Capítulo 9
—Muy gracioso lo que me hicieron esta mañana —dijo Jin Ah en tono molesto cuando Jimin y Jungkook entraron a la casa.
—Lo sentimos, tardaste demasiado en bajar —respondió Jimin simplemente.
—¡Qué mentiroso! Bajé enseguida a preguntarles si llevaba repelente, y ya no estaban —replicó ella, cruzándose de brazos.
Jimin la miró de arriba abajo; se veía realmente molesta.
—Está bien, lo reconozco. Sí, nos fuimos sin ti a propósito. Queríamos tiempo a solas como pareja —dijo Jungkook, llevando a Jimin a la cocina y dejando a Jin Ah con la boca abierta. Jungkook empezó a buscar ingredientes para preparar la cena que le había prometido a Jimin.
—¡Hasta que aparecen! —dijo la señora Park cuando los vio entrar—. Ya es la hora de la cena.
Jungkook se puso tenso.
—Lo siento, señora Park. Yo tenía la intención de prepararle una cena especial a Jimin.
—¡Oh, nada de eso! Los Park siempre comemos en familia cuando estamos de vacaciones. Además, veremos una película todos juntos en la sala después —dijo ella, restándole importancia.
Jimin le dio una mirada de disculpa a Jungkook. Su madre se esforzaba demasiado por aparentar que eran una familia perfecta, y según sus padres, tener incómodas cenas era una "tradición familiar".
—Otro día será, cariño —dijo Jimin.
Jungkook asintió, pero no se veía nada contento. De hecho, no lo estaba. Había estado planeando durante todo el camino a la cabaña lo que cocinaría para Jimin, y ahora, gracias a "la cena familiar", sus planes se habían ido al caño.
Era tan molesto e incómodo estar con los Park. ¿Cómo diablos Jimin era parte de esa familia? No se parecía en nada a sus padres ni a sus hermanos. Lo que más le enojaba a Jungkook era la forma en que le hablaban a Jimin, con desprecio y desdén.
—Bien, lo dejaremos para otro día —contestó Jungkook entre dientes.
—¿Cuñado, qué haces en la cocina? Ese es lugar para las mujeres —dijo Jae Hyun, apareciendo de repente.
A Jungkook se le hizo un nudo en el estómago. Además de ser un imbécil, también era machista. Vaya combinación.
—No pienso lo mismo, Jae Hyun. Yo sé cocinar y disfruto hacerlo.
—Bueno, es que ustedes son maricas, y eso es diferente —dijo el arrogante.
—Que sea gay y sepa cocinar no me hace menos hombre que tú. Y eso te lo puedo demostrar en cualquier momento —respondió Jungkook con los puños apretados, dando un paso hacia el hermano de Jimin.
—Parece que eres muy susceptible, cuñadito —se atrevió a decir Jae Hyun.
—Simplemente quiero que me respetes a mí y a Jimin, mi pareja.
No había que ser un genio para darse cuenta del reto que Jungkook le estaba haciendo a Jae Hyun. Jimin observaba la escena con los ojos abiertos y las manos temblando. Su madre también estaba atónita. El rostro de Jungkook se veía tenso de la ira.
—¿Qué pasa aquí? —la voz de Sung-rok interrumpió el duelo de miradas entre los dos hombres.
—Jae Hyun nos faltó el respeto a mí y a Jimin —dijo Jungkook con la voz tensa.
Sung-rok estudió a su hijo mayor.
—Seguro fue un malentendido.
—Así es, padre. Jungkook se ofendió por un comentario que hice —dijo Jae Hyun.
—Bien, entonces no hay motivo para tanto alboroto. SoHyun, apresúrate con la cena —se dirigió a su esposa antes de irse.
Jungkook miró a Jae Hyun con firmeza.
—Una cosa más, Jae Hyun: si vuelve a haber otra broma con mariposas, te vas a arrepentir.
Jae Hyun le dirigió una mirada de odio a Jungkook antes de salir de la cocina.
—Necesito un poco de aire —dijo Jungkook, saliendo por la puerta de la cocina que daba al patio trasero.
Jimin caminó tras él—Jungkook…
—No sé cómo diablos soportas esto. Soy médico, mi deber es salvar vidas, pero nunca he tenido tantas ganas de quitarle la vida a alguien como en este momento —dijo Jungkook entre dientes.
Jimin lo miró con una sonrisa irónica.
—Después dices que el psicópata soy yo.
Jungkook se echó a reír. Un solo comentario de Jimin hizo que toda su ira se desvaneciera.
—Eres increíble —dijo, mirando directamente el rostro del pelinegro.
—Eso ya lo dijiste en la playa —respondió Jimin, encogiéndose de hombros.
—¿Buscas un nuevo cumplido?
—Tal vez.
—Eres gracioso y adorable —dijo Jungkook con una sonrisa traviesa.
Jimin hizo un puchero, evidentemente insatisfecho. Le hubiera gustado más que Jungkook le dijera "sexy".
—Entremos, vamos a cenar. Hoy fue un día agradable; no dejemos que esto lo arruine —dijo Jimin, tendiéndole la mano.
Jungkook miró la mano extendida de Jimin y la entrelazó con la suya. Caminaron de vuelta a la casa. Fue la cena más tensa y horrible que Jimin había tenido en su vida, incluso peor que la primera noche que llevó a Jungkook a casa. El apetito lo había abandonado por completo, mientras que la tensión entre Jungkook y Jae Hyun parecía lanzar chispas al aire.
Jimin colocó una mano en el muslo de Jungkook, intentando calmarlo, y pareció funcionar... al menos por un rato.
—Jimin, tú y DaHyun traigan los bocadillos que preparé a la sala —ordenó su madre.
