemos vivir sin ti, conoces mucho de ambos, no podrías vivir mucho con esos conocimientos.

¿Quien era? No era mi dulce Doppio, el no me diría estas atrocidades. Tragando seco bajo la mirada mientras observo mis manos vendadas.

—T-Tengo miedo.

—No deberías de temer por nosotros, te estamos protegiendo de nosotros mismos~. ¿No te puedes levantar?

Niego con temor mientras mordía mi labio inferior, deseaba que esto fuera un mal sueño, una pesadilla a la que próximamente despertaría, volviendo a ver a mi preciado Doppio.

—No puedes vivir sin mi, ¿quien te ayudaría a levantarte? Jaja~ vamos.

Sus pasos tranquilos invadieron mis tímpanos, haciendo que una extraña tranquilidad tomara posición de mi mente, sigue siendo mi mismo Doppio, simplemente está un poquito molesto, nunca lo vi molesto. Esperando que sus manos tocaran mi cuerpo para levantarme veo que este simplemente me ve desde arriba.

—El rey me prohibió poder ayudarte, aunque a estas alturas… mi rey me dijo que me traicionaste, n-no mereces ayuda.

—L-Lo siento…

—No lo haré… h-hasta que estés completamente arrepentida. L-Lo siento.

Ante sus últimas palabras traté de extender mis manos pero simplemente no podía, el dolor me impidió cualquier cosa…

—Doppio no me dejes, te lo suplico…

(…)

—¡N-No…! ¡BASTA…!

Ha duras penas gritaba mientras trataba de cubrir mi cuerpo de los constantes golpes. No se como cuanto tiempo me encontraba en el castillo, pero era como si estuviera encerrada en la peor pesadilla que podría imaginar.

—Te dije que no abrieras las malditas cortinas. ¿¡ACASO ESTAS SORDA O ERES ESTÚPIDA!?

Tenía tanto tiempo sin ver a Doppio, era como si cualquier momento que hubiésemos pasado hubiera sido una simple fantasía.

Desconocía del nombre de mi rey, pero desde que estoy aquí… ¿desde cuando estoy encerrada? No lograba descifrar aquella incógnita, aunque a estas alturas realmente no era importante. … ¿desde cuando estoy encerrada? No lograba descifrar aquella incógnita, aunque a estas alturas realmente no era importante.

—P-Por favor…
Ante mis súplicas escucho su profunda risa invadir la habitación, el siempre esperaba hasta este punto, cuando ni era capaz de poder levantarme por los golpes. Escupiendo sangre simplemente miro hacia el techo.
¿En que momento perdí a mi familia? ¿Acaso alguna existieron? Al tener recuerdos tan difusos me hicieron creer que tal fueron una fantasía, al igual que Doppio.
—Te dije que no puedes abrir las cortinas, ¿por qué nunca me haces casos?. Te hago esto para mantenerte a salvo.
¿A salvo? Maldición solamente quería ver si había nieve, esta mansión estaba más fría de lo habitual, pero para mi sorpresa era verano allá afuera, tal vez el frío que sienta sea por algo más. Respirando a duras penas observo hacia mi rey.
—Lo siento… no volverá a suceder…
—¿Acaso debería de creerte? Actúas como un animal…Tsk… ¿vas a seguir llorando…?
Veo como el mayor simplemente se voltea para dirigirse a una de las esquinas de la oscura habitación, dando un suave suspiro inhalo con fuerza. Tal vez se dirigía a esa esquina para buscar algo para torturarme otra vez.
—¿Laura…?
Tenía que estar soñando, esa voz…

—Doppio…~

Apenas podía ver su pequeño cuerpo acercarse hacia mi, las lágrimas nublaban en su mayoría mi visión. ¿En que momento llegó? Eso ya no importaba, lo único que importaba era que estaba mi mayor sueño, hundiendome así en la ilusión que más anhelaba.

La ilusión de ser amada.

(…)

Este reino está conforme de múltiples de túneles subterráneos, el rey me dio la libertad de explorar todo bajo tierra pero sin la posibilidad de escapar. Alegando que un destino peor que la muerte me tomaría al intentar salir de aquí, palabras que no dude.

Después de ese encuentro con Doppio podía verlo después de los constantes castigos que recibía, era el mejor consuelo que podía recibir al estar siempre al borde de la muerte. Un consuelo que parecía una tortura, ya que cada vez que le veía mi anhelo de seguir viviendo invadían mi corazón. Mi determinación de seguir con vida era únicamente para no abandonar lo único que llegue a amar.

Con la mirada fija en uno de los miles de cuadros que adornaban estos pasillos que se extendían hasta el infinito pude aprender más del rey, algo que obviamente hace que mis esperanzas de vivir fuera de estas paredes sean más lejanas.

Todo los cuadros en donde se encontraba el rey estaban completamente destrozados en la parte de su rostro, y estas lucían claramente antiguos, tal vez de más de una década. Posiblemente el rey posea más de cien años, debido a las palabras de todos los ancianos del pueblo, cuando ellos eran apenas unos niños el seguía en el poder, sin ser visto por nadie.

