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Por un lado se encontraba August, tirado en el piso, soportando su peso a cuatro, intentando ponerse de pie. A la vez que JungKook estaba cerca del lago, ambos ya rodeados por las llamas ardientes que provenían del árbol de la vida.

Suga y NamJoon estaban en el otro extremo golpeándose entre sí, el neonato estaba en un frenesí de fuerza y velocidad debido a su reciente presentación, eso junto al hecho de que poseía la sangre de JungKook tenía mucho que ver con que estuviera casi igualado a su hermano menor.

YoonGi intentaba controlarse para no perderse en su dolor, respiro hondo, pero al mirar el cuerpo de JiMin... no lo logro, sus instintos demoníacos lo dominaron. Se lanzo de manera inesperada contra NamJoon en el momento que Suga fue azotado contra una pared, tenía sus ojos rojos y la necesidad de sangre era tan potente que su juicio se encontraba nublado. A lo largo de su existencia jamás se sintió así, él no perdía los estribos como sus hermanos, pero el dolor en su corazón era tan fuerte que no podía detenerse. Su demonio interior estaba haciendo de las suyas, provocándole, diciéndole que matara a todos, que ya nada importaba porque JiMin no se encontraba y no volvería jamás.

Suga reconoció la mirada perdida de su hermano mayor, escupió un poco de sangre y se limpió las comisuras con su antebrazo. Se dio la oportunidad de ver a JiMin un poco y presionó con fuerza sus ojos, no quería perderse también, pero dolía como el jodido infierno.

NamJoon intento golpear a YoonGi repetidas veces, ninguna dio en el blanco y es que el peli negro se estaba moviendo mucho más rápido de lo normal al encontrarse fuera de sí. El moreno pateó un costado y YoonGi le permitió acertar simplemente para tomarle la pierna y presionarla con fuerza para romperle los huesos.

—Hijo de perra.— vociferó NamJoon jadeando por el dolor.

Suga se unió a su fiesta, le tomó por el cuello desde la espalda y asintió hacia su hermano mayor, el mensaje era claro, podía hacer lo que quisiera. Momentos atrás, cuando miraba el cuerpo de JiMin se dijo que no importaba retenerse y lo único que deseaba ahora era ver a ese perro de la iglesia muerto.

YoonGi fue rompiéndole los huesos por pedazos, comenzando con las piernas y subiendo lentamente a las rodillas, cadera, costillas, hombros, codos, muñecas y dedos. NamJoon gritaba con desesperación, el dolor estaba presente aun siendo un neonato y el tiempo de recuperación no le era suficiente para hacer algo o siquiera defenderse. Era un muñeco de desquite que solo sudaba, gritaba y lloraba por todo el dolor que estaba viviendo, pero al mayor de los hermanos Min no podía importarle menos lo mucho que suplicara.

JungKook se detuvo al escuchar sus quejas, vio la tortura que le estaban practicando y deseo poder hacer algo. Claro que podía, pero en este instante su amistad no valía tanto como su sed de venganza.

YoonGi terminó de romperlo por completo y no satisfecho con ello comenzó a golpearlo reiteradas veces, hasta el punto de abrirle la piel y hacerlo sangrar. Suga creyó que era suficiente, si continuaba así no habría vuelta atrás para su hermano, así que simplemente rompió el cuello de NamJoon y le arrancó la cabeza para que no pudiera regenerarse.

Pov JiMin.

¿Qué existe después de la muerte? Es una pregunta que la gente suele hacerse mucho, que yo me hacía mucho.

Después de conocer a YoonGi, Agust y Suga descubrí que probablemente si existiría un cielo y un infierno. No eran fantasías o lugares irreales, estaban allí y no los podíamos ver por el plano que nos separaba de ellos.

La mayoría le teme a la muerte, yo nunca lo hice solo tenía miedo de sufrir al llegar el momento, tenía miedo al dolor. Pero eso cambió cuando comencé a enamorarme y entonces comprendí por qué el miedo a morir del que todos hablaban.

Cuando uno muere todo queda atrás, no volverás a hablar con quienes apreciabas, no volverás a ver a quienes amabas y mucho menos podrás volver a sentir el tacto que adorabas.

La muerte... Es vacío.

Es donde me encuentro, un espacio enorme de color negro, oscuro y frío.

Suena tétrico y aterrador, pero no lo es gracias a mi último recuerdo vivo: YoonGi con sus preciosos azules mirándome, sus mechones negros tapándole ligeramente el rostro y el tacto de sus finos labios contra mi piel.

Eso fue lo que me acompañó hasta aquí, el amor que recibí en mi último respiro. Creo que eso evita que me sienta ahogado, pero aun así hay preocupación en mi inexistencia.

Mis amados vampiros están en peligro, debo volver, ayudarlos y evitar que se vuelvan a perder. Quiero regresar, necesito hacerlo por qué prometí quedarme, dije que éramos uno.