—Claro, madre —respondió Jimin, levantándose y siguiendo a su hermana.
Entre todos sus hermanos, DaHyun era con quien peor se llevaba. Ella parecía sentir un odio natural y palpable hacia él, aunque Jimin no tenía idea del porqué.
—Así que te desapareciste todo el día con tu noviecito —comentó DaHyun, con un tono engreído.
Jimin no estaba de humor para soportarla.
—Sí. ¿Algún problema?
—No, no tengo problema con eso. Solo que aún me cuesta creer que tú te consiguieras a un médico exitoso como novio. Es demasiado sospechoso, ¿sabes? Después de... bueno, los antecedentes de tus antiguos novios.
Jimin entrecerró los ojos y se cruzó de brazos.
—Aunque te cueste creerlo, Jeon Jungkook es mi novio.
DaHyun arqueó una ceja, evaluándolo con aire altivo.
—Los he estado observando, y ustedes no se ven como una pareja que lleve tres meses de novios.
Jimin se tensó. ¡Oh, diablos! Que su hermana no hubiera notado algo raro era casi un milagro.
—¿Por qué dices eso? —preguntó, intentando sonar despreocupado.
—Nunca los he visto darse un beso —respondió ella, encogiéndose de hombros—. ¿Estás seguro de que no le pagaste a un impostor para hacerse pasar por médico?
—Sabes perfectamente que Jungkook sí es médico. Hyun Sik conoce a su familia. Y si nos besamos o no, eso no es asunto tuyo.
DaHyun sonrió con burla.
—Estás muy a la defensiva, hermanito. Nunca me habías respondido de esa manera.
Era cierto. Jimin evitaba las discusiones con sus hermanos porque sabía que nunca ganaría. Pero esta vez, tener a Jungkook a su lado le daba valor.
—Tal vez estoy cansado de ti —respondió, con un tono cortante.
—Oh —DaHyun se llevó una mano al pecho, fingiendo indignación—. No sabes cuánto me duele que mi insignificante hermanito menor esté cansado de mí.
—¿Sabías que lo que pienses de mí dejó de importarme hace mucho? —espetó Jimin.
DaHyun estaba a punto de responder cuando Jungkook entró en la cocina.
—Cariño, ¿por qué tardas tan...
Antes de que pudiera terminar la frase, Jimin tomó a Jungkook por el cuello, lo bajó un poco y unió sus labios con los suyos. No tenía idea de por qué lo hacía; tal vez solo quería demostrarle a DaHyun que estaba equivocada. Se puso de puntillas mientras rogaba a todos los dioses que Jungkook le correspondiera.
Jungkook se quedó tenso unos segundos por la sorpresa, pero pronto le devolvió el beso con pasión. Jimin rodeó su cuello con los brazos, haciendo que el suéter de Jungkook se levantara ligeramente.
Las manos de Jungkook encontraron la piel cálida y suave de la espalda baja de Jimin, lo que hizo que este temblara entre sus brazos. Ambos se olvidaron del mundo que los rodeaba y se perdieron en la intensidad de ese beso.
Alguien carraspeó, rompiendo el momento. Ambos se separaron, respirando con dificultad. Jungkook escondió su rostro en el cuello de Jimin, intentando calmarse.
—Wow, siento interrumpir —dijo Hyun Sik, evidentemente incómodo— Solo que todos están esperando los bocadillos, y vine a ver por qué tardaban tanto—
Jungkook levantó el rostro y sonrió.
—Está bien, luego seguimos —dijo, dándole un beso en la mejilla a Jimin, quien tenía el rostro rojo y caliente.
Salieron de la cocina con los bocadillos para los demás y pusieron una película sobre la historia de Corea, a la cual Jungkook no le prestó la más mínima atención.
Besar a Jimin había sido alucinante. Se había perdido tanto en el beso que ni siquiera le importó que DaHyun los estuviera viendo. Solo quería más de esos gruesos y dulces labios. Aun así, esperaba que Jimin no hubiera notado la erección que ese beso le había causado.
Nunca antes había perdido el control de esa manera, ni siquiera con Yoongi. Jungkook estaba tan distraído que no se dio cuenta de que la película había terminado hasta que Hyun Sik lo llamó.
—¿Jungkook? Parece que se durmió. La película estuvo bastante aburrida —dijo, señalando a Jimin, quien estaba recostado a su lado.
Jungkook fijó sus ojos en el rostro del pelinegro. Estaba profundamente dormido.
—Está bien, lo llevaré cargado —dijo, levantándose con cuidado y tomando a Jimin en brazos.
—Buenas noches —murmuró Hyun Sik mientras caminaba hacia la puerta para abrirla.
Jungkook asintió y salió de la casa rumbo a la cabaña. Abrió la puerta como pudo y dejó a Jimin sobre la cama de la única habitación. Durante toda la cena, había intentado fervientemente ignorar las sensaciones que le produjo sentir la mano de Jimin en su muslo.
¡Por el diablo y todos sus jodidos demonios! Había tratado de ignorar la tensión sexual que existía entre ambos, queriendo mantener una simple amistad. Pero ahora que había probado los labios de Jimin, sabía que nunca podría verlo como un simple amigo.
Aun así, no estaba seguro de si entre ellos podría funcionar algo más a largo plazo. Jungkook suspiró, observando a Jimin dormir plácidamente. Sus labios se veían irresistiblemente apetecibles. Lentamente, se inclinó hacia el rostro del pelinegro, y de forma casi imperceptible rozó sus labios con los de él.
Jimin suspiró en sueños, lo que hizo que Jungkook retrocediera lentamente, cuidando de no despertarlo.
¡Debía controlarse!
Hola bebés míos los amo, les traje dos capítulos hoy porque no estoy segura cuando pueda volver a actualizar.
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