Capitulo #32 "Comienzan Las Carreras"

>Colegio Ayome <
Viernes
5:40pm

— Bueno chicas, muchas gracias por su tiempo y entusiasmo, debo recalcar que muchas tienen un talento innato para bailar. Son muy admirables todas ustedes. Los resultados como bien saben los recibirán por correo...

— ¡Espere, Miss!

Yoko dio un paso al frente.

—¿Si? Señorita...

— Izumi — respondió Yoko con algo de timidez, pero dispuesta a insistir para que le dieran la oportunidad a su amiga y no perdiera la audición. — Miss, lo que pasa es que aún falta una chica por presentarse.

Miss Alexandra miro la lista y asintió.

— Sí, es la señorita Shiba ¿Sabe porque no vino?

Yoko mojo sus labios.

— Fue un momento a la enfermería, se sentía mal. —Fue lo más rápido que pensó como justificación. —Pero me acaba de mandar un mensaje, que se siente mucho mejor y ya viene para acá —mintió al final Yoko, porque no sabía cómo seguía su amiga tras aquella humillación.

—Aun así, las audiciones ya terminaron, y aquí no se aceptan retrasos — tomo la palabra Sakura levantándose de su silla. — Si así es ahora ¿cómo sería si se uniera al club? Ayome toma mucha en cuenta la responsabilidad de los estudiantes cuando se comprometen con un Club.

— Yoko acaba de decir que fue porque se sentía mal — tomo la palabra Allison, mirándola a los ojos enojada, y Sakura sonrío de lado con superioridad. Porque ambas sabían la verdad del por qué Yuzuha se había retrasado.

— Por favor, Miss Alexandra. Le aseguro que valdrá la pena, Yuzuha baila muy bien — continúo Yoko en apoyo a su amiga.

— Niña, esa chica ya no tiene oportunidad, grábatelo muy bien mosca muerta —bramo Sakura cruzándose de brazos.

Yoko se cohibió un poco esta vez guardando silencio , y Allison salió de nuevo en su defensa.

— ¡Mejor cállate tú, vieja egoísta! Tú no eres la que toma las decisiones finales, por más capitanucha que seas.

La castaña de mechas rosadas la miro enseguida, impresionada de que saliera a defenderla.

—¿Perdón? — gruño Sakura —¿Y tú a quién crees que le estás hablando así? Celulítica.

Allison gruño, y Hinata la tomo enseguida del brazo.

—No hagas una locura, podrían expulsarte — le susurro.

—Es que Hina, no puedo soportar que esa perra se salga con la suya.

—¡Perra tu abuela, hija de puta! —gruño Sakura.

Alexandra aplaudió dos veces, pidiendo silencio.

—¡Por favor, señoritas! ¿Qué vocabulario es ese? Esto es un club de baile, no un club de verduleras —grazno la profesora Alexandra, y bateo su hermoso cabello caoba hacia su espalda. Miro su reloj de muñeca. —Señorita Izumi, aún le puedo dar una oportunidad a su amiga porque aún no acaba el horario estipulado para las pruebas. Aunque debo advertirle que solo quedan quince minutos.

Yoko sonrío.

—Es suficiente, iré a ver por dónde viene — Y salió corriendo, rezando para que su amiga se encontrara cerca. Pero cuando iba a tomar la perilla, la puerta del salón se abrió y sonrío al mirar a la castaña ingresar algo ansiosa.

Más atrás de ella se encontraba Shinichiro.

Sakura frunció el ceño al notar que esos dos habían llegado juntos.

—¡Yuzu! —la recibió en un abrazo.

—Yoko, debo tratar de convencer a la Miss para que...

—No te preocupes, Yuzu. Ya hable con ella, y te dará la oportunidad. Le dije que estabas enferma —susurro por lo abajo —¡Pero apúrate, te quedan solo diez minutos!

La castaña sonrío alegre y la abrazo de nuevo por su ayuda, para luego caminar con prisa hacia la mesa de las dos juradas. La expresión de Sakura era un poema en ese momento, y más cuando Yuzuha le sonrío con altanería.

—Disculpe el retraso, así que agradezco me dé un chance de audicionar.

Alexandra asintió tomando asiento.

—Su amiga puntualizo que valdría la pena, así que espero cumpla con la expectativa — En eso miro hacia la puerta —Por favor, joven, es una audición privada.

Shinichiro asintió, y tras hacerle un gesto de apoyo a Yuzuha, se retiró.

—Bueno, señorita Shiba, conecte su teléfono por bluetooth al altavoz y ponga la canción que eligió para su audición.

Yuzuha hizo lo pedido, se colocó luego en medio del salón y miro hacia Sakura, con evidente reto. A lo que la chica se la devolvió.

La música comenzó y la castaña demostró su talento con ímpetu.

***

Diez minutos después, las chicas iban saliendo del salón del club de baile. Yuzuha venía hablando con Allison y Hinata, sobre qué bueno que al final hubiera llegado y logrado hacer la audición. Más atrás de ellas, venia Yoko hablando por teléfono.

Yuzuha se fijó en que el azabache aún seguía ahí y ambos se sonrieron. Se disculpó con sus amigas y avanzó hacia donde él estaba sentado. Ellas solo comentaron de ir a por sus cosas para marchar hacia el estacionamiento.

—Enserio, muchas gracias por tu apoyo, Shinichiro. De no ser por tus palabras, me hubiera quedado en ese banco deprimida, para toda la vida — lo miro a los ojos agradecida.

—Yuzuha, no tienes nada que agradecerme — El azabache coloco un mano en su hombro.—Más bien me alegra te hayas animado, estoy seguro que más tarde recibirás el correo de aceptación.

— Por cierto, ¿Tú no te uniste a un club?

Shinichiro negó.

—No, mi deporte es el automovilismo, y aquí pues no hay club de ese tipo. — Yuzuha recordó que una de sus conversaciones el azabache le comento de su afición por las carreras. —Bueno, ahora si me marchó.

—¿No te quedarás este fin en Ayome?

—No, me pasaron el aviso de que este fin de semana habrá arrancones de autos en el viejo condado, y por supuesto que no puedo perder la oportunidad de ir —En eso la miro de reojo —¿Quieres ir?

Yuzuha pestañeo.

—¿A las carreras? Oh, bueno — Sus ojos ámbar se fijaron en que Mitsuya venía hacia donde ellos estaban, aunque no precisamente en su dirección, y no supo cómo sentirse. Volvió a mirar a Shinichiro y sonrío apenas. — Déjame pensarlo.

—Taiju me confirmo que va, cualquier cosa te llegas con él —Yuzuha asiente. — Por cierto, antes de que se me olvide. Ya me llegaron las entradas del concierto, están bien guardadas en un cajón de la habitación de mi casa — Ilusionado y feliz sonrió.

Yuzuha se sintió mal al instante, porque se le había olvidado al completo que tenía esa salida pendiente con él, y tan bonito que Shinichiro siempre se comportaba con ella. Pero con todo eso que había pasado entre Mitsuya y ella, no había tenido cabeza para otra cosa.

Se abrazó a sí misma y miro hacia el chico de cabello lavanda, quien ahora se alejaba con Sakura.

Sintió de nuevo esas ganas de llorar.

Luego miro a Shinichiro, quien la miraba con mucha atención. Yuzuha por un momento quiso cancelarle, independiente de que Mitsuya arreglara o no la situación, creía que no se merecía que su mente no estuviera del todo conectada con la emoción de ir a aquel concierto juntos; por más que "Ikimono Gakari" fuera la banda japonesa favorito de ambos.

Pero ya compro la entradas - le susurro su conciencia, haciéndola sentir peor.

Suspiró y decidió obviar la situación que tenía en esos momentos.

—Yo también quiero, que ya sea 22 de noviembre —Yuzuha en eso recibió un mensaje —Oh, es mi hermano, el taxi está a punto de llegar.

—Vamos entonces, para que recojas tus cosas.

En el camino, Yuzuha miro de nuevo hacia donde Mitsuya se había ido con Sakura.

***

Sakura parloteaba sobre las chicas que lo habían hecho pésimo durante la prueba, mientras seguía caminando con Mitsuya por el campus. Hasta que se detuvieron frente a la fuente, y la chica de cabello naranja lo tomo del cuello.

—Y bien, ¿Qué querías decirme? que ni mis amigas podían escuchar.

Mitsuya la miró a los ojos, esos hermosos ojos morados que en el pasado tanto le habían gustado y hecho sentir bonito. Pero ya no más en ese presente, el amor con que los había mirado había quedado muy atrás, por más que intento volver a encender el fuego.

Antes de proseguir hablar el chico pasó saliva por su garganta.

En eso, finalmente Sakura detecto algo diferente en su novio.

—¿Por qué tan serio?

Mitsuya tomó aire y apretó sus dientes.

—Seré directo.

— Mitsuya, me asustas.

La tomo los brazos y los bajos de su cuello, para más consternación de la chica.

—Debemos terminar — Le soltó de una, sin dejar de mirarla a los ojos.

Sakura lo miró fijamente, para casi al instante echar paso a reír muy divertida.

—¿Es broma verdad?

—N-

—Sí, claro, yo sé que es broma. Tú jamás podrías terminarme, Takashi.

—Sakura...

—Si, por supuesto, jamás podrías dejarme a mí. O sea, me amas, claro.

—Sakura...

— Mejor déjate de bromas estúpidas, y ya vámonos ¿Qué te parece pasar esta vez el fin de semana en mi casa?

—Sakura.

La chica siguió ignorando el cómo pronunciaba su nombre y lo tomó de la muñeca, para darse media vuelta y empezar a caminar.

—Anda, ya vámonos. — Jalo de él y se lo llevó con ella, pero Takashi frunció el ceño y detuvo el paso.

—¡Sakura! No es broma. Es enserio, quiero terminar.

La chica sintió como en su pecho empezaba a subir y bajar con mucha desesperación.

— No, tú no...

— Sakura —Mitsuya la toma de las mejillas e hizo que lo mirara a los ojos. — Te amé mucho, eso nunca lo tengas en duda. Gracias por el tiempo y los momentos que me diste, de verdad. Pero ya no podemos estar juntos, solo nos lastimamos ¿No lo ves?

La vista de Sakura se desenfoco con lo que escuchaba.

—Eres muy hermosa y tú lo sabes, como sea me reemplazaras, no batallaras por eso — Mitsuya afinco bien sus manos en sus mejillas para enfatizar lo siguiente a decir — Y por favor, te lo digo de nuevo; no necesitas drogas para enfiestarte, o para vivir. Las drogas te necesitan a ti. Pero tú, tú eres más inteligente que eso y te alejaras de ellas ¿sí?

Sakura solo sentía como su mundo a su alrededor se sentía cada vez más pequeño y tembloroso.

— No puedes dejarme, estas bromeando ¿verdad?

— Sakura, debes entenderlo. Esta relación... —Takashi suspiró, buscando seguir armándose de valor. —Ya no es como antes.

Sakura se soltó y camino unos pasos para alejarse de él.

—No, estas confundido — Sakura paso una mano por su cabello temblorosa. — Puedes ir y pensarlo todo el fin de semana ¿ok? Y veras que solo... Estas confundido.

— No tengo absolutamente nada que pensar — Mitsuya se acercó de nuevo y besó su frente, buscando que la ruptura sea lo menos dolorosa para ella. — Entiéndelo, por favor. Nuestra relación ya no es lo mismo, solo estamos alargando algo que ya no tiene futuro. Pero no lo puedes ver porque estás cegada a un Takashi que conociste antes.

—Mitsuya...

—Ese chico ya no existe, ni tampoco la Sakura de la que me enamoré. Créeme, siempre te querré y tendré mucho, mucho cariño, pero ya no más. Solo espero y me entiendas.

Ante el silencio de Sakura, él creyó ingenuamente que la chica había entendido, pero se alejó unos pasos y lo miro con mucha rabia.

— No, no te entiendo. Pero si así lo quieres, entonces púdrete, idiota.

Cabreada la chica se retiró del lugar.

— ¡Sakura! ¡Sakura! —Takashi la llamó pero hizo caso omiso, el chico suspiró alto y sobo de su nuca —Créeme, es lo mejor Sakura.

Y porque no soy un centro de rehabilitación, no lo soy - pensó consternado, tallando su frente, intentando no pensar en que la chica haría una locura como la de aquella vez que terminaron.

***

Sakura caminaba con mucha prisa y rabia por el campus, hasta que llego a su habitación. Por lo que vio Sayuri y Victoria ya se habían ido, algo que le vino esplendido. Odiaba otros la miraran llorar. Que su imagen de la fuerte y hermosa Sakura se derrumbara.

Se sentó en su cama apretando los dientes, pensando en cómo era posible que Mitsuya le hubiera terminado hace un momento. Su sangre volvió a hervir ante el recuerdo. Se levantó y estuvo tentada a patear el cesto, o lanzar algo al espejo, pero en cambio las lágrimas surcaron por sus mejillas y volvió a sentarse en su cama consternada.

Fue cuando escucho que alguien tocaba la puerta

—¡Vayan a molestar a otra parte! —gritó.

Pero el toque se volvió más insistente.

Sakura limpio sus lágrimas, se levantó y abrió la puerta de golpe, dispuesta a gritarle cosas a quien sea que estuviera afuera. Pero se encontró con esos hermosos y penetrantes ojos verdes oscuros, quienes la habían vuelto loca en el primer semestre del presente año.

Esteban Nillson, hijo del entrenador Nillson de preparatoria, había llegado como prefecto de universidad ese año, y había sido inevitablemente un boom con las jóvenes universitarias. Solo que su carácter algo ácido y malhumor, había espantado a muchas de ellas.

Pero no a Sakura, menos cuando ella logro captar su atención, algo que no le fue tan difícil a decir verdad. Y un mes antes de iniciar las clases del segundo periodo, ambos habían terminado follando en un motel, cuando se toparon por casualidad en un bar.

La excitación ante el desliz la había tentado la oreja y al final ganado la partida. Y no, nunca se arrepintió por lo que hizo, porque al fin de cuentas Mitsuya siempre sería la cara, la más importante.

Siempre...

