Capitulo #11"Fin De Semana"
Mientras el profesor Tom explicaba algunos puntos importantes en la pizarra, algunos de sus alumnos aprovechaban de hablar un poco. El profesor Tom era uno de los profesores más viejos de Ayome y ya casi ni podía escuchar, , además de que una vez empezaba a explicar un tema, no había quien lo parara y casi ni veía a sus alumnos por escribir en el pizarrón.
Aunque no por ello era ningún tonto, y se aplicaba bastante en los exámenes.
El profesor Tom también ese día había organizado la clase un poco a su gusto. Aunque más por organizar y hubiera un orden a su gusto, ya que él era de mandar más tareas individuales y exámenes.
Rebeca había saltado feliz cuando le tocó sentarse con Draken.
Seishu y Kokonoi se habían mirado incrédulos y divertidos de que ahí igual les tocaba sentarse juntos.
Y por los demás, Hakkai y Lin… Yuzuha y Kisaki… Yoko y Nahoya…Takemichi y Chifuyu…Hinata y Atsushi… Souya y Keisuke… Senju y Hannah…Mikey y Abel…Alison y Kazutora… Emma y Alice.
Mitsuya esta vez era el que había quedado solo, hasta que la compañera de nombre Annie tomara asiento en la mesa a su lado.
Hakkai intentaba preguntarle a Lin que si podía prestarle un sacapuntas, pero se cohibía un poco al notar a la chica un poco inquieta mientras anotaba algunas cosas que Tom escribía en la pizarra. Hasta que inspiró para tomar valor y le habló por lo bajo.
—Lin ¿Te encuentras bien?
—Si, Hakkai ¿Por qué? —le preguntó la chica de piel canela, mientras colocaba su dedo índice sobre sus labios y tendía a morder de él de una manera un poco obsesiva.
—Es que.... Te noto un poco extraña. —Le soltó ya sin pensarlo —¿Quieres ir al baño?
Lin parpadeo ante eso y meneó la cabeza, ladeando esta vez una sonrisa pequeña pero más sincera.
—No, no pasa nada enserio…Es que ya quiero que sea fin de semana.
Hakkai solo asintió y siguió anotando con la punta de su lápiz casi acabada.
Emma por su parte, intentaba de nuevo hablar con Alice, para que esta agarrara confianza con ella.
—Alice ¿Cuál es tu color favorito?
La chica de cabello gris, giró sus ojos.
—¿Por qué insistes en hacer amistad conmigo? No... No te entiendo.
Emma suspira.
—Alice.
—Si es por lástima en serio, mejor quédate callada.
—No Alice.... No es por eso.
—¿Entonces?
—Pienso que eres alguien con mucho valor, solo que.... Te cohibes demasiado.
Alice la miró asombrada, luego volvió a achicar los ojos.
—¿Qué quieres decir?
—Me gustaría hacer amistad contigo y hacerte ver lo que vales ¿Podemos ser amigas?
Alice quedó mirando a Emma por algunos escasos segundos. En eso, miró hacia su hermano menor, quien estaba sentado junto a Takemichi. Lo observó detenidamente y recordó que se prometió no preocuparle más.
Alice, te he visto apartada de Hinata y Allison, y bueno, sin amigos…¿segura que todo bien?, le dijo un día anterior su hermano Chifuyu mientras cenaban, como si fuera un comentario de paso, pero que ella supo que tenía connotación más profunda, buscando ver si seguía bien.
Volvió a mirar a Emma e inspiró.
—Podría ser —musitó y Emma sonrió.
Por algo se empieza, pensó la chica.
Por otro lado, Kazutora se encontraba hablando con Allison, ambos estaban entablando muy buena conversación. Donde también el chico intentaba, sin darse del todo cuenta, ser más lindo de lo usual con Allison.
—Me gusta tu collar — dice de pronto Kazutora.
Allison sonrió y tocó el dije.
—Es un dije del grupo Akatsuki, del anime Naruto.
Toda esa interacción estaba siendo visualizada por Keisuke Baji, quien apretaba un poco su mano en un puño sobre la mesa… ¿Qué le sucedía? No pudo por igual preguntarse el chico de ojos café.
—Baji— Interrumpió Souya.
—¿Eh?
