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Halloween es una fecha muy esperada en Corea del Sur, normalmente los jóvenes se encontraban libres de la carga estudiantil y paseaban por las calles con sus disfraces o se la pasaban en alguna fiesta preparada. En cambio, los empleados salían más temprano de lo habitual, tenían reuniones por la festividad, comían y bebían hasta vomitar junto a sus compañeros para luego disfrutar del karaoke.

Muy a su diferencia, Min YoonGi había preferido pasar de largo cuando su jefe, SeokJin, lo invitó a seguirlos, no disfrutaba mucho de los ambientes ruidosos y sinceramente con su cargo de subdirector en la empresa de reportajes tenía suficiente dinero para pagarse por sí mismo alguna cena. Con una disculpa más o menos sincera, tomó dirección a su vehículo en el estacionamiento subterráneo y mostró desagrado al no ver que el vigilante, HoSeok, se encontrara en su lugar. Pensó en esperar un poco, más que nada para ver si quería ir a su casa, eran buenos amigos desde hace años y sabía de antemano que podría haber escapado más temprano para ir a algún bar por su cuenta, bailar entre la multitud era más su estilo.

Las luces de todo el estacionamiento empezaron a parpadear, probablemente debido a alguna falla, por lo que le envió un mensaje al electricista del edificio, para que pasara mañana a revisarlo y evitar algún futuro posible accidente. Demasiado agotado, decidió entrar al cubículo de vigilancia y tomar el letrero de cerrado para colocarlo en la puerta, apagar las luces y echar una mirada en las cámaras, donde por un instante pensó ver a alguien vestido todo de negro y con una máscara de cuernos de ciervo, parado en medio. Cuando giró su mirada hacia el sitio, no había nadie, debía haber sido algún chico de la empresa que ya debía llevar su traje de halloween, así que no le tomó mucha importancia y se dirigió finalmente a su lugar aparcado. Solo unos cuantos pasos y otro fallo de luz, esta vez las múltiples cámaras mostraron pantallas borrosas y códigos extraños, que ni siquiera había visto por irse demasiado rápido.

Al entrar en su vehículo, prendió la radio, mostrando una sonrisa al escuchar una canción de Eminem en su estación habitual, aunque su ceño se frunció al ver que las cámaras delanteras y traseras no estaban funcionando como debían. En un signo de desesperación se apretó el puente de la nariz y suspiró, después le dio un ligero golpe al aparato para que reaccionara. Cabe resaltar que era pésimo con la tecnología y era lo mejor que podía hacer por el momento, aunque no obtuvo ningún resultado precisamente.

Por un breve instante, la alarma de que había algo en la puerta del copiloto empezó a sonar, pero no había nada allí cuando se fijó. Seguido, pasó lo mismo con la siguiente puerta, la cajuela, la última puerta de atrás, incluso con la suya y el cofre. Estaba muy seguro de que era culpa de no llevar el vehículo a su chequeo anual en la agencia porque definitivamente no había nada ni nadie alrededor para encender los detectores de movimiento.

YoonGi decidió que estaba muy estresado para lidiar con las cosas que estaban saliendo mal esta noche, más bien, este día, ya que incluso había recibido una extraña llamada entre sus horas de trabajo, donde alguien le dijo alegremente "Divirtámonos esta noche" y le había causado un malestar profundo. No diferenció a quién pertenecía la voz, pero apostaba cien grandes a que debía tratarse de una broma de mal gusto por manos de SeokJin, que era demasiado infantil en estas fechas y pudo pagarle a alguien solamente para asustarlo.

Dejó que el motor se calentara lo suficiente, arrancó y salió del estacionamiento sin problemas, aunque antes de llegar a la calle, pudo distinguir a alguien, esta vez parado frente al elevador. Fue un vistazo nada más, nuevamente se trataba de la persona vestida toda de negro, demasiado lejos de su alcance para poder ver bien de quién se trataba, solo pensó en despedirse con un movimiento de mano por cortesía. El contrario también lo había visto, pero no reacciono a tiempo para corresponderle el adiós con la palma enguantada de látex negro antes de que desapareciera y a la vez las puertas del elevador se abrieran.

