Capitulo #39 "¡Feliz Cumpleaños, Emma!


Yuzuha estuvo a punto de soltar el golpe a Sakura, pero antes de eso, le tomaron del puño. Completamente cabreada estuvo a punto de insultar a la persona responsable de interrumpir su acción.

— ¡Pero que mier— Detuvo sus insultos al mirar al responsable — ¿Shini… chiro?

El azabache la miraba serio.

— No lo hagas, no dejes que la furia te domine.

— Pero…

— Si lo haces, tienes más de perder tú ¿Eso quieres?

— Exacto — Intervino Sakura — Escucha a mi ex novio, es la voz de la razón, darling.

La castaña suspiro en alto apretando sus dientes.

— Déjala en paz, Sakura. No la molestes ya, sé tus intenciones, no dejaré que te salgas con la tuya en esta ocasión.

La pelinaranja sonrió con avilantez.

— Ay, Shinichiro, en lo que fuiste a caer mi rey.

— Cierra la boca ya.

Johnson rio.

— Bueno, yo me retiro — Miró a Yuzuha, quien levantó el mentón no dejándose intimidar — Si sabes lo que te conviene, te mantendrás alejada de Mitsuya, es lo único que te diré, arrastrada.

— ¡Sakura! — graznó al azabache.

—Solo digo que tuviste suerte de que llegara Shinichiro ahorita, si no, hasta te devuelvo el jalón de cabello que me hiciste hace unos días.

— Mira nada más, ¿Te hubieras rebajado a mi nivel, Sakura? — Comento Yuzuha alzando la ceja incrédula y divertida a la vez.

— A mi no me ven la cara de estúpida, Yuzuha.

— Pues entonces ¿Qué estamos esperando? A mí no me tiembla la mano para golpear a su majestad.

Shinichiro dio de nuevo un paso adelante.

— ¡Ya! A ver, se me calman las dos, por favor. Sakura deja tu jueguito de altivez ¿Cuándo vas a madurar? — La chica de ojos morados rodo sus ojos —  Yuzuha, no tienes que rebajarte a su juego ¿sí? Eres mejor que eso.

Yuzuha lo miro a los ojos, Shinichiro la miraba de tal forma, que como si de un interruptor se tratase, la hizo sentirse de inmediato en calma. Este le dedicó una sonrisa al mirar que comenzaba a relajar sus puños.

Sakura presenció aquello y rodo de nuevo sus ojos, asqueada.

— Solo te digo que no te quiero ver cerca de Mitsuya, advertías estas ¡adiós! — Completamente cabreada, Sakura se retiró.

Shinichiro aspiró aire fresco cuando Johnson se retiró, y dedicó su atención a Yuzuha, quien esta vez miraba a un lado, pensativo.  Ahora solos, el recuerdo que el anónimo mencionó su beso con Mitsuya, la hizo sentir peor. 

— Escucha, lo que dijeron en los anónimos…

— ¿Sobre Mitsuya y tú?

Asintió sin darle mucho la cara.

— ¿Es verdad?

Dudó en contestar, pero ¿Qué era lo que podía hacer? ¿Mentir? ¿Desde cuándo Yuzuha Shiba era mentirosa? No, por supuesto que no, levantó la cara y miró fijamente a Shinichiro, ya el té estaba, además, servido.

—Sí, me bese con él cuando se separo de Sakura estos días ¿Por qué? Bueno, si no te molesta, eso en verdad quisiera reservarlo. En realidad; es un tema que quiero olvidar.

Shinichiro asintió con un poco de tristeza, al ver que era cierto. No por eso, no noto el dolor que sus ojos ámbar cargaban.  Ella no quería hablar del tema, pero él podría imaginarse un poco que podía estar pasando.

Yuzuha desvío de nuevo su mirada y tomó su brazo izquierdo con una mano.

— Lo siento — Yuzuha apretó sus dientes, le estaba matando lastimar a Shinichiro — Si ya no quieres siquiera volverme a dirigir la palabra, yo lo entendería — Pasó saliva — Al final de cuentas, estás en tu derecho de decepcionarte y tomar distancia.

— ¿Qué? — Shinichiro frunció el ceño  — ¿De qué estás hablando, Yuzuha?

La chica lo volteó a ver confundida.

— No te dejaría de hablar, sólo por eso.

— Es que… Podrías pensar que te use, o algo parecido ¡Pero créeme que no fue en ningún momento mis intensiones!   Disfrute mucho la salida al concierto contigo.

Shinichiro suspiró y coloco una mano en su hombro.

— No he pensando en nada como eso, tranquila.  Yuzuha, tú fuiste al concierto conmigo sin mas intensiones que como una amiga. No te voy a mentir sobre que yo no iba con otras intensiones, porque hasta me confesé, pero tú fuiste sincera en todo momento… Es decir, de haberme querido usar como paño de lágrimas, me hubieras aceptado de una ser algo más que amigos ¿no?

Yuzuha hizo un puchero en su rostro, definitivamente Shinichiro Sano es un chico demasiado hermoso y lindo con su persona.

—Se que no quieres hablar del tema, pero al menos respóndeme algo ¿sí?

Ella asintió, era lo mínimo que podía hacer, tras meter indirectamente a Shinichiro en sus problemas sentimentales.

— ¿Lo quieres? — Shinichiro trago saliva.

Yuzuha pestañeo.

— ¡No! — Inmediatamente negó, sintiéndose de nuevo mal con Shinichiro, porque sabía era una mentira su respuesta. Porque en su oasis de seis días había aceptado que Mitsuya le gustaba, lo quería. Y de haber pasado unos días más, hasta se pudo haber enamorado. Pero no iba a admitir sus sentimientos, mucho menos después de lo ocurrido los últimos días ¿Ya qué más daba?

Shinichiro sonrío resignado, porque se había dado cuenta del temblor casi imperceptible en los hermosos ojos de Yuzuha. En su carrera como futuro abogado, había un tema que les enseñaba a aprender un poco sobre leer el lenguaje corporal de la gente.

Aun así, suponía aun podía seguir intentando y tratar de llegar al corazón de Yuzuha.

Porque… Vaya que le gustaba.

—Podrá sonar egoísta, pero es un verdadero alivio saberlo — Sonrió con dulzura, aparentando que le había creído. — Entonces ¿me permites seguir intentando conquistarte?

Las mejillas de la chica se arrebolaron y le miro sorprendida, observando las mejillas sonrosadas de Shinichiro. Causándole cierta ternura, así como el pensamiento de que quizás las cosas serían diferentes si se hubiera fijado primero y solo en él.

—Aun así, quiero que sepas que de haberme respondido que lo querías y él no estuviera con Sakura, créeme, sin pensarla, yo me habría hecho a un lado. Tu felicidad es primero, Yuzuha.

La castaña no podía mentirse a sí misma, sentía su ser querer romper en llanto.

— ¿En verdad habrías hecho eso por mi?

— Cuando digo que me gustas… No es mentira, Yuzuha.  Así que, yo podría tu felicidad primero antes que la mía. 

Yuzuha no se contuvo más y se abrazo al azabache.

— Gracias por ser cómo eres, conmigo.

— Lo seré por siempre — Besó su cabeza.

***

>Dirección <

Yume Izawa terminaba de arreglar todo, el día de mañana tenía una junta con el consejo directivo y no quería retrasos en sus pendientes luego de salir de la sala de juntas. Se estaba abriendo la posibilidad de nuevas carreras, y mañana se definiría todo.

Arquitectura, diseño de moda, veterinaria y psicología.  Eran las opciones.

Igual que la infraestructura, se tenía pensado usar y modificar los edificios de casilleros.  Eran cuatro edificios en total, así que quedaban justos para las muy posibles carreras nuevas.

Yume se levanto con un fajo de papeles en manos, para guardarlos en una capeta. Había estado revisando el historial académico de los estudiantes, por si debía haber una próxima actualización de datos. Fue cuando el recuerdo de su hija embarazada llegó a su mente, estos cayeron a los pies de su escritorio.

Se sentó en su butaca y llevó una mano a su rostro, restregando una y otra vez este. Se sentía cansada. Aun así, pensó en que luego que se arreglara lo de Seishu y no tuviera la junta directiva tan en alerta, tomaría cartas en el asunto si su hija no lo hacía.

No iba a criticar a Lin por embarazarse tan joven, ella igual lo había hecho. Su relación con  Zeto había sido como cualquier pareja enamorada a esa edad. Pero también, muy dentro de ella, supo que lo había hecho por interés. La familia Sato no solo era una muy influyente dentro de la medicina; especialmente en el área de la cardiología, sino también muy tradicionalistas. Aun así no hubieran querido, estos los obligarían a casarse para no concebir fuera del matrimonio. Yume era en ese entonces de una familia humilde, y que con el matrimonio con Zeto, había traído un mejor estatus para su familia.

Claro que, al final, les llegó la monotonía en su relación y terminaron divorciándose. O más bien, el haber interpuesto primero el beneficio que el amor, les paso factura. Otros habían escatimado que fue la maldición de casarse jóvenes, pero Yume sabía que Zeto la había amado, incluso más que ella a él.

Pero ¿Estuvo mal? ¿Haber interpuesto su estabilidad antes que al amor? ¿Estaba mal querer lo mismo para su hija?

Yume restregó su cabeza, suspiró y se inclinó para tomar los papales. Fue cuando miró que una hoja en particular salió entre todas las demás; el historial académico de Taiju Shiba. Donde destacó la esquina de la hoja saliendo una pequeña foto tipo carnet pegada a la hoja. Fue algo extraño, pero la mirada de Yume se perdió ahí… ¿Cómo fue? ¿Por qué? No lo sabía, pero a la mujer madura su mente traicionera le dijo que el chico en realidad tenía un porte muy atractivo.

Era tan alto y grande.... 

Llamaron a la puerta.

De inmediato Izawa negó y guardó el historial de Taiju junto a las demás.

— ¡Adelante! — Gritó desde su escritorio. Dejando adentrarse al maestro regordete — Héctor ¿Qué sucede?

— Directora Yume, que bueno que la encuentro, hay algo de lo que quería hablar con usted.

— ¿Si? Bueno, espero sea rápido Héctor, porque ya debo retirarme.

— Directora, hay un tema que usted debería estar enterada, es algo que sucede entre los alumnos.

Yume arrugo el ceño y suspiró, amarga.

— ¿Ahora qué sucede?

— Yume, entre los alumnos han creado una barbaridad, la llaman los mentados anónimos.

La castaña de mechas rubias alzó la ceja.

— ¿Qué es eso de los…. — Se cruzó de brazos —… anónimos? — Lo miró incrédula.

— Mire, le traigo las pruebas — Héctor le extendió su teléfono y Yume lo tomo algo dubitativa.

Sus ojos se abrieron de par en par conforme fue leyendo, así como su rostro se volvió pálido cuando leyó lo de ella y Taiju.

Yume le entregó el teléfono.

— ¿Qué haremos, directora?

Yume se quedo un momento en silencio, y apretó sus labios. Primero a una alumna la exponen desnuda, luego un chico muere por sobredosis, viene otro y lo atrapan con droga encima, ahora un desconocido entre los alumnos que se quiere hacer el gracioso difundiendo chismes.

No, la verdad, si se ponía a pensar, esto último no le interesaba en perder su tiempo.

Más si dentro del chisme, había una supuesta relación entre ella y Taiju.

De indagar más, podía difundirse y acabar su carrera. A los directivos no le importaba si era verdad o mentira, que ya estuviera sobre la mesa bastaba para querer expulsarla. Y demasiado le había costado su puesto para perderlo.

Yume Izawa poso sus hermosos y serios ojos azules en Héctor.

—No haremos nada.

Héctor pestañeo sorprendido.

—¿Cómo?

—No hay pruebas visuales Héctor, es puro texto. Mañana vendrá la junta directiva, y no perderé el tiempo en juegos de chicos. Demasiado con lo de Seishu Inui, y aun el fundador está indignado por la muerte de Víctor Castle.

—Esto no es un juego, Yu-

—Igual, sabemos lo mal que hablan los alumnos de mi, de ti, de muchos profesores. Solo que alguien quiso hacerse el gracioso y compartirlo. 

—Pero…

—Y si ahora venimos  y alborotamos tales rumores falsos, peor será ¿Te hago memorias de lo difícil que fue que pudieras continuar trabajando aquí cuando la junta de padres supo de tu orientación sexual? Ahora imagina que sea porque según te acuestas con una alumna, piensa Héctor.

El robusto pasó saliva sintiéndose acorralado ante ese cuestionamiento, y es que el colegio era tan estricto ante su imagen que no permitía ni siquiera a un maestro o maestra con alguna otra orientación sexual que no fuese heterosexual.