Hizo una mueca cabreada al recordar que hace unos momentos le había terminado. El coraje le volvió a subir y coloreo su rostro. Y para más aflicción, su mente la regreso al día en que Shinichiro Sano también le termino, por definitivo. Un día sombrío y gris, que calo demasiado en su corazón.

Esteban ingresó y cerró la puerta detrás de él.

—¿Cómo pudiste hacer algo así Sakura?

—¿Eh?

—Lo que le hiciste a la chica Shiba —Esteban talló su frente — Tienes suerte que Miss Alexandra no indagara más de lo que vio, porque si no yo hubiera tenido que reportarlo a la dirección.

Sakura rodo sus ojos.

—La maldita se lo merecía — se cruzó de brazos — No sé qué le pasa, pero esa bastarda siempre anda rondando lo mío.

Esteban arrugo el ceño.

—¿Cómo?

Sakura avanzó al espejo y se miró en él, fingiendo que hace unos momentos no había estado llorando ni lamentándose por la ruptura con Mitsuya.

—Que no soporto que una baratucha como esa ande rondando lo que fue mío. Siempre está alrededor de Shinichiro y Mitsuya, y lo detesto. Así que merecía una lección.

Esteban se acercó a ella y le tomo de la barbilla, haciendo que ambos se miraran a los ojos.

— Eres tan, pero tan egoísta niña —Esteban tomo acercamiento a su rostro. — Pero creo que eso es lo que más me gusta de ti.

Sakura miro la boca del chico mayor.

— Pensé que estabas enojado conmigo. -Y acerco sus labios a escasos centímetros de del prefecto. —No has querido follar más.

Esteban se acordó de la razón de su enojo con la chica, y suspirando se alejó.

— Lo estoy —Sakura alzo una ceja.

— ¿Y eso por qué?

—Porque me estoy cansando de solo ser el amante — la miro fijo, y la chica Johnson pestañeo. — No es divertido, quiero más.

—Esteban, sabes que lo nuestro solo es sexo — Sakura se sentó en su cama. —No puedo creer que me estés pidiendo formalizar, cuando yo... —apretó sus labios, no sabiendo si decir en ese momento que ya era novia de Mitsuya.

Porque a decir verdad aun le costaba, no solo creerlo, sino aceptarlo.

—Tú solo eres el hijo de un profesor, en cambio Mitsuya es, no inventes, el hijo del legislador más importante del país ¿Cómo puedes competir contra eso?

Esteban miro a un lado molesto y, aunque no lo demostrara, dolido.

—Bien, si es así, creo que nuestro jale termina aquí — le dice, acomodándose su solapa y caminando hacia la puerta.

Sakura meneo la cabeza incrédula como si le hubiera dado un golpe en la mejilla con guante blanco.
Primero Mitsuya, y ahora ¡Esteban!

— No puedo creer lo que me estás diciendo ¡No puedes terminar conmigo!

—Pues mira, ya lo he hecho.

El rostro de Sakura se coloreo aún más.

—¡Pues no puedes! porque primero yo termino contigo ¿Cómo la ves?

Esteban se detuvo a solo centímetros de tomar la perilla de la puerta, para mirarla por sobre el hombro.

— Eres muy bella Sakura, demasiado. Y créeme que tu personalidad no es un impedimento para mí, más bien como que me encantas que seas tan así, de posesiva, caprichosa y egoísta. Me excita, a decir verdad. — Esteban volvió la mirada al frente — Pero tengo dignidad y como que ya estoy grande para estas niñadas, así que no pienso ser más el otro de la relación. Adiós.

Y se marchó.

Sakura apretó sus manos en un puño. Fue cuando miro su cepillo de madera. Sin poder contenerlo más, lo tomo y lo lanzo al espejo de la habitación. Haciendo que este se agrietara un poco en una esquina. Se arrodillo y abrazo sus piernas, mordiendo su labio inferior con fuerza, intentando reprimir el llanto que de nuevo quería escapar por su garganta.

Sin verlo, parecía que el karma se había vengado más rápido que tarde por lo que le había hecho a Yuzuha esa tarde.

***

>Entrada Del Colegio <
7:00 pm

— Abel ¿No vendrás entonces? — Rebeca hizo un puchero en su rostro.

—No, me iré con los Kawata.

—Me aburriré este fin de semana —Rebeca seguía haciendo puchero. — Wakasa tampoco ira, y Emma se queda también.

Abel ante el nombre de su hermano mojo sus labios.

— Por cierto, ¿Sabes cómo está después de lo que dijeron de Senju?

Rebeca jugo con un mechón de su cabello acongojada.

— No quiere ni tocar el tema, pero es obvio que no está para nada bien.

— Me preocupa como se le pudo poner a Senju.

— ¿Cómo?

Abel posó sus hermosos ojos sobre su hermana.

—Rebe, tu sabes que Wakasa llega a ser muy posesivo y celoso, y peor; estos terminan cegándolo por completo, volviéndose un verdadero cabrón.

La chica bajo la mirada asintiendo, pero casi al instante miro a su hermano con curiosidad.

— ¿Sabes? A veces me pregunto como ustedes dos se alejaron tanto, sobre todo luego que regresaste de tu viaje, como que la brecha se hizo más grande. No lo comprendo, en lo absoluto.

Abel miro hacia un lado, evidentemente no quería hablar de ello con su hermana. Porque significaría tocar de nuevo el tema de Senju, y era algo que realmente quería dejar en el pasado, donde ya le tocaba estar.

— ¡Abel! — Lo llamaron de pronto.

El azabache dio media vuelta y se encontró, para su sorpresa, con Mikey.

— ¿Qué pasa? — alzó una ceja confundido, porque desde hace rato no hablaban por alguna iniciativa del otro.

—¿Cuando una carrera?

Rebeca alzó también una ceja confundida.

—Solo digo que tenemos rato sin ir a los arrancones de moto, y me pasaron el mensaje que el próximo fin de semana habrá.

—¿Así tan de repente?

Abel miro a Mikey, sabia tenía una personalidad difícil, y cuando él y su hermana terminaron, este se apartó mucho más de todos sus amigos, pero sabiendo por lo que había pasado con su padre, respetaron su espacio.

Y luego, simplemente, a veces decidía integrarse y otras alejarse.

—Sí, bueno —Manjiro rasco su nuca —Ansió estrenar mi "CB250T" en una carrera, en prepa no dejábamos casi ningún fin de semana donde hubiera arrancones sin ir ¿recuerdas?

—Tienes razón, y me acabo de comprar un casco "Brumm", así que muero por correr con el —Abel al final sonrío, sea como sea, era como si el antiguo Mikey le estuviera hablando. Le fue inevitable recordar cómo antes de él y Rebeca terminar, o su padre muriera, llevaban ambos una buena relación como compañeros.

Mikey posó entonces sus ojos sobre la Imaushi y apretó sus dientes, recordando que la moto que Shinichiro le regaló al cumplir su mayoría de edad, siempre quiso montar a Rebeca en ella y el día que lo hizo, todo nuevamente se fue a la mierda.

Volvió la mirada a Abel.

—¿Qué dices?

— Pues que te voy a hacer morder el polvo el próximo fin.

Mikey esbozo una sonrisa de lado.

—Le diré a los otros, a ver que dicen.

Abel asintió.

— Yo le diré a mis gemelitos, por si le quieren entrar.

— Va, entonces iré preparando a mi reina.

— Y yo a la mía.

—Nos vemos entonces.

Mikey miró por última vez a Rebeca, quien decidió no devolverle la mirada. El Sano entonces se retiró con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón, demasiado mal por la indiferencia de la chica.

— No me gusta que corras en moto, Abel —le gruñe Rebeca una vez quedaron solos.

— Rebe, no va a pasar nada.

— No, Abel es peligroso.

—Antes te gustaba mucho subirte con Mikey e ir a los arrancones de moto, y ahora ¿no? Y estábamos más pequeños — Alzó su ceja.

—Precisamente por eso, Abel estábamos pequeños, no me media. Y Mikey no tenía la moto que tiene ahora.

—Rebe, tranquila, no sucede nada. No es como que vaya a ser todos los fines de semana, porque ahorita tenemos más compromiso estando en la universidad. Y bueno, aparte pues si extraño correr — Ladeo su sonrisa, ansioso por sentir de nuevo ese tipo de adrenalina.

— No sé — seguía circunspecta su hermana menor.

— Ya, tranquila — La abrazo y beso su frente.

Fue cuando la mirada carmesí del chico se encontró con su amigo Nahoya, quien estaba en compañía con Yoko, ambos sentados en una banca del estacionamiento y conversando animadamente.

—Enserio que pánico a la deriva me estresa comentaba Yoko — ¡Como van a prender fuego en su único salvavidas en medio del océano!

Nahoya carcajeo.

—Sin duda el guión de esa película es, muy, conveniente.

—Demasiado, pero en fin, creo si la volvería a ver en un maratón —dijo soltando una risita.

Nahoya la miro de reojo mientras Izumi miraba un momento su teléfono. Rostro ovalado, labios carnosos, y en esos momentos con un tono de labial rosa, abundantes pestañas y ese rubor natural en sus mejillas que tanto le gustaban. Mojo sus labios, sintiéndolos de pronto resecos.

— Señorita Izumi — Le llamó de pronto el prefecto de los fines de semana.

Yoko se sintió de inmediato incomoda ante su presencia, algo que no pasó desapercibo por Nahoya.

—¿Se irá este fin de semana?

Ella asintió sin aun atreverse a mirarle a la cara, pero tomo del brazo de Nahoya para que la ayudara. El gemelo mayor alzó una ceja ante la evidente mirada de deseo que el pelirrojo le dedicaba a Yoko, algo que lo irrito demasiado.

—Yoko, ¿Aún no llegara tu mamá, no?

—No, hoy tardara un poco.

— Esperaré entonces hasta que llegue, mi mamá igual se atrasara hoy.

Los ojos azules de la chica lo miraron con un brillo y una sonrisa de oreja a oreja.

—¿De verdad?

Asintió.

— Muchas gracias — pronuncia y abraza a su amigo por el cuello. Louis apretó de sus dientes y miró con cierto desprecio al gemelo.

Nahoya sólo mostró una sonrisa cínica y el pelirrojo decidió retirarse, viendo como la castaña lo había ignorado, pero él por supuesto que no se rendiría.

—Ya se fue — Le susurró al oído, y Yoko alejo su rostro unos centímetros.

— Muchas gracias —Nahoya continuaba tomándola de la cintura y ella del cuello. Ambos se encontraban con sus rostros muy cerca — Es que ese tipo me causa mucho escalofrío, pero demasiado. Yuzuha siempre me ayuda alejarlo, solo que ella se fue rápida hoy. Menos mal tú estabas aquí conmigo.

—Ya veo, y no agradezcas, te ayudo con mucho gusto. Más viendo como en efecto te mira.

—Me hace sentir fatal

—Tranquila, mientras yo esté, él no te hará nada —Las mejillas de la castaña tomaron un color carmesí y una sonrisa apareció en sus labios. Fue cuando ambos cayeron en la realidad de cómo estaban tomados.

Se habían tomado antes del brazo, pero era sin duda una pose muy diferente a como estaban en esos momentos.

—Perdón —Se soltaron ruborizados.

—No, perdóname tu a mí — Tímidamente tomó un mechón rosado de su cabello.

Yoko miró que su mamá llegaba.

—Mira, ya llegaron por mí.

— Oh, qué bueno.

—Si, ya debo irme.

— Déjame te ayudo con tus maletas.

Abel desde el auto de los Imaushi notó esa buena acción del chico y sonrió divertido.

— Rebe— Aquella voz llamó no sólo la atención de la peli azul, si no del azabache también.

El chico alargó sus labios con amargura al percatarse de quien se trataba.

—Oh, Annie.

—Muchas gracias por prestarme tu cuaderno de Histología, las primeras dos clases veo fueron muy importantes.

Rebeca sonrió.

—Oh, no es nada linda.

En eso, la mirada café de la chica se perdió en el azabache, quien solo rodo sus ojos hacia otro lado. Annie quiso hacer un mohín por su aun rechazo, pero se controló y volvió a mirar a la chica de cabello añil.

—¿Harás algo este fin de semana?

—Ammm, pues no tengo nada planeado. De momento solo es estar en mi casa.

—Ah mira, mi papito acaba de comprar un yate, me dijo que podía invitar a alguna amiga, pero no tengo muchas amistades ¿te gustaría ir?

Abel alzo su ceja confundido.

—¿Enserio me estas invitando a mí? - Preguntó extrañada.

—¡Abel! —Lo llamó Nahoya —Ya llegó mamá.

El azabache de expansores asintió y miró a su hermana.

—Nos vemos — Beso su mejilla y tomó camino, ignorando a la rubia de mechas azules.

—¿Sabes? A veces pienso que lo que tú hermano tiene de guapo, lo tiene de raro.

—¿De guapo? — Su tono de voz fue amargo.

Annie lo notó y sonrió para la chica frente a ella.

— Rebe, no me vas negar el que te diga que tienes un hermano muy guapo, pero veo que viene de genes, porque tú también eres muy hermosa.

—Bueno, ahí si no te puedo decir que no — Sonrió olvidando el comentario anterior — Entonces te mando mensajito para ponernos de acuerdo para el yate ¿vale?

— Va, me parece bien — Sonrió y se despidieron de beso en la mejilla.

Rebe subió al auto que Haruto mandó por ella.

Annie miró hacia el auto de los Kawata, y mojó sus labios cuando miró a Abel, quien tomaba asiento en el auto con los gemelos.

—Ay, Abel, que guapo te has puesto niño — Sin vergüenza comentó Sasaki cuando los tres ya abordaron el auto.

Abel carcajeo.

—Gracias señora, pero debo decir que para usted los años no pasan.

— Que lindo, solo que para una próxima obvia lo de señora — bromeo Sasaki.

—De acuerdo — siguió Abel divertido.

— Sin duda debes tener muchas niñas detrás de ti — comentaba Sasaki mientras manejaba —Solo espero que te estés cuidando ¿verdad? Folla todo lo que quieras, aprovecha que eres joven. Pero eso sí, no olvides nunca que sin globito no hay fiesta.

Abel y los hermanos Kawata engrandecieron sus ojos ante las palabras de Sasaki.