—Te estoy hablando. Si me prestas tu borra.
—Ah perdón, ¿Qué pasa Angry? —llamó por el apodo al chico.
—Andas en las nubes —se burló el chico de cabello color azul. —Que si me prestas tu borra.
Keisuke solo rio y se la pasó.
Koko e Inui conversaban por lo bajo, como si no existiera nadie a su alrededor, cabe mencionar que Koko se encontraba en un estado muy cómodo. Para ser sinceros, una comodidad que jamás había experimentado con nadie anteriormente. Y si hablamos del estado de Inui, él se sentía en las nubes.
Desde que él miró a dicho azabache esa noche caminar, sintió como si un flechazo de cupido hubiera atravesado su corazón.
Pero, aun así, no creía pudiera decírselo a Kokonoi, había pensando mucho sobre que el chico podía ser gay, pero temía tan excesivamente al rechazo que eso mismo lo frenaba a preguntar para confirmar o negar sus sospechas.
En eso, su teléfono sonó y lo sacó viendo que era un mensaje de su madre.
Akane ya está mucho mejor y le darán de alta mañana, pero los médicos dicen que para noviembre es que podrá incorporarse a clases, leyó Seishu el mensaje en su propia mente.
Un pequeño suspiró salió de sus labios, el cual fue captado por Hajime.
—¿Qué pasa? —no puede evitar preguntar.
Inupi lo ve y sonríe con un pequeño alivio.
—¿Te has preguntado de mi cicatriz? — Y tras decir eso, Seishu se toca su frente.
Koko asintió, obvio lo había notado, pero no había querido preguntar al no querer sonar impertinente.
—Bueno, sucede que…—Y empezó a contarle sobre algo trágico que pasaron él y su hermana mayor antes de él iniciar la universidad.
Mientras esa pareja seguía alegando, por otro lado, una chica de cabello castaño claro observaba la tan entretenida plática de Kazutora con Allison, provocando que la chica suspiró fuertemente y desanimada mirara hacia su libreta.
—Oye ¿Estás bien? —preguntó Nahoya de pronto.
Yoko parpadeó y miró al chico, quien le miraba curioso.
—¿Eh? Ah no… si claro, perdón—Y sonrió forzosamente.
—¿Segura? No parecía.
—Estoy bien... Enserio. — Y le sonrió esta vez un poco más sincera.
—Bueno.... Si tú lo dices —Nahoya le miró de reojo, no muy convencido. Pero tampoco era que fuera algo de su incumbencia. Pero los bonitos ojos azules de la chica se habían vuelto un poco acuosos, a lo que no pudo evitar decir aun así algo más — Pero trata de sonreír más, tienes una sonrisa muy bonita ¿sabes?— masculló por lo bajo para animarla, a lo que Yoko parpadeó y miró hacia el chico sorprendida. Pero Nahoya ya había regresado toda su atención a la explicación del profesor Tom.
A dos puestos detrás de ellos, Mikey de vez en cuando miraba hacia donde Rebeca estaba sentada, y quien hablaba muy animada con Draken.
—¿Todavía te gusta mi hermana? —preguntó de golpe el azabache de ojos carmesí.
—¿Eh?
—Aún recuerdo una conversación rara entre tú e Izana. — Abel alzó una ceja, como para enfatizar tal hecho.
—¿A qué viene el tema de nuevo Abel? —Manjiro lo miró igual con una ceja alzada.
—Bueno... Mi hermana Rebe es muy enamoradiza, pero creo que ninguno de ustedes dos le llenaron tanto el ojo como lo hizo Draken. —saltó sardónico, ganándose una mirada fría de Mikey. —Así que, creo ya deberías olvidarla, amigo mío.
Mikey solo chasqueó la lengua.
—Mikey, nos conocemos desde hace ya un tiempo atrás. Fuimos incluso compañeros hasta que repetiste año. No me quieras venir a engañar a mí, yo sé que hasta estuviste algo con ella—decía el azabache mientras aún sonreía maliciosamente.
Manjiro solo miró sus manos, como si viera el pequeño pero intenso tiempo que tuvo con Rebeca en ellas. Pero obvio, firme a su personalidad, nada salió de sus labios.
—Pero Izana te la ganó. —prosiguió Abel.