—No es necesario que recordemos eso.

—Bueno, entonces ya está dicho. Así que sea la última vez que vienes a mí con este tema.

—¡Pero aun así, no sabes lo mal que la pasan los alumnos con esto! —pronuncio, recordando el rostro abatido de Yuzuha Shiba.

Yume suspiró y froto su frente. Le estaba empezando una jaqueca.

—No me interesa Héctor.  Así que hazme el favor, y sal de mi oficina.  Y ya mejor deja de tratar con tus alumnos como si fueras una padre, ¿vez a lo que lleva luego? A que hagan falsos rumores sobre ti. Y necesitas este trabajo, Héctor, no vengas y le hagas esto a Joseph.

El regordete suspiró en alto y apretó sus dientes mirando a la castaña frente a él.

—De acuerdo, que pases buenas noches… Yume — Sin decir algo más Héctor se retiró.

De nuevo sola, Yume se sentó en su butaca pensativa. Ese semestre había empezado con todo.

Fue cuando recordó el chisme en el mensaje que le hicieron con Taiju. Sin duda tenía que hablar de nuevo con él, porque le había dicho que se hizo cargo, y con eso veía que no era así.

Aunque muy dentro de ella, una parte que incluso la hizo temblar, le susurro que era porque en realidad quería de nuevo verlo.

Yume abrumada meneo su cabeza y tomo su bolso, para ya irse de una vez a su casa.

***

>Al día siguiente <
Martes.

~Habitación #205~
Emma Sano
Rebeca Imaushi
Alice Matsuno

Los rayos del sol entraron por la ventana molestando a la rubia, se cubrió el rostro con una almohada, queriendo evitar que la molestara más.

Hasta que sintió que alguien se subió a su cama, haciendo un fuerte ruido espantando a Emma, y sintiendo como algo le caía cuerpo.

Ese algo había sido confeti.

— ¡Felicidades a la amiga más hermosa, divina, preciosa que tengo! — Rebeca se le echo en la cama a la Sano abrazándola fuertemente.

Emma la recibió con una sonrisa en sus labios.

— Un año más de vida, querida.

— Querrás decir un año menos de vida.

— Ay Emma, que pesimista eh.

— ¿Desde qué hora estás despierta?

— Desde las seis, quería ser la primera en felicitarte.

— Pues si lo fuiste — Rebeca beso la mejilla de la rubia.

— Eran las intenciones, bueno me iré a bañar, chao, te veo ahorita.

La peli azul caminó hacia las escaleras y subió dejando solas a Emma y Alice quien iba despertando.

— Buenos días — Le recibió Emma.

— Emma, buenos días — Alice se puso de pie — No fui la primera en felicitarte — Y llegó abrazando a la rubia.

— Efectivamente, no fuiste la primera. Pero con mucho gusto recibo tu abrazo.

— Que manera de pasar tu cumpleaños ¿no? O bueno más bien el lugar.

— No es la primera ni la última vez, así que no pasa nada — Emma la miró recordando lo dicho de Alice, Choji y en teoría de Kakucho — ¿Cómo sigues?

La peli plateada suspiró.

— Preferiría no hablarlo ¿te molesta?

— Está bien, no insistiré.

La mayor de los Matsuno sonrió abrazando a la rubia de nuevo.

— Muchas gracias — Besó su frente y  regresó a su cama acomodando de ella, Emna tomó su teléfono mirando un mensaje que tenía exactamente a las doce de la noche. Sonrió con emoción y anhelo al ver de quién se trataba.

Abel
"Feliz cumpleaños mamasita hermosa, un año más de vida, y ¿sabes? Me da mucho gusto poder pasarlo contigo aunque sea de esta manera, te veo al rato, me gustaría pasar contigo un momento a solas y no por querer tener algo sexual, bueno eso siempre, pero esta vez sólo quiero estar contigo, nada más, espero y me lo permitas, Emma, te quiere Abel "

Esa emoción, ese sentir en el pecho de la rubia, esa inmensa alegría recorrer su cuerpo, en esos momentos, no había manera ni de explicar su sentir, solo sabía, que era plenamente feliz.

Yo
" Por supuesto que sí ¿nos vemos después de clases? Y muchas gracias, que hermoso, en teoría fuiste el primero en felicitarme"

Abel
"Esas eran las intenciones mamasita hermosa , yo quería ser el primero en mandarte mensaje felicitándote, no me pude escabullir a tu habitación ya sabes razones poderosas, pero al menos, espero poder verte más al rato"

— Emma — Rebeca la llamó sacándola de sus pensamientos, la rubia miró a su amiga — ¿No te vas a bañar, cochina?

— A si, si, pero deja que Alice se bañe primero.

— Puedo esperarte, Emma, no pasa nada.

— Entre más lo discuten, más tardarán — Rebe rodó sus hermosos ojos.

La rubia rio y se puso de pie, yendo en dirección a la regadera.

— ¡Emma! Espera antes de que te vayas a bañar ¿Me prestas tu secadora de cabello? La mía se quedó en mi casa con las prisas.

— A si, tómala por ahí debe de estar.

Emma continuó su camino y Rebeca se aproximó a la cama de su amiga, la chica rubia dejó su teléfono en la cama, y justamente en el momento en el que la Imaushi se acercó a la cama, un mensaje llegó al celular de su amiga rubia. Por inercia, Rebeca miró y se encontró con un remitente muy interesante para su gusto.

Abel

No dijo nada, sólo suspiró en alto apretando sus dientes. La peli plateada miró el gesto, pero no hizo comentario alguno, fue cuando llamaron a la puerta, Rebeca dejó el asunto del remitente y caminó hacia la puerta encontrando a un chico rubio con cubrebocas.

— ¿Choji?

— Rebeca ¿Está Alice?

La mente de la Imaushi le trajo a la mente el recuerdo de aquellas palabras en el reciente anónimo, entendió el porqué él estaría ahí.

— Si, si ¡Alice! — Rebeca le llamó y Alice ya se encontraba oculta debajo de su cama, pero la peli azul percatarse de que la peli plateada no daba razones de vida, miró hacia atrás y frunció el ceño al no ver a su compañera — ¡Alice! — Miró a Choji — Espérame un poco ¿sí?

— ¿Está todo bien con Alice?

— Tú sólo espera aquí.

El rubio asintió. Y Rebeca se adentró y buscó a la chica robusta hasta en el armario, pero no la encontró, Emma en el proceso salió de la ducha y miró a Rebeca.

— ¡Alice! — Hasta que la paciencia de la de ojos carmesí se colmó y miró por debajo de la cama, en donde encontró a la Matsuno — ¡Alice sal de ahí! — La chica la tomó del brazo pero Alice ponía resistencia.

— ¡No! ¡No! ¡Rebeca!

— ¡Vas a salir de ahí ahorita mismo ya!

Emma sonrió y soltó una risa divertida ante la escena frente a ella.

— ¿Qué sucede?

Rebeca la miró sólo en ropa interior. Y rio.

—Mejor ponte algo de ropa, Choji está afuera y viene a ver a esta mujer y mira que para que yo la quiera ayudar está cabron — Quiso tomar a Alice del brazo pero ella lo escondió — ¡Sal de ahí mujer!

— Me da mucha pena.

— Emma, ayúdame.

La rubia se inclinó y se colocó del otro lado ayudando a Rebeca.

— Alice sal de ahí, ve y enfrenta a Choji.

Alice salió de la parte de enfrente de la cama e iba a correr hacia las escaleras, pero Rebeca la sorprendió colgándose arriba de ella.

— ¡No señorita, usted no va a subir!

— Ay, Rebeca.

Emma tomó acercamiento.

—Estoy de acuerdo con Rebeca, Alice tienes que salir y hablar con Choji, ayer platicamos un poco de eso — Rebeca se bajó de la chica robusta cuando dejo de poner resistencia.

La de ojos verdes negó y desvío su mirada hacía el piso. Emma entonces le colocó su mano sobre el mentón de Alice y lo levantó, mirándola fijamente a los ojos.

— No tengas miedo, Choji más bien está aquí porque le importas ¿No crees?

Rebeca sintió que no debería estar en esa conversación, al final de cuentas ella ha sido de quizás las personas que han tratado mal a Alice y eso la hizo sentir de cierta manera mal, y que no debería estar demás ahí. Pero una duda existencial comenzó a atravesar su mente… ¿Por qué demonios estaba animando a Alice a salir con Choji? ¿Por qué la hacía sentir bien que algo sucedería en ellos? ¿Será acaso que Kakucho le dará gusto saber que a ella no le interesa él cómo hombre?

De inmediato la Imaushi negó con la cabeza.

— Yo, mejor las dejo hablando.

Rebeca se retiró y comenzó a cambiarse para comenzar su día, Emma miró a Alice y ella la miró con la mirada triste.

— Me compararon con la preciosa de Victoria Novikov — Sus ojos se nublaron — No tenía idea que Choji y ella habían tenido sus asuntos.

Emma suspiró.

— Alice, eso fue hace tiempo, mucho antes de que Takeomi y Victoria fueran novios. Además Shinichiro me dijo que jamás fueron novios sólo salían y estaban quedando, si tuvieron algo sexual, no lo sé, te desconozco eso, pero si se les veía muy juntos mucho tiempo. Pero no llegaron a ser novios, Shinichiro me comentó que creó el padre de Vicky no aceptaba a Choji porque es becado… Para no hacerte el cuento más largo, Victoria terminó la situación con Choji, supongo por su padre, pero a los días se le vio a Takeomi como perro, dijera mi hermano, atrás de ella.

Alice río ante lo último mencionado.

— Hasta que te saque una sonrisa.

— Es que no lo pude evitar, Emma me compararon con Victoria, ella es demasiado hermosa y sexy, además tiene un cuerpo muy bonito.

Emma suspiró.

— Ok, en primera, Alice tú sólo ves a una chica delgada y ya tiene un cuerpo muy bonito. Y no es así. O sea, es cierto, Vicky es muy bonita, no por nada Takeomi es un mandilon con ella. Pero entienda señorita, usted es también hermosa, tienes un rostro encantador, pareces muñequita, y el hecho de que Choji y Victoria hayan tenido algo o no, eso ya sucedió, entiende, el pasado ya no se puede cambiar, ya está escrito. Lo que sí se puede, ya sea hacerlo menos pesado o más bonito, es el presente; lo que estás viviendo, o dime ¿tienes una maquinita del tiempo?

— No

— ¿Entonces?

— Emma — Rebeca llamo a su amiga rubia.

— ¿Mande?

— Te veo abajo, ya terminé de arreglarme ¿sí?

— Si, si está bien, ahorita te buscó.

Rebeca asintió y se retiró de la habitación, fue entonces cuando Emma miró a Alice de nuevo.

— Que bueno que se retiró porque te quería dar este ejemplo… Es como si yo me pusiera mal porque sé que Abel estuvo enamorado de Senju, o enterarme que su primera vez fue con una chica de nombre Raissa. Al final de cuentas, lo de ellas ya pasó, ahora yo soy su presente ¿no? Que es lo importante.

La peli plateada sonrió y asintió.

— Me agrada verte sonreír.

— Emma, pero no puedo ver a Choji así, ni siquiera me he bañado, me da mucha pena.

— Ok, vete a bañar, y yo le digo que ya se verán ¿sí?

— No.

— ¿No?

— Dile que nos veremos ahorita en la división de dormitorios.

Emma alzó su ceja incrédula, no creyéndole mucho a Alice.

— Te prometo que si lo iré a buscar.

La rubia rió y se puso algo de ropa para tomar camino para dónde el chico del cubrebocas estaba, la chica lo encontró sentado en el piso esperando por Alice. Hasta cierta ternura le causo eso.

— Choji.

— ¿Eh? — Se puso de pie — ¿Qué pasó? ¿Todo bien?

— Alice se meterá a bañar y dice que la esperes en la división ¿sí?

— ¿De verdad? — los ojos grises de Choji la miraron ilusionado.

— Si, tú tranquilo.

El chico sonrío muy contento.

—Vale, la espero entonces.

—Ahora mejor vete, no vaya a ser que Amanda de te vea y termines en detención.

Choji asintió sin dejar de sonreír y partió escaleras abajo. Fue cuando en la división de dormitorios se cruzó con unos conocidos.  Kisaki ajustó sus lentes y miró sin más con sus ojos grises al rubio.

Hanma sonrió al mirar a Choji. 

—¡Kisaki, Hanma!

—Pero si es nuestro Choji — Hanma toma del hombro al rubio — ¿Cómo está tu prima? Una lástima que ya se haya graduado.

