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—No están saliendo.— dijo JinRi con preocupación, mirando hacia el Vaticano.

Después de terminar su misión, había decidido mantenerse cerca, por lo menos hasta que sus compañeros salieran. Sabía de antemano que estaba desobedeciendo, pero algo no olía bien para ella y es que el laboratorio mostraba indicios de que habían usado la sangre de JungKook.

—El líder YoonGi se enojará si ve que lo desobedecimos.

—Es que algo no estaba bien ¿Viste lo que los papeles decían sobre los experimentos con la sangre? — cuestionó YeSung ante lo dicho por JiEun.

JinRi se giró a mirarlos y aunque no estaba segura del todo, lo mejor era arriesgarse y volver al Vaticano para ayudar. Observó a Leetuk, siendo el mayor de ellos quería saber su opinión y cuando lo vio asentir decidió que el grupo debía ser apoyo para los líderes.

—Vamos a volver, si alguno no quiere ir puede retirarse.

Ninguno se echó para atrás, siguieron a la neonata hacia la zona que los líderes Min se habían dirigido y cuando entraron solo se encontraron con muchos cuerpos y sangre. Tuvieron que utilizar su velocidad para dar con ellos, pues habían avanzado y el panorama no era tan distinto al anterior, solo que todos estaban actualmente peleando.

YoonGi los vio llegar y no los reprendió en absoluto, estaba teniendo dolor en el pecho y sus hermanos también, podían sentir que JiMin estaba en peligro y no estaban peleando adecuadamente por la desesperación de ir a buscarlo. JungKook y HoSeok no se habían dado cuenta, pero realmente los hermanos Min habían estado recibiendo palizas desde que perdieron de vista al eternâ, estaban distrayéndolos con su punto débil.

Tanto mago como vampiro, estaban todavía peleando con el grupo que los rodeaba y cada vez era más complicado porque HoSeok ya no tenía energía para el campo de protección y había comenzado a pelear. Sin embargo, era pésimo en el cuerpo a cuerpo y JungKook estaba cansado porque los religiosos, si bien eran sencillos de asesinar, sus ex compañeros estaban entrenados y le exigían más atención.

—Eres un asco.— dijo JungKook con cierta burla, ayudándole.

HoSeok se rió —Lo sé, pero para eso estás conmigo.— aseguró, importándole poco que este no era el mejor momento para decirlo.

JiMin y el grupo uno para ese momento estaban entrando por el pasillo, tanto los neófitos como los hermanos Min pudieron detectar el olor de su sangre, tentadoras manzanas. SiWon lo veía venir, por lo que habían colocado al eternâ detrás de ellos, como si fuesen un muro de seguridad, que no debía ser penetrado.

Jackson, Sana y JiYong se encontraron evitando ataques más rápido de lo que quisieran y Siwon se mantenía como un protector personal del eternâ. Esperaban que el plan funcionara y ninguno fuera una baja porque el grupo uno estaba seguro de que los líderes no se lo tomarían para nada bien.

—¡JiMin!— gruño YoonGi con los ojos rojos llenos de ira pura al saber que su pareja estaba herida, algo que pasó también con Agust y Suga.

El grupo dos de JinRi se unió a la pelea, habían notado que solo los neófitos iban directamente por el eternâ, así que era mucho más fácil diferenciar a quienes debían arrancarles las cabezas y a quienes no. Eso mismo les había servido a los demás como señal para matar rápidamente a los humanos y darles su respectiva muerte a los vampiros.

Agust y Suga finalmente pudieron salir del círculo que los rodeaban y se separaron para ayudar a los demás. Agust fue con JungKook y HoSeok, mientras que Suga se unió a YoonGi para ir con JiMin.

La masacre terminó en cuestión de minutos y todos salieron del Vaticano, las dos misiones estaban hechas, ahora debían volver, pero había un problema y es que JiMin no podía ni siquiera mantenerse de pie. Poco a poco parecía estar perdiendo la consciencia y los tres hermanos necesitaban respuestas para poder ayudarlo, no querían perderlo y se veía tan jodidamente mal.

—¿Dónde lo encontraron?— interrogó YoonGi, mirando al grupo de SiWon.

—Un trío de neófitos lo arrastró al pasillo por el que planeábamos salir, el sótano fue un desastre y solo fue una casualidad que lo encontráramos.

Suga se acercó a JiMin y lo cargó con delicadeza, sus ojos grises seguían rojos por el coraje, pero el peli rosa al verlo le dio un beso en los finos labios para calmarlo.

—E-estoy bien, solo algo débil.

Tras las palabras de JiMin el silencio se hizo presente durante todo el camino de regreso al avión, todos estaban cansados y heridos, lo cual de igual manera no era algo importante, ya que en algunas horas mejorarían.

