Capitulo #40 "Déjame Explicar"

Yuzuha sentía que su ritmo cardiaco se aceleraba.

—Shinichiro… — Sus ojos se nublaron.

Yuzuha estaba harta.

Recientemente pasó el frauda emocional con Mitsuya, y ahora encontrarse una foto recién de Shinichiro agarrándole las tetas a una chica, tras el chico haberse portado demasiado bien con ella en esos días de infierno. El golpe de realidad que estaba sintiendo era bárbaro.

— Creía que… Eras diferente.

Shinichiro intentó tomar su mano, pero Yuzuha lo esquivó.

—No, no. Yuzuha espera, no es lo que tú crees, en serio.

—No, no quiero… Escucharte.

Shinichiro intentó volver a tomar su mano, pero ella volvió a esquivarlo.

— ¡Es que no es lo que crees! No te pongas así, por el amor de Dios.

Yuzuha palmeó la mesa y se levantó, mirando con tristeza y rabia al azabache, quien sintió un hueco enorme en su pecho por ello.

— Me interesa un cuerno, estoy cansada de que me vean la cara — tras decir eso, la castaña salió casi huyendo del lugar.

Shinichiro se levantó y miró cómo se perdía su silueta mientras salía de la cafetería.

— Te juro que no es lo que tú crees, Yuzuha — Se dijo para sí mismo suspirando en alto y tallando de su rostro con desespero — ¿Por qué se me olvidó que tenía esa maldita foto?

Shinichiro buscó serenarse y pensar en qué haría para que lo escuchara. Las ansias de ir en ese momento tras ella lo estaban matando, pero sabía que solo podría empeorar las cosas.

Yuzuha había pasado mucho esos días para creerle de primera. Esperaría que bajaran un poco los malos ánimos.

***

>División de dormitorios<

Abel se encontraba algo ansioso, la sola idea de que se vería con Hinata Tachibana para el proyecto lo tenía de cierta manera nervioso, hasta sus manos las sentía sudorosas.

Gracias a un mensaje que le llegó a su teléfono en esos momentos, logró distraer su mente.

Emma
"Muchas gracias por el regalo, en verdad no me lo pienso quitar, para nada"

El Imaushi sonrió con emoción dejando de lado la inseguridad que tenía o el miedo que lo estaba invadiendo.

— Abel.

Hasta que el llamado a su nombre de esa linda voz le llamó la atención. El chico giró para encontrarse con Hina detrás de él en su mano, una bolsa con lo que visualizo eran materiales para hacer la maqueta.

— Hola — Saludó con su sonrisa ladeada, fijándose en su corto cabello color salmón y esa pequeña sonrisa dulce siempre en su rostro.

Inconscientemente en la chica sus mejillas se pintaron de un pequeño color carmesí.

— ¿L-listo?

— Si, vamos, antes de que nos sorprenda la prefecta.

— Si, vamos. — Hinata tomó la delantera y Abel la siguió. Durante el trayecto ninguno decía alguna palabra. Los pasos eran ligados al silencio e incómoda tensión, hasta que llegaron a la habitación de la chica, quien pasó la tarjeta abriendo de la puerta.

Ambos se adentraron, y Abel se sintió extraño, aunque curiosamente ya había estado ahí, por unos minutos y en dintel, pero había estado.  El recuerdo de la primera vez que abrazo a Hinata, ese día que la encontró llorando, llegó a su mente y le hizo sentir un pequeño escalofrío.

— ¿Qué tanto husmean tus ojos? — Le preguntó la chica al mirar como Abel miraba a sus alrededores.

— ¿Eh? No, es que… — Abel pensó en alguna excusa — Veo que son muchos peluches — señala hacia el área de Allison.

— Le gustan muchos los peluches, a Allie — Sonrió. — Bueno ¿Tienes alguna sugerencia sobre qué parte del cuerpo humano podemos hacer?

— No lo he pensado ¿Tú tienes alguna idea?

— Pues, pensaba en que podríamos hacer el corazón.

— ¿El corazón? — Alzó su ceja con curiosidad — ¿Por qué ese órgano?

— Bueno… — Hina colocó su dedo índice sobre su mentón algo pensativa, Abel la observó y sonrió de lado — Es un órgano muy importante, sin el corazón no hay vida, aunque… — La chica tomó un libro de su pequeño estante —… A veces se me hace curioso, cómo la mente siempre está de pleito con el corazón.

El Imaushi suspiró, y ella detuvo sus palabras al caer en una realidad…  Era lo que últimamente le estaba ocurriendo a ella. Aunque se lo negara mil y un de veces. Fue cuando cayó en una pequeña crisis existencial ¿Entonces Abel si le estaba empezando a hacer sentir cosas?

Hina trago grueso ante ese hecho, e intentó evocar el recuerdo de Takemichi defendiendola, de aquellos bravucones en preparatorio.

— Cierto — Comentó el chico cortando el silencio qué se quería acumular. Hina se dio media vuelta sin darle la cara del todo. Abel se puso de pie y se colocó los tirantes del uniforme en sus hombros — Me ha pasado, diría que mucho últimamente…, mi mente me dice algo, pero mi corazón me pide otra cosa, siempre están de pleito ambos. Me causan hasta dolores de cabeza — Río haciendo que el momento fuese menos tenso — ¿A ti no te ha pasado, Tachibana?

Hina tragó grueso ante las palabras del azabache, porque era así… Últimamente no dejaba de pensar precisamente en él. 

Abel sólo sonrió y se sentó en la cama.

—¿Te parece si comenzamos ya? Luego me ve la prefecta y no querrás escuchar cómo me regaña, y ni mucho menos me pone un reporte rojo.

Hina asintió y tomó de las cosas para poder comenzar a hacer la maqueta.

***
>Campus<
Jueves
12:00pm

Keisuke y Emma se sonrieron, mientras terminaban de enviar los mensajes de invitación a su cumpleaños a sus conocidos.

Era sin duda mejor mandar mensajes que andar buscando para invitar a todos.

—No puedo creer que haremos una fiesta conjunta, hasta ahora no la habíamos hecho.

—Como te dije, se me ocurrió cuando recordé que el año pasado Shinichiro, Izana y Mikey juntaron las de ellos.

Emma sonrió.

—Igual coloque que pueden llevar a alguien.

—Sí, está bien. Es íntima la fiesta, pero tampoco tanto — sonríe Keisuke.

Emma se levantó, pero su amigo de la infancia la tomó de pronto de la muñeca. Ella lo mira a ver con curiosidad.

—Ya son 17 añitos, Emma.  Pero aún no eres mayor de edad, así que nada de cosas ilegales.

Ella suelta una carcajada.

—Lo sé, y para ti también — miro la mano de Keisuke en su muñeca, y sonrió con añoranza. — Recuerdo cuando íbamos juntos a la casita rosada que mi papá me regaló, no la pasábamos todo el día ahí metidos.

— Justo te iba a recordar eso. Como Mikey e Izana no querían jugar contigo en la casita, me tocaba a mi ser el papá. Me tomabas de la muñeca, y no había quien me rescatara, salvo mamá, cuando ya teníamos que irnos.

Emma se ruborizó, pero siguió sonriendo divertida.

—Lo siento, pero en defensa, me gustaba jugar contigo. Tenías más paciencia que mis hermanos.

Keisuke sonríe mostrando los colmillos y suelta la muñeca de Emma.

—También me gustaba pasarla contigo de niño.

Emma le sonríe de vuelta, y ya tomando su bolso, le da un pequeño beso en la mejilla a Keisuke, para así alejarse. 

Él solo la siguió un momento con la mirada, hasta que también decidió marchar de la mesa. 

***

Un día después
Viernes.

~Habitación #205~
Emma Sano
Rebeca Imaushi
Alice Matsuno

Rebeca agarró su maleta y miró hacía Emma.

—Ya quiero que sea mañana — dice feliz para luego abrazarla.

— Yo también, me da mucha emoción — En el rostro de Emma se pintó una sonrisa de alegría y luego miró profundamente a la Imaushi. — Oye Rebe, que bueno que estamos tú y yo aquí en el momento, había algo… Que quería hablar contigo, pero hasta ahora me animo a tocar el tema.

— Si, dime.

Emma tomó la muñeca de su amiga y luego la miró a los ojos.

— Escuché algo, y puedo admitir que me dejo sorprendida.

— A ver, dime ¿Qué sucede?

—¿Es cierto que Kakucho siente algo por ti?

Rebeca trago saliva y miró hacia un lado. El trato de Kakucho con ella, desde que se conocieron, siempre había sido muy lindo, pero hasta que él la beso, y no porque él se lo dejó en claro, fue que cayó en cuenta de que sus gestos nunca habían sido precisamente de un amigo a una amiga.

Pero ella… Siempre lo ha estimado como un amigo. 

¿Amigo? ¿En verdad ahora solo lo veía como amigo?

Rebeca ya no sabía qué pensar, porque se había dado cuenta que se arrepentía horrible del día que fue a su casa y ella lo rechazó. Sin contar, que le encantaba la idea de que Alice no lo  mirara como hombre

También recordó qué Abel es el único que sabe o tiene sospechas sobre los sentimientos de Kakucho hacía ella.

Al menos que Kakucho le haya contado a Alice, y la chica a su amiga…

— Emma, puedo preguntar ¿Quién te dijo algo al respecto sobre esto?

— Rebe, no me respondas con otra pregunta ¿Es cierto?

La peli azul suspira.

— Si, es cierto… El me confesó que desde hace rato, siente cosas por mí. 

Emma mordió su labio inferior.

— ¿Y nunca pensaste en darle una oportunidad? Solo curiosidad, aclaro.

—No, como te dije, desconocía sus sentimientos hasta que me los dijo. Y bueno, estaba con tu hermano Izana, y luego me fijé en Draken… No hubo espacio para Kakucho en mi mente de tal forma… Hasta que se me confesó — pensó esto último para sí misma acongojada.

— ¿Enserio nunca fuiste consciente de su sentir? Digo, a muchas personas se les nota…

—Tú no lo notaste, pues si no es por otro, no me estuvieras preguntado tal cosa.

—Bueno, pero es que yo antes no me la pasaba tanto con Kakucho, a diferencia de ti.

Rebeca frotó su frente, y sin darse cuenta, sus mejillas adquirieron un bonito color rosa.

—Kakucho siempre es lindo con muchas personas, así que nunca se me cruzó por la cabeza que era porque yo podría atraerle. Pero entonces… Después de que Izana me exhibiera con mis fotos, Kakucho me buscó y… Pues me besó ¡Aclaró! — De inmediato intervino — No correspondí el beso, eh. Pero no me quedaron más dudas de sus sentimientos hacía mí, mismo lo confirmó con eso ¿no crees?

Emma abrió sus ojos de par en par, y trago un poco amargo.

— ¿Entonces lo basaste estando con Draken?

—No, Kakucho me beso a mí ¿Me estás escuchando Emma? Pero en defensa de Kakucho, él no sabía que ya estaba de novia de nuevo. Y no, no correspondí.

— Bueno, entonces…no fuiste infiel.

— ¿¡Qué!? ¡No! ¡Claro que no! No sería capaz de eso, seré lo que tú quieras, pero infiel no. Emma y tú lo sabes perfectamente, antes de cometer una estupidez, sabes que prefiero terminar con lo que tenga, como hice con tus hermanos.

La rubia alargó los labios, no es precisamente su tema favorito.  Meneo sus cabeza y posó de nuevo su atención en su mejor amiga.

— Kakucho es el partido perfecto, y mira que ya es mucho decir de un hombre ¿Lo hubieras rechazado? En el hipotético caso que no hubieras estado de novia con Draken en ese momento.

—¿Muy curiosa estás hoy, no crees? — intentó bromear Rebe, para aligerar el ambiente.

Emma mordió su labio inferior. Ni ella sabía porque seguía presionando con el tema de Kakucho, su amiga al final estaba con Draken.

Mojo sus labios, hacía rato que no pensaba en Rebe y Draken juntos.

