Esᴘᴇᴄɪᴀʟ Sᴀɴ Vᴀʟᴇɴᴛɪ́ɴ: 𝑪𝒉𝒐𝒄𝒐𝒍𝒂𝒕𝒆𝒔 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒖𝒏 𝑫𝒊𝒐𝒔.


Sawamura se encontraba de lo más tranquilo en su cuarto cuando unos golpes a su puerta hicieron que se levantara de su cómoda cama, con algo de pereza se acercó a ella para encontrarse a su amigo pelirosa.

-Harucchi ¿qué haces aquí...?- preguntó confundido.

-Eijun ¿no sabes que día es?-

-¿Domingo...?- dijo con obviedad.

-Lo es pero...también es San Valentín, por lo que ten esto.- el Kominato menor dejó ver la mano que se encontraba detrás de su espalda, donde una pequeña cajita de un color dorado se hizo precente.

-Esto es...muy lindo de tu parte Harucchi, muchas gracias!- le sonrío dulcemente, una sonrisa tan dulce que logró empalagar al pelirosa.

-No hay nada que agradecer, después de todo tu me gus- el pobre chico no había podido acabar con su confesión ya que un joven rubio lo empujó de su camino.

-Eijun! hola, yo también tengo algo para ti. Las hice yo mismo y espero te gusten.- esta vez una pequeña bolsita se posaba frente a sus ojos, con galletas en forma de bolas de béisbol.

-Son geniales!!!, muchas gracias Koushuu.- al igual que con el Komianto menor, el castaño le dedico una radiante sonrisa, calentando así el pecho de ambos jóvenes.
El teléfono de Sawamura comenzó a sonar por lo que extrañado por la repentina interrupción contestó.

-Bakamura te quiero en el jardín trasero ahora, rápido.- la persona al otro lado del teléfono cortó rápidamente, dejando algo confundido al ojiambar.

-¿Quién era?- preguntó curioso Haruichi.

-Oh era Kuramochi-senpai, quería que lo viera en el jardín trasero.- explicó tranquilamente, estaba a punto de salir cuando una mano sostuvo su antebrazo deteniendo su caminata.

-Te acompaño! no tengo nada más interesante que hacer.- dijo rápidamente el pelirosa, no pensaba dejar a solas a su chico con aquel senpai.

-Igual yo, ya estaba aburrido en mi habitación.-

-Bien, en marcha entonces!- los tres tomaron rumbo al respectivo lugar, el trayecto fue ameno y con conversaciones triviales de por medio, Sawamura agradecía de sobremanera el que ambos chicos ya pudieran tolerarse al menos.

Al llegar pudieron divisar a su senpai, su vestimenta era casual y su cabello no estaba arreglado como siempre, era una imagen refrescante para Eijun ya que no era muy común para él verlo de aquella manera.

-Por fin llegas!...¿qué hacen ellos aquí?- el peliverde se quedó viendo de forma intimidante a los dos chicos que no tendrían que estar allí.

-Vinimos a acompañar a Eijun, además queríamos ver a nuestro senpai favorito.- Haruichi esperaba que esa mentira que había ideado hacía menos de un minuto fuera convincente, pero claro que el mayor no lo creyó para nada eso.

-Solo quiero hablar con él.-

-Pero- insistió Okumura.

-Esta bien chicos, luego los veo.- les sonrio, resignados se fueron del lugar esperando que nada malo pasara.
-¿Qué era lo que quería decirme senpai?-

-Por casualidades de la vida, claro que no fue porque se lo pedí a mi madre, tengo un boleto de más para un concierto de la banda que últimamente hemos escuchado. Por esa razón quería saber si te gustaría...no lo sé, acompañarme ¿tal vez?-

-¿Lo dice en serio?!! me encantaría Kuramochi-senpai!- sonrió de oreja a oreja, contagiandole esa sonrisa al mayor.

-Grandioso!, es el próximo fin de semana.-

-Bien y de nuevo muchas gracias por la invitación!-

Los dos se dirigieron de nueva cuenta hacía el interior del edificio, solo que para Eijun no serían los únicos encuentros del día.