Choji rodó sus ojos.

—Ya te superó, Hanma.

—Ay, eso duele.

Choji solo meneo su cabeza, Hanma nunca cambiaría. Habían sido compañeros y hasta amigos, cuando estaban en preparatoria. Luego en la universidad, Hanma cambió bastante, y pues, se habían distanciado un poco. 

Pero de cierta forma seguían siendo conocidos.

—Veo que vienes de la zona de chicas ¿alguna aventura de anoche?

—Aleja tu mente lujuriosa y cochambrosa de mí — le advierte Choji y palmeó su hombro.

—Quizás viene de ver a Alice Matsuno — bromea Kisaki.

Hanma se carcajea.

—Choji ¿En Serio lo que dice el anónimo? ¿Te gusta mi compañera gordilla? — alza su ceja el de lentes.

—Sí, me gusta mucho — admite sin titubear — ¿A ti ya te hizo caso Hinata Tachibana?

La sonrisa de autosuficiencia se borró de golpe de los labios de Kisaki.

Hanma solo se carcajeó más fuerte.

—Ay, Choji, extrañaba tu humor contra mi primo — Hanma toma a Kisaki del hombro y este solo rueda los ojos — ¿Quieres venir en la tarde a mi habitación? Tomaremos y jugaremos poker, con Sanzu y demás chicos.

Choji suspiró.

—Iría, pero si todo marcha bien, estará cenando con Alice.

Hanma canturreo.

—Bueno, yo no te critico Choji. Una vez lo hice con una gorda, me entró curiosidad. No sé. En fin, la verdad no estuvo nada mal, la morra sí que sabía hacer un oral — Hanma frota su barbilla y sonrió al recordar ese encuentro sexual — Y pudo ser peor, al menos Alice Matsuno es linda de rostro, por ahí no te puedes quejar.

—Te dije que alejaras tu mente perversa de mí y Alice, porque a la próxima no respondo — pronuncia Choji apretando su hombro con fuerza, para luego alejarse. Escuchando aún la risa de Hanma al fondo, porque al final, para ese chico todo siempre era una broma.

***

>Delegación <
6:40 am

Heishi Inui y su esposa Ume esperaban por las respuestas de los días transcurridos tras la investigación de la venta de droga en el instituto.

Ume mantenía una mano empuñada en su boca con un pañuelo en él, demasiado asustada. Heishi se mantenía de pie esperando por los resultados.

Unos pasos llamó la atención de la pareja presente, encontrándose con el comandante Aoyama.

— Bien, ya se hicieron las investigaciones correspondientes.

— ¿Y qué pasó? Comandante nos tiene con el alma en un hilo — Comentó Ume.

— Tranquila mujer.

— Seishu Inui podrá salir hoy, no se encontraron pruebas con la venta de droga en el instituto.

— ¡Mi bebé! — La rubia cerró sus ojos y sintió una lágrima derramar por su mejilla abrazándose a su esposo.

— Sabía que mi hijo no era vendedor de esa porquería.

— Sólo necesito firmar unos papeles, y paguen la multa por el consumo.

—Sí, claro.

—Espero no solo estén conscientes que ayudó mucho el abogado, sino que si de nuevo se le encuentra a su hijo drogas, no creo que esta vez pueda salir ileso.

— Hablaremos con él, no se preocupe. Mi hijo no volverá a pisar ese lugar.

— Eso espero — Seishu llegó al lugar, detrás de él dos oficiales quiénes los esposaron.

El oficial Toshio se encargó de quitarle las esposas.

— ¡Mamá! — Exclamó en voz alta corriendo a los brazos de su querida madre.

— ¡Seishu! — Como si el rubio hubiera estado encerrado por años, Ume sintió una fuerte satisfacción al verlo ya fuera de esas horribles rejas — Mi bebé — Besó su frente, su cabeza, su mejilla su nariz — No me vuelvas jamás, jamás a dar un susto de estos, Seishu que sin ti o Akane me muero — Entre lágrimas de dolor su madre lo abrazaba y sollozaba, la sola idea de pensar en su hijo acabar como un criminal la estaban matando por dentro.

— Perdón, mamá enserio perdóname — Se aferró al cuerpo de su madre en el abrazo — No fui consciente del dolor que te estaba causando mamá, perdón, en serio.

— Ya, tranquilo.

Mientras Ume abrazaba a su hijo con desespero, Heishi no dejaba de mirarlo, le daba gusto saber que todo al final de cuentas había salido bien.

Cuando la familia Inui salió de la delegación y subieron al auto, el ambiente se sentía con algo de tensión. Hasta que Heishi rompió con ese silencio.

— Comenzarás a ir a terapias, Seishu.

— ¿Es necesario?

—Por supuesto que lo es, tú sabes que puedo ser muy flexible, pero temas de drogas y delincuencia ya no es algo que me guste. Es algo que he dejado muy en claro. 

— Si, lo sé — Seishu mordió su labio inferior, pensando que al final se había liberado por poco y mentiras.

—También, debimos como padres prestar más atención a cómo te afectó el tema del incendio — siguió su madre. — Lo siento, Seishu.

—No se preocupen, Akane sufrió mucho más las consecuencias, ella estuvo entre la vida y la muerte.

— Comenzarás a ir con la misma psicóloga que Akane ve los jueves en Ayome. Ahorita lo discutiremos con Yume, y la especialista, para ver si puede verte el mismo día que tu hermana, u otro día.

—Pero primero iremos a la casa, para que puedas tomar un baño, y desayunar algo rico — complementó Ume.

Inupi no dijo nada, se abstuvo de hacer comentario alguno. Miro por la ventana del auto, e Inupi se quedó pensando mientras veía los árboles pasar. Recordó las palabras de Draken, sobre qué hacer con su vida. También recordó de nuevo el motivo por el que empezó a vender droga.

Pero otra cosa era cierta, y también se recordó; que una vez dentro, era difícil salir. Los perros de Jan en Ayome no perdonaban tan fácil eso, y podían irse contra ti y darte una buena golpiza, que si sobrevivían, era de puro milagro.

Algo que muchos no sabían es que a Oliver le había tocado, y si sobrevivió, fue porque Jan no mataba menores.

Si no, Haitani hubiera dejado fácilmente que sus perros lo mataran.

***
>División de Dormitorios<

Choji esperaba nervioso e impaciente, a que llegara Alice Matsuno.

—Buenos días — escucho su voz y alzó la mirada como un resorte.

—Perdón por hacerte esperar — comunica Alice — Debes estar retrasado en tu trabajo en la cafetería.

—No, hoy la tengo libre — sonríe Choji — ¿Quieres sentarte?

Alice sonrió y asintió.

Se quedaron un momento en silencio, hasta que Choji no soportó más.

—Creo que debo aclarar el tema de Vicky, Alice.

Matsuno lo miró de inmediato.

— ¿Fueron novios?

— No, no fuimos novios, Vicky y yo solo salíamos y nos tratábamos, íbamos a ser novios, pero al último me rechazó, ella dijo que por su papá. Una vez vi al señor, da miedo si te soy sincero. Si nos llegamos a besar y todo, pero no pasó más de ahí. No te negaré que anhele mucho ser su novio, pero no se dio y rápido lo superé. Concluí que ni yo fui para ella, ni ella para mí.

— Entiendo.

—Pero no hagas caso de lo que dijeron, Alice. Enserio tu me interesas, y un anónimo no echara a perder eso. 

Alice sintió un poco de tranquilidad al escuchar las palabras de Ahane, él era alguien lindo con su persona. Y escuchar que le interesaba, hacía sus manos temblar, pero aún insegura, se hacía la loca por ese lado.

— No me rechaces la salida al cine ¿sí? En verdad quiero ir contigo.

La chica sonrió.

— No te preocupes, sigue en pie.

Choji sonrió de oreja a oreja.

— ¿Quieres ir a desayunar? — Se puso de pie y extendió la mano a la chica, ella la tomó y se puso de pie, justo al momento en el que Choji depositó atrevido un beso en su mejilla.

Alice sintió algo cálido en su pecho burbujear.

—¿Y eso?

—El beso de buenos días — le guiño el ojo.

Alice se ruborizo más fuerte, causando una carcajada suave en Choji.

—¿Vamos?

La chica asintió, mientras caminaban hacia afuera de los dormitorios. Alice observó un poco más allá a Hanma alegando con Mikey. No alcanzó  a escuchar que era lo que discutían, sólo miró como Mikey empujó el pecho de Hanma y se fue corriendo. El azabache maldijo y caminó del lado contrario.

Las ganas de Alice de ir hacía Mikey y preguntarle si todo está bien se apoderaron de su cuerpo, pero no lo haría. Se prometió a ella misma que ya no se preocuparía, por él. Mikey había dejado claro que no estaba interesaba en ningún aspecto en ella, y Alice no era tan masoquista como para buscar sus maltratos. Aunque a veces le causaba hasta miedo no poder mantener su propia promesa.

***

>Colegio Ayome<

Después de unos minutos de camino, la familia Inui llegó a su destino, todos bajaron, pero Seishu no se sentía demasiado seguro para adentrarse al colegio, sentía mucha pena y le preocupaba un poco el que le iría a decir.

Sobre todo, y más que nada… Nahoya Kawata. Era cercano al gemelo, quizás no lo suficientemente, pero había el temor de ser juzgado. A pesar de que sólo él, en ese momento, sabía que él no había hecho nada.

Ume miró el rostro frustrado de su hijo, no pudo evitar sentirse mal por él.

Seishu se vio sorprendido en un tierno abrazo maternal, y recargó su cabeza en el hombro de su madre.

— Sé que puede ser difícil, pero aquí estoy bebé, para enfrentarme contigo esto.

— Me da un poco de miedo, ma.

— Yo lo sé, te entiendo bebé, pero aquí estoy yo, no te abandonaré, jamás de los jamases, y si te sientes mal, no dudes en llamarme que yo vendré y defenderé a mi hijo de quién sea que te haga sentir mal.

Seishu miró a su mamá con mucho amor y cariño.

— Te amo bebé.

— Yo más.

Heishi miro la escena y palmeó el hombro de su hijo.

— Estoy aún enojado contigo por este numerito, Seishu. Pero al final eres y seguirás siendo mi hijo, te amo y te adoro, así que también me tienes para lo que sea, hijo.

Heishu fue y abrazó a su hijo, quien sintió de nuevo los ojos húmedos.

— Gracias, papá.

—Bueno, al mal tiempo buena cara ¿no?

Inupi asintió y los tres se adentraron al colegio.

***

>Aula 1-3: "Salud Pública <
9:30am

—Bien, siguiendo este mapa mental de la prevención de la enfermedad, tenemos…

Un llamado a la puerta, acató la atención de todos los presentes.

—No se me distraigan mientras abro — La profesora Hyejin abrió la puerta encontrándose con Esteban, Seishu y la señora Inui.

— Vengo a reincorporar a Seishu Inui a clases.

— Oh, entiendo, adelante joven Inui.

Ume despidió a su hijo rubio besando su mejilla.

—Cualquier cosa, no dudes en llamarme.

— Gracias, mamá.

Seishu se adentro al aula, Ume se retiró y al quedar el rubio frente a todos, tomó valor para hablar.

— Ya puede tomar asiento, joven.

—Profesora Hyejin, espere un momento — Sus ojos verdes se cruzaron con los negros de Hajime, para mirar de nuevo a la clase — Es un tema que quiero enterrar, y no volver a saber de esto, y pues aprovechando el momento, quiero pedir una fuerte disculpa para Nahoya Kawata — Su mirada se posó en el mencionado.

Smiley abrió sus ojos sorprendido, no creyendo lo que escuchaba, una disculpa pública por parte de Seishu.

Hajime desvió la mirada.

Inupi miró a Draken y lo miró con una sonrisa, dándole a entender que su conversación de cierta manera lo había ayudado mucho.

— No espero que me perdones, no delante de todos, pero te la debía, por el perro oso que te hice pasar ese día.

Inupi sonrió y tomó lugar. Un pequeño silencio se había formando en el aula pero Inupi buscó que el problema no le afectara su día a día.

***

>Campus: Universitario <

Dos horas de clases después.

Senju caminaba con Takeomi por el campus de la universidad, ella tomada del brazo de su hermano.

— Entonces ¿No has visto a Haruchiyo?

— No, Takeomi, el fin de semana ni supe a qué hora volvió, sólo sé que llegó muy temprano y así como llegó se fue también y sé que se vino para acá.

— Necesito hablar con él. Siento que está muy desubicado.