Rebeca la sacó de sus pensamientos, cuando tomó ahora ella su mano.

— No te sabría decir, Emma. Ocurrió en un momento en que yo salí humillada totalmente . Pero, creo que igual si lo hubiera hecho… Rechazarlo.

—¿De verdad?

—Primero, no estaba consciente de Kakucho de esa manera, fue muy de golpe todo; enterarme de sus sentimientos. Pero principalmente, Kakucho es el mejor amigo de Izana, de por si no me bajan de zorra, imagínate si llego a andar con él.

—Entiendo… ¿No quieres repetir lo de mis hermanos?

—No, la verdad no — Suspiró. En eso sonrío un poco tímida, algo raro en Rebeca Imaushi — Oye, me acordaste que mi papá me comentó que Kakucho igual le parece un buen partido. Supongo que estuvo hablando con Kentaro Hitto, se que se cruzan a veces en el club de golf, digo...

— Es que lo es, apoyo a tu papá ahí.

— Pero no pasará. 

— ¿Crees que tu papá llegará a aceptar a Draken?

Rebeca apretó sus labios.

— No, no lo hará.  No acepta un becado para su hija, me lo dejó bien claro — Rebe alejó la mano de su amiga y tomó de nuevo su maleta — Pero Draken me gusta, y eso es suficiente. Si papá llega a conocerlo algún día, tendrá que aceptarlo. 

—¿Te ganarías el desprecio de tu padre solo por Draken? Bueno, ya sabes cómo es tu papá con el buen estatus y eso. Recuerda como me contaste como se puso solo porque tu hermano no aceptó salir con Diane.

Rebeca mojó sus labios, la verdad era que la pregunta de Emma le dejó pensativa.

¿Era su cariño por Draken suficiente para enfrentar a su padre?

¿Sería lo mismo con Draken con ella?

—No sé, Emma. Pero si mi relación con Draken perdura, sin duda lo presentará a mis padres. Tengo miedo de la reacción de mi papá, no te voy a mentir. Pero al final es mi felicidad ¿no crees?

Emma sonrió apenas.

—Solo puedo decir, que parece que la relación con Draken te ha hecho madurar, aunque sea un poco.

Rebe río, y la codeo.

—Draken es un chico maduro, eso no te lo voy a negar. Sin duda algo he aprendido con él.

—Pero Rebe, antes de que te vayas ¿me respondes algo lo más sincera y transparente que puedas?

Rebeca asintió.

—¿Sentiste algo con el beso de Kakucho?

Acorralada sería la palabra perfecta para describir lo que sintió ante la pregunta de su amiga rubia. Sabía que ese beso le hizo sentir extraña, pero, jamás lo había pensado a profundidad.

— Hasta ahora, no he pensado en el beso.

Fue la respuesta más sincera que pudo dar en ese momento.

—¿De verdad?

—Sí, es que ocurrió en un momento muy abrumador para mí. Y estoy siendo sincera, Emma.

Emma solo palmeó su hombro con una sonrisa y fue a por sus cosas.

Pero sin saber, dejando a Rebeca muy pensativa esa tarde, con respecto a Draken y Kakucho.

***

~Habitación #201 ~
Yuzuha Shiba
Senju Akashi
Yoko Izumi

Yoko terminó de alistar su maleta, cuando recibió un mensaje por parte de su madre.

Mamáhermosa<3
“Ya llegué, bebé"

La castaña de mechas rosadas sonrió de oreja a oreja.

— Mamá ya llegó — Cerró su maleta con una sonrisa en sus labios y miró a Yuzuha — ¿Te molesta si me voy antes? En serio quiero ver a mamá.

— Ni me pidas permiso, Yoko.

— Te adoro — Yoko se acercó a su amiga y besó su mejilla — Te veo mañana, paso por ti y te llevo a mi casa, para arreglarnos y que llegues en modo perra a la fiesta.

— Yoko, me encanta cuando te sobresale este lado — Dijo entre risas Yuzuha.

— Es que no me caben las cosas que últimamente te han pasado — Suspiró la castaña. — En fin, tienes que ser de las mejores mañana — Izumi acarició un mechón del cabello de Yuzuha.

Llamaron a la puerta, Senju que estaba cerca se acercó para abrir. Encontrándose con el prefecto pelirrojo, que si no fuera por esa aura lúgubre, Senju aceptaría que Louis era muy apuesto.

— Ah, Louis.

— Akashi — Louis Morgan se adentro a la habitación y justo aún se encontró a quién sus ojos querían ver. — Izumi — Sonrió siempre seductor y tomó acercamiento a ella, observando la maleta que llevaba. — ¿Te ayudo?

— ¿Eh? No, no, muchas gracias, enserio. Puedo yo sola… — Yoko se hizo un mechón de su cabello hacia atrás de su oreja, evitando contacto visual con el prefecto.

— Una guapa chica como tú no debería cargar cosas tan pesadas como estas, a ver, deja te ayudo — Louis tomó la maleta sonriendo galán a la chica.

Yoko sintió algo de tetricidad recorriendo su cuerpo. Yuzuha detectó la acción y frunció el ceño.

—Yoko se puede valer por sí misma, Louis.

— Señorita Shiba, no se meta por favor, nadie le está hablando a usted.

—Pero me meto porque es obvio que mi amiga no quiere que le ayudes.

— No creo que quieras algún reporte rojo en tu expediente ¿o si, Shiba? — Alzó su ceja con autoridad.

Yuzuha gruño ante su visible amenaza. Sabía de antemano que lo que sea que le diga a él, ella saldrá perdiendo. Yoko miró a su amiga y la tomó de la muñeca, donde le sonrió dulcemente.

—Yuzuha, no importa. Está bien, Louis me ayudará con mis maletas.

— No tienes que hacerlo, Yoko.

— No pasa nada, enserio — La linda castaña de mechas rosadas le dedicó una sonrisa a su amiga y salió de su habitación, detrás de ella estaba el guapo prefecto pelirrojo.

Cuando Louis cerró la puerta, el teléfono de Yuzuha sonó y lo tomó. Algo amargo bajo su garganta, al mirar el remitente.

Shinichiro

Tras meditar un poco, desbloquea el celular y leyó el mensaje.

"Por favor, déjame explicarte. Te juro que es una foto sacada de contexto."

— Yuzuha.

El llamado a su nombre por parte de la albina de la habitación llamó la atención de la Shiba.

— ¿Qué pasa?

Senju metió ropa a su mochila rosada con negro, dónde claramente se miraba un pin de Slipknot. Algo que despertó una curiosidad en Yuzuha, ya que fue inevitable no asociar esa banda con Abel; quien casi siempre veía vestía camisetas con ese nombre. Recordó entonces las palabras del azabache, dónde llegó a decirle que Senju fue una buena amiga de él.

—Quisiera hacer un comentario, con respecto a Yoko y Louis.

Yuzuha la miró con atención.

— Te escucho.

Senju apretó sus dientes y miró a la castaña.

— Dile que no le tenga tanta confianza, Louis. Él es muy misógino y peligroso, y cree que lo oculta con esa falsa galantería.

— ¿A qué te refieres?

—Bueno, Louis no tiene mucho en Ayome. Llegó en el primer periodo de este año. En fin, para no extenderme mucho, se supo que salió con una chica de ingeniería en ese tiempo. Donde lo más fuerte, es que se rumoreo que Louis le maltrató en su relación, la chica ya no estudia aquí, así que ni para confirmar. Pero si fue muy sonado el tema con los universitarios, me comentó mi hermano.

Shiba alzó su ceja y cruzó de brazos.

— Sabía que no me daba buena espina — Miro a Senju, y alzó una ceja — ¿Por qué este repentino acto de buena voluntad? Primero lo de Mitsuya, y ahora esto. Digo, se que sabes no tenemos la mejor relación, así que discúlpame que me sorprenda.

Senju mordió su labio inferior. Ni ella sabía aún porque lo hacía.

O quizás, era la influencia de alguien con quien hablaba mucho esos días.

—Lo sé, créeme que lo sé. Pero es como te dije, entendí que no estuvo bien lo que hice, y tampoco lo que te han dicho y hecho últimamente. Supongo que buscó remediar de forma inconsciente lo que te hice con Sakura —  Senju cerró su mochila y la guindo al hombro — Pero es enserio, Louis no es alguien que le convenga a Yoko, sólo sé que es mejor que pinte su raya.

Yuzuha suspiró y tomó rápido su mochila.

—Está bien, gracias Senju. Le informaré a Yoko.

Ella asintió.

— Me retiro, nos vemos el sábado, adiós.

Tras la Akashi salir de la habitación, dejó a una Yuzuha demasiado pensativa con respecto al tema de Louis.

***

~Habitación #204~
Keisuke Baji
Seishu Inui
Kazutora Hanemiya

— Baji — Kazutora sonrió de oreja a oreja mirando a su amigo azabache.

— ¿Qué? ¿Ya me quieres besar verdad? — Keisuke burló divertido.

Kazutora carcajeo.

—Sí, ya no me resisto. A ver, ven aquí, colmilludo.

Inupi se giró para mirar a Kazutora acercarse al Baji, al ver que casi lo besa, fue inevitable para él soltar la risa.

Keisuke lo empujo y carcajeo.

— Déjate de mamadas — dijo entre risas. — Ya ¿Qué sucede?

—Pero qué guardadito te lo tenías, eh.

— ¿De qué hablas? — Alzó su ceja el azabache de cabello largo.

— Yoko, con razón querías saber si a mí me gustaba o no ¿Por qué no me lo decías? — Hanemiya palmeó su espalda sonriendo a la vez.

— Kazutora no es… — Miró a los ojos amarillos de su amigo, recordando perfectamente que la misma Yoko podrá besarse con él, pero sabía interiormente que la chica sigue perdidamente enamorada de Hanemiya. — Mira, lo mío y lo de Yoko…

— No tienes que darme explicaciones, Baji ¿Te digo algo? Hasta hacen bonita pareja. 

Inupi suspiro y se dio media vuelta, mirando a la pareja de amigos.

— Entonces ¿A qué hora comienza la fiesta el sábado? — Preguntó queriendo sacar a todos del tema sobre las chicas, sabría de antemano que no llegarían a nada si continuaban con esa platica

— A las ocho en adelante, los espero allá — Keisuke sonrió de oreja a oreja — ¿Llevarás chile?

— ¿Qué? — El rubio se sonrojo ante el cuestionamiento de su amigo — ¡No!

— A vamos Inupi ¿Cuanto tienes sin follar, amigo? — preguntó Kazutora palmeando el hombro del rubio.

— No te contaré mi vida sexual.

— A vamos, a ver dime ¿Cuánto tienes?

— ¿Cuánto tienes tú?

— Hace unas dos semanas — Sonrió con emoción recordando lo rico que fue intimidar con Allie, la chica que en esos momentos lo traía de un ala.

— ¿Ya superamos a Alma? — Cuestionó Seishu con cierta intención.

Kazutora ante eso, desvió un poco la mirada.

— ¿¡Cómo que hace dos semanas!? — Intervino Baji — ¿Con quién? — Curiosamente a tu pensamiento llegó Allie. Trago grueso, no quería creer que había sido ella.

— Pues… — Y para buena suerte de Kazutora y mala suerte de Baji, llamaron a la puerta. —Oh, llaman a la puerta. — El chico corrió y abrió de ella, encontrándose con Hajime Kokonoi del otro lado — ¿Koko?

Ese nombre hizo que Inupi apretara los labios.

— Kazutora.

— ¿Qué te trae por aquí?

— Estoy buscando a Inupi.

Baji miró al rubio de quemadura en el rostro, iba a lanzarle una burla, pero se quedó sin decir nada cuando observó extrañado el rostro molesto de su amigo.

—Ya le digo, ¡Inupi! Koko te busca. — grita Kazutora desde la puerta. 

Seishu restregó su rostro, pero al final suspiró y caminó hacia la puerta, encontrándose con ese chico de ojos rasgados qué tanto le derrite y odiaba reconocerlo.

