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Hyunjin fue el primer en separarse, dándole un respiro de tan cargado beso que lo dejó tonto en más de un sentido, sus piernas temblorosas se doblaron inconscientemente y casi cae al suelo si no fuera porque el Rey seguía manteniendo su agarre en su cintura.
Sus ojos seguían levemente entrecerrados y sentía sus mejillas tan calientes que pensaba que tenía fiebre. Hyunjin puso una mano sobre su rostro acariciándolo haciendo que cerrara sus ojos por completo ante el tacto relajante, sentía su cuerpo cosquillear ansioso por lo que esta calma estaba chocando contra él.
— Te llevaré a la cama, ¿puedes caminar? — negó, sus brazos se apretaron aún alrededor del cuello del mayor y escondió su rostro entre la curvatura de su hombro y cuello, disfrutando del olor de su colonia. — está bien, arriba. — ordenó.
No hizo falta más, cuando el Rey apretó sus muslos él los alzó hasta rodear la cadera del mayor pegándose como una pulga a él, no quería separarse y dejar el calor de su cuerpo.
Hyunjin los trasladó hasta la cama y lo recostó con suavidad sobre este, posicionándose encima con delicadeza. Tenía sus ojos sobre él y en parte estaba nervioso por que viera su rostro sonrojado, pero no podía pensar en apartarlo.
Había silencio entre los dos, y cuando Hyunjin se inclinó para besar de nuevo sus labios se sintió volar mucho más arriba que las nubes mientras correspondía su beso, este fue diferente, fue más lento y suave, tan solo sus labios moviéndose contra los otros provocando pequeños chasquidos de vez en cuando. Tan delicado y atrayente.
Se separaron momentos después y Hyunjin dejo un corto beso en su mejilla. — Lo hiciste bien, Arlequín — el pelirrojo tarareo como única respuesta, sonriendo a medias, ¿debería decirle lo bien que le hizo sentir? más que complacer al Rey sintió que este lo complació a él. —, descansa.
No fue difícil caer rendido al sueño, no con su presencia al lado brindándole confort y calidez, se embriagó de su esencia y con él siendo lo último que vió, oyó, sintió y probó, se dejó llevar por Morfeo quien esperaba por él.
Era de madrugada cuando despertó por un cuerpo inquieto removiéndose entre uno de sus brazos, aún con los ojos cerrados confundido arrugó el ceño, entonces lentamente se decidió por abrir los ojos para buscar la fuente de tal movimiento.
Vaya sorpresa se llevó al encontrar a Kai en medio de él y el Rey, acostado con los brazos y piernas extendidas como una estrella de mar y frunciendo el ceño entre sueños mientras se removía buscando una posición cómoda.
Se levantó de su lugar para sentarse y mirar cómodamente al menor. Desviando su mirada hasta el Rey este parecía no notar le movimiento en la cama, dormía como una roca, tenía una mano sobre su cintura y otra sobre su cabeza disfrutando la calma de la noche.
Calma que Kai no podía tener al parecer. Cuando volvió a ver al niño descubrió que este tenía los ojos abiertos y pequeñas lágrimas se dejaban ver en sus tristes ojos.
— Shs, shs, shs — lo arrulló, su mano fue a la cabeza de Kai mientras este lo miraba con un puchero en labios. —, ¿que pasó, mi amor?
Kai se sentó al igual que él y gateó hasta subirse en su regazo, colocando su cabeza sobre su pecho mientras pequeños espasmos recorrían su cuerpecito. — P-pesa-ila. — dijo entonces, con dificultad debido a su llanto silencioso.
Seungmin acarició sus cabellos mientras lo mecía levemente, esperaba que Kai pudiera calmar su llanto, no quería despertar al Rey y se sintió orgulloso cuando el menor fue tranquilizándose poco a poco.
— ¿Un feo sueño? — preguntó entre susurros mientras se volvía a recostar sobre la cama, dejando a Kai a su lado mientras su cuerpo señalaba en su dirección, mantenía una mano sobre su cabeza mientras la otra sobaba lentamente su espalda de arriba a abajo.
Kai asintió.
— ¿Quieres contarme?
El menor lo pensó unos segundos antes de asentir. — Soñe que — hipó. — m-me aejaban de p-pa-pá. — Seungmin dejó un beso en su frente antes de que Kai llorara y lo arrulló nuevamente haciendo sonidos bajos. El menor seguía teniendo espasmos pero estos cesaban mientras más pasaba el tiempo.
— Nadie va a alejarte de papá, ¿está bien? — Kai asintió lento aún con los ojos vidriosos. — yo me voy a encargar de que eso no suceda.
