•54•
-Lo sé perfectamente Jack... Lo sé a la perfección... Por eso quería decirte que me gustas mucho...
Jack la observo atento algo sorprendido por su declaración, agacho su mirada, aclaró su voz y luego le habló con su típico tono serio.
-Se que no me mientes... Pero yo te he mentido muchas veces... Necesito mostrarte algo para que veas el tipo de persona que soy y luego juzgaras si de verdad quieres seguir gustando de mi o no.
-Como gustes- bajaron del árbol con cuidado- Pero no creo que el sentimiento cambie
Conway la guió a su auto donde ambos se montaron. El recorrido fue silencioso aunque ella se encontraba algo tensa sin saber a dónde la llevaba y que le quería mostrar, grande fue su sorpresa cuando la volvió a llevar a la base militar, se adentraron y comenzaron a caminar hacia un cobertizo.
-No quiero ponerte en una situación incómoda, se que después de lo que verás tú imagen de mi cambiara drasticamente y lo entenderé... Por eso prefiero mostrarte este pequeña oscuridad, por así llamarlo, antes de darte una contestación a tu declaración.
-10.4
Conway abrió el cobertizo, se encontraba en la penumbra donde solo se veía un leve foco apuntando a una silla y sobre esta silla un hombre atado por completo con su cabeza cubierta por una bolsa y su cuerpo dañado, lleno de hematomas; el superintendente prendió unas luces y eso hizo que la chica se sobresaltara un poco por la cantidad de sangre y herramientas variadas que había sobre el piso, incluyendo una batería de autos , pinzas, cubos de agua pintados de sangre, cuters, etc. __ se acerco junto al mayor.
-¿Tu haz hecho esto?- pregunto calmada observando al hombre herido y atemorizado en la silla
-Afirmativo
-¿Y esto me tiene que hacer cambiar de opinión?- el asintio y ella no pudo evitar soltar una carcajada- Ay Conway... Ningún humano es bueno o malo, todos tenemos algo de oscuridad y luminosidad en nuestra vida aunque a veces lo malo resalte; además ¿Piensas que no me imaginaba algo así?- ella alzo una ceja y el se cruzó de brazos- Estuviste en la Marina y participaste en batallas donde la tortura predominaba, no me sorprende- ella se acerco a el para susurrarle- Además se que le haz hecho algo así a Pablito, si no me perturba que lo hayas hecho con alguien que conocía ¿Como me va a afectar que lo hagas con alguien que ni conozco?
-Si lo conoces- el no la miro- Puedes quitarle la bolsa
Ella se acerco al sujeto y le quitó la bolsa de la cabeza, Conway observo su reacción, una leve sonrisa se arrimó a los labios de ella.
-Oh, eso cambia las cosas- menciono ella viendo el rostro aterrado de Apolo- Inecto Matthews...
-¿Cambian las cosas verdad?
-Ahora me siento algo enojada porque no me invitaste a la fiesta... Dejáme hacer algo que deseaba hace tiempo
El mayor algo sorprendido asintió, analizando cada movimiento y gesto de la menor, ella buscó por el suelo y encontró lo que buscaba: un taladro. Le quito la mordaza de boca al joven y a la fuerza sujeto su lengua. Tomo el taladro y perforó justo en la mitad de la lengua disfrutando aquel sonido de dolor.
-Oh Matthews- ella fue moviendo el taladro de manera vertical sobre su lengua partiendo esta en dos- No habrá papi que te rescaté, ni Dios que te ampare
Termino de partir su lengua en dos cubriendo su vestido blanco con algo de sangre, se deleitó con los gritos de aquel hombre que muchos años le dio por culo; Conway se colocó detrás de ella y apoyó sus manos sobre sus hombros.
-Puedes terminar con el trabajo- susurro sobre su oido- Ya le he quitado toda información que necesitaba, lo iba a matar... Pero si te quieres divertir es todo tuyo, deleitame muñeca.
Ella sonrió y asintió, Conway se alejó unos pasos,
-Ppo-pofavo- imploró con dificultad Apolo- Nno l-loo hagads
-¿Acaso paraste cuando te lo pedí?- el no emitió sonido- Pudiste haber frenado esto- ella volvió a encender el taladro- Te di la oportunidad, te advertí que te metías con quien no debías ¡Pero como buen niño mimado querías tomar lo que se te cantaba de las pelotas! Pero tranquilo... Tus pelotas ya no te molestaran
Ella con el taladro perforó en la entrepierna de el y hasta el mismo superintendente sintió dolor; los gritos de Apolo resonaban implorando pero ella ni caso. __ vio una navaja, la tomo y realizó un corte algo profundo en la pierna del hombre, ella con ayuda de la misma navaja y sus dedos comenzó a levantarle la piel lentamente provocando lágrimas en el joven.
