Capitulo #38 "Decepción"

>Delegación<
6:30pm

Apenas su amigo Takashi se marchó de su hogar, Draken se cambio de ropa y toma rumbo hacia la delegación de la ciudad de Tokyo.  

No sabía que lo había llevado a visitar a Seishu Inui, pero ahí estaba, viéndolo detrás de los barrotes.

— Solo quince minutos — recordó en un tono de fastidio el policía de guardia de celda.

El rubio parece tan sorprendido como él, y no podía culparlo, aunque compañeros de medicina, no eran precisamente ni amigos, ni cercanos.  Un espacio en blanco entre ambos se hizo cuando Seishu lo trato de la mierda por ser becado al inicio de Ayome.

—Hola, se que preguntarte cómo estás no sería adecuado, pero… ¿Cómo andas?

Seishu mojo sus labios y se sentó en la cama de concreto.  La incomodidad era palpable entre ambos, pero Draken buscaba hacerlo funcionar.

—¿Puedo serte sincero?

—Adelante.

—Como la mierda, el cuello y el trasero me duelen, ya tengo cinco días que no sé lo que es una ducha,  apesto a miércoles, y extraño comer mi pan integral en las mañanas. De no ser por la comida que me trae mi hermosa madre, estaría ahí desmayado.  Ayer tuve un compañero de celda, un borracho, casi me guindo a pelear con él, pero lo sacaron… Estoy, en conclusión, molido. 

Draken sonrío con compresión.

Seishu se levantó y se apoyó de los barrotes, mirando al rubio con incertidumbre.

—No me malinterpretes Draken ¿pero qué haces aquí? Es decir, no somos amigos ni nada parecido — Mojo sus labios de pronto nervioso — ¿O es para reírte?

El chico del tatuaje alzó una ceja.

—¿Por qué me reiría?

—No te trate de la mejor forma el día que llegaste a Ayome — paso una mano por su cabello rubio — No se me ha olvidado.

—Olvídate de eso, es factura vieja — se encogió de hombros.

Seishu asintió y entonces soltó la dudo que también lo tenía carcomiendo desde que lo metieron a la celda.

—Seguro muchos de los chicos me detestan, lo que hice no estuvo bien — pronuncio, aunque irónicamente él no hizo nada.

Draken paso su mano por el barrote y palmeo su hombro.

—No, en realidad, muchos se cuestionaron y sorprendieron por tu acto, que aun ni lo creen. Parece te tienen en buena estima los que te conocen desde hace tanto — le dice, recordando más que todo las palabras de Mikey — Bueno, de Nahoya si no se te sabría decir, no ha dado su opinión al respecto, por lo que sé.

— Sin duda me disculpare con Smiley…

Se quedaron en silencio de nuevo, hasta que Draken miro al chico de reojo y saco su mano.

—Solo pase a visitarte, Inupi.  Debo decir que el mirar cómo te esposaba el policía dejo una fuerte impresión en mí, y eso que mira que vivo al pie de un barrio. Era el pan de cada día desde que era un niño.

Seishu solo miro fijamente.

—Supongo que ver a un niño pijo siendo castigado por la ley, y no saliéndose con la suya… Es como que me llamo la curiosidad de venir a ver cómo se las estaba empeñando aquí dentro — soltó al final un poco sardónica pero sin dejar el tono divertido.

Seishu soltó una risa para su sorpresa, aligerando el ambiente entre ambos.

—Supongo merecía eso.

—Hablando ahora mucho más enserio, espero logres salir de esta mierda. No te conozco lo suficiente, y si, fuiste una mierda conmigo aquel día, pero no te deseo mal Inupi, realmente espero logres salir de esta y replantearte que quieres para tu vida.

Seishu sintió algo en su pecho ante esas palabras y trago grueso.

—¡Se acabaron los quince minutos! — anuncio el guardia habiendo la puerta.

Draken asintió y miro de nuevo a su compañero.

—Bueno, espero nos veamos pronto en Ayome.

Se dio media vuelta, pero entonces Inupi lo sostuvo de su chaqueta. Draken lo miro por arriba del hombro sorprendido.

—Gracias por haber venido, Draken.

El rubio de ojos azabache le sonrío amistoso.

—Hablemos mas en cuanto regreses, Inupi — musito para ahora así alegarse, dejando al chico con los ojos húmedos.

Seishu apoyo la cara de los barrotes y suspiró. Debido a su mala experiencia con Oliver, un becado, había generado ciertos prejuicios con estos, lo que resulto en su ataque hacia alguien inofensivo como Draken. Quien le complementaba y terminaba de enseñar que no era el estatus, sino las acciones de la gente por lo que deberían ser juzgados.

***

>Colegio Ayome <
Lunes
07:00 am

Abel y Rebeca llegaron al estacionamiento del colegio.

El segundo de los Imaushi detuvo su moto y Rebeca bajo en cuanto eso sucedió, le entregó el casco a Abel y ella lo miró con el ceño fruncido.

— ¿Qué tienes? Desde que llegue a la casa ayer en la tarde noche, andas con un humor de perros — Alzo su ceja extrañado.

— ¿Dónde pasaste la noche del sábado, Abel? No jodas, estaba super mega preocupada por ti idiota — Se cruzó de brazos, evidentemente cabreada.

Abel ladeo su sonrisa.

— ¿Enserio sigues con eso? Rebeca, ya soy mayor de edad ¿no? Se cuidarme solo, no jodas — El chico bajó de la moto poniéndole el seguro y candado.

— Abel, no te reportaste. Si eres más grande, y lo que tú quieras, pero ¿Donde quedo tu responsabilidad para de avisar al menos que no llegarías? ¿Tienes idea de lo preocupada que estaba yo? ¿Mamá? ¿Wakasa?

— Ay, no mames, a Wakasa le importa una mierda si llego o no a dormir, así que no me vengas con eso — pronuncio amargo, recordando el putazo que su hermano le dio la semana pasada.

— ¡No digas eso! Y yo si estaba demasiado preocupada.  No sé si supiste, pero la chica que estaba muy de ofrecida con los competidores, la tal Tara, ella y su novio se accidentaron huyendo.

Abel parpadeo.

— No, no supe eso.

— Dicen que iban a una velocidad muy rápida, pues huyendo de la ley ¿Y sabes que fue lo peor?

— No.

— La chica está en coma, y su novio se quebró las costillas y una pierna, está muy delicado en el hospital, y tú ni tus luces, Abel ¿Tienes idea de lo asustada que estaba? — Su vista comenzó a nublarse — Me dio mucho miedo Abel, pensar que algo malo podía ocurrirte.

El azabache de expansores la miró detenidamente, una de las cosas que más pueden dolerle a Abel es su hermana menor, y verla a punto de llorar por su irresponsabilidad fue como una patada directo a los huevos. Cuando menos lo pensó, una lagrima derrapo por la mejilla de Rebeca, rompiendo el corazón del chico en dos.

— No, no llores — Dejó caer los cascos al piso y abrió sus brazos para meter a Rebeca en ellos — Por favor no llores Rebe, me harás llorar a mi también.

— Es que Abel, te juro que esto no es por mis celos de hermana, estaba realmente preocupada por ti y por Emma. Pensé que algo malo les había ocurrido, te lo juro. Ella tampoco me contestaba los mensajes ni llamadas.  Y luego Hannah me llamó para platicarme y me enseñó la nota de la pareja hospitalizada, me asusté tanto que Wakasa tuvo que tranquilizarme.

— Perdón, no fue nada responsable de mi parte no avisar ni nada, lo reconozco y enserio perdón, Rebeca no volverá a ocurrir, te lo juro — Besó su cabeza.

Rebeca limpio su lágrima y miró a su hermano en sollozos.

— Ya, ya perdóname ¿sí? — Abel la tomó de las patillas y la Imaushi asintió. — Te quiero hoy y mañana ¿Si?

— Te quiero mañana y pasado mañana — Rebeca sonrió y beso la mejilla pálida de su hermano — Tenias mucho sin decirme eso.

— No había encontrado el momento — Abel se inclino y tomó de los cascos.

Fue cuando los ojos carmesí de Rebeca miraron a Draken llegar.

— Te veo luego, ya llegó mi novio — Felizmente Rebeca se dirigió hacia el rubio y lo abrazo, planteando un beso en sus labios.

Abel miró la escena y después se dio media vuelta para ingresar al colegio.

Por otro lado, ahí mismo, Kisaki Tetta iba llegando en su lujoso auto, primero bajo un pie y luego el otro. Le puso seguro a la puerta de su coche y caminó hacia la entrada principal del colegio, pero unos cuantos pasos y se detuvo mirando como Hinata Tachibana bajaba del auto de su madre, y por un lado su hermano menor.

El rubio de lentes entre abrió sus labios y quedó algo anonado mirando a la chica.

Hina se despidió de su madre y hermano menor, para empezar a caminar hacia adentro, caballerosamente Kisaki se acercó a ella, dedicándola una sonrisa.

— ¿Necesitas ayuda, Hina?

La chica lo miró y pestañeo varias veces seguidas.

— Oh, Kisaki, muchas gracias, pero enserio, igual no es mucho mi equipaje, solo una pequeña maleta.

— No importa, una chica tan linda como tú, no debería siquiera cargar una pequeña maleta ¿Entiendes? Déjame te ayudo.

Sin que Hina pudiera volver a decir algo, el rubio de lentes tomó de su maleta. Tachibana rodó sus ojos y suspiro fuertemente, al final ya no había nada que pudiera hacer.

***

~Habitación #201~
Yuzuha Shiba
Senju Akashi
Yoko Izumi

Senju se miraba al enorme espejo de su habitación, y retocaba su maquillaje, Yoko ajustaba el moño de su uniforme y Yuzuha colocaba sus tacones, cuando la notificación llegó a los teléfonos de las tres.

Inclusive fue algo extraño pero las tres se miraron, Senju tomó de su teléfono y rodó sus hermosos ojos jade, adivinando quien podía ser.

— Hoy llegó más temprano la ponzoña de este anónimo.

00+1+(909) 780 6260

¿No les agrada que sea lunes por la mañana y ya les tenga mitote? Es como si fuera a empezar la semana con un desvergue, y por si fuera poco, la verdad ámenme, porque les traigo un muy fuerte chismesote, recién salidos del horno.

1: Habían habido rumores sobre Yuzuha Shiba y su puteria, pero mamacitaaa, sólo nos hiciste caer más en los rumores ¿Cuánto dinero te paga el maestro Héctor por acostarte con él? ¿Qué no se supone que le truena la reversa? O es que… ¿Haces tríos con él y con su guapo esposo? E escuchado que hay mucho homosexual que incluyen mujeres Yuzuha ¿A caso es tu caso?

