Hace mucho tiempo atrás, cuando los humanos aun convivían en paz con las demás especies, antes de que se declarase la guerra santa y las demás razas se hicieran enemigas, existió un rey demonio muy poderoso.

Este era temido por su carácter y su fuerza hacia que todas la criaturas le tuvieran respeto y admiracion. Lo tenía todo y aun así siempre estaba solo, podia tener a las doncellas más hermosas para el, pero jamás se aprovecho de una de ellas.

Dirían qué fue un gran caballero con todas las doncellas que pedía como esposas, pero aun asi sentía que algo le faltaba en su vida.

Por otro lado, en lo más profundo del bosque un lugar prohibido y a la vez imposible de encontrar, vivia una hermosa ninfa su cabellera rojiza brillaba con el sol y sus hermosos ojos azules tan hipnoticos no podrían compararse con ninguna joya o diamante, portaba una belleza envidiable y una figura perfecta el sueño de todos poder despojar le.

La pequeña ninfa tenía una vida tranquila dentro del bosque, su misión era custodiar un poder antiguo y muy poderoso "el fuego del fénix".

Un poder prohibido que debía ser alejado de los corazones codiciosos. La pequeña ninfa siempre estaba solo, rodeado de la naturaleza y de la calma que le producía el bosque.
Pero también sintiendo un vacío en lo más profundo de su alma preguntándose si tal vez existiera una manera de terminar con su sentimiento de amargura y soledad que abrumaban a su corazón

El rey demonio y la pequeña ninfa se conocieron de pura casualidad y con solo una mirada se enamoraron, mantenian su romance en secreto lejos de los oídos de los demás, por el día ambos amantes extrañaban su presencia y por las noches siempre se entregaban a sus sentimientos.

Su romance duro demasiado y de su amor nacieron dos pequeños hermosos, el rey demonio no podía estar más feliz de tener esa hermosa familia y como regalo para su amado y sus hijos sembró un hermoso jardín de flores, las favoritas de su amado estas jamás se iban a marchitar sin importar las desgracias que cayeran.

Aun así, no todo podía ser felicidad ya que un día el rey demonio desapareció de la vida de su familia pero jamás volvió, la pequeña ninfa dolida sintiendo el peso de la traición se dejó consumir por el odio decidio tomar el poder del fénix para el y con el destruyó aquel jardín, su hogar trayendo le consigo una profunda tristeza.

El odio y rencor por la traición de parte de su amado le cegaron, el fuego del fénix le consumió al no poder ser capaz de controlarlo. La pequeña ninfa murió junto a sus hijos los tres consumidos por el poder del fénix.

El último regalo que recibió de su amado, aquel hermoso jardín de camelias rojas jamás se marchito, jamas fue consumido y en su lugar crecieron más y más camelias siendo estas las flores que adornaban aquellas tumbas, aquel bosque y las únicas que recordaban el amor que algún día ambos amantes se profesaron..