Mikey volvió a mirarlo y esta vez sonrío como si nada.
—Abel, el buen y callado Abel, pero que cuando habla no pierde oportunidad para meter su cizaña —Le soltó sin mas en su cara. Y luego sonrío sardonico— ¿Sabes? Yo creo un día alguien te dará una lección.
Abel solo se encogió de hombros.
—Por supuesto que no. Es sólo que quiero entender la mente de ustedes como hermanos. Es que yo no podría estar con una mujer que sé que Wakasa se haya o se quiera follar.
—¡Es verdad!— aplaudió Mikey de pronto , como si recordará algo —Hubo un tiempo en el que te quisiste follar a Senju… Solo que tu hermano mayor te la ganó, de forma muy fácil si me lo preguntas —Y ahora fue el turno de Mikey de sonreír malicioso.
El semblante de Abel cambió de golpe.
El único que supo de su gusto por Senju fue su amigo Souya, y eso porque el chico lo intuyó y se lo preguntó en su cara un día, y él, un poco dolido en ese entonces se lo confirmó.
Aun así, él en general tenía muy buena amistad con los gemelos Kawata, sobre todo con el gemelo menor.
—No me quieras..... Venir a engañar —le aplicó la misma Mikey.
Y la cara de molestia de Abel lo hizo a carcajear.
En eso, el profesor terminó su explicación y se volteó. Miró a sus alumnos y les indicó que ya podían retirarse.
—¡Fin de semana! —no pudo evitar gritar Takemichi, haciendo que Hinata riera desde su asiento.
Draken se ponía de pie, mientras Rebeca aún hablaba y hablaba, para ser honestos el rubio ni siquiera puso atención a lo que ella decía, solo sonreía por compromiso. En eso, Emma se colocó por un lado de Rebe pasándole cerca a Draken, el cual pudo oler ese shampoo tan rico que provenía de Emma, dejando en él una sonrisa.
—Rebe apúrate, dijiste que este fin de semana te irías a mi casa, y vi que no acomodaste nada durante el receso.
—¡Ay! Si ya voy, dejame guardar mis cosas — decía la peli azul mientras metía su libreta en su mochila.
En eso, Emma observa que Mikey pasaba por su lado, y se acercó para tomarle el brazo.
—¿Vas a ir a casa este fin? — Le pregunta rápido.
El negó.
—Mikey tienes que ir. Mamá ha estado preguntando por ti, y también por si has visto sus mensajes.
Mikey solo rodó sus ojos.
—No me importa — Y tras eso, se soltó de su hermana y marchó fuera del aula.
Emma solo frotó su frente irritada por ello.
—¡Listo, amiga, vamos!—Rebeca la tomó del brazo y ambas salieron del salón, no sin antes la azabache de ojos carmesí alzar su brazo y despedirse de Draken, quien le correspondió de lejos desde la mesa de Mitsuya.
***
A eso de las 3:30 de la tarde, muchos alumnos se comenzaban a retirar en compañía de sus padres y mayordomos, o choferes.
En ese momento, en el estacionamiento, encontraba Keisuke intentando convencer a Kazutora se que se fuera a pasar el fin de semana con él.
—Kazutora, te digo que vengas a la casa.
—¿No era que mañana iríamos a una cena importante con tu mamá y Evan? No me gustaría importunar a tu mamá.
—¡Nah! Mi mamá no tendría problema con eso, ni que nos acompañes. Y hoy apenas lleguemos, nos metemos al cuarto de juegos, compramos un poco de alcohol y pizza, y nos la pasamos a gusto.
—Gracias Baji, pero no, me quedaré aquí. Además, no tengo el permiso de mamá. Y bueno, aun no tengo los dieciochos como para hacer lo que quiera.
Ayome no permitía la salida de los alumnos entre trece y diecisiete años sin autorización de los padres. A partir de los dieciocho, les permitía salir los fines de semana sin necesidad de autorización, dado a que ya eran mayores de edad.
—¿No te contesto nunca el mensaje?
El chico inspiró fuerte, hasta algo molesto.
—No, aún no me contesta el bendito mensaje. —gruño por lo bajo.
—Mi mamá podría…
—No me gustaría molestar a tu mamá.