Más luego de lo que le hizo a Smiley.

— Inupi…

Kazutora y Baji se miraron, para entonces decidir darle privacidad y seguir con lo suyo.

— ¿Con quién estuviste hace dos semanas, Kazutora?

El chico mojo sus labios.

— Pensé que habíamos cambiado de tema.

— Solo dime.

Por la mente de Hanemiya le pasó hablar con la verdad a su amigo, total no era como si a él le ocultara cosas, al final de cuentas es quién más entendimiento tiene y a quién más aprecia. Pero lo último que él quería, era hacer quedar mal a Allie.

— Fue con una chica de la facultad de derecho, nada serio. Sólo… Sólo nos quitamos las ganas y ya.

Keisuke alzó su ceja no convencido.

— ¿Y desde cuándo conoces—

— ¡Keisuke! — Le habló su hermano mayor llegando a la habitación.

— Evan.

— Hoy te vas conmigo.

— Siempre me voy contigo.

Evan sacó unas llaves, sin dejar de sonreír sobrado.

—Luego que le hice aquel favor a mamá, en Halloween, me regresó finalmente mi licencia y llaves hace dos días.

—Mamá no sabe lo que hace, pobres peatones — burló Keisuke, ganándose un codazo de su hermano mayo — ¡Eso dolió, imbécil! 

— Cállate y apúrate, que esta noche y parte del fin de semana, me voy con una linda chica a la playa, y debo llegar preparando mi maleta — sonrío de lado.

—¿No irás a mi fiesta? — Keisuke en realidad pregunto por preguntar, porque la verdad es que no le gustaría que su hermano llegara e hiciera pesado el ambiente de la fiesta, sobre todo para Emma.

Era su hermano y todo, pero aun no le perdonaba aquellos actos hacia su amiga de la infancia.

Evan suspiro y tomó del hombro de Kazutora, quien alzó una ceja y se controló para no quitarse al azabache de encima.

—Kazutora, respóndeme esto ¿faltarías a una fiesta si sabes que tendrás sexo asegurado todo un fin de semana?

El chico suspiró, y respondió para quitarse al Baji mayor de encima cuanto antes.

—Seguro.

Evan miró a su hermano, haciéndole ver lo verídica de aquel hecho y este solo rodó sus ojos.

—Igual tu cumpleaños ya pasó, hermanito. Te canté cumpleaños y todo con mamá. — Evan eso se volteo, donde ya su hermano no pudo ver su expresión seria, casi crispada — Y créeme, sé que es mejor así.

Keisuke alzó una ceja.

— En fin, apúrate. Prometí pasar por Thalía dentro de dos horas.

— Ya, ya voy hombre — Baji tomó su maleta y miró a Hanemiya — Te veo el sábado.

— Ahí estaré, amigo.

— Bueno, nos vemos.

— Ya, mañana vas a ver a tu novio, ¡vámonos ya! — Evan tomó a su hermano de la manga de la camisa y lo sacó de la habitación.

Kazutora sintió un fuerte alivio al quedar solo en la habitación, talló de su rostro y cuando se echó a su cama, sin querer escuchó algo que no esperaba.

— ¡Te dije que no quería verte, Koko, si aún no tienes las agallas de reconocer tu puto error de mierda, entonces por mí puedes irte a la verga! Yo di la cara por ti, yo me eche la culpa sobre quién arrojó la droga a la mochila de Smiley, y mira no más!

Hanemiya agrandó sus ojos sorprendido, no esperando enterarse de tal cosa.

— Inupi, como te lo dejé en claro ese día. No estoy arrepentido, pero, lo que si me hace sentir mal es que tú hayas pagado los platos rotos.

— Koko, tantita madre cabron.

— Inupi, por favor…

— Yo ya te dije, mientras no estés arrepentido, no tengo ningún interés en hablar contigo. Es más ¿A qué viniste a hablar? A ver ¡Dime!

Hajime quedó mudo, no sabía exactamente qué lo impulsó y llevó a querer hablar con él, sólo sabe que necesitaba verlo. Desde que Seishu regresó, no habían tenido ningún cruce de palabras. 

— ¿Seishu? — Koko agrandó sus ojos al escuchar esa voz angelical detrás de él. Lentamente se dio media vuelta encontrándose con la linda Akane Inui.

— Akane ¿Qué pasó? — Momento incómodo para Inupi si le preguntaban, su mente no olvidaba cuando el mismo Koko le habló sobre el interés a su propia hermana.

Akane miró al azabache y luego a su hermano menor.

— No tenía idea que ustedes se conocían.

— Estamos en la misma facultad y semestre — Argumentó Seishu tallando su rostro — Pero dime ¿Qué sucede, Akane?

— Fausto está abajo, vine porque no respondes mis mensajes.

—Oh, es que tengo apagado el teléfono. Dile que ahorita voy.

— Pero apúrate, me da cosa siempre hacer esperar a Fausto.  Sin contar que hoy tenemos una cena importante con el socio mayoritario de papá.

El rubio con quemadura en el rostro asintió, al principio no lo recordaba, pero si era cierto, tenía un pendiente con sus padres esa noche.

— Deja terminar con mi maleta, aún me falta guardar la ropa sucia.

Akane sonrió, de un modo tan dulce que hizo sonrojar a Koko.

—Está bien, solo apúrate.

Inupi se adentró y comenzó a hacer lo que necesitaba, no sin darle una última mirada a su hermana y Hajime.

Como adivino, Koko no dejaba de mirar hacia su hermana mayor con todo el anhelo que jamás había visto en una persona. Desvió la mirada abatido, e ingresó a su habitación.

Una vez solos, Koko pensó que en el tiempo que Seishu estuvo en delegación, apenas él y Akane se mensajearon.  Y es que, había sentido remordimiento cuando fue el causante indirecto de que Inupi terminará esposado.

Akane enseguida lo miró, con aquella mirada que Koko inevitablemente asemejaba a un ángel.

— Si había leído facultad de medicina en tu uniforme, pero no imagine fueras del mismo año que mi hermano. Que torpe, supongo son cosas primordiales que preguntar ¿no? — soltó con una sonrisa divertida. 

— Sí, estoy en medicina, y estudió con tu hermano.

— Entiendo.

— Akane, como hermana de Seishu ¿fuiste invitada a la fiesta de Keisuke?

— ¿A la fiesta de Baji? — Ella mojó sus labios — Es que no estoy de humor para fiestas ahorita, también me recomendó la psicólogo estar tranquila, sin tanta gente y bulla a mi alrededor, al menos por los momentos. 

Koko trago nervioso y emocionado.

—¿Y qué harás entonces mañana?

— Bueno, ammm… — La Inui no sabía con exactitud qué responder, tras llegar las palabras de su amiga Savannah a su mente sobre que le interesaba Koko. — No, no haré nada.

— ¿Te gustaría ir a cenar algo?

Y justo en esos momentos Seishu salió de la habitación, escuchando la invitación por parte de Hajime a su hermana.

Inupi paso saliva amargamente y apretó sus dientes.

— ¿Cómo? ¿Me estás invitando a cenar?

El chico asintió con evidente felicidad. Mientras que por otro lado Seishu sólo demostraba decepción e inclinó su cabeza hacia abajo, no queriendo demostrar el dolor que le causaba esa invitación. Dio unos cuantos pasos y miró a su hermana mayor.

— Te miro abajo, Akane. Deberías apurarte, Louis podría estar por aquí. — Inupi se retiró no sin ser seguido por la mirada de Hajime quién suspiró al último resignado por no haber podido hablar bien con el rubio. Decidió dejar de pensar en eso y se enfocó en la chica.

— Y dime ¿Aceptas mi invitación? — Insistió Koko.

Akane miró a esos ojos de forma rasgada, qué le recordaban a un gatito bonito.

Pero Akane entró en un pequeño dilema, al recordar las palabras de su amiga.

Miro al chico de reojo, y creyó que cualquier cosa, podría así aprovechar de matar la ilusión del chico, no quería pero debía. La desilusión de nuevo se instaló en su pecho; pero era lo mejor. Sus amigas estaban primero, y apoyaría a Savannah, más si la chica se estaba animando, según veía, a por primera vez tener una relación seria. 

— Está bien… Koko.

— Paso por ti.

— Te mando mi dirección entonces — Akane tomó un pequeño acercamiento con Hajime y besó su suave mejilla — Adiós Koko.

Sin decir algo más la rubia se retiró y Koko la miró retirarse, en su mano en la mejilla que la rubia había besado.

***

>Estacionamiento<

Hakkai iba llegando al lugar con su maleta, cuando observó a Chiara hacerle señas desde su auto. Con una sonrisa el peliazul se acercó. No podía negarse, que a pesar de todo, la paso bien con la italiana.

Inconsciente recordó el beso, pero no con la sensación que le gustaría.

—¿Cómo estuvo tu semana de clases? —le pregunta ella sonriendo, cuando Hakkai se ubicó a su lado.

—Pudo ser mejor — responde sincero. — A veces me pregunto si es la carrera para mí.

Chiara sonrió y apretó su hombro.

—¿Sabes? No te estreses por eso, si es tu camino; lo sabrás, si no; pues también lo sobras — ambos ríen — ¿Sabes? Primero era estudiante Adm. De empresas, luego me di cuenta que me llamaba más la atención estudiar comunicación social.

—Eres muy elocuente, Chiara.  Te queda.

Ella sonríe y sorprende a Hakkai con un abrazo, quien no lo ve venir. A pesar de que la chica ya lo había sorprendido al robarle un beso; su primer beso. Extiende sus brazos, y la rodea con ellos. Un rico olor a sandía llega a sus fosas nasales.

Inconscientemente, piensa en el olor a fresas que siempre desprendía Souya.

Hakkai apretó sus ojos frustrado.

Chiara se separa y le sonríe, Hakkari le corresponde como puede.

—Me hubiera gustado ir contigo a esa fiesta que me dijiste, pero mi papá viene de visita este fin de semana desde Italia.

—No te preocupes — sonríe él.

Chiara lo mira a los ojos, pero luego sus ojos miel se desvían a los labios de Hakkai.

—Hakkai…

—¿Si?

Pero Chiara no dijo nada, solo sonrió y chocó sus labios con los del chico, a quien desde que vio en la piscina, la traía muy ilusionada.

Los compañeros y amigos de Chiara, quienes no estaban muy lejos de ella, chiflaron divertidos al ver la escena.

Hakkai cerró sus ojos y se dispuso con presión a corresponder el beso. Sin notar que unos ojos azules veían la escena, apretando inconsciente la aza de su mochila con más fuerza de la que debería tener. 

Nahoya se ubico al lado de su hermano gemelo para decirle algo, fue cuando observó que no dejaba de mirar hacia una dirección. Curioso siguió su mirada, y se encontró con Hakkai besándose con una linda chica de cabello verde oscuro.

—Caray, ¿no es la misma con quien Hakkai bailo en la fiesta de Halloween? Veo que se le hizo al perro — comento burlón, y regreso a mirar a su hermano, esperando le siguiera la chanza, después de todo, sabía que su hermano se llevaba muy bien con Hakkai.

Pero se encontró a cambio con una mirada muy seria de Souya.

Nahoya alzó una ceja, no comprendiendo. Coloco una mano en su hombro.

—¿Todo bien?

Ante aquel cuestionamiento, Souya pestañeo y regreso a mirar a su hermano mayor confundido.

—Si ¿Por qué?

Nahoya solo mordió su cachete, sin saber que procesar a decir.

¿Su hermano se había peleado con Hakkai? ¿Por eso miraba hacia aquellos dos como si quisiera exterminarlos?

Nahoya rio ante eso ultimo, había sido muy exagerado ese término.

—Nada, nada. ¿Vamos con Abel?

—Ya te alcanzo, iré a despedirme de Hannah.

Souya avanzó, no sin antes volver a mirar de reojo hacia donde estaban Hakkai y Chiara.

Y con eso, una nueva pregunta inundando su mente, haciéndolo sentir abrumado.