—¡Maaa! —Le llamo Souya completamente avergonzado desde el asiento trasero con Abel — ¿Cómo puedes hablar de eso con mi amigo?

Sasaki alzo una ceja por el retrovisor.

—¿Qué tiene? Nunca esta demás un consejo. Es como les digo a ustedes, sobre todo a ti, con esa novia que tienes.

Souya se ruborizo más fuerte.

Nahoya y Abel simplemente se echaron a reír.

***

Seishu aún miraba hacia el frente esperando por la llegada del auto lujoso de los Inui, al final había decidido irse a casa ese fin de semana.

A su teléfono llegó un mensaje.

Mikey
"El próximo fin tendremos arrancones, espero y vayas, en el lugar de antes y ardan las apuestas de dinero"

Inupi sonrió de lado.

—Gaylord —Escuchó por un lado la voz masculina de Takeomi —¿Aun aquí?

—¿Gaylord?

— Sí, señor de los gays.

Seishu le alzó el dedo medio.

—Mira que cómico me saliste.

—¿Qué tienes? Nunca te molestas por mis chistes.

Victoria a su lado le dio un manotazo en el hombro.

—Takeomi, no lo molestes. Me harás molestar a mí, y apenas nos reconciliamos — le recuerda y el azabache suda fría. — Y mira que aun espero te disculpes con Taiju.

El rubio carcajeo.

—Takeomi pidiendo disculpas a Taiju, eso tengo que verlo —Sonrió mostrando lo blanquecino de sus dientes.

—No estés jodiendo, Inupi.

—No más mira como aún se te ve el moretón de Taiju en la quijada - siguió burlando Seishu, y el azabache ahora fue que le alzo el dedo medio a él.

Victoria sonrío acompañando en la burla a Seishu.

—Bueno, ahora sí, vámonos —anuncio Takeomi.

—¿Y tú hermanos?

—Senju no va a ir, dijo que se quería quedar aquí hoy. Sanzu tampoco irá -—Takeomi saco una chupeta de su saco y lo llevo a sus labios.—Así que vámonos, tengo además que preparar el auto. Hay arrancones este fin, después de tanto tiempo. Todos estamos emocionados, lástima que Wakasa no quiera venir.

—Debería venir, le sentaría bien para su distracción . Hasta invite a Sayuri y acepto ir.

—¿Sayuri? —Preguntó Takeomi aun sin creerlo.

Vicky asintió contenta de contar con la compañía de su mejor amiga.

— No mames — Río divertido.

— ¿Qué te causa tanta gracia?

—Es que antes la invitabas, y pues la chica se rehusaba que solo era pérdida de tiempo. Sin contar que es un tanto...

—¿Amargada? —completo Seishu.

—No es tan amargada ¡Ay! que gordos me caen.

—Y a ver cómo reacciona cuando vea a Taiju.

Vicky pestañeo.

—¿Taiju irá?

Takeomi asintió sin dejar de saborear su chupeta.

—Ay, Sayuri se va irritar ¿será que le digo?

—No, deja que llegue el día, para que no te quedes sola. Wakasa y Senju aún no se arreglan, así que es obvio que mi hermana no va, y Shinichiro pues no tiene novia.

—Se va a enojar conmigo — Vicky odiaba cuando Sayuri se molestaba con ella.

— Vicky — Intervino Inupi — Simplemente no le digas y ya, además, siempre es divertido cuando Sayuri y Taiju están cerca ¿no?

Takeomi carcajeo fuertemente en acuerdo al comentario de Seishu.

—Ay no, oni idioty (Son unos idiotas) — La chica se subió al auto de Takeomi.

El azabache se saboreó.

—Gracias Seishu, porque molesta ¡Uff! No sabes la agitación que me espera llegando a casa.

Inupi solo meneo su cabeza y observó a la joven pareja retirarse. Fue cuando sintió un suave tacto en su hombro. El chico saltó y al darse media vuelta se encontró con aquellos ojos rasgados que desafortunadamente le gustaban tanto.

— Koko.

—Inupi — Sonrió— Oye quería decirte bueno, pedirte una opinión.

—Seguro —Mojo sus labios recordando la escena de él y su hermana platicando. Pero buscaba hacerse el fuerte.

— Luna Mitsuya quiere que le venda y...

— ¡No! —salto Inui.

—¿Eh?

—No lo hagas, Takeomi dijo que está prohibida la venta, así que no lo harás. Koko no te metas en problemas, además no necesitas el dinero ¿cierto? Tu familia tiene dinero de a madres ¿no me habías dicho?

— ¡Seishu! — Akane se colgó en su hermano y soltó un pequeño beso en su mejilla. —No me habías dicho que te ibas, hasta que mi mamá me llamo y me comento, así que al final decidí igual irme contigo. Ya llego Fausto, por cierto — Su mirada se encontró con la de Kokonoi. —Ay mira, Entonces, ¿las pruebas para natación si fueron en la alberca? —Preguntó no burlándose de él, sino más bien una pregunta irónica.
Si hubiera sido cualquier otra persona, Hajime se habría cabreado, pero tratándose de esa preciosa rubia, no dijo nada, al contrario soltó una pequeña risa. E Inupi se sintió incómodo ante la situación.

—Bueno, adiós Koko — Educadamente Akane se retiró y subió al auto, su hermano se talló sus ojos y suspiró.

—Nos vemos, Koko.

— Inupi, espera.

— ¿Qué sucede?

Hajime suspiró para sonreír tenue.

— ¿Qué le gusta a tu hermana?

—¿Eh?

—Sí, que le gusta a tu hermana. Podría ser que, no sé, me arme de valor y la invite a salir.

—Koko.

—¿Mande?

— Vete a la mierda, cabron — Sin decir algo Seishu se subió al auto y se retiró del colegio

Koko rasco de su nuca algo confundido por tal reacción, pero lo adjunto en que quizás Seishu era celoso como hermano. Así que a la próxima le aseguraría que él no buscaba lastimar a Akane, que le gustaba y muchísimo.

Aunque muy dentro de sí mismo, no quería admitir que aun recordaba el tacto suave de los labios de Seishu y el como lo hacían sentir extraño.

Fue cuando a su teléfono llegó un mensaje.

Luna
"¿Y qué pasó? ¿Se podrá Kokito?

El azabache meditó escasos segundos su respuesta, Seishu acababa de decirle que no podía vender, pero sabía que si quería invitar a salir a Akane, iba a necesitar dinero.

Yo
"Te miró en la división de universidad y preparatoria, pero nadie, léeme bien ¡Nadie se puede enterar!"

Llevó su mano a su boca y talló de ella, sintiéndose de pronto que había cometido un error.

—Espero no estarme metiendo en un problema tan grave.

***

—Kakucho — Lo llamó Izana mientras ambos caminaban a la entrada del colegio.

— ¿Si?

—¿Irás?

—¿A los arrancones?

Asintió.

— Ni idea, tengo mucho que estudiar.

— Ay, no seas tan matado, vamos a desestresarnos un poco en el viejo condado.

— De paso, aun ni tengo carro propio para participar.

—Pues como siempre, te vas conmigo y me animas como toda "cheeleader" — lo chulea Izana, y Kakucho rio.

— El punto es que quieres que vaya ¿cierto?

— Sí, tenemos mucho sin ir... exactamente desde que... antes de que Rebe pasara a la universidad -Metió sus manos a los bolsillos de su pantalón, algo nostálgico.

Kakucho suspiró y desvío su mirada, la culpa lo carcomía cada vez que Izana mencionaba a Rebeca.

— Oye, por cierto. Evan dijo que me dirías algo divertido ¿Qué es?

—¿Eh? — Kakucho se detuvo y lo miro absorto.

— Si, ¿Qué era lo que me ibas a decir? — Izana también se detuvo y lo miro, con mucha atención.

— No, ni idea, ¿Qué fue lo que te dijo en sí?

— Pues, en si no me dijo mucho, solo "Oye Izana, Kakucho tiene algo muy muy divertido que decirte" —Izana ladeo la cabeza confundido —Y ya, eso fue todo.

Kakucho apretó un puño ante lo problemático que era Evan Baji.

—No, no sé de qué habla la verdad —se hizo el desentendido, quizás en otro momento se armara de valor y le confesara a Izana la verdad.

—Bueno, si tú no sabes, menos yo. Pero no sé, quizás de seguro algo de Alice —Ambos retomaron el camino —Y quiero decirte que ya no pienso burlarme de esa chica, en sí ya no quiero hacer comentarios ofensivos a cualquier persona, solo porque sí.

—Eso es nuevo —le dice sincero Hitto.

Izana suspiró y ruborizo.

—Supongo las sesiones con el psicólogo me están ayudando.

Kakucho sonrió y lo tomo de los hombros.

— Me da gusto que te estén sirviendo.

—Sí, debo admitir que sí. Estoy procesando muchas cosas nuevas, y... —mojo sus labios — Realmente quiero pedirle disculpas a Rebe, fui un Imbécil.

—Me da mucho gusto que te estés dando cuenta de tu error.

—Muy inmaduro de mi parte, sin duda alguna.

—¿Y cuándo le piensas pedir disculpas a Rebe?

—Aun no lo sé... necesito valor... y, quiero pues... desearle lo mejor, y que su relación con Draken prospere para algo bien y que todo salga como ella quiere.

El chico de ojo carmesí asintió.

— Y no solo Rebeca, quiero hablar con Mikey, no lo hemos hecho en años, quiero pedirle perdón por haberme metido en su relación con Rebeca.

—Izana, me da gusto que quieras hablar con Mikey, pero ¿no le abrirás una herida profunda?

—Necesito hacerlo, para también estar tranquilo conmigo mismo —Izana paso los dedos por su nariz y Kakucho supo que estaba sintiendo mucho en ese preciso momento —Pero ya veré en que momento lo hago, posiblemente en noche buena, ya que mamá quiere que pasemos esa noche en familia.

Kakucho asintió y abrazó a su amigo, completamente feliz de ver su progreso en tan poco tiempo.

***

>Etnia-Tatoos<
7:30pm

— Niños, entonces los veo más rato ¿Se irán en uber verdad?

Nahoya asintió.

— Bueno, cuídense mucho, eh — Sasaki arrancó del carro y se retiró.

Los tres chicos se miraron y luego caminaron hasta la tienda predilecta de Abel para tatuarse.

—Abel, si te tatúas no podrás nadar —le recordó Souya antes de entrar.

—¿Así que ya estas adentro del club, Abel? — sonrío Nahoya.

—Gustavo ya lo había pasado apenas ingreso al área de la alberca, si hizo la prueba fue por mero protocolo —chuleo Souya.

Abel se carcajeo.

—En tanto a tu pregunta Angry, le informe a Gustavo sobre ello, y me dijo que no había problema, con tal me ponga al día luego con el entrenamiento.

—Yo creo que no tuvo en si problemas porque Ayome ya cuadraría competencias deportivas para el próximo año.

—Sí, eso también —convino Abel.

—Souya, por cierto, deja de ser tan mojigato hombre y tatúate hoy con nosotros — Lo incito Nahoya pasando su brazo por su cuello.

—No me hare más tatuajes, ya les dije.

—Ay, que llorón — Nahoya pellizco la mejilla de su gemelo antes de separarse, y este le alzo el dedo medio.

Abel soltó una pequeña risa.

—A ver ¿podemos entrar y ya después se dicen sus verdades? Ya me quiero ir por unas cervezas.

— ¿Enserio es necesario que bebamos después de cada tatuaje?

— Tradición —dijeron a coro Abel y Nahoya.

—Pero se supone que no deben beber luego de tatuarse.

—Las dos veces en que lo me he tatuado, siempre hemos bebido y mis tatuajes siguen intactos, además que nada como unas cervezas para mitotear.

Nahoya sonrió divertido y asintió. Y el trio se adentró al lugar.

***

>Hogar De Los Shiba <
8:00pm

Yuzuha terminaba de arreglarse, su madre la había sorprendido con una cena especial para ellos y así presentarle a su nuevo novio.

La castaña sonrío al recordar la alegría en el rostro de su madre al platicarles a sus tres hijos con mucha emoción que se encontraba saliendo con alguien nuevo.

Eso la había hecho sentir mucho mejor y olvidar de momento el caos de su mente, muchas emociones debido a lo que le había pasado entre Sakura, Mitsuya y Shinichiro. Algunas muy bonitas y otras demasiado asfixiantes.

Aun así, dentro de todo... Yuzuha se mira al espejo, una sonrisa apenas visible se figuró en sus labios al recordar la suavidad de los de Takashi, y como luego esos mismos bajaron por su barbilla. Yuzuha iba a deslizar su mano hasta su pecho, justo iba a tocar uno de sus pezones, cuando...

—¡Yuzuha! — Interrumpió Hakkai —¡Entre al equipo de Futbol!

La chica dio un pequeño brinco.

- ¡Hakkai, me asustas! - chillo, para luego caer en cuenta de lo que dijo - ¡No puede ser, felicidades!

El peli azul carcajeo y ambos se abrazaron.

—¿No te llego el correo?

Yuzuha pestañeo y rápido tomo su teléfono, tan concentrada estaba con sus pensamientos que olvido encender al dejarlo cargando apagado. Cuando el aparato prendió, miro impaciente la app del correo. Fue cuando una notificación llegó y enseguida sus ojos se humedecieron al leer el mensaje.

—¿Yuzuha? —llamó Hakkai preocupado.

—¡Lo logré! —anuncio muy feliz y su hermano menor la abrazo.

— A ver, los ensallos serán de 5:00pm a 6:00pm, solo miércoles y jueves — leyó Yuzuha mientras su hermano aun lo abrazaba.

—Los mío igual, a la misma hora — comenta Hakkai y se separan. —Por cierto, venía era a decirte que el novio de mamá ya llegó, pero en eso recibí el correo cuando llegue al rellano.

Yuzuha asintió.

—Bien, ya voy.

Fue cuando Hakkai la tomo del brazo.

—Pero ¿Todo está bien Yuzu? Desde que salimos de Ayome, te noto extraña.

Ella lo miró y después sonrió.

—¿A mí? Más bien sería ¿Qué te sucede a ti?