Keisuke pasó una mano por su cabello azabache. Y también, se preguntó, si Kazutora quería quedarse por otra razón. Casi al instante de eso, meneo la cabeza y le sonrío a su amigo.
—Eres un terco ¿lo sabías? —Y carcajeó — Si no fuera porque mamá quiere que vayamos, obligatoriamente, a esa cena, me quedaría.
—¡Keisuke, apúrate!—gritó su hermano mayor Evan, aun lado del auto.
—¡Ya, voy! Bueno, nos vemos el lunes —le dijo Keisuke a su amigo, quien le sonrió y golpeó su hombro amistoso.
Kazutora miró a Keisuke montar en el auto, y solo cuando este se perdió, se permitió ingresar de nuevo al campus de Ayome directo a su habitación.
***
En el vestíbulo de dormitorios.
—¿Entonces mamá no vendrá ni mandará a nadie este fin por nosotros Takeomi? —preguntó la albina de reflejos rosas a su hermano mayor.
—No, así que si quieren ir a casa, paguen autobús, taxi, o yo qué sé. —Y miró a su hermano menor — Todo porque Sanzu golpeo al nuevo novio de mamá. Den gracia que no nos mandó a cortar las tarjetas de crédito.
—¡Ay! Ya hombre, como lloran. — masculló Sanzu haciendo una gran cara de fastidio.
—En fin, yo aprovecharé y me iré con Victoria a la ciudad, para pasar un lindo fin de semana con ella —Lo dijo muy emocionado Takeomi, sus ojos café brillaron ante la perspectiva de lo disfrutaría con su novia ese fin de semana — ¿Ustedes que harán?
—Me quedaré aquí, igual aun con diecisiete no me dejaran salir sin permiso de mamá, y ni idea si me lo dará tras el problema con Haruchiyo — se encogió de hombros Senju — ¿Tu que harás hermano?
Sanzu solo se levantó y bostezó.
—No tengo porque decirles lo que yo haga con mi vida— gruñó el chico, y sin más se alejó.
Senju suspiró.
—Siempre tan difícil — masculló por lo bajo.
***
Seishu iba saliendo hacia el estacionamiento cuando se encontró con Koko mirando hacia la entrada de Ayome.
—Koko ¿Todavía estás aquí?
—Sí, pero ya me iba regresando de nuevo al dormitorio… Es que, mamá estará ocupada de imprevisto y bueno, me pidió me quedará en Ayome.
—¿Enserio? Eso es lamentable Koko.
—No importa — Y en eso se inclina hacia Inupi — Y he estado pensando en esto de la venta de droga y creo que ya sé como haré más dinero.
—¿Enserio?
Koko asintió y en eso, un hombre un poco mayor de tés morena se acercó a ambos jóvenes.
—Señorito Seishu, buenas tardes. El coche lo espera.
Pero Inui se quedó observando a Hajime, hasta que sonrío de lado y miró al señor.
—Gracias Fausto, pero dile a mamá y papá que no iré.
—¿Qué?
—Lo que escuchaste Fausto...Me quedo aquí.
—Pero señorito, incluso mañana le dan el alta a la señorita Akane ¿no querría verla?
Inupi ante eso tragó saliva y se sintió fatal.
—Yo…—Y pasó una mano por su cabello, apesadumbrado. Quería ver a su hermana, pero también quería quedarse con Kokonoi. Miró de nuevo al chico, quien solo miraba la escena imperturbable — Si, quisiera ver a mi hermana, pero por ello mis padres están ocupados y quisiera que nada los distrajera, hasta que Akane este bien cómoda en casa.
El señor suspiró y asintió, estirando en el proceso las mangas de su saco negro.
—Bueno, yo sólo sigo órdenes, tenga un buen fin de semana señorito Inui.
Y con ello, el señor moreno se retiró.
—¿Por qué no fuiste? Parecías muy feliz por ver a tu hermana — le preguntó un muy confundido Koko.
Inupi inspiró.
—¿Te hice una promesa, no? — Tras decir eso, lo miró directo a los ojos, a lo que Koko se ruborizó al ver que tan en serio él se tomó aquel pedido— Y Akane está bien, si hubiera sido otra cosa, créeme que hubiera corrido a verla.
—No quiero que tengas problemas en casa.
—Créeme, no pasa absolutamente nada. Mis padres son muy amorosos.