2: Ahora vamos, la princesa y cosa rica de Sakura Johnson, no se ustedes, pero se notaba que acababa de terminar con el hijo del político, pues oye ¿te acuerdas aún de cómo se come? ¿O como se duerme? Porque a juzgar de tu apariencia física estos días ¡De nuevo te dejaron! Pero igual ¿Qué poco te duró el gusto no? Porque ya te vimos de nuevo besuqueándote con el Takashi, ya déjense de mamadas y cásense mejor, igual ya parecen pareja matrimonial disfuncional con estos tiras y afloja…

3: Pero aquí viene lo curioso del segundo mitote… Que dentro de esa "ruptura emocional" Mitsuya no perdió el tiempo ¿Por qué? Puedo apostar que le andaba queriendo cotizar un a costón a Yuzuha, pues hasta beso y todo hubo ¡vergaaaaaa! Jajajajaajaja Yuzuha ¿no tiene vergüenza? ¿No respetas el dolor ajeno? Lo hiciste durante el rompimiento de Mitsuya y Sakura ¡Descarada!… Aunque también a los días se vio como Yuzuha hasta le aventó con todo y bule de agua a Mitsuya ¿Te rompieron el corazón reina?

4: Mi queridisimo Taiju Shiba, de tal hermana, tal hermano jajajaja de nuevo la directora te mando a llamar hasta por el altavoz ¿te habló para que te la cogieras en su oficina? , carnal no lo niegues y mejor compártenos… ¿cómo le hiciste cabron? ¿Cómo te ligaste a la directoraaaaa? A mí me interesa saber. Porque enserio, eres y seguirás siendo mi ídolo cabron.

5: Este me da mucha, pero mucha risa, el asqueroso y puerco de Hanma sabemos que es un golfo a donde le busques, fácil yo digo ya se culeo al menos media Ayome, pero no mames cabron, nos dejó ver su nivel puerco a otro extremo acostándose con dos mejores amigas desde la preparatoria jajajajaaja Hanma, ojalá así de bueno que eres para culear fueras de inteligente y no meterte con dos amigas a la vez, luego te andan cacheteando en medio del campus ¡Que vergüenzaaaa!

6: Otro tema muy interesante;  todos sabemos que Savannah aunque lo niegue, le encantaba el morenaso de Arashi Tendo, pero según mis fuentes, según ellos, no yo… Arashi la rechazo por racista.... Y ahora sale con la preciosa de Naomi Kido... pero bueno, está bien Savannah, tampoco es que saliste perdiendo. Ambos son, además de becados, huérfanos. Se compenetran juntos. Arashi no tendría nada que ofrecerte más que un a costón una banca… Pero mi linda pelirroja, sigue buscando, que tienes mucho ganado por delante. Mas cuando le hiciste un super baile en halloween al aquel chico que según mis fuentes se llama Hajime Kokonoi, si te la chingaste ese día, mis respetos… Savannah tienes fama de calienta huevos y si contigo follo ¡Tras! Te hago un altar.

7: Creo que se formó otra parejita en el colegio con Keisuke Baji y Yoko Izumi, pero ¡Ay, Dios mío! nada pendejo el hermano de Evan… Le gusta la de pechos grandes y la cara de mosca muerta. No te culpo Keisuke, creo que esa mujer hasta hace dudar de la sexualidad de las mujeres. Pero en fin, tremendo besote que se dieron en las mesas cerca de la alberca, ¡Sí! Ya sabía que a él no le gustaba el arroz con popote, oigan pero esto me trae memorias de cuando Yoko andaba detrás de Kazutora ¿Será que se está vengando o algo así?

8: Wakasa, solo lo diré una vez más, porque no te lo volveré a repetir, cuídate lo de los becados y más si de Chifuyu Matsuno se trata. Porque no es la primera vez que lo vemos muy juntito con tu mandado, a mí se me hace que hay algo ahí eh, y si no te mueves papi, te la bajan, y me meara de la risa, si un becado te la baja JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAAJAJAJA POBRE PENDEJO

9: Chojiiiiiiiiii, jajajajajaja, ay lindo ¿Cómo pasamos de Victoria Novikov a Alice Matsuno? Sabíamos que mucho tiempo estuviste como quedando con la guapísima gótica, pero te la bajo el perro de Takeomi, eso ya lo sabemos, pero oye ¿Alice Matsuno? ¿No te pudiste conseguir algo mejor después de Vicky? Digo, es pregunta seria eh, porque está perra la situación, aparte ¿ese no era el mandado de Kakucho? ¿O que ya te arrepentiste Hitto? ¿Qué tanto le ven a la gorda? No mamen, habiendo tanta vieja buena aquí, en la universidad jajajajaa.

10: Ok, este si esta de impacto, y debo decir que aun no descubro el porqué ¡¿Si vieron como llevaron al mendigo Inui Seishu esposado?! O sea ¿Qué verga? ¿Acaso alguien paso el chisme de ustedes ya saben…? Aunque si era así, supongo que no debía ser el único… Mmmm bueno, lo que sí, dicen que en la cárcel se aplica el; en guerra cualquier cosa es trinchera, así que por un lado el rubio debe estar más que feliz ¿si me entienden no? jajajajjajajajajajaja

11: Les tengo uno último, no muy perro como los otros, pero si interesante. Es de nuevo contigo, Wakasa.  Pero miren, yo puedo ser una persona culera, mierda y lo que ustedes quieran, pero putearme a mi hermano delante de muchos ¡mames! Jajajajaja, tengo entendido que antes los Imaushi eran unos hermanos tan, pero tan "unidos" según, y mira en lo que van acabando los Imaushi.  Rebeca es conocida como la más puta y aparte se fue a fijar en un becado. Abel nos vale verga y siempre se queda en la friendzone. A Wakasa le están bajando el mandado un becado no mames ¿en qué momento? Pero bueno ¿Quién soy yo para juzgar? Pero si puedo agregar algo a este mitote, me gustaría ver como se parte su madre esos dos.

De momento es todo, me dio mucho gusto que me leyeran aunque sé que lo hacen por morbosos y porque les gusta el mitote tanto como a mi jajajajajajaja, bueno cuídense y bonito inicio de semana. ¡Sayonara!

×The end×

Senju sintió el sabor amargo pasearse por su garganta, da un suspiro muy fuerte, ya sabía lo que se le vendría encima después de ese estúpido rumor ¿Por qué? ¿Cuál es el afán? No quera ni voltear a ver a sus compañeras de cuarto.

Yuzuha parecía estar paralizada, algún estado de shock emocional.

Yoko se acercó a su amiga y trono los dedos frente a su rostro, Yuzuha reaccionó parpadeando.

— ¿Yoko?

— Yuzuha — la castaña de mechas rosadas la abrazo.

Yuzuha apretó sus dientes, y tras dar un fuerte suspiro, se alejo de Yoko y sonríe amigable.

— Tenemos clases ahorita, si no nos apuramos, llegaremos tarde y el profesor Héctor es delicado con ese tema — Pretendió que no le había afectado nada, aunque por dentro, tuviera un desgarre emocional.

No era que Yoko conociera a Yuzuha, pero al menos ya iban casi dos meses de conocerla y con eso bastaba para saber que internamente lo que dijeron de ella si le estaba realmente afectando.
Izumi prefirió no tocar el tema y al igual que Yuzuha, pretendió que no se dio cuenta de su estado real, simplemente la tomó de la mano entrelazando sus dedos con los de ella y sonriéndole tan dulce como ella era. 

— ¿Quieres ir a desayunar algo?

Yuzuha negó.

— No, ya es casi hora de entrar a clases. Comeré algo de las maquinas del dormitorio.

Senju quién seguía en la habitación dejó de mirarlas y continuó con lo suyo, también queriendo pretender que lo que leyó no le afectaba, aunque interiormente sabía que de alguna manera le gustó lo que dijeron de ella y Chifuyu. Pero también sabía que se le armaría una fuerte discusión con Wakasa.

***

~Habitación #203~
Hinata Tachibana
Allison Harrington
Hannah Bein

Hinata pestañeo varias veces seguidas después de terminar de leer los mensajes anónimos que llegaron a su teléfono. Mojo sus labios y miró a Allie, quien mordió su labio inferior, pretendiendo que el mitote de Keisuke no le llego a la herida del corazón.

— De nuevo se colgaron con Yuzuha — Allie rompió el silencio.

— No la dejan en paz.

— Pobre, no me imagino como a de estar en estos momentos.

— Quiero ir a verla, me preocupa, no la bajan de zorra Allie.

— Lo sé, esto ya es pasarse de la raya Hina.

***

>Facultad de Medicina<

Draken caminaba con Mitsuya hacia el salón donde veían sociología, el chico de cabello lavanda parecía estar en su mundo.

— Mitsuya — Le llamó Ken, cuando se detuvieron fuera del aula.

Pero parecía no haber respuesta.

— ¡Mitsuya! —Lo llamó en voz más alta.

— ¿Eh? — Se sobresalto un poco.

— Te estoy hablando.

— Me siento mal, Draken. Ese cabrón solo aumentara mas el odio de Yuzuha conmigo, nunca busque utilizarla, para nada, pero…

— Tranquilo, a mi no me debes explicación, ya sé a la perfección lo que pasa. Igual, si tanto anhelas arreglar las cosas, trata de hablar con ella — Draken le hizo una seña al chico  lavanda para que mirara hacia la derecha dónde su mirada se cruzó con la de Yuzuha Shiba.

Takashi empuño su mano, sintiendo unas fuertes ganas de tomar a Yuzuha entre sus brazos y eliminarle el dolor vacío que noto en esos momentos en sus ojos.

Yuzuha frunció el ceño y desvió la mirada.

Draken lo sostuvo del hombro.

— No, espera, no es el momento — Le susurro al oído.

Takashi asintió, y es que, sabía que le sería difícil ¿Cómo explicar que jamás quiso jugar con Yuzuha, y no puede con su conciencia?

— Muy buenos días, queridos alumnos — Con una fuerte sonrisa y demasiado contagiosa, el maestro Héctor llegó, mirando a los alumnos que aún se encontraban afuera del aula— Mejor pasen, que ya son casi las 8 y ya deberían estar dentro — Se cruzó de brazos mirando a sus alumnos.

— Hay vamos, profesor. Vamos Mitsuya.

Los ojos lavanda de Takashi miraron por última vez a Yuzuha y ella apenas si le devolvió la mirada mientras ingresaba al aula.  Así que ella no pudo ver la expresión desolada en el rostro de Mitsuya.

Todos tomaron lugar, y cuando el maestro se metió, sintió la vibra pesada en todo el salón.

— Wow, ¿Qué pasa? Se siente la frialdad en este grupo — Se cubrió los brazos como queriendo aparentar que tenía frío por su comentario.

Pero no recibió respuesta alguna de nadie. El maestro meneo su cabeza resignado ante su fallo en querer hacer a la clase reír, y dejo su maletín en el escritorio. Saco su material de trabajo y se giro hacia la pizarra.

Mientras Héctor anotaba el tema de la clase,  Mitsuya miraba a su compañera de reojo. Como bien le había dejado claro aquel viernes, no le había dirigió la mirada ni mucho menos su voz.  En un punto no lo soporto más, recordando con anhelo como se llevaban bien y hasta se olvido del concejo de Draken.

—Yuzuha, necesito hablar contigo.

—Déjame en paz.

— Por favor, necesito que me escuches. 

— Lastima, suerte para la próxima.

— Es algo importante, créeme. No quiero terminar mal contigo, pese a que tengo claro que ya están más que mal...

Yuzuha apretó sus labios.