***

Mikey atravesaba el campus Universitario en busca de Takeomi, ya que Sanzu negaba tener droga encima, y Hanma se había negado en venderle droga, su salida era nada más que el mismísimos patrón de los dealer en Ayome.

En el sendero vecino, Rebeca venía tomada del brazo de Draken, en dirección al estacionamiento. Fue inevitable que su mirada carmesí se posara sobre el rubio de ojos negros.

—Rebe — Le llamó Draken una vez llegaron a la entrada del estacionamiento.

La chica lo miró.

— ¿Mande?

—¿Te molesta si te dejo un instante? Es que le prometí a Mitsuya qué le ayudaría a ver algo de su moto antes de irse.

— Claro, ve, no hay problema — Por el rabillo de su ojo carmesí, la chica alcanzó a mirar a Kakucho caminar junto con Izana.

Fue inevitable para ella no poder evitar sentir sus piernas flaquear al mirar al azabache de ojo carmesí, y el recuerdo de la conversación que acaba de tener con su amiga no ayudaba. Pasó saliva por su garganta, y sintió más tensión cuando Kakucho también la volteo a ver y cruzaron miradas. Rebeca cerró rápido su boca.

El rubio de trenza siguió la mirada de su novia y se percató que miraba en dirección a Kakucho Hitto.  Si era sincero consigo mismo, no era la primera vez que le tocó mirar algo parecido con su novia. Donde lo más relevante de todo, es que no sentía esos celos que se supone debía sentir. Rebeca lo sorprendió uniendo sus labios con los de él en un corto beso, algo que fue visto por Kakucho y quien decidió mirar a otro lado.

Cuando Draken y Rebe se separaron, el rubio tomó camino y la peli azul busco a alguien con la mirada, hasta que dio con quién quería hablar y se acercó. En su interior sabía que muy mala idea, siempre era un caso cuando ella lo buscaba para conversar, por eso dejo de hacerlo luego de un tiempo. Pero fue inevitable, desde que vio hace unos momentos algo en sus ojos que hacía mucho no veía. 

— Mikey — Le llamó la chica, haciendo que el rubio detuviera su paso con violencia. Dándose media vuelta con algo de inseguridad, y sorpresa. Nunca esperaba cuando la chica era quien lo llamaba.

— Rebe.

—Mikey, quisiera…

—Rebeca, lo siento… Tengo algo que hacer.

El rubio iba a tomar camino, pero la delicada y pequeña mano de Rebeca le tomó la muñeca, deteniendo su paso.

— ¿Rebe?

— Mikey, conozco tus gestos corporales. Y ahorita estás desesperado, quieres droga ¿no es así? No puede ser que hayas caído en eso, de nuevo.

El chico frunció el ceño y se soltó del agarre de Rebeca.

— ¡Déjame en paz! — Le levantó la voz.  Lo que menos espero escuchar ese día, fue la repentina muestra de preocupación de la Imaushi.  Luego de años ¿Quién se creía?

Los ojos se Rebeca se nublaron.

—Mikey, tú nunca….

— ¿¡Qué!? ¿Nunca te había levantado la voz? Pues ¿Qué cree señorita? ¡Siempre hay una primera vez! — Con lo último, Mikey recordó fugazmente los momentos vividos con Rebeca, dónde se sintió feliz, entre la bruma oscura que fue perder a su papá. Pero luego que ella se alejó, fue peor. 

— Mi… key — Su voz se cortó, provocando qué Mikey cayera un poco en la realidad y fuera consciente de lo que estaba haciendo, jamás le había hablado así a Rebeca, pero en esos momentos hasta él se sentía irreconocible.

— Adiós, Rebe.

— ¡Mikey! — Con la voz cortada, se armo de valor y tomo con más fuerza la manga de la camisa quien fue una vez su mejor amigo y, de quien creyó un tiempo, su primer amor. Apenas su mano apretó con fuerza la tela, algo dentro del rubio cambió y con su fuerza aventó por el hombro a Rebeca.

Acción vista por Abel, quién venía en compañía de Nahoya. Una vena apareció en la frente del Imaushi y sin pensarla mucho se le dejó ir a Manjiro.

— ¡Ey, pendejo! — Abel llegó y lo aventó con mucha furia acumulada por el pecho — ¡Vuélvele a poner una mano encima a Rebeca y te parto tu puta madre, cabron!

— ¡Chinga tu madre, Abel! — Le empujó de igual forma Mikey.

Nahoya se acercó a la peli azul, preguntándola si estaba bien.

— No le estés tocando ni siquiera un pelo a mi hermana, pendejo.

— Eso no decías cuando la mataba de placer y la ponía debajo de mi ¿Verdad?

En esos momentos, Abel se cegó, y empuño su mano justo para darle un golpe a Mikey, pero en eso detuvieron la acción tomando el puño del Imaushi.

— ¡¿Kakucho?! — Dijo Abel aún cabreado, queriendo soltarse del agarre.

Detrás del azabache se encontraba Izana, quien rápidamente corrió con Mikey.

— ¿Qué mierda estás haciendo? ¿Por qué empujaste a Rebeca así?

— ¡No te metas, Izana!

— ¡Mikey! ¡Me meto porque no debes tratar a una mujer así! Has cambiado mucho, Mikey.

— ¡Eres la última persona que puede decirme eso, cuando tú exhibiste a Rebeca desnuda!

Izana tragó grueso, siempre ese evento sería su culpa permanente.

—Pues entonces no cometas tales errores que yo…

—¡Créeme que no, yo nunca me hubiera metido en tu relación con Rebeca como tú lo hiciste conmigo! — Explotó Manjiro en esos momentos. La ira y furia echándole finalmente en cara a Izana cuando se metió entre ellos dos.

La vista de la Imaushi se nubló más, su pecho sentía que le dolía.

Izana volvió a tragar grueso, meneo su cabeza.

—Estas equivocado.

—¡Equivocado en que te metiste entre Rebeca y yo, por favor Izana, no puedes ser tan cara dura!

—Lo siento, Mikey. Pero ustedes ni siquiera eran novios, por favor.

Alice quien iba en dirección con Choji a su auto, alcanzo a escuchar lo que Mikey le grito a Izana, no pudo evitar sentirse mal al escuchar sobre que estaban discutiendo. Emma siempre le había comentado que era un tema duro entre Mikey e Izana.

— Pero sabes que teníamos algo, pendejo ¡Algo! — Gritó colérico, quizás sacando toda su frustración guardada, qué no había podido sacar desde hace tiempo.

— Mikey, ya pasa la hoja — intervino Nahoya. — No te hace bien vivir del pasado, viejo.

— ¡Tú no lo entiendes porque no te lo hicieron a ti!

— Mikey, ya basta — Interfirió Rebeca con sus ojos mojados.

— ¡Cállate la puta boca, pinche zorra arrastrada! — Le grito desde lo más profundo de su ser haciendo que el corazón de Rebeca se acelerará del miedo que le causó tremendo grito.

Abel apretó sus dientes y su puño.

—¡ Valiste verga, pendejo! — Le grito Abel soltándose de Kakucho, pero este fue más rápido y lo tomó del pecho.

— Cálmate Abel. 

— No voy a permitir que este puñeta venga e insulte a mi hermana — gruño colérico. — Pensaba habías seguido adelante Mikey, pero veo que no.  Rebeca será lo que quieras, pero en su momento te quiso mucho, pero no quisiste la ayuda que se te brindó. Tú solo la ahuyentaste imbécil. Debo admitir a mi pesar que Izana le devolvió un poco la felicidad que tú le estabas quitando en ese tiempo. Estaba dejando de ser ella por atender tu puta felicidad de mierda y querer hacerte feliz, pero al final eso solo era ficticio, porque tú estabas mal hijo de tu puta madre ¿Al final que fue lo que tuvo que hacer mi hermana? Buscar su felicidad por otro lado, y gracias a Izana, la encontró en su momento — La vena en el cuello y frente de Abel estaban tan inflamadas qué parecía que querían reventar, pero así era cuando se mentían con su hermana menor, era algo que lo hacían cabrear en exceso.

Las palabras sonaron en la cabeza de Manjiro dejándosele ir a Abel con un golpe a puño cerrado en el rostro.

— ¡Mikey!

— ¡Abel! — gritó Rebeca.

El azabache le quiso devolver el golpe a Mikey, pero era de nuevo detenido por Kakucho

— ¡Maldita sea, déjame en paz, Kakucho! Déjame partirle la madre a este imbécil.

—¡Vete a comer mierda, Abel!

Mikey se retiró del lugar muy cabreado, Alice desde lejos quedó muy preocupada, fue cuando Choji le hizo seña.

—Impactante lo que acaba de pasar ¿no?

Alice lo miró y asintió. Su mirada verde agua siguió de nuevo a Mikey, hasta que este se adentro hacia el campus universitario.

Meneo su cabeza y sonrío tenue a Choji.

—¿Nos vamos?

—Claro, solo déjame buscar a mi hermano para despedirme.

Abel se soltó brusco de Kakucho y le miro enojado.

— Kakucho, ¡mierda! Me hubieras dejado darle su merecido ¡maldita sea!

—No valía la pena, Abel.  Además, se veía que Mikey estaba algo drogado, no sé.

Abel rodo sus ojos frustrado y miro a su hermana.

—¿Estás bien?

— Si, yo… estoy bien — Miró a su hermana y se dejó ir a ella en un abrazo, Rebeca sentía muchas emociones acumuladas en su pecho, no esperaba esas palabras salir de la boca del Sano, y fue inevitable no soltar lágrimas.

Izana se acercó a ella y le abrió los brazos, para tomarla en abrazo, a lo cual por supuesto ella no podría rechazar. Necesitaba del contacto físico, algo que la tranquilizara un poco.

— No le hagas caso, Rebeca — Mencionó Izana acariciando la espalda de la Imaushi.

— Aunque no quiera, siempre cargaré con la culpa que abandone a Mikey, cuando más me necesitaba.

— No dejes que la inestabilidad de Mikey te supere ¿ok? El simplemente no supo valorarte, con tu ayuda hubiera salido adelante como se debe, pero no quiso.

Rebe talló su frente y solo suspiró.

—Mejor no revivíamos el tema, bastante acaba de pasar ahorita.

El albino de piel canela entendió y soltó del abrazo a la chica.

Abel enseguida fue y abrazó con fuerza a su hermana, besando su cabeza.

— Si te vuelven a decir algo malo, dime y yo me encargo de hacerlos mierda, que de ti nadie ¡nadie! Hablará mierda, Rebeca ¿Te ha quedado claro hermana?

La Imaushi se aferró al abrazo con su hermano.

Izana recibió un mensaje de su hermano Shinichiro, sobre que el auto había llegado, y se encontraban en el área C del estacionamiento. 

Nahoya se despidió para irse a encontrar con su hermano, habían llegado por ellos. Dejando solos a los Imaushi y Kakucho, el último mencionado sabía que ya debía irse, pero sus brazos le pedían abrazar a Rebeca, y decirle que todo estaría bien.

Abel se separo de su hermana para tomar su teléfono un momento.

Fue cuando Rebeca lo miró, a su ojo carmesí y el otro lechoso, estaba tan sensible y vulnerable en esos momentos, y sin poder contenerse más sus ojos se lagrimearon. Causando cierta emoción en el azabache.

— ¿Puedo darte un abrazo? — Le preguntó con un poco de pena y miedo a la vez, por si ella lo llegase a rechazar.

Al principio Rebeca la pensó un poco, pero al final accedió, con la mentalidad de que sólo era un abrazo por el momento recién vivido. Hitto sonrió de lado y su corazón bombeo al mismo tiempo, pero sin perder más su tiempo metió a la Imaushi en ellos. Sintiendo su calor y lo suave de su piel, siendo ella más pequeña de tamaño, su cabeza quedó en las fosas nasales de él, haciéndolo aspirar ese rico aroma a perfume francés.

