Capítulo 20

-Te ves increíblemente precioso -dijo Jungkook con una boba sonrisa, cuando estuvo frente a la puerta del departamento de Jimin.

Jimin le dio una sonrisa coqueta.
-Tú también te ves muy guapo. -Jungkook se acercó para darle un beso.

-Ambos se ven preciosos y guapos, pero si no se van ahora, llegarán tarde -cantó BaekHyun desde el sofá.

Jimin se rió; su mejor amigo era simplemente increíble.
-Gracias por todo, Baek. Me encantaría que pudieras venir conmigo. -

-No te preocupes, Jiminnie. Voy a cenar con SeHun. Disfruta tu noche y brilla, te lo mereces -le dijo, dándole una sonrisa.

Jimin asintió, dándose cuenta de que Jungkook lo miraba de pies a cabeza.
-Si me tomas una foto, te va a durar más. -Jimin se burló.

-Esa es una gran idea -dijo Jungkook, inmediatamente sacando su celular y tomando una foto a Jimin, quien le sonrió de manera instantánea. Tomados de las manos, empezaron a bajar.

Jimin de verdad se veía precioso con un traje hecho a su medida, marcando su pequeña cintura. Después de dos largas semanas de esfuerzo y mucho trabajo, hoy era la inauguración de la academia, y Jimin tenía los nervios de punta. Primero harían una pequeña recepción, donde la prensa y diferentes medios podrían tomar fotos, y luego pasarían al show principal.

-Lo harás muy bien, lo sé, cariño -dijo Jungkook, una vez en el auto. Tomó la manito de Jimin entre las suyas y le dejó un beso en el dorso.

-Eso espero -contestó Jimin, tomando un suspiro y tratando de calmar sus nervios mientras el auto se ponía en marcha. Tenía una sensación de felicidad que recorría su cuerpo; estaba a punto de realizar uno de sus sueños más grandes y tenía a su lado a un gran hombre que lo apoyaba.

Durante la semana, Jimin había tenido sentimientos encontrados. Se sentía feliz de poder desempeñar un trabajo donde haría lo que más amaba en el mundo: bailar, pero por otro lado sentía como una espina apuñalando su corazón, sabiendo que su familia no estaría allí para apoyarlo. Ellos nunca habían estado realmente para él, pero en lo profundo de su corazón, Jimin no podía evitar tener la esperanza de que tal vez algún día ellos lo miraran de forma diferente.

Pero hay cosas que, simplemente, por más que lo deseemos, nunca van a cambiar, y Jimin ya se había resignado a estar sin ellos. Lo había hecho bien los últimos seis años de su vida. Ahora, con más razón, lucharía por lo que amaba porque tenía el apoyo de un maravilloso hombre, un doctor.

Cuando estuvo frente a las instalaciones de la academia, apartó todo pensamiento de su mente. Debía hacer un buen trabajo, tanto por él como por Hoseok, quien le había dado la oportunidad sin siquiera conocerlo.

Si en el mundo existieran más personas como Jung Hoseok, definitivamente todo sería diferente, sería un mundo mejor.

Jungkook le abrió la puerta del auto y, como si fueran estrellas de televisión, una lluvia de flashes los recibió. Jimin caminó al lado de su novio con una sonrisa. Baek tenía razón, esta era su noche y debía brillar.

Hoseok y Lisa los recibieron con una sonrisa amable.

-Jimin, te ves increíble -le dijo Lisa de inmediato.

-Gracias, tú también te ves preciosa -Jimin le dio una sonrisa-. Lisa, Hoseok, les presento a mi novio Jungkook.

-Jeon Jungkook, mucho gusto -los saludó de forma cordial.

-Así que tú eres el afortunado de ser la pareja de este talentoso chico -dijo Hoseok, estrechándole la mano.

-Sí, de verdad que me siento afortunado de tenerlo para mí -contestó Jungkook, orgulloso.

Lisa le guiñó un ojo a Jimin con complicidad.
-Debemos seguir recibiendo a los invitados. Todo está saliendo a la perfección. Jimin, ya sabes a la hora que debes estar en los vestidores. Confiamos en ti plenamente -dijo ella con una radiante sonrisa.

Jimin asintió. Que alguien como Lisa le dijera que confiaba plenamente en él, hacía que Jimin sintiera muchos nervios, pero a la vez más seguridad.

-Vas a ver, cariño, serás la estrella que iluminará esta noche -le susurró Jungkook en el oído.

-Solo tendré un par de minutos en la actuación de esta noche -le dijo Jimin, sonriendo por el halago.

-Y ese par de minutos bastarán para dejar a todos deslumbrados -afirmó Jungkook.

Jimin de verdad quería besarlo en ese instante, quería fundirse con Jungkook en un abrazo para asegurarse de que no estaba soñando, que ese guapo hombre frente a él era realmente su pareja.

-No me mires así, Jimin, a menos que quieras que te coma a besos en frente de toda esta gente -dijo Jungkook, sonriendo de forma coqueta.

Jimin soltó una risita.
-Vamos, te enseñaré, este lugar es precioso -Jimin le guiñó un ojo a Jungkook.

Caminaron juntos por el lugar, Jimin le presentó a Jungkook a sus compañeros de trabajo mientras compartían algunas bebidas. A Jimin le empezaron a temblar las piernas cuando los minutos comenzaron a pasar y la hora del show se acercaba.

-Jimin, cariño, tranquilo, lo harás perfectamente -le susurró Jungkook en el oído.

Jimin asintió, tomó el rostro de Jungkook entre sus manos y le dio un beso. Una vez en los camerinos, debía cambiarse.
-Para la buena suerte -dijo con voz tímida.