—Inui…
Seishu se inclinó más hacia él.
— Te dije que seríamos los dos en esto ¿No es así?
Koko quedó un poco inmóvil y una sensación caliente lo recorrió. Pero ante lo fiel de la actitud de Seishu, sonrío.
***
Emma llegaba al estacionamiento con una maleta. Rebeca se había quedado atrás un momento al tomar una llamada de su padre. En eso, nota a los hermanos Matsuno hablar con una señora rubia a unos diez metros de donde ella estaba. Ambos estaban aún con su uniforme y sin maletas, por lo que parecía que no se irían ese fin de semana de Ayome, y posiblemente la señora los había ido a visitar.
En eso, la chica se volteó bruscamente y caminó con prisa hacia donde ella estaba. Chifuyu quiso detenerla, pero terminó suspirando y miró hacia la señora. Quien frotaba su frente un poco cansada.
Emma vio que Alice iba a pasar de largo, pero ella enseguida la detuvo de un brazo. Ella la miró y Emma miró con empatía sus ojos acuosos.
—¿Todo bien?
Alice pasó una mano por su rostro, intentando ocultar sus lágrimas.
—Ah, sí…
—¿Segura?
Alice chistó la lengua y bufó.
—Sí, Emma, estoy bien —soltó un poco bruscamente.
—No lo parece ¿sabes? Ya te lo dije, en clase de Embriología y por el campus, quiero ser tu amiga Alice —replica Emma igual brusca, a ver si así ya le entraba a la chica a la cabeza. —Ser amigas y ayudarte, que me cuentes tus cosas. Nunca es bueno estar tan solo y guardarse para sí tantas amarguras.
—Sabía que era porque me tenías lastima — masculló la chica.
Emma pasó una mano por su frente.
—¿Eres un poco terca, lo sabías? —le soltó Emma, y entonces soltó su maleta y la abrazo, para sorpresa de Alice. Ante eso, sus ojos se llenaron de lágrimas y tragó saliva. — No te soltaré antes de que me digas que aceptas ser mi amiga. Y yo también puedo llegar a ser muy terca.
—¿Eh?
Emma rió.
—Sí, así es. No importa que tenga que aplicar fuerza.
—Ajá, como si pudieras con una gorda como yo.
Una sonrisa voluntaria empezaba a brotar en los labios de Alice ante el gesto espontáneo pero asertivo de la chica rubia. En eso, unas lágrimas bajaron por sus mejillas. Nunca había sabido lo que era sentir el abrazo de una amiga.
Claro que los abrazos de su hermano eran lo mejor que tenía y no los cambiaba, pero eran diferentes a tener ya una confidencia con una chica, y que nunca había sabido qué era eso. En preparatoria muchos la hicieron de lado al ser retraída y tímida…Y puede que ella no hiciera mucho para arreglar eso.
Inspiró con fuerza.
—¿Puedo de verdad confiar en ti? — soltó de pronto. Su corazón y mente gritando que confiara y aceptara la amistad que aquella chica le quería tanto dar.
Emma se separó ante ello y la miró al rostro. Le sonrío.
—Claro que sí, Alice. Puedes confiar en mí. —Y entonces miró su muñeca, donde tenía algunas pulseras, sacó una sola de color turquesa y se la extendió. —Toma, te entregó esta pulsera como símbolo de nuestra nueva amistad.
—¿Y quién te ha dicho que si quiero ser tu amiga? — le cuestionó Alice, divertida, dado a que le estaba gastando una broma.
—Oh, pensé…
—¡Es broma! — soltó ante la cara estupefacta de la chica, quien ahora su cara era solo un poema. Alice solo rió y tomó la pulsera — Es muy bonita.
Emma solo meneo la cabeza por su broma.
Alice se colocó la pulsera y miró a la chica de reojo.
—Emma — la llamó, a lo que ella le sonrió para darle a entender que tenía su atención. —Me gustaría me ayudarás, a verme más bonita. —soltó.
Emma parpadeó.
—Tú ya eres bonita Alice — Y extendió su mano para limpiar una de sus mejillas aún húmedas.
—Oh, vamos, ¿le dirás hermosa a la gorda de mí?
