Capitulo #20 "No Solo Es Una Cena Romántica"

>Colegio Ayome
<

Llegando casi las siete y media de la noche, los pasillos y caminos ya empezaban a verse cada vez más despejados, tras la mayoría de alumnos haber cenado y dirigido a sus dormitorios o pasar un rato más en el vestíbulo.  Único lugar donde tenían permitido estar tras marcar las diez de la noche.

Abel caminaba con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón.  Hasta que observó a Yuzuha y Kazutora venir contrario a él, con unos listones blancos en sus manos y un par de esas linternas viejas donde colocaban dentro una vela para alumbrar. 

Intentó pasar desapercibido, pero la castaña de ojos ámbar se fijó en él de inmediato.

— ¡Abeeeeel! — Le grito y tomó a Kazutora de la muñeca, para ambos acercarse al chico.

Abel detuvo su paso suspirando, y miró hacia sus dos compañeros.

— Oye ¿Puedes ayudarnos?

Abel alzó una ceja.

— ¿En qué?

—En darle los últimos retoques al jardín para las cenas románticas— Sonrió divertida.

Abel meneo la cabeza con un poco de flojera.

—Es que necesitamos a otro hombre que coloque estas cosas en lo alto de los árboles, la mayoría somos mujeres y Kazutora debe retirarse para arreglarse, dado a que fue uno de los ganadores.

Abel miró hacia los ojos ámbar de aquella chica, hasta que inspiró y meneó su cabeza.

— Esta b.. — Pero no terminó de hablar cuando Yuzuha lo tomó de la muñeca y se lo llevó con ella y Kazutora hacia el jardín del sur.

Cuando llegaron, Abel tuvo que admitir que el lugar estaba quedando muy bonito.

— Wow, admito que está quedando bien ¿en serio necesitan mi ayuda?

—Si, como te dijo Yuzu, se necesita mano masculina para guindar esas cosas. Yo ya debo retirarme. Baji se acaba de ir hace rato, y Chifuyu está terminando unos pendientes, pero vendrá a ayudar en la noche a Yuzuha, para la organización y servir a los ganadores. 

— Si que se están esmerando para las citas — suelta burlón el azabache.

Kazutora solo lo tomó del hombro.

—Ya mejor ven ayudar.  Hinata y Yoko no quisieron esperar para guindar la cortina de focos, así que anda a brindarle una mano. 

— Oye ¿Estás enojado? Porque tu tono de voz está como muy cabreado.

—Es verdad, no entiendo porque estás enojado, si tú también ganaste — apoyo Yuzuha metiéndose en la conversación.

—No estoy enojado —replicó Kazutora,

—Si tú dices —comentó con retintín Abel —Bueno, iré a ayudar a las chicas.

Yoko desde donde estaba giró a mirar hacia los recién llegados, en eso, se volvió a fijar en el rostro de Kazutora y detecto de nuevo esa irritación. Y ella claro que sabía muy bien el porqué él se encontraba en ese humor. Suspiro fuertemente y desvío su mirada al piso.

—¿Te sucede algo Yoko? — pregunta Hinata mientras la mira desde una silla.

Yoko la miró, pintó una sonrisa fingida en sus labios y negó con la cabeza.

—Todo está bien, enserio.

— ¿Segura? Tu rostro dice muchas cosas.

—Sí, no importa.

—Hola, Tachibana.

Hina se dio media vuelta encontrándose con Abel.

—Hola, Abel ¿vienes ayudar? —le pregunta con una amable sonrisa.

—Si, Kazutora y Yuzuha imagino estaban esperando encontrarse con el primer pobre diablo en el camino que amarrar a esto, y resulta que fui yo.

—Pero al final terminaste aceptando ¿no? — Y una sonrisa sincera de pinto en sus labios, llegando a contagiar a Abel sin él ni siquiera notarlo o ser consciente de ello.

Fue cuando a Yoko se le resbaló en esos momentos una linterna que había tomado del piso para colocar arriba de la mesa.

— ¿Estás bien? — preguntó Yuzuha llegando justo con su amiga.

Ella intentó de afirmar con la cabeza, pero era muy notable su estado en esos momentos, que lejos de sentirse mejor por tener una cena con Kazutora, se sentía peor.

—Abel ¿podrías colocar esas linternas aquí en el árbol? — le pregunta Hinata, a lo que él asiente y le pide que baje para subir él.

Hinata se baja y camina hacia los listones nuevos que habían traído sus dos compañeros, y sin esperar por Abel u Yoko, caminaba hacia el otro árbol, para poder empezar a decorar esa última mesa.

Se subió a la silla y estiró sus brazos con el listón, pero resultó que ese árbol era más alto. Buscando llegar quedó de puntitas, y fue cuando sintió la silla tambalearse, a lo que abrió sus ojos de par en par cuando sintió que caía.

Para su buena suerte, Abel se encontraba caminando hacia ella para ayudarla, pero es cuando nota que la silla se iba hacia atrás, así que sin pensarla corrió para poder alcanzar y tomarla antes de que terminara en el suelo.

Al tenerla entre sus brazos, ambos quedaron rostro a rostro, cara a cara, las mejillas de Hinata se pintaron de un rojo carmesí bastante fuerte al verse en los brazos del chico.

Abel únicamente pasó saliva por su garganta.

—¡Buena atrapada Abel! — gritó Kazutora mientras se acercaba con las demás.

— ¿Estás bien? — Fue lo único que se le ocurrió preguntar en esos momentos.

No hubo una respuesta momentánea,  Hinata aun se encontraba procesando la situación.

— ¿Tachibana, estás bien? — Volvió a preguntar haciendo caer a Hina en la realidad.

— S-si, si estoy bien. —musito.

—¡Madre de Dios! ¿Estás bien?—  exclamó Yuzuha, a lo que la chica solo asintió tímida.  

En eso Yuzuha miró su reloj de muñeca y parpadeo absorto.

—Pero ahora, es mejor darnos prisa si no, ni tú — Señaló a Yoko — Y ni tú — Señaló a Kazutora — Alcanzarán  arreglarse. Son casi las ocho, y la cena es a las nueve.

— ¿¡Que!? ¿Las ocho? — exclamo Hina levantándose de golpe de los brazos de Abel — Debo irme, debo arreglar a Allison —En eso, volvió a mirar hacia el chico de ojos carmesí y mojo sus labios, en el brillo de sus había gratitud — Muchas gracias Abel, enserio, gracias.

Abel tan solo alzó un dedo índice y tocó su frente, para terminar ladeando una sonrisa.

—No fue nada, Tachibana.

—Nos vemos en la noche — dijo por último mientras se retiraba del lugar.

—Espérame Hinata —anunció Kazutora, y juntos trotaron hacia el dormitorio.

Yoko mordió su labio inferior mientras veía partir al chico, ni siquiera había tomado en cuenta para los tres irse. Yuzuha entonces se colocó por un lado de Yoko y tocó su hombro. Ella vio la desolación en el rostro de su amiga y se sintió mal, pensando que al final no debió haber hecho aquella trampa.

Soltó aire y meneó la cabeza casi al instante. Debía recordarse que eso también podría ayudarle, a seguir, o no, con esa afición que tenía hacia el chico de mechas rubias.

—Ve a arreglarte.

— Ya no sé si quiero hacerlo — Yoko desvío su mirada y observó el piso.

— Debes hacerlo, ganaste. Te lo mereces — Intentó animarla Yuzuha.

Yoko solo terminó sintiéndose desanimada.

— Anda, te veo ahorita.

La castaña de mechas rosadas se retiró del lugar, dejando a solas a Abel y a Yuzuha.
La chica de ojos ámbar enseguida miró a su acompañante, con una amplia sonrisa en el rostro.

—Oye, ¿podrías ser de mesero esta noche con Chifuyu?

Abel frunció el ceño y miró extrañado a Yuzuha.

—¿Mesero?

—Sí, yo y Chifuyu también lo seremos, es por eso que necesito que también ayudes con algo en especial.

—Sé más clara Yuzuha, porque no te entiendo.

Yuzuha suspiro fuertemente.

— Te confesaré algo, pero por favor, no se lo digas a nadie.

—Bien ¿De qué se trata?

—A Yoko le gusta Kazutora, y resulta que a ambos les tocó la cena romántica juntos. Así que le pedí a Chifuyu, y ahora a ti, que estén muy atentos en atenderlos a ellos ¿vale? Quiero que salga todo tan bien para mi amiga esta noche. 

Abel pinto una sonrisa burlesca en sus labios.

—¿Si sabes que a ese le gusta Allison, no?, Es más que obvio. Y no es por ser mamon, porque sé que ella es tu mejor amiga y lo que tú quieras, pero es la cruda realidad Yuzuha, se ve que Yoko no tiene ni una oportunidad ahí con él.

Yuzuha frunció el ceño y miró indignada al chico.

— ¿A caso ella no te parece atractiva, bonita?

— Yuzuha, tampoco es por ahí.

— Solo contesta.

— Si, Yoko es muy muy atractiva, demasiado, no voy a mentir, es bastante guapa. Pero eso no es todo Yuzuha, un buen físico no hace a la persona grábatelo muy bien.

— Ella es una de las mejores personas que puedas conocer, y estoy segura de que si Kazutora se da una oportunidad de…—Pero Abel la interrumpió. 

— Y yo no digo que no lo sea, tampoco te pongas así. No he tratado a Yoko lo suficiente, pero no dudo que sea muy linda su persona. Pero tampoco te cierres los ojos, tampoco quieras ver cosas que no son, a Kazutora es obvio que le gusta Allison, basta con ver como la mira en clase sociología — Abel detuvo sus palabras al notar el semblante molesto de su compañera — Bueno, tampoco era mi intención hacerte enojar Yuzuha— Rasco de su cabeza — Te ayudaré, está bien no pasa nada.

En los ojos de Yuzuha se formó un pequeño brillo y tomó a Abel de un brazo, dejándolo a él bastante extrañado.

—Gracias, enserio, gracias. Quiero que salga todo bien para mi amiga. —En eso, un rico olor llegó a  las fosas nasales de Yuzuha. — Oh, hueles a madera, madera suave… quizás sándalo, pero admito que hueles muy bien ¿Qué marca de perfumes usas?

Abel no pudo evitar alzar una ceja divertido.

—Gracias, uso Montblanc. Y tú también aspiras un olor rico a vainilla.