-Oye!!- el castaño estaba junto a Okumura, Kuramochi y Haruichi en uno de los jardines del instituto, manteniendo una conversación amena hasta que un grito hizo que se detuvieran.

-¿Narumiya Mei?, ¿qué quieres?-

-Hablame con respeto, no puedes decir mi nombre completo. Solo Mei esta bien...-

-Bien, Mei ¿qué es lo que necesitas?-

-A ti.- dijo de golpe, dejando en un gran silencio y asombro a los cuatro restantes.
-Es decir....necesito hablar contigo no que te necesite a ti específicamente, no digo que no lo haga pero este no es el caso...- el pobre rubio comenzó a murmurar como si no hubiera un mañana hasta que Eijun lo detuvo.

-Esta bien, entendí.- rió un poco, haciendo que el rubio se sonrojara.- Vamos por aquí.- le tomo la mano y lo guió unos cuantos metros lejos de los demás.
-¿Qué era eso que necesitabas decirme?-

-Además de decirte feliz San Valentín...quería invitarte a salir, este fin de semana si quieres.-

-El domingo estoy ocupado lo siento, ¿el sábado esta bien para ti?-

-S-Si...claro que si.- no esperaba que el castaño aceptara, en realidad creía que hasta lo odiaba debido a su trato tan formal con él.

-Perfecto!, entonces el sábado será. Y feliz San Valentín para ti también Mei.- el castaño antes de irse le dio un pequeño abrazo, uno que disfruto cada segundo el rubio y uno que aún con la distancia del otro podía seguir sintiendo esa calidez.

-Sawamura!- Miyuki apareció de la nada, asustando al ojiambar que justamente se dirigía hacía sus amigos.

-Miyuki-senpai hola, ¿cómo estás?- le sonrío amablemente, dejando embobados por unos segundos al joven con lentes.

-Bien, bien, ¿y tu cómo estás?-

-Muy bien, ¿qué necesitas?-

-Oh eso...¿te gustaría salir ente fin de semana?, aire fresco y eso...-

-Lo siento Miyuki-senpai pero ya tengo planes para el fin de semana...- dijo apenado, no le gustaba rechazar a sus amigos.

-Oh..bien, entonces en otra ocasión será.- Kazuya forzó una sonrisa, estaba por irse hasta que Eijun lo detuvo.

-Pero podríamos ir en la semana, no hay nada importante, puedo pedir permiso para salir y ya.- le sonrió.

-Claro...si, genial!, entonces el miércoles ¿esta bien?-

-Si!- Miyuki se retiró satisfecho y Eijun por fin volvió con los demás.

-¿Qué es lo que quería Kazuya?- preguntó Kuramochi, no muy confiado de su amigo.

-Oh, me pidió salir esta semana ya que el fin de semana estoy ocupado.-

-¿Saldrás con alguien el fin de semana?- esta vez fue Okumura el que preguntó.

-Si!, el sábado saldré con Mei y el domingo con Kuramochi-senpai.- respondió feliz.

-Oh~ ya veo.- sonrió Haruichi pero esa sonrisa le causó un escalofrío al peliverde que estaba recibiendo esa sonrisa y mirada zorruna idénticas a las de Ryo.

Los cuatro siguieron la charla solo unos minutos más, el sol comenzaba a caer por lo que cada uno volvió a su habitación. Haruichi y Okumura algo inquietos por las citas que el chico al que amaban tendría y Kuramochi más que feliz por tener una cita con el castaño.
Eijun por su parte no podía esperar a pasarla bien con sus amigos, no pensando en lo problemático que sería todo.

-Hola Sawamura.-

-Furuya! me asustaste hombre...-

-Lo siento, solo quería pedirte un favor.-

-Claro, ¿cuál es?-

-Me gustaría entrenar hoy en la tarde, ¿podrías ayudarme?-

-Por supuesto, luego de clases podemos ir al gimnasio.-

-Bien, gracias.-

El día paso rápidamente, las mismas clases, el almuerzo junto a sus amigos, todo fue normal al igual que el resto de días. La tarde llegó y con ello Satoru y Eijun se encontraron en el gimnasio para así comenzar a practicar.