Las cámaras de vigilancia volvieron a funcionar, todas las pantallas mostraban la entrada del elevador, lugar que ahora se encontraba lleno de grandes manchas rojas y había una huella de mano deslizándose por la pared, hasta dar con el cuerpo de HoSeok. El charco de sangre se extendía por el suelo, lo habían acuchillado repetidamente en el abdomen, unas veintitantas veces, y abandonado sin dejar rastro alguno del culpable. Las viseras que se habían salido en algún momento fueron acomodadas, estaban en el suelo formando un corazón y al pasar por el cubículo de vigilancia dejó muchas notitas que decían el nombre de Min YoonGi en las pantallas. Estaban en todos lados, como si no pudiese evitar utilizar el paquete completo para hacerlo, casi como un obsesivo-compulsivo.

Para ese momento, YoonGi ya se encontraba por las calles de Seúl, manejando hacia su vivienda, sin saber que la persona que había visto era en realidad un asesino serial que había tomado ventaja de esta fecha para llegar a él. Una lástima que no hubiese esperado un poco más en el estacionamiento subterráneo, "Face deer" le habría dado todo un espectáculo sangriento de cómo mataba al vigilante y se escabulliría bajo su piel aterradoramente. Hace poco lo había marcado como una víctima interesante, alguien lo suficientemente absurdamente ingenuo para no darse cuenta de que tenía a la muerte tan cerca y que incluso le decía adiós respetuosamente sin saber que estaba siendo acechado. O que su amigo era brutalmente asesinado para dejarle un mensaje sangriento de amor, una demostración a su manera, la única que conocía.

El desconocido salió del terreno de la empresa con una sonrisa enorme en sus labios, mostrando un diente delantero algo chueco, sus labios eran gruesos y rojizos. Su cabello negro despeinado bajo la máscara negra con cuernos de ciervo, su camisa ceñida al torso de algodón negra y unos pantalones entubados de látex negros. Le encantaba la sensación de poder caminar alrededor de otras personas sin que se percataran de que estaba cubierto por rastros de sangre, sus ojos grises se dilataban de placer. Estaba tan entusiasmado que incluso arrastró algunos transeúntes hacia el callejón más cercano y los masacró sin una pizca de piedad, utilizando la sangre de sus cuerpos para dejar un mensaje escrito en la pared que nuevamente decía "Min YoonGi" con un corazón humano arrancado de un cuerpo al final. Era inevitable dejar un rastro tras sus pasos, como si fuera la peste negra adentrándose en cada persona que se acercaba lo suficiente para ser infectada y eliminada.

Pasadas las 9:30 pm, se montó en su motocicleta y se dirigió camino a la dirección del chico rubio que había conocido por mera casualidad hace dos años, creyendo que era algún estudiante, pero que tras una buena investigación, descubrió que era un empleado de las empresas Kim. Se había enganchado tan pronto como lo vio, tan sereno con su hermosa piel blanca de porcelana, labios finos rosáceos, nariz de botón y ojos negros gatunos, tan sencillo y a la vez tan ideal. Poco a poco, se fue acercando, entrando en su día a día sin que supiera quién era, deleitándose por el breve tiempo en que lo conocía y escuchaba su ronca voz. La anticipación por hacerlo gritar y sangrar lo hacía estremecerse de fascinación, quería y necesitaba desesperadamente asesinarlo.

Face deer nunca había planificado un asesinato, disfrutaba de las muertes aleatorias, sangrientas e instantáneas, pero este hombre era su excepción y se había preparado para poder secuestrarlo, llevarlo a su hogar y torturarlo hasta el último de sus alientos. Fue inesperado que su presa no siguiera a su jefe y compañeros, así que tuvo que improvisar de último momento y cambiar todo su plan, eso lo enojó tanto que el pobre vigilante tuvo que pagarlo con su vida. Pese a eso, estaba bien, solo tenía que hacer uso de sus numerosas habilidades para llegar a él antes de que terminara halloween y prepararlo minuciosamente para la noche más aterradora de su vida, algo inolvidable que se llevaría hasta la tumba.

Min YoonGi moriría en sus manos y él disfrutará abriéndolo de par en par para ver si es tan hermoso por dentro como por fuera y se cubrirá en su sangre, cada rincón de su cuerpo decorado de rojo. El solo pensarlo lo hacía endurecerse, besaría esos delgados labios mientras soltaran su último aliento y vería esos espectaculares ojos apagarse, perder su luz, todo solo para él.

Todo perfectamente traumático, desencadenante de terrores, pero ¿Lo será para el pobre reportero? Quién sería visitado por la muerte en persona. Un hombre que sonreía hasta mostrar las encías, observando el espejo retrovisor con cautela cada ciertos minutos.

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Bienvenid@s mis galletitas del mal al especial de halloween buuu~ kekeke 👹

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