La castaña entonces soltó al azabache, ahora mirándole con advertencia.

—No le digas a nadie ¿sí?

—¿Me crees chismoso? Apenas y me ves hablando con los Kawata, o mi hermana, si acaso Emma.

Yuzuha asintió.

—Gracias.

—Ahora, mejor terminemos esta decoración, porque también se nos hará tarde para ir a cambiarnos.

***

>Hogar De Los Sano <

Izana se encontraba en su habitación, mientras en su mano portaba su celular, las ganas de mandarle un mensaje a Rebe pidiéndole perdón se lo estaban carcomiendo. Pero su orgullo podía más.

Se puso de pie asomándose a la enorme ventana, mirando hacia el enorme jardín de su hogar. Perdiéndose en lo grande de este, y a lo lejos pudo observar a Alice y Emma quienes parecían estar haciendo ejercicio. Izana quedó extrañado, pero no tardó en deducir que quizás su hermana estuviera ayudando a la chica a bajar de peso.

Entonces recordó que su hermana, independientemente de todo, es un amor de persona e incluso comenzó a sentir culpa hasta por ella por jamás haberse disculpado si quiera con ella por la acción baja causada por él mismo hacía su mejor amiga.

Fuertemente suspiro y se retiró de la ventana, acostándose en su gran cama. Miró hacia el techo de su cuarto y por su mente pasaron, como cinta de película, todos aquellos buenos momentos vividos con la joven Imaushi.

Tomó de su celular y observó aquellas fotos que no eran las que exhibió, si no aquellas donde vivieron momentos fuera de lo sexual. 

La nostalgia quería invadir a Izana.

~Flashback ~

Izana y Rebe se encontraban acostados en la cama del albino, ambos abrazados tras haber terminado de tener sexo.

Rebeca suspiro fuertemente en el pecho del Sano.

— Izana.

— ¿Mande?

—Algún día… ¿Te animarías a tomarme en serio?

— Rebe, ya lo hemos hablado.

— No te gustó para algo serio ¿Verdad?

— No es eso, eres muy muy guapa ante mis ojos, demasiado . Me derrites, y cada que escucho tus orgasmos me aniquilas por dentro.

— Wow que romántico me saliste — comentó sarcástica.

Izana mojo sus labios y observó el buro por un lado de la cama, se aproximó a él y sacó de ahí dentro dos pulseras rojas. Se incorpora a la cama de nuevo y besó la frente de Rebeca.

— Mira, no te puedo prometer una relación porque no quiero arruinar los años de amistad que tenemos, por eso mismo es que me da miedo la formalidad entre tú y yo, pero lo que sí te puedo prometer, es con esta pulsera una para ti y otra para mi, que al menos, no me acostaré con ninguna otra y si tú la aceptas es porque harás lo mismo.

Rebeca pasó saliva pensativa ante la propuesta de Izana.

— Pero ¿Aun no habría formalidad?

— No, pero al menos, estaremos juntos por este lado.

— O sea ¿Una promesa sexual? — Rebe río divertida.

— Estaremos juntos de una manera ¿no?

Divertida tomó de la pulsera y se la colocó en su delgada muñeca.

— Está bien, estás condenado a serme fiel, al menos por ese lado — Sonrió y planteó un beso en sus labios.

— Tú de igual manera, no te podrás acostar con ningún otro cabrón, teóricamente eres mía solamente.

— Bien ¿Hasta que conozcamos a alguien más?

Izana dudó en contestar, ya que de su parte no planeaba soltar a Rebeca por nada del mundo.

— Preferiría hasta la muerte.

— Ay no mames jajaja.

— Si, consideremos como un anillo de compromiso.

— Bien, entonces…. Que así sea — Divertida unió sus labios con el albino.

No pasó mucho cuando Izana se colocó arriba y Rebe abajo, volviendo a unir sus cuerpos en uno.

>Fin Del Flashback <

Izana apretó sus dientes observando en el mismo buró ambas pulseras. Tomó de ellas acercándolas a su pecho.  Su mente gritándole y torturándole, todo al mismo tiempo, de que él mismo había condenado que Rebeca lo fuera olvidando de a poco, de tener una relación seria tras siempre estar esquivo en formalizar las cosas.

—Perdón — Se dijo para sí mismo, pero su machismo y ego no le permitían pedirle perdón personalmente a ella.

— Izana — La voz gruesa de Kakucho y el sonido de la puerta abriéndose lo expulsaron de sus pensamientos.

— Hasta que al fin apareces —le suelta Izana, dejando las pulseras en su buro — ¿Qué te entretuvo tanto?

—Me entretuve con Alice y Emma, al parecer ambas ocupaban una pequeña rutina de ejercicios, y pues, sabes que yo no desaprovecho nada de eso.

—Pero no se ve que hayas hecho ejercicio.

—Oh no, yo comenzaré con ellas la próxima semana, pero ya les dejé una rutina para que comenzarán hoy — dijo en un gesto triunfante. 

—Tendrán mucho trabajando para lograr que esa chica adelgace. —dijo, esta vez, sin rastro de ser malicioso, sólo como un comentario de paso.

—Pero no es imposible — sonrió confiado Kakucho.  En eso, miró las pulseras rojas que había en el buro de Izana. 

Sabía de quién había sido, y tragó saliva con dificultad. El recuerdo de las palabras de Rebeca resonando en su mente. 

En eso, suspiró y miró de frente a su amigo.

—Izana, yo aun no estoy muy contento contigo, por lo que le hiciste a Rebeca ¿Te soy sincero? Te maldije una y mil veces en mi mente, y quise golpearte hasta dejar tu nariz desviada y labios partidos. — Kakucho pasó una mano por su nuca — Pero maldita sea, al final creo que el estima que te tengo y forzó con los años, fue un punto clave para no hacerlo. 

Izana Sano le había  tendido una mano cuando se cruzaron por primera vez en el salón de clases, cuando aún no había sido adoptado por los Hitto, así que Kakucho recibió su mano como un alivio entre tanta mierda de los demás niños de matrícula.

Y quizás, él igual se estaba aún aferrando a ese Izana que conoció ¿podía la gente cambiar en su totalidad? ¿Aún había esperanza en él?

Izana solo lo miraba fijo ante sus palabras.

En eso, se levantó de su cama y caminó hacia su amigo. Colocó una mano sobre su hombro y palmeo.  Los labios del albino se ladean en una mueca triste, casi desolada.

Podría ser la primera vez que Kakucho lo veía así. 

—Está bien Kakucho, hazlo así, no me compadezcas. No sería tú si lo hicieras.

—Izana…

—Pero gracias, por aún no alejarte de mí.

***

>Hogar De Los Imaushi <

Rebe y Draken se encontraban en la sala principal de la peli azul, ambos mirando una película bastante cómodos.

El rubio de trenza mantenía su brazo extendido sobre el respaldo del sofá y Rebeca se mantenía acurrucada cada vez más en él.

—¿Estás cómodo? —le pregunta de pronto.

—Sí, claro.

Ella se mordió el labio inferior y se acomodo más a él.

— ¿Gustas algo?

— Rebe, no en serio, así estoy bien de verdad — Draken sonrió divertido.

— Bueno, intento ser amable ¿Tienes idea del gusto que me da el hecho de saber que estás aquí, tú en mi casa? — comentaba ella bastante extasiada.

— Me alegra saber eso, pero ¿Qué tal si seguimos viendo la película?

— Y si… — Ella pintó una sonrisa ladina en sus labios y aproximó su mano hacia el cuello del rubio — Detenemos un momento la película.

— ¿Y cómo por qué haríamos eso Rebe? — preguntó Ken entre pequeñas risas nerviosas.

La peli azul sonrió lamiendo sus dientes, y en un pequeño salto colocarse encima de Draken, abriendo sus piernas arriba de él, para plantearle un beso en los labios y con sus manos aferrarse al cuello de Draken, él no sabía de qué manera reaccionar, realmente no sabía cómo actuar ante la situación, sabía de antemano que ella era su novia actualmente, pero no se sentía convencido de dar el siguiente paso.

— Rebe, espérate, tu mamá o tu papá pueden llegar, espera — Colocaba sus manos sobre las muñecas de ella, y se las quitaba de encima.

—Te digo que ellos no vendrán hoy—Besaba con intensidad el cuello de su novio.

— Pero Rebe, podrían llegar de sorpresa.

— Shhh — Colocó su dedo índice sobre los labios de Draken — Sólo déjate llevar un momento ¿Si?

— Pero.

— Por favor, me gustas mucho, y…. Realmente quiero hacerlo, te deseo tanto.

El rubio entre abrió sus labios y miró quizás un poco compasivo a la peli azul, alargó sus labios en una sonrisa y los llevó a los de ella. Besándola apasionadamente llevando sus manos a sus pequeños glúteos.

Rebe aprisiona de nuevo su cuello y desliza a un paso rápido hacia la cintura del rubio, tomando de la camisa y elevarla en un movimiento para retirarla de él, inmediatamente él levanta sus manos para facilitar la acción de la peli azul.

Al retirarla por completo Rebeca quedó fascinada en lo trabajado que se encontraba su pecho, así que abrió su boca encantada y el sonrojo se hizo presente en sus mejillas.

Draken abrió sus labios y mojo alrededor de ellos saboreando a la chica, rudamente llevó sus manos a su camisa y retiró su blusa por completo. Dejando a Rebeca únicamente en sostén, Draken llevó sus manos hacia su espalda recorriendo lo delgada de ellas hasta llegar al seguro para abrir de él, dejando libres sus pequeños senos al aire.

En un movimiento en el que Draken sintió su miembro erectarse, tomó a Rebeca de los glúteos y la llevó a aprisionar a la pared. Ella sin pensarla enrolla sus piernas en la cintura de él. Y sus manos se aferraban a la gran espalda de él, el rubio de trenza la soltó de sus manos y la puso de espaldas, dando pequeñas estocadas por detrás y arriba de su pantalón, haciendo que ella sintiera el gran bulto que se encontraba debajo del pantalón de él.

Eso provocó en Rebe un rubor más fuerte y los deseos de Draken en esos momentos crecieron un poco más. Bruscamente tomó el cabello azul de ella y lo enredó en su puño, llevando sus labios por detrás de la oreja de la chica.

— ¿Lo quieres? — preguntó un poco extasiado mientras daba una estocada por encima de la ropa.