— No puedo decir que no, yo también lo siento así ¿y sabes? Creo que Lin realmente está embarazada.

— ¿Cómo sabes? — Detuvo su paso.

— Hay muchos rumores y escuché a unas chicas hablar de eso, dicen que es verdad. Y no lo dudo, Lin ha tenido estos desmayos, además de cuando vómito el día de la rifa.

— ¿Y crees que sea de Sanzu?

— No lo dudo, Takeomi.

El azabache suspiró y metió dentro del bolsillo de su pantalón la mano, sacando una cajetilla de cigarros.

— Necesito un cigarro para el estrés.

— Yo también siento mucho estrés.

—Oye, Senju, había un rato en que quería preguntarte ¿cómo va tu relación con Wakasa? ¿Están bien?

— ¿Has hablado con mamá?

— ¡Sen! No me cambies el tema.

Senju mordió su labio inferior, recordando su conversación con Wakasa del día anterior. Se había mantenido en ese aire pasivo- agresivo, escuchando que Chifuyu solo era un amigo. Pero Senju admitía que podía darle un poco de crédito a su novio, de cumplir su palabra sobre no alterarse y no pensar que lo estaba engañado. Suponía que el error con Taiju si había marcado un poco la diferencia.

Aun así, Senju admitía que su acercamiento con Chifuyu… le hacía sentir mucho.

—Solo te puedo decir, que vamos progresando.

—Pero ahora voy yo ¿Por qué te menciona tanto el anónimo con ese tal Matsuno?

— Ay, Takeomi, no empieces. Solo somos amigos. Bueno, compañeros.

— ¿Seguro solo son amigos?

— ¡Pues claro!

— Entonces ¿Porque los ligan tanto a ustedes de forma romántica? 

— No lo sé, ese anónimo es un bastardo cabrón. Créeme, seguro un día de estos te liga a ti y Shinichiro, nada más porque a veces andas en tus bromas de joterias con él, que a veces hermanos déjame decirte que parecen ciertas  — intentó bromear Senju, para desviar la atención de su hermano. Pero no, su hermano estaba serio.

— ¿Sabes? La verdad entiendo a Wakasa, si se enoja esta vez contigo.

Senju se alejó de su hermano.

— ¡Eres un estúpido como el del anónimo! Solo porque te ven hablando con alguien y ya comienzan a crear estúpidas historias  — La albina se cruzó de brazos e hizo un puchero en su rostro.

Su hermano río viendo a la adorable de su hermanita menor.

— Ya, tranquila, te recuerdo que yo estuve en la misma situación con Victoria.

— Lo sé, realmente fuiste un idiota.

— Ya pues, muchos regaños tuve esa vez. 

— Bueno, no más te digo eh — Senju sonrió de lado y miró a lo lejos al rubio mencionado anteriormente, fue extraño incluso para ella, pero su corazón bombeo con fuerza y nervios — Omi, debo irme, te veo más tarde ¿Si?

—Sí, está bien… Pero de hecho, voy con Wakasa ¿no quieres venir?

— No, lo veré en noche para la cena, ya le mande mensaje — La Akashi beso la mejilla de su hermano mayor y se retiró, Takeomi tomó su propio camino.

Matsuno iba demasiado entretenido con un pequeño manga que recientemente había comprado. Tenía una sonrisa en sus labios mientras leía, y a Senju en ese lapso le llegó un mensaje por parte de su mamá.

Mami
"¿Cómo está mi preciosa hija?

Senju iba contestando el mensaje pero sin detener su paso, y no cayó en cuenta hasta que se tropezó con Chifuyu, esa acción parecía ya ser más costumbre que nada.

A la chica esta vez su teléfono no cayó al suelo, pero si el manga del rubio.

—Perdón — Dijo ella inclinándose a tomar del pequeño libro.

Chifuyu alzó la ceja al escuchar una disculpa por parte de ella.

— ¿Perdón?

— ¿Eh?

— ¿Dijiste acaso, perdón?

Senju tomó el color de las manzanas en todo su rostro y cuello. El rubio ladeo su sonrisa divertida.

— Y no sólo eso ¿también te inclinaste a tomar mi manga? Muy amable de tu parte eh.

A la mente de la chica llegó el pensamiento sobre la actitud esquiva de Matsuno el día anterior en su propia habitación. De pronto el rostro de Senju cambió un poco no pasando desapercibido por el rubio.

— ¿Qué sucede?

— Ayer estuviste raro, cuando fuiste a mi habitación.

Chifuyu suspiro y pasó saliva.

— Estaba un poquito enojado.

— ¿Cómo porqué?

— Por el anónimo — Respondió sin chistar.

— Pero ¿Por qué? Fuiste tan esquivo, pensaba que estábamos bien.

El chico la miró a sus profundos ojos jade, Senju era tan hermosa que no lo podía evitar, pero esos ojos tan lindos acompañados de esas pestañas largas de color albino lo hacían perder la razón.

— ¿Te soy sincero?

— Si.

— Me dio mucho coraje que hablaran de nosotros, pero… No porque fuéramos nosotros en realidad, si no porque me dio miedo pensar cómo te podría ir después a ti con tu novio.

Senju entre abrió sus labios y fuertemente suspiró.

— No entiendo…

—Porque he escuchado rumores sobre tu novio, y no me gustaría que tuvieras problemas con él por mi culpa, créeme, es lo último que quiero, Senju.

La mirada de ella cambió, lo miraba tan dulcemente. Le gustaba su actitud con ella, realmente Chifuyu se preocupaba porque estuviera bien y no causarle problemas con Wakasa.

—Entonces, mi salida fue actuar de esa manera.

— ¿Y porque no tomaste esa actitud ahorita?

Chifuyu se ruborizó. Nerviosamente pasó saliva por su garganta.

— Sí, claro, ammm, yo… ¡Demonios! — Pasó su mano por su cuello — No tengo una respuesta para eso en realidad — Sonrió de lado mirando al piso, cuando sin aviso previo sintió los labios de Senju sobre su mejilla, planteando un lindo y tierno beso.

El rubio la miró.

— No lo hagas, por favor.

— ¿Qué cosa?

— No tomes esas actitudes, sólo para alejarte de mí, al fin estamos bien ¿no? No me gustaría de nuevo tener que llevarnos mal, Chifuyu.

El rubio sonrió y asintió.

— ¿Ya comiste algo?

— No ¿Y tú?

— Tampoco ¿Quieres algo de comer?

— No puedo, debo ir con Hannah, pero, mañana si ¿está bien?

Él asintió feliz. Senju se retiró con una sonrisa pintada de oreja a oreja, y Chifuyu estaba igual o más feliz que ella.

***

Por otro lado, Kakucho caminaba junto con Izana, este le platicaba sobre que había conocido a una chica linda en twitter.

— ¿Y te lanzaras?

— Aún no estoy listo para tener algo con alguien, quiero darme mi tiempo. Sinceramente, aún no me siento listo para una relación, ni siquiera un jale — Izana desvió la mirada — Aún no arrancó a Rebeca de raíz.

Kakucho alargó sus labios. Justo cuando ya llegaba a creer que sería prudente hablar con Izana de dicho tema, su mejor amigo le hacía ver que aun era muy mal momento.

— Entonces ¿Aún hay sentimientos hacia ella?

— Demasiados, me di cuenta que si la quiero, pero muy tarde, y pues ahora — Tomó asiento en una de las mesas del enorme campus depositando sus libros sobre ella — no me queda más que desearle lo mejor con este niño becado.

— ¿Cómo fue que te diste cuenta tan tarde?

— Siempre fui consciente de que a ella la quería mucho, pero no de tal manera, según yo, Rebeca es… Bueno, ya te lo he dicho mucho, y pues bien lo dice el dicho "Nadie sabe lo que tiene, hasta que lo ve perdido"

—Concuerdo con eso — le dice mientras abría un libro.

— Oye, Kakucho.

— ¿Qué pasa?

—Desde Akane no he sabido que te interese alguien. Fuiste novio con Akane, y luego tuviste tus encuentros con Ely, pero no quisiste seriedad con ella. Está bien, todos somos libres de tener un jale, pero desde entonces no has tenido nada ¿En serio no te interesa nadie?

Kakucho enterró su cabeza en el libro. Maldito Evan, desde que sacó que a él le gustaba alguien, Izana no dejaba de cierta forma preguntarle sobre ello.

— Hasta me la estoy creyendo con Alice.

— Alice es una chica sensacional, no te diré que no, me encanta su compañía, pero… Solo somos amigos es todo… porqué estoy enamorado de Rebeca — Pensó de pronto antes de que las palabras salieran solas de su boca.

— ¿Y en serio no hay ni una sola que te mueva? ¿De verdad ni una sola?

Kakucho pasó saliva, sintiéndose cada vez más pequeño.

— Bueno, es que, hay alguien que parece que me está llamando la atención, pero no lo sé.

—¡Entonces Evan tenía razón! ¿Y quién es ella? Que guardadito te lo tenías eh, cabron.

El azabache quiso sonreír, pero ¿cómo podía sonreír ante esa situación, sin sentirse culpable?

— No puedo decirte aún.

— No seas ogete, dime ¿quién es la afortunada?

Hitto sonrió y asintió.

— Ni sabe que existo como hombre.

— ¿Cómo?

— Para ella sólo soy un… Un amigo más.

— ¿Directo a la friendozone, amigo? — Izana sonrió y rió al mismo tiempo, colocándose sus lentes de sol.

— Si, bien friendzoneado.

— No te juntes mucho con Abel, porque esa madre parece se pega.

— Que mamon eres — Kakucho rio más relajado.

— Pues óyeme, ¿Quién es ella? Deja el misterio para otro momento.

En esos momentos, Kakucho no supo qué responder, apretó su puño y fuertemente suspiró.

— No quiero quedar como idiota, mira qué te parece si ya que vea si ella me hace caso o no ¿te digo quién es ella? ¿Cómo ves?

Izana carcajeo.

— Está bien, está bien, esperaré por eso.

De reojo, Izana miró a Akane, quién iba caminando con Naomi, pero ambas chicas los miraron a ellos dos y caminaron en su dirección.

— Viene tu ex novia.

Kakucho dio media vuelta y sonrió al mirar a la chica.

— ¿Podemos sentarnos?

— Si, seguro adelante.

Ambas chicas tomaron lugar, Naomi comenzó a platicar con Izana, y Akane miró a Hitto.

— ¿Cómo te fue hoy?

—Bien, tuve un examen.

—¿Enserio? ¿Y cómo te fue?

— Bastante bien, la verdad. No es por presumir, pero a mí siempre me va bien — Sonrió divertido.

—Eso no lo dudo, eres del cuadro de honor, Kakucho.

El azabache quiso sonreír, pero luego recordó que todo eso se debía a la exigencia de su padre adoptivo, y de cierta manera, lo hacía sentir mal.

— Bueno, en fin ¿Qué has pensado del tenis? Luego me dijiste que el especialista te dio una pequeña esperanza.

— Solo sé, que Savannah quiere que me una apenas le conté. 

— Savannah nunca quiere que la abandones — Río divertido. — Esa niña como te quiere.

— Si, lo sé — sonrío dulce Akane — Pero aun no es del todo seguro.

El manila miró el rostro abatido de la rubia mientras miraba sus manos enguatadas, y sorpresivamente la tomó de la mano.

—Deja tus inseguridades para luego, no te dejes vencer solo por un estereotipo físico, Akane, tú sigues siendo hermosa por dónde le busques, que si tienes medio cuerpo quemado, Akane yo tengo una horrible cicatriz en toda mi cara ¿crees que eso me da para abajo a veces?

— No.

— Pues sí, de repente sí me da tristeza saber lo que tengo en mi cara. No es bonito y créeme, al principio sí fue duro, pero aprendí a vivir con esto.

La vista de Inui quería nublarse, Kakucho siempre siendo tan lindo con ella, y haciéndola sentir tan bien, a veces se preguntaba ¿cómo es posible que lo dejara ir, siendo él tan bueno?

— Muchas gracias, Kakucho.

— No tienes absolutamente nada que agradecer, lo hago con gusto.

— De igual manera tengo que esperar los resultados finales del especialista.

— Y entonces, tomarás la seguridad de la Akane que yo conozco y te unirás al club — Alzó una ceja y después sonrió.

Lo que provocó que ella riera un poco y terminará asintiendo.

Akane se puso de pie junto con su amiga, ambas se retiraron, pero justo antes de eso, la rubia se despidió de Hitto, no fue un beso amistoso, definitivamente aún sentía mucho cariño por parte de ella.

Un sentir que no pasó desapercibido por Kakucho, pero no dijo absolutamente, sólo suspiró y miró a Izana.

