🌵 𝓢𝓾𝓹𝓮𝓻𝓶𝓪𝓷 🌵
Todo lo narrado aquí fue experiencia propia, en parte, porque yo si salí llorando de ese juego. Si no has ido al Six Flags, aquí un vídeo del Superman:
México apenas estaba volviendo a caminar bien, todavía le dolía un poco la herida. Rusia lo ayudaba a recuperarse. Al cabo de una semana pudieron ir a su siguiente viaje, ahora un poco más al centro del país, Ciudad de México.
Al llegar, lo primero que hicieron fue visitar el Ángel de la Independencia. Fueron a visitar Six Flags. México pagó los boletos, sabia que se la pasarían genial.
—¿Qué es este lugar? —Rusia tenía mucho tiempo sin ir a un parque de atracciones.
—Bienvenido a Six Flags. Ven, quiero que nos subamos a un juego bien chingon como yo.
México lo tomó de la mano y caminó hasta un pequeño lugar. Rusia veía cuadros de Superman y algunos datos históricos del personaje. El más pequeño se detuvo.
—Bueno, tengo que hacer algo antes de subir. Agachate, we —Rusia hizo caso y México le vendó los ojos con un paliacate que llevaba en el cuello.
—¿Por qué...?.
—Solo no te lo quites —lo tomó de la mano y ambos se formaron para subir.
México le había vendado los ojos para que no se fuera a rajar. Le estuvo hablando todo el camino mientras que el estómago del Ruso se hacia pequeño por la emoción. Miles de ideas le pasaban por la cabeza, ¿a qué lugar tan especial lo había guiado su amado Mexicano? ¿Era tan especial como para que le vendara los ojos? La fila estaba muy larga, pues esperaron casi media hora para que fuera su turno. México por su parte sentía cosquillas en su vientre, le sudaban las manos, la adrenalina corría por su sangre. Estaban emocionados. Cuando les tocó su turno, México ayudó a Rusia a sentarse. Le desvendo los ojos.
—México, ¿dónde estamos?
—¡Es una montaña rusa! ¡SUPERMAN! —México estaba realmente emocionado.
La sangre del soviético se heló, hacia mucho que no subía a una de esas. Les pusieron los cinturones y las barras de seguridad aclarando que no podían agarrar ninguno de estos, por lo que sus manos quedarían libres. El carrito empezó a avanzar lentamente. Una bajada seguida de una vuelta que aceleró la velocidad del carrito hizo que los nervios de todos se pusieran de punta. Se detuvo dejando ver una pequeña curva.
—Esto te va a encantar, Rusia.
—Eso espero...
Al dar la vuelta se toparon con aquella enorme subida de al menos 70 metros. No había de donde agarrarse y Rusia comenzaba a arrepentirse de haber subido a aquel juego.
—¡México! ¡Maldito! ¡¿Por qué me metiste en esto?!
—No te asustes, chikistrikis —tomó su mano—. Yo estoy aquí. Cantemos algo, ¿va?
El carrito comenzó a subir. Rusia negó repetidas veces con la cabeza. México apretó su mano tratando de calmarlo. Empezó a cantar.
—Por galaxias navegar, más allá del sol...
En barco de plata voy, el sueño terminó...
Y por fin ya comprendí quien soy y lo que hago aquí...
No navegare, nunca más...
No puedo creer que de volar no tenga el poder...
Y los cielos cruzar como un ave volar... ¡Y volar!
—¡Puta madre! —habian llegado a la parte más alta. Los nervios se sentían a flor de piel.
—¡Al infinito y más allá! ¡Aaaaaah!
El carrito se deslizó por la empinada bajada. Esta fue antecesora de una aceleración y otra subida más pequeña.
—¡México ya no quiero estar aquí! ¡Ahhh! —una vuelta—. ¡Méxicoooo!
—¡Ahhhh!
—¡Me quiero bajar! —una subida—. ¡Mierdaaaa! —una curva.
Ambos sentían que saldrían disparados de sus asientos en cualquier momento. Llegaron otras tres subidas que hicieron a México ahogarse e sus gritos. Se agarró tosiendo. Una gran curva y un frenon fueron el final del juego. Las manos de ambos países temblaban. La Ushanka de Rusia por suerte no se había volado. México seguía tosiendo.
—Hagamoslo... Cof cof... Otra v-vez... —sonrió.
—¡No!
—Bueno, suelta mi mano... Cof cof...
Rusia soltó la mano de México, la apretó tanto al punto de casi lastimarlo. Al bajar del juego, ambos caminaban tambaleándose.
—Felicidades, saliste del juego sin derramar ni una sola lágrima. Ese era el más fuerte de todos.
—Que bien.
—We, a una vatos de atrás se les cayó saliva, lo gritaron.
Y se fueron a siguiente juego, esta vez, México prometió no vendarle los ojos al Ruso.
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