Ella asintió. Y Draken ladeo su sonrisa pervertidamente.

Tomó de la cintura de Rebeca y la puso de frente, ella llevó sus manos a la quijada de él, sacó su lengua y lamió por encima de los labios de Draken.

— Lo quiero ya.

Rebeca llevó sus manos al pantalón de Ken y desabotono de él, poniéndose ella de rodillas deslizando el pantalón hacia abajo, en compañía de su ropa interior. Dejando ver el miembro tan bien dotado de Draken enfrente de ella. Estuvo a punto de llevarlo a su boca.

— Espera — La detuvo.

— ¿Qué sucede?

— Si lo vas a hacer quítate toda la ropa.

Ella mostró una sonrisa pervertida en sus labios y retiró completamente su short junto con sus bragas en forma de tanga. Dejando a Draken admirar la intimidad perfecta de Rebeca, él la tomó de la muñeca y se la llevó al sillón, él tomó asiento y ella fue a besar sus labios bastante excitada ante la situación, mientras con su mano daba una pequeña masturbacion sobre el miembro erecto del rubio.

Nuevamente Draken toma con presión el cabello largo de Rebeca y ella se suelta del beso, haciéndolo tronar.

— Voy a bajar — Le indicó con una sonrisa.

Él asintió con una sonrisa ladina también y Rebe comenzó a besar apasionadamente el beso de Draken, dejando marcas rojas en su cuello.

— Oye, tranquila, no me gustan los chupetes.

Inmediatamente ella engrandeció sus ojos y llevó su mano derecha a cubrir su boca.

— Ya lo hice.

Draken inclinó su cuello hacía atrás.

— ¿Es enserio?

Ella asintió apenada.

— Bueno, supongo que tendrás que pagar por eso — Sonrió divertido.

— Pago lo que sea papi — Se aferró al pecho de Draken soltando besos por todo su abdomen llendo en dirección hacia abajo, hasta llegar al pene erecto del rubio e introducirlo en su boca y subirse al sofá para estar más cómoda. 

Draken abrió sus labios sintiendo el rico placer de lo que Rebeca se encontraba haciendo en esos momentos, que si podía deducir algo no lo hacía nada mal. Sentía su lengua recorrer todo su miembro desde la cabeza, hasta el cuerpo del pene e incluso llegar a los testículos, algo que en lo personal le encantaba.

Ken inclinó su cabeza hacia atrás recargándose en el respaldo del sillón, mientras enredaba el cabello de ella en su puño. Y la otra mano la llevaba a su rostro tallando bastante excitado, mientras ella succionaba la mano que tomaba su cabello Draken lo soltó y llevo esa mano a la intimidad de Rebeca para introducir dentro de ella dos de sus dedos, sintiendo lo húmeda y caliente que se encontraba ya.

Al sentir los dedos de Ken dentro, su excitación comenzaba a crecer y deseaba ya tenerlo dentro.

— Draken — Habló sin sacarse el miembro de la boca.

— ¿Mande? — preguntó entre pequeños jadeos.

— Ya lo quiero.

Fuertemente el rubio suspiro.

— En mi cartera tengo un condón.

Sin pensarla Rebeca se puso de pie limpiando alrededor de su boca tomando el pantalón del rubio, tomando la cartera y sacando el condón de él.

Lo retiró de la envoltura y colocó el condón en el pene de Draken. Mientras en sus labios se pintaba una sonrisa de enferma sexual.

— Móntate.

Inmediatamente ella abrió sus piernas y se subió arriba de Draken, dejando caer todo su peso encima de su miembro.

— ¡Ahhh!— Dejándola soltar un pequeño orgasmo. Haciendo su cabeza hacia atrás enterrando sus uñas en el cuello de Draken.

Draken tomó con fuerza la cintura de Rebeca, mordiéndose su labio inferior. Mirando como ella comenzaba a dar brincos arriba de él, dejando apreciar sus pequeños pechos rebotar.

A los cuales llevó a su boca y comienzo a succionar de ellos. Provocando en Rebeca que encorvada su cuerpo hacia adelante.  Y meneaba sus caderas sobre él.

— ¡Draken! — Gritó en un orgasmo.

Pero no hubo respuesta por parte de Draken ya que en ese momento tomó a Rebeca de la cintura y bruscamente la sacó de encima de él. Para colocarla en el suelo boca abajo y elevar sus glúteos hacia arriba, y sin previo aviso nuevamente introdujo su miembro, estocándola rudamente. Reventándola en un fuerte placer.

— ¡Ahhh! ¡Ahhhhhhhhhhhhhh! — Gritaba fuertemente sintiendo como ella no podía concluir por más que quisiera. Y viceversa con Draken, ambos comenzaban a bañarse en sudor.

El rubio tomaba fuertemente de las caderas bien proporcionadas de Rebeca, y la estocaba sin piedad. Buscando poder terminar.

Las piernas de Rebeca comenzaban a flaquear y aún no podía creer que no podía concluír por más exitada que estuviera, en el momento recordó que cuando intimaba con Mikey, podía terminar de inmediato y con Izana también tardaba pero no a tal grado como con Draken, por su mente comenzaron a rodar esos pensamientos y no le permitían concentrarse, incluso le causó mucho agotamiento físico y mental.

Draken por otra parte comenzaba a debilitarse también.

De golpe el rubio se detuvo, y sacó su miembro de ella tomando un poco de aire.

— Perdón — aquello salió por parte de él.

— ¿Eh? — preguntó recuperando el aire.

— Si, no, no me puedo concentrar, creo que, se debe a que me da miedo de que de pronto lleguen tus papás, por más que me digas que no llegarán hoy — él se escuda con ese pretexto.

— Sí, creo que tienes razón.

Ambos se pusieron de pie y comenzaron a vestirse.

— Creo que lo mejor será que me vaya, sinceramente, no quisiera toparme con tu papá y nosotros en estas condiciones. Deja te ayudo a abrir las ventanas para que se salga el olor a sexo — Comentó divertido.

Rebeca suspiro fuertemente y comenzó a sentir una extraña sensación invadir su cuerpo, mientras veía al chico abrir las ventanas.

— Listo, bueno será mejor que me vaya. No quiero causarte más problemas.

— E-esta bien.

Se dirigieron a la puerta principal y Draken se colocó frente a ella.

— Enserio disculpa, te prometo que te lo compensare en algún momento, quizás en otro lugar menos arriesgado ¿Está bien?

Ella asintió pintando una sonrisa en sus labios. Draken beso su frente, tomó de un taxi y se marchó. 

***

>Colegio Ayome <

~Habitación #206~
Abel Imaushi
Souya Kawata
Hajime Kokonoi

Siendo casi las ocho de la noche, Hajime se encontraba en pijamas y planeaba buscar su cena. Luego de la diez la cafetería cerraba y esa noche quería comer algo completo, y las máquinas del vestíbulo solo tenían chucherías. En eso, escucho los pasos de Abel bajando las escaleras y él lo observó de reojo.

— ¿Acaso eres mesero ahora? — comentó Koko, sin poder evitar ladear una mueca divertida.

— ¿Eh?

— Digo por tu atuendo.

—Sí, bueno, le ayudaré a Yuzuha con los ganadores de la rifa.

—Entiendo.

Abel en eso lo miró de reojo.

—Por cierto, creo es la primera vez que me hablas.

—¿Eh?

—Souya y yo siempre te decimos algunas cosas, y tú apenas y nos respondes. Es la primera vez que tomas la iniciativa.   

Koko solo pasó una mano por su nuca.

—Sí, bueno, no soy bueno con los desconocidos.

Abel entonces sonrío de lado.

—Pero veo que has creado buena amistad con Seishu ¿cierto? —Koko solo lo miró
— Si, he visto que ustedes se llevan muy bien.

Aquel último comentario provocó por alguna razón un sonrojo en Koko. Y el de ojos carmesí tomó lugar en su cama.

— Es buen chico la verdad, a mí él me cae bastante bien y su hermana también.

— No conozco a su hermana —compartió Hajime con tono evidente.

— Tengo entendido que volverá en estos días.

—Sí, algo me dijo Inupi, y bien por ella — sonrió simple Koko.

— Oye, tengo una pregunta.

— Dime.

— ¿Tú eres como Seishu?

Koko arqueo la ceja confundido ante la pregunta del Imaushi.

— ¿Cómo como él?

Abel mojo sus labios divertidos.

— ¿Entonces no lo sabes?

— ¿Qué cosa?

Abel se puso de pie.

— No es nada importante, después lo sabrás. No es tan secreto de todos modos.

— ¿Qué cosa? —insistió Hajime.

—Nada no es algo de mi incumbencia en realidad.

Hajime lo miro extrañado.

Abel pinto una sonrisa en sus labios mientras iba por sus deportivos, a lo que Koko se retiró y dejó solo al de ojos carmesí. Fue cuando tomó su celular y observó los mensajes que tenía en él. Como era de costumbre, se dirigió a los estados del WhatsApp, buscando inconscientemente uno en especial; el de "Tachibana" pero la chica de cabello salmón no había subido absolutamente nada.

El azabache suspiró alto y sintió un poco de desilusión al notar que no había nada.

Pero no pasó mucho cuando cayó en una obvia razón.

—Pero ¿Qué mierda te pasa a ti? — Se dijo a si mismo rodando los ojos, bloqueando su celular y guardándolo en su bolsillo trasero, tomó un suéter negro y salió de su habitación.

***

~Habitación #204~
Seishu Inui
Keisuke Baji
Kazutora Hanemiya.

Kazutora recién había terminado de bañarse y se encontró con Keisuke en la planta de abajo, quien incluso hasta vestía con traje elegante.

Kazutora chasqueó los dientes molesto ante la imagen que tenía delante de él.

— ¿Traje?

Baji ladeo su sonrisa bastante soñadora.

— Me tomo esto en serio.

El chico de mechas rubias frunció el ceño.

—¿Por qué? ¿Será que te gusta ella?

—¿Eh? N-no no digas estupideces. Pero es una ocasión bastante formal, hay que ir elegantes ¿no?

Kazutora suspiro en alto, no se sentía seguro de querer ir en realidad.

— Pues, yo no iré en traje ni tan formal.

— Deberías.

— Nah.

