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El cuerpo de JiMin se desplomó en ese mismo instante, Agust al ser el más cercano junto a JungKook le tomaron a tiempo para que no llegara a tocar el suelo. Ambos fueron bajando poco a poco para mantenerlo recostado y cuidarlo, se notaba que su eternâ estaba débil y que no podía mantenerse en pie, pero no sabían cómo ayudarlo.

—Deben convertirlo, lo he sanado, pero su cuerpo aún reciente toda la pérdida de sangre y puede volver a morir, esta vez iría directo al infierno.— señaló HoSeok, apareciendo ante todos y fijó su mirada ansiosa entre los hermanos Min y JungKook, que no se vio sorprendido por su presencia mágica.

—Pero ya no hay árbol de la vida ¿Cómo vamos a convertirlo? — refuto Suga, apretando sus puños y dejando que las lágrimas se deslizaran por su rostro adolorido.

JungKook al escucharlos cerró los ojos con fuerza, sintiéndose verdaderamente culpable sobre todo esto, no sabía qué hacer para enmendar sus errores, fue él quien quemó los frutos y el lago. Agust se dio cuenta de su pesar, acomodó el cuerpo de JiMin sobre sus piernas para que reposara y lo apretó contra su pecho solo un poco. Le acaricio su pálido rostro con su temblorosa mano y se permitió llorar sin pena alguna. Luego observó a su hijo y le señaló que se acercara para poder buscar refugio en su existencia, en su vida.

—Lo siento mucho.— murmuró JungKook totalmente abatido, tomando la mano de su padre y la de JiMin, apretándolas ligeramente.

—No todo está perdido.— aseguró HoSeok, chasqueando los dedos y apareciendo con un movimiento de su mano una manzana bien conservada en un cristal mágico.

—¿Es la que te dimos? — preguntó atónito YoonGi.

Años atrás le habían dado una porque el mago era demasiado curioso y había querido intentar descubrir cómo funcionaba, que había en estos frutos que ayudaba a transformar humanos en neonatos.

HoSeok asintió —Me dije que no debía interferir con el destino, si descubría su función y alguien se enteraba podría darle un mal uso ¿Qué pasaría si todos los humanos se volvieran vampiros? ¿Qué pasaría si por mi culpa se creaba un desequilibrio?— explicó entre dudas.

—Entonces decidiste no usarla y guardarla.— opino Suga sonriendo a medias, por lo menos había una pequeña esperanza.

—Utilícenla en JiMin, estoy seguro de que estaba destinada a ser usada en este momento, es tal como debe ocurrir.

—Gracias.— dijo Agust, mirándolo con verdadero agradecimiento.

YoonGi tomó la manzana en sus manos, miró a sus hermanos y los tres asintieron a la vez, poniéndose de acuerdo en unir sus sangres para brindárselas a JiMin tal como las que había en el lago, podía funcionar. JungKook fue testigo de cómo cortaban sus muñecas y las dirigían al rostro del eternâ, de cómo le abrían los esponjosos labios para dejar caer su sangre en la pequeña boca semiabierta. Acto seguido, Agust aplasto la manzana con una de sus manos hasta volverla jugo y papilla para alimentarlo con ella. Finalmente, Suga le limpió cariñosamente las comisuras, asegurándose de que nada se quedará fuera.

—No reacciona.— dijo Agust, buscando algún indicio de que su intento funcionó.

—Hay que esperar.— recomendó YoonGi, arrodillándose y besando la frente de JiMin —Sé que volverá a nosotros.

Suga asintió —JiMin no nos dejaría solos.— afirmó, también uniéndose a ellos para acariciarle sus cabellos rosas.

HoSeok los observaba atentamente, estaba nervioso porque lo máximo que había visto en su visión era la muerte de JiMin y el descanso de Hilda, su poder fue limitado hasta esos sucesos. Lo que pasara ahora y después lo desconocía, así que temía enormemente por la estabilidad emocional de sus amigos, tantos sucesos en un solo día. Un susurro, casi como el sonido del viento, llegó a sus oídos, dejó de mirar a los Min para girar su rostro a una esquina, donde estaba la cabeza cercenada de SeokJin y fue por ella.

—Vamos, Minnie, vuelve.— insistió Suga, ansioso por verlo abrir sus hermosos ojos color café.

YoonGi comenzó a preocuparse, normalmente el cambio era rápido, no costaba ni siquiera dos minutos que se hiciera. Miro a Agust, quien a su vez también le miraba, ninguno tenía la respuesta para lo que estaba pasando.