Emma bufó al ver su menosprecio. Pero solo luego recordó que sin duda así eran las personas con autoestima baja. Y que lo mejor era ir con cuidado y un poco de paciencia, no presionarlos de golpe a tener más confianza en ellos.
—Eres hermosa ¿sabes? Me encantan tus ojos.
—Tú también los tienes verdes.
Emma meneo la cabeza.
—Pero tú los tienes en forma de gato, y el color verde de tus ojos tira incluso más a un almendrado — Y entonces la tomó del brazo — ¿Quieres venir a mi casa? Podría enseñarte a maquillarte, si no sabes claro está.
—No, no sé maquillarme —se ruborizó —Admito no soy muy femenina, pero sí me gustaría mucho serlo. — Sus ojos brillaron ante la ilusión de ello — Y bueno… ¿Podrías ayudarme a adelgazar?
—¿Te molesta mucho tu peso, verdad?
—Es duro Emma, no es fácil vivir con este cuerpo… tan gordo. Claro que no lo entenderías, dado a tu buen cuerpo.
—¿Sabes? A veces los cuerpos que tanto deseas también tienen sus desventajas.
Luego de eso, Emma meneo la cabeza como pensando, la miró de reojo y vio el deseo de Alice de ello.
—Está bien, te ayudaré adelgazar —La chica la miró agradecida —¿Pero nada de peros, ok? Será algo duro, así que voy a querer tu motivación y cooperación al máximo.
Y entonces Alice hizo algo que la sorprendió, la rodeó con sus brazos y la abrazó. Emma ante eso sonrió dulce y palmeó su espalda.
—¿Te gustaría ir a mi casa este fin de semana? —Le dijo cuando la chica Matsuno se separó de ella —Podrías empezar mañana mismo.
—Gracias, pero mamá no le dio permiso a Chifuyu de salir, él es aún menor que yo. Y le prometí pasar este fin de semana juntos.
—Entonces pídele para el otro ¿va?
Alice sonrió.
—¡Vale!
Un sonido de pasos interrumpió la conversación tan emotiva de las chicas. Ambas voltearon y vieron a Shinichiro Sano acercarse a ellas.
—Emma te estamos buscando por todo el colegio, y aquí estabas —habló Shinichiro cuando llegó a su lado. —Ismael nos está esperando en el lado B del estacionamiento, no pudo estacionarse aquí como de costumbre.
—¡Está bien! — Y miró a Alice— Me retiro, nos vemos el lunes ¡Y ve pidiendo permiso!
La chica solo asintió con la cabeza.
Y con ello, empezó a caminar hacia dentro del campus escolar.
—Muuuuu—Un comentario fuera de lugar salió de la boca de Izana, quien venía caminando de lado contrario de Alice — Las vacas salieron del establo.
Emma golpeó en el brazo de su hermano apenas llegó a su lado.
—Eres un estúpido Izana—dijo muy molesta la rubia. — Tú no eras así, lo recuerdo.
—¡Perdón, mi papá se encadenó! —exclamó Rebe llegando al grupo también.
Izana se acercó a ella de inmediato.
-—¿Vas a querer tomar sin control como los viejos tiempos? —preguntó coquetamente.
En eso Rebeca pensó que podría aprovechar ese fin de semana para dejarle los puntos claros a Izana sobre su relación.
—Lo siento, pero será un fin de semana de chicas.
Izana gruñó por lo bajo al escucharla.
Shinichiro y Emma no pudieron evitar reírse, y en eso, él azabache notó a alguien pasar por su lado.
—¡Yuzuha! — la llamó, antes que la chica se perdiera por la puerta hacia el campus.
—Hola Shinichiro, feliz fin de semana.
Él sonrío.
—¿No te irás?
—No, yo me quede aquí, de hecho justamente me acabo de despedir de mis hermanos.
—¿Enserio? ¿Y por qué no fuiste?
—Yoko se quedará, y ella me preguntó si podría quedarme con ella.
—Entiendo, entiendo, bueno de igual manera no te aburrirás tanto aquí. Los sábados hay fiesta en la alberca o en el salón de fiesta. —Y en eso sonrío tenue, casi dulce —Y de haber sabido que estarías aquí le hubiera rechazado la invitación de mi abuelo de acompañarla a una cena que habrá mañana. Y así hacerte un poco de compañía.
