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YoonGi fue el primero en darse cuenta de que JiMin había despertado, intentó decirles a sus hermanos, pero el peli rosa ya se encontraba lanzándose encima y empujándolo contra la pared. Su fuerza como neonato era sorprendente, al punto de romper el papel tapiz y la madera en sí, había llegado a dolerle ligeramente.
—¡JiMin!
—¡Minnie!— gritaron al unísono Agust y Suga al verlo.
JiMin ni siquiera les prestó atención, su mente estaba cegada, confusa en una bruma de sed y desesperación, una enorme ansiedad creciéndole en el pecho por el delicioso aroma. Su respiración errática golpeaba el rostro del mayor de los Min, estaba mostrándole sus recién salidos colmillos como si fuese su presa y sus ojos estaban completamente rojos.
—Minnie...— le llamo Suga insistente, un tanto preocupado a la vez que le tocaba el hombro, pero el peli rosa solo le gruño mirándole de reojo.
—Toma esto, te sentirás mejor.— aconsejo Agust, tendiéndole la copa con sus sangres, pero JiMin no se dignó a escucharlo.
—T-tranquilos.— dijo a duras penas YoonGi por la asfixia del golpe en su espalda, sus pulmones se quedaron sin aire —Solo tiene hambre y su instinto lo está dominando.— agregó, recomponiéndose y sonriéndole a JiMin, a sus ojos se veía jodidamente hermoso convertido.
JiMin se acercó al cuello de YoonGi, su pequeña nariz rozó su piel de porcelana y dejó una tímida lamida cuando encontró el punto que desprendía el aroma de petricor, allí estaba la vena llena de sangre llamándole, tentándolo.
—Hazlo.— le animó YoonGi, tomándole por los cabellos rosas y acercándolo mucho más, ladeando su cuello para que tuviera un mejor acceso.
Suga y Agust fueron testigos de cómo JiMin enterraba sus colmillos en la piel de su hermano mayor y succionaba su sangre con fuerza, mientras sus manos apretaban el cuerpo, como si no quisiese que se apartara.
YoonGi gruño por la sensación, cerró sus ojos y soltó un jadeo extasiado por el placer que sentía al brindar directamente su sangre a su eternâ. Además, no estaba ayudando para nada que JiMin se restregara contra él, frotando sus entrepiernas como un animal. Era bastante normal que estuviese haciéndolo, para los vampiros tomar sangre y mantener relaciones sexuales es la forma más pura de alimentarse porque eso crea un lazo.
Suga fue el segundo en acercarse, incitado por el gran magnetismo sexual que JiMin desprendía, lo tomo por la cintura y lo atrajo ligeramente a él para comenzar a simular estocadas, se dedicó a besarle la nuca y acariciarle el vientre sobre la ropa, esperando a que terminara con YoonGi. Agust se colocó al costado izquierdo, él solamente se dedicó a mirarlo beber la sangre de su hermano mayor, no quería molestarlo y tampoco es como si pudiera tocarlo o hacer algo mientras estaba ocupado.
YoonGi soltó los cabellos rosas y JiMin se apartó de él, lamió las marquitas que le dejaron sus colmillos para que sanara y alivianar un poco su dolor, algo que hizo por puro instinto. Se giró hacia Suga y prácticamente realizó las mismas acciones, lo olió y encontró el aroma a pinos en su cuello, lamió un poco e incrustó para succionar. Sin embargo, el menor de los hermanos no estaba preparado en lo más mínimo para sentir tanta satisfacción, en un movimiento hambriento llevó al eternâ en sus brazos y lo dejó en la cama. Separo un poco al peli rosa y por ello recibió un gruñido de molestia, el cual fue rápidamente cambiado por un gemido cuando lo coloco encima de él y sus erecciones se encontraron.
—Aquí estoy, no me iré, tomá cuanto quieras.— le susurró Suga al oído, su voz ligeramente ronca por la excitación.
JiMin pareció entenderlo porque se inclinó sobre él para volver a morderlo y alimentarse, esta vez un poco más consciente de sus acciones, mucho mejor centrado en el hecho de que estaba vivo y que había vuelto.
—Soy todo tuyo.— agregó Suga, bajando sus pálidas manos hacia el respingón trasero del peli rosa, el cual amasó con fuerza a la vez que lo levantaba para continuar simulando penetraciones.