—¿Por qué esa actitud? Alégrate de que te tocara una chica bastante guapa, que incluso tiene a muchos detrás de ella. Deberías sentirte orgulloso al menos.

Los ojos amarillos de Kazutora rodaron.

— Mi corazón aún no procesa a Alma — Interiormente se sintió mal por echar una mentira a medias a su mejor amigo.

—Viejo, ella ya no volverá. Deberías darte la oportunidad de conocer a Yoko, la verdad es una persona muy interesante — Keisuke realmente había congeniado bien con la chica debido al proyecto de sociología y también se había dado cuenta que miraba mucho a su mejor amigo.

— Si es tan interesante como tú la pintas ¿Por qué no andas tú con ella? — Argumentó Kazutora con tono molesto — ¿O será por qué te gusta Allison?

Keisuke mira fijo a Kazutora.

— ¿Y si así fuera qué? — preguntó feroz.

Kazutora mojó sus labios y le devolvió la mirada feroz a Baji.

— No diré nada, será mejor que te largues, tienes esperando a Allison.

Fueron las últimas palabras por parte de Kazutora, cuando se dirigió a su cama, Baji sólo lo observaba quedando bastante confundido.

— Nos vemos abajo — dijo el azabache de cabello largo y se retiró del lugar.

Al notar Kazutora que se quedó solo se tiró a su cama sintiendo una fuerte decepción.

***

>Jardín del Sur<

Yuzuha se encontraba en la entrada del jardín en compañía de Chifuyu y Abel.  Ambos miraban más allá de donde estaban, esperando la llegada de los ganadores de la rifa.

—Bueno, ya son las nueve, deben venir por ahí ya  —comentó Yuzuha mientras miraba su reloj de muñeca.

— Yuzuha — La voz masculina de su hermano mayor la llamó.

La castaña lo miró quien ya traía tomado de su brazo de la cita que le tocó.  Su hermano se había arreglado con un saco negro, camisa blanca y pantalones de cuadros, no llevaba corbata pero sin duda se veía muy apuesto.  Daki llevaba un vestido con falda volada y zapatos de tacón, y había peinado su cabello en un moño alto.

Sonrío.

—Taiju,  Daki es un placer tenerlos aquí.

—Pues, ganamos ¿No? Hay que aprovechar. —La chica a su lado soltó una risa por lo bajo.

—Bueno, Abel te llevará a tu mesa ¿Cierto?

—Sí, claro síganme.

Abel les indico con una mano que los siguieran y los guió a la mesa más cercana. Taiju y Daki miraron asombrados como los chicos habían decorado el lugar.   En las ramas de los árboles habían listones blancos y de ellos cambian cortinas hechas de focos, y en unos arbustos y parte de los a árboles, guindaron también unas linternas con velas dentro.  Alrededor de la mesa también había de ese tipo de linterna. En la mesa había un candelabro  con velas y un jarrón con rosas.

—Mira, y yo pensaba que no vendrían en pareja —comentó Chifuyu por lo bajo.

— Es lo mínimo que pueden hacer ¿No? Si tuviera una cita con alguien quisiera que minino pasaran por mi ¿No?

— Supongo que tienes razón — Chifuyu le sonrió.

En ese lapso llegó Sayuri en compañía de Arashi.

—Buenas noches —musito la chica

—Buenas noches — respondieron ambos.

—Chifuyu los llevará a su mesa —indicó Yuzuha.

Chifuyu sonrió a la pareja y se encargó de llevarlos a su mesa correspondiente.

Oh, el idiota de Taiju ya está aquí, pensó Sayuri rodando sus ojos hastiada. Era inevitable, su sola presencia le amargaba el momento.

Taiju en eso se dio cuenta de la presencia de su compañera de Derecho y sonrió un poco malicioso.  No por eso, no se dio cuenta de lo bonita que iba la chica en aquel vestido vino-tinto entallado a su cuerpo y su hermoso cabello negro  desparramado por sus hombros.

Últimamente la chica estaba como a la defensiva con él, cosa que no entendía. Antes ella lo ignoraba o simplemente solo se hablaban para estudios. Pero en fin, eso a Taiju lo divertía y ahora cada vez que la veía no podía evitar picarla un poco.

—Sayuri, espero que esta cena te quite un poco la amargada. —la molesto desde su mesa cuando pasaban por un lado de la de él, a lo que Sayuri solo le alzó el dedo medio, ocasionando en Taiju una carcajada. 

Rindou y Annie también llegaban en ese momento. 

—Bienvenidos —musito Yuzuha.

Rindou aprovechó de dedicarle una sonrisa seductora a la castaña, a lo que Yuzuha solo ignoró y les pidió que la siguieran.  En el camino con la pareja ganadora, Abel venía de regreso y notó cuando a Annie se le cayó un pequeño bolso que portaba, a lo que por inercia se agachó y se lo pasó.

Ambos se miraron unos segundos, pero el suficiente para que las mejillas de Annie adquirieron un pequeño rubor y sus ojos brillaran divertidos y fascinados ante lo que veía.

—Gracias —musito, y Abel solo alzó el pulgar.

La pareja retomó el camino siendo guiados por Yuzuha.

— Bueno, disfruten su cena — sonrió simpáticamente la castaña a la joven pareja.

— Gracias a ti reina — Rindou le guiño el ojo, pero Yuzuha únicamente rodó sus ojos fastidiada.

Annie solo soltó una pequeña risa ante lo que sus ojos percataron en ese momento.

Yuzuha se incorporó con Chifuyu y Abel en la entrada de nuevo.

—Solo faltan dos parejas — Soltó Abel — Uno de nosotros debería estar atendiendo a las parejas que ya llegaron ¿no?

—Sí, es cierto, yo les llevaré el menú ¿podrías pasarme seis Abel?

—¿Por qué un menú?—inquirió Abel mientras tomaba unas cartillas de una mesa que tenían a su lado y se las extendía.

—Teníamos que hacerlo bien elaborado ¿no?  Así que del dinero de la rifa, pagamos a la cocina para la elaboración de al menos tres platillos.

—Miren, ahí vienen Baji y Allison. —señaló Chifuyu.

— Bien, Chifuyu, llevas a Allison y Baji a su lugar, y Abel tu llevas; a Yoko y Kazutora a su mesa.  Mientras yo voy entregando esto.

— Bien, cuenta con nosotros.

Yuzuha se retiró hacia la mesa de Taiju y Daki. Y ambos chicos se quedaron en la entrada esperando que la pareja acortara más la distancia y terminarán por llegar donde ellos.

Chifuyu y Abel notaron como Allison era tomada del brazo del Baji menor y  ya venían muy animados conversando. Con una sonrisa más que radiante en el rostro, Keisuke saludo a los dos de la entrada.

—Chicos, yo los llevaré a su mesa — comentó el rubio llevando a la joven pareja a su mesa correspondiente.

Abel se quedó esperando a la última pareja, mientras Yuzuha y Chifuyu atendían a las parejas que ya habían llegado.

Tras alguna media hora transcurrida y con Yuzuha y Chifuyu yendo a buscar la comida ya encargada. Los ojos carmesí de Abel detectaron a Kazutora y Yoko venir ambos a cierta distancia y en completo silencio.

Abel soltó un fuerte suspiro al sentir esa incomodidad que incluso él advirtió a Yuzuha.

— Buenas noches — agregó muy amable el azabache. En eso, recordó la promesa a Yuzuha y miró hacia la chica castaña de bonitos ojos azules — Señorita Yoko, que bonita… que digo, que guapa, se ve esta noche ¿no lo crees Kazutora?

Yoko parpadeo y un pequeño sonrojo llegó a sus mejillas. Por primera vez en la noche, una gran sonrisa quería escapar de sus labios. Al menos alguien le había dicho algo.

Kazutora alzó una ceja ante eso, y fue cuando miró a Yoko  por primera vez desde que se toparon. La chica llevaba un vestido azul cielo, un poco escotado en la espalda y tacones un poco bajos color plateado.

Yoko sintió la mirada del chico y volteo a mirarlo, sus ojos se encontraron pero sintió un poco de desilusión al ver que el chico solo asentía.

—Sí, el azul te sienta bien — el tono de voz del chico fue un poco simple, pero con una sonrisa buscando ser amable.

Abel rasco su mejilla pensando en cómo se pudo meter en ese embrollo.

— Bueno, síganme.

Ambos caminaron detrás del azabache, Kazutora manteniendo sus manos dentro de sus bolsillos y Yoko sólo sosteniendo su pequeño bolso negro.

—Esta es su mesa. —indicó en la mesa no tan lejana a la de Keisuke y Allison.

—Gracias Imaushi — contestó Kazutora tomando lugar.

— Aquí está el menú, aunque como ustedes saben solo hay tres platillos.

—Querré el platillo de espagueti con albóndigas y queso parmesano arriba —musito Yoko, desde que supo que platillos habrían, sabía que elegiría ese — Gracias, Abel.

El chico asintió y miró hacia su compañero, pero este solo miraba hacia la mesa detrás de él.  Donde no muy lejos de ellos se encontraban Keisuke y Allison. El chico suspiro en alto y empuño un poco sus manos. Dicha acción fue vista por los otros dos. 

Abel suspiró y miró hacia la chica, quien obvio miraba desolada al chico. 

Te lo dije, Yuzuha, pensó el chico de ojos carmesí con cierto cinismo.

—Realmente estas muy bonita hoy Yoko — musito, en eso la chica le miró y sonrió agradecida.  Abel volvió a mirar a Kazutora y suspiró —Oye, no tengo toda la noche ¿Qué plato pedirás?

Ante el tono duro, Kazutora parpadeó  y miró a su compañero.

—Ah, sí, quiero el plato de pescado con arroz y ensalada.

Abel asintió y mandó el mensaje a Yuzuha, quien aún no había regresado con los demás platillos al lugar.

***

>Hogar De Los Mitsuya <

Takashi se encontraba en el balcón de su habitación observando hacia el frente, con un vaso de whisky en su mano, pensando en lo que podría estar sucediendo en Ayome en esos momentos, su mente lo quería traicionar. Y la ansiedad de tomar su mochila, su casco y dirigirse a su impulse para manejar a Ayome se lo estaban carcomiendo de nuevo, al recordar que Yuzuha se quedaría sola con Shinichiro.

Llevó su mano al tabique de su nariz y la frotó de él. Sus hermanas habían salido y aun no regresaba, y no tenía con quien hablar con exactitud. Sakura seguía molesta con él, además de que ella no era una opción.