-No necesitas suerte, bebé, tú tienes todo el talento -Jungkook unió sus labios a los de él una vez más-. Estaré en primera fila viéndote.

Jimin asintió y vio a su novio salir. Todo saldría bien. Su corazón latía rápido y de prisa; aunque su actuación no era muy larga, era quien abría el show. Tomó una respiración profunda. Por esto había trabajado tanto, era su hora de mostrar de lo que era capaz.

El lugar estaba repleto de prensa, patrocinadores del proyecto y cientos de personas más. Las luces se apagaron y dos chicos aparecieron corriendo, sosteniendo dos telones blancos de fondo. Las notas de un piano comenzaron a sonar. Todo el mundo estaba a la expectativa. Entonces, allí estaba Jimin, vestido completamente de blanco, emergiendo en el escenario con todos los reflectores sobre él y su corazón latiendo rápido. Sus movimientos comenzaron con elegancia y gracia, lentos y precisos.

Dejando que su cuerpo siguiera el ritmo del piano en una danza angelical y preciosa. Tal vez solo demoró un par de minutos, pero para Jimin se sintió como estar en el mismísimo cielo, sabiendo que allí estaba iniciando algo nuevo.

Aunque este apenas era el principio, muchos se pusieron de pie aplaudiendo lo preciosa que había sido la danza de ese bello chico. Jungkook no podía hacer más que adorar con la mirada a Jimin, viendo cómo su maravilloso cuerpo se movía con la música.

Ese era su novio, su Jimin, ese chiquillo atolondrado que lo había "secuestrado", ahora se veía como un ángel en el centro del escenario.

Cuando bajó del escenario, terminando su número, Jimin sentía que caminaba entre nubes. ¡Lo había hecho! Y muchas personas lo habían aplaudido. Jungkook estaba en el camerino, y cuando abrió la puerta, no pudo evitarlo. Saltó a los brazos de su novio, quien lo estrechó fuertemente.

-Lo hiciste increíble, cariño. Estoy muy orgulloso de ti -Jimin simplemente se dejó abrazar, sintiéndose feliz. Esta era la primera de las muchas presentaciones que haría de ahora en adelante.

Cuando se separaron, Jungkook le entregó un ramo de flores.
-No tenías que hacerlo, amor, están hermosas -dijo Jimin, sosteniéndolas.

-Aunque me gustaría llevarme el crédito, no son de mi parte, tienen una tarjeta -dijo Jungkook.

Jimin lo miró con escepticismo y tomó la tarjeta que estaba unida al ramo. Solo tenía una frase:

Buen trabajo.

-No tiene remitente -Jimin hizo un puchero.

-Debe ser un admirador -dijo Jungkook divertido.

Jimin soltó una risa.
-¿Estás celoso?

-Para nada, soy el mejor partido que vas a encontrar en esta ciudad -dijo Jungkook con desdén.

Jimin solo rió, negando con la cabeza.
-Te quiero, Jungkook -dijo, con las mejillas sonrojadas.

Jimin podría ser un descarado cuando se trataba de sexo, pero cuando se trataba de sus sentimientos, sentía timidez.

Jungkook le dio una mirada radiante.
-Te quiero también, Jimin -dijo, antes de darle un beso.

-Vamos, tortolos, a disfrutar el resto del show -alguien en la puerta hizo un comentario que los hizo reír.

Regresaron a sus asientos para ver la función, que fue, por completo, un derroche de talento. Al terminar, a mediados de la madrugada, después de un brindis con Hoseok y su esposa por el éxito con el que comenzó su nuevo proyecto, ambos regresaron al departamento de Jungkook.

Jungkook insistió en que debían dormir abrazados, y justo eso fue lo que hicieron. Llegaron, se despojaron de sus ropas y, prácticamente desnudos, se metieron en los brazos del otro, simplemente felices de poder hacerlo.

-Hoy fue un día increíble -dijo Jimin, sonriendo con su cabeza apoyada en el hombro de Jungkook.

-Tú fuiste increíble en este día -Jungkook le acarició la mejilla lentamente.

-Nunca pensé que me sentiría tan feliz. Mi vida no ha sido tan fácil y ahora tengo el trabajo de mis sueños y a ti. A veces siento miedo de que esta burbuja de felicidad en la que estamos pueda explotar -dijo Jimin.

-No es una burbuja, es tu realidad, cariño. Has trabajado arduamente por conseguir esto, lo mereces, y soy afortunado de haberte conocido.

-¿Aunque fuera por un secuestro? -dijo Jimin, levantando una ceja.

Jungkook soltó una carcajada.
-Creo que soy la única persona en el mundo feliz de haber sido "secuestrada".

Jimin también se rió.
-Lo único que me falta por lograr y sentirme realizado son unas vacaciones en un lugar alejado donde nieve mucho y tener un perro que se llame Balto.

-¿Un lugar nevado? -preguntó Jungkook.

-Sí, es que con mi familia siempre vamos al mismo lugar. Las playas de Busan son hermosas, pero alguna vez me gustaría ir a esquiar o deslizarme en la nieve, patinar sobre hielo o simplemente sentarme junto a la ventana, ver la nieve caer y tener una taza de chocolate humeante con malvaviscos en mis manos.

Jungkook sonrió.
-Me gusta esa idea, juntos, acurrucados, en un día nevado.

-Y Balto acostado cerca de la chimenea -concluyó Jimin, bostezando. Estaba realmente agotado.

Jungkook acarició lentamente el cabello de Jimin. Ahora ya tenía planes para sus futuras vacaciones, y para él también sonaban muy bien. Un futuro al lado de Jimin sonaba más que perfecto.

Hola cositas preciosas espero que les haya gustado este cap., ¿ya les dije que los amo?














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