— ¿No tienes ganas de ir a ver culos?

Kakucho soltó una fuerte carcajada.

— No mames, Izana.

— Me acaba de mandar mensaje Kain, que hay unas chicas en la piscina, muy guapas y traen bikinis.

Izana sonrió mostrando sus dientes.

— Vamos Kakucho, el zorrear no quiere decir que harás algo malo ¿o sí? O dime ¿desde cuándo es un pecado admirar el cuerpo femenino?

— No, no es un pecado mirar, bueno admirar el hermoso cuerpo femenino.

— Entonces ¿qué estás esperando, Hitto? Vámonos ya.

Ambos chicos se pusieron de pie y caminaron hacia la alberca.

***

>Preparatoria <

~Habitación #103~
Luna Mitsuya
Tomo Yasuda
Jal Fazer

Luna entró a su habitación sintiéndose algo ansiosa, Koko no le había respondido los mensajes, y ella necesitaba su dosis de droga ¿Dónde fregados se había metido Hajime?

Algo desesperada, Luna mordió la yema de sus dedos, sintiéndose de pronto muy desesperada.

— ¿Por qué no me contestas? — Tomó su teléfono y lo aventó a la cama, llevándo sus manos a la cintura. Ella sabía que su comportamiento no era normal, pero no podía evitar sentirse desesperada. — Necesito droga.

Un toquido a la puerta de la habitación llamó la atención de la Mitsuya, Luna caminó y al abrir de la puerta se encontró con Tachibana Naoto.

—¿Naoto?

—Luna.

— ¿Qué estás haciendo aquí? Si te mira la prefecta te va a matar.

— Si, lo que pasa es que vine por fin, por lo que deje aquí.

— A, ya ¿el collar?

— Si, es que de lo borracha que andabas, no te diste cuenta, pero me arrancaste del collar.

— En el momento no me di cuenta, sino al día siguiente — Sus mejillas pálidas tomaron un color rojo, apenada recordando el suceso. — Pero igual lo guardé, espera un poco, ya vuelvo.

Luna se adentró por el collar y luego lo entregó al azabache con una sonrisa. El tacto en ambas manos fue extraño, algo recorrió las yemas de sus dedos, que les hizo erizar la piel.

— Muchas gracias por cuidar de él. — Comento Naoto sin dejar de mirar a Luna y sus manos aún estaban una con otra.

— Sí, claro —Fue cuando la chica también levantó la vista, cruzándose con la mirada de Tachibana. Luna jamás le había prestado atención al lindo rostro de Naoto, en verdad era un chico muy bonito ante sus ojos, sin darse cuenta sus mejillas ya estaban rojas y acaloradas, pero de pronto a su mente llegó el rostro de Hajime.

Aunque considerará a Naoto atractivo, Koko seguía siendo el que le gustaba, y si podía agregar algo, es el chico que quiere que le quite la virginidad.

— Bueno, si ya es todo…

— Nos vamos a ver en el campus, Luna, allá están Tomo y los demás.

— Oh, genial, yo los alcanzo ahorita.

Naoto alargó sus labios y asintió retirándose de la habitación de la chica de cabellos lavanda. Para su siguiente acto tomar su teléfono y mandar un mensaje a Hajime.

Yo
"¿Puedo verte?"

Kokito
"Luna, no puedo venderte, ahora sí que te quedaré mal"

Yo
"No quiero droga, quiero verte a ti"

***
>Campus de Educción media<

Ryohei Hayashi pasó a la zona de preparatoria con un mohín en los labios. Pero debía hacerlo, su mamá lo había citado en el lugar y si no iba, era capaz de ir al área universitaria y formar un escándalo.

Fue a la sala de profesores, pero su madre no estaba ahí. Y ningún profesor para preguntarle sobre la señora Hayashi.

—¿Ahora? — se cruzo de brazos pensativo, ya que ni un mensaje le contesto.

Salió del nuevo al campus y vio a muchos del liceo disfrutar de la hora del almuerzo.

—¡Cuidado!

Ryohei giro su cabeza, cuando un balón impacto de llenó en su rostro.

—¡Maldita sea! — gruño llevando

—Disculpe, no fue mi intensión, patee el balón sin medir… ¡Tú!

Peh alzó la cabeza al escuchar la exclamación  de sorpresa, sus ojos se abrieron un poco al mirar quien estaba frente a él.

Su cabello azabache amarrado en dos trenzas. Sus ojos negros chispeantes. Era la chica vestida de hada de la fiesta de halloween. Solo que esta vez, en su uniforme de preparatoria. 

El uniforme de educación media en Ayome no era tan diferente de la zona de universidad, salvo por los colores y que solo usaban un tipo de uniforme.  El de preparatoria era como el de martes y jueves, pero blanco en la camisa y la falda color negra.

Ryohei se ruborizo un poco al mirar lo linda de la chica en su uniforme.

Aun así, su torpeza y tosquedad, salía como siempre a relucir primero con las chicas.

—Pequeña mocosa, seguro lo hiciste a propósito — graznó, sobándose su nariz.

—Yo no hice nada a propósito, fue sin querer.

—Aja, ¿no crees no recuerdo como quedaste de resentida por lo de la fiesta?

—¿Resentida? Fuiste un grosero, ni una disculpa me diste — le señalo Tomo con su dedo índice.

—¡Tomo! — llegaron atrás de ella Luna, Denki y Naoto.

—Lo mío tampoco fue a propósito, aun así, te pusiste toda histérica.

Tomo Yasuda estaba ruborizado, de lo molesta que empezaba a sentirse.

—¡No disminuyas tu acto grosero! Otro caballero se hubiera disculpado enseguida, tu esquivaste la culpa llamándome mocosa. Incluso yo como una dama, me acabo de disculpar contigo.

Luna y Naoto se miraron confundidos.

Ryohei rodo sus ojos y miro hacia la chica, divertido.

—Pero sí que parloteas, a ese ritmo no conseguirás novio. Del tipo aburrida para los chicos.

Tomo quedo inmóvil para luego apretar sus puños, y furiosa caminar de lado contrario.

—Es un hombre tan corriente ¡El es seguro quien no consigue novia!— gruño a paso marcado, ignorando que había sonado por un momento como su hermana mayor.

—¡Espera, Tomo! — grito Luna, yendo tras su amiga.

—¿Qué le hizo a Tomo? — saltó Naoto serio, defendiendo a su mejor amiga.

Ryohei miro al chico indignado.

—¿Qué le hice yo? ¡Pregúntale que me hizo a mí! Aun me escose el pie del pisotón que me dio.

Naoto arrugo el ceño confundido. 

Ryohei refunfuñado giro en sus talones, marchándose para seguir buscando a mi madre. No si antes, detenerse y mirar detenidamente hacia donde caminaba la chica de trenzas. Meneo su cabeza y siguió su camino ruborizado.

***

>Campus Universitario<

Sanzu caminaba en compañía de Hanma.

Shuji hablaba y hablaba, pero Sanzu solo buscaba con la mirada a la chica de cabellos cobrizos.

— ¡Oye, Sanzu!

— ¿¡Qué!? — Contestó amargo.

— ¿Estás escuchando lo que estoy diciendo?

Los ojos color jade de Sanzu miraron a Emma, Alice y Kakucho correr por el campus, la segunda mencionada se veía en verdad agotada, pero si podía reconocer algo, al menos se veía ya menos tosca.

El Akashi suspiró en alto y alargó sus labios.

— No, no te estoy escuchando ni puta madre.

Hanma rodó sus ojos.

—Te estaba diciendo que Wakasa me comentó que como todo salió bien y Seishu ya está de regreso, es probable que ya en enero volvamos a la venta.

Y fue ahí cuando Sanzu miró a Lin atravesando el campus, una linda sonrisa se pinto en el albino y caminó en dirección a ella. Dejando a Hanma con la palabra en la boca.

Justo cuando el manila estuvo a punto de agredirlo verbalmente, una linda chica de la facultad de ciencias forenses le llamó la atención, sonrió seductor y caminó a un lado de ella, mientras que por otro lado, Sanzu llegaba con Lin

Ella lo miró extrañada, pero feliz al ver que sus pupilas se encontraban extremadamente dilatadas.

— Que bonita te ves hoy — Le dijo sonriendo sincero y fresco.

Las mejillas de Sato adquieren un potente color rojo y sonríe tiernamente. Desde que había comenzado la travesura con Sanzu, jamás le había dicho algún comentario bonito o algún halago, cuando mucho era "Que rico me la mamas" o "Te ves bien rica en cuatro", esta vez fue completamente diferente

— Gracias — Contestó dulce.

— ¿Cómo estás ahora?

— Muy bien ¿Y tú?

— Yo bien ¿Y el bebé?

Pregunta clave para hacerla sentir que estaba durmiendo y todo era un sueño. Pero no, esta vez estaba en su realidad, una realidad llena de alegría.

— Él está muy bien, ayer se movió mucho, apenas si me dejó dormir.

— Hiperactivo eh.

— Igual al papá.

— Va a ser un hijo de la verga — Rio mostrando las cicatrices al rededor de su boca. Haciendo que la chica también riera.

A lo lejos, Takeomi quién venía en compañía de Vicky miraron la escena de su hermano menor. Lin recargada en la pared, y Sanzu enfrente con el brazo recargado en la pared, parecieran novios a simple vista.

Victoria volteó a ver a su novio, quién parecía estar impactado, ella lo tomó del mentón y deposito un beso en su mejilla.

—Después hablas con él, además, en estos momentos parece estar tranquilo, déjalo disfrutar aunque sea un momento ¿no?

Takeomi la miró y absintio con una sonrisa.

— No más porque sabes que tienes mucho control sobre mí ¿no? — La tomó en un abrazo besando sus labios.

Mientras que con Sanzu y Lin hablaban sobre el sexo del bebé, y sobre todo el nombre que le pudieran poner.

— Me gustaría Megumi — Mencionó Sanzu colocando un mechón cobrizo de su cabello hacía atrás de la oreja de ella.

— ¿Megumi? Suena lindo, si llega a ser niña — opino Lin emocionada, nunca imaginando que tendría esa conversación con Sanzu.

—En realidad, es un nombre ya unisex. 

—Oh, sí, eso tengo entendido.

—¿Sabes por qué me gusta ese nombre?

La chica meneo la cabeza.

—Megumi significa bendición o esperanza, y siento que este bebé, sea niño o niña… Es precisamente eso. Una bendición para mí.

Lin sintió sus ojos húmedos, y quiso decir algo, pero se sorprendió cuando Sanzu unió sus labios con los de ella, nunca se habían dado un beso en público, y las fiestas no contaban, dónde todo está de color obscuro, y no se puede ver absolutamente nada.

Hasta que…

— ¡Sanzu! — Exclamó una voz masculina interrumpiendo el momento, tomando ambos distancia y encontrándose con un rubio de ojos negros.

—Mikey.

— Necesito droga — Lo dijo abiertamente sorprendiendo a Lin.

Sanzu apretó sus dientes y fuertemente suspiró.

— No tengo, se me acabo lo que quedaba.

— No me vengas con esas mamadas, tú siempre tienes, nunca estás sobrio — Algo agresivo Mikey tomó a Sanzu de la camisa del uniforme, el problema con su hermano, lo mencionado en los anónimos, el recuerdo de Rebeca, todo acumulado en su pecho y sus sentimientos lo estaba haciendo explotar.

— A ver, Mikey — Violentamente Sanzu se quitó las manos del Sano. —En estos momentos no tengo nada ¿no ves que ni yo estoy arriba?

Mikey frunció el ceño y dio un empujón en el pecho de Sanzu retirándose del lugar.

Sanzu rodó sus ojos y miró a Lin.

— ¿Te veo al rato? Mikey no sé, anda con la psicosis a todo lo que da.

— Si, si está bien — Fugazmente Sanzu besó sus labios y se fue en busca de Manjiro.

Lin sonrió de lado con sus mejillas sonrojadas. Cuando cayó en la realidad, suspiró fuertemente.

— Necesito hablar con mamá, antes de que cometa la estupidez de querer hablar con Mitsuya.

***

Nahoya disfrutaba de sus alimentos junto con Abel en el interior de la cafetería, en el piso 1.

—Oye, hasta ahora te pregunto ¿Cómo estas con Seishu? Incluso se disculpo contigo en clases.

Nahoya freno sus tallarines a la boca y miro hacia su amigo. Sospeso sus palabras y suspiró.

—Estaba enojado al principio, pero no sé, igual él al final asumió la culpa ¿no?

—La verdad, aun me parece raro. Es decir, te echo la droga, para igual asumir la culpa.