Mientras ella sintió la fuerza de los brazos de Kakucho, rodearla, la hacían sentir segura, llegando a su deleite nasal ese rico aroma a Layton, el calor del cuerpo y ese pecho bien formado de él le provocaban no soltarlo jamás. Mucho menos al su oído quedar justo en los latidos de ese corazón que le transmitían paz y mucha calma, acompañado de su respiración.

Abel los miró de reojo, y rodó sus ojos. 

***

>Entrada del colegio <

— Seishu.

— Takeomi.

— Todo salió bien ¿no? — Sonrió mientras llevaba un cigarrillo a su boca.

— Si, salió bien — Inupi echó su maleta al auto mientras esperaba a su hermana llegar.

— Necesito hablar contigo un momento.

Seishu miro de reojo a Takeomi, sabía por ahí venía principalmente el acercarse a él.

— Ah, sí. Fausto enseguida regreso.

—Esta bien, joven Inui, pero apúrese que su hermana no tarda en llegar y ya debemos irnos. Tenemos que estar cuanto antes, antes de la 7 en su casa.

— Si, si no tardo.

Una vez se alejaron, Takeomi apretó sus dientes.

— No tienes idea en el apuro que nos metiste, por suerte, nos tiempo de esconder la droga en el escondite cerca del lago.

Seishu suspiró.

— Takeomi, enserio disculpa, no volverá a pasar.

— No, por supuesto que no volverá a pasar, pero dime ¿Por que chingados lo hiciste en primer lugar? ¡Cómo es eso de vender droga sin permiso!

—Takeomi…

—O sea, y tu nada más Seishu. Tras lo vivido con el maricon de Oliver.

Inupi apretó sus manos.

— Hicieron una revisión sorpresa en mi salón, porque detectaron en unos exámenes de Lin el positivo en drogas. Lamentablemente ese día, yo iba con droga encima, droga que… Iba a consumir — Continuo con su mentira expuesta en delegación. Sonrío irónico, aun buscaba proteger a Koko. 

Takeomi apretó sus dientes con coraje, pensando en Sanzu por lo de la droga en Lin.

Froto su frente y suspiró, necesitaba hablar con su hermano menor.

Luego miro a Seishu significativamente.

— Pero Koko me dijo que ibas a vender — expone. 

Inupi cerró sus ojos sintiendo tristeza, al ver como Hajime buscaba sin importar que protegerse con su mentira.

—No, Koko entendió mal,  alguien me estaba presionando para venderle, pero no acepte.  

Takeomi miro fijamente a Seishu.

—Aun así ¿sabes que los perros no tardaran mucho en atacarte, no? Marik inevitablemente se enteró.

Inupi trago grueso, luego levanto su mirada sin ninguna pisca de miedo.

—Más bien creo se están tardando ¿no?

—No actúan sin South, tengo entendido que este cabrón no estuvo esta semana en Ayome.

Seishu observó a su hermana llegar al auto.

—Ya llegó mi hermana, debo irme.

—Inupi… En fin, me da gusto que ya estés fuera de la delegación — le soltó sincero.

Seishu lo miro de reojo, y sonrío quedo. 

— Gracias, Takeomi.

Los ojos verdes de Takeomi observaron a su novia Victoria Novikov caminar hacia ellos en ese momento.  El mayor de los Akashi se acordó de algo.

— Seishu.

— Dime.

— ¿Necesitas palo?

— ¿Eh?

— Si, que si necesitas palo. Vicky tiene un hermano, que creo me gustaría presentarte, es de los tuyos también. Aunque tendrías que esperar se venga de Rusia.

Inupi meneo su cabeza, y sonrío cínico. 

— Créeme, no necesito ayuda con eso, tengo con quien quitarme las ganas.

Vicky llegó por un lado de Takeomi y antes de besarlo miró a Seishu, en sus ojos se asomó un lindo brillo de emoción.

— ¡Seishu! — Y extendió sus brazos para tomarlo en abrazo al rubio — ¿Cómo estás? ¿Cómo estuvo tu semana?

Takeomi abrió sus labios y una vena se formó en su frente.

— ¿Por qué llegas y lo abrazas primero a él? ¿Yo estoy pintado?

— Ay, ya hombre, sabes que de ley de todos modos te besare a ti.

— Si, pero sabes que soy hombre celoso.

— Es Seishu, mi bebé precioso ¿verdad hermoso? — Besó su mejilla.

— Así es, y no es como si te fuera a bajar a Vicky, Takeomi.

El Akashi rodo sus ojos.

— Muy graciosos, ahora ya vámonos — dice retirándose. 

— Ya se puso de malas — se rio la gótica — Pero me encanta hacerlo enojar.

Vicky se mordió su labio inferior.

— Porque cuando lo haces enojar, luego te haces la indignada y terminan peleados de verdad y tú te enojas más ¿no? Y al rato él anda pidiendo perdón, y queriendo bajarte lo enojada a cogidas ¿cierto? ¿O luego de estos años aun no entiendo su dinámica?

— Entendiste perfectamente Seishu — La azabache besó la cabeza de Inupi — Así que bye bye señorito, que me espera una buena — Guiño de su ojo y se retiró.

Seishu solo sonrío y siguió su propio camino, hacia el auto con Fausto y Akane.

***

Senju se piso de puntitas y choco sus labios con Wakasa, quien la tomo de la cintura y la acerco más a su pecho.

—No pensé que hoy tendría tus besos, princesa — dice entre sus labios.

Senju mantenía sus ojos cerrados mientras aspiraba la fragancia de su novio.

—¿Es tu cumpleaños no? Ya son 21 añitos, Wakasa.

—Un paso más a la tumba.

Senju golpeo su hombro.

—No digas eso, lo odio. Que comentario tan lúgubre.

Wakasa ríe entre dientes, pero su risa mermo y miro a su novia con cierto gesto de incertidumbre. 

—Senju, que te hayas acercado así ¿Quiere decir que ya volvimos de forma oficial? — el anhelo se reflejo en los ojos morados de Wakasa.

Senju mordió su labio inferior.

—Aun… No lo sé. La verdad, me da miedo — opta por decir con sinceridad lo que pensaba.

Por la mente de Wakasa paso la imagen del rostro de Chifuyu Matsuno, también en las palabras de su amiga Sayuri sobre tener miedo de ese niño. Pero era inevitable, lo sabía, sobre que ese chico se estaba convirtiendo en la mosca de su sopa. 

Su miedo no era exagerado.

Wakasa cierra sus ojos y toma un poco de aire para relajarse, sintiendo la vena en su frente palpitar ante el recuerdo de aquel becado con su novia. Es cuando alza una ceja, mirando a Senju dolido.

—Supongo la cagué en grande ¿No? Para ahora estar en esta cuerda floja.

Senju se aleja un poco y lleva una mano a su pecho, recordando aquel pleito por la mentira del anónimo.

—Lo hiciste, Wakasa.  Pero favor, no discutamos de nuevo eso ¿Si? Hoy es tu cumpleaños,  disfrutemos tu día — se inclinó y beso su barbilla.

—Sí, tienes razón — susurra, disfrutando de su contacto.

—¿Harás algo con los chicos? — le dice al separarse.

—Bebimos en la hora del almuerzo, en la habitación. Shinichiro y Takeomi me trajeron además un pastel. Igual mañana tenemos la fiesta de Baji y Emma, donde ya beberemos y bailaremos ¿no princesa?

Senju avanzó y tomo su mano, mirándole dulce.

—Aun así ¿no quieres hacer algo ahorita? Podemos ir a esa heladería que me llevaste en nuestra primera cita.

Wakasa miro sus manos unidas y atrapó a Senju de nuevo por la cintura, besando sus labios. Tragaría su mal genio, y solo disfrutaría de lo mimosa que estaba la albina ese día con él.

Se aferro aun a la esperanza que Senju volviera aceptarlo como su novio oficial.

—Si la princesa, vamos a comer helado.

Senju se rio y lo miro coqueta, mientras apoyaba su barbilla en su pecho.

—Pero solo eso, eh.  Tengo que estar antes de las nueve en casa, mamá quiere cenar con nosotros.

***

>Centro comercial Sunshine: estacionamiento<

Alice y Choji se dirigían al auto del rubio, mientras no dejaban de hablar sobre la película que acababan de mirar.

Ahane miraba con ternura el brillo en los ojos de Alice.

—¿Entonces la pasaste bien? — pregunta una vez en el interior del auto.

Alice lo miro y se ruborizo. Sonrío.

—La pase muy bien, muchas gracias por haberme invitado.

Un poco nerviosa, Alice llevó un mechón de su cabello plateado detrás de su oreja.

—Alice, es cierto cuando te digo que quiero algo serio contigo — habla de pronto Choji, y ella lo mira.

—Choji…

Este sonríe.

—Seguiré intentado llegar a tu corazón.

Alice miro de nuevo hacia el frente y baja su mirada, fue cuando sintió una mano en su barbilla y suevamente la obligaron a alzar su cabeza, encontrándose con los dos posos grises de Choji más cerca de lo habitual.

—Alice, yo…

Las mejillas de Alice adquirieron un tono carmesí, al ver que el chico iba a besarla. Se recordó que aun no había besado a nadie, y con pena y miedo al ser juzgada, desvió la cabeza, haciendo que Choji terminara besando su mejilla.

Choji se alejó y miro el volante de auto sumamente apenado. Creyendo había ido muy rápido, cuando había dicho que iría poco a poco.

—Lo siento, discúlpame, fui muy atrevido.

Alice junto sus manos sobre sus muslos.

—No, discúlpame tu a mí, es que… — trago saliva — Me puse nerviosa — intento excusarse. — Choji, lo siento, yo soy un desastre.

Choji la miro de reojo, y noto que en el rostro de Alice no había rechazo, solo una profunda pena.

Sonrío tenue y quizás tranquilo, le ponía de los nervios pensar que la chica no le correspondía ni un ápice.

—No, no pasa nada.  Si no quieres, no quieres — predio su auto aun ruborizado.

—Si quiero, solo que no me siento ¿lista? — intento excusarse.

— Entonces a la próxima, si me la cobraré — jugueteo, haciendo que la chica le mirara. Alice termino sonriendo, nerviosa y tímida, por aun así era bonito como él se comportaba con ella.

Llevo una mano a su estomagó, sintiendo este un poco revolotear.  

—¿A dónde señorita? ¿Ayome?

—A mi casa, tengo días no veo a mi mamá — sonríe, intento olvidar los nervios del primer beso que casi estuvo a punto de dar.

Miro de reojo a Choji ¿la juzgaría por aun no sabe besar?

***
>Al día siguiente: sábado <
9:00am

Maya Matsuno tomo asiento en la mesa de la cafetería, froto sus manos nerviosa mientras pedía al mesero un batido de chocolate. Aunque ya había tomado una decisión, no podía evitar aun así preguntarse si había sido buena decisión.

¿Ella como modelo?

Llevo sus manos a su rostro  y froto. Nunca imagino que algo como eso podía pasarle.

—Buenos días ¿Cómo se encuentra?

Maya alzó de inmediato sus ojos azules para encontrarse con los penetrantes ojos verdes de Sasaki Kawata.

La señora sonreía mientras tomaba asiento, sin dejar de lado su natural gesto cínico que a Maya le ponía un poco de los nervios.

—Muy bien ¿Usted? — respondió cortes.

—Perfecta, me alegra hayas llamado mi señora. Me pone contenta que haya aceptado mi propuesta de ser mi modelo — Sasaki le guiño un ojo mientras le hacía seña a un mesero. 

Maya sintió un pequeño rubor apoderarse de sus mejillas, aunque su gesto no dejaba de ser serio.

—Aun no le digo mi respuesta.

El mesero se retiro con la orden de Sasaki, y ya la miro a los ojos.  Apoyo su barbilla en la palma de su mano con el codo apoyado en la mesa. Su sonrisa se esbozo en una más coqueta y sonrío con sus ojos. 

—Le indique me llamara si estaba interesada ¿y llamo no?

Maya tuvo que concederle la razón a la azabache.

—¿Y bien?