—¿A mí? ¿De qué o qué? —Hakkai alzo una ceja.

—Si, ¿hay algo de lo que quieras hablar? ¿Te sucede algo? ¿A quién hay que partirle el culo?

El de ojos azules soltó una risa.

—De verdad, no me sucede nada ¿Por qué lo dices?

Yuzuha se soltó de su hermano menor y se cruzó de brazos.

—Hakkai, creo que no hay ser vivo que te conozca más que yo, y... últimamente has estado, no sé qué palabra usar — la castaña golpeo suave con su dedo sus labios — ¿raro? creo es la palabra adecuada.

Y como si la chica hubiera dado las palabras mágicas, a su mente llegó aquel rostro del hermano menor de los Kawata. Mojo sus labios y tallo su frente, no sabiendo como proseguir con la conversación. Pero quizás sí debería hablarlo con alguien y pedir algún consejo ¿Era normal sentirse así con un hombre que era tu amigo? Porque ni con Tsuyoshi, quien fue su mejor amigo antes de mudarse, se había sentido así.

—Bueno, quizás si hay algo de lo que quisiera hablarte.

Yuzuha lo tomo del brazo.

— Soy toda oídos.

El segundo de los Shiba sonrió de lado nervioso, no iba a mentir, su corazón latía con fuerza. Miro hacia su hermana mayor, quien le miraba con mucha atención ¿Qué iba al final pensar Yuzuha con todo lo que le dijera?

—Es que, Yuzuha, yo...

—¡Hijos de Dios! —Les grito Taiju parándose sobre el marco de la puerta.

Yuzuha soltó una pequeña risa divertida ante el llamado de Taiju. Hakkai sintió cómo si el mismo Dios hubiera llegado y lo hubiera salvado de tal interrogatorio.

—Oigan, mamá me mandó por ustedes, en vista de que se estaban tardando ¿Hakkai si le dijiste a Yuzha que ya llegó su novio, no?

— Oh, sí, ya íbamos.

— A todo esto, ¿Cómo que mamá tiene novio? ¿Cuándo pensaba decírnoslos? — Y se cruzó de brazos divertido — No me parece justo que solo tú supieras, Yuzuha.

La castaña soltó una pequeña risa divertida.

— Ay, ya, deja lo celos de primogénito. Igual se enteraron hoy ¿no?

—Pues dejarme decirte que hubiera querido enterarme con un día de antelación y no conocerlo de golpe el mismo día que me entero que mamá tiene novio - Y se cruzó de brazos alzando su ceja divertido.

La chica soltó una pequeña risa y asintió, después miro a su hermano menor y le indico que después seguirían hablando del tema.

Hakkai solo asintió y así los tres hermanos Shiba bajaron para tener una cena agradable y conocer al novio de su madre.

***

Al día siguiente
>Hogar de los Kawata <
11:00 am.

Abel miraba por el balcón de los departamentos lujosos del hogar de sus amigos con una mano una taza de café y sin camisa, únicamente con un pants para dormir. Saco del bolsillo del pants su teléfono y se fue directamente a los estados de la app de Whatsapp.

Sonrió al mirar uno de Emma, era de una foto de la ventana del dormitorio y el sol afuera, y con la leyenda de "Buenos días".

Pasó el siguiente estado, y se sorprendió de que fuera de Tachibana. Mojo sus labios y recordó la bonita conversación que tuvieron el día anterior.

Abel guardo el teléfono y paso sus manos por su cabello. Algo haciendo ruido en su cabeza. Volvió a sacar su teléfono y se fue a galería, para mirar unas fotos que se había tomado con Emma en Ayome.

Hinata Tachibana se evaporo de su mente con algo de reticencia, pero al final dejando paso la mirada dulce de Emma Sano. Cuando a su mente llego el recordatorio que la chica de hermosos ojos color salmón tenia novio.

Se quedó viendo una foto que Emma había tomado con el teléfono de él, donde estaba acostado en una manta que había llevado esa noche donde en vez de intimar habían simplemente hablado y hablado. Inconscientemente el azabache sonrió y se sintió feliz.

Aquella sonrisa se difumino un poco cuando cayó en cuenta de algo.

—Sólo son encuentros sexuales —Se repetía así mismo mordiendo su labio inferior — Pero sin duda te estás haciendo cada vez más presente en mi mente...

— ¿Qué tantos susurras?

Escuchó una voz detrás de él, haciendo que se sobresaltara un poco.

— Souya, ¿Sabías que es de mala educación aparecerse así? —Preguntó divertido.

El chico de cabello azul se colocó por un lado de Abel, ambos permanecieron por un momento en silencio, hasta que fue roto por Angry.

— Abel, desde hace rato quería hablar esto contigo.

— ¿Qué cosa?

— Pero antes, ¿Tu café es amargo? — Y miro la taza del Imaushi frunciendo el ceño.

— ¿Eh?

—Es que me da flojera ir a prepararme uno, me siento un poco crudo.

Abel mojo sus labios sonriendo.

— Que poco aguantaste las cervezas de ayer — Souya tallo su frente — Y si, esta amargo.

—Bueno, en fin, ¿puedo ser franco?

—Claro, hasta sin anestesia si quieres.

Angry se recargo sobre la baranda de cristal y miró hacia el frente.

—¿De quién estás enamorado?

Abel no lo demostró enseguida, pero la pregunta lo puso bastante nervioso. Hasta la taza del café casi se le cae, debido al temblor que sintió en sus manos.

—¿Qué? ¿Qué tipo de pregunta es esas? ¿De quién estoy enamorado?

—De Hinata, o... Emma.

Abel abrió sus ojos de par en par, y además de sentir su frente sudada, se ruborizo.

—¿Cómo dices?

—Abel, nos conocemos desde hace dos o tres años ¿no?

—Sí, congeniamos muy bien, incluyendo a Nahoya, cuando nos conocimos los tres en el club de Natación de educación media. Oh bueno, se puede decir que yo los adopte, soy un año mayor—  jugueteo Abel al final, aunque más que todo para trata de disipar los nervios que aun sentía.

Souya sonrío.

—Sí, y ¿sabes? aprendí a conocerte -Angry lo miro de reojo — He notado como la miras, a Tachibana, cuando está cerca, el trato exclusivo que le das. Sin mencionar que te pones raro cuando la vez cerca de Takemichi.

El azabache pasó saliva nerviosamente sintiéndose acorralado ante el escrutinio de su amigo.

— Souya...

— Pero ahora no sé, también me pones a dudar con Emma — Angry volvió la mirada al frente —Sé que siempre han sido muy cercanos, por la amistad de Rebeca y Emma, pero por lo que vi esta semana, no sé, parece que lo que empezó como un jale, se está convirtiendo en otra cosa ¿o me equivoco? Porque déjame decirte que anoche no había conversación en que no la metieras.

Abel dio un trago a su café.

— Entonces Abel, ¿Qué me dices ?

El Imaushi pasó una mano por su cara.

—Cielos, Souya. Me tienes contra la espada y la pared. No esperaba todo ese análisis.

—¿Y bien? ¿Te gustan dos chicas, Abel? — Siguió insistiendo Souya — Quiero que sepas que solo estoy buscando ayudarte, porque se me hace que tienes una revolución en tu cabeza, si mi observación resulta ser cierta. Y no me vayas a mentir.

Abel trago nervioso y dejando la taza en una mesita que ahí había, miró hacia su amigo. Pero no miró a Souya, miró más allá, donde Hinata Tachibana le estaba sonriendo, desde su asiento en clases, y casi al instante Emma Sano también apareció, sonriéndole por igual.

Abel miró a ambas chicas dubitativo, pero entonces Takemichi se materializó a un lado de Hinata y se la llevó con él, haciendo a Abel apretar sus labios. Fue cuando Emma se acercó a su persona y lo tomó del brazo, y ambos se miraron mutuamente.

Sus ojos carmesí volvieron a la realidad y se encontraron con los de Souya, con una al parecer respuesta a todo su escrutinio.

—Souya, escucha —Abel paso una mano por su cabeza —No, a mí no me gusta Tachibana.

El menor de los Kawata alzó una ceja, no muy convencido.

—Bueno, no te negaré que me cae muy bien esa chica —Abel miró a un lado — Pero sabes está en mí reglas no meterse ni fijarme en chicas con novio.

—Abel, si te fijas en una chica con novio, no tiene nada malo. Es decir, no es como que vas a ir y quitársela al otro chico.

—Sí, lo sé. Pero a lo que voy, es que si había posibilidades de que Tachibana me llegara a gustar, ese sentimiento no creo ya siga, porque primero; Tachibana tiene novio y segundo — Abel mojo sus labios.

—¿Si? -lo insto a seguir Souya.

Abel alzo sus brazos y lo extendió hacia su amigo.

—Mierda, odio ver que me conoces tan bien — le dice y apoya sus manos en su cintura.

—¿Eso quiere decir...? —siguió animando a continuar Souya.

Tras pensarlo por pequeños segundos, el Imaushi sonrió de lado y su corazón palpitó a ritmo veloz, lo siguiente que sabía diría provocó que la endorfina se apoderara de él.

—Y que no me puede gustar Tachibana, o dos chicas, porque si, tienes razón. No sé cómo, pero sin verlo o queriendo hacerme creer que solo era un jale, sin duda estoy empezando a ver a Emma de otra manera. Incluso la idea de que sea mi novia no se me hace ninguna locura —La felicidad en la voz de Abel era bastante notable y Souya sonrío con eso.

— Entonces ¿Te vas a arriesgar? —Una voz nueva se incorporó a la plática.

Souya y Abel se dieron media vuelta y se encontraron con Nahoya quién también traía una taza de café en sus manos,

—¿No tienen frío ustedes dos? —puntualizó Souya al verlos sin camisa, y en una mañana tan fría como esa.

—El café nos mantiene caliente —sonrío Nahoya.

—¿Está amargo?

—Efectivamente, así que mejor anda a prepárate tu habitual, uno bien azucarado.

—Ay no, es que no sé cómo les puede gustar el café amargo — Angry hizo una mueca. — ¿Por cierto, hasta qué punto de la conversación escuchaste?

—Bueno, podría decir que todo.

Nahoya se acercó y posó su mano sobre el hombro de Abel.

— Y entonces ¿Te animaras a intentar algo más que un jale con Emma?

El azabache suspiró y sonrío, aún estaba asimilando como sus sentimientos habían dado un nuevo rumbo.

—Me gustaría animarme, pero no sé, porque quisiera preguntarle a ella también sus sentimientos hacía mí, pero haciéndole conciencia sobre Rebeca. Y si está dispuesta a arriesgarse junto conmigo.

— ¿Y crees que si lo haga? En el hipotético caso que Emma si este sintiendo lo mismo que tú.

—Emma quiere mucho a Rebeca, y odiaría verla lastimada tras mentirle.

—Pues perdona, Abel, pero igual ya han mentido bastante ¿no? —Opino Nahoya —No sé bien cómo va el asunto, pero por lo que entendí; si tienen un jale de días, y Rebe ni enterada está , pues como que la verdad ya no le sentaría tan mal ¿no?

Abel asintió.

—Y bueno, si los dos toman el riesgo, Emma se sentiría más confiada ¿no?

Abel camino hacia la puerta corrediza del balcón y miro su reflejo en el vidrio, casi al instante se giró y miró a sus dos grandes amigos.

—Tomaré el riesgo en su cumpleaños, y no dejaré que suceda lo mismo que con Senju, que por miedo a perder su amistad, la perdí.

Souya le dedicó una sonrisa.

—Oigan, iré a hacerme un café, y también necesito revisar algo en la laptop, así que me meteré, vénganse para adentro.

—Pues, tampoco es como si tuviéramos muchas opciones -burló Abel y Nahoya carcajeo.

—Por cierto, no soy amigo celoso, pero me parece una falta de respeto que tengas más confianza con Souya que conmigo — lo codeo Smiley mientras ingresaban al interior — ¿Cómo que te gustaba Senju?

Abel y Souya carcajean.

— Pues mira que Abel no te dirá las cosas, si me lo dijo fue porque me di cuenta y lo encaré.

—Supongo que deberé hacer lo mismo cuando me dé cuenta de las cosas —bromeó Nahoya.

Souya tomó lugar en la barra de la cocina después de preparar su café para su resaca. Abel se quedó de pie y Nahoya se sentó por el otro lado.

—Oye Nahoya — Le habló Souya abriendo la tapa de su laptop y una expresión divertida.

—¿Qué?

— Y tú no te hagas.

— ¿Eh?

—¿Quién es la que te gusta?

—¿Eh?

—Si, admítelo, te gusta Yoko ¿Verdad?— soltó esta vez Abel y Souya lo señaló divertido.

—¿También te diste cuenta?

—Pues claro, nuestro amigo Nahoya no es tan dulce con todo el mundo —burló Abel, usando descaradamente el apodo que Smiley usaba con Yoko.

Nahoya miraba a los dos sin saber que expresión colocar.

—Que graciosos ustedes dos —dice al final, tomando un trago de su café.

— Ay, vamos, no te hagas el tonto. E visto como le hablas y la tratas, no a todas les hablas de la misma manera —le señala su hermano menor — Lo mismo hiciste con tu primera novia, o bueno, en realidad, creo que hasta tratas más dulce a Yoko.

— Verdad ¿Cuánto fue que duró eso? Lástima que ese año yo ya me había graduado y estaba de viaje.

—No dure mucho con Sele — rasco su nuca. — Pero fue agradable el poco tiempo que duramos, más que todo compartimos el amor por el atletismo.

—¿Entonces Yoko será la tercera a la lista?

—¿Tercera? ¿No sería la segunda? —indica Souya.

—¿No le dijiste?

—¿Eh? —Angry miró a su hermano con atención —¿Cuándo pasó la segunda?

Smiley se ruborizó, pero una sonrisa astuta apareció en su boca.

—¿Te acuerdas de ese viaje que hicimos a Okinawa hace dos meses? —Souya asintió — ¿La mesera del restaurante del hotel? — el chico de pelo azul volvió a asentir —Pues, bueno, paso.

Souya abrió su boca.

—No puede ser ¿pero en qué momento?