El comentario del azabache provocó en Yuzuha un fuerte rubor.
— Oye.
— ¿Mande? — Preguntó sonriente y con su pequeño rubor.
— ¿Me puedes dar tu número de teléfono? — Fue bastante directo ante su petición.
— ¿Eh? — Preguntó con el rubor aún más notable y un ardor en sus mejillas y cuello.
— Si ¿Me lo puedes dar? Digo podríamos estar hablando mientras estas aquí…. Quizás si hablamos un poco se te pasen rápido los días ¿como ves?
Yuzuha mordió su labio inferior y asintió. El azabache comenzó a apuntar el número que ella le dictaba.
— Te mandare un pequeño mensajito.
— Esta bien.
El celular de la castaña hizo sonido notificando un mensaje.
— ¿Maullido de gatito? — Preguntó pintando una sonrisa en su labios, Yuzuha se sonrojo un poco más por ese comentario.
— Amo a los gatitos.
— Es bueno saberlo.
E iba a decir algo más , pero Izana tomó en eso del brazo de Shinichiro.
—¡Vámonos Romeo! Se le hará tarde a Ismael para conducir.
—¡Nos vemos! — se despidió Shinichiro alzando su mano hacia Yuzuha.
—¡Hasta el domingo! —dijo con una simpática sonrisa mientras todos se retiraron.
Emma también se despidió de Yuzuha, quien le correspondió con una sonrisa. En eso, su mirada recayó en un pequeño grupo que se había formado mucho más delante de ella.
Un hombre mayor pero de muy buen ver, acompañado de una mujer muy alta y voluptuosa, de cabello color rubio y tez morena clara. La mujer tomaba del brazo al hombre mayor. Aun lado de ellos, se encontraba Sakura. Y atrás de ellos un par de guardaespaldas. Fue cuando Yuzuha reconoció que estaban cuidando al legislador más importante del país.
—Hablé con Mitsuya, pero nada que quiere ir a casa este fin de semana.
Yuzuha sin pensarlo, se escondió debajo de unas escaleras ahí en el estacionamiento.
—Tranquila Sakura, Takashi tendrá sus motivos. De todos modos, no hace mucho que estaban de vacaciones. —intentó defenderlo la mujer.
Sakura chistó sus dientes ante eso.
—Pero dime, Sakura ¿Mi hijo te sigue satisfaciendo?
—¿Qué clase de preguntas son esas papá? — preguntó el chico serio, interrumpiendo la conversación —Lo que tengamos Sakura y yo, es privado.
El hombre suspiró y ambos se miraron fijamente. Yuzuha notó que el señor y Takashi se parecían sin duda alguna . Salvó que el legislador no tenía cabello y ojos claros, sino negros. Así que se preguntó si los hermanos Mitsuya habían salido mas parecidos a la madre. Que tampoco creía que fuera la señora a lado del señor. Una mujer con rasgos además extranjeros.
—Solo quiero saber si sigues haciendo muy feliz a esta hermosa chica— Sonrió — Takashi, a una mujer solo puedes pensar en hacerla feliz. Y no hablo solo económicamente.
Mitsuya masculló algo por la bajó ante eso.
Sakura se colocó a su lado y no tardó en saltar y darle un beso. A lo que él le correspondió como pudo. Luna y Mana, que se encontraban ya en el auto, solo giraron sus ojos ante el teatrito de la chica mayor.
—No se preocupe, señor Mitsuya . Su hijo no me decepciona en absolutamente nada.
El hombre se sintió contento ante eso.
—¿Entonces no vendrás a la casa Takashi?
—No, no iré. Me quedaré.
—Bueno, pero el próximo fin de semana no lo permitiré. Debes ir a la casa.
—Sí, como gustes.
—Llevaremos a tus hermanas al parque Oui mañana ¿quieres que te traigamos un recuerdo? —le habló esta vez la mujer rubia con una amable sonrisa, a lo que Takashi solo desvió la mirada sin deseos ni ganas de responderle.
En eso, el teléfono de Sakura resonó, y tras atenderlo, habló unos segundos y solo luego colgó, para mirar de nuevo a su novio.
—¡Mi mamá ya llegó por mí, nos vemos!—Sakura beso de nuevo a Takashi.