— Hola, Mitsuya.

Se escucha esa voz femenina, que indudablemente conocía.

— ¿Qué quieres Felicity?

— Bueno, vi que no fuiste a cenar, eso hizo enojar demasiado a Tadashi.

— Mmmm— Fue lo único que emitió el chico de cabello lavanda mientras su mirada continuaba hacia el horizonte.

— ¿Estás bien? — preguntó con algo de preocupación.

No hubo respuesta.

— ¿Takashi?

— No quiero ser grosero Felicity en serio, pero no tengo interés alguno en hablar contigo.

— Pero se ve que necesitas hablar o algo — La guapa mujer tomó lugar en el borde del balcón.

— ¿Que te hace pensar que si yo tuviera algo, me desahogaría contigo?

— Bueno, primero; la mirada a veces dice más de lo que creemos, y segundo; quizás es una manera en la que podamos pues, quizás llevar mejor nuestra relación.

— Créeme y no es por ser mamon, pero no me interesa en lo absoluto, tener una relación bien contigo, enserio.

— Takashi.

— Takashi nada, enserio déjame solo, ahorita estoy pasando por un mal momento, y si no mal recuerdo tú y Sakura son amigas. No es lo que quiero, es más, no dudo ni tantito que le vayas con el mitote de cómo me encuentro en estos momentos, enserio déjame solo, no quiero hablar, no necesito hacerlo.

Felicity suspiro en alto, lo único que buscaba era poder llevar una buena relación con Takashi, pero parecía imposible, por más que ella buscará hablar con él, él no se prestaba.

— Si necesitas algo, me llamas.

—Créeme, no sucederá — Contestó seco.

Ella se retiró y Mitsuya quedó solo en aquel gran balcón yéndose en sus pensamientos y el pensamiento más presente y fuerte que llegó a su mente; era Yuzuha estando en el colegio a solas con Shinichiro, ese pensamiento lo estaba matando por dentro.

***

>Colegio Ayome <

Chifuyu, Yuzuha y Abel seguían en su trabajo de meseros. Los dos primeros habían llegado con la comida, y ahora los tres se encontraban sirviendo los platos y colocando en cada mesa una botella de vino.

Los minutos entonces empezaron a transcurrir, y los tres desde sus posiciones, miraban hacia todas las mesas.

Yuzuha notando la tensión en la mesa de Yoko, sugirió a Abel que si podía ofrecer un poco de música.

—¿No crees que si ya quisieran música, uno de los dos no lo hubiera colocado?

—Kazutora aún no se compra el teléfono, y Yoko le gana la timidez. Además que creo obvios ha notado que no han hablado mucho — le refuto y lo empujó, pero el chico solo se movió un paso —Vamos, ofrece música con tu celular.

—Yo escucho puro de estilo trap, rap, death core y uno que otro de reggaeton. Dudo que quieran escuchar eso en una cena romántica — e hizo comillas con las dos últimas palabras. 

—¿Y tu Chifuyu?

—Bueno, escucho rock e indie-pop.

—¡El indie pop servirá!

Chifuyu entonces caminó hacia los chicos y les ofreció música, desde su posición Yuzuha vio que Yoko negaba y Kazutora igual, a lo que masajeó su frente frustrada.  Chifuyu volvió con cara de circunstancias.

En eso, Taiju y su compañera se levantaron de su mesa. Y parecía que Daki dijo algo gracioso porque el chico pegó tremenda carcajada mientras le volvía a ofrecer el brazo y así retirarse.

Sayuri quién aun estaba ahí presente también solo rodó sus ojos.

— Pareciera que lo odias con todo tu corazón — comentó Arashi divertido, mientras llevaba una copa de vino a sus labios.

La chica alzó una ceja. 

— No lo odio. Odiarlo sería tomarle demasiada importancia y sinceramente, no es el caso.

— Entonces ¿Por qué volteas los ojos cada vez que se ríe? — la encaró Arashi aún más divertido. 

— Porqué…—Sayuri meneo la cabeza casi al instante—No hagas preguntas estúpidas ¿sí?

Arashi solo rio entre dientes.  

Yuzuha fijó la vista en su hermano mayor cuando se acercó a su persona.

—Fue agradable hermana, debo admitirlo. En verdad se la rifaron —la felicito y Daki sonrío.

Yuzuha sonrió antes sus palabras.  Bueno, al menos en algunas mesas se divirtieron, pensó la chica.

—Me alegra que la hayan pasado bien.

Taiju entonces se retiró con su cita hacia los dormitorios.  

No pasó mucho cuando Sayuri y Arashi también se levantaron y se despidieron de ellos.

Por otro lado, en la mesa de Rindou y Annie, el rubio de lentes no podía dejar de mirar a Yuzuha, quien justo en ese momento caminaba hacia la de Kazutora y Yoko. Su mirada cayó con descaro en su trasero.

—¿Te gusta mucho esa chica no? — musito Annie bebiendo más de su vino.

Rindou entonces la miró y sonrió de un modo que a otra chica le hubiera dado escalofríos en mal sentido, pero no a Annie, quien siempre había tenido un carácter muy inquebrantable.

—Está demasiado buena la condenada ¿no la has visto?

—Oye, pero aunque sea un poco más de respeto hacia mi esta noche ¿no crees? —le soltó en un tono parco, pero sus ojos brillando divertida.  Rindou no estaba mal, era muy guapo de hecho y quizás podría haberle pedido algo más esa noche para calmar su necesidades que desde su accidente no tenía, pero… Sus ojos color café se dirigieron de nuevo hacia el chico de ojos carmesí, quien miraba su teléfono en ese momento.

Casi cerquita de ellos, las risas no podían faltar en la mesa de Baji y Allison, pareciera que la noche estaba siendo perfecta con ellos dos .

— Tuve mucha suerte ¿Sabías eso? – Comentó Keisuke levantando su copa.

— ¿A si y porque? —le devuelve Allie divertida.

— Bueno… Una buena cita, aunque sea el colegio, pero este lugar quedó muy bien, y sin mencionar que... Luces muy bonita esta noche.

El comentario de Baji creó en Allison un rubor en sus mejillas.

— Gracias.

— No hay de qué…. Muchas veces me pregunto cómo pude haber sido tan estúpido el primer día de clases contigo.

— ¿Sabes? Eso no es algo de lo que me gustaría hablar en realidad. — Allison se inclinó un poco más en la mesa y extendió un poco su mano por ella.

Keisuke miro la acción y no tardó en extender la suya, hasta tocar un poco los dedos de la chica.

— Bueno, entonces hablemos de otra cosa.

No muy lejos de ahí, la vista de Kazutora aún se mantenía sobre Allison, y apenas y si había probado su comida. Yoko intentaba sacar un poco de conversación, pero su timidez la bloqueaba a veces y no le era muy sencillo, menos cuando el chico no le respondía como esperaría.

Abel codeó a Yuzuha para que viera la escena frente a ellos.

Fuertemente ella suspiró.

— Solo quedan tres parejas. — comenta Chifuyu regresando con sus compañeros, tras venir con los platos vacíos de una mesa y colocarlos en el carrito rodante para devolver a la cocina. 

— Yo veo imposible esto que quieres hacer Yuzuha. — le dice Abel y la chica mordió su pulgar, sintiéndose mal.

Quizás… si debió dejar las cosas como estaban y no hacer trampa. 

— Yuzuha.

La castaña dio un pequeño brinco al observar a Shinichiro llegar, sus mejillas enseguida adquirieron un poco de rubor.

— Perdón por llegar tarde, pero tenía mucho que estudiar.

— No, no te preocupes, el punto es que viniste. —le sonrío tenue la chica.

— Yuzuha, yo no sé tú, pero si no hacemos algo ahí, tu amiga va a sufrir demasiado esta noche — Argumentó Abel a su lado, dado a que el panorama no tenía ninguna salvación.

La vista de Yuzuha se posó de nuevo sobre la mesa de Kazutora y Yoko.

La castaña de mechas rosadas inspiró con fuerza, dejó la copa de vino en la mesa, y se dispuso, tomando valor muy de su interior, a dar por finalizado todo aquello.

— ¿Kazutora? — Lo llamó fuerte Yoko.

— ¿Eh? ¿Mande? —El chico volvió su mirada hacia donde su compañera.

— ¿Estás escuchando lo que te estoy diciendo?

— Si... —musito, con evidente tono nervioso.

—¿Enserio? ¿Qué fue lo último que te dije?

Kazutora en eso miró a los ojos azul cielo de Yoko. Fue cuando noto un brillo opaco en ellos y alargó sus labios sintiéndose de pronto consciente de la situación y como él la había deliberadamente ignorado.

—Sí, lo siento Yoko. En realidad… No estaba escuchando perdón.

—Me he dado cuenta —le dijo con retintín.

Avergonzado el chico mordió su labio inferior, pero dirigió de nuevo una pequeña mirada fugaz hacia la mesa de Baji y Allison.

Yoko se dio cuenta de ello y tomó una servilleta para limpiar su boca.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —le dijo y él chico la miró —¿Y me la contestas con el corazón en mano?

Kazutora asintió con la cabeza.

Yoko tomó aire. Había tenido unos segundos de voluntad, pero se dio cuenta que este quiso de nuevo mermar, pero entonces ella no lo permitió.  Fue cuando apretó un poco sus manos y decidió finalmente hablar, igual ya no podía tener su corazón más roto.

— ¿Te gusta, cierto?

— ¿Quién?

— Sabes perfectamente a quien me refiero.

— No, no lo sé ¿De quién me estás hablando?

— Allison.

El de ojos ámbar apretó su mandíbula un poco, y empuño su mano. La pregunta lo acorralo bastante. Pero… Sentía que ya no debía ni quería seguir ocultando lo que sentía. Además, que al menos sentía debía darle a su compañera una justificación de su desinterés esa noche.

Kazuto aflojó sus manos y afirmó con la cabeza.

En esos momentos la castaña sentía que la tristeza comenzaba a hacerse presente en ella. Cosa tonta porque ella ya intuía la respuesta, desde hace rato. Pero era inevitable, sentirse aún más mierda, cuando el mismo chico te decía que le gustaba otra chica y por ende, no te correspondía.   O peor, como ella, cuando el chico que le gustaba ni siquiera la tomaba en cuenta.