—Esa mañana que te dije que venía de trotar, en realidad pase toda la noche fuera — revelo. Abel a su lado escuchaba divertido — Me escape luego que tú y mamá se quedaran dormidos, por suerte ambos tienen el sueño muy pesado.

—¡Eres un cabronazo! —le tiro Souya divertido un trapo de cocina que tenía a su lado.

—Pero bueno, entonces ¿Yoko será la tercera? —retomo Abel el tema a su amigo.

Nahoya sonrío nervioso.

—No he dicho que me guste Yoko, pero si admito le he agarrado mucho aprecio como amigo, tenemos algunas cosillas en común y bueno...

Abel y Souya se miraron y luego miraron al chico de cabello salmón, como que claramente no le creían.

—Ya admítelo, amigo —lo anima Abel, palmeando su hombro.

Smiley suspiró y pasó ambas manos por su rostro. Su hermano y amigo le dieron tiempo de procesarlo. Hasta que Nahoya volvió a dar la cara y pasó un dedo por el borde de la taza, pensando que palabras decir a continuación para bordear el repentino flechazo que tenía por Yoko.

—No he querido en realidad pensarlo mucho, sobre el hecho que me gusta.

—Pensé lo negarías por un rato más — admitió Abel.

—No, es que, bueno... — Nahoya suspiró — Me di cuenta aquella vez que nos topamos en el centro comercial y miramos una película, lo bonito que me sentí y luego esta tarde cuando Louis se acercó me irrito bastante el cómo la miraba ¿No hay que ser un genio para darse cuenta no?

—Celos —convino Souya, pensando por alguna razón en Chiara y Hakkai.

Enseguida un malestar diferente a la resaca se acentuó en su estómago.

—Si, exacto. Así que tomé la decisión de encerrarlos, porque Yoko además jamás me tomaría más allá de un amigo.

—¿Cómo estás tan seguro? ¿Ya le preguntaste? ¿O de dónde sacas esa conclusión?

Nahoya miró a su amigo a los ojos.

—A ella le gusta otro, y muchos creo lo sabemos.

Si, Nahoya no obviaba el hecho de que a Yoko le gustaba Kazutora. Era fácil darse cuenta si ponías atención y más con lo que habían dicho de ella el anónimo, cuando Hanemiya le hizo desaire en la cena romántica.

Y más él que pasaba el tiempo con ella, sin contar también la clase de Embriología, cuando ella se quedaba a veces viendo al azabache de mechas rubias, y suspiraba, con tanto anhelo lo que lo hacía sentir mal y enseguida buscaba sacarle una sonrisa.

—¿A quién? —pregunta Souya.

—No mames, te diste cuenta de lo mío pero no de Yoko —Lo pico Abel.

—Es que como te dije, te conozco más a ti — se excuso Angry.

—Kazutora —responde Nahoya, y su hermano pestañeo, como cayendo en lo cierto de ese hecho— Y si bien Kazutora no le presta atención por andar tras Allison, pues hay otro por ahí que como que la está conquistando, en la fiesta de Halloween la pasaron muy juntos y ella se veía verdaderamente contenta con él.

—¿Haitani no?

Nahoya asintió hacia su amigo.

—Bueno, pero ahí tienes. No porque le guste Kazutora, quiere decir que toda la vida lo esperará, no mames. Y el Haitani se largó, no se sabe si regresará. Así que podrías ir e intentarlo amigo —Abel palmeó el hombro del chico.

Nahoya mordió su labio inferior, pensativo.

—Hagamos algo —exteriorizó Nahoya. Los presentes lo voltearon a ver directamente — Si logras formalizar con Emma, yo iré y me confesaré a Yoko.

Abel sonrió con su mirada aun adormilada pero en acuerdo hacia Nahoya.

(Créditos al fanart para : @GValech así aparece en twitter, y para los que no conocían a Abel bien de los presentó sobre todo al momento en el que cambie de artista quede más fascinada con él, de ante mano hago un pequeño recordatorio el fanart es exclusivo para el fic, como el personaje de Abel Imaushi, no se permite su uso sin mi concentimiento sobre todo siendo Abel de mis Oc's favoritos )

—Va, tenemos un trato.

—¡Pero bueno! Ahora tengo curiosidad — Nahoya borro aquella sonrisa dudosa y mostró una más cinica —Contando a Emma ¿Cuántas chicas llevas?

—¿Eh? -Sus mejillas enrojecieron.

—Si no mal recuerdo, antes de Emma fueron ¿tres?

—Cuatro.

—¿Cuatro?—Soltaron los Kawata.

—No mames, te diste vuelo en el viaje ¿Verdad? Te fuiste casto y regresaste ultra desvirginado.

El comentario provocó que el peli azul soltara una risa divertida.

— Oye, es cierto.

Abel carcajeo.

—Bueno, la chica que me quito lo casto, hizo un buen trabajo, y pues.. Me enseño muchas cosas que quise poner en práctica y aproveche que no estaba en mi cuidad.

— ¿Y aún le hablas a esa muchacha?

—Si, tengo aún mucho contacto con ella, pero ahora tú, dejando lo de Yoko ¿Realmente aún no llegamos a una tercera? A Souya ni le pregunto porque no sale de la misma mujer desde hace algún buen tiempo ¿pero tú?

—Pues... no, realmente no he llegado a una tercera.

Angry se puso de pie en ese momento y caminó al balcón, fue cuando sus ojos azules miraron un camión de mudanza.

— ¡Miren, parece que tenemos vecinos nuevos en el edificio!

Abel y Nahoya salieron al balcón y se encontraron con la misma escena.

Una chica muy guapa bajo del auto estacionado frente al camión, de cabello largo color negro, y su piel de un lindo tono de canela. Estaban a varios pisos, pero aún así los tres pensaron que era muy guapa.

— No mamen, ¿esa muchacha tan guapa va a ser su vecina?

—Parece ser.

-—Oye Nahoya, creo que la chica necesita ayuda con el equipaje.

—No mames ¿Cómo me acercaré así no más?

—No pierdes nada con ir y ser cortez. Por cierto, a juzgar por las calcomanías pegadas en el auto, estos parecen venir de Egipto, no mames —Soltó como todo un chismoso Abel.

—Si tanto te llamó la atención ¿Por qué no vas tú Abel?

—¿Cómo es eso que me llamó la atención? Deja de hacerte el bobo que es lo que estás haciendo y anda ayudarla.

—Parecen idiotas, vamos los tres y ya —Soltó Souya dirigiéndose hacia la puerta, al abrirla, observó que por el pasillos venía un hombre con un turbante en la cabeza.

— Hola señor, buenas tardes — Saludó amable Souya, pero no recibió una respuesta por parte del hombre, simplemente pasó de largo y se adentro a la puerta de casi al final.

—Que amable —Dijo Nahoya detrás de él.

— Te puede escuchar.

—Eso quisiera, fue un grosero.

El hombre salio, seguido del equipo de la mudanza que al parecer ya tenían rato de subir cajas, y ni los volteó a mirar, simplemente siguió su camino, encontrándose cerca del elevador con la guapa chica que habían visto abajo.

— Bima 'anak bati' asrie fi hubi allah -(Como eres lenta, por el amor de alá)

Y sin decir algo más tomo el ascensor. La guapa chica con rasgos egipcios continuó su caminado, algo abatida ante el comentario del hombre mayor.

—Ayúdala Nahoya —Le susurró Abel.

—De seguro se irrita, si llego así de la nada y le ayudo.

— Tú hazme caso.

—Calmate Don Juan —Le cuco Souya al azabache.

Abel sólo carcajeo en voz baja.

—Anda, anímate.

Nahoya pasó saliva y caminó un poco dudoso, pero a mitad de camino terminó animandose. La chica traía con ella dos maletas, una apenas pudiéndose cerrar y la otra completamente cerrada, pero ambas a simple vista muy pesadas. El chico de cabello salmón tomó el acercamiento conveniente.

— Hola, buenos días. — Mostró su típica sonrisa.

La chica de ojos claros de detuvo y lo miró, examinando su rostro una cordial sonrisa quiso aparecer en sus labios.

— Se ve que necesitas ayuda, deja te ayudo.

— ¿Eh? —Un poco asustada miraba a todos lados — No, gracias, no es necesario.

— Es que se ve que no puedes con el equipaje, deja te ayudo.

— N-no, tranquilo, yo puedo sola. — Le dijo cuando escuchó el ascensor abrirse.

—Insisto, deja te ayudo.

—Que no —Nahoya tomó la maleta apenas cerrable, pero la linda chica jalo para que dejara la maleta, lo cual provocó un mal movimiento y está terminó cayéndose y abriéndose, dejando al aire libre las bragas y sostenes de la chica.

El hombre de turbante llegaba en esos momentos observando el desafortunado escenario. El mayor agrandó sus ojos y una vena se formó en su frente.

Sefora frunció el ceño y apretó sus dientes.

Abel estaba con los labios entre abiertos bastante sorprendido, y Souya con sus manos cubriendo su boca.

— ¡Maldición! Deja te ayudo a recoger esto — El Kawata mayor ruborizado comenzaba a echar las prendas a la maleta, lo que provocó más enojo en la chica, ya que fue debido a la insistencia del chico desconocido lo que ocasionó el incidente.

— ¡No! Déjalo así. — Se agachó y lo empujó del hombro, haciendo que Nahoya resbalara un poco al piso —Yo lo recojo, ya hiciste suficiente.

— ¡Sefora! ¿Qué te ha dicho sobre hablar con extraños? No puedes estar hablando con cualquier persona y ni mucho menos con otro hombre sin mi presencia — El hombre jaló del cabello de la chica.

Nahoya frunció el ceño y empuño su mano, levantándose.

—Oiga, no la trate así.

— ¡No te metas mocoso!

Inmediatamente Abel y Souya salieron y se colocaron por detrás de Nahoya.

— Oiga, no debería tratar así a su hija.

— No es mi hija, soy su prometido.

Todos quedaron boquiabiertos con la confesión del hombre, ya que era sin duda evidente que le llevaba muchos años a la chica.

— Ya metete a la casa. —La jaloneo de nuevo del cabello.

— Oiga... —intentó otra vez Nahoya, pero la chica de nombre Séfora le dedicó una mirada fulminante.

— ¡No te metas! — Le dijo ella ya cabreada, apretando sus dientes delanteros. A sabiendas de que ya sabía que le tocaría en esos momentos.

—'asraei 'ayatuha aleahira — (Apurate, perra)

La chica asintió con una lágrima en su mejilla, y miró fugazmente a Nahoya de forma irritada, por su culpa ahora le tocaría el mal genio de su prometido.

Cuando ambos ingresaron al apartamento, no pasó mucho y los tres chicos empezaron a escuchar una fuerte discusión, y en otro idioma.

—No puede ser que esa linda chica esté prometida con ese señor —comenta Souya mientras volvían a su apartamento.

—Quién sabe, pero, en mi vida la vuelvo a ayudar. O sea, quise ofrecerle mi ayuda y solo me chirrió los dientes, pues, con el debido respeto pero que se joda.

—No te expreses así.

— Si, se ve que traía presión de "su prometido" — Abel enfatizó haciendo un movimiento con sus dedos.

—Es que me irritó ver como demonios el imbécil la trató, y ella todavía sin hacer nada. La quiero ayudar y me manda al carajo.

—No se, parece se encuentra en una situación difícil.

Nahoya solo meneo su cabeza, queriendo olvidar el tema.

—Mejor almorcemos.

—Si, muero de hambre desde hace rato, y aparte ahorita hasta el mediodía me tendrán aquí, tengo que ir a comprar unas cosas para Emma y hacer unas reservaciones.

Ambos hermanos miraron divertidos y con una sonrisa en el rostro al azabache.

—¿Qué le vas a comprar?

Abel sonrió delatador al recordar lo que le compraría a la chica, y su imaginación comenzó a volar.

—No puedo decirles. Es algo íntimo entre ella y yo.

En eso el chico sacó su teléfono y mandó un mensaje a dicha rubia.

Yo
"Tengo una mejor idea ¿Qué tal si paso por ti como a las 9 pm? De ahí te llevaré a comer, y luego iremos a un sitio dónde sólo estaremos tu y yo, donde pasemos la noche sin el miedo en que nos encuentren o algo"

Emma
"¡Diooos! Jaja me intrigas, pero siii, siii quierooo, me gustaría pasar toda una noche tranquila contigo y dónde nada más estemos tu y yo"

Abel sonrió de lado.

Fue cuando se volvió a fijar en los estados, buscando algo nuevo de Emma. Pero solo encontró a su hermana, en un yate, junto con Annie Sketch.

Rodó sus ojos al recordar lo fastidiosa de la chica, y ya mejor guardo su teléfono.

***

>Hogar de los Mitsuya <
7:00pm

Takashi se encontraba en su habitación, con un poco de música relajante, sentado en el piso, cociendo un poco, hacer ese tipo de cosas, era su fuerte y lo desestresaban.

Ya que su mente era un desastre en esos momentos... la visita y confesión de su mamá, el rompimiento con Sakura... No se iba a negar que aún teme qué la chica de nuevo intente quitarse la vida.

Fuertemente suspira y acaricia su cabello. Pero es cuando evoca a su mente a su dulce y fiera castaña, y todo pensamiento agónico se esfuma al momento de recordar a Yuzuha. Quien lograba aparecer sin mucho esfuerzo una sonrisa en sus labios.

Miró la hora en el reloj de su muñeca.

— Será mejor que ya me dé un baño para ir con ella.

Pero fue cuando abrieron la puerta de su cuarto.

—Hermano.

—Mana.

La chica cabello lavanda corrió hacía su hermano mayor, quien abrió sus brazos y la tomó en un fuerte abrazo.

—¿Qué estabas haciendo?

—Me dormí ahorita, un pequeño sueño reparador de arrugas. Pero terminé teniendo un sueño horrible.

— ¿Reparador de arrugas? Mana —Sonrió divertido —Apenas eres una adolescente.

—Takashi, nadie se salva de las arrugas.

— Que vanidosa, eh—Soltó una pequeña risa. — Pero a ver dime, cuéntame ¿Qué fue lo terrible qué soñaste?

La chica se soltó de él y tomó lugar en la cama.

—Soñé con mamá.

Eso fue punzada en el estómago para el mayor de los Mitsuya.