—Cálmate, mi papá está aquí. —le dijo serio.
—¡Ay! Pero a mi suegro no le molesta ¿Verdad?
—En lo absoluto— dijo este sonriendo divertido.
—Bueno me retiro, nos vemos Señor Mitsuya, Señorita Felicity—Se acercó a ellos para despedirse con un beso en la mejilla.
La chica tomó camino y se retiró del lugar, hacia el lado C del estacionamiento.
Mitsuya entonces se acercó al carro, donde sus hermanas menores estaban.
—¿Todo bien? — les dijo sonriente.
Mana le miró y sonrió tenue.
—Te extrañaremos.
—¿Luna?
La chica le costó mirar a su hermano a la primera, mojo un poco sus labios, inspiró con fuerza y solo entonces fue que lo miró.
—Hasta el domingo, Taka-nii. — Y alargó sus labios.
Este asintió y entonces miró como su padre y su madrastra abordaban también el vehículo. El chofer enseguida encendió el carro y éste marchó, dejando atrás al chico de cabello claro.
—Nunca imagine ver al legislador más importante del país — dijo Yuzuha divertida saliendo del escondite.
Takashi alzó una ceja al verla.
—¿Estabas espiando?
—Se podría decir que sí —Y rió, sin vergüenza alguna — ¿Todo bien?
—¿Eh? —Takashi alzó una ceja confuso.
—No sé, parecías un poco incomodo con tu padre. —musitó, mientras fingía quitar una pelusa de su saco escolar. Aún no se había quitado su uniforme.
Mitsuya miró a un lado.
—No quiero hablar del tema de mi papá ¿Si?
—Bien, yo solo digo lo que vi.
—No lo hagas.
Yuzuha rodó sus ojos.
—No sé qué hago hablando contigo, de todos modos.
En eso, Takashi se acercó mucho más a su rostro, haciendo que Yuzuha parpadeara.
—Te gusto, no hay más. — Le soltó, más por diversión y olvidará el tema de su padre y él.
Yuzuha se quedó muda un momento, antes de soltar una muy fuerte carcajada.
— Muy gracioso mi rey — le dice irónica— Mitsuya, no me hagas perder el tiempo.
La castaña se retiró del lugar dejando solo al chico el cual solo sonrió divertido.
—Sabía no te caía tan mal, si no ¿Por qué preguntarme por mí y mi papá? —musito para el mismo mientras regresaba al campus de Ayome, viendo desde muy atrás a Yuzuha caminar.
***
Cerca de unos baños del estacionamiento en el lado C, Sakura miraba tranquila a su alrededor, hasta que ingresó al cubículo de damas y sonrío al ver a alguien ahí.
— Hasta que llegaste, tardaste un montón.
— Perdón, es viernes y me pides cosas muy difíciles.
— Como sea ¿Traes mi encargo? — le sonrió Sakura atreves del espejo.
— Primero que nada, recíbeme bien ¿No? ¿O es que acaso no merezco que me llenes de besos?
— Alguien nos podría ver ¿no crees? — le dice juguetona.
— Sakura, el que no pagues droga, no quiere decir que no pagues.
La chica giró sus ojos, se acercó al chico misterioso y le planteó un fuerte beso, mientras de un brinco enredo sus piernas alrededor de la cintura de él, y este la tomó fuertemente de sus muslos.
—Ya me estabas haciendo dudar. —le dice esa persona.
—¿Sabes? Me encantas demasiado.
—Y tú a mí, a ver cuando dejas al imbécil de Mitsuya.
—Lo veo muy, muy difícil mi amor.
—Espero el día.
Sakura solo ríe.
—Bueno, ten—dijo mientras le entregaba una bolsita con unas pastillas dentro.
—Muchas gracias. —Y lo vuelve a besar. —Bueno, me voy, ahora si mi mama debe llegar por mí.
Sakura iba a partir, pero la persona la agarró un momento desde atrás.
—A ti, te veo mañana para una noche de locura.
La chica de cabellos naranjas sonrió promiscuamente y se retiró del lugar.
La buena pregunta aquí es…
¿Con quién engaña a Mitsuya la bella Sakura?
Continuará.
Gracias @Selfish55 por su aportación ✨
Espero y les esté gustando.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top