— Me vale mierda, Mitsuya. No quiero oír más del tema, suficiente con el anónimo de esta mañana.

— ¿Por qué te cuesta tanto escucharme? ¿Por qué eres tan cerrada? Déjame explicarte que tengo mis motivos y quiero que los sepas, no quiero que me odies para siempre.

—Muy tarde.

Mitsuya paso saliva y alargó sus labios al mismo tiempo.

— Por favor, escúchame.

— ¡Que no! — El tono de voz de Yuzuha comenzaba a subir de nivel.

Takashi sintió a su corazón empezar a latir en su oído y las venas de sus manos marcarse por la presión al cerrar sus dedos.

— No quieres porque me olvidaste rápido por Shinichiro ¿verdad?

Yuzuha agrando sus ojos y miró a Mitsuya detenidamente. El chico en realidad no quiso sacar el tema del azabache, pero hasta ese punto pudo soportar no hacerlo. Dejándose dominar por la ira de nuevo, el recuerdo de esa foto llegó a su mente y apretó sus labios.

— Mire tu foto en tu estado, con él — comentó con tristeza —. Dime ¿Le pediste que te hiciera tu perra también?

Y como si le hubieran dado un golpe a Yuzuha en la boca del estómago, cerró con fuerza sus ojos y con su sangre hervir, se puso de pie. Arrastrando la silla. Llamando la atención de todos los presentes del aula.

—¿Si, señorita Shiba?

Pero Yuzuha no dejaba de mirar a Mitsuya, este también se puso de pie.

— Eres un pendejo.

—Al final de cuentas, yo solo soy el hijo de un político mas ¿Te recuerdo tus palabras? Estafamos y solo lastimamos a las personas.

La vista de Yuzuha se nubló de lágrimas.

— Y tú estás mejor con Sakura ¿no?

—Al menos Sakura me demostró más fidelidad que tú cuando la deje, y eso que tú y yo no éramos aun nada.

Y como un bum en el estómago de la castaña, actuó por impulso y bofeteo el rostro de Takashi. Con el rostro ladeado, Mitsuya apretó sus dientes sin darle la cara. Como siempre, impulsado por su enojo, la volvía de nuevo a cagar con la castaña.

Todo el aula 1-1 miró la acción y se encontraban boquiabiertos, incluido el maestro.

Yuzuha no se pudo contener más y con lágrimas en sus ojos salió del salón de clases.

— ¡Yuzuha! ¡Yuzuha! — Le llamó el maestro y caminó hacia la puerta — Jóvenes el día de hoy suspenderé lo que resta de la clase, debido a la situación que se presento aquí — Sin decir algo más el maestro salió del aula, detrás de Yuzuha.

Mitsuya se ganó unas cuantas miradas sobre sus hombros, entre ellas la de Chifuyu. Sin pensarla, el rubio se puso de pie y camino hacia el asiento de Takashi, mirándolo de forma feroz. 

—¿Qué le hiciste pendejo?

Takashi lo miró, y su sangre se calentó.

— Eso no te incumbe. 

— ¡Claro que sí! Yuzuha es mi amiga, así que me meto todo lo que quiero, mas si veo a un idiota haciéndola llorar.

Draken se interpuso entre los dos.

— Vamos a bajarle un poco, no hay porque alterarnos y hacer peor la situación para Yuzuha. 

— ¿Qué le hiciste ahora a Yuzuha, Mitsuya? — cuestionó esta vez Yoko, tomando el brazo del chico de cabello lavanda.

Takashi se quedo mudo, no quería responder. Solo quería que Yuzuha lo escuchara. Pero de nuevo, todo termino mal entre ellos. Ella por necia y el por no saber controlar su temperamento.

Se soltó de Yoko y salió del aula tras tomar sus cosas.

Baji camino enseguida hacia Yoko tomándole el hombro.

— ¿B-Baji?

— Tranquila, estoy seguro que Mitsuya no le hizo daño a Yuzuha.

—No sé, pero luego del anónimo Yuzuha se puso mal, y no quiso ni hablar del tema. Estoy segura algo pasa, pero me pone mal que mi amiga no me lo quiera decir — musita y hace un puchero.

Keisuke acarició su mejilla con ternura.

—Yoko, tranquila ¿sí? Cuando ella esté lista, si es que tiene relación con los anónimos, te lo dirá.

Allie miró la escena fijamente y suspiró, fue cuando Kazutora le habló sobre si quería ir a comer algo juntos. Sonriendo asintió, tomando de su brazo y saliendo del aula.

Yoko miró la escena y fue cuando sintió los labios de Baji en su frente.

Ella le mira sorprendida cuando se separa y el azabache solo le guiña un ojo, para inclinarse y susurrarle algo al oído.

— ¿Nos vamos? Tenemos hora libre.

El rubor y el calor invadieron a Yoko, terminó soltando una pequeña risa y asintió.

Yoko lo tomó del brazo y salieron del aula, pasando rápido por un lado de Allie y Kazutora, quiénes aun iban de salida de la facultad de medicina.

— ¿Puedes creerlo? — Soltó Kazutora.

— ¿Qué cosa?

— Baji mucho tiempo me decía, ya dime la verdad, te gusta Yoko — Kazutora imitó al azabache, causando en Allie una pequeña risa, pero también algo de incertidumbre.

— ¿Cómo que él siempre te decía eso? No, no entiendo.

Los ojos amarillos de Kazutora se posaron sobre la azabache.

— Olvídalo. Mejor vamos ¿Dónde quisieras desayunar?

—¿Desayuno? ¿No sería merienda?

— Me quede dormido y ya no me dio tiempo de desayunar antes de clases.

Allie lo miró divertida.

—Eres un caso Kazutora.

En eso miro la mano del chico de mechas amarillas y sonriendo, tomo su mano, entrelazando sus dedos con los de él.  Hanemiya se detuvo y miro la acción, sonrosado y sorprendido.

Allison sonrosada solo sonrío.

—Sí, vamos — titubeo nervioso, causando una pequeña risita en Allison.

***

El maestro regordete caminó y caminó buscando a Yuzuha por toda la universidad, pero pareciera imposible, no la encontraba, hasta que bajó por las escaleras principales de la facultad de medicina y se encontró con esa linda chica, abrazada a sus piernas, y sollozando entre medio de ellas.

Héctor negó con la cabeza, no era la primera vez que la encuentra en esas condiciones, y ya le estaba hasta llegando su dolor.

El maestro no dijo nada, sólo llegó tomando asiento por un lado de ella, Yuzuha estuvo a punto de insultarlo, pero al mirar de quién se trataba de quebró más en llanto y dolor, abriendo sus brazos para abrazarse con él.

El maestro no la pensó mucho cuando respondió el abrazo.

— No debería ni abrazarlo.

— ¿Qué tiene de malo en que un maestro abrace a su alumna?

— Se malinterpreta.

Héctor suspiró y asintió.

— Es cierto, estableces un muy buen punto, Yuzuha. Se puede malinterpretar, pero tranquila, no en mi caso.

Ella alzo la mirada confundida. 

— No de un maestro, que muchos saben que es gay.

Yuzuha tomó espacio y miro absorta el profesor. Con una sonrisa de oreja a oreja, el profesor García mostró su anillo de casado.

— Todo el tiempo….

— No — Interrumpió antes de que ella terminara de hablar — No es con una mujer… Estoy de verdad felizmente casado con un hombre, así que por ese lado, puedes estar más tranquila ¿sí? Jamás mis intenciones serían otras, corazón.

La Shiba limpio sus lágrimas y miró lastimosamente al maestro.

— ¿Qué sucedió allá?

Un fuerte suspiro salió de Yuzuha, mordió su labio inferior, y después miró de nuevo al maestro.

—¿Recuerda que le dije de lo que decían de mí?

— Si, si lo recuerdo muy bien ¿por qué?

Yuzuha sacó su teléfono, busco el mensaje que llegó, y prefirió mostrárselo al profesor. Héctor miro abrumado todas las barbaridades que decían respecto a él y Yuzuha, así como de los demás alumnos.

Sus bonitos ojos cafés se engrandecieron demasiado sorprendidos.

— ¿Es verdad todo lo que dicen en este mensaje?

— Solo puedo decirle que la gran, pero la gran, mayoría de cosas son inventadas, y lo podría ser verdad, disfruta agregándole demás para que la ponzoña infecte más en el corazón de uno… — Yuzuha secó sus lágrimas con una pañuelo que el profesor le extendió.

—Bueno, tienes razón. Eso de la putería de Hanma si la he escuchado ¿Sabes? Los profesores no somos sordos, pero a diferencia del colegio o preparatoria, ya son cosas que ustedes ya como adultos deben resolver… Y pensar que era un chico bien decente cuando le di sociología en su primer año.

—Supongo que la gente cambia ¿no?

Héctor releyó el anónimo y suspiró, entregando el  teléfono  a su alumna.

—Pero Yuzuha, esto que me cuentas ya es grave. Es difamación. Incluso mencionan a la directora.

—Es horrible, profesor.

—No puedo hacer oídos sordos, es un acto cruel e inhumano. Hablaré con la directora. 

La chica agrandó sus ojos.

— Le diré para que ponga fin a esto.

— ¿Usted cree si haga algo?

—¿Tan poca fe le tienes?

Yuzuha recordó la pequeña alegación con la directora cuando no le permitió dar su verdadera opinión sobre la guía que Takashi Mitsuya estuvo asignado a darle al ser de nuevo ingreso.

—No le tengo nada de fe, lo siento profesor.

—Bueno, vez como sobrellevo lo de Rebeca Imaushi y Víctor Castle, y tengo entendido sigue pendiente de lo sucedido con Seishu Inui.

Yuzuha rodo sus ojos.

—Discúlpeme profesor, pero eso fue porque perjudicaban directamente a la institución si se le salía de las manos. Lamentablemente con Rebeca había pruebas, igual lo de Víctor, todos estábamos ahí cuando convulsiono. Y bueno, lo de Seishu también es grave de por sí, debido a que ya un estudiante había muerto por drogas ¿No podría tomar cartas en el asunto por usted mismo?

—Lo que pasa es que mi contrato estipula que ante cualquier acción legal, hablarlo primero con la dirección. Y bueno, en algo tienes razón. Esto es solo texto, no hay pruebas físicas o visuales, aunque haya testimonio de todos los alumnos, por decirlo así. Pero aun así hablaré con ella, en algo podemos llegar.

—Bueno, solo puedo desearle suerte profesor.

—¿Enserio no quieres venir conmigo?

Yuzuha suspiró, demasiado había pasado esos días para tener ahora que soportar hablar con una corrupta.

— No servirá de nada, pero si usted quiere hacerlo, adelante. Yume para mí solo es un títere de la junta de padres, y el concejo directivo; los que gobiernan el mismo gobierno aquí dentro.

Héctor miro el convencimiento de su alumna y asintió.

—Está bien, no te presionaré ¿Puedes reenviarme ese mensaje?

— Si, por supuesto.

***

>Campus Universitario <

Sentado en una mesa, Wakasa talló de su rostro demasiado cabreado, el rubio quien estaba haciendo un trabajo pendiente para su siguiente clase se detuvo suspirando fuertemente apretando con algo de fuerza su pluma.