— ¿Estás bien? — preguntó Kazutora al mirar cómo cambió su semblante.

Ella asintió, pero se puso de pie casi de inmediato.

— ¿A dónde vas?  Aún no terminas tu comida.

— Debo irme, y ya no tengo apetito.

Fueron sus últimas palabras cuando salió corriendo del lugar.

Yuzuha dedicó una mirada a Shinichiro preocupada.

—Vamos tras ella. —le pidió y el chico asintió. — Chifuyu, Abel. Les encargo aquí por favor.

— Seguro. —asintió el rubio.

Inconscientemente Shinichiro tomó de la mano de Yuzuha para ambos salir corriendo juntos del lugar, acción que provocó en Yuzuha un sonrojo en sus mejillas, y una sensación bastante extraña se apoderó de ella.

Annie y Rindou entonces decidieron finalmente abandonar la mesa, quedando entonces sólo quedaban Baji, Allison y Kazutora en el lugar.

El chico pasaba su mano por su nuca, ahora siendo más consciente de lo mierda que había sido con Yoko. Porque a ninguna chica le gustaba que le hicieran desaire como él lo hizo con ella esa noche. 

— ¿Qué le hiciste? — preguntó Chifuyu llegando a la mesa.

— Yo no le hice nada, al menos no adrede — en la mirada de Kazutora se miraba la contrariedad ante el asunto.

—Sí que estas pendejo Kazutora— le dijo Abel llegando al dicho lugar.

— Hey, tampoco es como para que me insultes. — le replicó el chico.  —Pero para que vez, que si, hablaré con Yoko. Lo tenía pensado antes de decirmelo.

—¿No crees que es algo que deberías hacer ahora?

Kazutora rasco el puente de su nariz.

—Dudo que quiera verme ahora, no fui muy considerado con ella, lo admito. Pero enserio, tampoco es como que lo hice adrede — se intentó justificar Kazutora.

—Déjate de pendejadas y ve ahora —seguía Abel hablando.

—¿Abel podrías callarte? —le suelta Hanemiya ahora más molesto.

—Es que hierve que hayas lastimado a una chica y ver que nada de interés en arreglarlo.

—¿Y quien dijo que no tengo interés en disculparme?

—Estoy seguro que si fuera Allison, ya hubieras pirado de aquí  tras ella ¿cierto?—le refuto el chico de ojos carmesí, esta vez un poco más bajo, a lo que Kazutora abrió sus ojos de par en par y luego bajó su mirada, concediéndole la razón al chico. Abel suspiró. —Lo sabía — Y tras decir eso, camino hacia una mesa sola para empezar a recoger los demás platos vacíos.

***

~Habitación #201~
Yuzuha Shiba
Senju Akashi
Yoko Izumi.

Yuzuha se encontraba en la cama junto con Yoko, la abrazaba fuertemente mientras ella la consolaba. Shinichiro se había quedado esperando en la división de habitaciones. Dado a que si llegaba Louis no quería problemas.

— Ya me lo confirmó Yuzuha — decía entre lágrimas.

La castaña de momento solo dejaba a su amiga desahogarse, e intentaba transmitirle un poco de seguridad y tranquilidad mientras pasaba su mano por su brazo en una acaricia.

— Me siento muy estúpida, por dejar que estos sentimientos crecieran. 

—Supongo que… Tenías la pequeña esperanza de… pues, hacerlo cambiar de opinión esta noche.

—Supongo que mi corazón aún albergaba una pequeña esperanza de que esta noche él reparara en mi —Yoko gimoteo — ¿Por qué no soy tan guapa como Allison?

— ¡Hey! — Inmediatamente Yuzuha tomó de las mejillas rosadas de Yoko — Escúchame bien, te diré esto una sola vez ¿está bien?

La castaña de mechas rosadas asintió.

— No eres menos que Allison ni más que ella, no te menosprecies tampoco, tú eres tú, y Allison, es Allison, cada una es diferente a su manera.

—Pero…

—Pero nada Yoko.  Mira, si, te confirmaste que no le gustas o atraes siquiera, y re confirmaste que le gusta Allie —ante el dolor de su amiga, ella se sintió mal —Perdón por eso, pero creo que ya solo toca ser sincera.  Y mira, Kazutora es un pendejo bien ciego. Me cae bien, no diré que no, el tipo es buena onda y es divertido, pero odie el momento en el que te escuche menospreciar a ti misma. Ojala vieras lo que mis ojos ven.

—Yuzuha… —Yoko la miraba con ganas de llorar.

—  Eres una mujer muy muy guapa, tienes a varios haciendo fila detrás de ti, quizás no los has visto porque andas detrás del estúpido de Kazutora, pero créeme, si él no se dio cuenta del mujeron que tenía detrás de él, entonces alguien mucho mejor que él si lo va a hacer. — Y acaricia su mejilla — Te lo aseguro. Eres hermosa y no sólo por tu forma física, si no todo en ti, tu persona es hermosa, yo estoy tan pero tan agradecida de tenerte como amiga, enserio.

— No me digas eso, me haces sonrojar — Yoko gimoteo y la abrazó, escondiendo su rostro en su pecho.

— Te lo juro, créeme no veo a nadie más como mi mejor amiga que a ti — Sonrió simpática y planteó un beso en su frente.

Un llamado a la puerta llamó la atención de ambas alumnas.  Yuzuha se levantó y fue a abrir.

— Shiba, Izumi. Buenas noches. —dijo Louis ingresando al lugar.

—Buenas noches — contestaron ambas, solo que la voz de Yoko se escuchó ahogada, cosa que el prefecto noto de  inmediato.

— ¿Izumi qué le pasa? ¿Está todo bien?

Ella asintió mientras limpiaba de sus lágrimas.

— Está todo bien prefecto. — pronunció Yuzuha.

— No le pregunté a usted Shiba — Yuzuha frunció el ceño y apretó su mandíbula cabreandose por dentro por su actitud.

— Estoy bien, enserio — Débilmente contestó Yoko.

— Mmmm, bueno eso espero, una mujer tan hermosa como tú no debería estar derramando lágrimas, eso es imperdonable.  Bueno, yo solo hacía mi recorrido nocturno, chicas pasen linda noche —los ojos negros de Louis vieron de nuevo hacia Izumi. — Si necesitas algo, cualquier cosa, no dudes en llamarme ¿Está bien?

Yuzuha frunció el ceño extrañado y Yoko tan solo no sabía cómo reaccionar ante la amabilidad algo empalagosa del prefecto. 

Sin decir algo más, Louis se retiró del lugar dejando a ambas chicas sentir como un escalofrío recorría sus cuerpos.

— Ok, definitivamente no se que fue eso, pero lo que si se es que fue bastante extraño.  Y ¿Cuándo demonios Ayome contratara a una mujer prefecta para que cubra a Amanda los fines de semana?

—Y, no sé, me dio un poco de escalofríos su amabilidad — Yoko se abrazó a la almohada.

—¿Quieres que me quede contigo?

—Realmente quisiera estar sola. — le dijo Yoko subiendo de nuevo sus pies a su cama.

— ¿Segura?

— Si, además Shinichiro te espera abajo ¿no?

—No quiero ser terca, pero no estaré nada cómoda si me voy, y tú todavía...

— Yuzuha — la chica estiró un brazo y tomó la mano de su amiga — En serio, si quiero necesito estar sola, por favor déjame sola.

La castaña suspiro en alto y planteó un beso en la nuca de Yoko.

—Te quiero mucho.

—Yo también, te quiero demasiado.

Yuzuha se acercó a la puerta y miró un momento hacia su amiga. Apretó sus labios queriendo decirle que al final había sido, en parte, culpa suya ese mal momento que pasó. Pero deliberó que también el otro motivo porque el que planeo eso, había resultado. Su amiga ya sabiendo que no era correspondido, podía olvidar y seguir adelante con otro amor.

Meneo la cabeza y pensó que ya más adelante se lo diría y hablaría de eso.

Y una vez Yuzuha cerró la puerta, Yoko derramó más lágrimas amargas.

***

>Patio <

Kazutora aún no se había marchado, pero viendo la hora en su reloj de muñeca, suspiró y pensó que ya era tiempo de hacerlo. Miró por última vez a Baji y a Allison, y suspiró, caminando hacia la entrada del jardín y alzando una mano hacia Chifuyu y Abel, en modo de despedida. 

—Lo que Yuzuha quería hacer la noche perfecta para Yoko, la terminó haciendo todo un desastre. — dijo Chifuyu mientras pasaba una mano por su nuca.

—Yo se lo dije a Yuzuha, que no forzara nada. Y ve el resultado.

Chifuyu solo ladeo una sonrisa parca.

—Vamos, recojamos lo que falta y llevemos a la cocina. Ya mañana recogemos todo lo demás.

***

Minutos después, se encontraban Allison y Baji llegando a la división de dormitorios.  De no ser por Abel que les había gritado que ya todo había terminado y que se retiraban, ellos habrían seguido ahí conversando y riendo a gusto.

— ¿Cómo la pasaste? —le pregunta Keisuke.

— De maravilla, enserio muchas gracias.

— El que debe dar las gracias soy yo, la pase increíble contigo, enserio, me agrada esto.

— Mañana intentaré hablar con Yoko, sinceramente me preocupó un poco lo sucedido.

— Si, espero y se encuentre bien, yo también intentaré hablar con ella.

— Con el que tú deberías hablar debería ser Kazutora, a lo mejor hizo un comentario muy… Fuera de lugar y eso provocó en Yoko ahuyentarla.

El de ojos color marrón ladeo su sonrisa y asintió con la cabeza.

— Va, va yo hablo con Kazutora y tú con Yoko.

— Perfecto.

Ambos quedaron viéndose a los ojos fijamente, la tensión de ambos por tomarse en un beso los estaba invadiendo. Keisuke comenzó a tomar un acercamiento a Allison y esta tomó un sonrojo en sus mejillas.

Baji retiró un mechón de su rostro poniéndolo detrás de su oreja.

— Me encantan tus piercings de la nariz.

— G-gracias.

El azabache comenzaba a tomar más acercamiento cada vez olvidando por completo donde se encontraban. El corazón de Allison palpitaba a la par y teniendo a Keisuke en ese acercamiento tan excesivo, la hacía flaquear sus piernas. Cada vez Keisuke acortaba las distancias entre ellos.

