Capítulo 18

Jimin abrió lentamente los ojos y bostezó, sintiendo su piel siendo acariciada por las suaves sábanas de seda de la cama. Sonrió mirando a su alrededor, todos los recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente en un torbellino de emociones, haciéndolo suspirar. Se estiró un poco en la enorme cama, sintiendo cómo su cuerpo dolía en las partes indicadas.

Sí, definitivamente una de las mejores noches de su vida, por no decir la mejor.

Jungkook ya se había levantado, eso era obvio. Con toda la pereza del mundo, salió de la cama. Estaba totalmente desnudo y con su cabello enmarañado. La primera puerta que abrió no era el baño, era el armario, el cual era casi del tamaño de su propia habitación en su departamento y estaba pulcramente ordenado. Jimin arqueó una ceja.

Parecía más una mini tienda de ropa y zapatos que un armario. Cerró la puerta y la segunda que abrió sí era el baño, afortunadamente, porque ya su vejiga no aguantaba. Después de terminar, abrió una gaveta y encontró un par de cepillos de dientes nuevos. Sacó uno de su paquete; no creía que Jungkook se fuera a molestar por eso.

Cuando salió del baño, Jungkook estaba vestido con un uniforme azul y una taza de café en la mano que dejó en la mesita de noche. El médico barrió su mirada por su cuerpo.

—Buenos días, Doctor Jeon —dijo sonriendo.

—Jimin, tienes que ponerte ropa —dijo Jungkook con voz ronca.

—¿Por qué? —preguntó Jimin inocente, haciendo un puchero.

—Porque vas a hacer que llegue tarde a mi trabajo —Jungkook gimió por lo bajo.

—¿Y eso es muy malo? —

Jungkook puso una mueca en su rostro.

—Jimin...

—Está bien, me pondré mi ropa —dijo, soltando una risita pícara—. Pero mi camisa está en la cocina, creo.

—Yo la busco por ti, solo tuve tiempo para preparar un café —dijo, saliendo rápido.

Jungkook se pasó las manos por el rostro y sonrió, negando con la cabeza. Trató de ocultar su ya semiduro miembro. ¡Había hecho el amor con Jimin tres veces en la noche, pero lo seguía deseando tanto o más que antes! Creía que ese deseo se aplacaría una vez que tuvieran intimidad, pero fue todo lo contrario, solo incrementó a tal punto que solo verlo desnudo le causaba una erección. Es que Jimin era demasiado hermoso en toda la extensión de la palabra.

Regresó a la habitación y Jimin ya tenía el pantalón y los zapatos puestos. ¡Gracias al cielo! Porque habría llegado tarde al hospital si hubiera permanecido un minuto más viendo el glorioso cuerpo de Jimin.

Se acercó al pelinegro y le tendió la camisa. Jimin la tomó y se la puso. Jungkook tiró de su brazo y lo acercó a su cuerpo, uniendo sus labios en un delicioso beso.

—Ahora sí, buenos días, señor Park.

Jimin sonrió ampliamente.

—Sí que son buenos, y usted sí que se ve sexy con uniforme, Doctor.

—Suelo ponerme el uniforme cuando llego al hospital, pero hoy tengo el tiempo limitado —dijo, picoteando castamente los labios de Jimin.

—Entonces es hora de irnos —Jimin le guiñó un ojo, tomó su taza de café y salió de la habitación.

Salieron juntos del edificio después de intercambiar sus números. Jungkook había querido llevar a Jimin a su casa, pero Jimin insistió en que no quería atrasar más su llegada al hospital y, con un apasionado beso, se despidieron en el estacionamiento.

Jimin se sentía inmensamente feliz, como nunca antes. Después de ir a su casa por un rápido desayuno, un baño, un cambio de ropa y evadir todas las preguntas de Baekhyun, quien no daba su brazo a torcer y quería cada detalle de su relación con Jungkook, Jimin no podía creer que estuviera viviendo algo tan hermoso. Bueno, eso era de esperarse, él no salía con nadie y, de repente, tenía novio.