-No me gustan los bebés llorones- ella tomo un bidón de gasolina y coloco este líquido en la carne viva
-¡¡AHHH!! ¡Paraa! ¡Matame de una vez!
-Superintendente - ella lo miro- ¿Me presta su encendedor?
El mayor se acercó y se lo tendió, ella prendió fuego aquella zona disfrutando de alguna manera el dolor ajeno, trayéndole viejos recuerdos. No quiso que el fuego se propague y que la tortura se alargue así que tomo una de las cubetas de agua tintada de sangre y apago el fuego.
-Ya no quiero jugar más contigo- ella coloco su mano bajo la barbilla de el para que le viera a los ojos- No quiero que sigas haciendo que pierda mi tiempo, y tampoco quiero ver tu asquerosa cara de payaso nuevamemte-con la navaja dibujo triángulos arriba y abajo de los ojos del chico imitando un maquillaje de payaso- Hare caso a tus súplicas y acabaré con tu vida payaso
No pudo evitar soltar una leve carcajada al ver su cara de espanto, por eso cubrió el rostro de Apolo con la bolsa nuevamente, algo espantada de lo que estaba volviendo a ser; tomo otra cubeta de agua y lentamente fue vaciando el agua sobre la bolsa en su cara haciendo que lentamente se ahogará, agobiara y moviera su cuerpo tratando de escaparse pero sus sufrimienro paro en cuando finalmente dio su último respiro. __ miro el cuerpo de Apolo sobre la silla y Conway la miraba a ella con su vestido blanco cubierto de sangre fresca y una leve sonrisa aliviada.
-He acabado con el trabajo...- hablo ella- Pero por las dudas- De manera violenta y repentina clavo la navaja en el pecho del hombre
Conway la observo, mantuvo una leve sonrisa y se acercó a ella.
-Me encargaré de limpiar esto- señaló unas escaleras al costado de la habitación- Si subes por ahí hay un lugar donde puedes quitarte la sangre, en mi auto tengo algo de ropa así que ya te la subiré
-Esta bien- ella lo miro a los ojos- Gracias por este regalo, no era necesario
Conway colocó su mano en la mejilla de __, con ternura la acarcio limpiándole algo de sangre, ambos conectaron sus ojos.
-Entonces ¿Aún te gustó? A pesar de mostrarte parte de mi oscuridad.
-Claro que me sigues gustando Jack Conway, aunque la oscuridad te consuma o fueses el Dios de los monstruos... Creo que queda claro que yo tampoco soy la virgen María
-Que bueno que hayas dicho eso- suspiro aliviado para luego besarla y susurrar en sus labios- Porque tu también me gustas demasiado y después de lo que haz hecho hoy me queda más que claro que estoy atraído por ti.
Ambos sonrieron y volvieron a juntar sus labios en un romántico y algo peculiar beso con un cadáver a metros de ellos.
. . .
El superintendente terminó de limpiar la zona, __ vestía con una camisa del hombre y unos shorts, en sus manos ella tenía el vestido de novia con sangre de quien mató a su prometido. Ambos personajes se encontraban en una pequeña isla, en donde Torrente había muerto, ambos miraban al mar.
__ tomo el vestido, dentro le colocó una gran roca, le dio un beso y lo lanzo al mar para luego ver como las olas lo hacían desaparecer. Ambos entrelazaron los dedos de sus manos.
-Esto es el fin de una etapa- menciono ella para luego verle- Y en mi nueva etapa espero que sea con usted como mi pareja
-Si fueses mi pareja conllevaría varios riesgos... Sabes bien que muchos me quieren muerto y que también me quieren hacer sufrir...
-Tomare ese riego- ella sonrió- Casi siempre mis relaciones fueron secretas y/o discretas porque a mi también me quieren muerta... Lo único que quiero es poder estar contigo
Conway sonrió y con su otra mano atrajo la cintura de ella para pegar sus cuerpos.
-Entonces seamos pareja
-Con gusto Superintendente
Ambos juntaron sus labios sellando su amor, disfrutando después de varios años lo que era aquel sentimiento de amor sincero. Separaron sus labios, sus cuerpos unidos en un abrazo y sus miradas centras en la mirada del otro.
-Me encantas...
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