Lo abrazó una última vez antes de decirle que debía dormir o mañana se despertaría tarde y no podría ir a jugar con Soobin. Kai obedeció y pronto estuvo soltando pequeños resoplidos en medio de sus sueños, respirando lenta y tranquilamente dejando a Seungmin más tranquilo en el proceso.
Habiéndose asegurado que el menor dormía en paz se dispuso a hacer lo mismo lográndolo al instante. Y cuando el cayó rendido el Rey quitó la mano de su cabeza lentamente, levantándose un poco para confirmar que en verdad si estaba dormido.
Y cuando lo hizo sonrió abiertamente y se puso de costado para abrazar a su pequeño por la espalda y de paso a Seungmin, suspirando por el calor de ambos cuerpos y el suyo propio.
Cuando despertaron horas después fue por un hiperactivo Kai quien ya se había levantado hace un buen rato y estaba aburrido del silencio, aún más porque no podía moverse ya que tenía los brazos del Rey el Arlequín rodeando su cuerpecito.
Así que cansado se removió entre ambos brazos hasta que los dueños de estos se despertaron levemente aturdidos para verlo.
Hyunjin rió al ver como Kai trataba de levantar su brazo pero siendo este muy pesado para el menor no podía lograrlo. Así que lo ayudó levantandolo para que el menor quedara libre de él, Seungmin también imitó su acción pero a diferencia del Rey se levantó de la cama para quedar sentado y poder estirarse, amando el hecho de cómo la luz del sol que entraba por la ventana iluminaba el cuarto pero no llegaba hasta ellos.
El pequeño niño castaño se sentó sobre sus rodillas y se subió sobre el Rey entre risas contentas cuando este lo levantó con sus fuertes brazos mientras fingía hacer ejercicio con él. El pelirrojo los observó desde su sitio antes de separarse de la cama y colocarse su calzado, en tanto realizaba la acción a su mente llegó el recuerdo de lo ocurrido la noche anterior y no pudo evitar que sus mejillas se pintaran de un rojo claro.
Bostezo cuando estuvo de pie, estirando sus brazos hacia arriba mientras su cuerpo miraba en dirección a la ventana, el jardín trasero se lograba ver desde ahí, una perspectiva diferente a la que tenía en su habitación. Aún así no dejaba de ser hermosa, pero siendo extraño, desde ahí podía ver la ventana de su alcoba, y lograba reconocer su cama. Entrecerró los ojos ante esto, el Rey tendría una perfecta vista de él durmiendo si notara esto. ¿Lo sabía? ojalá no, le daba vergüenza pensar en el Rey observándolo mientras descansaba.
— ¿Ya te vas? — preguntó Hyunjin sacándolo de su nube de pensamientos, el Rey seguía jugando con Kai y este reía travieso mientras se sentía volar. — Parece que es tarde, ¿verdad?
Asintió en su dirección. — Debe serlo, iré a la cocina a ayudar a Nana y Somi.
— Lleva a Kai contigo, tengo asuntos que arreglar en mi despacho, pero llegaré para cuando el desayuno esté servido. — asintió volviendo hasta la cama para tomar a Kai en sus brazos.
El Rey se lo entregó mientras se paraba también del colchón y se colocó a su lado mientras acomodaba los mechones rebeldes del pequeño. — ¿No debería cambiarlo primero?
— Su ropa está en la habitación de los niños, aunque él insiste en que ya sabe cambiarse solo, solo tienes que escoger un conjunto para él.
— Está bien, ¿vamos a cambiarte Hyu? — el menor asintió pataleando mientras señalaba la puerta. Seungmin asintió de igual manera y caminó hasta esta mientras el menor se despedía de su papá.
— Adiós papá~ — movió su manito en señal de despedida, Hyunjin lo imitó con una sonrisa.
— Nos vemos en el comedor Kai-ssi.
Caminando hacia la habitación de los menores Kai no paró de llenarlo de preguntas un tanto incómodas, una de ellas; — ¿Por qué estabas durmiendo con papá? — Seungmin quería saber donde podía enterrar su cabeza.
Carraspeó levemente mientras aceleraba un poco su paso. — Es que tu papá y yo nos quedamos... — ¿qué podía decirle al pequeño? ¿que se estaban comiendo hasta el alma fuera y dentro de la cama? no, por supuesto que no. — tr-trabajando hasta tarde y pues... ya era muy noche para volver a mi habitación. — el menor asintió momentos después a su contestación.
Cuando llegaron al cuarto de los niños encontraron que estos se encontraban esparcidos en distintas direcciones, Soobin estaba inclinado viendo debajo de la cama, Taehyun estaba frente al armario abierto y Beomgyu estaba buscando algo detrás de la cortina.
Todos tan concentrados en sus acciones que no notaron que entraron, todos lucían muy preocupados.