Los meseros llegaron con la orden de ambas mujeres, y tras Maya darle un sorbo a su batido de chocolate, observó a la mujer seria.

—Escuche, no soy tan idiota para rechazar una oferta tan buena como esa. Soy viuda y soltera, y mi trabajo como cajera es más que cansado y no tan bien pagada. Nunca me da lo suficiente para darles a mis hijos. Siempre tengo que compartir la mesada entre los dos, y me apena con ellos, aunque mis niños siempre me digan que está bien — Maya suspiró y froto su frente — Perdón, no la quiero aburrir contándole mi vida.

Sasaki extendió su mano y tomo la de Maya, quien para su misma sorpresa, no la retiro.

—No me aburre, para nada. Si quiere desahogarse, adelante — le indica con una apacible sonrisa.

Maya se sintió de pronto nerviosa ¿Sabría Sasaki que sus gestos parecían siempre mas como si estuviera coqueteando?

Meneo su cabeza enseguida, viendo que quizás ella era quien estaba pensando cosas demás.

Retiro su mano con cuidado, y tomo su batido de chocolate.

—No, permítame ir directa al grano, es mejor. Acepto su oferta, señora Kawata.

Sasaki sonrío amplia y ya se inclino de nuevo hacia su silla, tomando de su café latte que había ordenado.

—Enserio, su trabajo como modelo de mi nuevo lápiz labial será bien recompensado. Incluso podría rentar un local, y dedicarse a trabajar ya para usted misma ¿Algo en que haya querido siempre hacer?

Maya mojos sus labios, recordando como en el pasado había compartido con su difunto esposo su sueño de tener su propia cafetería de estilo vintage.

Sonrío tenue, casi con ternura.

Maya no supo que tan simple gesto hizo pestañear a Sasaki anonadada, pareciéndole muy bonita la señora Matsuno cuando sonreía de forma natural. 

***

Hogar de los Sano.

Shinichiro miró su teléfono una y otra vez, esperando a ver si había recibido algún mensaje por parte de Yuzuha, pero nada.

El azabache suspiró y alargó sus labios, tallando de su rostro con pesar. Fue cuando escuchó el tono de notificación, este de inmediato tomó su teléfono recibiendo un mensaje por parte de….

Renata

El mayor de los Sano rodó sus ojos negando con la cabeza.

— No necesito un mensaje tuyo, necesito un mensaje de Yuzuha, por Dios.

El chico suspiró fuertemente, y fue cuando llamaron a la puerta de su cuarto, encontrándose con su hermano Izana.

— ¿Qué onda? ¿Qué pasó?

— Shinichiro, necesito hablar contigo, es sobre Mikey.

— ¿Mikey? ¿Qué hay con Mikey?

Izana avanzó y tomo asiento en la cama de su hermano.

— Ayer Mikey estuvo algo irreconocible.

— ¿Por qué lo dices?

— No te enteraste porque estaba en otro lado del estacionamiento, pero hizo un escándalo, insultó a Rebeca, me echó en cara que le baje, y a golpeó a Abel.

Shinichiro se sentó en su cama y miro hacia la ventana, recordando también esa semana discutió con su hermano menor.  Pero en general no era extraño par ellos, en esas fechas eran donde mas Mikey andaba con carácter voluble. 

Miro de nuevo hacia Izana y rasco su cabeza, ambos se miraron acongojados.

— Mikey necesita terapia, Shinichiro. Demasiado se ha dejado de lado ese tema. Ahora que yo empecé a verme con uno, créeme que entiendo más que nunca ahora lo importante que es la salud mental. 

—Sabes que mamá y el abuelo lo intentaron como nunca, pero él no quiere por nada del mundo cooperar Todos intentamos aconsejar que era lo mejor, pero no quiso y solo se ha encerrado mas así mismo.

—¿Y si volvemos a intentarlo? — sonríe motivado Izana.

Shinichiro tomo a su hermano por los hombros.

—Mira nada más, no sabes lo mucho que me alegra ver más de ese Izana que se preocupa por sus hermanos.  Pero tienes razón, volveré a platicarlo con mamá y el abuelo, hacerles ver que no hay que estar más de brazos cruzados con ese tema.

Izana se sonrojo y mordió su labio inferior.

—¿Me odiaste porque lo que le hice a Mikey con Rebeca?

Shinichiro abrió sus ojos.

—Siempre quise preguntártelo. Ahora que Mikey me lo grito, sentí un ardor en el pecho horrible.

Shinichiro sonrío tenue y palmeo su hombro.

— No te odie y nunca podría odiarte, Izana. No podría nunca odiar a mis hermanos. Pero si me decepciono que te metieras entre ellos, porque fue ver a dos hermanos distanciarse.

Izana tragó grueso.

— Se que fui inmaduro, y aun estoy aprendiendo a ser mejor persona, tras la bajeza que hice hacia una mujer — Izana suspiró — Pero Rebeca me lleno mucho el ojo, eso no te lo voy a negar nunca. Y tampoco, aunque sea egoísta, me arrepiento el hecho de que tuvimos algo.

Shinichiro froto su cara.

—¿Enserio no pensaste en ningún momento en los sentimientos de Mikey?

—Lo hice, pero influyo que en ese tiempo que regrese nos habíamos distanciado, y para que negar que pudo mas mis ansias de salir con Rebeca.

—Te hubieras esperado, Izana…

—Mikey estaba acabando con la estabilidad de Rebeca y ella no parecía aun tomar el suficiente valor para dejarlo, quizás en ese momento yo no era tan consciente y solo quería pretenderla. Pero Abel me lo confirmo hoy más que nunca que así eran las cosas, así que por ese lado, lo siento Shini, no me arrepiento de haberla alejado de Mikey si así, aunque sea, la protegí un poco.

Shinichiro mojo sus labios.

—Rebeca no me cae mal, admito que no la estimo mucho por lo que paso con ustedes, pero no me cae mal. Igual no fue la única en actuar mal. Pero si dices que así fueron las cosas, bueno, estuvo bien la ayudaras.

Izana sonrío.

Fue cuando Shinichiro pensó en algo más.

—Eso sí, ahora que lo mencionas, luego que murió papá, ustedes dos se alejaron un montón — arrugo confundido el ceño el mayor — No se noto tanto en su momento, porque tuviste que regresar, casi al instante del entierro, a Filipinas para terminar la preparatoria.

Izana se levantó y camino hacia le ventana de la habitación de su hermano.

La verdad, es que casi no pensaba en la muerte de Makoto Sano. Es que ambos no habían tenido buena relación. O mejor dicho, siempre se extraño que cuando el creció, su padre lo empezó a tratar con mucha indiferencia.

Y ahora muerto, nunca pudo preguntarle porque de su odio hacia él.

¿No había sido su hijo por igual?

Trago grueso, eso le había traído mucho amargura en el pasado.

Miro a Shinichiro, y paso algo que tenía tiempo no le sucedía.  Se fijo en su tono de piel, su color de ojos y cabellos, y luego se miro así mismo.  Pensó igual en Emma y Manjiro. Pensó en Sakurako, Makato y Mansaku.

Trago grueso y meneo la cabeza.

Te pareces a mi abuelo — rememoro las palabras de su madre, cuando le pregunto de pequeño, el porqué era tan diferente a sus hermanos y ella.

— Toc toc —  pronuncio Emma divertida desde la puerta, sacando de sus pensamientos a Izana.

— Emma.

— ¿Me va a llevar uno de ustedes a la cabaña? — pregunta adentrándose a la habitación.

Izana sonrió.

— Si quieres conmigo.

—Mmm, ahora que lo pienso ¿En tu carro fosforescente?

—Claro que si, señorita.

—Ni loca entonces, mejor con Shinichiro.

El azabache carcajeo.

—Te dije que era mala idea comprar un carro de ese color. Te hubieras quedado con el azul marino mejor — expuso Shinichiro. 

— Ahora resulta que ya no se subirán a mi carro porque está fosforescente — Izana se cruzó de brazos indignado.

— Créeme, si siguieras con Rebeca ni ella por más que te hubiera querido, jamás se hubiera subido ¿Por qué no lo compraste de otro color? Ese carro es un suicidio a la moda.

— Me gustó ese verde, es mi color favorito — se encogió de hombros Izana.

— ¿Verde moco? No mames — Shinichiro burlo.

— ¿Saben qué? coman verga culeros.

Shinichiro carcajeo y Emma entre abrió sus labios y golpeó el brazo del albino.

— Que grosero eres eh.

— Ay, tú no, tú no comas verga, estas chiquita todavía — palmeo la cabeza de Emma y ella hizo un mohín — Shinichiro en cambio… Pero dime, ¿Cuál te gusta más? ¿la Taiju o Wakasa?

Ahora fue el turno de Emma de carcajearse.

Shinichiro sonrío, y tomo del hombro de su hermano. Siguiendole la chanza.

— Creo que… mmmmhhh… la de Benkei.

Izana carcajeo.

— A no mames. ¿No sabes lo dicen de los que hacen mucho ejercicio?

— Que horror, la pláticas de hombres son muy… ¡Dios mío! — Emma llevó su mano a su frente avergonzada — Me iré a bañar y a arreglar para ahorita irnos ¿sí?

— Si, vete a poner guapa — beso su mejilla Shinichiro.

—Yo también ya me iré a arreglar, los veo ahorita — Izana caminó y salió de la habitación, cuando Emma estuvo a punto de hacerlo, su hermano mayor tomó de su muñeca.

—¿Eh?

—Oye, desde hace rato estaba por preguntarte ¿Cómo va lo tuyo con Abel? — musito por lo bajo, por si aun Izana seguía en el pasillo.

Emma se ruborizó y tocó la gargantilla en su cuello.

—Va muy bien… — susurró.

Shinichiro soltó su mano.

—No me gusta meterme en sus relaciones, pero espero esto de llevarlo a escondidas, no sé, ya es mucho tiempo… No quiero sufras.

Emma suspiró y abrazo a su hermano mayor.

—No te preocupes, creo pronto se acabara esto de vernos a escondidas. Y si lo dices por Rebeca, tendrá que aceptarlo ¿no? Comprendí que si ella de verdad me quiere, aceptara lo mio con su hermano.

—Si Abel va enserio contigo, pues sí tendrá.

Emma mojo sus labios y suspiró, esa noche sin duda se le confesaría a Abel, ya no podía aguantar más la incertidumbre en qué posición estaba en sus sentimientos y pensamientos. Se ruborizo al pensar que si era como se sentía, pronto estaría paseando por el campus de su mano.

***

>Hogar de los Shiba <

Hakkai terminó de salir de ducharse, el chico arregló su cambio de ropa. El mensaje de la invitación decía algo semi formal, así que busco su mejor pinta. Mientras lo hacía, no pudo evitar pensar en el beso que se dio con Chiara en la salida de Ayome ¿Estaba bien en corresponder el beso aun sin sentir nada?

Se coloco sus pantalones y camisa, pero de pronto termino recostado en su cama, tomo su teléfono y se metió a su app de WhatsApp mirando estados, el primero que se encontró fue uno de Yuzuha con su mejor amiga, Yoko. Dónde parecía que la linda castaña de mechas rosadas peinaba a Yuzuha, siguió avanzando y avanzando, pero no encontraba uno que Inconscientemente ni él lo sabía pero lo estaba buscando…

Souya Kawata.

Se terminó todos los estados de sus contactos y nunca dio con él, exactamente fue cuando quedó inmóvil.

¿Por qué estoy buscando un estado de él? — Comenzó a preguntarse él mismo.

— Hakkai — El llamado a su nombre lo expulsó de sus pensamientos agónicos, incluyendo su, teléfono se le había caído, dio media vuelta y se encontró con Taiju en la puerta.

— ¿Qué pasa?

— ¿Ya estás listo? Shinichiro pronto pasara por nosotros.

— ¿Vendrá por nosotros?

—Sí, luego de pasar por Benkei.

—Ya término de arreglarme — dice mientras tomaba sus zapatos mocasines.