—¿Qué fue? —preguntó con miedo.

Mana suspiró y apretó de sus dientes, desviando su mirada y observando el piso.

— Takashi... no lo sé, no lo sé, pero la vi muy demacrada, los ojos rojos y sus dientes amarillos, excesivamente delgada, pero eso no fue lo peor...

— ¿A no? ¿Había más?

Mana asintió con los ojos nublados.

— ¿Qué fue lo peor?

La chica tardo en responder, el solo hecho de recordarlo le provocaba escalofríos.

—Mana ¿Qué fue lo peor?

Miró a los ojos de su hermano y derramó lágrimas.

— No sé qué le pasó, pero... algo muy malo le sucedió.

—¿Cómo es eso?

—Alguien llegaba con nosotros y nos decía que... algo malo le había pasado a mamá, y justo cuando nos iba a informar sobre que fue, desperté. Y ya no supimos qué fue lo malo que ella traía.

Mitsuya suspiró y alargó sus labios, como si el sueño de Mana lo ligara con la visita de ella, y eso malo que soñó, se tratase del VIH que adquirió.

—¿Tú la has visto?

Mitsuya la miró fijmanente.

—No —Mintió con mucho dolor, lo peor que podía hacer esa mentirle a sus hermanas. — No la he visto, pero tranquila, solo fue una pesadilla, no significa absolutamente nada, te lo juro.

—Me da miedo.

— No, no, que no te dé, Mana, mamá está bien, te lo aseguro - Su voz comenzaba a cortarse, a sabiendas que no era así.

—Además, me preocupa Luna.

—¿Luna?

— Takashi, últimamente ha adelgazado, mucho... no quiero creerlo, pero siento que se está drogando.

Takashi agrando sus hermosos ojos lavanda

—¿Qué estás diciendo? — Y las palabras de Sakura llegaron a su mente.

—No digo ni afirmó nada, solo es... una suposición, porque... tuvimos una platica bueno, una clase, llevaron a un chico muy pequeño con problemas de drogadiccion para que nos hablara sobre su vida, y el problema de las drogas, Takashi, Luna tiene actitudes de drogadicta.

—No me digas eso ¿A dónde fue que se quedó desde ayer Luna? ¿En casa de Tomo Yasuda no?

—Si, pero no hables con ella ahorita.

—Mira, te prometo que estaré vigilando y viendo a Luna ¿si? Ahorita de momento me daré un baño y arreglaré porque tengo un pequeño asunto que hacer, pero te prometo que hablaré con ella ¿esta bien?

Mana asintió y Takashi beso su frente, la chica se retiró y el lavanda suspiró analizando un poco la situación que su hermana le platicó.

Rasco de su nuca y se dirigió a la ducha de su habitación para darse un buen baño. Media hora después, el chico salió de la ducha con una toalla enredada en su cintura sin camisa alguna, mostrando su muy bien trabajado cuerpo, fue cuando comenzó a buscar ropa cómoda hasta que llamaron a la puerta.

—Señor Takashi, lo buscan.

— No estoy para nadie Hellen, dile a esa persona que ya voy de salida — Comentó sin siquiera voltear a mirarla, él solo buscaba que ropa ponerse quería mirarse lo mejor posible delante de Yuzuha.

—Soy yo... Takashi.

Mitsuya levantó la cabeza, esa voz femenina la conocía a la perfección.

– Bueno, yo me retiro —La mucama se retiró de la habitación de Takashi. Sakura asintió y miró la espalda arañada de su ex novio.

—¿¡Qué son esos arañazos que tienes en la espalda Takashi!?

Mitsuya suspiró en alto, cerrando sus ojos.

— Te estoy hablando — La chica se acercó y lo tomó del brazo volteandolo para con él.

—¿Qué haces aquí?

— Vine a que hablemos sobre la decisión que tomaste.

El lavanda miró la vestimenta de la chica.

—A juzgar por tu ropa, vas de antro. Sakura, sal y diviértete, sanamente. Lo de nosotros ya terminó, ayer fui claro.

— Te cogiste a otra ¿Verdad? ¿O que son esos aruñones en la espalda? — Apretó sus dientes.

—Sakura, en buena onda, no quiero discutir, en si ya no tenemos nada que discutir.

Sakura suspiró y miró aún lado, anoche luego de llegar a su casa, pensó ingenua que Takashi habría recapacitado y por eso ella estaba ahí.

— No quiero a otro, yo quiero a mi Takashi.

— Sakura, solo estás haciendo más daño.

—Takashi, en serio ¿En qué momento pasó?

La pregunta acorralo a Mitsuya, porque él sabía que había sido desde hace mucho tiempo que su amor por ella había cambiado a solo un te quiero.

— Sakura, por favor.

— ¡Sakura por favor nada!

—Es mejor que te vayas. Enserio.

—¿Te acostaste con otra verdad? —sintió el nudo en su garganta.

Mitsuya miró a Sakura hasta con cierto dolor, por supuesto que le dolía lo que le había hecho, pero no podía seguir estando con ella habiendo llegado a un nivel de infidelidad como al que llegó con Yuzuha.

Y sin más.... Asintió.

La chica se cabellos naranjas se cabreo por dentro y se acercó al chico abofeteando su mejilla.
El chico pasó saliva por su garganta, y su rostro continuaba ladeado, con una mano marcada.

—Perdón.

— No hay perdón que valga —Y sin decir algo más, la chica se retiró de la habitación.

Mitsuya pasó su mano por su rostro y tomó lugar en la cama, procesando el suceso que acaba de tener.

—No, complejo de culpa, aléjate —Se decía para si mismo. —No te detendrá la culpa esta vez.... Además, ya con esto, Sakura no va a querer volver, es demasiado orgullosa.

Y como si dentro de su agonía mental, los ojos ámbar y sonrisa de Yuzuha se hicieron presentes, provocando que todo mal sentir se esfumara de golpe, su corazón latió con fuerza y felicidad, haciéndolo sentir bien después del momento amargo.

De nuevo miro el reloj y prefirió apurar su paso, no quería importunar tan tarde, así que se dio prisa.

***

>Colegio Ayome <

~Habitación #201~
Yuzuha Shiba
Senju Akashi
Yoko Izumi

Senju tenía casi todo el sábado acostada, apenas si había probado su comida ese día, no le apetecía comer, se sentía demasiado triste, y es que le dolía el comportamiento de Wakasa, que ahora lejos de ser solo celosos, estaban llegando a un nivel más tóxico.

La chica quería negarse a creer eso, pero no lo podía evitar, su novio era todo para ella, desde que lo conoció su pupila se deleito, y quiso conquistarlo, algo que no le fue muy difícil, tanto por su belleza, como por la ayuda entre Rebe, Vicky y Sakura.

Pero dentro de eso, jamás imaginó que lo que era una relación hasta envidiada, bonita, llena de diversión, amor, cariño, podría sentirse hasta cierto punto triste y amarga.

La Akashi suspiró y apretó su sábana, le dolía creer que enserio Wakasa desconfiara tanto de ella.

—Te quiero tanto, pero.... Tus actitudes no han sido las correctas. —Limpio de las lágrimas que salían de sus hermosos ojos jade.

Un llamado a la puerta de su dormitorio la sacaron de sus pensamientos agónicos.

— Váyanse al carajo, no quiero ver a nadie — gritó.

Nuevamente llamaron a su puerta.

— ¡Que te largues, no te voy a abrir! —Alzó más la voz para que escuchara el individuo afuera, pero pareciera que no hacía caso.

El llamado volvió a ser más insistente.

— ¡Que te largues!

Y como si ese último llamado hubiese ahuyentado a quien estaba detrás de la puerta, este dejó de insistir. Más al rato Senju se dio un baño relajador y se vistió con un short pequeño para dormir, un suéter grande de hombre, que era para el colmo de Wakasa.

La chica se miró al espejo con él puesto, y no podía evitar querer soltar a llorar de nuevo, pero sus ojos estaban completamente hinchados, rojos y parecía que no había dejado de llorar en días. Fuertemente suspiró y camino hacia la puerta abriendo de ella, para dirigirse a la cafetería por algo de comida.

Pero al momento de salir observó su buzón, el cual tenía una hoja color verde, algo que consternó a la Akashi, y tomó de ella, leyendo lo que decía.

"¿Sabes?... No me sabe no pelear con la barbie, es extraño que tenga que decir esto, pero de cierta manera te extraño, y no me quisiste recibir... Te apuesto a que casi no has comido, bueno si gustas te invito una cena a las nueve , antes de que cierren "

Atte. Chifuyu

La guapa albina pestañeó y miró su reloj de muñeca, ya casi serían las ocho , se apuró a bajar, con la esperanza de que el chico aún estuviera ahí.

***

>Cafetería <
7:50pm

Alice llevó a su boca su último bocado de ensalada de pollo a la boca y miró a su hermano.

Los ojos verdes del rubio miraban para todos lados, menos hacía ella. Y es que ilusamente Chifuyu llegó a creer que Senju si se presentaría, pero parece soñó muy a lo grande.

—Te dije que no vendría.— Le comentó la chica de cabellos plateados a su hermano.

El rubio llevó a sus labios su limonada desviando su mirada de Alice.

—No sé porque la invitaste la verdad, Chifuyu. Ella es una chica muy pesada, no mames.

— Alice, la pobre mujer tuvo problemas muy fuertes con su novios, pobrecita, dale una oportunidad.

—¿Oportunidad? Chifuyu, no lo sé con exactitud, pero ¿No sabes lo que hizo a Yuzuha junto a Sakura?

El segundo de los Matsuno alzó su ceja confundido.

— No, ¿Qué fue lo que hizo?

Chifuyu sí había escuchado algo de Sakura y Yuzuha, pero no mucho de Senju en la oración.

Alice estuvo a punto de hablar, pero miró a Manjiro ingresar dentro de la cafetería, venía en compañía de Takemichi, sus ojos verdes se perdieron en él.

Hanagaki venía hablando hablando por un lado de Mikey, y el ponía atención a su alrededor, hasta que sus ojos negros miraron hacía Alice, la miró tan penetrantemente, solo un segundo, y desfijo su mirada de ella.

Alice suspiró y apretó de su utensilio de comer, sintiendo inevitable esas ganas de llorar.

—Se me quitó el apetito, iré a dormir.

Y el Matsuno menor quedó más confundido. Senju se cruzó con Alice antes de salir del lugar y se miraron a los ojos, Senju la ignoró y continuó su camino, y miró a Chifuyu sentado, con una carita abatida, la albina sonrió de lado y procedio a acercarse a él.

Y como si un toque de un ángel se hubiera hecho presente en Chifuyu, Senju le dedico una linda sonrisa después de tocar su hombro con su lechosa mano.

—¿Viniste? — La iluminación en sus pupilas fue tan notable y divina, apenas si podía creer que realmente la chica se presentó al lugar.

—Me invitaste... ¿cierto?

— S-si, me dio mucho gusto que vinieras ¿Qué quieres cenar? Yo lo pago, solo dime, para decirle a Choji antes de que cierren.

—¿Choji?

—La cafetería le dio chamba a este chico, no sabía que podías solicitar trabajo aquí.

—Ah, si, si puedes. Pero no es algo que hacen siempre, solo cuando la encargada de cocina se le antoja una ayuda extra, y no se lo dan a muchos realmente.

—Entiendo ¿Y qué quieres?

Senju llevó un dedo a su boca pensando.

—Se me antoja una rebanada de pastel con un licuado de chocomilk, pero no sé, pienso en mi dieta y no sé...

—No pasará nada si comes tantas calorías hoy.

Senju sonrió apenas.

—Esta bien.

— ¡Choji! — Chifuyu alzó la mano y el mesero rubio se acercó.

— Dime, Chifuyu.

— Traeme una rebanada de pastel , el más grasoso, dulce y azucarado que tengas... y una malteada de chocolate.

—¡Chifuyu!— Senju lo regaño.

—Bien —anoto enseguida Choji en su agenda.

—Espera, mejor tráeme dos órdenes de eso.

—Si que tienes estómago, amigo. Porque recuerdo que acabas de comerte un abundante platillo, junto con aquella chica de bonitos ojos.

Chifuyu alzó su ceja ante eso, pero meneó su cabeza y decidió ignorar de momento el halago a su hermana.

— No importa, traeme dos — Chifuyu sonrió mostrando lo blanquecino de sus dientes.

El chico se retiró.

—Chifuyu, mi dieta.

— Senju, te preocupas demasiado por tu peso, de ves en cuando no tiene nada de malo que la rompas. Además, es sábado, hoy se rompe la dieta.

La chica sonrió de lado, olvidando absolutamente todo, lo que la tenía abatida estos días. Chifuyu observó el rostro hinchado de la menor de los Akashi. El rubio lo único que quiso fue quererla hacer sentir bien, y despejar su mente, para que no se torturara más por eso. Inclusive si la iba a cuestionar por lo que le hizo a Yuzuha, prefirió dejarlo de lado.

— Aquí tienen muchachos.

— Gracias, Choji. Y aquí está mi tarjeta y datos, para que te cobres.

— Por nada, y provecho. Ya traigo además la factura.

Al quedar de nuevo solos, Chifuyu colocó una mano sobre Senju.

— Senju... no quiero obligarte a hablar, a veces el desahogo es bueno, pero no me cuentes que te tiene mal, que sinceramente estaría de más que te preguntara porque claro lo tengo, es solo que a veces el hablar hace sentir bien a las personas... pero si te puedo ser sincero, lo único que quiero en estos momentos, es verte sonreír, y que olvides absolutamente todo lo que te tiene mal.

Los ojos jade de la chica brillaron con ternura y anhelo.

— Por favor, olvídate de todo ya, y... a de cuenta que ahorita sólo, estamos tú y yo, olvida lo demás ¿Vale?

El suave tacto y las dulces palabras de Matsuno, estaban haciendo sentir demasiado bien a la albina, y es que no lo podía negar. Y también, decidió comer lo más lento posible con tal de estar con él mucho más tiempo. O al menos, antes de que cerrarán la cafetería.

—Entonces, ¿Qué qué me dices? ¿Engordamos?

Senju pasó su dedo índice por el betún de su pastel y embarró la nariz fina del rubio.