Seungmin frunció el ceño al verlos. — ¿Niños, que buscan?
Los menores rápidamente giraron a verlo al mismo tiempo pero en vez de responderle se lanzaron en su dirección con un único propósito, abrazar al chico que llevaba el nombre el cual estaban gritando.
— ¡HYUKA! — chillaron en conjunto, Seungmin bajó al menor en cuanto este pataleó para llegar al piso y dejar que sus amigos y a los que consideraba como hermanos, lo abrazaran mientras intentaban calmar sus exagerados llantos.
— ¿¡D-donde hab-bias estado!? — preguntó Beomgyu mientras se limpiaba los mocos en su pijama, acción que a Kai no le importó ya que no tenía aún el sentido del desagrado o asco desarrollado, habría que esperar unos años más para eso. — ¡Soobin gritó desde muy temprano que no estabas!
— ¡Y me asustó! — se quejó Taehyun.
— ¡Yo era el asustado! — Soobin apartó a los dos llorones y tomó sus lugares para ser el único en abrazar a Kai, quien llenado de tanta atención solo se decidió por quedarse quieto hasta que los mayores se calmaran. — ¡Cuando desperté mi Hyuka no estaba abrazándome! ¿¡Saben el susto que me dí!?
Seungmin rió mientras dejaba a los niños en su mundo y se dirigió en silencio hasta la cómoda al lado de la cama de Kai, de esta sacó una pequeña camisa amarilla clara y un chaleco color azul, con unos pantalones negros y zapatos del mismo color. Dejó el conjunto puesto sobre la cama y llamó a los niños para que soltaran a Kai y dejaran que este se cambiara.
— Y ustedes también cambiense, tenemos que ir a la cocina con Nana y Noona, vendré por ustedes en unos minutos y quiero que estén listos, ¿está bien? — los niños asintieron y corrieron hasta sus cómodas para buscar ropa que ponerse.
A pesar de ser niños de entre cuatro y seis años todos eran muy inteligente e independientes. Admiraba a esos niños y estaba tan orgulloso de ellos que podría chillar y apretujarlos a todos en sus brazos.
Pero antes de ceder al impulso abandonó la habitación y se encaminó a la suya para también cambiar sus prendas, sin embargo en el camino fue parado por Jungkook, el papá de Soobin y Taehyun, quien lo miró entre sorprendido y... ¿confundido?
— Heey — saludó largo mientras lo miraba con una sonrisa extraña. —, ¿nuevo conjunto? — preguntó entonces señalando su pecho, Seungmin frunció el ceño mientras se observaba a si mismo cayendo en cuenta que todavía tenía el corsé puesto sobre su camisa blanca, que dios lo ilumine o elimine, pero que lo haga ya por favor. — Me gusta, se ve sexy.
Jungkook coqueto le guiño un ojo antes de seguir su camino hasta la habitación de los niños, de seguro para ver cómo habían amanecido sus giras flowers. Seungmin por otra parte explotó en un rojo vivo mientras, dando una pequeña mirada hacia donde se había ido el señor Kim, trotaba rápidamente hasta su habitación para esconderse ahí. Había olvidado por completo que no se había quitado el corset que el Rey le había puesto, se quería desmayar justo ahí.
De todas formas, cuando llegó a su habitación y se puso frente al espejo, ahora sin la presencia del Rey podría verse así mismo sin tanta vergüenza y debía decirlo; Amaba como se veía con aquella prenda apretando su cintura y resaltando sus caderas, y al ponerse de perfil no podía ni hablar.
— ¿¡Por qué mi trasero es tan gordo!? — se quejó en un chillido mientras tapaba su rostro con sus manos, permanentemente, iba a quedarse avergonzado toda su vida.
Sin darse tiempo para pensar más se deshizo del corset y se cambió por algo más fresco, optando entonces por una camisa blanca suelta sin los dos primeros botones abrochados, pantalones negros y zapatos del mismo color.
Una vez listo respiró hondo, palmeó sus mejillas y con un fuerte asentimiento de cabeza salió de su habitación para ir de nuevo a la de los niños, seguir a Jungkook a la cocina aprovechando que este estaba dejando en pausa sus labores como educador del Reino por un tiempo y esperar que el día pasara tranquilo, eso de nuevo, hasta que llegara la noche y su labor comenzara de nuevo.
Quién lo diría, se relajaba de día y trabajaba de noche complaciendo locuras y obteniendo placeres.
Bueno según yo recuerdo, en la antigüedad
los corset para hombres eran tipo como
chalecos, pero para esa noche del besaso
Hyunmin tomen como ejemplo este fanart(?
Y tengo un UY con los chicos con cinturita
y durazno ustedessaben enfregtr Les regalo
estas imágenes Uwu
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