—T-tiene que luchar...— dijo repentinamente JungKook, su voz llamó la atención de los hermanos porque parecía tan frágil —En el Vaticano hicieron muchas pruebas con mi sangre, según los sacerdotes no solo es cuestión de comer y beber, sino también de entrega. Me refiero a que la persona a convertirse debe tener el deseo de vivir, de aceptar ser lo que nosotros, no es solo un cambio y ya. Los religiosos creían que había un tipo de juicio en el que se podía elegir entre el bien y el mal. Ellos lo comparaban con la última cena, donde Jesús repartió con los apóstoles el pan y el vino "Tomad y comed. Esto es mi cuerpo". Probablemente ustedes no tuvieron que elegir, no si la convicción en sus corazones era tan fuerte como para negar su fe y debe ser igual para los demás neonatos que habían perdido la esperanza al estar pendiendo en un hilo hacia la muerte.

Los hermanos se quedaron en silencio pensando en lo que había dicho el menor, podría tener una verdadera conexión porque realmente fue así, ellos aceptaron ciegamente, tomaron la sangre y comieron el fruto que en la biblia consideran la tentación y el pecado.

—Nosotros le ofrecimos ser un neonato a JiMin antes de que todo esto ocurriera y él no parecía muy convencido ¿Crees que eso tenga que ver?— dudo Agust, mirando a su hijo con un poco de incredulidad.

JungKook asintió —Las elecciones son por voluntad propia.

—Cuando conocimos al ser, él también nos preguntó si estábamos dispuestos, buscábamos fuerza para defender lo que amábamos, ni siquiera nos detuvimos a pensar las consecuencias.— confirmó YoonGi, recordándolo como si hubiese sido ayer.

—Muerdan y beban suena muy parecido a tomad y bebed para mí, Dios nos maldijo después de que lo hicimos, creo que, JungKook, tiene razón.— concordó Suga, mirando al susodicho con rostro neutro, aún molesto por los sucesos pasados.

JungKook resintió la mirada pesada del peli azul y se encogió en su lugar, si él hubiese sabido la verdad no habría actuado así, pero toda su vida se basó en mentiras, engaños y maltratos ¿Qué se podía esperar? Muy probablemente ni siquiera hubiese abierto los ojos por más que le insistieran, de no haber sido por su madre ya estaría muerto y también su padre. Pese a eso, YoonGi ni Suga estaban muy contentos del repentino cambio de parecer que tuvo, dado que sus acciones trajeron consecuencias enormes y les arrebató a personas importantes de sus vidas; SeokJin, TaeHyung y ahora JiMin, que peligraba con no volver.

El hecho de que Agust perdonara a su hijo, que intentara comprenderlo y lo apoyara, no indicaba que estuviera completamente a su favor. Claramente estaba molesto y decepcionado, pero reconocía que no era del todo culpable. Tarde que temprano sus hermanos debían entenderlo, cuando sus emociones no estuvieran rozando lo demoníaco.

—Llevémoslo a la habitación principal y esperemos un poco más.— señaló Agust para aligerar el ambiente —JiMin volverá después de que elija.

—¿Y si no lo hace?— preguntó Suga borde, parecía a nada de lanzarse contra JungKook, hasta sus ojos estaban destellando en rojo sangre.

YoonGi lo detuvo —Lo dejaremos descansar en paz... No podemos obligarlo, no importa cuánto lo amemos.

Suga no le respondió, ni siquiera miró a Agust o a JungKook solo tomó entre sus brazos el cuerpo de JiMin y se dirigió a la habitación principal para recostarlo y quedarse en la cama con él. Se abrazó a su cuerpo y reposó su cabeza en el pecho para escuchar el silencio de su corazón, esperaba que pronto volviera a latir y pudiera volver a sonreírle.

Agust había querido seguirlo, pero YoonGi lo frenó y negó con la cabeza, sabía que había que darle espacio con JiMin porque probablemente de los tres esta vez Suga haya sido quien más se unió al eternâ. Después de todo, había sido Suga quien lo aceptó primero, quien lo sintió en peligro, quien presenció el primer latido, fue el primero de ellos en todo lo sentimental, aun cuando no pudo tenerlo carnalmente.

¿Cómo podrían ellos saber lo que su hermano menor sentía si tanto Agust como YoonGi habían tenido el honor de compartirlo y amarlo?

Suga se había retenido a sí mismo por miedo a lastimar a JiMin, esa noche de luna roja pudo haberlo hecho suyo, pero no, se contuvo por más que sus instintos estuvieran enloquecidos porque temía asustarlo, así de puro y verdadero era su amor por él.

—Lo mejor será que te mantengas alejado de la habitación principal.— comentó YoonGi, mirando de soslayo un poco a JungKook sin ninguna expresión en su rostro antes de también marcharse, se encontraba igual de molesto que su hermano menor, pero tenía que mantener la cabeza fría para tomar decisiones y ver por todos.

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