— Está bien —Y el poco betún que le quedó en el dedo lo chupo con su lengua.

El de ojos verdes soltó una pequeña risa y le devolvió el acto a la chica pero embarrando su mejilla.

—Oye, eso es trampa.

—No me iba a dejar ¿cierto?

Detenidamente Chifuyu miró la sonrisa blanca de Senju, transmitiendo alegría a todo su sistema.

—¿Ves? Así debes de mirarte siempre, sonriendo... justamente como las barbies, ellas siempre están sonriendo.

Las mejillas de la chica adquiereron un color carmesí y acompañada de un calorcito.

Ambos continuaron su alimentación y las risas del momento no podían faltar. Pero ninguno sabía que a lo lejos estaban siendo observados por un individuo, quien apretó sus dientes y empuño sus manos, completamente cabreado.

— ¡Maldita sea!

Pero Wakasa resistió sus celos enfermos y respiro hondo, retirándose del lugar, antes de que nuevamente lo cegaran y la embarrarla más de lo que ya lo había hecho.

***

~Habitación #207~
Emma Sano
Rebeca Imaushi
Alice Matsuno

8:50pm

—Hoy acabé muerta Emma, y eso que Kakucho no hizo la rutina con nosotras — Derrotada y cansada comentó la peli plateada desde su cama.

Emma soltó una pequeña risa divertida mientras continuaba con su arreglo frente al espejo.

—Oye, Alice, solo por curiosidad ¿No te atrae nada Kakucho?

Alice pestañeo.

—¿Qué? ¿De nuevo con eso?

Emma aplicó base a su rostro.

—Es que bueno, se ya que te gusta mi hermano. Pero pasas tanto con Kakucho, que no se si algo por ahí esté burbujeando.

Alice se sentó en su cama. Mojo sus labios y como una tira de película, todos los agradables momentos hasta ahora con Kakucho pasaron por su mente. Sonrió tenue.

—Emma, no se como decirlo. Pero es, mi relación con Kakucho, no se como pero se siente bonito y cálido, pero no en el sentido romántico, sino más como un sentimiento de ¿Almas gemelas?

—¿Almas gemelas?

—Si, ya sabes que un alma gemela no es necesariamente algo romántico, puede ser una amiga o incluso un familiar , en fin, así me siento con Kaku, creo que conectamos muy rápido ¿No? Porqué realmente yo me sentía muy incómoda con los chicos por como me trataban, sin contar a mi hermano. En fin, es algo así.

—Es muy bonito eso, Alice. Deberías decírselo. Practicante se ha vuelto entonces como tú mejor amigo ¿No?

—Ni loca, se puso muy zalamero porque sin querer le di un beso en la mejilla en la fiesta de Halloween ¿Como se pondría con esto?

Emma río.

—¿Esa era la broma que te estaba gastando el jueves? Cuando íbamos a trotar.

—Si, esa. Ya mejor que se consiga una novia o algo — bromeó.

Emma terminó de maquillarse.

—Creo que entiendo lo que dices, de alguna manera así es con Rebeca.

—¿Tu alma gemela?

Emma asintió y pasó una mano por su rostro, y se miró al espejo. Viendo en sus ojos como seguía ocultando a su amiga su amorío con Abel.

—Si, y me duele mentirle, aunque no lo demuestre casi.

Emma suspiró y meneó su cabeza, no queriendo pensar en cosas tristes, y mejor caminó para tomar un abrigo de su cama.

—Pero en fin. Antes de comenzar diciembre vamos a pesarte y veremos el resultado de un mes y medio. Que estoy segura ya ha habido cambio alguno.

Alice se cruzó de brazos.

—Ok, pero a todo esto ¿Ya me dirás a dónde vas? Es algo tarde, ¿No crees?

Sin contestar aún, Emma sintió sus mejillas ruborizadas.

—No me digas, verás a Abel.

La chica asintió con emoción.

—Emma ¿Si has notado el brillo en tus ojos cuando hablas de Abel?

— ¿Eh?

— Emma, tú no ves lo que yo veo, pero siento que tú ya no ves a Abel sólo como un deseo sexual. O sea si, pero ya no es sólo eso ¿o sí?

Emma sintió sus piernas temblar.

— No, Alice entre Abel y yo sólo hay sentimiento sexual, y claro el cariño de siempre, nada ha cambiado -+— Desvío su mirada de su amiga antes de sentir el complejo de culpa.

— Emma, te conozco digo no mucho tiempo, pero al menos creo que te estoy conociéndo lo suficiente como para saber que tú tienes sentimientos por Abel, más allá de lo sexual, o dime ¿Enserio todas las noches que se ven tienen sexo?

La cuarta de los Sano miró fijamente a los verdes de la mayor de los Matsuno.

—La verdad es que nos hemos visto, y... bueno solo como dos ocasiones, solo nos vimos para estar juntos, y abrazarnos, besarnos y cosas así.

—Emma, no tendré experiencia, pero sé que esas no son acciones de un jale, y aunque no quieras escuchar a tus sentimientos, a tu corazón, y le hagas más caso a la razón— Alice suspiro-—Yo creo que tú te estás enamorando de Abel, y eso no lo quieres ver.

La rubia mordió su labio inferior.

—Pero, si así fuera, Alice, no se puede, Abel es hermano de Rebeca y...

—Emma.... Renunciaste a Draken por Rebeca... ¿Ahora lo harás con Abel? Dime ¿Qué sientes por él? ¿Lo quieres mas allá de un jale y amigo?

Los labios rosados de la Sano se entreabrieron un poco, queriendo brindar la razón a Alice, quizás. O quizás sólo es confusión de su parte.

—Y no me quieras mentir, porque a ti las mentiras se te notan, no eres muy buena para eso.

Emma fue y se sentó a un lado de su amiga.

— Alice, yo... no sé, cuando estoy con él, ni siquiera me acuerdo de Rebeca, hasta me olvido de Draken, y es extraño... pero cuando no estoy con él, es como si mi mente me trajera a Draken, pero.... De inmediato me llega la sonrisa de Abel y se me pasa. ¿Estoy mal? —Su vista se nublaba.

La chica robusta la tomó en un abrazo muy fuerte.

— Se te va a escurrir el maquillaje.

—Es que... Alice siento que estoy haciendo algo muy malo, te lo juro, yo no planee relacionarme más allá con Abel, no quería, pero, ese día no se que pasó, y derrepente ya no lo pude frenar, y Rebeca cuando se entere me va a odiar... y quizás pierda su amistad ¿Entiendes? Me dolería perder también a mi amiga.

—Emma, quítate ese chip de la cabeza, quizás hasta te estás haciendo ideas que no son.

—Alice, tú no la conoces como yo, cuando Senju y Wakasa comenzaron a ser novios, Rebeca le hizo un escándalo a Senju, y también Wakasa, hasta que terminó aceptando la relación, después no sabes el que hizo cuando Abel volvió de su viaje y le platicó a Rebeca que ya no era casto, se quería morir, Abel son los ojos de Rebe.

— Emma, ella debe entender que Abel ya es un alguien mayor, no es su hijo, es su hermano, y él es libre de hacer su vida también.

— Alice..... —Limpió sus lágrimas y miró a la chica robusta — Si, creo estoy empezando a querer a Abel, más allá de ser un jale, no lo quería ver, pero es así. Me encantaría caminar por los pasillos del colegio tomada de la mano de él, que todos nos miraran y supieran que somos pareja y no un simple jale, Alice, quiero a Abel conmigo. —Rompió en llanto y Alice la consoló.

— Emma ¿Y si Abel está en el mismo concepto que tú? ¿No estarías dispuesta a enfrentar a Rebeca?

— ¿Eh?

Alice limpio una de las lágrimas de la rubia.

—Emma, no sé ¿Y si buscas averiguarlo?

— Me aterra un poco.

— Dicen por ahí que el que no arriesga, no gana ¿Por qué no intentarlo Emma?

—¿Y si Abel sólo me ve como en lo que quedamos? O sea, un jale. No quisiera quedar ante sus ojos como una tonta enamoradiza.

—Pues seria un idiota, en solo quererte para follar. Y Rebeca una tonta inmadura, por no querer la felicidad de su amiga.

El teléfono de Emma sonó, la chica lo tomó y miró el remitente.

Abel
"Ya estoy aquí"

El semblante de la rubia cambió drásticamente, de uno apático y triste, a uno feliz y lleno de emoción y entusiasmo.

—¡¿Ves como te cambia la cara?! — Argumentó Alice divertida

—Alice ya llegó y yo, ¡Ay! Ya me desmaquille.

Emma rápidamente limpió su cara y aplicó maquillaje. Alice desde su lugar sonrió con ternura, al mirar a la chica tan emocionada.

Se despidió de la chica robusta y salió disparada de la habitación hasta encontrarse con Abel.

En cuanto lo vio, no pudo evitar sonreír de dicha al verlo en persona, y con eso, todo pensamiento negativo se esfumaba.

A sus ojos, el Imaushi resplandecia, con su pantalón entubado negro, su camisa negra a cuadros rojos y encima su chaqueta negra de mezclilla. Una de las cosas que a Emma más le gustaban de él, sin duda era su forma de vestir.

Abel también deleitó su pupila con la vestimenta de la chica con su blusa top blanca debajo de una pequeña torerita negra, y falda corta pero holgada color rosada.

El chico sonrió de lado y recibió a Emma con un beso corto de labios.

—¿A dónde vamos? —Preguntó montandose a la moto.

—Primero, te llevaré a cenar, después, iré a cenarte a otro lugar.

—¿A cenar? —Abel le entregó el casco a la rubia.

—De momento solo tengo este casco negro, pero después te compro uno rosita ¿es tu color favorito no?

— ¿Me compraras uno?

—Si, para ti. Para cuando te subas a la moto, lo uses.

— Oye... pero... ¿Crees que será necesaria la inversión?

—¿Por qué lo preguntas?

— Bueno, no sé ¿Crees que en verdad estaremos saliendo seguido? En tu moto.

– Por supuesto que sí.

Emma sonrió ruborizada, y recordó de inmediato las palabras de Alice, sobre averiguar si él sentía más que ella que solo un simple jale.

–Oye, y bueno, tampoco jamás habíamos ido a cenar, bueno después de comenzar esto.

— Bueno, no sé, quizás hay cosas que van a cambiar —Abel la miró —¿O no quieres? — preguntó quizás con algo de desilusión.

La Sano lo miró y negó de inmediato.

—Por supuesto que sí quiero —Se abrazó a él, recargando su rostro en la espalda, y Abel sintió exceso de alegría recorrer su cuerpo.

Y así arranco la moto, para ambos irse de ese lugar por un rato.

***

>Hogar De Los Baji <
9:30pm

Keisuke miraba una serie en su televisor, cuando en esos momentos recibió un mensaje, el lo tomó y observó de él.

Mikey
"El próximo fin de semana vamos a correr, para que tengas preparada tu moto"

Una sonrisa apareció en el rostro del azabache y asintió respondiendo que sin duda ahí estaría. Por curiosidad después de responder ese mensaje, miró los estados de sus amigos encontrándose con algunos muy divertidos. Aunque uno lo dejó un poco extrañado debido a que se trataba de Chifuyu y señalando una foto de Senju comiendo pastel, el estado decía.

"No que no rompía la dieta".

Keisuke soltó una risa divertida, pero a la vez quedó muy extrañado sobre cómo era posible que esos dos pudieran estar cenando juntos. Avanzó al siguiente y se encontró con el de una persona que... quizás no era a la que quería ver en esos momentos... pero se trataba de aquella chica de cabellos azabaches y ojos verde pino, mordió de su labio inferior al mirar esa foto tan linda de la chica, su maquillaje bonito, y su vestimenta que siempre le había gustado. La foto era una de ella con su hermano y seguido otra con su mamá y papá, claramente habían ido a comer.

La señora se miraba cansada y recordó que ella tenía una enfermedad grave, siendo el diabetes y lo peor era que lo tenía muy avanzado. El Baji alargó sus labios y al mirar lo hermosa que Allie lucia en las fotos, deseaba tanto ser su novio y poder compartir momentos como esos con ella, sobre todo por lo feliz que sabe que su familia le hace.

Fuertemente suspira desilusionado y sin más avanzó al siguiente estado encontrándose uno de la tierna Yoko, la chica estaba en una alberca sentada en una reposera, alzando una copa y por un lado un pequeño niño chiquito alcanzó un vaso de jugo junto con ella, la chica se veía demasiado feliz y hermosa, Keisuke no podía mentirse en algo, esa chica era demasiado bella.

El estado decía.

"Amo a mi primo bebé".

El Baji sonrió de lado y recordó que tenía un pequeño asunto pendiente con ella, así que sin pensarla le manda un pequeño mensajito.

Yo
"Mira nada más, que feliz te ves".

Envio el mensaje respondiendo el estado de la chica y prosiguió mirando los estados, encontrándose uno de Kazutora, dónde no era nada en especial, simplemente un par de libros abiertos. El estado decía.

"Bendito fin de semana"

-Te dije que vinieras a mi casa, idiota.

Y al teléfono de Keisuke llegó un mensaje.

Yoko
"Te juro que si, amo a los niños y mi primo es lo más cercano que tengo a tener un hijo, así que aprovecho cada momento con él"

Yo
"Que linda, de seguro vas a ser una excelente mamá"

Yoko
"Eso espero ¿Y tú no hiciste nada hoy?

Yo
"Si, bueno no jaja, me la pase en casa de friki jugando videojuegos "

Yoko
"Suena a un fin de semana bastante interesante, a ver cuando me invitas a jugar videojuegos "

Yo
" Jaja cuando quieras, oye por cierto quería hablar contigo"

Yoko
"Dime"

Yo
"Pido una disculpa por el atrevimiento del beso que te dí, no me medi y solo me deje llevar"

Yoko
"No, no te preocupes, no pasa nada enserio, igual fue un lindo beso, sabes besar muy bien, eh"

Las mejillas del Baji cambiaron de tono y soltó una sonrisa nerviosa.

Yo
"Gracias, creo que es un don"

Antes de continuar hablando con la chica, un bulto frente a él llamó su atención, tratándose de su hermano mayor.