El anónimo había de nuevo picado en el acercamiento de Senju y Chifuyu, pero se estaba controlando lo más que podía, en querer hacerle ver a su princesa que él si confiaba en ella. No podía permitirse que algo como lo de Taiju pasara de nuevo.   

Sayuri iba pasando por ahí con Victoria, cuando su mirada se clavo en su mejor amigo de hace ya muchos años.

Conocía a ese chico.

Conocía esa mirada morada llena de tristeza.

— Sayuri — Le llamó Victoria, sacando a la azabache de sus pensamientos.

— ¿Dime?

— ¿Quieres ir por algo a la cafetería?

— la verdad no tengo hambre ahorita.

—Justo a quién mis ojos querían ver — Escucharon una voz masculina incorporarse con ellas.

Vicky y Sayuri miraron hacia la voz proveniente encontrándose con Takeomi, Benkei y otra chica que no conocía.

Novikov inmediatamente alzó su ceja mirando a la chica y después a su novio, quien no noto esa acción y besó rápidamente a los labios de la azabache de mechas verdes, metiéndola entre sus brazos.

Victoria suspiró y pellizco a Takeomi en el abdomen, quien chilló y le miro confundido.

—¿Y esa chica que anda con ustedes? — le susurro.

—Oh, ella es un nuevo jale de Benkei.

Victoria alzó una ceja, luego sonrío divertida.

—Pobre chica— Takeomi rio con ella, fue cuando lo sorprende tomando de su mentón, planteando un lindo y corto beso. Sayuri rodó sus ojos. Acción que no pasó nada desapercibida por el moreno causándole una risa.

— ¡Sayuri!

La azabache lo miró con algo de fastidio.

— Si ya te hubieras puesto de novia con Taiju, no estarías tan amargada ¿sabes por qué?

Sayuri no respondió.

— Porque tendrías a quien darle sus besitos de buenos días, como Victoria a Takeomi.

— No empieces, Benkei — Soltó Vicky, cruzándose de brazos.

— Está bien, déjalo — Sayuri miró a la chica por un lado de Benkei y sonrió — ¿Sabes qué? Yo también puedo ser tan bruja como tú, y te digo que cuando te caiga el verdadero amor Benkei, va a sufrir hasta con lágrimas de sangre ¿Quién será? No lo sé, pero vas a sufrir, mi querido Keizo — Miró al jale del moreno y de nuevo a él, sonrío maliciosamente antes de alejarse — Te veo al rato, Vicky.

Sayuri tomo camino hacia Wakasa, mientras Takeomi rio y miró a Benkei, su risa comenzó a subir de nivel para convertirse en una fuerte carcajada.

— Vete a la mierda, pendejo — le saco el dedo Benkei y se alejó con su nuevo jale.

El teléfono del mayor de los Akashi comenzó a sonar, este lo tomó y quedó extrañado, pues se trataba de un número desconocido. Rasco su mejilla. Luego recordó que tenía que estar al pendiente de todas las llamadas que entrarán, podía tratarse de Jan, o Marik.

Wakasa observó a su mejor amiga acercarse y sonrío, apenas. Imaushi tomó de su café negro y dio un sorbo. Yasuda toma lugar por un lado.

— ¿Cómo estás? — Preguntó mirándolo a los ojos.

Wakasa ladea su sonrisa.

— Bien.

No convencida acomodó mejor sus lentes.

— No te creo.

—¿Por qué lo dices?

— Te conozco como la palma de mi mano, Wakasa. Sé que lo que dijeron en los estúpidos anónimos te afectó demasiado ¿O no?

— Claro que no, no tiene absolutamente nada que ver.

— ¿A no? — Con el ceño fruncido se cruzó de brazos.

— No.

— Entonces explícame tu rostro abatido y triste.

— Mi rostro no está abatido ni triste.

— Si quieres ve y échale mentiras a Pinocho, pero no a mí.

Sintiéndose acorralado ante el cuestionamiento de Sayuri, Imaushi da un suspiro demasiado alto y luego le sonríe divertido.

— No puedo con esto, Sayuri.

— ¿Con qué?

— No es la primera vez que hablan de Senju y ese pendejo de Chifuyu, me tienen harto.

— Wakasa — Un pequeño momento de silencio — ¿Enserio le tienes celos a ese niño? — No pudo contenerse ante lo último y su tono fue algo burlesco.

Ante eso, Wakasa quiso enojarse, pero al Sayuri decirlo de esa manera, le hizo ver que era algo estúpido. Al menos en ese momento, porque sabía que en el momento en el que quedara solo, de nuevo le daría vueltas a la situación.

— Suena estúpido ¿no?

—Sí, porque según tengo entendido por el anónimo, es un becado, y tu novia se deja llevar por esas cosas de estatus.

— Si…

Wakasa recordó como los encontró la ultima vez, con su cabeza sobre el hombro de Matsuno. Apretó los dientes, la ira queriendo crecer de nuevo en su interior. Cerró sus ojos, intentado relajarse.

—Igual, si te incomoda ¿por qué no lo has hablado con ella?

Wakasa rasco su frente.

—No puedo, prometí a Senju no desconfiar de ella. Y si voy y la cuestiono, siento que la perderé, ahora sí. Ella quedo muy dolida conmigo por lo del rumor inventado con Taiju.

—Entonces no han vuelto en sí.

Wakasa negó.

—Senju no se ha abierto mucho conmigo por ese lado en que me cuente sus cosas, pero si he escuchando sobre que te quiere mucho cuando está con Vicky y yo presente. Así que no te preocupes.

Sayuri extendió su mano y palmeo el antebrazo de Wakasa, tratándole de darle confianza. Una cosa que si sabía de su amigo, era lo inseguro que era. Aunque delante de muchos aparentara que no.

El Imaushi miro a su amiga de reojo.

—Pero si te soy sincero, a veces dudo por como los he visto hablar.

—Vamos, no…

— Dudar de Taiju fue una estupidez, no lo negaré nunca.  Supongo me agarro el chisme desprevenido y me altere de tal forma, pero con este chico, Chifuyu, algo en mi pecho no me hace sentir tranquilo desde que empezó a cruzar palabras con mi princesa.

—Bueno, pero como bien te dijiste, dudas del chico, no de Senju.

El chico miró fijamente a los ojos negros de Yasuda — Sayuri, se que te negaste, pero permíteme volver a preguntarte ¿Si me lo quitarías del camino?

Una vena salto de la frente de Yasuda.

— ¿Otra vez con eso?

— A vamos, tienes mucho sin novio. Chance y te das cuenta que es un amor y hasta te termina gustando— Wakasa alzó su taza de café.

— ¡Entiende de una vez, que no lo haré!

— Sayuri, aunque sea piénsalo ¿sí? Procésalo con detenimiento.

— Yo no tengo nada que procesar Wakasa, no voy a hacer eso, grábatelo bien ¡No!

— No tienes idea de lo feliz que me harías.

— Eres un… ¡Afff! No puedo contigo — Completamente cabreada Sayuri se puso de pie retirándose del lugar.

Wakasa al quedar solo talló su entre ceja.

¿Eso era lo que significaba estar desesperado?

Por otro lado cerca de ahí mismo, Takeomi ahora fue quien se acercó a Wakasa, tenía su teléfono en su oído.

El Imaushi lo miró tomar el lugar donde estaba Sayuri.

— Entonces, Marik, dices que quizás para enero ya podamos volver a la venta normal.

— Si, sólo déjame hacer unas investigaciones sobre cómo va el caso de Seishu Inui. Si  sale ileso de esto, ganamos. Pero Takeomi, otra metida de pata de esas, y créeme que Jan no estará nada contento contigo.

— Créeme cuando te digo que no tenía absolutamente nada, nada que ver. Todos nos sorprendimos cuando lo vimos que se llevaran esposado, aun ni tengo claro que paso. Pero si algo se de Inupi, es que es muy inteligente, no hablara de la venta.

— Bueno, yo no más te digo.

— En cuanto Inupi regrese, yo hablaré con él.

— Eso espero, ahora te dejo, tengo muchos asuntos que atender aquí.

— Bien, adiós.

Apenas ambos colgaron la llamada, Takeomi miró a Wakasa.

— Si en diciembre no pasa otra pendejada por droga, volvemos al negocio.

— No debe volver a ocurrir algo, Takeomi.

— Ya lo sé, pero necesito hablar con Inupi, no puedo creer que enserio esté detenido ¿en qué momento fue que perdió el rumbo?

Wakasa medito.

— Quizás… Necesita un hombre ¿no crees?

Takeomi carcajeo.

—Oye, lo digo enserio — prosiguió Wakasa.

—Bueno, puede ser — el azabache pensó en algo — ¿Sabes? Al hermano de Vicky también le encanta el arroz con popote.

Wakasa rio demasiado alto.

— El arroz con popote, te pasas de verga con tus frases.

—Bueno, le truena la reversa. Anteriormente, cuando recién ocurrió lo del innombrable, le había querido presentar a Niko.

— ¿Y luego? Porque tengo entendido no está en Japón.

— Por eso, como no está aquí. Niko está en Rusia, han sido contadas las veces que se vino a Japón y fue por vacaciones.

—¿Tu suegro sabe que a su hijo le gusta el arroz con popote?

—No, mi querido suegro es demasiado estricto, demasiado machista y siento que hasta homofóbico. No se da cuenta más allá de lo que quiere y le conviene.

—Imagino entonces no tiene buena relación con su papá ¿no?

—Bueno, según mi hermosa Vicky si tienen una relación difícil. Pero por otras cosas, Stanislav no sabe que a su hijo le encanta el pene.

— No jodas ¿enserio? ¿Tu suegro no se ha dado cuenta?

—Es que Nikolay… Bueno, tú lo ves y ni parece gay. Demasiado heterosexual se ve, como tú y yo.

— Pues… A veces dudo de tu heterosexualidad, eh — Soltó divertido Wakasa.

— Chinga tu madre, pendejo.

***

>Fuera de la facultad de medicina <

Shinichiro buscaba con desespero a Yuzuha, de nuevo se habían expresado horriblemente de ella, y no era algo que podría dejar así como así. Había que hablar con ella, sabía que de seguro estaría hecha en un mar de tristeza y era algo que quería evitar.

Fue cuando miro a su hermano salir de la facultad de medicina.

— ¡Manjiro!

El rubio se giro y se encontró con su hermano mayor.

— ¿Qué sucede?

— ¿Has visto a Yuzuha?

— No — soltó alzando su ceja.

—Seguiré buscando entonces.

Pero antes que Shinichiro pudiera marchar, unas palabras de su hermano menor lo detuvieron.

—¿Perdón?

—Hipócrita — soltó y esbozo una sonrisa sardónica.

—¿A qué te refieres, Manjiro? — frunció el ceño Shinichiro, su mirada mostrando confusión.

—Te la pasas sermoneándome que me olvide de Rebeca por supuesta puta, y ahora vas y te fijas en una igual.

La mirada de Shinichiro se crespo.

—¡Yuzuha no es nada de lo que dicen los anónimos!

—Mira, se que algunas cosas que dicen son ciertas y otras no. O bueno, quien sabe.  Pero algo si es cierto, tuviste una cita con ella y ella si se beso unos días antes con Mitsuya. Yo los vi, hermano. 