JungKook repartió algunas bolsas de sangre a los neonatos, se alimentaron y durmieron tranquilamente en sus respectivos asientos. Pese a eso, cuando llegó al área privada de su familia, se encontró a HoSeok y YoonGi discutiendo por lo bajo.

El mago no sabía qué decir, sabía que había recibido la orden secreta de YoonGi por si se encontraban en peligro y quizás debió seguirla en el momento que JiMin se separó de ellos. No obstante, no lo hizo porque estaba más atento a JungKook y sinceramente prefería no poner en riesgo a uno de sus mejores amigos, pues el plan básicamente constaba en eso, abandonarlo y huir.

—Te dije claramente lo que debías hacer.

—No iba a dejarte, lo siento.

—¡Pusimos en riesgo a JiMin!

—Tío YoonGi, por favor cálmate.— rogó JungKook al escucharlo gritar.

Suga y Agust que cuidaban a JiMin un poco más adelante, se asomaron para ver que sucedía, ellos no sabían nada de lo que YoonGi le había pedido a HoSeok. Desde que llegaron al avión se habían centrado totalmente en su amado, pero a su diferencia, su hermano mayor continuaba enojado, sus ojos rojos no se iban y eso que ya estaban seguros.

Nadie podría entenderlo en absoluto porque YoonGi era el líder de todos, si alguno de ellos salía herido era su responsabilidad, sabía que ni siendo vampiros o inmortales tenía asegurado nada. Los del Vaticano eran un riesgo que no podía aceptar, ellos ya habían puesto un tatuaje absorbe poder en JungKook con tal de matarlos y ahora con neófitos había otra oportunidad.

—¿Le pediste que te abandonáramos?— preguntó Agust, interfiriendo en la discusión.

YoonGi asintió —Era lo correcto, yo podría haberlos detenido mientras huían, pero necesitaba que HoSeok se encargará de llevarlos.— confesó directamente —Le pedí esto cuando veníamos, JiMin casi es comido por mi culpa.

Todos se mantuvieron quietos ante sus palabras, como vampiros sabían que una de las maneras de acabar con ellos era secarlos, succionarles la sangre o la energía hasta la última gota. Era la muerte más dolorosa que había entre los neonatos, JiMin no podía recuperarse como JungKook, Suga, Agust o YoonGi, él moriría como cualquiera de los demás. Por más Eternâ o nueva generación que fuera, no era inmortal, las muertes normales que les daban a los neonatos podrían acabar con su vida, dependía de la sangre de los Min también. Ya fuera que lo degollaran, clavaran una estaca en su corazón, que lo quemaran vivo o drenaran, simplemente moriría, no habría regeneración para él.

Ellos pudieron perderlo para siempre.

—YoonGi...— llamó JiMin en un hilo de voz desde su asiento, estaba pálido y aún demacrado —Sigo aquí, todos estamos bien, las misiones se hicieron y estamos volviendo a casa ¿Puedes olvidarlo? — dudo con sumo pesar.

JiMin, por su parte, se sentía culpable porque podía jurar que fue más una carga que una ayuda, pero Suga y Agust le insistían en que no fue así porque gracias a él y su sangre pudieron distinguir entre humanos y neófitos. Además, había asesinado a varios cazadores y sacerdotes antes de que fuera mordido, no era su culpa que lo intentarán comer y descubrieran que era el eternâ.

Todo hubiese salido bien si no lo hubieran herido en el abdomen, su aroma de manzanas no podía ser detectado por neonatos ni neófitos, o por lo menos no sin una abertura tan grande como esa. Los hermanos Min como sus parejas podían olerlo, sobre todo, cuando aún era un humano, pero ahora siendo también un vampiro, su aroma se escondía algunas veces hasta para ellos.

—JiMin tiene razón.— opino Suga, yendo hacia él para abrazarlo.

YoonGi no pudo continuar enojado después de ver a JiMin pidiéndole tal cosa, solo suspiro y restregó sus manos en su pálido rostro, había perdido el sentido por miedo. No estaba bien que estuviera reprendiendo a HoSeok si era bastante obvio que no lo había obedecido por estar con JungKook, él hubiera hecho lo mismo si se tratara de su pareja.

—Lo siento, HoSeok, también para ustedes, chicos.

—Todo está bien, los neonatos también tuvieron que tomar decisiones y aunque no fue acuerdo al plan, aquí estamos todos juntos.— intentó calmarlo Agust, tomándole por el hombro —Esto ya no es la guerra YoonGi, de ahora en adelante tendremos paz y la familia que siempre buscamos.

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