Un novio al que había secuestrado. ¡Ni él mismo podía creerlo! Jungkook tenía razón, el destino tiene sus raras formas de actuar y ahora parecía que estaba jugando de su lado.

Con todo listo, fue directo al parque donde tenía su cita con su pequeña clase de baile. Solo era una docena de personas. Algunas eran señoras que lo tomaban más como ejercicio, otras chicas más jóvenes que eran amigas de Baekhyun. Había empezado con las clases solo porque necesitaba una entrada extra de dinero, pero Jimin terminó disfrutando enseñar y lo ponía todo su esfuerzo en ello. Además, se trataba de bailar, que era lo que más amaba en la vida.

Sonrió cuando vio a su clase. Había tenido una noche grandiosa y esta espléndida mañana soleada le hacía sentir más que animado.

—¡Buenos días, chicas! Perdón por hacerlas esperar —dijo, saludando con la mano.

—No tienes que disculparte, profe Jimin. Ya Baek nos había advertido que tal vez llegarías tarde hoy. Dice que tienes un nuevo novio —Jennie, una de las más jóvenes de sus alumnas, le guiñó un ojo.

Jimin sintió su cara caliente y estaba seguro de que su rostro tenía el tono de rojo más alto que podía existir. ¡Iba a matar a Baekhyun!

—Sí, bueno, es hora de empezar —dijo, intentando cambiar de tema—. ¿Ya han calentado y estirado un poco?

Todas asintieron, pero de todos modos Jimin empezó con su pequeña rutina. Puso a reproducir la música e iba guiando con sus suaves movimientos a las chicas. La danza contemporánea era lo suyo, definitivamente, aunque también implementaba otros ritmos un poco más modernos y urbanos. Sentía que era un buen profesor porque, contra todo pronóstico, sus alumnas le seguían el ritmo.

—Un chico guapo a la vista y no nos quita la mirada de encima —dijo Jennie sonriendo.

—Querrás decir: No le quita los ojos de encima al profe Jimin —la corrigió Yeri.

Jennie hizo un puchero.

—Tienes razón, lo más guapos siempre son gays o están casados —se quejó.

—Pensé que tú y Kai seguían juntos —dijo Yeri.

Jennie hizo una mueca.

—Vamos, chicas, menos pláticas y más movimientos —dijo cuando la rutina estaba casi por terminar.

—Es que hay un chico que no deja de mirar hacia aquí, profe Jimin —le informó Jennie, señalando con la cabeza disimuladamente.

La música terminó en ese momento.

—Descansen —dijo Jimin, dándose la vuelta hacia donde había señalado Jennie. Y cuando vio el rostro de quien estaba observándolo, Jimin abrió la boca y sus ojos se llenaron de asombro. Sus piernas temblaron, amenazando con no poder seguir sosteniéndolo.

¡Por el diablo y todos sus jodidos demonios!

Allí, parado frente a él, solo a unos metros, estaba nada más y nada menos que Jung Hoseok, uno de los bailarines más reconocidos en toda Corea. Jimin sintió su corazón acelerarse cuando el hombre lo saludó con la mano, brindándole una radiante sonrisa.

¡Santos cielos! Jimin se consideraba uno de los más grandes admiradores del bailarín. Jung Hoseok era fundador de la academia de danzas Hope World. Jimin casi no lo podía creer cuando Hoseok empezó a caminar hacia él.

—Hola, siento interrumpir la clase —dijo con una voz gruesa pero increíblemente hermosa.

—No interrumpes, ya terminamos —Jimin se las arregló para no tartamudear, sus manos le temblaban, se sentía en un pequeño shock.

Hoseok sonrió.

—¿Eres profesor en alguna academia? —preguntó con interés.

—No, solo doy clases particulares a las chicas —contestó.