Shinichiro abrió sus ojos.

—¿Eh?

Mikey se acerco y palmeo su hombro.

—Hay muchas chicas aquí en Ayome, muchas que si son de tu nivel hermano. Cualquiera de ellas quisiera estar contigo. Olvida a esa puta interesada, te digo que puedes encontrar una mejor opción que esa niña becada.

Shinichiro agarró del cuello de la camisa a Mikey, sus ojos negros pasado del desconcierto al enojo en segundos.

—Deja de decir que es una puta,  Yuzuha es una chica maravillosa, y sé que sus razones tendrá. Y pensaba ya habíamos superado el temita del estatus social.

Mikey carcajeo.

Shinichiro se pregunto si su hermano menor estaba de nuevo pasando por sus habituales cambios de humor en ese momento. Aun eso sí, no dejaría que insultara a Yuzuha. Demasiado la chica había pasado eso días por el estuvo rumor de que era una ofrecida.

—Mira nada más, luego que yo soy el aferrado.

—Tú no has tratado con Yuzuha, así que no sabes la gran persona que es.

—¿Gran persona? Pues vaya famita que se ha creado, y déjame decirte hermano, que no le creía al anónimo… Bueno, ni me interesaba, pero con eso de que se beso con Mitsuya y luego se fue a una cita contigo… ¿Con que cara me reclamas lo de Rebeca?

La vena en el cuello de Shinichiro palpito. Aunque no lo dijo, si le dolió enterarse que lo de Yuzuha y Mitsuya si era más que cierto. Entonces, su respuesta a su confesión de que no estaba lista para una relación en esos momentos cobraba más sentido.

—No había querido comentar nada, pero al final eres mi hermano, así que deja a esa estúpida antes de que te dañe.

Shinichiro gruño.

—Deja de hacerte, cuando aun sigues sufriendo por la misma mujer.

—Al menos Rebeca me dejo antes y no me busco como premio de consolación.

Shinichiro se ruborizo de la ira.

—¡Deja de ligar a Recaba con Yuzuha! Pero si tanto quieres, tu amada Rebe la tiene peor, porque se metió entre dos hermanos y como era de esperarse, dejó al último por irse con otro, era de esperarse de esa niña, que nunca sabe lo que quiere.

La mirada de Manjiro se oscureció.

— Cállate — Le ordenó.

— Rebeca jugó contigo, se largo con Izana, y luego aun así corrió a los brazos de otro hombre ¡Ella te dejo de lado cuando más la necesitabas! Y aún así, no puedes soltarla ¿quién estará peor? ¿Yuzuha que lo de ella solo son mitos o Rebeca que lo de ella sabemos a ciencia cierta que si sucedió? — La vena en la frente y cuello de Shinichiro comenzó a inflarse.

Mikey lo miró cabreado, con respiración agitada en alto. Recordarle el suceso de Rebeca le amargaba la existencia.

— ¿Sabes qué Shinichiro? Vete a la mierda.

Fue cuando algo dentro del mayor se movió. Y sin decir alguna palabra se retiró.

Mikey fuertemente apretó de su mandíbula, fue cuando metió la mano en el bolsillo de su pantalón y saco dos capsulas azules. Se la pensó mucho para llevarla a su boca, pero fue cuando el rostro y el dolor que le causó Rebeca se hizo presente de nuevo, ¿Por qué Rebeca había hecho eso? ¿Por qué le causó tanto daño cuando más la necesito? ¿En verdad nunca fue consciente del gran sufrimiento que le hizo?

Con rabia y resentimiento, Mikey pasó una por su garganta, tomó lugar en una banca a esperar a que la tableta le haga ese efecto placentero y lo saque de su realidad.

***

Cumberdale Savannah mordió de su dedo pulgar, observando sentada desde una mesa cercana a la piscina, que ese día estaba completamente sola. Salvo por un hombre que estaba nadando y de pronto salió del agua. Savannah poso su vista clara en ese guapo y apuesto hombre. Un rubio de cuerpo marcado, con barba definida y bien cortada, facciones finas, y sonrisa blanca como la nieve, la dejaron fechada como siempre.

La guapa chica pelirroja suspiro fuertemente y acomodo su paño de la cabeza, sin dejar de ver a ese atractivo hombre. El entrenador de natación, ese argentino de lentes, que dejaba a las alumnas suspirando por él.

— Savannah — Fue cuando un llamado a su nombre la expulsó de sus pensamientos.

— ¿.... ?

— Oye, te anduve buscando ¿Dónde andabas? Tenemos defensa en la siguiente clase, y es enserio cuando te digo que quiero practicar.

Savannah rodó sus ojos, a mal tiempo la pusieron en un mismo equipo con la sabelotodo y amiga demás de la parlanchina de Naomi, mas cuando ya se había separado de ellas.

—Te dije Lizbeth que no era necesario, apréndete tu parte y yo la mía. Fin.

La vena en el cuello de Lizbeth palpito, esa chica siempre de prepotente. En eso, se cruzo de brazos.

—¿Te saltaste la clase por lo que dijeron de ti, cierto?

—No es de tu incumbencia.

—Mira, quizás ya no seamos amigas-amigas, pero el tiempo que lo fuimos, aprendí mucho de ti, y sé que te dolió eso del anónimo.  Solo te digo, que si quieres hablarlo, hazlo. Quizás no conmigo, y sé que mucho menos con Naomi…

Savannah bufó ante la mención de la pelirrosa.

—Pero ahí tienes aún la amistad con nuestra Akane. Ella te quiere mucho. Nunca está bien reprimir las cosas, Savannah.

—Lo dice la que tiene cerrado al corazón.

Lizbeth solo se giró.

—Te esperó bien preparada para le defensa luego del almuerzo.

La pelirroja al quedar sola observó de nuevo a la piscina, dio un fuerte suspiro y apretó de sus dientes decepcionada cuando no miro más al profesor Gustavo.

— Savannah — De nuevo la llamaron, la chica rodó sus hermosos ojos grises.

— ¿Qué no entiendes, Lizbeth? — Cuando volteo su mirada se encontró con Inui — Oh, Akane, perdón no sabía que eras tú.

— ¿Puedo sentarme?

— Si, si, adelante.

La rubia tomó asiento y miró a la pelirroja.

— Oh, imagino a que vienes.

— Solo venía a ver como estabas.

— Estoy de maravilla.

Akane sonrió dulcemente.

— ¿Qué te tiene así? ¿Arashi?

Savannah ya sentía presión ante la pregunta. Trago saliva con dificultad. Sabía que perfectamente que era lo que la tenía así.  El hecho de que Arashi ya estuviera una relación y que la hubiese rechazado.

Pero tenía una postura y una imagen que dar ante la gente. Los Cumberdale son familia importante de Alemania, al ser dueños y en parte creadores de una línea de suplementos alimenticios a nivel mundial.

Y una de esas imágenes que daban ante la gente, era la importancia del color de piel y estereotipos perfectos.

Su padre se infartaría si se enterarse que le llegó a gustar un chico de color.

—No, no es por Arashi, créeme cuando te digo que nunca me ha gustado — mordió su labio inferior.

—¿Entonces por qué te alejaste de Naomi y Lizbeth?

—Lizbeth se alejó de mí, porque dice yo me alejé de Naomi — rodó sus hermosos ojos grises.

Savannah admitía que en parte era cierto, porque no pudo soportar que Naomi se interesara en Arashi, y ella si poder si quería gritarlo a los cuatro vientos. Los celos le hicieron odiar a Naomi. Pero también, porque su padre la regañó cuando se enteró que seguía hablando con becadas.

—Bueno, sea como sea ¿qué sucedió? Hacíamos un buen grupo nosotras cuatro. También tienes a nuestra dulce Irene, pero incluso ella me dice que no le compartes nada.

— Akane, no sé, simplemente pasó…

La rubia ladeo un poco triste la mirada.

—¿Sabes que me tiene así? — habló de pronto Savannah.

— Pues, eso quiero saber.

— El que irá a pensar Koko de mi, después de esto.

Akane parpadeo varias veces seguidas.

— ¿Cómo dices que dijiste?

Savannah miró a su amiga, en realidad no le importaba mucho Koko, pero si quería que dejaran el tema de Arashi a un lado, lo usaría.

— La verdad me gusta ese chico, pero no había pensado en la posibilidad de acercarme a él — sonrío de lado — Creo que ahora si cambiará todo. Me animare a hablarle. Y lo conquistare.

Akane se quedó muda, pensando si decir o no que Koko la estaba pretendiendo. Y es que, aunque solo había intercambio algunas palabras con él, antes de lo de Seishu, si se había sentido en agrado con el azabache.

Pero si a su amiga le gustaba…

Suspiró.

Se tendría que hacerse a un lado. Después de todo, no era como si a ella le gustase.

Akane sintió un piquete de decepción en su pecho, por alguna razón.

—Entonces, eso de que le bailaste a Koko, es cierto…— Akane admitía que había esperado una explicación ante eso, pero no había tenido el valor de preguntar bien sobre el asunto.

Savannah la miro y sonrío.

—Sí, es cierto. En mi defensa, estaba muy ebria, pero tampoco negaré que me agrado hacerlo.

***

>Cafetería <

Choji miraba cada cierto tiempo hacia la entrada de la cafetería. De nuevo se habían expresado horribles de la rubia. Y ya sabía lo sensible que podía llegar a sentirse. Fue cuando su mirada gris se topó con Kakucho. Sin pensarlo, el rubio de cubrebocas salió detrás del mostrador y corrió hacia el azabache de ojo carmesí.

— Kakucho — Le llamó con algo de desespero.

Hitto dio media vuelta y miró a Ahane detrás de él.

— Choji.

— ¿Has visto a Alice?

Kakucho lo miró algo serio.

— Si, hace unos instantes la mire.

— ¿Podrías decirme dónde está ella?

El azabache de ojo carmesí dudó en responder. Sabía con exactitud lo sensible que se encontraba Alice en esos momentos, y no quería que nadie llegara a molestar la pequeña tranquilidad que había podido conseguir.

— ¿Para que la quieres, Choji?

— Kakucho, no conozco al cien por ciento a Alice, al menos aún no del todo, pero si lo suficiente para saber que ella es una chica demasiado sensible… Y por lo que acaban de decir de mí y ella, siento que lo que he avanzando con ella se irá a la mierda, si no la encuentro ahorita y le aclaro lo que dijeron.

Kakucho suspiró y luego sonrío empático, alzando una mano para posarla sobre el hombro del rubio.

— Choji, te entiendo lo que dices. Se podría decir que ya pase por esas cosas con Alice. Así que, como consejo, no la busques ahorita. Apenas si quiso recibir a su hermano.

—La otra vez le di su espacio, pero… No sé, es que en esta ocasión dieron mi nombre, junto con el de ella, eso es lo que me tiene mal…

Hitto alargó sus labios, miró el desespero en el rostro de Choji y se sintió mal. El anónimo solo está provocando desespero, dolor y angustia en las personas ¿En serio una persona podría llegar a tal grado de maldad?