Pude apreciar que a lo largo de su vida se relaciono con muchas mujeres, teniendo numerosos hijos pero estos simplemente desaparecían como si nunca hubieran existido.

—Mi rey… Doppio…

Nos traicionaste. Esa palabra era la verdad de toda duda que tenía ante mis ojos…

Dejando caer mis lágrimas simplemente me apoyo contra la pared, el frío se hace mucho mayor… el frío de mi alma desamparada…

—Doppio es el rey… o una parte… tal vez estoy loca…

Una mano se posa sobre mis delgados hombros, sintiendo una suave respiración acariciar mi nuca simplemente cerré los ojos.

—Eres el animal menos estúpido que he conocido…

El zumbar de mis oídos es más tranquilizante de lo que esperaba, antes lo consideraba una tortura, a estar alturas es una bendición incomprendida. Dejándome caer contra mis rodillas simplemente sollozo en silencio.

—Doppio te odia, nos mentiste a ambos...

Esto tenía ser un mal chiste, aunque ya no importaba. La única salida segura era la muerte.

—Matame…

—Eres tan egoísta. Tenía razón, nunca te importamos.

—M-Mentira… yo si amo a Doppio… p-pero a ti no… n-no…

La única forma de amar a Doppio es estando muerta, es la única conclusión que tome al descubrir la verdad de todo. La verdad de como el destino me maldijo eternamente.

—Pronto me amaras al igual que Doppio…muy pronto...

Al sentir como una patada estallaba sobre mi estómago vacío, vomite sin dificultad alguna sangre. Podía ver a mi rey reflejarse en mi propia sangre…

(…)

—A-Ah…

Apenas salían dolorosos gemidos de mis labios, el dolor tan inimaginable que destrozaba mi útero no me permitía emitir sonido alguno. Mi rostro cubierto de su semen y mi propia sangre era la sensación más desagradable a la que había sido sometida desde el día que llegué, pero estos encuentros sexuales se volvieron más persistentes después de descubrir el secreto de mi rey.
—Agh… ¿te gusta maldita puta?
Era imposible para mí poder formular alguna palabra, el shock me impide poder defenderme o simplemente expresar mi disgusto. El zumbido que invade mis oídos hace que la experiencia sea mucho más llevadera.
No escuchaba con claridad sus palabras obscenas, ni el ruido húmedo que provoca su cuerpo cada vez que penetraba con brutalidad mi entrada.
—¡RESPONDE!
Un fuerte golpe estalla nuevamente contra mi nariz sangrante, respirando con ayuda de mi boca ensangrentada trato de formular alguna palabra de afirmación, pero simplemente no puedo. Al ver mis intentos escucho una fuerte risa provenir de Diavolo.
—Vamos esfuérzate más, ¿o acaso quieres que me moleste?
Un profundo terror nace de mi pecho, negando rápidamente susurre un suave "no" era tan tembloroso e insignificante que me hizo sentir completamente humillada.
—Te lo dije, tienes que esforzarte más. ¿Te gusta?~
Antes que pudiera responder posa su dedos en mi clitoris, haciendo que un agudo gemido saliera de mis labios ante la repentino estímulo. Moviendo levemente mis caderas anhelando más contacto asiento varias veces.
—S-Si… D-Doppio…
Mi vista se volvió negra por unos instantes debido al fuerte golpe que recibí por parte de Diavolo, al recuperar la consciencia sostengo las manos que presionan mi cuello con una bestia fuerza.
—¿Acaso ese es mi nombre? Además de ser un perro desobediente eres una zorra que piensa en otro hombre mientras te violan.
Mis pulmones ardían por la falta de oxígeno, por un instante sentí que me acercaba a la dulce muerte. Un extraño sentimiento de placer recorrió mi vientre.
—Te trataría mejor si fueras obediente, ¿Quieres ser la niña buena de papá…?
Asintiendo a duras penas trato de cerrar los ojos mientras abría levemente mis labios. Sintiendo algo deslizarse dentro de mi garganta simplemente sollozo mientras abría los ojos.
—S-Si… quiero ser la niña b-buena de papá…

¿Acaso he tenido dignidad? La humillación era bastante alta pero ya no me importa absolutamente nada. No tengo nada, nada de que perder, ya lo perdí todo.

Viendo como este deslizaba su saliva dentro de mi boca simplemente jadeo mientras clavo mis uñas contra la manta. Sintiendo como este se corría en mi interior simplemente ronroneo suavemente mientras correspondían al posesivo abrazo que recibí de parte de Diavolo.

—Lo hiciste muy bien, si sigues así te tratare mejor. Mi pequeña mascota~

(…)

¿Esta inocencia es falsa? Me preguntaba a mi misma mientras veía a Doppio sanar mis heridas con una pequeña sonrisa. No sé quién es más cruel, si Diavolo por dejarme así o Doppio fingiendo inocencia.

—A-Agh…

—¡L-Lo siento…! Soy bastante torpe.

El sabe que el corte era brutalmente profundo, la forma como limpiaba esa herida era absurdamente más toscas. ¿Acaso esta tratando de castigarme por desobedecer a Diavolo…?