—Ey, ¿A dónde vas vestido así?

— Hay arrancones de auto.

—Entiendo...

—Shinichiro va a correr y pues Izana me estuvo chingando para que fuéramos, así que no me quedó opción.

Keisuke suspiró y miró a su hermano. Por alguna razón, su imagen de niño llegó a su mente, y la nostalgia se hizo presente en él, llevándolo a suspirar en alto y apretar sus dientes.

Evan muchos años fue su ejemplo a seguir, de niños Evan era una persona increíble ante sus ojos, y ahora lo veía y no podía creer en lo que se había convertido, y ahí era dónde se preguntaba para sí mismo ¿Qué le había pasado al Evan cool y divertido que llegó a ser un tiempo atrás?

—Ten cuidado.... Evan.

El azabache de moja asintió con una sonrisa que a su opinión no llegó a sus labios y se retiró.

Al Keisuke quedarse solo llevó sus manos a su cabello y proceso cierta parte de su vida en esos momentos. Extrañaba a su hermano, extrañaba al viejo Evan.

Eso sí, no se iba a negar que le alegraba lo de Evan con Emma haya terminado. Luego de la casi atrocidad que presenció de su hermano aquella vez. Aún. O entendía como la chica pudo seguir con él tras eso.

Keisuke iba a quitarle la pausa a la serie, pero se levantó y caminó hasta la cocina. Donde se encontró con una guapa mujer de cabello azabache y ojos café, la mujer se encontraba batiendo en un bol.

—Mamá, ¿Qué haces? Llegó incluso ese rico olor hasta mi habitación.

Kyoko sonrió entre dientes.

—Ya que no pude estar para tu cumpleaños, decidí hacerte una rica comida casera. Penyu yakisoba. Y ahora bato un pastel de chocolate.

Keisuke sonrió.

—Gracias. Aunque hubiera preferido fuera y siguieras descansando, solo tienes ocho horas de haber llegado y no fue un viaje tan corto.

—No te preocupes, no estoy cansada. Pero lastima que Evan haya decidido salir —Kyoko suspiro —Te hubiéramos cantado cumpleaños.

—Ya, no importa —Keisuke fue y la abrazo — Lo importante es que estés aquí, en casa.

Kyoko sonrió de lado y acarició el cabello de su hijo menor.

—No puedo creerlo, mis hijos están creciendo. Me siento vieja.

—No digas eso, aún te ves joven y muy guapa.

Kyoko río.

—Claro, mis casi 50 años ya están hablando hijo mío ¿Cenamos entonces?

Keisuke sonrió y se alejó y en eso recordó lo de la fiesta.

—Oye, ma, aprovechando...

***

>Hogar de los Inui <
9:40pm

Seishu cenaba cereal y mientras no dejaba de procesar la ironía de la vida, sobre que a Koko, el chico que le gusta, se hubiera fijado en su hermana.

El rubio pasó su mano por su cabello, y tomó de su teléfono respondiéndole a Mikey el mensaje que no le había respondido en todo el día.

Yo
"Si, claro el otro fin de semana nos vamos a correr"

Pensó que quizás sería un buen desahogo y desestres.

—¿Qué haces? —Una dulce voz cortó sus pensamientos de golpe, Seishu miró hacia el frente, encontrándose con la hermosa de su hermana.

—Ceno. Oye, por cierto, pensé que irías a los arrancones.

—Claro que no, si iba era por Kakucho, pero no porque me gustará así mucho que digamos.

—¿Terminaste muy bien con él cierto?

—Kakucho es un chico hermoso, su forma de ser es muy linda, y es todo un caballero, no podía salir mal con él, olvídate.

— Me da gusto.

La chica tomó un tazón y sirvió cereal en él.

— Oye Seishu.

—¿Mande?

— ¿Koko estudia contigo cierto?

Inupi trago saliva ruidosamente.

— Ammm...Si ¿Por qué?

—Es lindo.

El rubio sintió una punzada en la boca del estómago.

— ¿Te gusta?

—No, no me puede gustar alguien a quien no conozco aún, pero si te puedo decir que es un chico muy lindo.

Inui suspiró en alto y apretó sus dientes. Ahora también, de todos los chicos posibles que podrían interesarle a su hermana.... Uno de esos tenía que ser justamente el mismo del que él tenía que haberse fijado.

— Bueno, Koko es buena persona.

—Si, aunque ayer me habló muy... no sé pero me dio mucha risa, me preguntó si las pruebas para el club de natación eran en la alberca — Río por lo bajito —¿Qué clase de preguntas son esas?

Seishu solo pensó en lo malo que era Koko ligando

—Si... ¿qué clase.... De preguntas son esas?

— Oye Seishu ¿Y quién es el chico que te gusta? No me lo has dicho todavía.

—A si, es cierto.

—Me gustaría conocer ¿Cómo es?

Inui pasó saliva nerviosamente ¿Cómo explicarle a su hermana que se trataba del mismo chico?

— Cuando lo vea y estés tú conmigo te diré, mira es él ¿qué te parece?

—Mmmhh bueno, eso espero, eh.

—Tenlo por seguro— forzosamente el chico rubio sonrió.

***

>El viejo condado <
10:10pm

Vicky y Takeomi venían en camino en el auto del azabache, la música muy alta, bebiendo y ambos completamente divertidos.

En los asientos traseros iba Sayuri.

— ¡Ya llegamos! —Alzó la voz el Akashi con una sonrisa pintada en sus labios.

– Ay, viene Takeomi -—Soltó con una sonrisa pintada Benkei, llamando la atención de Taiju. Ambos a solo dos carros de donde los recién llegados habían estacionado.

Victoria sonrió a Takeomi, para bajarse enseguida, seguido de Sayuri.

La más alta de lentes iba con un mini short, de un dedo por debajo de la nalga. Lo que hacía ver su bien torneadas piernas largas. Una pequeña blusa ombliguera, de tirantes, dejando al desnudo pequeños hombros. La chica miró a su alrededor con una sonrisa pintada en sus labios y meneó un poco de su cabello.

Taiju quedó un poco impactado al mirar a la chica, pues jamás en su vida la había visto de tal manera vestida. Si sabía que tenía buen cuerpo por los vestidos que la había visto usar, pero con ese tipo de ropa, hasta ahora se daba cuenta que era tan llamativo y torneado, de pronto se sintió seco y sonrió de lado.

— ¡Sayuri! Hasta que te animaste a venir — Mostró lo blanco de sus dientes.

En la frente de la chica se formó una vena, claramente molesta. No necesitaba ni darse media vuelta para saber de quién se trataba.

—Esto es muy extremo para ti, eh, pero a lo mejor hasta se te quita lo amargada.

Sayuri enseguida tomó del brazo a su amiga.

— Vicky ¿Por qué no me dijiste que estaba el corriente estaba aquí?

— No, te juro que no lo sabía eh. — Comentó nerviosa, porque obvio era mentira.

—Jaja, Sayuri ignoralo ¿O es que te gusta? — salto de pronto Takeomi.

Ella lo miró fulminante. Un pequeño rubor se vio en sus mejillas.

—Takeomi, no me gustan tus bromas.

La azabache se dio media vuelta y miró al chico de cabellos azules, fue cuando noto a Izana y Kakucho llegar con Taiju y Benkei para saludar.

Sayuri suspiró en alto y apretó de sus dientes.

—No dejes que te arruine la noche —Se decía para sí mismo. Pasando una mano por un mechón de su cabello .

Solo casi al instante de decir eso, sus ojos las traicionaron y se desviaron, recorriendo de arriba abajo al pelizul, mirando como aquella camisa negra se apegaba a sus bíceps.

—¡Maldita sea! —gruñó y se cruzó de brazos, desviando su mirada hacia otro lado. Enojada consigo misma ante ese momento de debilidad.

Si, seguro, muy quizás, es porque desde Benedicth no tengo contacto íntimo con nadie, que incluso ese chico corriente me resultó de pronto atrayente - pensó como excusa.

***

Kakucho tomo una foto al panorama frente a él, subiendola a su estado. Izana comenzó a sacarle plática, sobre que se cruzó con Evan hace un momento y que este estaba muy coqueto con una chica, así que se olvidarán de él esa noche.

Fue cuando un mensaje llegó a su teléfono, el chico al desbloquearlo observó el remitente e inconscientemente una sonrisa apareció en sus labios.

Rebeca
"Tengan cuidado.."

Kakucho sonrió de lado.

Yo
"Tranquila, nunca han pasado infortunios por esto, además no arrancaremos nosotros"

Rebeca
"Menos mal... sabes que me encanta la velocidad, pero había veces en las que si me daba un poco de miedo"

Yo
"Lo sé, lo sé perfectamente pero tranquila, no pasa nada, te prometo que regresaremos sanos... y salvos... Veo que al final de cuentas si te preocupo "

La sonrisa en el rostro de Kakucho era demasiado notable, algo que no pasó desapercibo por Izana.

— ¿Qué te tiene tan feliz?

Kakucho agrando sus ojos y sonrió para su amigo.

<La verdad, si me da mucho gusto volver a hacer estas cosas contigo.

Izana devolvió la sonrisa. Y Rebe contestó el mensaje de Kakucho.

Rebeca
"Ay, bueno, son muchos años conociéndonos ¿No?"

—A mi también me da mucho gusto— Contestó de buena manera Izana

—Hasta que llegas —Escucharon la voz ronca de Takeomi llamar a Shinichiro.

—Tuve un pequeño percance —Y fijo sus ojos negros en Taiju —¿No vino? — Preguntó con desilusión.

Taiju negó.

—Pero no te preocupes, no pudo venir, no porque no quisiera, si no porque no podía. Cosas de mujeres.

— Esta bien —Taiju le ofreció una cerveza al azabache de su amigo y dio un trago.

— Shinichiro — Una chica muy guapa de cabello morado se le puso por un lado. La chica vestía un falda extremadamente pequeña, medias de red, y una blusa amarrada, dejando a la vista lo hermoso de su cuerpo — Es un gusto volver a mirarte por aquí.

—Renata, la verdad es un placer estar aquí.

—El placer es más mío, y para mí pupila el poder mirarte de nuevo...

Shinichiro rascó su mejilla nervioso.

—Si, ammm ¿Tú darás la entrada a la carrera?

Mojando sus labios coquetamente la chica asintió. Le hizo una seña con su mano indicando a donde tenía que llevar el auto lujoso y deportivo que portaba.

Benkei tomó acercamiento al Sano y posó su mano sobre su hombro.

—Se muere porque te la folles —Sonrió mojando sus labios

Shinichiro carcajeo.

—Tú siempre con tus comentarios.

—No es mi culpa detectar cuando el idioma del sexo corporalmente, y esa chica siempre he dicho que se muere porque te la folles, deberías animarte, Renata esta bieeen guapísima, para chuparse los dedos, y.... Bueno, para que continuó.

—¿Y por qué no te la follas tú? Si tan así está..

—Por qué ella anda tras tu pene, no tras el mio —Palmeó su espalda.

Shinichiro negó divertido y se monto en su auto, para avanzar a donde la guapa chica le había indicado.

— ¡Shinichiro! — Takeomi se le puso por un lado de la ventana —Dale como si te fueras a morir.

—¿Eh? ¿Esas son tus motivaciones?

Takeomi asintió y besó la cabeza del Sano.

—Suerte.

El azabache se preparó, y miró al carro colocarse por un lado, mirando a su contrincante.

Ambos se dedicaron una sonrisa de rivalidad sana.

Renata se colocó enfrente de ambos, con banderas en sus dos manos.

— Bueno chicos, ya saben, el primero en llegar a la meta gana, allá los estaremos esperando, y... —Renata miró a Shinichiro — El que gane, podrá hacerme todo lo que quiera esta noche.

Benkei trono sus dedos.

—Sabía que se lo quiere follar.

Taiju carcajeo a su lado, y Sayuri rodeo sus ojos al escuchar la escandalosa risa del Shiba.

— Bueno, en sus marcas... listos.... —Levantó las banderas y las bajó casi al instante.

Rápidamente Shinichiro aceleró y movió la palanca de cambios.

***

>Hogar de los Shiba <
10:30pm

—Toc Toc —Yuzuha llegó al marco de la puerta de su hermano menor.

— Yuzuha ¿Qué pasa?

– Oye, Tú y yo tenemos una platica pendiente.

—Si, oye por cierto ¿Cómo sigues de tus cólicos?

—No me cambies el tema.

— Primero responde eso, parecía dolerte mucho

—Todo está bien, la pastilla me relajo un poco el dolor.

—Que bueno, por ese lado me alegro de no ser mujer.

—Mmmhhh ¿Por ese lado? ¿Y por que lado si te alegría serlo?

Hakkai tenía en sus manos su teléfono, que para su mala suerte, tras la pregunta de su hermana el teléfono cayó, pero su buena suerte dios parecía estar de su lado porque cayó en su cama.

—¿eh?

—Si, no se, me dio curiosidad saber por qué lado si te gustaría serlo. Por ejemplo, para mi sería en estos momentos genial ser hombre y no sufrir de cólicos.

—Yo... bueno....

— ¡Yuzuha! —Le llamó su mamá desde el piso de abajo.

— ¿¡Mande!?

— ¡Te buscan!

Ambos hermanos Shiba se voltearon a ver extrañados.

— ¿Esperas a alguien? ¿Y a estas horas?

— No, la verdad no.

La chica se puso de pie y caminó hacia la puerta principal, detrás de ella iba por supuesto el metiche de su hermano.

— ¿Quién es? — Le preguntó confundida y extrañada a su mamá, ya que no esperaba la visita de nadie.

Su mamá en tanto solo la miraba sorprendida.

— No sabía que fueras amiga del hijo del legislador, hija.

—¿Eh?

Rápidamente la chica salió y se encontró al chico de cabello lavanda ahí afuera, parado y recargado en su moto, con su chaqueta de cuero negra, y su pantalón del mismo color, viéndose muy guapo en esa posición.

Yuzuha entreabrió sus labios, e inevitablemente su corazón empezó a latir como si estuviera corriendo, incluso ahí parada.

—¿Qué estás haciendo aquí?









Continuará

Gracias a @Selfish55 por su colaboración aquí ✨

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