𝖀𝖓𝖔
La era moderna había llegado, la tecnología dominaba el mundo ahora, ya no más combates ni reyes o reinas. Sin embargo todavía quedaba una porción de la población que mantenía la esencia de la época antigua, ellos y ellas eran la descendencia de los mismísimos Dioses.
A pesar de la gran cantidad de hijos semidioses que alguna vez pisaron la tierra de los mortales, hoy en día muy pocos lograron sobrevivir a la ira del ser humano por lo desconocido como lo eran ellos, con poderes que pondrían en riesgo sus vidas.
Por esta razón el mundo entero decidió crear un instituto donde hijos de Dioses estarían a salvo, la mayoría proveniente de familias muy poderosas económicamente y políticamente, por lo que su vida estaría segura y llena de lujos. El lugar fue decidido en Japón ya que la mayoría había nacido en ese país, desde los Dioses más conocidos y temidos hasta los de menor rango, todos eran bienvenidos y con ello nuestros particular grupo de chicos, en especial uno que se creía extinto.
Para información de todos, los únicos descendientes que no habían sobrevivido eran de Zeus, Hades y Poseidón. O eso se creía hasta ese mismo día.
⚡⚡⚡⚡⚡⚡⚡⚡⚡
—Eijun por favor cuídate mucho ¿si? llámanos a penas llegues y no te metas en problemas. —la madre de Eijun estaba despidiendolo en la entrada de su hogar, uno modesto y para nada extravagante.
—Lo sé mamá estaré bien lo prometo. Ya debo irme, les hablaré luego. —tomó su maleta y mochila para así partir hacía la estación.
—Adiós Eijun.
—Adiós abuelo, los veré pronto lo prometo.
Y así partió, el viaje sería largo ya que vivía muy alejado del instituto al que asistiría a partir de ahora.
Ya en el tren el muchacho comenzó a recordar como era que había terminado en esa situación, ¿quién pensaría que su vida a partir de ahora cambiaría tanto?
Hace aproximadamente una semana atrás, una mujer alta y de rasgos muy finos se acercó a mi durante un entrenamiento de baseball, por lo que con algo de desconfianza decidí acompañarla a un lugar más privado para así hablar.
—Eres Sawamura Eijun ¿verdad? —acomodó sus lentes mientras observaba unos papeles que se encontraban en sus mandos.
—Si señorita pero ¿quién es usted?, ¿por qué sabe mi nombre?
Mis sentidos se agudizaron por sí corría algún peligro, desde hace años sé lo que soy y que estoy en constante peligro, mi abuelo me ha entrenado para todo tipo de situaciones.
—Iré al grano ¿eres hijo de un Dios cierto?
Dirigió su mirada hacía mí, podía sentir una presión extraña en el aire que dificultaba mi respirar.
Abrí los ojos por la impresión, creía que lo había ocultado bien, que nadie podría saberlo.
—E-Eh...creo que se esta equivocando señorita...
—Takashima Rei.
—Señorita Takashima-san, está equivocada, es imposible que yo sea hijo de un Dios. —trataba que mi voz sonara convincente, que creyera mis mentiras para así escapar de sus preguntas.
—Niño eres pésimo mintiendo y no lo digo por ser hija de la Diosa Atenea, cualquiera se daría cuenta de tus mentiras. —eso me sorprendió, nunca había conocido a más personas como yo. Mi familia siempre me decía que era uno de los pocos que aún existían.
—No puede ser...mi abuelo me dijo que no había más como yo, no por aquí al menos. —cubrí mi boca, no podía ser tan estúpido. Definitivamente mi madre me matará.
—Así que sí eres un semidiós, nunca me equivoco después de todo. —sonrió de lado con autosuficiencia.
—¿Qué hará ahora?, ¿acaso piensa secuestrarme y venderme?
—Eres un poco extremista ¿no lo crees?, y ¿por qué estaría en tu contra si somos iguales? Solo vengo a ofrecerte un lugar seguro donde estar, haz escuchado del nuevo instituto de semidioses que se ha construido ¿cierto?
Me entregó un folleto con la información de dicho lugar, era enorme y con un aspecto antiguo. Entonces sí había más como yo todo este tiempo.
