🍁Capítulo 19🍁

Capítulo 19 :Noticias

El padre de Sesshomaru la observaba con ojos perspicaces, como si estuviera evaluando cada una de sus palabras y gestos. Rin, por su parte, se sintió aliviada de que el encuentro no hubiera sido tan tenso como esperaba.

Mientras se alejaban, Sesshomaru la tomó suavemente del brazo y la guió hacia la salida del lugar. A medida que caminaban, ella no pudo evitar preguntarse sobre la actuación que acababan de representar. ¿Hasta qué punto estaban dispuestos a llegar para mantener las apariencias?

Una vez afuera, Sesshomaru le indicó a su chofer que estuviera listo para partir. Se adentraron en la lujosa limusina, donde la atmósfera era más relajada que en la bulliciosa fiesta.

-Qué te pareció esa pequeña actuación? - preguntó Sesshomaru, rompiendo el silencio mientras la limusina avanzaba por las iluminadas calles de la ciudad.

-Fue... interesante. No estoy acostumbrada a ese tipo de situaciones - admitió Rin, aún procesando todo lo que había ocurrido, aun tratando de actuar natural

-Habrá más situaciones como esa. La gente estará observando cada uno de nuestros movimientos - advirtió Sesshomaru, con una seriedad que la hizo comprender la magnitud de lo que se avecinaba con este contrato.

-Crees que podremos convencerlos - preguntó Rin, mirándolo fijamente.

Sesshomaru, sabia perfectamente lo que se avecinaba en los próximos días, pero por nada se dejaría amedrentar cuando ya había llegado lo suficientemente lejos.

Rin que aun asimilaba toda esta situación, pensó en su padre y como aun no había podido comunicarle de su compromiso ,puesto que también era algo reciente. Mientras pensaba escucho como su acompañante, le respondió lacónicamente

-Lo haremos -Sesshomaru suspiró antes de responder.

Rin solo asintio y lo escucho hablar

- Mi familia, y especialmente mi madre, tiene ciertas expectativas. Este matrimonio no es solo entre tú y yo; hay más en juego de lo que puedas imaginar.

Rin asimiló lentamente la complejidad de la situación. Aunque estaba comprometida en un matrimonio que parecía más un acuerdo de conveniencia, la conexión que había sentido con Sesshomaru durante el baile la dejó intrigada. Sabía que había más en él de lo que mostraba al mundo, y estaba decidida a descubrirlo.

La noche continuó avanzando, y en la limusina, bajo la luz de la luna, dos almas destinadas a un matrimonio por conveniencia se embarcaron en un camino lleno de secretos, intrigas y, tal vez, la posibilidad de encontrar algo genuino entre las complejidades de sus vidas entrelazadas.

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El nuevo día se asomaba, y la joven castaña, tras una noche de inquietud, se estiró en su cama para constatar la hora en su pequeño reloj de pared.

"Apenas eran las 7 de la mañana", susurró con un dejo de melancolía mientras sus pensamientos se deslizaban hacia la incertidumbre que le esperaba tras perder su empleo. "Quizás ahora que estoy sin trabajo, debo levantarme", se dijo a sí misma con determinación, incorporándose y tomando su pequeño teléfono celular.

Un escalofrío recorrió su espalda al ver la notificación que había llegado a su celular, un recordatorio inesperado de la noche anterior. Con el corazón acelerado, anhelaba que su padre no descubriera la noticia antes del mediodía, momento en que planeaba presentar a Sesshomaru como su prometido. La carga emocional de esa revelación la envolvía, haciéndola sentir vulnerable.

En un acto de precaución, decidió buscar el número de la mansión de su padre y del señor Misaki. Necesitaba advertirles de que su padre evitara revisar el periódico o sus correos en la mañana. La certeza de que si su progenitor se topaba con la noticia, podría desatar su furia o sufrir un ataque, la impulsó a tomar medidas preventivas para evitar cualquier confrontación innecesaria.

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El fuerte rumor del inminente compromiso agitaba las páginas de las revistas más prominentes y resonaba en los canales de televisión de todo Japón. En las primeras horas de la mañana, prácticamente todo Tokio estaba al tanto de la grandiosa alianza que se estaba gestando entre el conglomerado Taisho y la prominente familia Lemaire.

En una pequeña calle, un par de adolescentes compartían su emoción al hojear una de las revistas que trataba sobre el acontecimiento.

-¿Has visto? -exclamó una de ellas, sosteniendo la revista con entusiasmo. -Debe ser la boda del año -respondió la otra, aún aguardando el autobús escolar.

-Sí, después de todo, será el matrimonio de dos familias renombradas. -añadió la primera.

-Me encantaría ser una Lemaire para casarme con el famoso CEO de Bakusaiga.

-¿Estás en tus cabales? -contestó la segunda, tratando de sacar a su amiga de su ensoñación.

-¿Acaso no has escuchado que es un hombre muy serio?

-Pero eso no quita lo guapo que es... -respondió la soñadora, dejando entrever sus pensamientos.

-Ay, Nanami... -mencionó la escolar, mientras se llevaba la mano a la frente por las divagaciones de su amiga y subían al autobús.

Lo que ambos jóvenes no imaginaban en ese momento era que sus palabras habían roto el corazón de un joven que las escuchaba mientras corría en su rutina de ejercicios esa mañana.

La noticia del compromiso entre las dos prominentes familias resonaba en su mente. "Su querida Rin", se cuestionó mientras dejaba caer el pequeño aparato de sus manos. La sorpresa y la incredulidad se reflejaban en sus ojos mientras el silencio llenaba la habitación.