— Dale su espacio, tengo más tiempo conociéndola, y sé perfectamente lo que te digo ¿sí? Ella estará agradecida.

— Kakucho, me siento en verdad mal.

— Tranquilo, todo estará bien. Oye, pero había algo que quería hablar contigo, Choji.

— Si, dime.

— ¿Si vas enserio con ella, verdad? No quiero que ni se te cruce por la cabeza el lastimarla.

Choji sintió el agarre en su hombro más pesado.

—Voy muy enserio con ella. Alice es tan linda, desde aquel día que la miré cenando con Chifuyu, en verdad, no sé, simplemente su vibra y lo bonita que es su carita me atraparon, y realmente quiero tratarla. Y si me da la oportunidad, mucho mejor — Sonrió mostrando lo blanquecino de sus dientes, contagiando a Kakucho.

—Me alegra oír eso — palmeó el hombro de Choji y alejó su mano.

—Ahora quiero preguntarte a ti ¿Tu no sientes nada por ella? O bueno, ¿Alice no siente nada por ti? Es que como siempre están nombrándolos en los anónimos, como que dudo y no sé si seguir avanzando con Alice.

Kakucho sonrió tenue.

—Entre Alice y yo, solo hay una hermosa amistad. Así que tú tranquilo.

Choji sonrió.

— Vaya, vaya — Inquirió Evan llegando a la conversación con Hitto y Ahane — Pero si son los que se están peleando por la gorda.

— No jodas, tenía que llegar esté — dijo Kakucho tallando su rostro.

— ¿Peleando por la gorda? — Preguntó Choji confundido.

— Si, por la gorda Matsuno.

Choji se puso rojo de la ira ante la ofensa hacia Alice.

— ¿Qué te pasa pendejo? — Agresivamente preguntó el rubio empujando el pecho del mayor de los Baji.

— A mi no me estés tocando así eh.

— Pues no te pases de verga y ofendas a Alice, imbécil, menos delante de mí que te parto tu madre.

Evan carcajeo y Kakucho se metió entre los dos.

— Choji, deja la situación así, no vale la pena arriesgarte por un pedante imbécil como este.

— A como defienden a la gorda, están de puta madre con sus gustos.

— ¿Por qué no mejor vas a chingar a tu madre? — Choji ya estaba saliendo de sus casillas.

Y de nuevo, Kakucho puso su mano sobre el pecho del rubio.

— Créeme yo también le quiero partir la madre, pero no vale la pena. Es lo que quiere, hacerte enfadar.

Evan soltó una risa descarada.

— Es que, no me explico de Vicky y Rebe, a la gorda Matsuno.

— ¿Rebe? — Choji alzó la ceja confundido, ya que a él no le gustaba o llegó a gustar en ningún momento Rebeca Imaushi.

Fue cuando posó sus ojos grises en Kakucho.

Kakucho miraba a Evan con los dientes apretados.

— Lárgate Evan, sino enserio que está vez me olvidó y si te parto tu madre.

Evan sonrío sardónico.

— Ya me iba de todos modos — Los miro divertido — Adiós.

Choji miro a Kakucho enardecido.

— ¿Qué pasa con ese tipo?

—Simplemente, Evan.

El rubio solo suspiro y miro hacia el azabache.

— Kakucho, volviendo al tema. Y ahora más con las cizañas de este tipo. Enserio, yo no quiero jugar con Alice.

—Solo te digo que donde sepa que la heriste, te caeré encima como perra recién parida que le quieren quitar a sus cachorros.

— ¿Perra recién parida?

— Es solo una frase para entendernos.

El rubio río divertido y asintió, ambos se despidieron y cada quién tomó su rumbo. Pero Kakucho se encontró con una peli azul quien parecía iba directo hacía él, con su uniforme de educación física que tan bonito le quedaba.

Sus manos comenzaron a sudar e inconscientemente mordió su labio inferior. Aún no se creía que el domingo en la madrugada se quedó hablando con ella hasta que les dio sueño. Rebeca le dedico una linda sonrisa contagiadora.

— Hola — Le dijo ella colocándose por un lado de él.

— Hola — Ambos quedaron demasiado cercas uno del otro, sus brazos incluso chocaban.

— Quería agradecerte en persona lo del domingo en la madrugada, realmente si no hubiera tenido esa conversación contigo, no hubiese podido dormir te lo juro.

Hitto sonrió de lado.

— Me da gusto haber ayudado a relajar tus nervios.

— La verdad gracias, yo estaba demasiado preocupada, no podía dormir.

— ¿Tan nerviosa estabas? Bueno, por mensaje si te notabas mal, pero no pensé que tanto así.

—Y créeme que fue peor el domingo cuando desperté. Me pasaron la noticia de que hubo un accidente ese mismo día que escapamos antes de que la policía llegará.

— ¿De la pareja no? Si, vi las noticias por internet, espero que la chica ya haya salido de coma.

— Yo también espero — convino Rebeca — Pero enserio que mi hermano se pasó de descarado. Llega muy combito el domingo en la tarde, todo fresco, y yo un mar de nervios.

— Ey — Kakucho la miró con compasión y ternura las ganas de tomarla entre sus brazos en ese momento de vulnerabilidad lo estaban dominando, pero no podía dejarse llevar en esos momentos en medio del campus universitario, mucho menos al recordar lo intenso que estuvo este último anónimo, así que lo único que hizo fue hacerle un mechón detrás su oreja — Que linda eres cuando te preocupas por tus hermanos.

La Imaushi pestañeo varias veces seguidas, y sintió sus mejillas acalorarse de repente, cuando menos se dieron cuenta ambos rostros ya estaban demasiado cercas uno del otro. Rebeca pasó saliva al sentir lo cercas que el rostro de Hitto estaba frente a ella. Fue cuando sus ojos carmesí miraron sus gruesos labios y se sonrojo cuando recordó aquel pequeño beso que Kakucho le había robado.

— Rebe — Le dijo perdiéndose en sus labios rosa mate. No podía evitarlo, tener a Rebeca cercas le provocaba tanto besarla.

Sus ojos carmesí examinaron el rostro de Hitto, fue cuando le rostro de Draken llegó y Rebeca negó, tomando distancia.

— Gracias, Kakucho — Le dijo algo consternada.

Kakucho se alejó unos pasos.

— Si, no hay de qué, cuando quieras, ahí siempre estaré, y no dudes en llamarme, si te sientes sola, que siempre estaré ahí, Rebeca.

La chica pasó saliva y tiernamente le sonrió a Kakucho, para retirarse del lugar.

Kakucho metió las manos dentro de los bolsillos de su pantalón y suspiro. Fue cuando observó a su amigo Izana acercarse y se preguntó si realmente podría seguir aguantando el confesarle la verdad.

***

~Habitación #202~
Mitsuya Takashi
Ken Ryuguji
Hakkai Shiba

Mitsuya se colocó su camisa para educación física y miro hacia Hakkai, quien no le había dedicado la palabra desde que llegaron los anónimos.

Draken ya se había marchado, así que la tensión en la habitación se había puesto más pesada.

Se sentó en la cama para colocarse sus zapatos y suspiro.

—Hakkai, viejo, se que debes estar…

—Mitsuya, enserio, no quiero hablar contigo en estos momentos. No me interesa la excusa que puedas decirme — soltó tangente.

Hakkai estaba enojado, pero en parte sabía que su hermana mayor tenía culpa. Por haberse dejado llevar tan fácil. Así que solo por eso no se había ido contra Mitsuya.

Takashi solo asintió y una vez listo, se retiró de la habitación.

Hakkai estaba ajustándose las trenzas de su tenis, cuando escucho que tocaron la puerta.

Se levantó para abrir y sus ojos se agrandaron cuando vio a Souya detrás de la puerta.

—Souya…

—Quise dártelo esta mañana, pero como el ambiente se arruinó por el anónimo me espere hasta ahora.

Hakkai se ruborizo.

—¿Qué cosa? No entiendo…

El más bajo saco una mediana figura detrás de su espalda.

—¡No.Puede.Ser! — Hakkai abrió sus ojos y tomo la figura en sus manos como si fuera una ilusión — ¡Es la figura edición ilimitado del escarbato!

Souya sonrió de lado y sintió bonito cuando vio la cara iluminada de Hakkai.

—Cuando fui al evento y la vi, pensé en ti, e imaginé la querrías.

Hakkai se paralizó y miro a su amigo.

—Oh, pero debió costarte un ojo Souya.

El Kawata hizo un ademán.

—No, la verdad no.

Hakkai miro al bonito escarbato con sombrero y bufanda, luego miro a Souya. Trago saliva y termino negando.

—No, Souya, esto es demasiado — le volvió a extender la figura apenado.

Souya frunció el ceño y  la empujó de nuevo hacia él.

—Hakkai, lo compre pensando en ti, así que aceptarlo.

—Pero ni siquiera fui contigo…

Se quedaron momentáneamente en silencio. Recordando lo extraños que estuvieron esos días.

Ambos se miraron a los ojos y en eso, el Kawata menor dio el paso para sonreír despreocupado ante la situación. Aunque si lo pensaba bien, se sentía del todo inconforme tener que fingir que no se puso algo mal porque Hakkai no fue con él.

—No seas idiota, un regalo no se rechaza.

Hakkai sintió las mejillas ruborizada.

—Pero…

Souya se cruzó de brazos necio.

—No acepto devoluciones.

Hakkai miro de nuevo la figura, y sonrió con ternura.

—Está bien, te lo acepto — lo miro hacia los ojos y sonrió amplió — Muchas gracias Souya, enserio, ha sido un detallazo. Te prometo que te lo compensaré.

El menor de los Kawata sonrió, sintiendo su corazón latir más rápido de lo que esperaría, y mordió su labio inferior para no decirle, por alguna razón, que ya su expresión de felicidad era ya buena recompensa.

***

>División de dormitorios <

La última clase del día, Histología, se había suspendido. Chifuyu aún preocupado con su amiga por lo que pasó ese día con el anónimo, pensó en irla a buscar. Al menos esperaba tener más suerte que con su hermana, quien no había querido hablar mucho con él. Abel empático se unió a su búsqueda.

Imaushi y Matsuno corrieron por el área de dormitorios femeninos. Arriesgándose a que la prefecta los viera, pero ahorita eso era lo de menos. Durante su camino, se encontraron a Emma, la chica lo miró a Abel sorprendida, pero se abstuvo a hacer comentario alguno tras estar Rebe ir por un lado de ella.

— ¿Qué estás haciendo aquí? — Preguntó alzando su ceja.

— Estamos buscando a Yuzuha, Rebeca.

— ¿Cómo para qué?

— Un asunto importante.

— ¿Asunto importante?

— Si ¿Qué asunto importante? — Preguntó Emma llevando sus manos a su cintura.

De nuevo la pequeña escena de celos de Emma, le provocó ternura al azabache de expansores.

— Es por algo pequeño, no hagan tanto drama. Además, Chifuyu también la está buscando, queremos hablar con ella.

Rebeca alzó su ceja, pero terminó suspirando, al menos por ese día no quería enrollarse más. Ya no dijo nada más, y tras darle un beso en su mejilla a su hermano, siguió su camino.

Abel cruzó su mirada con la Sano, haciendo que ella se pusiera algo nerviosa.

