Capítulo 1
Jimin mordió un pastelito de arroz de manera lenta y lamió sus labios con delicadeza. Quería parecer un cliente normal de esa cafetería y no mostrar todo el desespero que llevaba por dentro. Sabía que no podía seguir retrasando más el viaje; ya llevaba una hora allí armándose de valor para tomar la estufa que tenía por auto e ir a la casa de sus padres.
El pelinegro tomó un suspiro bebiendo hasta la última gota de su café. ¡Diablos! Estaba en un lío.
Jimin no era el hijo favorito de sus padres; ese puesto lo ocupaban los mellizos DaHyun y JaeHyun. Su hermana era una abogada de renombre en Seúl, casada con un guapo hombre rico, y JaeHyun era quien reemplazaría a su padre como presidente de la compañía Park, y su esposa, una de las modelos más bellas del país. Jimin no se llevaba muy bien con sus hermanos mayores; ellos eran todo unos "Park".
Todo lo contrario a Jimin, que había tomado el puesto de la oveja negra de la familia. Se negó a estudiar la carrera que su padre le escogió y se fue de su casa con tan solo 17 años para hacer su vida como bailarín. A duras penas y con tres trabajos logró pagarse la Academia de danzas. Jimin tenía muchos problemas con sus padres porque ellos opinaban que él era demasiado "rebelde, impulsivo y un experto en tomar malas decisiones" y era gay, aunque esa última parte ya la habían superado, al menos.
Aunque Jimin estaba seguro de que su padre creía que sólo era gay porque necesitaba que un hombre cuidara de él, pero Jimin era autosuficiente. En 6 años no necesitó el apoyo de nadie para sobrevivir. No vivía en el mejor lugar, su destartalado auto era prácticamente chatarra, pero era suyo y lo había conseguido por sí mismo.
Sin embargo, ahora estaba en ciertos problemas. Su madre, hace un par de meses, le había preguntado si estaba saliendo con alguien y Jimin había respondido que sí, para salir rápido del tema. Eso era una total mentira, no tenía novio desde hace más de un año, pero en ese momento le restó importancia al asunto, hasta hace una semana, cuando sus padres lo volvieron a llamar para ponerse de acuerdo para las vacaciones anuales de la familia y le exigieron llevar a su "novio". En ese instante, Jimin no tuvo el valor de decirles que dicho novio no existía.
Jimin quería darse golpes contra la mesa. ¿Por qué se le ocurrió decirle mentiras a sus padres? Sólo le dirían de nuevo lo muy decepcionados que se sentían de él. Ahora estaba allí sentado en una cafetería retrasando su viaje a Busan y esperando que, por arte de magia, un guapo hombre se le declarara para poder tener un novio que presentarles a sus padres.
Su vida era un desastre; él era un completo desastre.
La campanilla de la puerta sonó en ese momento, sacándole de sus pensamientos y haciéndolo mirar hacia allí. A Jimin se le secó la boca con la imagen que tenía. Un hombre alto, de cabello castaño claro con destellos casi dorados, hermoso y brillante, rostro perfecto e increíblemente atractivo. Su musculoso cuerpo estaba envuelto por un elegante traje hecho a su medida. Ese hombre era, por mucho, el más guapo que había visto en toda su vida. Se veía tan refinado que el pelinegro estaba seguro de que su padre estaría feliz de que consiguiera un novio como ese.
Jimin no se perdió ni un solo movimiento del hombre, su forma elegante e imponente de caminar. Cuando pasó por su lado, no pudo evitar suspirar y darse cuenta de que no era el único comiéndose con la mirada al atractivo desconocido. Por un milisegundo se permitió fantasear cómo sería ser el novio de un tipo así de guapo, pero recordó de inmediato el problema en el que estaba metido. Además, hombres como ese nunca eran gays.
Moviendo sus pies por debajo de la mesa, miró el reloj de su muñeca, dándose cuenta de que la hora estaba mal; la batería seguro se había agotado, pero tenía que irse ya si quería llegar a Busan para el anochecer conduciendo su auto.
¿Qué diablos iba a hacer ahora?
Una estúpida idea se le vino a la cabeza y lo hizo reír. Podría secuestrar al guapo hombre, meterlo en el maletero de su auto y presentárselo a sus padres como su novio. Él lo había visto en una película y, al final, la chica lograba quedarse con el hombre guapo. Sólo que esto no era una tonta película.
¡Era su desastrosa vida real!
Y esa era la idea más descabellada que había tenido. ¿Cómo diablos iba a secuestrar a un tipo como ese? Si como mínimo era unos 10 centímetros más alto y mucho más musculoso que él...
Al menos que utilizara el arma que estaba en su guantera. Se la había prestado Baek, su mejor amigo, para que la usara junto a su disfraz de policía en la fiesta de Halloween. El arma era real, pero no servía. Jimin la había recibido gustoso y sabía cómo usarla; en su niñez, ser policía había sido su delirio.
Jimin sabía que su cabeza estaba totalmente llena de desfachateces esa mañana, pero eso no impidió que, en su mente, se fuera creando un tonto y muy alocado plan.
Dejó el dinero de lo consumido en la mesa y salió hacia el estacionamiento. Sacó el arma y la metió en el bolsillo de su abrigo. También tenía las esposas que usó ese día y, por alguna razón que no recordaba ahora, traía cinta adhesiva. Con el ritmo cardiaco acelerándose por la adrenalina, tragó grueso. Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas.
¿Realmente iba a secuestrar a un completo desconocido y lo haría pasar por su novio? Sí, definitivamente estaba loco.
Jimin tomó aire y lo dejó salir lentamente. Lo dejaría al azar. Si el tipo atractivo salía de la cafetería hacia el estacionamiento, lo secuestraría. Pero si no, dejaría de pensar estupideces e iría a darles una nueva razón a sus padres para sentirse decepcionados de él, de una vez por todas.
Luego de esperar 10 minutos, se dijo que era un estúpido y iba a poner el arma en su lugar, pero escuchó pasos que se acercaban. Se dio la vuelta, encontrándose con unos hermosos ojos oscuros como noche sin luna. Notó que el hombre caminaba hacia un lujoso auto justo al lado del suyo. Jimin tomó una respiración antes de sacar el arma disimuladamente y ponerla detrás de su espalda. Estaba sudando y sentía que podría desmayarse en cualquier instante.
Bien, él había visto esto en muchas películas, no tenía por qué ser tan difícil.
—Hola, ¿estás bien?—
¡Dios! Hasta su voz sonaba sexy.
Jimin trató de verse casual—Te-tengo un problema, no puedo abrir mi maletero, ¿podrías echarme una mano?—Fue lo primero que se le ocurrió.
—Claro—
Cuando el sexy hombre llegó junto a su auto, Jimin le puso el arma detrás de la cabeza.
—Pon tus manos en la espalda y no digas una sola palabra si quieres seguir viviendo— Trató de sonar lo más amenazador posible.
Hola bebes lindos aquí de nuevo NeRak su loquita Potter con una nueva ocurrencia espero que les guste y le den muchas estrellitas y todo su loff.
IMPORTANTE:
[Historia completamente creada por mi, quedan absolutamente prohibidas cualquier tipo de adaptaciones, Copias y por supuesto plagio, pido respeto como autora de mi trabajo
Gracias 😊]
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