🌵 𝓥𝓪𝓬𝓪𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼 🌵
Arena de color negro, parece extraño, ¿no es así? No es tan extraño en Cuyutlan, Manzanillo. Un Mexicano se divertía a las orillas del mar. Sus tobillos estaban enterrados en la arena y el observaba como el mar chocaba contra la superficie. Amaba esa vista, amaba lo suave que se encontraba la arena. Rusia estaba bajo una sombrilla temiendo quemarse.
—¡Vamos, Ruso! No te va a pasar nada —el otro solo se escondió mas en la sombra—. ¿Qué nunca has ido a la playa?
—La verdad es que no. Recuerda que mi padre no nos dejaba salir para nada.
—¿Y por qué te escondes?
—No me quiero quemar.
México desenterró sus pies de la arena y caminó hasta donde se encontraba su novio. Tomó su mano haciéndolo voltear. Beso sus labios apasionadamente haciendo que el otro correspondiera.
—Venga, estamos de vacaciones, ¿cuándo más puedes disfrutar de esto? —lo jaló de la mano ayudándolo a levantarse—. Hazlo por mi.
Rusia caminó dejándose guiar por el más pequeño. Se metieron a la fría agua hasta que esta les llegó a la cintura. Las olas eran altas. México le enseñó a su novio a saltarlas.
—No tengas miedo, Rusia. Sólo esperas en el momento justo en el que rompan —México soltó la mano del Ruso para que este lo intentara—. No te asustes, todo estará...
No pudo terminar la frase, pues Rusia saltó una ola que revolcó al más chico. El más alto se asustó al ver que lo arrastró casi hasta la orilla. México se levantó con el pecho y el traje de baño llenos de arena.
—Pinche Rusia, ¿por qué no avisas?
—Perdón.
México volvió a pararse a su lado. Lo tomó de la mano para no volver a ser arrastrado por otra ola. Rusia daba pequeños saltitos al sentir pequeños peces nadar cerca de sus piernas. Las olas los golpeaban y chocaban con sus cuerpos. Una de las olas derrumbó a Rusia haciendo que chocara con las piernas del Mexicano. Este cayó al suelo y ambos fueron arrastrados de vuelta a la orilla. México se levantó escupiendo el agua.
—Es un lugar genial, México.
—Y aún nos quedan muchos sitios por ver.
Así es, México había invitado a Rusia a viajar por su país por dos meses. Irían a diferentes estados a conocer sitios turísticos tan bellos como ese lugar. Se podría decir que son sus vacaciones. Al más alto le fascinaba ese país.
—¡Auch!
—Wey, ¿pues por qué no te pusiste bloqueador?
—Ya, sólo no me toques la espalda, me duele —Rusia se había quemado los hombros y la espalda—. No sabía que en la playa el sol quemaba de esa forma.
Caminaban por las calles de Colima buscando un lugar donde cenar. Si, estaban en la capital de ese estado. Iban tomados de las manos. México se rindió, no cenarían pues todos los puestos estaban cerrados. Caminaron de vuelta al hotel encontrándose con un puesto de tacos que se había puesto en frente. El más pequeño se acercó y pidió una orden.
—Awebo, Rusky. No te vas a quedar con hambre —lo miró—. ¿Has probado los tacos originarios de aquí?
—No.
—Es tu oportunidad —México le echó mucha salsa a sus tacos.
En Ruso, teniendo experiencia y sabiendo que las salsas pican, no se arriesgó y decidió preguntar.
—¿Cuál salsa no pica?
—Está pica machín —señaló la suya—. Está pica un poco y esta no pica nada.
Rusia agarró la que “no picaba” y le echó bastante a sus tacos. ¿Adivinen qué? Si picaba. El más alto empezó a beber desesperado de su agua de horchata mientras México lo observaba con decepción pues creyó que aguantaría más.
Entraron al hotel y México se aventó en la cama queriendo dormir. No contaba con que Rusia se posicionó encima de el besando su cuello.
—R-Rusia... Hoy no...
—¿Por qué no?
—Estoy muy cansado. Habrá tiempo para eso después, ¿de acuerdo?
—Está bien.
México se acomodó y Rusia se acostó a su lado. Abraza su cintura pegándolo a su cuerpo. No resistieron el sueño ni el cansancio quedando dormidos en posición de cuchara.
Chicos, se que a muchos de ustedes no les importará, igual se los voy a contar porque pienso que es algo... Fuerte para mi.
Fui a la misma playa que mencione en el capítulo. Estaba con unas amigas y una de ellas estaba tomando fotos, y a lo lejos divisamos una aleta de tiburón. Dos de mis amigas fueron a avisar a un guardavidas y yo me quedé ahí con otra amiga.
Vimos el guardavidas llegó y nos preguntó por el tiburón, ya lo habíamos perdido de vista, pero lo encontraron cerca de la costa. El guardavidas se metió y sacó una delfín muerta. Al parecer se ahogó con una red de pescar.
Aquí una foto:
¿Qué les digo? Me sentí muy mal. Lectores, chicos, estamos dañando a los animales. Normalmente mueren de esa forma por redes de pescar que se pierden en el mar y los terminan ahogando. Creo que debemos tener consciencia de la basura que arrojamos y a donde va a parar.
Sin mas que decir, me despido. Cuiden a los animales, plz T-T
PD: Eliminé el otro capítulo porque estaba fallando mucho.
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