—¿En serio? —Jimin asintió con la cabeza—. No te lo puedo creer. Estaba trotando un poco por aquí y no pude dejar de mirar la forma en que les estabas enseñando cada paso a tus alumnas. Tienes una técnica y unos movimientos increíbles —dijo con sinceridad.

¡Su ídolo estaba elogiando su trabajo! Si esto era un sueño, que nadie se atreviera a despertarlo.

—Eh... Yo... gracias.

—No tienes que agradecer, solo digo la verdad. Y mucho gusto, Jung Hoseok —dijo, tendiéndole la mano.

—Ya lo sabía —dijo Jimin sonrojado, estrechándole la mano—. Park Jimin.

Hoseok sonrió.

—Sé que sonará raro, pero te invito un café.

Jimin asintió sin dudar.

—Chicas, nos vemos el jueves a la misma hora. Tengan un buen día —dijo a sus alumnas.

—Igual usted, profe Jimin —contestaron.

No tuvieron que caminar mucho, ya que en la esquina estaba una cafetería, y tomaron asiento.

—Bueno, te preguntarás ¿por qué te invité, no es así? —dijo Hoseok.

Jimin sonrió con nerviosismo, tratando de asimilar aún con quién estaba sentado tomando un café.

—Sí, tengo mucha curiosidad.

—Primero, contéstame algo, ¿dónde aprendiste a bailar así?

Jimin sonrió.

—Pues pertenecí al club de baile de mi escuela desde que era muy pequeño. Luego fui a la academia de danzas contemporáneas aquí en Seúl. El baile es mi vida —dijo Jimin, orgulloso.

—Compartimos el mismo sentimiento. Siento que sin el baile no sería nada. Y ahora, sí te contaré el porqué te invité aquí: mi esposa y yo estamos trabajando en un nuevo proyecto. ¿Has oído hablar de Hope World?

—Por supuesto, es una de las academias más prestigiosas del país.

Hoseok sonrió. —Bueno, queremos abrir otra, de hecho es una academia que estará cerca de aquí. Se llama Dream Glow, a la que los jóvenes de escasos recursos pueden acceder. Queremos llevar un poco de esperanza a estos chicos que aman el baile pero no pueden pagar una academia, y por esa razón sus sueños se frustran. Deseamos poder darles la oportunidad de soñar en grande. Aunque hoy yo estaba un poco estresado porque la inauguración es dentro de dos semanas y aún faltan detalles, así que salí a tomar aire al parque y te vi dando clases con tanta pasión que me pareció admirable, y tuve una corazonada. Sé que no te conozco y no me conoces, pero si no tienes más compromisos, ¿estarías interesado en participar en este proyecto?

Jimin abrió la boca, totalmente sorprendido. ¿Había escuchado bien? ¿Jung Hoseok quería que trabajara con él? —Yo... Woow, no sé cómo podría participar, pero me encantaría —dijo de inmediato. Él sabía lo que se sentía estar corto de dinero para pagar una academia y, si podía ayudar a otras personas a cumplir sus sueños de estudiar danza, ¡por supuesto que lo haría!

—Ya casi tenemos la nómina de nuestros maestros completa, pero quedan un par de vacantes, y una es para danzas contemporáneas. No tienes que decir que sí de inmediato, pero puedes venir conmigo a las instalaciones, conocer el lugar. Sé que cuando Lisa te vea bailar estará de acuerdo conmigo en que mereces un puesto.

Jimin sonrió ampliamente. ¡También iba a conocer a Jung Lalisa! Esposa de Jung Hoseok y una de las mejores bailarinas de los últimos tiempos. —Claro, me gustaría conocer el lugar.

La emoción de Jimin era palpable cuando llegaron a las instalaciones de la academia, que era jodidamente grande. Había un montón de personas trabajando en el lugar. Los salones de baile eran preciosos y su corazón latía a toda prisa.

¿Ser profesor de baile en una academia real?