Nahoya encogió un hombro.

—Muchos se arrepiente casi al final de sus actos, y terminan dando la cara.

El Imaushi asintió y siguió disfrutando de su hamburguesa.

—Abel.

El Imaushi se quedo inmóvil  y luego alzó la mirada, encontrándose con la salmón de Hinata Tachibana.

—Oh, Tachibana ¿qué sucede?

—Se que el proyecto de maqueta que nos asigno la profesora de Anatomía es para la próxima semana, pero ¿te parece empezar desde ya? — Hina sonrío— Disculpa, es que no me gusta dejar las cosas a última hora.

Nahoay rio suave.

—Sonaste a mi hermano, Hina.

Abel rasco su cabeza, se había olvidado que tenía esa tarea con Tachibana. La miro a los ojos y cuando ella le devolvía la mirada al completo, la esquivo.

—Tienes razón, Tachibana ¿Te parece mañana miércoles empezar? Que tenemos desde medio día libre.

Hina sonrío tenue y llevo una mano a su cabello, en realidad, había reunido todo el valor para ir y preguntarle.  Aun nerviosa recordaba lo sucedida en la división de dormitorios, pero solo bastaba para recordarse que no era nada, a pesar de las pullas de Allison, y seguir como si nada.

—De acuerdo, nos vemos entonces, Abel. Sigan disfrutando de su almuerzo.

Hinata se retiro, siendo seguida por los ojos carmesí de Abel.  Hasta que tomo la escalera mecánica y se perdió su vista.

—Hablando de eso, tengo ese maqueta con Yuzuha — comenta Nahoya, tomando de sus fideos y sacando a Abel de su momentáneamente ensoñación.

El azabache suspiró y dio otro mordisco a su comida. En eso recibió un mensaje, sonrío ampliamente al ver que era de Emma. Abel sonrío sugerente y guardo su teléfono, fue cuando fijo de nuevo la vista en su amigo, quien le miraba burlón.

—Adivinare, una rubia de ojos verde lima, casi amarillos, te tiene así.

—¿Qué puedo decir? — sonrío más amplio Abel.

Nahoya y Abel terminaron sus alimentos, y salieron de la cafetería. Fue cuando los ojos azules de Smiley miraron a Yoko sentada en un banco, mirando su teléfono concentrada.

El mayor de los Kawata mojos sus labios, recordando el beso de Yoko con Keisuke.

—Deberías decirle lo que sientes, Nahoya — Indico Abel. — Antes de que sea tarde.

Este le miró y sonrío, como si no pasara nada.

—En dado caso, lo haré si te confianzas a Emma ¿ese fue el trato, no?

Abel meneo su cabeza, y luego palmeo su hombro.

—¿Vienes?

Nahoya miro a Yoko.

—Iré un rato con ella ¿vale? 

—Está bien, ve con tu dulce — burlo el Imaushi y siguió su camino.

Nahoya forzó una risa y acercó sus pasos a Yoko. 

—¿Qué haces dulce? — le cuestiona tomando asiento a su lado.

Yoko sonrío.

—Estaba chateando un poco con mamá — le dice sonriendo, bloqueando su teléfono.

Nahoya la miro detenidamente hasta que desvió su mirada al frente.

—Me alegra ver que esta vez el anónimo no te afecto tanto.

—Supongo pudo ser peor — ella se encogió de hombros.

—¿Entonces es Baji?

—¿Eh? — soltó confundida.

Nahoya volvió a mirarla, y Yoko creyó ver un poco de tristeza liquida en esos ojos azules.

—¿Baji es el elegido para ser tu jale?

Las mejillas de Yoko se ruborizaron y miro hacia sus manos sobre sus muslos.

—Nahoya, yo…

—No me lo niegues, dulce, tu pregunta y luego el beso con Keisuke, me confirmaron que vas enserio con eso de tener un jale.

Yoko llevó sus mano a sus mejillas, las sentía demasiado calientes — No te voy a negar que mi trato con Keisuke últimamente es un poco mas ¿intimo? Pero no sé realmente, no hemos hablado mucho sobre el tema. Estoy en la incógnita de que podría querer Keisuke.

—Conozco a Baji desde bachiller, y puedo decirte que no es mal tipo, para nada. Pero es como dicen ustedes; hombres son hombres — intento bromear, aunque el comentario le hiciera tragar piedra.

Yoko miro hacia el frente, haciendo un mohín, pensativa.

Nahoya aprovecho de apreciar su perfil, tan delicado y dulce. De forma inconsciente, llevó una mano a su mejilla y acaricio, su piel tan tersa, blanca y suave.  Yoko lo miro a ver, y sonrío tenue por su afecto.

Enseguida los ojos de Smiley se posaron en sus labios y acerco, con anhelo, un poco los suyos.

Yoko pestañeo sorprendida y confundida ante el acercamiento.

—¿Nahoya?

El chico cerró sus ojos.

Es duro estar en la friendzone — pensó abatido.

Luego los abrió y sonrío, un poco cínico.

—Me fijaba que tenias aquí, y es una pestaña — fingió tomar una con su dedo índice.
Yoko pestañeo de nuevo y ladeo su cabeza. Juraba que por un momento creyó que Nahoya quiso besarla. Enseguida meneo su cabeza y sonrío despreocupada. Para apoyar su cabeza en el hombro del chico.

Qué cosas estoy pensando, Nahoya solo me ve como su mejor amiga — pensó.

***

~Habitación#204~
Keisuke Baji
Kazutora Hanemiya
Seishu Inui

Keisuke ingresó a su habitación de forma estrepitosa, encontrándose con el rubio de ojos verdes acostado en su cama de medio lado.

—¡Seishu! — gritó y el chico se incorporó.

—Ey, Keisuke — saludo abatido Inupi.

Keisuke noto lo cansado de sus ojos y se sintió peor. Se sentó al pie de la cama, y palmeo la pierna de su amigo.

—Sé que seguro es lo que menos quieres escuchar, pero ¿cómo te encuentras?

—Cansado, molido, agotado — comenta en un tono circunspecto —  Gracias por el pan integral que mandaste con Akane, el viernes — comenta esa vez, con voz más animada.

—Sé que mi buen amigo no puede vivir si su pan integral.

Seishu sonrío tenue.

Keisuke lo miro de reojo, su amigo siempre había sido un chico con rostro serio pero con su toque inmaduro de niño rico, ahora, este se había vuelto de golpe un poco más maduro; en los siete días que pasó en delegación.

—Inupi, quizás antes no te cuestione o, no le tome tanta importancia, pero ¿por qué no dejas la venta de drogas?

Seishu no dejo de mira hacia el frente.

—No es fácil, Keisuke. Nada fácil.

Keisuke suspiró abatido, sospesando esa respuesta.

—Aunque siempre me pregunte porque lo hiciste, meterte a esa mierda.

—Por sentirme cool y popular — soltó en broma, y Keisuke lo golpe en el brazo — ¡Ay! Mierda, siempre has tenido una fuerza.

—Se lo debo a las clases de karate que tuve de niño — mostro el colmillo, para enseguida ponerse serio — Inupi, todo estará bien ¿ok? Nadie te juzga, y quien pudo haberlo hecho, Smiley, no ha dicho nada, igual te has disculpado públicamente y eso ya dice mucho.

Seishu suspiró y se levanto, antes de tomar las escaleras miro hacia su amigo. Por un momento quiso decirle que en realidad lo había hecho para cubrir el egoísmo de Koko, pero ¿Qué más daba ahora? No borraría que había estado en delegación.

—Tranquilo, Kei, estaré bien — guiño un ojo para seguir las escaleras.

***

>Campus<

Alice se tiró al pasto completamente cansada.

— Ya no puedo con esto.

— A vamos, esto apenas es el calentamiento — Kakucho bromeo para tomar de su bule de agua.

Emma recargó sus manos sobre sus rodillas, recuperando el aire, hasta que escuchó su teléfono sonar, fue cuando se acercó a él y lo tomó.

Abel
"¿Lista para más tarde?"

Inevitablemente ella sonrió.

— Ay, Kakucho, tú me quieres matar — se quejó Alice.

— Cuando hayas logrado bajar tus kilos de más, entonces me vas a amar.

— Lo dudo tanto.

Hitto carcajeo.

—Señores los voy a dejar, tengo que almorzar.

Sus compañeros asintieron.

Emma se despidió de beso en la mejilla de su amiga y Kakucho, y se retiró.

Alice tomó agua y miro hacia el frente, observando a varios universitarios disfrutar del campus.

— Oye, eres muy pesado con tus rutinas.

— Yo no veo a Emma quejarse.

— Porque ella sólo nos acompaña con el cardio.

— Ay, que dramática — Dijo divertido y la empujo suave del hombro.

—Kakucho — llamó de pronto y este la miro de reojo — ¿Por qué amas hacer ejercicio? Es decir, muchos aman hacer ejercicio, pero veo que a ti te apasiona.

El azabache miro al frente y abrazo sus piernas.

—Alice, soy adoptado.

La chica le mira sorprendida.

—¿Adoptado?

—Y dirás ¿Qué tiene que ver? — Kakucho mojo sus labios — Pues mucho, me sentía frustrado en el pasado por ciertas cosas, a pesar de que llegue a pensar que tras ser adoptado, me iría bien, sentiría paz — El rostro de Kaori y Kentaro llegaron a su mente, y meneo la cabeza para despejarla de ellos — Pero no fue del todo así, fue cuando encontré una manera de drenar el estrés; el ejercicio.

—Kaku — susurro abatida y lo abrazo, Kakucho sonrío y palmeo su espalda. — ¿No te va bien con  tu familia adoptiva?

—No es que tenga mala relación, bueno, con mi hermana adoptiva si me llevo mal — Kakucho no quiso profundidad mucho en eso y solo lo dejo ahí — Eso así, la señora Azumi, es un amor.

Alice se alejo de él  y sonrío tenue, y tomo su mano, acariciando de ella.

—Se que no soy la mejor para dar un concejo, digo, mi autoestima esta por los suelos — Alice suspiró — Pero si te quiero decir algo, Kakucho, tu eres un ser increíble y si esa chica, tu hermana, no sabe apreciarte, es una tonta descerebrada.

Kakucho no pudo evitar reír.

—Gracias, Alice.

La peliplateada soltó su mano y miro al frente.

—¿Te cuento algo? Antes no estaba tan gorda, gorda — comparte — Pero cuando mi padre murió, la depresión me dio por comer, y ahí sí que engorde.

Alice bajo la mirada, aun hablar de su padre le afectaba

—Lo siento, Alice.

—Lo amaba, Kakucho. Enserio. Hacía mis días bonitos y cálidos.

Hitto le quiso preguntar más a su amiga del tema, pero sus ojos verdes se volvieron tan líquidos, que no pudo seguir indagando.

Kakucho solo la tomó en un abrazo, y tras pasar la tristeza, siguieron luego con el ejercicio.

***

>Dormitorios; sala de entretenimiento<

— Souya — Le habló Abel mientras jugaba con su manzana verde, ahí en la sala de entrenamiento.

Unos estudiantes de comunicación social habían puesto una película de terror, y ellos habían decidido quedarse a mirar mientras se hacia la hora para la ultima clase.

Fue cuando a Abel le llegó un mensaje, era del grupo de histología, el cual Hinata Tachibana era delegada.

—La profesora Momoko hoy no dará clases — legó Souya en voz alta el mensaje de Hinata.

—Lo malo es, que siempre que Momoko falta, llega con examen sorpresa la siguiente clase — refunfuña Abel.

No paso mucho cuando Abel recibió otro de Emma, donde le colocaba que su encuentro podría ahora adelantarse un poco más.

Sonrío feliz.

—Bueno, mi amigo. Me gustaría quedarme a terminar de verla, pero ya debo irme — dice mirando su rolex.

Souya rio, adivinando el motivo de ello. 

— Oye Abel, antes que te vaya, una pregunta.

— Dime.

— ¿Cómo fue que no te fijaste en Allie?, si a ti te gustan los culos grandes — Souya lo codeo — Se me hizo extraño que no le echaras el ojo.

Abel carcajeo.

— Esa niña es muy bonita, demasiado, y si, tiene un culo precioso. Creo que puedo entender porque Kazutora anda como perro detrás de ella. Pero no sé, no es como que yo ande buscando muchachas culonas todo el tiempo. Si se da, bien, si no, no la andaré buscando — Abel se levantó de la silla donde estaba— Allie si me paso por la mente, no te lo voy a negar. Me dije si me habla quizás sí, pero antes de eso….