—Hilda.Dios.Satán.Quién sea, por favor...Solo por favor. — imploro, corriendo con extrema ansiedad a todas direcciones sin llegar a ningún lugar.

No hay nada, no hay nadie.

—¡Necesito volver! — grito dejándome caer de rodillas y estirándome los cabellos, la desesperación en mi interior crece con cada segundo.

Ellos están en peligro... Ellos están en peligro, se repite constantemente ese pensamiento en mi cabeza y es un martirio.

No pude hacer nada ¿Cómo podría haberlo hecho?

—Lo siento... — murmuró y me permito llorar, gritar y golpear mis muslos.

No siento nada, no soy nadie.

—Te ruego que no los lastimes, nunca creí en ti, nunca hablé contigo y nunca te pedí nada. Pero te pido de corazón que los dejes tranquilos ¿Por qué no pueden ser felices? No hicieron nada, ellos no eligieron convertirse en lo que son por maldad.

—Son inocentes.— dijo al mismo tiempo que yo una voz femenina a mis espaldas.

Por reflejo me giré y allí justo a mi lado, frente a mi rostro se encontraba Hilda. Ella era preciosa, llevaba un vestido de campesina blanco y un mandil floreado de rosas rojas.

—Te dije que no era tu momento ¿Lo recuerdas? — me preguntó, sentándose a mi lado y tomando mi mano, ambas encajaban a la perfección.

—En el sueño dijiste que no era el tiempo, que volviera ¿Para qué si de igual manera iba a morir? Debí hacerlo en ese instante cuando ellos no sufrirían tanto por mí.— respondí herido mirándole al rostro.

Hilda se veía cansada, su piel estaba blanca casi transparente, sus labios secos y unas ojeras enormes bajo sus ojos.

—Era para que llegarás aquí, el limbo, el bosque de las almas perdidas... Solo

vienen quienes mueren de manera injusta o antes de tiempo.

—¿Por qué debía venir aquí?

Hilda río —Eres tan lindo, sabía que ellos caerían por ti.— aseguró dejándome una caricia en el cabello como si fuese un niño —Con el paso de los años mi alma ha perdido su esencia y poder, por lo que no podía decirte todo como quería.

—Si, era difícil entender tus advertencias y señales.— comenté con tranquilidad, pocas veces le entendía y no quería sonar a reproche.

—Lo sé, lo lamento... JungKook. Pude verlo gracias a ti, mi pequeño bebé.— dijo ella viéndose el vientre —Cuando morí pensé que se iría conmigo, Agust,

Suga y YoonGi también lo creían así. Pero parece que resultó ser un vampiro como su padre, era claro que viviría y de no ser por SungRyung y su obsesión de poder, habría nacido bajo tierra y aún dentro de mí.

>>Ella nos mintió, les dijo a los hermanos Min que si me daban de su sangre me recuperaría, pero no funcionaba por que JungKook la consumía en gran parte mientras se formaba y SungRyung solo quería descubrir una manera para la inmortalidad, fuimos sus juguetes.

>>Cuando estuviste en mi casa, la que Agust compro para nuestra familia, intenté decírtelo e incluso cuando estuvimos en el bosque, pero no podía. JungKook fue arrancado de mi interior, él fue el sacrificio que hicieron a Dios y mi alma se quedó atada a ese hecho. No podía descansar o quedarme quieta sabiendo que mi hijo estaba vivo y estaba siendo utilizado.

>>Entonces hice lo que pude, aproveche mi castigo y trate de advertirles, pero ninguna reencarnación me entendía, ninguno se enamoró de ellos.— finalizó mirándome con ternura.

—Debian aceptarlos tal cual son para comprender su dolor.— señale, sonriendo ligeramente, apenado de que ella tuviera que pasar todo eso y nadie pudiera ayudarla antes.

Hilda asintió —Sí, pero todos temían de sus demonios interiores y no me daban el tiempo. Ahora, JiMin, tengo que pedirte que vuelvas, que los salves y que les digas a mis cuatro hombres que por fin he logrado descansar ¿Podrías hacer eso por mí?




Por si están un poco perdidos, recuerden que Hilda en el sueño del bosque le dijo a JiMin que no era su momento (esto en el capítulo 17) junto con el hecho de que JungKook estaba vivo. Hilda en sí es un alma en pena que vaga entre los planos porque tiene una cuenta pendiente en el mundo de los vivos ¿Qué es? salvar a su hijo que le fue arrebatado, ella puede manifestarse a través de las reencarnaciones, pero no puede controlarlos.

También solo para aclarar cómo Hilda le mostró a JiMin por medio de visiones (en el capítulo 10) que la bruja SungRyung abrió su tumba junto a su padre, ellos le sacaron a JungKook y la sangre que contenía su cuerpo. Cada uno tomó lo que quería, SungRyung la sangre mezclada de una humana con un vampiro, lo cual le ayudó a vivir muchos años y el padre de Hilda al bebé para darlo como una ofrenda de perdón para la iglesia.

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