15

(2/3)

Los pinos crujían, las hojas se movían tras el paso de las tres figuras veloces que se balanceaban por las ramas con velocidad paranormal. Los hermanos Min se dirigían hacia la reserva natural de Prapastiile Zarnestiului, un bosque apartado de todos los pueblos.

YoonGi había logrado ponerse en contacto con un viejo amigo, el mago blanco o también conocido como HoSeok, quien no dudó en ayudarles ante su momento de necesidad. Gracias a sus dones habían sido capaces de conocer el paradero de JiMin y no fue necesario pensarlo dos veces antes para dirigirse a rescatarlo sin importar los riesgos.

SeokJin había quedado a cargo del castillo mientras ellos no se encontraban, todos los neonatos tenían órdenes explícitas de quedarse allí por si el Vaticano aparecía de manera inesperada. A ninguno de los tres hermanos les agrado la idea de abandonar a su familia, pero se habían quedado sin opciones cuando encontraron los indicios necesarios para confirmar que JiMin fue llevado por la fuerza y no escapó por su propia cuenta.

Suga estaba echando fuego por los ojos cuando se percató de las marcas de uñas que habían quedado en el marco de la puerta de la habitación principal. Era bastante claro que JiMin había puesto resistencia, aun cuando fue su propia madre, SungRyung, quien lo había secuestrado. Cosa que estaba clara desde el momento en que su ausencia se hizo notable tanto en la reunión como en el comedor, los había engañado para llevarse a su pareja.

Agust a pesar de ser el menos interesado en JiMin, según él porque en realidad estaba demasiado interesado, y era el más preocupado. Desde el momento en que su hermano menor había desarrollado el primer latido en su núcleo todo estaba bastante claro y no podía permitir que nada malo le ocurriese a su eternâ.

JiMin era a quien habían esperado todo este tiempo.

Las respuestas y la solución a sus problemas las debía tener él, probablemente no solo en su sangre sino que también en su corazón. Tal vez sin querer SungRyung había hecho más que solo implantarle el alma de su amada Hilda.

¿Realmente Park JiMin era la reencarnación? Había demasiadas dudas en el aire al respecto, no tenían a quien preguntarle y todo parecía estar tomando un rumbo bastante distinto a lo esperado inicialmente. Ni siquiera YoonGi conocía a la perfección todo lo que estaba ocurriendo y se sentía culpable, se reprochaba mentalmente por haber arrastrado a sus hermanos quinientos años atrás para convertirse en lo que ahora son. Sin embargo, no podían dar marcha atrás, no existía el hubiese y prácticamente estaban destinados a continuar hasta el último día de sus vidas.

Después de casi media hora de viaje sin descanso y utilizando su habilidad de velocidad habían llegado al centro del bosque, donde solo se divisaba una vieja cabaña algo destartalada.

—Debe ser allí.— apuntó Suga, adelantándose desesperadamente sin esperar respuesta alguna de sus hermanos.

YoonGi chasqueó la lengua al ver sus acciones y con una seña silenciosa le pidió a Agust que lo siguieran. En lo personal hubiese preferido realizar un plan antes de entrar en territorio enemigo, pero en este momento el tiempo era algo de vital importancia.

Al encontrarse cerca de la cabaña, Suga pasó cierto perímetro y al dar un paso más un campo extraño lo hizo rebotar, su cuerpo salió volando unos tres metros tras el impacto.

—¿Qué demonios fue eso?— preguntó Agust llegando y ayudándolo a levantarse.

Al final, YoonGi llegó junto a ellos y no dudó en acercarse al campo invisible para tocarlo en apenas una caricia, lo que provocó que recibiera una ligera descarga eléctrica. De esa manera se dio cuenta de que había una capa protectora alrededor del terreno, protegiendo la cabaña para que nadie irrumpiera.

—Parece ser un escudo.

"Por favor, por favor"

Escucharon los tres en su mente, podían leer los pensamientos de JiMin desde esa distancia como un susurro al oído. El pobre de su eternâ tenía todas las ideas desordenadas y las emociones alborotadas, el pánico consumiéndolo lentamente.

—Está ahí adentro, debemos deshacernos de esta cosa.— dijo Agust, tomando distancia y plaqueando el campo para intentar destruirlo.

Pese a sus múltiples intentos, sus acciones fueron inútiles, el escudo permanecía intacto mientras que él era continuamente lanzado por la fuerza mágica que se desprendía. Debían pensar mejor el cómo deshacerse de este escudo o jamás llegarían para rescatar a JiMin.

—Detente.— pidió YoonGi demasiado ansioso, de nada servía que siguiera lastimándose si no funcionaba.

—¿Nos quedaremos aquí escuchándolo morir?

Las palabras de Agust hicieron que Suga irremediablemente se preocupara aún más, tomó la mano de sus hermanos mayores y los incitó a retroceder. Tenía un plan, esperaba que funcionara porque no quería perder a JiMin, no luego de sentir lo que es el querer a alguien por primera vez en toda su vida.

—¿Qué?

—Uno no le hace nada, dos tal vez y tres muy probablemente.— señaló con una sonrisa confiada —Nos necesita, ustedes lo necesitan y yo también lo necesito, no dejaré que JiMin muera como Hilda y el pequeño JungKook.