Abel se quedo sin habla de pronto, Souya lo miró extrañado, pensando que lo había dejado así.

— ¿Antes de eso? — prosiguió Angry, haciendo al azabache caer a la realidad.

— Antes de eso, estaba el rollo de Senju y no tenía cabeza para pensar en otra persona, hasta que llegó Emma sin querer queriendo — Sonrió delatadoramente.

— Si debo decir algo, me gusta ella para ti.

Las mejillas del Imaushi adquirieron un pequeño color carmesí, pues a él también le encanta la idea de tener a la chica con él, y sí es posible no la dejaría jamás ir.

— Créeme, a mí también me fascina que ella esté conmigo, Souya. Y ya espero el día de la fiesta para confesarme a ella.

—¿Fiesta?

—Emma me había comentado de una fiesta, con Baji, para este fin de semana si salía Inupi.  Y como Seishu salió, supongo ahora si va, a todo dar.

—Ah, pero aun así ¿Por qué no hoy? Es su cumpleaños. 

Abel medito un poco, la idea era atractiva, pero aún no sentía que era el momento. Abel admitía para sí mismo, que lo sucedido con Senju le dejo cierta inseguridad, aunque por fuera se mostrará súper seguro.

—Debo irme ahora, pero te prometo que si lo haré en la fiesta, y próximamente me verás caminando por los pasillos con ella tomada de la mano. — La sola idea, la imagen mental le alegraba la mente y el corazón al azabache.

— ¿Ya no piensan mucho en Rebeca, cierto?

—A Rebeca no le quedará más opción que la aceptación, así como acepto a Cassie

— ¿Cassie? — Souya alzó la ceja confundido — ¡Ah! Cassie.

— Si, Cassie ¿Cómo se te olvido el nombre de mi primera novia?

—Bueno, es que ese momento no éramos amigos, y nunca conocí a Cassie — se excuso Souya divertido.

—Solo duramos casi el primer año de secundaria. Pero en fin, al final Rebe la aceptó, será lo mismo con Emma.

— Pero Cassie no era su amiga ¿no?

— No, pero lo aceptó.

— Además, no se lo mantuviste en secreto tanto tiempo.

— Pero lo aceptó.

— Y no solo Emma es su amiga, es su mejor amiga, Abel.

— Pero lo aceptó.

— Y además, creo que yo también me molestaría si me ocultaras algo.

— ¡Souya! —Abel talló el puente de su nariz — Tranquilo, no pasara nada. 

No convencido Souya aspiro aire y palmeo la espalda del azabache.

— Ya, mejor vete, se te hace tarde.

—Ni me digas, que real, voy corriendo, adiós Souya.

En el momento que Abel salió de la sala de entrenamiento, miró como Takemichi y Hina iban llegando a la división de dormitorios, fue casi imposible para Abel no mirar a Hina. Mojo sus labios, recordando que mañana se verían para hace una tarea.

Pareciera que ella no se había percatado de su presencia, venía muy entretenida escuchando a su novio, hasta que se detuvieron y miraron hacia el frente.

Hinata cruzó su mirada con Abel, provocando que sintiera un poco de nervios, Takemichi al mirar al Imaushi le cambio mucho su semblante. Aun tenía cierto sabor amargo cuando hablaron de su novia y compañero en el anónimo. 

Imaushi no dijo nada, sólo apretó sus dientes y se retiró velozmente.

La chica de cabellos salmón meneo su cabeza y mejor miró a su novio, dedicándole una sonrisa y besando sus labios.

— Iré un rato con Allie. 

— Sí, claro, te veo al rato — Hina se retiró y continuó caminando, pero a su mente repentinamente llegó de nuevo el rostro del segundo de los Imaushi.

Llevó una mano a su corazón y suspiró, contrariedad. 

***

~Habitación #203~
Hinata Tachibana
Allison Harrington
Hannah Bain

Allie estaba acostada, mirando por la ventana de su habitación, pensando en que últimamente quería  pintar su cuerpo con tatuajes. De pronto a su mente vino su mamá, esa guapísima japonesa, una señora de cabello castaño y lindos ojos verde pino, con algunos tatuajes de estilo japonés, en su brazo derecho y pierna izquierda.

Procesó un poco el estado de salud de ella, y sin más decidió mandarle un mensaje.

Yo
"¿Cómo estás mami?"

Antes de bloquear su teléfono curiosamente hurgo entre sus estados, encontrándose con uno de Kazutora, el chico se encontraba con su amigo Keisuke.

Prefirió ya no mirar, pero fue cuando llegó un mensaje a su teléfono.

Kazutora
"¿Te gustaría que el sábado después de la fiesta de Keisuke hiciéramos algo?"

Sonrió con gusto al recordar el encuentro que tuvo con él, si podía agregar algo, era de los mejores encuentros sexuales que ha tenido en su vida. A su mente llegó el recuerdo de cuando le platico un poco a Hina sobre su vida sexual, aquel recuerdo amargo que sabe le amarga por siempre la existencia.

Inclina su cabeza hacia abajo, pensativa…  Pero cuando las lágrimas querían recorrer sus mejillas, se mantiene firme y contesta el mensaje a Kazutora.

Yo
"Si, por supuesto, hagamos algo me agrada la idea, Kazu"

Sonrió para sí misma cuando escuchó la puerta del dormito abrirse, Hina acababa de ingresar.

***
>Campus<

Atsuchi se encontraba con Draken, empezando con la maqueta de Anatomía. Habían optado por hace una sobre el cerebro humano. 

Akkun mezclo la arcilla y luego la echó en el morder de una cabeza hueca que había ya moldeado como base.

—Tienes buen control de esto, Akkun — aplaudió Draken, mientras aplicaba pintura base a un morder de arcilla que ya habían hecho.

El pelirrojo sonrío.

—Gracias, ¿te cuento algo? Quería al principio estudiar artes. Específicamente, ser escultor.

—¿Si?

—Sí, pero la carrera no la dan en Ayome.

—Podrías haber estudiando en otra ¿no?

—Sí, pero… — Akkun suspiró y un deje de nostalgia con dolor se visualizó en sus ojos — Mi abuela tuvo un accidente el año pasado, y, de cierta forma, ver como los médicos trabajan para estabilizar su condición, me inspiró a cambiar de carrera. Y aun así, creo que aún hay arte en esta carrera ¿no lo crees?

Draken suspiró.

—Bueno, mis motivos no es tan inspirador. Solo quiero tener un mejor futuro, y ayudar a mi tío.

—Eso es un muy buen motivo y más que suficiente.

El más alto iba a decir algo, pero una voz lo interrumpió.

—¡Atsuchi!

Ante el llamado, Akkun cerró sus ojos y suspiró amargo. Cuando los abrió, ya tenía a Annie Sketch frente a su persona.

Draken sintió la tensión de inmediato y solo siguió pintando.

—¿Podemos hablar? ¿Por favor?

—No creo, Annie. Estoy haciendo la maqueta con Draken.

—Pero es importante.

—Te digo que no.

—Atsuchi Sendo, es de vida o muerte.

El pelirrojo la miro con una ceja alzada, y miro el puchero en el rostro de Annie.  Se fijo en sus labios, esos labios que había probado en los arrancones. Sus mejillas se ruborizaron de inmediato. Pero entonces, se recordó el motivo por el que ella lo había hecho, y rasco su mejilla con pesar, llenándose sin querer de arcilla el lugar.

Annie desvió su mirada para mirar a Draken.

—¿No podrías dejar un momento solos, Draken? Por favor. Enserio quiero hablar con Atsuchi.

—No tienes que hacerlo, Draken. Es Annie quien no entiende que tenemos cosas importantes que hacer.

El rubio suspiró y dejo el pincel en la mesa.

—Mira, mejor ve que quiere Annie, y ya sales de eso. Aprovechare entonces de ir por una soda — indico Draken. — Te traeré una.

Una vez quedaron solos, Atsuchi miro a su compañera serio.

—Abel no está por aquí, así que si quieres besarme de nuevo y según, darle celos, no funcionará — hizo comillas con los dedos.

Annie se ruborizó.

—Venía a disculparme por eso.

—¿Ah, sí? — soltó con retintín.

—Sí, no estuvo bien.

—¡Pues claro que no!

Annie le miró y alzó una ceja, de pronto irritada.

—¿Te ofendió tanto mi beso?

Akkun cerró su boca de golpe, y pestañeo. Se recordó de inmediato como la sensación de su beso se había sentido más que correcta, pero... Su orgullo también había sido herido. Sin contar que la conmoción sobre que traicionó a Lisa, aunque no fueran aún nada, si lo dejo mal todo el fin de semana.

Era un poco… contradictorio.

Pero sobre todo.

¿Qué le estaba pasando con Annie Skecth?

—Te compartí antes de ese beso, que estoy esperando por alguien, y bienes y me besas. De cierta forma, traicionaste mi confianza.

Annie rasco su frente y luego suspiro, pasando sus manos por su cabello y tomando asiento donde antes estaba Draken.

—Está bien, discúlpame enserio Atsuchi.  Es que no sé, veo a Abel y no sé, creo estoy muy enamorada, y el amor vuelve a la gente pendeja ¿no crees?

Akkun se pregunto si de verdad Annie estaba enamorada de Abel.

—Y aunque no me crees, luego de que te bese me sentí mal, porque no debí de haberte usado para algo así. Desde que llegué, tu solo me has tratado bien, fui una perra haciéndote eso, lo entiendo y aceptó.

Atsuchi la miro, ella desde hace rato lo estaba mirando.

Mojo sus labios y rasco su mente, terminado resignándose.

—Está bien, acepto tus disculpas. Pero no lo vuelves hacer ¿vale? No es nada grato, que te estén usando para celar a otro, al menos a mí, no me va eso.

Annie sonrió de forma sincera, y Atsuchi quedó deslumbrado al ver por primera vez esa sonrisa . Admitía que Annie tenía de las sonrisas más bonitas que había visto, fue cuando una especie de deja vu brotó en su cabeza, como si ya hubiera visto esa sonrisa antes.

Aquello lo dejo tan desconcertado, que no se dio cuenta cuando Annie tomo un trapo y se inclinó hacia el rostro de Akkun.  Al instante se dio cuenta que limpiaba su rostro.  Se forma instantánea, a sus fosas nasales llego el rico olor de su shampoo.

Annie sonrío al terminar, dejo el trapo en la mesa y se levantó.

—Nos vemos, Atsuchi.

No paso mucho cuando Draken llego y le extendió una soda.

—¿Todo bien?

—¿La verdad? No.

Draken miro por donde Annie caminaba.

—Hablaban del beso de los arrancones ¿no?

Atsuchi se ruborizo.

—Sí, se disculpaba.

—¿Disculpaba?

Akkun suspiró.

—Que te puedo decir, quería darle celos a otro.

—¿Abel, no?

Su compañero le miro sorprendido, y Draken se encogió de hombros.

—En la fiesta de halloween no los dejo muy claro, a Mitsuya y a mí.  Supongo que esa chica no se anda con rodeos, en decir lo que piensa.

Atsuchi miro hacia Annie. Observó su largo cabello peinado esa tarde en dos trenzas de pescado.  Su caderas contonearse mientras caminaba. Su perfil atractivo. Sintió algo de pesadez en el pecho.

—No, Annie no se anda con rodeos.

***

Seishu caminaba hacia la habitación de #202, necesitaba por alguna extraña razón hablar con Draken y agradecerle por haberlo visitado.

Encontrándose ya fuera de la habitación, Seishu medito algunos segundos, ¿estará bien lo que está haciendo?

— Es confiar de nuevo en un becado. — Se regañaba él mismo. Pero sabía que Draken en ninguno momento se había portado mal con él, levantó su mano y al llamar la puerta, escuchó una voz detrás de él.

— ¿Inupi? —Le llamó Mitsuya.

El rubio dio media vuelta y se encontró con Takashi y Draken.

— Mitsuya, Draken.

La puerta del dormitorio se abrió, y salió Hakkai.

— ¿Todo bien?

— Si, ammm, quería hablar contigo, Draken.

El rubio de trenza ladeo su sonrisa.

— Que honorable es esto.

— Bueno, yo los dejo — Mitsuya se adentro a su habitación, no sin antes mirar a Hakkai, quien fuertemente suspiro y continuó con sus asuntos.

Takashi había hecho muy buena amistad con Hakkai, e independiente el asunto de Yuzuha, no podía continuar con esa tensión en el dormitorio.   Así que cuando las aguas se hubieran calmado un poco, hablaría con él. Quizás no lo perdonara, al final de cuentas era hermano de Yuzuha, pero al menos buscaría disculparse.

