Capítulo 16
Un regalito para mi Bebé theeuphoria_ con todo mi cariño preciosa.💜🤙
Jimin suspiró mientras Jungkook tomaba sus labios con devoción, en un pasional beso. Sus bocas parecían conocerse y ya no deseaban separarse nunca más.
Pero debían recordar dónde estaban, dentro del auto de Jimin, frente a su edificio, a plena luz del día, donde todos los podían ver. Separaron sus labios con un dulce chasquido, ambos dándose una mirada de complicidad.
—¡Dios, necesitaba probar tus labios! Sentía que iba a morir si no lo hacía —susurró Jungkook, acariciándole las mejillas a Jimin.
El pelinegro se mordió el labio inferior.
—Esto te hará ser más presumido de lo que ya eres, pero besas delicioso —dijo con una sonrisita.
—Te dije que soy bueno en muchas cosas —respondió Jungkook, volviendo a tomar los labios de Jimin.
—¿Y si subimos mis maletas a mi departamento? —susurró Jimin sobre los labios de Jungkook.
—Sí, creo que deberíamos hacer eso —dijo Jungkook, apartándose para bajar del auto.
Sacó las maletas de Jimin y juntos caminaron dentro del edificio. Por supuesto, el señor Kang estaba dormido. Jimin negó con la cabeza y miró al ascensor. Decía que estaba en mantenimiento.
—Creo que nos tocó por las escaleras.
—Es una lástima, quería besarte apenas entráramos al ascensor —se quejó Jungkook.
—Solo vivo en el tercer piso —dijo Jimin riendo, aunque no podía negar que la idea de él, Jungkook, dándose ardientes besos en el ascensor sería maravillosa.
Jimin aún no podía creer que en realidad esto estaba pasando. ¡Jungkook le había pedido que salieran juntos! Sentía que su rostro, en cualquier momento, empezaría a dolerle, pero es que no podía dejar de sonreír como un completo tonto. Y hubiera sido vergonzoso, pero Jungkook sonreía igual que él, lo que era una muy buena señal.
Cuando llegaron a su puerta, Jimin no estaba seguro si debía dejar entrar a Jungkook. Él no era la persona más ordenada del mundo, no era tampoco un completo desordenado, pero a veces dejaba algunas cosillas fuera de lugar.
Pero ¡al diablo! Sacó la llave de su bolsillo y estuvo a punto de introducirla en la cerradura cuando Jungkook lo detuvo.
—Espera, Jimin —El pelinegro lo miró confundido.
—Si abres esa puerta, ambos sabemos lo que pasará —dijo Jungkook con voz rasposa.
¡Y Jimin vaya que deseaba que eso pasara!
—Pero no me gustaría que fuera así. Aún no hemos tenido ni siquiera una primera cita —terminó Jungkook.
—¡Oh! —Jimin sonrió coqueto—. ¿Entonces nada de sexo si no tenemos una primera cita? —preguntó, coqueto, humedeciéndose los labios con la punta de la lengua.
Jungkook casi gimió viendo esa acción.
—¡Por el diablo y todos sus jodidos demonios, Jimin! ¡Estoy intentando ser un caballero aquí! —se quejó.
—Tal vez yo no quiero que seas un caballero en este momento —dijo Jimin, tirando del cuello de la camisa de Jungkook, acercándolo a él.
Jungkook siseó y tomó de nuevo los labios de Jimin, cerniéndolo contra la puerta. Los dedos del pelinegro se enredaron en el cabello castaño del médico, besándose de forma desesperada, olvidándose por completo que aún estaban en el pasillo.
—Jimin —dijo Jungkook, un poco sin aliento en medio del beso.
Jimin sonrió y movió sus caderas, rozando sus entrepiernas. Jungkook gruñó y devoró de nuevo los labios de Jimin, ya un poco hinchados.
En ese momento, escucharon como algo golpeaba el piso, haciéndolos exaltarse y separarse un poco. Jimin abrió los ojos, mirando hacia las escaleras, donde vio a Baekhyun, su mejor amigo, con la boca abierta y una caja a sus pies.