El sabe que esto es mucho más doloroso que cualquier herida provocada por Diavolo. El sabe que necesito consuelo después de cada golpe, pero decide ignorarme, esperando que suplique por su amor. Que suplique por un poco de consuelo.

—D-Doppio… perdóname… p-por favor…

—¿Hmm…? ¿De que estas hablando?

Doppio sonríe levemente mientras deja de vendar mi herida, dándole una mirada completamente desesperada trato de hablar pero únicamente salen sollozos de mis temblorosos labios.

—Si no hablas no puedo entender lo que quieres decirme.

—L-Lo siento… debí permitir que… q-que Diavolo me tocara mientras dormía… n-no debí despertarme y-y gritar…

—¿Sabes que todo esto es tu culpa?

Su dulce voz, tan inocentemente venenosa. Asintiendo rápidamente trato de abrazarlo pero el se aleja unos cuantos pasos.

—Doppio…

—Jaja~ no pongas esa carita. Sabes que no me gusta verte llorar.

Sintiendo sus brazos envolver mi adolorido cuerpo simplemente suspiro ante el alivio que provocaban sus brazos alrededor de mi herido cuerpo.

Acurrucandome en su pecho doy suaves sollozos, ante el profundo dolor que atormentaba mi cuerpo. El abrazo de Doppio intencionalmente se volvía más fuerte, haciendo así que cualquier herida se abriera, la calidez de sus brazos mezclada con la de mi propia sangre fue extrañamente reconfortante.

—Obedecenos, así evitarás esto. Todo esto es por tu culpa~

—S-Si…~ sí lo es…

Lo único que no recibiré serán sus duras palabras, haciendo así que cualquier golpe sea algún tipo de recompensa. No se oía tan mal…

—Doppio…  este dolor se siente como si tuviera vidrios molidos en los huesos… duele…

(…)

—Nunca sería capaz de olvidar tus sueños Laura. Ni mucho menos nuestras promesas.

La suave voz de Doppio envolvía mi cuerpo en un extasis anormal, como si estuviera sumergida en un sueño lejano. Observando el mar que se extendía hasta el infinito miro a Doppio mientras que las lágrimas se acumulaban en mis azules ojos.

—N-No lo olvidaste…

—Nunca olvidaría algo tan importante como tus palabras, al igual que esto.

Bajando la mirada observo que entre sus manos había un pequeño frasco, era ese frasco. Dejando caer mis lágrimas tomo con delicadeza sus manos mientras veía como mis lágrimas caían sobre su palma.

Tenía el pequeño frasco en donde le había entregado mis lágrimas, las lágrimas que simbolizaban mi inocencia, mi amor eterno por él.

¿Por qué duele…? Se supone que este era nuestra preciada promesa, la promesa en donde conocería el mar a su lado, dirigiendo la mirada hacia la extensión azul un inmenso vacío inundó mi pecho.

"—Se que me llevarás a conocer el mar, lo prometiste~. Así que no te deprimas Doppio, prefiero ver tu sonrisa, es tan radiante como las estrellas. "

"—Me encantaría simplemente desaparecer… y estar contigo para siempre~."

"—Quiero ser el primero que te enseñe la belleza del océano."

Mis piernas se movían solas, un montón de recuerdos invadían mi memoria, recuerdos absolutamente lejanos, asemejandose con la irrealidad de un sueño. Corriendo hacia el mar escucho los gritos a mis espaldas pero por un momento eso no importaba, era como si mi alma fuera libre por un instante.
Iba corriendo contra el viento, más veloz que un
venado, y ninguna voz de este mundo la podía detener. Pasó corriendo sin
volver la cabeza por el vapor ardiente de los charcos de salitre.

Al sentir el frío empapar mis piernas junto a mi vestido simplemente río con fuerza, era la sensación más real que había sentido en años. Tratando de secar mis lágrimas simplemente sigo riendo histéricamente. Deseaba que mi vida se extinguiera en este momento de histeria, de libertad plena.

—Por un momento pensé que ibas a suicidarte… Aunque se que no podrías estar sin mi, aunque estés muerta seguirás anhelando mi cercanía.

Al sentir sus fuertes brazos rodear mis hombros el ruido del mar simplemente desapareció, dejando así el ruido de mi alma. Bajando la mirada dejo de reír para así dejar una sonrisa temblorosa sobre mis labios.

Llorando de soledad y de miedo siento como el mayor atrapa mi cuello contra su brazo, ahorcandome sobre su fuerte brazo dejo salir una pequeña sonrisa.

—Me temo que tu rey tendrá que castigarte.

Esto será un ciclo eterno, hasta que algún día termine este sufrimiento llamado vida.






Muchas gracias por leer!!! Espero que hayan disfrutado del one shot uwu próximamente vendrá uno de Pucci realmente perturbador, y uno de Bruno. Me gustaría saber sugerencias sobre que one shot les gustaría leer.


Esta vez no quise poner advertencias, me dio realmente mucha pereza escribirlas xD

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top