YoonGi se rió un poco al ver el rostro sorprendido de Agust, pues prácticamente su hermano menor había robado a JiMin solamente para él y ahora ambos tenían que acercarse a la cama para unirse.
JiMin sintió las manos de alguien rodeándole por la espalda, era Agust desabrochándole la camisa que le habían puesto mientras estaba inconsciente. Cuando el rubio terminó con los botones expuso su perlada y ligeramente pálida piel, lo acaricio tentativamente. Se encaminó a sus pezones, los cuales estaban duros y no resistió la tentación de pellizcarlos un poco a la vez que los estiraba.
—Mgh~.— gimoteo JiMin aún con los colmillos en el cuello de Suga.
YoonGi comenzó a quitarse la ropa, se acomodó sentado en la cama, recargado en la cabecera de esta y solo observó la escena erótica que tenía delante. Su miembro estaba erguido y húmedo, el pre semen decorando su glande, llevó una mano para darse un poco de placer a sí mismo y se tensó un poco al sentir que JiMin colocaba su regordeta mano sobre la suya.
—Ya veo, no quieres dejar a ninguno aparte.— comentó el mayor con picardía, estaba realmente encantado de ver a JiMin tan posesivo con ellos.
Suga sintió los colmillos salir de su cuello, una lamida y un besito que fue dejado con ternura, esta vez JiMin pegó su frente contra la de él y lo miró unos instantes a sus preciosos ojos grises, lo estaba reconociendo.
—Volviste.— dijo el peli azul contra sus esponjosos labios.
JiMin asintió para comenzar a besarlo, un beso apasionado que aprovechó para romperle la camisa que Suga llegaba puesta y acariciar cada milímetro de su torso con la mano que tenía libre. Agust observó la posición del eternâ y sonrió con malicia, el peli rosa se encontraba prácticamente en cuatro, dejándole la retaguardia a su total disposición, parecía apropósito y lo era. Vio su oportunidad y tomó el inicio del pantalón que el contrario llevaba puesto para bajarlo junto a su ropa interior y con un poco de dificultad se los quitó completamente.
—Te voy a preparar.— advirtió Agust al verlo semidesnudo, solamente con la camisa blanca de botones, cubriéndole una porción de la espalda y un hombro.
JiMin no le respondió porque se encontraba nuevamente besándose desenfrenadamente con Suga, por lo que decidió menear su trasero un poco en respuesta y Agust le soltó una sonora nalgada por ser tan travieso.
YoonGi echó su cabeza hacia atrás cuando JiMin comenzó a masturbarle con más fuerza, estaba muy cerca de venirse, pero no quería llegar al límite sin haber estado más con él. Así que quitó ambas manos de su hombría para arrodillarse al lado de JiMin, quien dejó de besar a Suga para mirarlo unos instantes a sus bonitos ojos azules. Le tomó por el mentón, le acarició con el dedo pulgar sus rojizos labios, hinchados de tanto besarse con el menor y se inclinó un poco para darle un casto beso.
—Los extrañé tanto.— ronroneo JiMin, sintiendo como Agust comenzaba a lamer su culo, acción que lo hizo arquearse y suspirar.
Esto de abajito lo escribí cuando lo estaba escribiendo, así que a pesar de la pena que me provoca lo dejare ajaajajaja
Una intrusa entra a la habitación y se sienta en uno de los sillones individuales para mirarlos —Que bonito reencuentro ¿No invitan?— preguntó con algo de vergüenza, sus mejillas están sonrojadas y hay un puchero en sus labios.
—¿Quién demonios eres? Sal del castillo y consíguete una vida.— Agust respondió enojado por la interrupción.
Suga le sonrió —Hola, extraña, como verás estamos ocupados ¿Te presto a Shooky?— dudo, enseñándole su peluche con forma de galletita.
YoonGi se pasó la mano por el rostro —Ahhh esto pasa cuando no le ponemos seguro a la puerta, no hay espacio.— dijo tajantemente.
JiMin se dio cuenta de que la chica se puso triste por culpa de los hermanos Min y decidió hablar —Déjenla, es la escritora y ella junto a todas las galletitas del mal pueden vernos.
—Gracias, Minnie, te amo.— la escritora se encuentra contenta de ser finalmente reconocida y se desvanece para darles su "privacidad".
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