— ¿Kei?

— Perdón, es sólo…. Que ya no puedo más con esto.

Sin previo aviso, Baji unió sus labios con los de ella, encontrándolos en un tierno y ardiente beso. Al principio Allison quedó impactada, no sabiendo cómo reaccionar, pero lentamente fue llevando sus manos al cuello de él, dejándose llevar por la suavidad del beso.

— ¡Baji! ¡Harrington! — Exclamó a voz alta y autoritaria el prefecto.

Provocando en los jóvenes separarse de golpe.

—¿Qué creen que están haciendo?

— N-nada solo estábamos…. Amm, hablando.

— Hablando dices Harrington, bueno, en estos momentos se me van cada uno a sus habitaciones pero ¡Ya!

Inmediatamente los azabaches se retiraron, cada quien a su habitación.

En medio de la caminata, voltearon a mirarse por sobre el hombro. 

A lo que se sonrieron mutuamente y continuaron su camino con sus pechos burbujeando de la emoción.

***

>Patio <

Yuzuha y Shinichiro venían de regreso del área de la cafetería. Habían regresado al lugar, donde Abel y Chifuyu ya habían recogido los platos y demás cosas, para devolver a la cocina.

Solicita les dijo que ella lo haría, que ya podían irse a dormir.  Y Shinichiro no tardó en quitarle el mando del carrito y así ir a entregar juntos lo prestado.

— Muchas gracias por ayudarme.

— Bueno, prometí que este fin de semana nos haríamos compañía ¿no? Además no podía dejarte con todo esto a ti sola.

Yuzuha pintó en sus labios una sonrisa delatadora.

— Por cierto ¿Todo bien con Yoko?

Ella suspiró.

—Eso esperó, pero estoy segura que apenas me marché ella se echó a llorar.

— Le gusta ¿cierto?

— ¿Eh?

— Kazutora.

La castaña dio un suspiro muy fuerte y miró a los ojos negros de Shinichiro.

—A ella le gusta él, pero a él no — Yuzuha pasó una mano por su cabello — Y sé que es tonto sentirme tan molesta, es decir, no se puede obligar a alguien a gustarle una persona, pero veo el dolor de Yoko y eso a mí me duele también. 

Shinichiro ladeo una  sonrisa.

— Eres demasiado buena Yuzuha, enserio que sí, te preocupas demasiado por los demás.

— Así me criaron, y sinceramente odio las injusticias.

— Creo que me he dado cuenta, y ¿Sabes? — Shinichiro se detuvo y quedó frente a la chica, quien le miró curiosa — Yo creo que tu actitud… es lo que más me llama la atención de ti, Yuzuha.

Ella lo miró fijamente a Shinichiro, donde él chico no pudo evitar perderse con ahínco en ese par de cielos color ámbar. 

—¿Ya te habían dicho que tienes unos ojos hermosos?

En Yuzuha se formó un fuerte sonrojo sobre sus mejillas.

— ¿Sabes? Quizás tengas razón.

— ¿Sobre qué?

— Los fines de semana en el colegio no son tan malos.

Shinichiro entonces la tomó de la cintura y la acercó más hacia él, sus rostros quedando más que cerca y sus alientos entremezclando al tener ambos sus bocas un poco entreabiertas. 

Y cuando Yuzuha creyó que el chico la besaría, escucharon pasos cerca de ellos.

— ¡Shiba! ¡Sano!

Inmediatamente ambos rodaron sus ojos.

—¿Qué demonios hacen por aquí? El permiso por lo de la rifa ya culminó desde hace diez minutos ¡Marchaos a su habitación! — les gritó Louis.

—Cálmate, devolvemos las cosas a la cocina —refuto Yuzuha, y tomando de la muñeca de Shinichiro retomaron su camino.

Cuando llegaron al vestíbulo de dormitorios, ambos volvieron a mirarse y se sonrieron mutuamente.

—Buenas noches.

Shinichiro entonces se inclinó y besó la mejilla de Yuzuha.

—Buenas noches — Y se incorporó guiñando un ojo y reculó sus pasos, caminando de espaldas sin querer dejar de mirar a la castaña. Pero por ello no vio el primer escalón y casi tropieza, lo que hizo reír a Yuzuha.

***

Dos días después.

Lunes por la tarde.

Las clases ya habían terminado ese día, los alumnos salían de sus aulas.

Emma sonrió al encontrarse con Alice en la división de dormitorios, completamente listas para comenzar la rutina de ejercicios. La última clase ellas estaban separadas, pero ya desde educación física había cuadrado seguir con la rutina tras culminar clases ese día.

—¿Estas lista?

—¿Haremos hoy en el dormitorio verdad?

—Solo por hoy, pero ya mañana usaremos la cancha.

—¿La de tenis no?

—Si Alice, la de tenis— le aseguro a la chica. Ambas habían buscado la cancha menos frecuente durante el almuerzo y esa era la de tenis.  

— Emma — Esa voz masculina que tanto la chica mencionada odiaba con todo su ser hizo sentir un pequeño escalofrío.

—Evan. 

— ¿Cómo estás? Luces muy bien esta tarde.

Alice se sintió incluso un poco incómoda ante eso, y podía notar la incomodidad de Emma.

— ¿Qué te parece si cenamos juntos? — preguntó muy galantemente.

Emma rodó los ojos, pero al poner su mirada al frente, observó a Draken delante de ellos quien platicaba muy a gusto con Mikey y Koko.

La rubia sintió una punzada en el estómago.

—No voy a poder Evan, tengo cosas que hacer con Alice y realmente estoy muy muy ocupada.

— Vamos, al menos concédeme ese placer de al menos poder cenar contigo.

Emma miró por última vez al rubio, quien la sorprendió que le había devuelto la mirada e incluso ladeando una sonrisa amistosa para ella. Pero Emma desvía su mirada rápidamente y la coloca sobre el chico que se supone los demás creían era su novio.

— Está bien…. Te veo en la–.

La rubia no pudo terminar de hablar cuando Evan la tomó del mentón y planteó un beso muy rudo en ella.

Alice solo ladeo sus ojos hacia un lado. 

—Gracias, enserio gracias — Sonrió triunfante y se retiró del lugar.

Emma entonces miró hacia su amiga, quien la miraba con una ceja alzada.

—No me hagas preguntas ahora ¿sí? Sinceramente no estoy a la disposición de responder nada de esto.

Alice solo se encogió de hombros.

— No pensaba hacerlo Emma, pero en cuanto quieras contarme. Sabes que aquí estoy. 

Emma le sonrió dulce y la tomó del brazo.

***

>Edificio de casilleros<

Yuzuha iba caminando en compañía de Yoko, regresaban de dejar unas cosas en sus casilleros.

— ¿Ya te sientes mejor?

—Te podría decir que sí, pero ya sabes, un corazón despechado es terco en sanar—Yoko en eso jugueteo con un mechón de su cabello.

Yuzuha en eso se detuvo en la entrada y miró hacia su amiga.

—Yoko, yo, perdón — Su amiga le miró confundida.

—¿Eh? ¿Por qué te estás disculpando?

Yuzuha en eso, sacó dos boletos del bolsillo de su pantalón y se los entendió.  Su amiga los tomó confundida y miró. En él se miraban los nombres de dos personas que no conocía, pero suponía estudiaban en Ayome, eran nada menos que los boletos de la rifa.

—Yo, lo arregle — Su amiga le miró absorta — Quería ayudarte a tener un empujón,  que viera si iba a funcionar algo con Kazutora, digo, podría ser que al final si le atrajera un poco tras cenar. O bueno, al menos ver a quien le gustaba Allison.  Pero en medio de eso, nunca imaginé que Kazutora pudiera hacer tal desaire  — Yuzuha tomó sus manos y le miró con los ojos casi acuosos — Lo siento, enserio, por mi culpa pasaste tan mal momento.

Yoko en tanto solo miraba  a su amiga para luego bajar su mirada y mirar los boletos.

—Si quieres gritarme, en serio, hazlo. Lo entenderé.

Pero lo siguiente que hizo su amiga fue abrazarla.

—No, Yuzuha, no estoy molesta contigo por eso — En eso ella se separó y la miró, sus ojos azules un poco húmedos — Más bien gracias, por querer ayudarme.  Pero no te sientas culpable, misma lo dijiste, no podríamos prever que Kazutora no pudiera comportarse al menos por respeto hacia mí.

Yuzuha hizo un puchero y la volvió a abrazar.

—Ay, eres tan linda.

—Tú más, querida amiga — pronunció Yoko y sobo su espalda.

Tras un par de palabras más, las chicas retomaron su camino hacia la salida del lugar.

—¿Sabes? En cuanto salga de aquí me quitaré senos— decía de pronto Yoko, mirándose su pecho — ¿te soy sincera? Nunca me habían molestado mis senos, pensaba que eran lindos así de grandes, pero ahora que lo pienso ¿qué sentido tiene tener pechos tan grandes?

La castaña tallo de su frente entre divertida y consternada.  

— No mames, ¿te estás escuchando lo que estás diciendo?

En cuanto pisaron el sendero del campus, ambas quedaron de frente a Ran, quien venía en compañía de Hanma.

— Mira nada más, justo a quien mis ojos querían ver — comentó muy contento el Haitani.

—Ah, hola Ran — Yoko le hizo una mirada a su amiga de auxilio.

—¿Les molesta dejarnos solas? Estábamos hablando de cosas de mujeres, y ustedes por lo obvio no encajan a la plática.

—Por ti baby, puedo encajar donde quieras — coquetamente habló Hanma a Yuzuha, causándole algún tipo de miedo a la castaña, pero que no demostró y solo alzó un poco su mentón.

— ¡Raaan! — gritó Wakasa llamando la atención de los presentes.

— Tu papá te espera en la sala de visitas.

— ¿Cómo sabes eso?

—Estaba en ella, mi mamá me vino a visitar hoy, y entonces él llegó y me pidió que si podía avisarte, ya que parece no le contestas el teléfono.

—Ah, ya, es que lo deje en la habitación. —En eso, fijó su mirada en las chicas, más específicamente en Yoko. —Nos vemos, preciosa.  —Y le guiño un ojo coqueto.

La castaña de mechas rosadas solo asintió.

Wakasa entonces le susurro algo a Hanma, y entonces los tres se retiraron. 