-Ya te he dicho lo que debes corregir, veamos si has hecho caso a mis consejos.- ambos se encontraban con una vestimenta más ligera.

Furuya fue el primero en atacar, Sawamura con gran agilidad esquivaba todo solo que en un mal movimiento ambos cayeron al suelo siendo el castaño el que estaba abajo quejándose por el golpe en la cabeza, mientras que el azabache solo contemplaba al más bajo como si estuviera hipnotizado.

-¿Tengo algo en la cara o qué?- preguntó Eijun.

-No es solo que...nunca había notado lo hermosos que son tus ojos.- soltó de pronto Furuya, dejando por unos segundo al ojiambar en shock para luego sonrojarse hasta las orejas.

-¿Qué cosas dices...?, ya sal de encima eres pesado.- Satoru en vez de salirse solo hizo lo que hacía mucho tiempo estaba esperando, lo besó, un beso lento, uno el cual no quería que acabara.
El castaño solo estaba inmóvil, no tenía idea de lo que estaba pasando, solo que inconscientemente correspondió el beso y por esa razón el azabache decidió hacerlo más profundo. Al cabo de unos segundos por falta de aire se separaron, ambos con un sonrojo en su rostro.

-¿Y ahora eso qué fue...?-

-Me gustas Sawamura.-

-¿Qué...?-

-Eijun!!- Haruichi había entrado de repente al lugar, quedándose inmóvil por la imagen que estaba viendo.- ¿Qué sucede aquí?-

-Nada!, no ocurre nada...- ambos se levantaron rápidamente, Sawamura decidió irse de allí.

-¿Qué has hecho Furuya?-

-Solo me confesé.-

-¿Confesarte?!!!- el más alto solo asintió y con ello también se fue de allí, dejando a un Haruichi muy frustrado con el mismo ya que no tenía las mismas agallas que su amigo.

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El día miércoles había llegado, el castaño por su parte estaba igual que todos los días, había preferido no tocar el tema de la confesión de su amigo o al menos no por el momento. Ahora mismo se estaba preparando para salir, el permiso ya había sido aceptado por lo que en tan solo unos minutos su senpai pasaría a buscarlo.
Un toque en su puerta hizo que dejara de prestarle atención a su teléfono para así ir a atender.

-¿Ya estas listo?-

-Claro!, vámonos.- ambos jóvenes salieron del instituto.
-Entonces...¿dónde iremos?- preguntó curioso.

-Por lo que me han dicho abrieron una nueva cafetería, dicen que sus pasteles son muy buenos y tienen un delicioso café ¿te gusta la idea?-

-Me parece bien!- le sonrió, el cuatro ojos satisfecho con la respuesta se dedicó el resto del camino a molestar un poco a su kohai, le gustaba verlo enojado, le parecía tierno.

Al cabo de unos 40 minutos en bus, los dos se bajaron para seguir su recorrido a pie, mirando tiendas y siguiendo con conversaciones respecto al deporte que ambos amaban.

-Aquí es.- senpai y kohai se adentraron al lugar, el ambiente era muy tranquilo y acogedor. Sus pedidos fueron llevados a su mesa y con ello siguieron la charla.

-Así que Miyuki-senpai...eres hijo de Apolo, eso es muy curioso viniendo de alguien como tú.-

-Oye ¿qué quieres decir con eso?- dijo algo ofendido causándole una carcajada al contrario.

-Es solo que pareciera que el amor no va contigo, eres demasiado mujeriego.-

-Lo admito tal vez si lo soy pero...no significa que no me interese el amor, después de todo toda mi vida he sido criado para eso.-

-Que suerte tienes...yo solo se fingir y ocultarme.- dijo con una sonrisa resignada.