JungKook; La mención de ese nombre les provocó escalofríos a YoonGi y Agust, el recuerdo de la pancita inflamada de Hilda los incitó a reunir fuerzas. Los instintos de los Min salieron a flote, el anochecer los recibía con una cálida bienvenida. Los animales a la redonda percibieron la peligrosa aura que desprendían y se ocultaban en sus nidos.

Los tres se alejaron una distancia considerable, aún tomados de las manos corrieron y chocaron contra el campo. Hubo una reacción eléctrica enorme que parecía un relámpago directo al cielo, las nubes se removieron y no tardó ni un segundo en comenzar a llover.

Lograron destruir el impedimento, pero sus cuerpos quedaron bastante lastimados, aunque eso no los detuvo. Caminaron hacia la cabaña, tiraron la puerta y se encontraron con una escena bastante particular, enfermiza y desgarradora.

SungRyung tenía un trozo de algo muy parecido a la carne en sus manos ensangrentadas, JiMin yacía flotando en el aire con el rostro gacho y sus ropas llenas de vómito. Por si acaso eso fuera poco, había un enorme demonio tomando a su eternâ como si de un muñeco se tratase a la vez que le drenaba la vida.

El primero en lanzarse sin pensarlo por primera vez en su vida fue YoonGi que no dudo en arrebatar de las enormes garras a JiMin, solía pensar y luego actuar, pero esta vez no pudo controlarse. Luego Agust escuchó sus pensamientos, su hermano mayor estaba arrepentido de no haber mantenido la cordura y le pidió que tomase su lugar, siendo la cabeza de la operación para el rescate. Por eso actuó abalanzándose, pero contra SungRyung para impedir que fuera de nueva cuenta por su hijo y tratará de finalizar lo que hacía. Por último, Suga recibió la indicación mental de irse contra el cuerpo grisáceo del demonio Mammon.

La tormenta fuera de ese lugar estaba desbocada, no muy lejos de ellos varios truenos cayeron contra la naturaleza y se empezó a producir un incendio forestal enorme.

—Y-YoonGi.— balbuceo JiMin refugiándose en su pecho, sus hermosos ojos avellana apenas destellaban, se veía casi sin vida y tan intimidado.

—Shhh... Tranquilo, hemos venido por ti.— trato de calmarlo mientras lo sostenía.

YoonGi observó a sus hermanos peleando, SungRyung y Agust delante del altar, patadas contra puños. A la vez que Suga y el demonio lo hacían detrás, la pelea entre ellos era tan intensa que rompieron la pared y salieron al exterior para continuar el enfrentamiento.

—Cierra el portal.— ordenó Agust a la bruja, aprisionándola contra la enorme piedra.

—¿De verdad quieres eso?— preguntó con cizaña la mujer —Hilda estaría muy decepcionada de escucharte y saber que prefieras a JiMin sobre ella.

—¿Q-qué?

—¡No la escuches!— grito Suga desde afuera, Mammon le apresó el rostro con una de sus manos y lo azoto contra el lodo para silenciarlo.

—JungKook también está allí ¿No puedes escucharlos?— alardeó SungRyung — Están vagando, sus existencias están en el bosque de lo perdido, lo están desde que los dejaste morir hace quinientos años y ahora puedes recuperarlos.

—¿Cómo?— dudo Agust, soltándola y alejándose un paso, demasiado ido en sus palabras.

YoonGi no estaba atento a lo que ellos hablaban porque había salido de la cabaña para ayudar a Suga con Mammon, ya que era demasiado poderoso para que lo venciera solo. Se encargó de dejar a JiMin lejos de la batalla, el pobre yacía hecho bolita, escondido tras unos pinos y estaba traumatizado. No sabía si lo escuchaba cuando le pidió que se quedara allí y no se moviera hasta que alguno de los tres fuera apareciera.

—Debes darme a JiMin, el demonio que pelea con tus hermanos aún no cierra el trato conmigo y puede concederte lo que quieras mientras le des a mi hijo.— aseguró SungRyung con mentiras, la poderosa labia de una serpiente venenosa.

La bruja no era tonta, una vez que Mammon tuviera a JiMin su pacto con ella sería otorgado, le daría poder y aprovecharía el momento de debilidad de los hermanos para hacerse con su sangre. Sabía que este era el hermano más débil emocionalmente, aun si muchos pensaran que era Suga, pues era el de en medio quien cargaba la muerte de sus dos amores en la espalda; una responsabilidad inquebrantable.

Agust vaciló, comenzó a dudar, miro el portal negro abierto delante del altar y sintió su mundo sucumbir ante la posibilidad. La tentación era enorme, pero no cayó en ella y prefirió tomar el libro mágico para lanzarlo a través del hoyo.

—¡No!— grito SungRyung neurótica.

Mammon sintió su energía ser succionada al infierno, golpeó por última vez a YoonGi y lo lanzó contra Suga, quien se encontraba en el piso con el cuerpo todo lastimado y apenas consciente. Ambos se quedaron observándolo con desprecio mientras él se burlaba por lo fácil que fue desafiarlos y ganarles, de haber tenido más tiempo podría haberlos matado.

—Mi-ai promis un suflet.— dijo el demonio, deteniéndose frente a la bruja para tomarla por el cuello y arrastrarla con él al infierno antes de que el portal se cerrara completamente.




*Mi-ai promis un suflet: Me prometiste un alma.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top