𝕺𝖈𝖍𝖔


El resto de las clases habían pasado demasiado lentas para los semidioses griegos ya que ese gran secreto del ojiambar lograba desconcentrarlos.
Ya todos se encontraban en la habitación de Eijun, ansiosos y curiosos por la noticia que el castaño estaba ocultando.

Sawamura al ver a todos sus amigos allí solo sintió más nervios, ¿y si luego de saber la verdad lo odiaban?, ¿o lo trataban de forma diferente?. No quería nada de eso.

-Lo que voy a decir es algo delicado, muy complicado en realidad...lo que quiero decir es que por favor no se alarmen y con esto tampoco quiero que me traten diferente ni nada de eso...- el castaño estaba divagando, sus nervios lo traicionaban y de su boca solo salían balbuceos inentendibles para todos.

-Bakamura ve al punto!!- gritó desesperado Kuramochi causando que Sawamura se espante y suelte la bomba.

-Mi padre en realidad es Zeus!!- al instante se cubrió la boca, así no era como lo había imaginado.

Nadie reaccionaba, algunos creían que se trataba de una broma mientras que otros ataban cabos sueltos que ahora tenían todo el sentido del mundo. Esos ojos, el poder tan particular del menor, como era inmune a poderes de otros semidioses. Todo tenía sentido.

-Ya deja las bromas Eijun- rió nervioso Haruichi.

-Quisiera que fuera una broma...-

-¿Es por esa razón que mi hechizo no funcionó en ti?- a Kazuya le importaba poco que los demás se enteraran de su aparente intento de "conquista", solo quería que Sawamura respondiera esa gran duda que tenía.

-Tal vez...aún no controlo bien mis poderes, es por eso que aparecen de la nada...-

-Ahora entiendo tus rayos!!!- gritó Mei.

-Sé que puede sonar descabellado pero...toda mi vida me he ocultado del mundo, no solo mortal, sino que también de Dioses. Esa fue la razón para mentir respecto a mi padre, claro que no estoy avergonzado solo que ser hijo del mayor Dios Griego no es muy beneficioso que digamos...-

-¿Qué estupidez dices?, eres hijo de Zeus, el mayor Dios de Grecia.- Narumiya no podía entender como es que el menor ocultaba su linaje.

-¿Crees que ser perseguido como si fueras un trofeo que cazar es divertido?, no solo soy raro en el mundo mortal sino que también en el de Dioses. He estado muchas veces al borde de la muerte, más de la que seguro tú has estado.- Eijun comenzaba a sentirse enojado.

-Vamos calmensen.- Chris había intervenido a tiempo, prefería no saber de que era capaz su kohai enojado.
-Sawamura me parece muy valiente de tu parte confesarnos algo tan importarme para ti, cuidaremos de este secreto con nuestra vida.-

-¿En serio?- los miró a todos esperanzado.

-Claro!, no todos los días encuentras a un hijo de Zeus.- dijo feliz Masuko.

-Así que eso significaba la conexión que sentía...- pensó en voz alta Furuya causando que el castaño se reirá de él.

-Maldito Bakamura!- frotó con fuerza el cabello de Eijun.- mira que usar a mi viejo como excusa. Me debes un favor-

-¿Qué?!! eso no es justo Kuramochi-senpai!-

-Cállate- rió a carcajadas el peliverde.

-No te preocupes Eijun, a partir de ahora puedes confiar en nosotros todo lo que quieras. Somos tus amigos después de todo.- Haruichi le sonrió a Sawamura y esté más que feliz se la devolvió.

Luego de algunas bromas más, todos los jóvenes se retiraron a sus respectivos cuartos. Ese día había sido una montaña rusa de emociones por lo que un descanso no le vendría mal, podía jurar que sintió su corazón salirse de los nervios.
Ahora se sentía tranquilo, liberado, no más secretos, no más fingir, nos más ser alguien que no era. A partir de ahora podría decir orgullosamente "mi padre es Zeus". Claro que iría paso a paso, primero las personas cercanas a él y luego el resto se la escuela; pero había algo que lo atemorizada más que nada en el mundo, decirle a su familia que ahora más personas de lo debido sabían su secreto. Su madre lo mataría estaba seguro de ello.

Eijun se encontraba aterrado, podía sentir como su desayuno subía por su garganta. Quería huir, salvarse de la furia de su madre y abuelo.

El día de hoy era sábado por lo que el castaño no tendría que lidiar con sus clases, solo relajación y tal vez verse con sus amigos. Aún así estaba allí al teléfono, con su alma a punto de irse por el gran miedo que sentía.
El teléfono estaba sonando, hace algunos segundos estaba así, rezaba a los Dioses que nadie estuviera en casa.

-Casa de los Sawamura ¿quién habla?- maldita sea.

-Hola mamá...- dijo bajito el castaño.

-Eijun, querido!!!. ¿Cómo has estado?, ya casi no llamas.- lo último lo había dicho en un tono se reproche.

-Lo siento...los exámenes se acercan y últimamente he estado estudiando mucho.-

-Que responsable es mi hijo- dijo feliz la mujer, causándole más nervios a Sawamura.

-Mamá te llamé por algo importante...solo te pido que no entres en pánico. No es nada grave...o eso creo.-

-Eijun estas asustandome, ¿qué es eso que quieres decirme?-

-¿Recuerdas del grupo de amigos que te conté?, ¿los semidioses griegos?-

-Claro!!!, algún día me gustaría conocerlos.-

-Saben que soy hijo de Zeus.-

-¿Qué has dicho...?-

-Lo siento mamá pero...las cosas se complicaron, ayer mis ojos comenzaron a brillar y ellos lo descubrieron...- había olvidado omitir el percance con sus poderes.

-¿Tus ojos qué?!!!, Eijun habíamos quedado que ante cualquier aparición de tus poderes nos avisarías inmediatamente!!-

-Lo olvidé!, solo fui con Rei-san a la enfermería y lueg- debía callarse ya.

-¿Rei-san también lo sabe?!!, Eijun rompiste nuestra única regla! LA ÚNICA.-

-Lo sé ¿si?, es solo que...estoy harto se esconderme, de fingir algo que no soy. ¿Cómo te sentirías tú si tienes que ocultar tu verdadero yo?-

-Bien...- respiró calmadamente la mujer para tranquilizarse- si puedes confiar en ellos también lo haré yo, solo cuídate y por favor no te metas en más problemas.-

-Gracias por entender mamá...-

-Eres mi hijo y lo único que quiero para ti es tu felicidad y, si esos chicos son tan importantes como para decir el secreto, no soy nadie para estar en contra de ello.-

-¿Por qué siempre que te llamó me gritas mamá?- preguntó entre divertido y ofendido el menor.

-Porque siempre haces idioteces sin pensar, así que la próxima vez que me llames quiero que me digas sobre tus exámenes. No más problemas de Dioses por favor...- suspiró cansada.

-Esta bien mamá.- rió a carcajadas por las ocurrencias de su madre.

La llamada siguió unos minutos más, agradecía que su madre no haya tomado a mal su decisión. Tal vez estuviera precipitandose pero en el fondo de su corazón sabía que podía confiar en ellos, ya no tendría que esconderse con sus amigos, podría ser él mismo en todo su esplendor. El auténtico Sawamura Eijun.

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Otro capítulo!, espero lo hayan disfrutado y le den apoyo ♡♡♡

Nos leemos pronto bye bye~

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