—Yo-o no lo sé, toda mi vida he estado a salvo aquí con mi familia y dudo mucho que ellos quieran que me vaya a un lugar desconocido. Tendría que hablar con mi familia Takashima-san.
—No será problema, llevame con ellos ahora.
La mujer se levantó se su asiento y comenzó a caminar, rápidamente la seguí para indicarle el camino. Solo esperaba que nada malo pasara.
Cuando ingresamos a mi hogar la primera en aparecer fue mi madre, a penas ver a la señorita Rei puso una expresión de desconfianza.
—Eijun ven aquí —me ordenó, claro que hice caso, mi madre enojada no es nada bonito— ¿Quién es usted y por qué estaba con mi hijo?
—Me presento señora Sawamura, soy Takashima Rei y me encargo de reclutar semidioses para el instituto Zeus. Yo al igual que su hijo, soy una descendiente de una Diosa, por lo que no tengo intenciones de hacerle daño. —comenzó a acercarse para luego entregarle el mismo folleto a mi madre.
—Eijun está perfectamente bien aquí con nosotros, no necesitamos a nadie más para protegerlo. —mi abuelo había hecho acto de presencia con su clara mala actitud, no me esperaba una respuesta positiva de su parte la verdad.
—Puede irse señorita Takashima-san, mi hijo no irá a esa institución.
—Yo quiero ir mamá.
—¿Qué?
—Por años tu y el abuelo me mintieron sobre que estoy solo, que no había más personas como yo aquí en Japón y todo fue una mentira ¡Incluso me ocultaron la construcción de esta institución porque si sabían de ella ¿verdad?!
—¡Todo lo que tu madre y yo hemos hecho fue para protegerte, no te irás y se acabó la discusión!
—Espera papá, tal vez sea buena idea. —me sorprendi por la respuesta de mi madre.
—¡¿Estás considerándolo?! Eijun a estado bien con nosotros todo este tiempo.
—Eijun tiene razón le ocultamos del mundo en lugar de buscar a otros como él, hicimos que se sienta solo ¡Está a punto de cumplir 16 años papá! no sabemos cuánto más podamos ocultarlo. Él estará bien con ellos.
—¿Qué sucederá cuando cumpla 16 mamá?
—Eijun...
—Tus poderes serán más fuertes, casi incontrolables, y personas podrían matarte debido al miedo irracional que poseen. —Rei fue directa, no podía creer que hubieran ocultado algo tan importante de mi.
—¿No pensaban decirme?
—Claro que sí pero...no era el momento. —podía notar la culpa en la voz de mi abuelo pero aún así no podía tener pena por él.
—¿No era el momento?, ¿y cuál era el momento? ¿Cuándo estén cazandome como a un animal?
—Hijo tranquilízate, hicimos mal en no decirte nada por esa razón es tu decisión irte o quedar aquí.
A pesar de decir que quería irme debía pensarlo bien, no era fácil dejar todo atrás, a mi familia y amigos, mi vida entera. Pero ¿por qué engañarme? claro que deseaba partir, explorar el mundo, experimentar otras cosas, conocer a más como yo.
—Me iré a esa institución —mi abuelo estaba a punto de refutar pero lo callé—. Quiero conocer a más personas como yo y no puedo permitirme ponerlos en peligro por mi culpa. Estaré bien.
—Bien pero si te arrepientes iremos de inmediato por ti.
Luego de recordar un poco toda esa semana, los preparativos, las despedidas y todo lo demás, Eijun se quedó dormido. Pero antes de ello recordó lo último que su madre le había dicho.
"Nunca reveles quién es tu padre ¿me oíste?, miente al respecto pero nunca digas la verdad, podrías ponerte en peligro."
Lastima ese secreto no dudaría mucho tiempo y eso le traería tanto problemas como nuevas experiencias.
𓅓 𓅓 𓅓 𓅓 𓅓 𓅓 𓅓 𓅓 𓅓 𓅓 𓅓 𓅓
Holaaaa vengo con otra historia, espero le den mucho apoyo y la disfruten muchísimo.
Nos leemos luego, bye bye~
[Editado el 22/1/24]
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top