-No digas eso, ya no necesitas hacerlo, y sabes algo eres mucho más brillante ahora que no ocultas tu verdadero ser.-

-¿Lo crees?- le dijo alegre.

-Claro que sí.-

-Gracias...espero algún día  encuentres ese amor que tanto buscas.-

-Ya lo hice.- soltó sin pensar.

-¿Si?, que bien!!! ¿La conozco?-

-De hecho si...-

-¿Quién es?!-

-Tu...tu eres esa persona que logró enamorarme Sawamura.- el castaño estaba sin palabras por lo que Kazuya comenzaba a sentirse nervioso.

-Yo...no sé que decir...-

-No te pido que me respondas ahora, solo tenlo en cuenta. Quiero que me mires Sawamura, voy a ganarme tu corazón a como de lugar.-

El tema en cuestión no fue mencionado otra vez, ambos caminaron un poco más por los alrededores y al cabo de unas dos horas volvieron a su escuela ya que estaba oscureciendo.
Al llegar se despidieron como normalmente lo hacían y cada uno se fue a su cuarto, uno de ellos feliz ya que por fin había confesado sus sentimientos y otro más que confundido, dos de sus amigos se le habían declarado y él no tenía la más mínima idea de lo que haría.

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Ese día era sábado, su salida con Mei estaba a tan solo unos minutos por lo que estaba termiando de vestirse, algo casual y cómodo pero con cierto encanto, mentiría si digero que no estaba nervioso ya que su última salida no había sido como esperó. Aún así por alguna razón no sentía un sentimiento desagradable hacía sus amigos y eso era algo que lo dejaba inquieto.

-Sawamura ¿estás listo?- escuchó del otro lado de la puerta, sacándolo de su pequeño transe.

-Hola Mei, si estoy listo ya podemos irnos.-

-Bien andando, iremos al cine y luego a un famoso restaurante de la ciudad, al parecer su jardín es uno de los más hermosos de aquí.-

-Suena genial!- le sonrió.

-Claro que si...yo lo planee.- contesto algo sonrojado, ambos emprendieron camino a su paseo.

La película fue una muy divertida, su recorrido hasta el restaurante fue ameno y su conversación era respecto a la película que habían visto. Para sorpresa del castaño el rubio era alguien muy divertido y no tan egocéntrico como siempre se hacía ver,
Al llegar fueron recibidos por una amable señorita que los guió a su mesa en el jardín del lugar, al entrar Eijun no cabía de la impresión y emoción por ver la gran variación de flores y árboles que allí había.

-Wow...esto es tan hermoso!!- dijo feliz.

-Creí que te gustaría, ya que extrañas tu hogar en el campo pensé que este lugar sería algo bueno para ti.-

-Muchas gracias Mei, en verdad esto es hermoso.- su sonrisa demostraba toda su felicidad y eso era suficiente para Narumiya, solo con verlo feliz le bastaba y no importaba todo lo que tendría que hacer él lo haría feliz.

La comida fue de gran agrado para ambos, conociéndose aún más, bromeando y pasando una gran tarde juntos.
La hora de volver había llegado, ambos se encontraban en la entrada del instituto solo que el rubio detuvo el caminar de su acompañante, era ahora o nunca.

-Sawamura, este día fue uno de los más divertidos de mi vida y te agradezco mucho por eso.-

-También me divertí mucho, en mi hogar no tenía tantos amigos así que esto es...algo lindo.-

-Eres un chico maravilloso y muy amable, y mira que yo soy el hijo de Narciso pero tu eres tan hermoso que no hay nadie que se te pueda comparar.-

-¿Mei...?-

-Me gustas Sawamura, me gustas mucho!, no tienes una idea de lo locamente enamorado que estoy por ti y te juro que haría todo lo que sea necesario para ver tu hermosa sonrisa todos los días. Sé que no soy el único por lo que no te presionare a que me aceptes ahora, solo te pido que me dejes intentarlo, déjame conquistarte por favor.-

-Yo...no lo sé...primero Furuya, luego Miyuki-senpai y ahora tu, no sé si podré cumplir sus espectativas. Después de todo no soy la gran cosa...-

-¿Acaso no escuchaste todo lo que dije?, eres la persona más maravillosa que existe!. Por favor Sawamura, solo una oportunidad.- suplicó.