—¿Jimin? —preguntó, sorprendido.
—Baek, eh, yo... Jungkook, él es mi mejor amigo Baekhyun. Baek, él es Jungkook —fue lo único que se le ocurrió decir.
Jungkook se aclaró la garganta.
—Mucho gusto.
—El gusto es mío —dijo Baekhyun con una pequeña sonrisa cómplice—. Minnie, yo te traía algunos regalos de mi viaje, pero puedo venir más tarde —dijo, recogiendo su caja y dándose la vuelta.
—No, no te tienes que ir, yo ya me iba —dijo Jungkook.
Jimin abrió la puerta para meter sus maletas y le hizo señas a su amigo para que entrara. El rubio arqueó una ceja, pero entró al lugar, cerrando la puerta detrás de él, dejando a Jungkook y Jimin afuera aún.
Jungkook suspiró con una sonrisa.
—Creo que debería irme y dejarte hablar con tu amigo.
Jimin estaba completamente rojo, pero asintió.
—¿Paso por ti mañana en la noche a las 7, te parece bien? —preguntó Jungkook, tomando una de las manos de Jimin entre las suyas.
—¿Me está invitando a una cita, doctor Jeon? —preguntó Jimin sonriendo.
—Definitivamente. ¿Aceptas?
—Estaría encantado —respondió Jimin con la felicidad a flor de piel.
—Entonces, nos vemos mañana.
—Sí, nos vemos mañana.
Pero ninguno de los dos soltaba la mano del otro. Jungkook negó con la cabeza y selló de nuevo sus labios con los de Jimin en un dulce beso que duró hasta que sus pulmones exigieron oxígeno y, solo en ese momento, se despidieron.
Jimin vio a Jungkook desaparecer por las escaleras y sentía que podía empezar a saltar de dicha. Al menos algo bueno había resultado de todo esto.
Tal vez, de ahora en adelante, vendrían cosas mejores. Él era optimista de corazón, y en esos momentos, con más razón, sentía que su vida estaba a punto de cambiar.
Se dio la vuelta para abrir la puerta, pero estaba obstaculizada y escuchó un quejido de su mejor amigo. Jimin no pudo evitar reír.
—Eres un jodido chismoso, Baek —se burló del rubio que se sobaba la mejilla, pero sonreía con descaro.
—Bien guardado que te lo tenías, ¿eh, Jiminnie? ¿De dónde sacaste a ese guapísimo hombre que te estaba devorando la boca? —preguntó con curiosidad.
—Nos conocimos hace poco y empezamos a salir —dijo Jimin solamente.
—¡Vamos, Jimin, no seas tacaño! ¡Quiero todo con lujo de detalles! —pidió Baek, emocionado—. Está como quiere, parece estrella de películas.
Jimin sonrió aún más amplio.
—Es doctor, pero ama la vida saludable y hace mucho ejercicio.
—Seguro que juntos también hacen mucho ejercicio —cantó Baekhyun con voz llena de picardía—. Perdón por cortarles el rollo, realmente no tenía ni idea de que te encontraría en esas.
Jimin se puso rojo hasta el cuello.
—¿Qué me trajiste de tu viaje? ¿Cómo te fue? ¿Qué tal está Sehun?
—Te traje algunos regalos que te compré y me fue muy bien. Al principio, estaba aterrado por conocer a los padres de Sehun, pero son un amor. ¿Qué puedo decirte? Ahora soy su favorito y Sehun está envidioso —dijo, sonriendo al recordar sus vacaciones con sus suegros—. Pero no me cambies el tema, Jimin. Aquí estamos hablando de ti y de tu guapo doctor. Seguro que te examina muy bien.
—¡Ya cállate, eres un pervertido! —dijo Jimin, metiéndose a su cuarto.
—¡No huyas, cobarde! No te voy a dejar en paz hasta que me cuentes, Jimin —gritó Baekhyun, riendo.