— Rebe — Hannah salió de pronto y llamó la peli azul.

— Oh ¿mande?

Abel regresó su atención a Emma, le sonrió de lado y al pasar por un lado de ella, Abel le guiñó el ojo. Emma contesta de la misma manera y el chico se retira sin decir algo a su hermana.

Chifuyu alzó una ceja ante el gesto, pero no le prestó más importancia, al creer que no era nada y siguió al azabache.

~Habitación #201~
Yuzuha Shiba
Senju Akashi
Yoko Izumi

La cabeza de Yuzuha estaba recargada en las piernas delgadas de Izumi, mientras ella misma le acariciaba el cabello a la Shiba.

— Estoy harta, Yoko.

— ¿Mitsuya quiso hablarlo, o me equivoco? — cuestionó al recordar el intercambio de esta mañana en sociología.

— Lo intentó, pero no quise escucharlo.

— ¿Por qué no? Pensé que ya se estaban llevando bien.

Yuzuha suspiró, recordando que aún no le había contado a Yoko lo sucedido con Mitsuya, sobre el pequeño oasis de seis días que vivió.

Mordió el labio y se incorporó, para contarle ahogada y vacía todo a su amiga, quien llevó una mano a su boca, impresionada. Yoko sí había notado que el trato de Yuzuha con Mitsuya fue más suave, pero solo lo asoció a que habían hecho las paces.

—No me juzgues ¿Si?

Yoko meneo la cabeza y la rodeó con sus brazos por el cuello y la trajo hacia ella.

—Boba, no tengo nada que juzgarte ¿Ok? Más bien, me molesta que hayas pasado por eso sola, tenías que haberme contado.

—Lo siento, lo siento Yoko. No tenía cara, mente, no se…

Yoko sobo su espalda.

—Si, tranquila, comprendo.

Yuzuha secó sus lágrimas.

— Pero bueno, olvidémonos de Mitsuya… Ahora lo único que quiero es que ya me dejen en paz con lo que soy una prostituta.

—Tranquila, cuando menos lo esperes, vendrá la calma ante esta tormenta.

—¿Sabes? Lo que ahora me pregunto es que si el que esparció el rumor de que según soy una puta, será el mismo de los anónimos.

Yoko se separó y miró a su amiga a los ojos.

—¿Será? Porque que se hace que solo lo tomo para cizañar más contigo.

Yuzuha se cruzó de brazos.

— De seguro fue Evan, desde que lo golpee me trae entre ceja.

— Que buen golpe, aún está fresco en mi memoria — Dijo Yoko sonriendo.

Ambas rieron un pequeño momento, pero de inmediato detuvieron la risa al caer en un pensamiento… ¿Será Evan el de los anónimos?

Se miraron mutuamente, pero al momento en el que una iba a hablar la puerta del dormitorio se abrió llamando la atención de ambas castañas, miraron a la albina ingresar a la habitación.

— Yuzuha — Le habló la Akashi.

— ¿Qué  quieres barbie?

Senju aspiró aire fuertemente. Igual no era extraño para ella esa reacción, debido a lo que pasó hace unos días, cuando la trató de puta con Sakura frente a muchos universitarios.

— Mira, sólo hago esto porque… Creo que esta vez se pasaron contigo, y también porque creo que le levantaron falsos muy horribles a Mitsuya, él no es de tener ganados ni nada de esas cosas, ni tampoco suele jugar con las personas.

Yuzuha rodó sus ojos.

— Senju, eres la menos indicada para hablar de respeto.

La Akashi suspira, y solo siguió hablando.

— Escúchame, no sé qué sucedió, si no quieres decirme por el hecho de yo ser amiga de Sakura, o por lo que te hice con ella hace días, está bien. Pero entonces, tómame este consejo como una muestra de disculpa — Senju tomó asiento en su cama.

Yuzuha y Yoko la miraban, no sabían si se tratase de alguna mala broma o que era lo que pretendía.

— Mira, como amiga de Sakura, se que desde hace mucho su amor con Mitsuya terminó, y…

Senju le explicó a Yuzuha la situación que presentaban esos dos, el problema de drogadiccion de Sakura, su intento de suicidio, y el derrumbe que tuvo hace días apenas se dejaron ellos dos.

Yoko pasó saliva demasiado sorprendida, no esperaba esa situación, y Yuzuha mucho menos.

— ¿Ahora entiendes lo sucedido? No se enrealidad que pasó contigo y Mitsuya, que tan cierto es, pero… Takashi no es como dice el anónimo. Más bien, siento que esta vez Takashi sí quiso dejar su relación, pero no puede, simplemente no puede, su conciencia lo mata.

La vista de Yuzuha se nubló.

— Esto que me cuentas, no sé qué decir… O cómo procesar.

Yuzuha mojo sus labios, tampoco es que hablaría del todo con Senju como hizo con Yoko. Al final ella también había hecho algo malo, tampoco estaba tan inmensa en su propio dolor para hacerse la víctima. Acostarse con Mitsuya siendo aún novio de su amiga, tuvieran el problema que tuvieran.

Sonrió un poco irónica, quizás ese si era su karma. Con todo lo que le estaba pasando esos días.

Aún así, algo de lo que le estaba diciendo Senju había aligerado la carga de su corazón.

Un llamado a la puerta interrumpió la plática entre las chicas, Senju quién estaba más cerca de la puerta tomó camino y abrió de ella, encontrando a Abel y Chifuyu detrás de la puerta.

La albina los miró con detenimiento.

— ¿Qué hacen aquí?

Abel la miró fijamente pero prefirió ignorar algún sentimiento que quisiera despertar.

Chifuyu le sonrió.

— Tranquila barbie tercermundista, no vinimos a buscarte a ti estamos buscando a Yuzuha.

Senju alzó una ceja, pero terminó haciéndose a un lado de la puerta para dejarlos pasar.

Imaushi y Matsuno ingresaron a la habitación y Senju suspiró, pero justo al momento en el que iba a cerrar de la puerta un pie se interpuso en el camino, la chica pestañeo al mirar a su rubio de mechas moradas.

— ¿Wakasa?

Los ojos morados del Imaushi miraron hacia el fondo de la habitación encontrándose con una imagen que no le gustó para nada.

— ¿Abel, Chifuyu? — Arqueo su ceja y miró a Senju.

— No, no vienen conmigo si es lo que estás pensando eh.

Wakasa apretó un puño.

—¿Segura? Porque últimamente solo hablan de ti con el becado, el maldito de los anónimos. Y esta vez no me lo puedes negar, Senju. Los vi el otro día muy juntos, disfrutando del cielo.

Senju se ruborizó y trago grueso.

— Él viene con Yuzuha, no conmigo, Wakasa no empieces.

—Entendí que por lo de Taiju estuvieras enojada, pero no me pidas que con esto no me altere cuando los he visto, Senju.

—Wakasa, prometiste confiar…

—A pesar de todo, lo estoy haciendo ¿No crees? No sabes la amargura que he tenido que aguantar viéndote con ese pendejo, y el tener que pensar: Nah, debo confiar en mí princesa, por más que su cabeza esté en el hombro de un tipo.

La voz de Wakasa era tipo baja, de esas que se están conteniendo para gritar.

— A ver, no me quiero meter— Intervino Matsuno acercándose — Pero bajale, Senju y yo solo somos compañeros y amigos, y yo vengo a ver a Yuzuha.

Wakasa miró a Chifuyu como si fuera una mosca, luego miró a Yuzuha y regresó la vista al rubio malicioso.

—¿ A la zorra de tu amiga?

—¡A mi no me llames zorra, pendejo! — Yuzuha ya iba en dirección hacia el rubio con la mano empuñada, cuando sintió que alguien la tomó de la cintura.

— ¡Deten tu tren, Yuzuha! — La había tomando Abel — No lo hagas, no vale la pena.

— Es que ¿quien se cree este?

Pero Abel miraba a su hermano.

—Estás irreconocible, Wakasa. Entiendo que tengas riñas conmigo, pero tú antes te enjuagarias la boca con cloro antes de siquiera llamar a una mujer zorra.

Wakasa frunció el ceño y dio un fuerte suspiro.

— Yo sólo venía a hablar contigo Senju, pero ya tú me dirás.

— Ay, mira, vamos para afuera ¿si? Hablemos un rato, no es lo que piensas. 

La albina tomó del brazo del mayor de los de los Imaushi y salieron de la habitación.

Una vez quedando solos Abel Soltó a Yuzuha y pego un fuerte suspiro.

— Tu hermano es un pendejo, con toda la extensión de la palabra.

Abel pasó una mano por su cuello.

— Ya lo sé, ya lo sé. Pero te juro que él no era así antes.

— Entonces cambió mucho.

— Demasiado, apenas si lo reconozco.

Yuzuha alargó sus labios.

—Yuzuha ¿Cómo sigues luego de lo del anónimo? — Se acercó Chifuyu. Aún así, miro hacia por donde se había ido Senju con Wakasa, para regresar la mirada y atención a sus amigos.

Mientras Yuzuha, Abel y Chifuyu hablaban a Yoko se le hizo presente un mensaje por parte de Baji.

K. Baji
"¿Quieres cenar hoy?

Yo
" Jajaja, bueno no veo el porqué no "

K. Baji
" ¿Te veo a las ocho? ¿es buena hora?"

Yo
"Muy buena hora, a las ocho entonces"

Yoko mordió su labio inferior, y devolvió su atención hacia la situación de Yuzuha y los demás.

— Da igual, créeme que me llamen zorra, que me etiqueten, no me importa ya. Yo sé y ustedes también lo saben que eso es mentira ¿o no?

— Por supuesto, mandalos al pito, son unos pendejos que solo hablan por hablar — Abel tomó el hombro de Yuzuha y masajeo con suavidad.

— De verdad necesito un masaje anti estrés.

— Los masajes sin final feliz no tienen sentido, así que mejor te lo haga Chifuyu.

Yuzuha rio.

— Eres un idiota.

— Al menos te reíste, que eran las intenciones Yuzu.

— No me había reído en todo el maldito lunes.

— Pues siempre hay una primera vez, debtro de el maldito lunes que aún no se acaba.

— Me alegra que ya estés mejor.

— El maestro Héctor es muy bueno terapeando, oigan ¿Ustedes sabían que es gay?

— ¿Cómo que es gay? — Preguntó Abel.

— Si, el anillo de compromiso es porque está casado con un hombre. O sea ¿ustedes creen que yo tendría algo con él así?

Chifuyu carcajeo.

— No sabía que hasta podías levantar gays, Yuzuha seña de que estas bien hermosa que hasta le alteras la hormona al profe gay.

— Eres un pendejo — Le dijo entre risas y golpeando su hombro.

Abel dio un paso.

— ¿Recuerdas cuando te dije que buscáramos al culpable de los anónimos?

— Si, si recuerdo, no había podido comunicarte nada a decir verdad ni siquiera me había puesto a pensar en eso, Abel con tantas cosas que han ocurrido.

— Si, si entiendo, mira no importa, de hecho yo también como que e andado muy ocupado con unas cosillas por ahí. Pero con este último anonimo, vi que te traen a pan y verga, y se acaba el pan y te queda la pura verga, me quede pensando ¿quien le tiene tanta tirria y coraje a Yuzuha?