El de cabello lavanda se adentro y dejó solos a los rubios en el pasillo.

— ¿Para qué soy bueno, Inupi?

Seishu se recargó en la pared, procesando un poco, hasta que se decidió sonreír.

— Debo agradecerte el que me hayas visitado.

—Y yo debo reconocer que me sorprende que vengas hasta aquí, a decirme eso ¿tan buena fue la plática?

— Demasiado, me di cuenta de algunas cosas.

—¿De verdad?

—Sí, me di cuenta que en estos momentos, te das cuenta de quien pueden ser tus amigos.

Inupi pensó con amargura en Takeomi y Wakasa. 

Pero suponía era así, en el mundo de las drogas.

—No dudo que tengas muchos amigos que se hayan preocupado por ti y hayan querido visitarte, pero simplemente no podían.

— Nah, si hubieran querido hubieran ido, los únicos que estuvieron pendientes fueron mis padres, Keisuke, mi hermana y… — Antes de mencionar a la última persona detuvo sus palabras, el recordarlo lo hacía sentir amargura.

Draken se dio cuenta de ello y sonrío tenue.

— Si no lo quieres mencionar, no lo hagas.

Inupi lo miró con entendimiento y agradecido también.

— Te lo agradezco, enserio.

— No hay de qué — Ken palmeo el hombro de Inui — Me da gusto que ya llevemos mejor nuestra relación.

— Créeme a mí también me agrada que estemos mejor. Te juzgue sin pensar al principio.

—Como te dije, no guardar rencores, en lo absoluto. No te conozco, pero por como afrontaste esta situación, se ve que no eres mal tipo.

Seishu se ruborizo.

— Oye ¿Alguna vez has ido a la tirolesa?

— Jamás en mi vida, pero si he querido ver qué onda, eh. Dicen que está muy extremo, necesito un poco de esa adrenalina en mi vida.

— Bueno ¿te gustaría ir un día conmigo?

Draken alzo su ceja.

— ¿En verdad me estas invitando?

Seishu asintió con una sonrisa.

— Va, jalo.

Un sonido se tacones interrumpió la platica.

— ¡Seishu! — Ambos rubios miraron a la chica de cabellos naranjas y fuertes ojos morados.

— Sakura.

— ¿Has visto a Mitsuya?

— Está adentro en su habitación.

— Compermiso, Draken. Seishu.

— Adelante.

La chica se adentro e Inupi miró a Ken.

— Debo irme.

— Adelante, yo también tengo unas cosas que hacer, nos ponemos de acuerdo con eso ¿no?

— Si, así que nos vemos, Draken.

Inupi se retiró y al momento de Ken entrar en su habitación, escuchó una fuerte discusión entre Sakura y Mitsuya.

Hakkai estaba colocándose su tenis, le irritaba escuchar lo mínimo que fuese de esa relación. Lo último mencionado en los anónimos, Yuzuha y Mitsuya y además Sakura, era demasiado para él, sin decir algo el peli azul abandonó la habitación.

Draken quiso pasar de largo, pero le era un poco difícil concentrarse.

— ¿¡Como que te besaste con la salvaje, Mitsuya!?

— Sakura, relájate un poco ¿sí?

— ¡No! ¡Quiero respuestas!

El de cabello lavanda suspiro y pasó una mano por su corto cabello.

— Sakura por favor, relájate. Te recuerdo te terminé por una infidelidad.

— ¿Y ya tendrás los huevos para confirmar que fue con Yuzuha? — Colocó sus manos en su cintura. — Porque mira que coincidencia que te vieron besarla luego de terminarme.

Draken suspiró y mejor optó por salir de la habitación, dándoles su espacio a la pareja. Takashi al escuchar que la puerta se cerró, miró a los profundos ojos de su novia.

— Esto te va a doler, pero si, te fui infiel con ella ¿sabes por qué? Porque la quiero, por eso.

Sakura sintió sus ojos húmedos, chirrió sus dientes, levanto la mano y bofeteo la mejilla de Takashi.

— Pretenderé que no dijiste nada — Le dijo con coraje y rabia en sus ojos. — Dije que era capaz de perdonarte todo, con tal de que volvamos y al final de cuentas, tu querida zorra Yuzuha está con Shinichiro ¿no?

— No la insultes, respétala.

— Aún tienes el descaro de decirme, respétala. Eres un cínico, Takashi.

Con mucha tirria guardada, Sakura se le dejó ir a Mitsuya con empujones e intentos de golpes hacía él, para evitar algún golpe fallido, él lavanda la tomaba de las muñecas.

— Sakura, cálmate.

— ¡Cálmate tu puta madre drogadicta pendejo! —  Le grito en un fuerte dolor.

En el momento Takashi sintió un golpe a sus sentimientos, recordarle que su madre es adicta siempre era lo peor. Pero no podía en el momento procesarlo, Sakura estaba demasiado violenta y tenía que detenerla.

— ¡La sigues defendiendo, Mitsuya te odio!

— ¡Sakura ya detente! — Fuertemente la tomo de las muñecas y miró a los ojos — Ya estuvo bueno, Sakura. ¡Detente, por el amor de Dios!

— ¿Te duele que la insulte?

—No es eso. Te lo diría aun así insultaras a Senju, Hannah, Hina, Emma Rebe da igual, sólo respeta por favor. Y si Yuzuha está con él o no, está bien, al final de cuentas, lo mío y lo de ella no podía concretarse, estoy contigo ahora ¿no? Que es lo importante.

— Mitsuya, no quiero, repito, no repito no quiero, verte cerca de ella, Mitsuya y no es broma, no quiero verte con ella.

El lavanda cerró sus ojos por escasos segundos, alejarse de ella completamente le duele, le duele en el alma. Pero no le queda opción. Ya no quiere dañar la estabilidad emocional de Yuzuha, y si ella era feliz con Shinichiro, no podía intervenir ahí.

— No te preocupes, Sakura no volverá a suceder, yo y Yuzuha hemos roto todo lazo posible, de ahora en adelante me enfocare a ti, y a mis estudios.

La chica sonrió con evidente felicidad y se agarró de su chico uniendo sus labios en un suave beso.

— Comencemos de cero ¿sí? Mitsuya tú y yo de nuevo, como cuando recién comenzamos esta linda relación que tenemos, ¿o no crees que podamos recuperar aquel lindo amor que alguna vez sentimos? — Acarició su mejilla con anhelo de esperanza para escuchar las palabras mágicas salir de la boca de él.

No hubo repuesta por parte de él, sólo un asentimiento con dolores y sin convencimiento de su parte, pero dispuesto a tratar de recuperar esa relación que en algún momento, él quiso mucho.

Sakura limpio sus lágrimas y rodeo a Mitsuya en un fuerte abrazo.

***
>Auditorio<

Emma ingresó con prisa al auditorio universitario, lugar donde habían cuadrado verse con Abel.  Era un lugar solitario todo el tiempo, así que no había problema en verse ahí. Claro que si alguno de los dos llegaba primero, se cercioraba que no hubiera nadie. Se ruborizo cuando recordó que un par de veces lo hicieron detrás del escenario. Camino y camino, hasta que llego al inicio de las escaleras de unos asientos.  Su sonrisa se amplió a mirar a Abel.

—Hola — saludo llegando y sentándose a su lado en la escalera.

—Hola, mi preciosa cumpleañera — Abel la abrazo por el hombro y se quedaron un momento así, disfrutando del contacto del otro.

(Créditos al arte para: @gilbertvalech así aparece en Twitter, el fanart es exclusivo para el fic de Contradicciones, y Abel Imaushi es exclusivo de mi propiedad, no se permite su uso sin mi consentimiento de ante mano muchas gracias)

Sin poder contenerse más, Abel se inclinó y beso sus labios, a lo que Emma correspondió con deleite. El beso trono cuando se separaron. Él le sonrío coqueto y beso el puente de su nariz, haciendo que el vientre de Emma cosquilleara nervioso.

— Feliz cumpleaños, Emm. Estoy tan feliz de pasar este cumpleaños de tal forma contigo — le dio otro beso, esta vez corto, pero no por eso menor profundo.

En medio de ese beso, Emma sintió que Abel colocaba algo en su cuello. Cuando se separo, miro hacia él  y sus ojos se abrieron de par en par. Una bonita gargantilla de cadena de plata y un dije de mariposa, descansaba ahora en el.

—Y mira, yo tengo un dije parecido — le señalo su muñeca, donde en su cadena de plata, ahora había un dije de mariposa.

Sus ojos verde lima miraron hacia el Imaushi y sin poder contenerlo, saltó hacia él, abrazándolo pro el cuello.

—Si esto es un sueño, no quiero despertar — le murmura al oído — por favor, quedémonos así por mucho tiempo. No sé que me hiciste Abel, pero no me arrepiento de haber empezado este jale contigo.

Abel sonreía y poso una mano en su espalda.

—También quiero permanecer así contigo, por mucho tiempo.

Emma se separo lo justo para mirar los carmesí de Abel, mordió su labio inferior. Para enseguida unir de nuevo sus labios en un beso, y disfrutar de momento a solas, por una hora más. De conversar y conversar, de sus sueños y metas para el futuro.

Abel abrió sus piernas y Emma se recostó de su pecho, disfrutando del cálido abrazo del chico. Cuando ya debieron retirarse, Abel la tomo de la mano y entrelazo sus dedos con los de ella.  Emma por un momento creyó que se le confesaría, y sus ojos se iluminaron ante la idea. La seguridad de Alice ante el hecho de que Abel si la quería más que un jale, llegó con más fuerza a su mente.

— Te quiero — dijo de pronto Abel y Emma sintió su corazón casi querer salir de su pecho.

Pero Abel no dijo nada más que eso, solo deposito un beso en su frente, y le sonrío, tan galante como siempre.

Emma admitía se sintió un poco decepcionada. Y pensó sobre que ella quizás dio ser la que diera el paso y confesarse, pero sin que ella supiera, la  inseguridad le gano de igual modo como pasaba con Abel.

Se puso de puntillas y beso los labios de Abel.

—Gracias, la pase muy lindo contigo. Te quiero también, Abel.

Abel la tomo del a cintura y acaricio su nariz con la de Emma. Aquellos gestos, solo hicieron ilusionarla de nuevo.

—El fin de semana, luego de que todos anden borrachos, podemos escaparnos ¿Qué dices?

Emma sonrío emocionada.  Quizás ahí, solo ahí, ella si podría tener el valor y decirle que ya no solo quería ser solo su jale.

Si arriesgarse y saber lo que él pensaba.

—Me parece buena idea.

***

Miércoles
>Campus escolar <

Es mañana, Yuzuha y Shinichiro habían decidido dejar de lado todo el tema referente al mitote del anónimo.

Esa mañana, Shinichiro tenía clase libre y Yuzuha también, así que decidió invitar a la linda chica a desayunar.   

Yuzuha felizmente toma asiento en una mesa cerca del mostrador de la cafetería, y ambos comenzaron a platicar, era una conversación tan cómoda que parecía que nada podía interrumpir ese momento.

Fue cuando Shinichiro sorprendió a Yuzuha tomándole unas fotos con su celular.

— Ay, no, de seguro me veo horrible.

— ¿Qué? ¿De qué hablas? Si siempre te ves hermosa.

— Claro que no — lo golpeo amistosa en su hombro.

— A que sí.

Shinichiro rio.

—Mira, iré por nuestros desayuno ¿va?

— Sí, claro ¿puedo ver la foto mientras?

—Claro, adelante. Con confianza.

Shinichiro se puso de pie y caminó en dirección hacia la barra, Yuzuha en eso tomo el teléfono del Sano para mirar su foto, pero grata y desagradable fue su sorpresa al mirar una foto en la galería, que no fue para nada de su gusto.

Algo amargo bajo por su garganta y apretó sus dientes, sintiéndose sensible y tonta. 

La foto era de Shinichiro con las manos puestas en los pechos de una guapa chica de cabellos morados. Amargamente pasa saliva por su garganta, y apretó sus dientes. Las palabras de él, el día de la cita se hicieron presentes en su mente ¿Me estaba viendo la cara?

El Sano llego con las charolas de comida y su sonrisa tan simpática como siempre.

— Listo. — Pero de inmediato sintió la tensión — ¿Yuzuha?

Ella lo volteo a ver y le mostró la foto.

—Esto fue del día de los arrancones ¿cierto?

Shinichiro casi se quiso dar contra la pared de lo estúpido que era. Con todo lo que había sucedido. Había olvidado borrar la foto comprometedora que le había pasado Renata.

Continuará.

Gracias Selfish55 por su apoyo t aportación en esta historia ✨

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top