Yuzuha y Yoko solo se miraron, y continuaron su camino. Fue cuando a lo lejos Yuzuha pudo observar a Takashi, quien iba en compañía de Takeomi y Vicky.

—Yoko, necesito hablar un momento con Mitsuya.

Yoko parpadeo.

—Está bien, iré a la habitación ¿nos vemos en la cafetería para cenar?

Yuzuha asintió con una sonrisa. 

Yoko entonces siguió su camino y Yuzuha camino hacia donde estaba el chico de cabello claro.

— Entonces, quieres que Tadashi haga presencia en la inauguración del nuevo restaurante de la cadena de los Akashi.

— Si ¿Cómo la vez? — inquirió Takeomi. — Si una figura pública como tu papá se presenta ahí, pues habrá más posibilidades de que sea más…. Llamativo.

— Jaja, entiendo. Solo que, bueno, tu mamá también es una figura pública.

— Mitsuya, pero no tanto como el tuyo. Además, sabes perfectamente que mis papás se odian a morir.

—Es cierto, lo olvidaba.

— Disculpen — Llegó Yuzuha incorporándose al momento — ¿Pueden prestarme a Mitsuya un momento? Por favor, será breve.

— Si, seguro, igual Victoria y yo tenemos cosas que hacer ¿cierto? — Sonrió pervertidamente el azabache mientras lamía de sus labios hacia su novia.

La chica con aspecto gótico sonrió de igual manera, saboreando a su chico con la mirada.

—YA khochu, chtoby ty zastavil menya krichat' tak gromko, poprosit' tebya ostanovit'sya, no ty ne budesh', ty budesh' prodolzhat' davat' mne i davat' mne. (Quiero que me hagas gritar tan fuerte, que te pida que te detengas pero tu no lo harás, seguirás dándome y dándome)

Yuzuha y Mitsuya quedaron en silencio ante el lenguaje de Victoria. Pero ni uno entendió lo que ella quiso decir.

Victoria en eso miro a los chicos, y casi ríe por sus rostros contrariados.

—Mi padre es ruso — les dijo, como explicación.

—¡Nos vemos! — Sonrió Takeomi tomando a su chica de la cintura y llevándola muy lejos de ahí.

Al momento en el que Mitsuya y Yuzuha quedaron solos, ambos se miraron mutuamente.

— Te quedó lindo el "cardigan" — comentó Mitsuya al mirar que Yuzuha lo traía puesto.

— Oh si, muchas gracias enserio, ammm, ¿Cuánto te debo?

Takashi ladeo su sonrisa.

— No es nada, yo lo compré porqué quise. Y ¿recuerdas? Es a modo de disculpa por todo lo que te he hecho pasar.

—Aun así, no sé, no puedo aceptarlo así como así.

— Lo que me quieras dar soy feliz.

La castaña miró fijamente a los ojos color lavanda de Takashi y se le dejó ir en un pequeño beso en la mejilla, olvidando por completo quienes pudieran observarlos a ambos. En ese momento, en el que Yuzuha fue separando sus labios de la mejilla de Mitsuya, este se aferró a la pequeña cintura de ella y la tomó con fuerza para que no se alejara.

— No te alejes.

— ¿Por qué no? — Hablaba ella con los ojos cerrados cerca del oído del chico —Estamos a la vista de todos.

(Gracias a @Hallsth_Eien por el arte, le quedó hermoso y agradezco muchísimo)

Yuzuha entonces soltó a Takashi.

— Muchas gracias enserio.

—Ya te dije, no tienes nada que agradecer.

Yuzuha en eso le señaló con el índice un banco y ambos caminaron hacia él.

—Bueno, si vine contigo también es porque quiero hablar del anónimo. —le dijo una vez tomaron asiento.

— Cierto, tenemos ese tratado de paz, ¿Qué pistas tienes?

— Mira, hay que analizar quienes no han aparecido en los anónimos.

—Son un chingo de gente, pero si quieres un nombre ahora, no sé, sería Abel.

Inmediatamente los ojos ámbar de Yuzuha se posaron sobre Takashi.

—Piénsalo él no ha aparecido.

—En ese caso Mikey tampoco.

En esos momentos a ambos les llegó una notificación a su celular.

+00+1+(900) 780 6260

¿No les parece muy gracioso todo lo que ha pasado últimamente aquí? Jajaja a mi sí.

Primero, Kazutora pidiendo limosnas ¡Ay Dios mío! Con todo lo que se vio en la rifa, este cabrón, amigo, sigue de pendejo si yo fuera tú me sentiría bastante humillado.

Segundo, la bajeza que hizo Izana no mames ni yo soy tan hijo de puta jajajaja, pero exhibió las fotos de su jale de Rebeca ¡AL DESNUDO!

Luego en tercer lugar dicen que Mikey aún no supera a Rebeca, que gacho ¿Verdad? Pobrecito fue el plato de segunda mesa para ella.

Cuarto lugar, tenemos a Lin que le vómito los tenis a Hakkai no seas mamoooon jajaja pero supongo que eso es lo que le toca soportar al padre de esa criatura, se dice que Lin está embarazada ya que la han visto vomitar en dos ocasiones. La pregunta aquí es ¿Es de Hakkai o es de Sanzu?

En quinto lugar, tenemos la cena de ayeeeeeeeer, pobre Yoko la mandaron al pito bien y bonito, todos sabíamos que a esa chichona le encantaba Kazutora, pero no sabíamos que enserio saldrían juntos en la cena, algo que me huele a gato encerrado.
Para mí que Yuzuha hizo trampa ahí, ya que se vio junto con Abel y Chifuyu alcahueteando para que la "cena de esos dos saliera perfecta" Ay por favor alguien díganle a Yuzuha y Abel que a fuerza ni los zapatos.

Sexto, muchos saben que a Daki Dhamor se le moja la canoa por las mujeres, así que sin duda fue raro verla en una cita con un hombre ¿no creen? Aunque…Todos sabemos que su padre es bien homofóbico ¿será que lo hizo para aparentar? Todo apunta que sí Jajajaja

Y por último se vio a Mitsuya comprando en la tienda de uniformes comprando unos cardigans para mujer, no se ustedes pero yo he visto a sus hermanas vestir con ellos  y a Sakura también ¿Será que es el nuevo que está vistiendo Yuzuha?

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA AMO ESTO.

Me encanta este colegio.

×The end×

Tras leer los mensajes, Yuzuha y Mitsuya se miraron mutuamente.

—Mierda, esto es cada vez más difícil.

—Son muchas opciones, sin duda será como un laberinto — concordó Yuzuha y pasó una mano por su cabello algo apesadumbrada.

Pero tengo que hablar con Abel — Pensó la castaña al recordar lo que decía del gusto de Yoko hacia Kazutora.

***

Yoko trotaba con el corazón latiendo temeroso y sus ojos de nuevo sintiéndose acuosos. En sus manos llevaba su teléfono apretado. Acababa de leer los mensajes, y sintió el piso moverse al mirar lo que decían de ella.  El maldito del anónimo había revelado su atracción por Kazutora. 

¿Cómo vería la cara al chico?

No era como si su actitud de anoche la salvará de negarlo si él le preguntaba.

Llegó detrás de un edificio y apoyó una mano de la pared, sintiendo de nuevo las lágrimas rodar por sus mejillas.

Sus piernas se sintieron un poco débiles y terminó agachada en el suelo.

En eso, del bolsillo de su cardigan sacó aquel pañuelo color salmón, pero cuando iba a pasarlo por su rostro, algo o alguien la detuvo.

—¿Mal día?

Yoko parpadeo ante aquella voz y alzó un poco su mirada, a unos tres metros de su persona,  se encontraba Nahoya Kawata sentado en el piso, disfrutando de un cigarrillo y escuchando música con sus audífonos.

—Oh, yo… Sí.— Yoko sorbió su nariz y sonrió algo forzado, la tristeza  recorriendola entera— Pésimo fin de semana, pésimo día.

Nahoya asintió y entonces aplastó el cigarrillo en el piso.

Yoko entonces se levantó y se acercó a su lado, fue cuando se fijó en que los ojos del chico estaban irritados.

¿Había estado llorando?

Apretó el pañuelo y se lo extendió.

—Creo ahora tu lo necesitas — musito y él chico parpadeo, bajando uno de los auriculares alzó una ceja.

—No me lo tomes mal, pero creo que tú sigues necesitando más que yo ese pañuelo.

El gesto de Yoko se contrajo y bajó de nuevo la mirada, apretando el pañuelo con fuerza. Inspiró aire con fuerza, no queriendo para nada derramar más lágrimas ¿por qué tenía que llorar cuando nunca tuvo oportunidad con Kazutora?

Ella sola se había hecho ilusiones muy tontamente

¿por qué el corazón tenía que ser tan tonto ante el amor?

Fue cuando sintió algo en su oreja que volvió a la realidad y observó cómo el chico había colocado uno de los auriculares en su oreja.

El ritmo de la música inundándole, acompañando su sentir.

Solo que también se dio cuenta que su compañero no estaba escuchando música con su teléfono como conjeturó al principio, sino con un ¿Discman?

Sus ojos entonces se encontraron, y Nahoya ladeo sus labios.

—Parecías tener una batalla campal en tu mente—explica simplemente, y alza el viejo aparato de reproducción — Quizás un poco de música te haga sentir mejor.

Yoko solo mojó sus labios y entonces, guiada por sus palabras, se dispuso a escuchar mejor la canción. Parpadeo al reconocer el artista de la canción que se reproducía en ese momento.

—Oh, Cigarettes after sex?

Nahoya asintió y en eso le pasó el otro auricular. 

Yoko entonces presionó en el botón de siguiente, y de pronto, una pequeña sonrisa involuntaria apareció en sus labios. Y es que era raro volver a utilizar ese tipo de aparato, pero no por eso, no le emocionó y divirtió un poco ante lo vintage que se sentía.

Nahoya solo ladeo sus labios ante los gestos de la chica.

Pero sobre todo, al constatar que el rostro opaco de la chica había adquirido un poco de brillo.

.

.

.







Continuará.

Gracias @Selfish55, creo yo que todo está marchando de maravilla 😊

Haciendo una aclaración, el fic es "Todos contra todos" el lemon estará muy extenso para todos los personajes incluidos Oc's, de ante mano agradezco su presencia en esta lectura.

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