— ¿Quien? — Chifuyu alzó la ceja confundido.

— Evan Baji.

— Justamente de eso estábamos hablando Yoko y yo ¿cierto?

— Si, yo pienso que es Evan la verdad.

— Aunque también me pongo a dudar porque en una ocasión hablaron de que Emma le ponía el cuerno y una de las cosas que Evan jamás haría sería referirse así mismo como un cuernudo.

— Bueno, a lo mejor lo hizo para pasar desapercibido.

— Existe esa posibilidad también. Deberíamos estar mirando los movimientos de Evan, y cualquier cosa estarla informando.

— Está bien, estaré tan feliz cuando desenmascaremos al idiota de los anónimos, te lo juro.

— Tranquila, pronto se sabrá quien es.

— Eso espero porque ya me estoy enfadando.

Chifuyu se acercó a Yuzuha y le extendió sus brazos para meterla en un fuerte abrazo, ella no se negó de lo contrario correspondió tiernamente.

***

>Cafetería <

— ¡Vicky! — Le llamó Sakura a la gótica quien estaba sentada en las piernas de Takeomi.

— ¿Mande? Sakura bonita — Sonrió mostrando el blanquecino de sus dientes.

— ¿Has visto a Mitsuya?

— La verdad no ¿Tú lo has visto Take?

— No, e tenido asuntos más importantes que estar buscando a Mitsuya, Sakura.

La chica rodó sus hermosos ojos morados. Fue cuando miró a Benkei con una chica.

— ¿Jale nuevo?

Casi escupe lo que estaba tomando en esos momentos el moreno.

— ¿Jale? — Preguntó confundida la chica.

— Benkei es malisimo para las relaciones amorosas eh, ni sueñes con que te pedirá alguna seriedad, darling — Sonrió maliciosamente y se retiró con una sonrisa en los labios.

— Sakura es una perra desquiciada  — refunfuñó Benkei.

— ¿Me quieres explicar que es eso de jale? — La chica se cruzó de brazos y Takeomi y Vicky entre abrieron sus labios y se miraron. No querían escuchar el rechazo que le tocaría a Benkei en esos momentos, así que decidieron dejarlos solos por el momento.

Sakura se cruzó de brazos en medio de la cafetería, y espero mirar algún compañero de Mitsuya, pero nada. Fue cuando vio a Taiju en el mostrador para comprar algo.

— ¡Taiju!.

El peli azul arqueo la ceja.

— ¿Qué quieres?

— Sólo quería preguntarte si has visto a Mitsuya.

— Que agradezca que no lo he visto, porque si no le parto la madre. Que Dios santo me perdone por adquirir a la violencia.

— No te preocupes, yo le parto la madre antes que tú yo no le debo nada a Dios — Sonrió triunfante.

— ¿Enserio crees que no le debes nada a Dios?

— Por supuesto, yo no le debo nada a él, al contrario, creo que él me queda debiendo.

Taiju suspiro y frotó entre su ceja.

— Sakura, necesitas a Jesús en tu vida, no puedo creer el casi tipo de blasfemia que acabo de escuchar, es horrible.

Sakura lo miró extraña y solto una carcajada.

— Mira, hay viene tu novia.

— ¿Qué novia? — Taiju dio media vuelta y miró a Sayuri caminar en dirección al mostrador del cafetín.

— No estoy hablando nada comprometedor con tu novio eh, es más me hablaba de Dios y no sé que tanto, te lo dejo Sayuri bonita — Y sin más Sakura se retiró mucho antes de escuchar alguna palabra de enojo que fuese a salir de Sayuri.

La azabache apretó sus dientes al mirar como Johnson se había salvado de sus regaños.

— Choji ¿me das por favor un jugo de papaya?

— Seguro, Sayuri, dame un segundo.

Taiju mostró una sonrisa agradable ante la azabache.

— Deja de mirarme poco fino.

— Sayuri ¿Por qué no dejamos las cosas claras entre tú y yo? — Sonrió de oreja a oreja, buscando molestarla.

La chica rodo sus ojos fastidiada.

— ¿Qué podemos arreglar entre tú y yo? Ni siquiera somos amigos como para que me vengas a decir que arreglemos las cosas.

— A vamos, podemos ser amigos ¿por qué no?

— Claro que no, mis amistades no pueden — Bajo sus lentes al puente densu nariz y lo examinó de pies a cabeza, para sonreír y volver a colocar dónde mismo — Bueno tú sabes.

— No, no sé, pero bueno entonces dime ¿Por qué tanto odio hacía mi? — Taiju comenzó a tomar un  acercamiento a la chica azabache.

El inesperado acercamiento de Taiju, empezaba a poner a la chica algo nerviosa y enojada a la vez.

— Ya aclaremos, eso de una vez ¿Porqué tanto odio? Podríamos llevarnos muy bien ¿sabias eso? Sin necesidad de estarnos llevando mal.

— Ni volviendo a nacer, Taiju, eso pasaría.

— ¿Qué te da miedo, Sayuri? ¿Qué te pueda yo gustar?

Las mejillas de Yasuda adquieron un potente carmesí y sin mencionar el fuerte calor.

— ¿Qué estás diciendo?

Cada vez más, Taiju a cortaba las distancias entre ellos, y Sayuri sentía las piernas temblar. El tamaño, y lo grande que estaba el peli azul, eran demasiado intimidantes, incluso para una persona como Sayuri Yasuda.

— Si, a ver dime ¿Te da miedo que si te sueltas poquito hacía mi, te pueda yo gustar?

— Lamento interrumpir, pero Sayuri aquí está tu licuado.

— Gracias, Choji… Y no sé de dónde sacas esas ideas locas, pero créeme ni en tus mejores sueños eso pasaría… — Como coincidencia de la vida, los ojos azabaches de la chica miraron a Chifuyu caminar con Yuzuha unos metros de ellos y respondió por impulso — Además, yo ya tengo a alguien más que me interesa.

— ¿Asi?

— Si, y aparte a ti solo te interesan casos imposibles como la directora ¿no es así? ¿Porque no vas e intentas fallidamente de nuevo? — Sayuri palmeo con suavidad la mejilla de Shiba y sonrió — Adios.

Sin decir algo más la chica se retiró del lugar, dejando confundido al Shiba. Hasta que se rió divertido.

***

Keisuke esperaba sentado afuera de la cafetería por la linda y guapa Yoko, mientras miraba su teléfono y entre eso miraba los estados de sus contactos, fue cuando se encontró con el de Allison Harrington.

La linda chica de ojos verdes, reflejados alado de un lindo gatito gris con los ojos profundamente azules.

No tenía leyenda, sólo un corazón, y aunque no lo quería admitir le dolía mirar el estado, a decir verdad le dolía mirarla a ella.

— Hola — Un saludo lo expulsó de su casi agonía, y al, darse media vuelta se encontró con Yoko a quien le sonrió coquetamente.

— Que bonita te pusiste para cenar.

— Gracias, gracias.

La castaña tomó asiento, y ambos comenzaron a entablar una conversación, fue cuando a lo lejos Evan quien venía con Izana, felizmente sacudió el hombro del albino de piel canela.

— ¿Ya viste ya viste?

— ¿Qué  cosa?

— Allá, a Keisuke, sabía que no le gustaban los hombres.

Izana carcajeo.

— No mames, claro que no le gustan, no jodas, bueno, también tenía mis dudas con Kazutora, pero vamos, le hemos conocido chicas. Y tú también.

— Bueno, como hermano mayor es mi deber arruinarle este momento a mi queridisimo hermano. Asi que enseguida regreso, Izana.

— ¿Le vas a arruinar el momento? No seas culero.

— Es mi deber como hermano mayor.

— Oye, pero tu Keisuke nada pendejo ¿Verdad? Agarrándose al mandado que Ran quería.

— Es de familia — Evan guiño el ojo y caminó en dirección a donde su hermano estaba.

— Yoko, aún estoy esperando noticias de Inupi. Pero si sale, haré  en la cabaña de mi mamá en Hashirama Club una fiesta de cumpleaños este sábado ¿Irías no?

Yoko sonrió y asintió.

— Me parece muy bien, no tengo absolutamente nada que hacer este fin ¿invitaras a varios del colegio?

— Por supuesto, aunque también será un pequeño festejo con Emma, el cumpleaños de ella es mañana, así que también aprovecharemos y vamos a hacer algo en conjunto.

— Vaya, todo el tiempo creí que mi hermano era gay, pero ahora creo que estaba equivocado — Evan apretó los hombros de Keisuke, quien suspiro fuertemente y rodo sus ojos.

— No empieces, no, ahorita no.

Yoko miró la escena frente a ella, Evan era de su total desagrado, desde el momento en el que se atrevió a tocar a Yuzuha de tal manera agresiva.

— Y nada pendejo mi hermano eh, una chica tan linda como tú.

— Amm ¿gracias?

— Evan, dejame en paz ¿si? Ya estuvo bueno — Se quito las manos de su hermano de los hombros — Me irrita que seas asi

— De hecho solo vengo a felicitarte, y me da gusto saber que mi hermano no es gay eh.

— Vete a la mierda. Además Yoko y yo somos solo amigos ¿verdad?

La castaña asíntio.

— Ay nooo, no me decepciones eh, te tengo fe con ella.

— Evan, ya enserio, largate.

El azabache y moja beso la cabeza de su hermano menor.

— Enorgulleceme, perro — Fueron sus últimas palabras cuando el chico se retiró.

— Enserio, perdón por eso Yoko

— No pasa nada, supongo son las cosas que suceden al ser hermanos menores ¿no?

— Si, siempre es la misma ¿Tú eres hija única no?

— Si, yo no sé lo que es tener un hermano o hermana.

— Bueno, creo que a veces me hubiera gustado no saber lo que es tener un hermano, creeme.

— Ay ¿tanto así?

— Derrepente si, pero bueno no hablemos de eso, mejor ay que pedir algo de cenar ¿no?

— Si, si claro adelante. Vamos.

Keisuke se puso de pie, y extendió su mano, ella la tomó y al momento de tomarla jalo de ella, acercándose su pecho. Sus voluptuosos pechos pegaron a sus pectorales, haciendo que despertara algo primitivo en el Baji.

El azabache prefirió ignorar esos pensamientos sucios y deseos de piel hacia la chica. Se sintió culpable al sentir esa necesidad. Pero nunca contó con que a ella también le despertaron esos deseos de piel por
él.

Ambos se miraron a los ojos y luego a los labios, recordando los besos que se habían dado.

Keisuke despertó primero, y tras sonreír, siguieron su camino hacia el interior de la cafetería.

Pero Yoko, le vino de nuevo el pensamiento sobre tener un jale.

***

>Cercas de la cafetería <

— A ti te andaba buscando arrastrada

Yuzuha dio media vuelta encontrándose a quien menos ella quería mirar en esos momentos.

— ¿A quien le dices arrastrada? Hija de tu perra madre.

Con furia ya acumulada, Yuzuha se acerca a Sakura empuñando su mano para soltarle un golpe a puño cerrado a la chica de cabellos anaranjados.

Continuará

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