— En fin, oye por cierto, me dijo un pajarito por ahí que te vieron besuqueándote con Chiara… ¿Quiere decir que la cita fue todo un éxito? — sonrío divertido y a la vez feliz por su hermano menor.

— ¿Eh? — se ruborizo Hakkai.

—¿Podría ser mi primera cuñada? — Preguntó evidentemente feliz.

Cuando Hakkai miró el rostro de Taiju sintió que no le quedaba más opción que fingir una respuesta.

— Me la paso de maravilla con Chiara, es una muy buena persona y excelente compañía.

— Entonces….

Hakkai quiso sonreír, pero al mismo tiempo se sentía muy mal, al estarle mintiendo a su propia sangre.

— Pues... — Cuando estuvo a punto de contestar, la bocina de un claxon afuera sonó llamando la atención de ambos hermanos Shiba.

Taiju se asomó por la ventana, mirando a Shinichiro afuera, el grandote sonrió y le hizo señas de que ya iba.

— Ya llegó Shinichiro, apúrate con lo que te falta — sonrío — Pero ya me sigues platicando.

Taiju salió a las prisas del dormitorio de su hermano, Hakkai sólo suspiró y asintió.

***

>Hogar de los Mitsuya <
7:30 pm

Takashi se colocó la chaqueta de cuero color negra y se puso su colonia predilecta, ese de la marca BOSS. Antes de partir caminó enfrente de las habitaciones de sus hermanas. Mana tenía la puerta abierta y se podía apreciar a la pequeña de los Mitsuya concentrada leyendo.

De fondo algo de música Reiki para relajar la mente y el alma.

Fue tentador para el chico de cabello lavanda ir y preguntarle que estaría haciendo, pero imagino que la chica estaría estudiando y no quería interrumpirla, después miró a la habitación de Luna, dónde la puerta estaba cerrada.

Mitsuya no la pensó para caminar y tocar primero de la puerta, para su sorpresa no encontró a la chica.

Takashi alargó sus labios, molesto y frunció el ceño.

—Salió — Una pequeña voz llamó la atención del chico y se dio media vuelta.

— Mana.

— Luna salió, papá le dio permiso.

— Esa niña ¿Cómo le hace siempre para que no la alcance? — Se cruzó de brazos y rio — Siempre se salva de mis palabras.

— Como que te huele hermano — burló un poco Mana. — Pero tranquilo, ya hablaras con ella ¿Es sobre lo que hablé contigo no?

—Si, es así.

Takashi suspiro y apretó sus dientes, luego le dio un beso en la frente a su hermana menor.

— Gracias, Mana.

La chica de cabello lavanda amarrado siempre en dos coletas, hizo un mohín confundida.

— ¿Por qué?

—Por ser como eres. Siempre tan linda y buena niña, enserio.

Ella carcajeo.

—¿Qué puedo decir? Trato de ser la mejor hermana del mundo.

Mitsuya sonrió, al instante el teléfono del chico sonó y él lo tomó soltando un poco a la niña

Draken
"Oye,  ya va a comenzar la fiesta, ¿vienes por mí no?"

Takashi sonrió y miró a su hermana.

— Debo irme, tengo que pasar por unos amigos.

— Si, está bien, Takashi cuídate mucho ¿sí?

— Por supuesto, yo siempre me cuido.

Mitsuya se despidió de su hermana y bajo de las escaleras, al cruzar la sala, se encontró de frente con su padre, quien estaba tomando algo de whiskey.

— ¿A dónde vas, Takashi? — cuestionó alzando una de sus cejas.

Mitsuya quiso ignorarlo, como estuvo haciendo desde que vio por última vez a su madre, pero suspiró y le dio la cara.

—Con Keisuke Baji y Emma Sano, harán una fiesta.

— Ah  — El señor le dio un trago a su bebida  —  ¿Llevaras a Sakura me imagino no?

Takashi rodo sus ojos.

— Los Johnson tienen una cena muy importante y mi querida novia no podrá ir.

El hombre mayor solo talló de su barbilla y observó detenidamente a su hijo.

—Te pareces mucho a tu madre — soltó de pronto, haciendo que Takashi abriera sus ojos de par en par.  Fue cuando supuso que su padre ya tenía tiempo tomando, incluso ahora notaba sus pupilas dilatadas. Porque él nunca nombraba a Ayaka tan fácilmente, salvo si era para restregar lo mala madre que era.

Apretó sus labios y tomo las llaves de un aparador del auto que un tío le había regalado el año pasado.  No lo usaba mucho, pero esa noche si lo haría, porque tendría que pasar por Annie y Draken.

— Takashi, te estoy hablando.

Mitsuya se detuvo y suspiró amargo, lo miro por sobre el hombro.

—¿Qué quieras responda? El tema de mamá siempre es un tabú entre nosotros.

—¡Porque hasta ahora tú no has entendido que fue ella quien destruyo esta familia! — grito de pronto y hasta lanzó la copa de donde estaba bebiendo hacia la pared. Estrellándose en pedazos— ¡Siempre me has culpado de todo, ella fue la que eligió las drogas antes que nosotros!

Takashi empezó a sentir su respiración errática.

Pero también… Estaba cansado…

Por una noche simplemente quería pensar en sí mismo, y no en los problemas de su familia.

Simplemente se tragó la rabia que empezó a burbujear en su interior y salió de su casa, dando un portazo. Escuchando al fondo, a su papá llamarlo.

Pero no hizo caso.

***

>Hogar de los Hanagaki <

Takemichi peinó su cabello y arregló su ropa. El rubio suspiró y tomó su teléfono para poder pedir un uber, e ir luego por Hina a su casa. Mojo sus labios, sabía de antemano que eso le daba cierta incertidumbre y quizás un poco de miedo…

¿Miedo o respeto era lo que le causaba el papá de Hinata?

En eso se fijo que tenía un mensaje de Chifuyu.

Chifuyu
"Ya estoy saliendo con Alice para la fiesta. No vemos allá, Takemichi"

Hanagaki respondió y luego pasó por costumbre a los estados de WhatsApp, encontrándose con estados de varias chicas guapas del colegio, muchas queriendo ir de fiesta, presumiendo sus outfits super cortos y elegantes.

Takemichi mojó sus labios y una punzada en su pene sintió.

— Maldición…— apoyo sus manos del lavamanos y meneo su cabeza. No quería sentirse tan caliente por otras chicas, pero era inevitable.

Busco enseguida una foto de su novia y sonrío al ver su perfil. Al final, solo había una con la que quería estar.

—Enserio que ya quiero estar contigo, Hina…

Recibió un aviso que el uber había llegado, y tomando su cartera, salió del baño. En el camino se despidió de sus abuelos y salió de su hogar para ir con su novia. 

***

>Hogar de las Izumi <

Yoko pintaba sus labios de rosa mate, y luego acomodó su escote en sus pechos de gran tamaño. Su teléfono se encendió y llamó su atención.

Keisuke B.
"Esta noche estará buena, no más que tú, pero estará buenísima"

Yoko se ruborizo ante el comentario del azabache. Mordió su labio inferior, y sintió su centro cosquillear al recordar el suculento sabor de Baji. Llevó una de sus manos a sus labios acariciándolos, deseosa por él. El ardor en su intimidad creció, y las ansias de tener coito con Keisuke incrementaron.

— Yoko.

La voz de Yuzuha la expulsó de sus pensamientos, y se encontró con la guapísima chica que vestía con una falda blanca, cuatro dedos debajo de la nalga, y una blusa con escote color rosa, que dejaba ver el inicio de sus senos y espalda al completo, apenas siendo sujeta por unas tiras. 

— Te dije que te quedaría mejor esa blusa que a mí, así como la falda. Es que tienes unas hermosas caderas que rellenan el corto de la falda.

Yuzuha se ruborizo.

—Ay, no creo que sea para tanto.

Yoko fue y empujo a su amiga por la espalda, para ponerla frente al espejo completo. Su mirada azulada se perdió de pronto en su bonito trasero y suspiró, desde la ida a la playa, esa curiosidad por el sexo opuesto no la había importunado.

Hasta ese momento.

— Mírate al espejo Yuzu, eres hermosa — Yoko acompaño con la mirada de su amiga a mirarse, y suspiró al fijarse demás en el cuerpo de su amiga.

Desclavo su mirada y meneo la cabeza. Y culpo a Baji en su mente por ellos, por su mensaje que nomas hizo calentarla y orillar a su curiosidad de nuevo.

— Gracias, de verdad ¿Ya estamos listas?

—Sí, solo déjame tomo mi cartera — Cuando regreso, miro preocupada que su amiga se haya cubierto su rostro con las manos — ¿Qué tienes?

— Tengo algo de nervios. Mitsuya estará allá. Shinichiro también. Esto no más hace que tenga muchas cosas en mi mente, y no sé si estoy preparada para mirarlos.

Yoko suspiró y la abrazo.

— Se que es difícil desviar los pensamientos, pero piensa en lo mucho que nos divertiremos y lo bien que la pasaremos ¿no te da emoción eso?

Yuzuha inspiró y quito sus manos, mirando hacia los ojos de Yoko.

—Me siento tonta, por dejarme engañar dos veces.

Izumi tomo su mano y acaricio, enviando una pequeña descarga al cuerpo de Yuzuha. 

—No, ellos son los idiotas por hacerte esto a ti — Beso la frene de la castaña y se alejó — Aunque admito no lo esperaba de Shinichiro, que decepción, enserio parece tan buen chico.

Yuzuha mordió su labio inferior y meneo su cabeza.

—Mejor ya no hablemos de esos dos ¿Si? Tampoco quiero echarte a perder la fiesta con mis lamentos y mala suerte con los hombres.

—Nunca sería el caso. Pero si es lo mejor, ellos no merecen tus lágrimas.

Yuzuha la abrazo y froto su espalda.

—Gracias, amiga.

—Siempre.

Yoko ¿ya están listas? Para llevarlas — Hablo Rekka del otro lado de la puerta.

— Si, ya vamos mamá.

***

>Hogar de los Sketch <

Annie se echó un último vistazo al espejo, se había puesto para la fiesta un micro short color vino-tinto que llegaba a su cintura, con un top de encaje que dejaba ver mucho su ombligo. Buscando hacerlo más semi formal, lo acompaño con un elegante saco negro.

Se termino por maquillar y sonrío triunfante y con mucha satisfacción.

—Tengo que conseguir al menos un beso de él. De momento no pido más. — Annie mordió su labio recordando a ese chico que tanto le gusta. Esos ojos carmesí que la derriten. Sin más la chica se perfumó y escuchó cuando llamaron afuera de su casa con un claxon.

Annie se asomo por la ventana, tratándose en efecto de Mitsuya. Le hizo señas y se quitó las zapatillas, para salir por la ventana de su cuarto y bajar por ahí. Rebeca le había pedido el favor a Mitsuya de pasar por ella. Al chico le quedaba de pasada, ya que para sorpresa de ambos descubrieron vivir en el mismo complejo de mansiones.

Mitsuya soltó una carcajada una vez ella ingreso a su auto.

—No mames ¿no conoces la puerta tú?

— Pensé que sería más divertido si bajaba por la ventana, jamás lo había hecho.

— Pudiste romperte tu madre, y yo hubiera tenido que pasarla hoy en un hospital y no en una fiesta con alcohol y buena música.

Fue el turno de Annie de reír.

—Eso te habría vuelto mi mejor amigo — le devuelve — Pero tranquilo, hago las cosas porque saldré ganando, no estoy tan mensa.

—Definitivamente, te vale madre la balacera a ti.

Mitsuya arrancó el auto y encendió la radio, colocando desde su teléfono música.  

Blinding Lights de The Weeknd.

—Uy, súbele a esa madre — expresa Annie, y Takashi riendo así lo hizo.

De pronto ambos empezaron a cantar al conjunto, riéndose en el proceso.

Sin prevenirlo, ambos llevándose bien mientras iban por Draken. Formando quizás una amistad en el proceso.