-Esta bien...acepto.-

-Si!, no te arrepentirás lo juro.- el castaño solo le sonrió y comenzó a caminar, siendo seguido rápidamente por Mei que al llegar al punto donde debían separarse le besó en su mejilla de manera dulce.
Ese día también había acabado muy locamente.

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Sawamura junto a Kuramochi se encontraban en espera a que el concierto comience, estaban igual de emocionados por ver a una de sus bandas favoritas en vivo. Por alguna razón muchas parejas estaban allí, dándole un presentimiento extraño al castaño.
Las luces se apagaron y de pronto la banda apareció, gritos se hicieron presentes, bailes y canto a todo pulmón. Ambos chicos se la eataban pasando genial, no pensando en nada y solo concentrados en esa melodía que los envolvía, a causa de la emoción del momento Kuramochi tomó a su kohai por la cintura plantandole un beso, uno lento y profundo que con algo de dificultad el contrario correspondió. De pronto ambos se dieron cuenta de lo que estaban haciendo separándose al instante, ignorando por el momento la acción siguieron disfrutando del show.
La función había acabado por lo que todos se estaban yendo y Eijun junto al peliverde no eran la excepción. El ambiente era silencioso y algo incómodo solo que ninguno tenía idea de cómo comenzar la conversación, hasta que el mayor se cansó de ello y habló primero.

-Lo siento...me deje llevar por el momento y mis sentimientos salieron de una manera distinta a la que tenía planeado.-

-¿Sentimientos...?-

-Si...me gustas, mucho, es algo difícil para mí verte tan cerca de los demás y no matarlos.- soltó una risa.- Estos celos me están matando cada día...-

-Así que tu también eh...-

-¿También?-

-Furuya, Miyuki-senpai, Mei y ahora tu. En verdad no tengo idea de que me ven.- soltó un suspiro.

-¿Te molesta o te desagrada de algún modo?-

-No!! claro que no...es solo que todo esto es nuevo para mi...no sé como afrontarlo.-

-No debes sentirte presionado, solo deja que tu corazón te guíe. Por esa razón deja que te enamore, prometo hacerte feliz si me eliges.-

-Si le di una oportunidad a Mei y Miyuki-senpai no puedo negartela a ti...-

-Ya verás que no perderé.- dijo orgulloso. Ambos se dirigieron de nueva cuenta hacia la escuela ya que al día siguiente tendrían clases.

Al llegar a su cuarto una carta estaba en su cama, curioso por el objeto fue directo a abrirla. Unas pocas palabra estaban escritas pero su contenido era algo sumamente importante.

"Me gustas Eijun, aún así no tengo el valor suficiente para mirarte a la cara y decirlo. Tal vez sea algo muy cobarde pero siento que mi corazón se detendría, con solo ver tus ojos y tu sonrisa mi mundo entero se ilumina y mi pulso aumenta. Eres una persona tan repleta de luz que tu simple compañía me reconforta, no espero que aceptes mis sentimientos pero al menos quiero ganarme tu amor justamente.
Solo mírame a mi Eijun"

Kominato Haruichi.

Aún sin procesar esa noticia un mensaje por parte de Okumura llegó a su teléfono, algo despistado leyó lo que decía llevándose otra sorpresa.

"Me gustas Eijun"

-Esto debe ser una broma...- esas simples palabras bastaron para que Eijun callera agotado a su cama, de pronto seis chicos tenían interés en él, no tenía idea de lo que haría pero lo que sí sabía era que su vida escolar sería más interesante de lo que creía. Y más problemática.

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Es un extra muy largo, lo siento!!! Espero lo hayan disfrutado aún así.
Mucha gracias por leer y los lindos comentarios, me hacen muy feliz ♡♡

Sin más nos leemos pronto, bye bye~

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