Jimin se dejó caer en su cama y suspiró, escuchando a su mejor amigo llamarlo. Se tocó los labios y sonrió ampliamente.
¡Estaba saliendo con Jeon Jungkook, de verdad! Él había tenido la misma suerte de la chica de la película, ¡y eso era jodidamente grandioso!
♡
Jungkook tuvo que ir primero a la cafetería donde Jimin lo había secuestrado y buscar su auto, que afortunadamente seguía intacto y en su lugar.
—Alguien allá arriba me ama —dijo sonriendo.
Habló por teléfono con su madre y se fue directo a la casa de Yoongi. Tenía que darle una explicación a su mejor amigo si no quería que este le cortara las bolas como había amenazado.
Pero definitivamente se sentía como estar en la luna. Jungkook no podía creer que, a sus 29 años, se sentía como un adolescente que acababa de dar su primer beso. Los efectos que Jimin tenía sobre él eran confusos, pero se sentía maravilloso de alguna manera, y lo acababa de ver hace poco, pero ya quería verlo de nuevo.
—¡Vamos, Jungkook, cálmate! Apenas empiezan a salir, ¡y ya pareces un colegial enamorado! —se regañó a sí mismo.
Es que tal parece que él ya había olvidado lo bien que se siente que te guste una persona y que esta te corresponda. Además, la forma en que se habían conocido era una locura, tal vez la mejor locura que le había sucedido. Al menos, de esa forma se sentía el médico.
Se estacionó frente a la casa de su mejor amigo, y al tocar, fue TaeHyung quien le abrió, dándole una bonita sonrisa cuadrada.
—Hola, desaparecido —dijo burlón.
—Hola, TaeTae —saludó Jungkook de vuelta.
—Yoongi quiere matarte —le advirtió enseguida, bromeando—. Pero me contó que estabas con alguien.
—¿Amor? ¿Quién era? —Jungkook vio aparecer a Yoongi por encima del hombro de TaeHyung—¡Eres tú, maldito imbécil! —dijo, sin saber si sonreír o darle un golpe a Jungkook.
—Estoy bien, Yoongi, ¿qué tal tú? —respondió Jungkook riendo.
El rubio se acercó a Jungkook y le dio un abrazo—Ahora sí, dinos qué diablos hacías en Busan y con quién, porque más te vale tener un argumento muy bueno para justificar la preocupación que nos hiciste pasar a TaeTae y a mí.
—Tranquilo, bebé, Jungkookie está sano y salvo, pero sí debes contarnos, ¿con quién te escapaste una semana, pillín? —canturreó Tae, empujando a Yoongi para que se sentara a su lado en el sofá.
—Pues estaba con un chico que conocí hace poco, su nombre es Park Jimin, y es hermoso —dijo Jungkook, suspirando con el rostro sonriente.
—Ese suspiro deja clarito que estás perdido, Jungkookie.
—Sí, él gozando de la dicha y nosotros muriendo de preocupación —dijo Yoongi, con el ceño fruncido y un leve pucherito que TaeHyung besó castamente, encantado.
—Jungkookie, más te vale empezar a hablar porque, realmente, Yoonie ahora está más enojado por no haberle contado los detalles de cómo conociste a ese chico que por tu desaparición —dijo Tae, riendo.
—¡Amor! —Yoongi golpeó el hombro de TaeHyung.
—Te conozco, bebé —dijo Tae, dejándole un beso en la mejilla a su novio.
Jungkook sonrió, negando con la cabeza. Cuando le dijera a Yoongi cómo conoció a Jimin, su mejor amigo se iba a volver loco. Menos mal que él era cardiólogo, por si le daba un infarto, pensó en forma de broma.
Hola bebés hermosos aquí estoy de nuevo trayéndoles un capitulo espero no decepcionarles les amo un montón.
También les cuento que empecé una nueva historia por si no lo saben se llama "Mi Hermoso y Rebelde Príncipe" y ya la encuentran en mi perfil, espero que les guste mucho.
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