***

>Hogar de los Tachibana <

Hinata arregló su cabello por última vez, y salió de su habitación, encontrándose a su hermano pequeño estudiando en la sala de estar de su casa.

— ¿Seguro que no quieres ir?

Naoto miró a su hermana y asintió.

—Me graduó en Marzo, ‘Nata.  Sabes los exámenes son difíciles y ahorita antes de vacaciones de invierno, me toca una primera tanda. Supongo tu también tendrás exámenes dentro de dos semanas ¿no?

Hina suspiró.

— La semana que viene comenzaré con eso, porque si, es cierto se pondrá bien difícil luego… — Hina miró para todos lados — Oye ¿y mis papás?

— Mamá está haciendo la cenar y papá no ha llegado ¿va a venir tu novio por ti verdad?

— Si, él ya viene de hecho.

— Oye ¿Cuando tendrás el valor para presentárselo a papá?

Hinata miró a Naoto, y luego desvío su mirada, sabía que no era que ella no se lo quería presentar, era más bien que Takemichi no acumulaba aún ese valor. El padre de Hina era un hombre con porte duro, y eso le daba pavor a su novio.

Por más que ella le dijera que era más valiente de lo que creía.  Aunque también… Hinata se había dado cuenta que su novio también tenía un complejo o prejuicio contra los pudientes.

— Si, ya pronto tendré ese valor, tú verás.

Un llamado a la puerta interrumpió la plática entre ambos. Naoto se puso de pie y fue a abrir, encontrándose con Takemichi detrás de la puerta. Los ojos de Hina brillaron de emoción.

— Takemichi.

La chica se acercó y besó sus labios fugazmente.

— Hina ¿Estás lista?

— Si, si sólo deja me voy a despedir de mamá.

— Está bien, igual voy pidiendo uber.

— Bueno — Hina sonrió y fue a la cocina a despedirse de su mamá.

Naoto miró al rubio cruzado de brazos.

— Cuida mucho a mi hermana, Hanagaki.

— Claro, por supuesto que lo haré. Viene en buenas manos, Naoto.

— Bueno, confío en tu palabra.

— Nunca dudes de mi palabra — El chico sonrió mostrando lo blanquecino de sus dientes.

— Buenas noches — Se escuchó detrás de él, esa voz madura masculina.

Takemichi agrando un poco sus bonitos ojos azules y se dio media vuelta. Encontrándose con ese hombre tan parecido a Naoto.

— Buenas…noches — Respondió Takemichi pasando saliva algo nervioso.

— Takemichi — Hina llegó tomando de su brazo. En eso se fijó quien estaba en la puerta — Hola papá — La chica lo saludó con un beso en la mejilla.

El rubio trago saliva y extendió su mano y saludó al padre de Hina, a lo que él correspondió sin dejar de lado su gesto un poco adusto. Masato alzó su ceja, al mirar lo sudado que estaba el muchacho.

— Takemichi ¿Ya llegó el uber?

— Oh sí, lo estaba pidiendo.

— ¿A dónde van, Hina? — pregunto de inmediato el señor.

— Iremos a una fiesta de unos compañeros de facultad.

— Mmmmhhhh, no pidan uber, yo los llevo.

Takemichi quedó helado ante eso.

***

>Hogar de los Akashi <

Senju se coloco su saco negro y se miro en su espejo completo. Había optado por llevar saco, un short negro y de camisa, un corsé de encaje negro. Además de sandalias de bailarina de tacón bajo.

Se aplicó un poco de rímel y tras esponjar un poco su cabello corto, salió de su habitación.

Al bajar las escaleras, alzo su ceja al escuchar a Takeomi hablando con Sanzu en la cocina. Se apoyo de la pared y escucho un poco.

—Casi nos vamos del cuello, de nuevo, porque le diste droga a Lin Sato.

—Lin no tiene la culpa que uno de tus dealer, no hiciera caso y, es su culpa que lo atraparan con las manos en la masa con droga — expone frío.

Senju supo que estaban hablando de Seishu.

—¿Y le ha dicho a la directora de donde la compró?

—Obvio que no, Takeomi. Sino ya te hubieran agarrado a ti y a los demás ¿No crees? Lin si me dice que su madre le presiona con el tema, pero ella no ha dicho de más. No es tonta.

Se escuchó una pausa, antes de la voz de Takeomi volver a escucharse.

—Dime la verdad, Sanzu ¿Lin está embarazada?

Sanzu pasó una mano por su cabello blanco.

—Sí, lo está.

Senju abrió sus ojos de par en par, aunque estaban los rumores, escucharlo confirmar de su propio hermano era aun así impactante.

—¡No puede ser Sanzu! — Se alteró Takeomi, pero en vista que su hermano miraba a un lado apresumbrado, respiro para calmarse y llevar bien la conversación. No todos los días lograba llevar una plática sincera con su hermano — Mira, no te estoy juzgando, solo no puedo creerlo.

Sanzu suspiró.

—Pues es lo que está pasando, Takeomi. Y me haré cargo del bebé — revela sin titubeos, sorprendiendo ahora sí a sus hermanos.

—Tommie y Kouta se van a infartar.

Sanzu frunció el ceño.

—Me importa poco lo que pueda decir ambos, sobre todo Tommie. Ella no tiene derecho sobre mí — gruñe. — Mejor que siga atendiendo a su colágeno.

Takeomi menea su cabeza.

—Es nuestra mamá, no digas que no.

—Mi mamá era Meredith, no Tommie.

—Hablas como si mamá no se preocupara por ti, cuando si lo hace — empezó a enojarse. Siempre le había irritado el resentimiento de Haruchiyo con su madre, debido a que tuvo que descuidarlos por trabajar cuando se divorcio de Kouta Akashi.

Y debido a que su rama era la política, más pasó en ese tiempo lejos de casa.

Pero debido a ello, Tommie Kawaragi era lo que era hoy, secretaria general del partido democrático de Japón.

Takeomi admitía que admiraba a su madre.

Sanzu rodó sus ojos.

—Debes decirle pronto, Sanzu.

—No, lo haré cuando yo quiera — grazna — Y tu no dirás nada. No es algo que te compete, hermano.

Ambos se miraron fijamente, hasta que el sonido del teléfono de Takeomi irrumpió el silencio.

—Tienes razón, no es algo de me incumbencia.

Senju en vista que no hablarían más del tema, ingreso a la cocina. Le dio una mirada a su hermano Haruchiyo, pero este solo se sirvió agua y salió de ahí.

—¿Te vienes conmigo Senju? — pregunta Takeomi al verla ingresar.

—No, Wakasa me dijo vendría por mí.

—Bueno, nos vemos allá. Tengo que pasar por Victoria — le da un beso en la frente y sale de su casa.

Senju una vez sola, aquedó pensativa, tras lo que acababa de escuchar sobre Haru y Lin. 

***

>Hogar de los Imaushi<

Wakasa se aplico colonia y salió de su habitación, en el camino se cruzo con su hermano Abel, pero el chico solo siguió de largo.

Cuando el mayor de los hermanos Imaushi bajo las escaleras, se encontró con Abel tomando las llaves de su moto y saliendo de casa. No paso mucho cuando se escucho el ruido de la moto alejándose.

—¡Ya estoy lista! — grita de pronto Rebeca, bajando las escaleras.

La chica llevaba un bonito vestido de escote v color negro brillante.  Se había además recogido su largo cabello azul en una coleta, donde resaltaban más sus pendientes enormes de aro.

—Te ves hermosa — le dice y besa su mano.

—Ay, como extrañaba tus halagos, hermanito — Rebeca lo abraza y besa su mejilla — Tú también estás guapo, sin duda Senju debe ceder hoy a que vuelvan de forma oficial— intentó animarlo. — Ay, te pusiste la corbata que te regale ayer — se emociona.

Wakasa solo sonríe, sin muchos ánimos de hablar del tema con Rebeca.

Aunque no podía negar que la habían pasado bien en la heladería el día de ayer.
Esperaba todo siguiera marchando bien…

—¿Vamos? Debo pasar por Senju.

—¡Claro que sí, vamos! — soltó animada.

***

>Hogar de los Yasuda<

Sayuri coloco un balde de palomitas entre sus piernas y quito el pause de la película de Orgullo&Prejuicio, la versión del 2005.
Su hermana Tomo había salido con su amiga Luna a una fiesta, y papá estaba en un viaje de negocios. Las dos mucamas y el cocinero tenían libre ese día. Así que no pudo evitar asustarse cuando escucho pasos en el pasillo, casi se esconde detrás del sofá, pero se relajo al ver que era su mejor amiga.

—¡Demonios, Vicky, que susto!

—Ay, lo siento. Pero es que estaba la puerta abierta, y simplemente no toque el timbre.
Sayuri casi se golpea con el control, se había olvidado cerrar con llave cuando regresó del jardín delantero tras regar un poco las flores. 

Victoria en eso pestañea y lleva una mano su mejilla, incrédula.

—¿Y tu porque no estás arreglada? ¡Se nos hará tarde para la fiesta! Takeomi nos espera además afueras, mujer.
Sayuri alza una ceja.

—Sera porque no voy ¿No es obvio?

—¡Como que no vas, claro que sí! — Victoria se acerco y la jalo en un brazo — ¡Vamos, te ayudaré a arreglarte entonces!

—¡Suelta Vicky! — Sayuri se agarra del brazo del sofá, pero su amiga Victoria ya la tenía, sin darse cuenta, subiendo las escaleras — ¡No quiero ir, no seas necias! Hoy tenía pensando un maratón de películas victorianas, empezando por Orgullo&Prejuicio.

—Ay por favor, te sabes esas películas del derecho y al revés. Así que claro que sí, vamos, vamos — La seguía jalando — Tienes que divertirte más con los de tu edad, Sayuri.

La azabache rodo sus ojos.

—A veces suenas como mi papá.

— Por lo que veo no está. Así que créeme, si el señor Yasuda estuviera, él mismo ya te hubiera sacado a patadas.
Sayuri llegó a su habitación bufando, y Victoria se acerco de inmediato a su closet. Empezó a buscar algo semi formal para que su amiga vistiera esa noche. Salió de pronto con un bonito conjunto de falda y top color marrón, acompañado con un saco color blanco crema.

—Este te quedara bonito.

—¡No puede ser, que fastidiosa!

—Sayu, enserio — Vicky tomo sus manos — Se que no eres una aguafiestas, y que te gusta divertirte a pesar de los que muchos digan ¿Te acuerdas cuando me invitaste a tirarnos en parapente? Uff, que día. En fin, deja la amargura y vamos socializar un rato hoy ¿vale?

Sayuri suspiró, aunque soltó una risita. Recordando los gritos de terror de su amiga.

—Ay, no te burles de mí.

—Lo siento. Solo déjame me baño, entonces.

—Eso, coopere señorita — Victoria le palmea duro una nalga y ella rueda sus ojos, antes de meterse al baño. — Solo no tardes la media hora, que enserio se nos hará tarde. Ya la mando mensaje a Takeomi de que se aguante un poquito.

Mientras Sayuri se daba un rápido baño, Victoria se mira en el espejo que ahí había, esperando su lápiz labial negro no se haya corrido.

Sonríe al mirar su ropa de esa noche. Falda negra con estampado de telaraña. Botines negros. Una camisa de tirantes que decía; Dark Side Betty. Y debajo una camisa de maya manga larga color negra.  Sin contar sus accesorios de gargantilla y un sombrero.
Victoria ya no recordaba cuando había empezado su estilo gótico, pero era algo que le encantaba. Era su esencia. No lo cambiaría por nada del mundo.
Sayuri salió del baño y se vistió enseguida con el conjunto. La falda era corta de tipo arruchada, el top era tipo sostén pero con mangas largas, dejando su estomago plano al descubierto. Enseguida se coloco el saco y unos tacones negros.

—¡Ay, qué bonita mi amiga!

Sayuri sonrío al final mientras se aplicaba un poco de lápiz labial.

—Vamos entonces

—¡A divertirnos, a divertirnos! — canturreaba Victoria.

Continuará.

Gracias a Selfish55

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