Hoseok le contó que siempre estaban haciendo presentaciones en teatros. Incluso, a veces hacían colaboraciones para cantantes famosos. Esta era una oportunidad que no se le iba a presentar de nuevo.

Sentía mucha emoción y debía contarle a Jungkook. Miró su celular mientras los esposos Jung hablaban, aunque desafortunadamente su novio no le contestó.

Jimin suspiró. Tenía un atractivo doctor como pareja ahora, lo que significaba que Jungkook debía estar ocupado, pero si realmente podía conseguir este trabajo, podría sorprender a Jungkook.

Volvió de nuevo su atención a todo lo que lo rodeaba, y cuando vio a Lisa estuvo a punto de desmayarse. Era una mujer preciosa y amable. Bailar frente a ella fue un reto, pero ella le dijo lo mismo que su esposo.

—Eres grandioso, Jimin —Lisa le dio una enorme sonrisa—. Definitivamente debes quedarte con nosotros.

—Pues, ¿dónde firmo? —dijo Jimin, haciéndolos reír.

Resultó que Jimin necesitaba organizar su currículum para firmar el contrato, y eso lo podía hacer de inmediato. Esa misma tarde, después de un almuerzo con los esposos Jung, firmó los papeles que necesitaba para ser oficialmente uno de los profesores de la academia Dream Glow.

—Bienvenido a bordo, Jimin —le dijo Hoseok, tendiéndole la mano.

—Gracias por la oportunidad —contestó Jimin con su voz llena de emoción.

—No tienes que agradecer, Jimin. Eres muy talentoso y estamos encantados de tenerte con nosotros —dijo Lisa sinceramente.

Jimin asintió. Él sabía que era talentoso, pero que dos personas a las que realmente admiraba reconocieran su talento se sentía increíble. Platicaron mucho más sobre de dónde había surgido la idea del proyecto, el tiempo que llevaban trabajando en él, y la inauguración, que sería solo dentro de dos semanas.

Sería un evento grandioso donde tendrían a la prensa e invitados especiales que también habían hecho su aporte para sacar adelante el proyecto. Había muchas presentaciones de diferentes tipos de baile, pero Hoseok sentía que le hacía falta algo.

—¿Qué tal una entrada solista, un estilo contemporáneo y moderno interpretado por una sola persona? Esta abriría el show para luego hacer un despliegue de todos los bailes que se presentarán? —propuso.

Hoseok lo miró fijamente. —¿Qué tienes en mente?

Jimin le contó más o menos su idea, emocionado de poder aportar algo para la inauguración. —Me gusta —dijo Lisa—, pero tenemos el tiempo como enemigo. Solo son dos semanas, necesitamos que la persona que abra el show se prepare muy bien, no puede haber fallas.

Hoseok asintió. —¿Lo harías tú, Jimin? Tienes la idea más que clara. Además, nos dijiste que tienes una rutina que tú mismo creaste. Podríamos verte bailar mañana.

—Yo... No lo sé, sería una responsabilidad enorme y...

—Confía en tu talento, Jimin. Nosotros solo te hemos visto bailar una vez y tu técnica es verdaderamente exquisita. Si te lo estamos proponiendo es porque creemos que puedes hacerlo. Ahora, ¿crees tú que eres capaz de realizar una rutina en solitario para la inauguración? —preguntó Lisa.

Jimin asintió. —Sí lo creo, lo haré —dijo con seguridad.

—Eso es genial. Piensa esta noche en la idea que tienes para hacerla una realidad y nos vemos mañana en la academia para afinar los detalles. Sabemos que todo encajará a la perfección.

Jimin sonrió ampliamente, estando de acuerdo. Sí, definitivamente el destino estaba de su lado, y al fin su vida parecía estar tomando un buen rumbo. ¡Ya quería ver el rostro de Jungkook cuando le contara todo lo que le había pasado ese día!

Hola cositas, Jiminnie al fin está consiguiendo todo lo que merece, eso es muy bueno...

Espero que les guste el cap. y nos leemos pronto.







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