No podía creer las palabras dichas por esas jóvenes, la noticia de que Rin estaba comprometida. Repetía en susurros, tratando de asimilarlo. Desde el principio, supo que no podía permitirse ser egoísta, pero a pesar de esa conciencia, cultivó en su corazón la esperanza de que ella pudiera corresponder en algún momento a sus sentimientos.

Recordó cómo conoció a Rin cuando era un adolescente de 14 años y ella una niña de 8. Cada momento compartido se volvía más precioso. Su amistad se consolidó, pero no supo cuándo ese afecto se transformó en algo más profundo, posiblemente cuando su propio padre falleció, y Rin, con su dulzura, lo consoló.

La noticia del compromiso resonaba como un eco de realidades no vividas. Ahora, caminando sin rumbo, sentía el regreso del vacío en su corazón. La noticia de Rin le recordó lo efímera que era su esperanza y cómo la realidad a menudo se entrelazaba con sueños que no podían realizarse.

Se cuestionaba por qué no le había confesado sus sentimientos antes, por qué había permitido que las circunstancias los separaran de esa manera.

"¿A quién estaba engañando? Lo sabía perfectamente".

Recordó los bellos cabellos castaños de Rin ingresando por aquella habitación, pidiéndole que la ayudara a estudiar. Nunca supo en qué momento esos sentimientos por la hija de su jefe se transformaron en amor. Se había enamorado de ella como un idiota, pero nunca se atrevió a confesarlo, porque sabía perfectamente que ella amaba a alguien más, alguien a quien nunca logró identificar.

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En la enorme mansión Lemaire, el patriarca de la familia estaba disfrutando de su desayuno cuando algo perturbó la aparente tranquilidad de la mañana.

"Señor", gritó desesperado el mayordomo, sosteniendo una tablet

-¿Qué pasa, Mirokawa? - respondió el castaño, observándolo con curiosidad.

-¿Acaso no ha visto las noticias aún? - informó el mayordomo, encendiendo el dispositivo electrónico que aún intentaba comprender.

-Ya sabes que no me llevo muy bien con esos aparatos, querido amigo - respondió el hombre mientras sostenía su periódico y tomaba un sorbo de su desayuno.

-Oh, señor, entonces no lo sabe... - dijo casi en un arrebato mientras le extendía el dispositivo con la noticia de esa mañana.

El titular de la revista era imposible de ignorar, y las palabras "El gran compromiso entre dos grandes familias" brillaban en letras grandes y audaces. La noticia era sobre el compromiso de su querida hija Rin.

El rostro del señor Lemaire palideció al absorber la impactante revelación. Un silencio pesado se apoderó de la lujosa sala de desayuno mientras sus pensamientos se agitaban en un torbellino de emociones.

"Mi querida Rin", murmuró para sí mismo mientras una mezcla de sorpresa, incredulidad y una pizca de resignación se reflejaban en sus ojos. ¿Cómo era posible que no se hubiera enterado antes de tan importante acontecimiento en la vida de su propia hija?

Mirokawa, el mayordomo, permaneció en silencio, observando con atención la reacción del señor Lemaire. Sabía que esta noticia iba a cambiar muchas cosas en la dinámica de la familia y en los asuntos de la empresa.

El hombre se levantó de su asiento con lentitud, dejando la taza caer al suelo y romperse en pedazos. Sus pasos resonaron en el suelo de mármol mientras se dirigía hacia la ventana, como si la respuesta a sus pensamientos pudiera encontrarse en el horizonte distante.

El mayordomo, observando con preocupación a su jefe, conectó toda esta situación con la llamada imprevista del día anterior de la joven y la agendación de una cita con su padre, algo poco común en la joven que siempre venía sin previo aviso a visitar a su padre.

La única explicación que había dado el día anterior fue que llevaría a alguien.

"Quizás esa es la razón del almuerzo y de su acompañante", soltó en un susurro el anciano, algo que escuchó Lemaire.

"Mirokawa, alista la pequeña sala para un almuerzo de 6 personas", ordenó el castaño, mientras aún miraba por la ventana.

"Pero, señor", quiso refutar el mayordomo, ya que no entendía el porqué de 6 invitados, si solo vendría la señorita y quizás su prometido. Pero antes de que el mayordomo dijera algo más...

"También agéndame una cita con Toga Taisho y su esposa para el mediodía", dijo por último, haciendo entender quiénes serían los próximos invitados en ese almuerzo esa mañana.

"Sí", respondió el mayordomo, mientras salía rápidamente de la sala, dejando a su jefe inmerso en sus pensamientos.

El castaño aún no entendía por qué su hija no le había dicho nada sobre este compromiso y por qué nunca había rechazado esas citas a ciegas si ya tenía a alguien en mente. Tenía miedo de que su hija se hubiera enterado de su enfermedad, pero al mismo tiempo lo descartó porque el único que sabía sobre esto era Hiroshi y sabía que él no lo traicionaría de esa manera.

Continuara...

"Hola, primero que nada, ¡Feliz Navidad! Aunque estuve ausente un par de semanas por trabajo, aún sigo ocupada, pero realmente extraño escribir. Por eso, me hice un poco de tiempo. Segundo, ¡Feliz Año Nuevo! Espero que lo pasen muy bonito con sus familias. Desde aquí, les envío un fuerte abrazo y un mensaje: 'Deseo que el próximo año cumplan todas sus metas'".

Posdata.

Realmente si dieron en el clavo cuando me escribieron ,quienes se enterarían de su compromiso en el próximo capitulo, solo que el de la ex de Sesshomaru aun no lo voy a escribir por una razon ,puesto que cuando regrese causara muchos estragos y ahí por fin me daré el lujo de contar lo que paso con ella y como reacciono a su compromiso.


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