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Seungmin bufó malhumorado al haber sido descubierto por el Rey y se acostó de espaldas al improvisado puente de piedra que se separaba del techo, dejó que la parte superior de su cuerpo colgara y sus brazos se extendieron a su lado balanceándose de adelante hacia atrás, siendo entonces sus piernas su única ancla a la piedra.
— Jugando. — respondió sin dar muchas vueltas, Hyunjin profundizó su mueca al verlo en aquella posición, dejando notar su preocupación por el Arlequín, quien no parecía muy interesado en estar prácticamente a 10 metros del piso. — ¿El palacio tiene visitas, su majestad?
Hwang suspiró ignorando su pregunta retórica. — Baja de ahí, puedes caerte.
El pelirrojo sonrió de lado antes de levantarse para quedar sentado, y posterior a eso se levantó por completo caminando entonces a través del muro con los brazos extendidos a cada lado y su mirada fija en la piedra debajo de él, la altura entre el pequeño puente de piedra y el piso era muy considerable pero eso no parecía preocuparle.
— No caeré — aseguró, se giró a ver al Rey y le sonrió antes de saltar hacia el pequeño puente sobresaliente de uno de los muros a su derecha, caminó sobre este con la espalda pegada al muro y luego bajó por una de las torres en espiral que se encontraba a su lado, pisando sobre los espacios libres para ir descendiendo hasta que sus pies por fin tocaron el piso. —, soy muy bueno con el equilibrio.
— Y con las alturas también, al parecer. — Seungmin alzó los hombros desinteresado.
— Viene incluído, sí. — el Arlequín caminó despacio hasta el Rey tanteando el terreno, tenía la pregunta en la punta de la lengua sin embargo hasta él sabía que no era momento de preguntar, sería muy imprudente y el Rey sospecharía que lo estuvo espiando.
El Rey empezó a caminar haciéndole una seña con la cabeza de que lo siguiera a lo que el chico de cabellos rojos y ojos azules lo siguió sin reprochar, ambos caminando lado a lado en dirección a la oficina del Rey, Seungmin miraba de vez en cuando y de reojo al más alto mientras se debatía entre si hablar o no, sin embargo, y a pocos pasos de llegar a su destino, fue el Rey quien tomó la palabra y lo miró unos segundos antes de volver a concentrarse al frente.
— ¿Y los niños? — preguntó, en voz baja pero lo suficiente claro para que el Arlequín pudiera escucharlo.
Kim tarareo antes de responder, tenía el presentimiento de que esa sería la pregunta que el Rey le lanzaría, en vista de Seungmin, no había nada más importante para el Rey que los niños. Eso era admirable. — Los dejé con la señorita Chungha, ella los llevó a la cocina. — El Rey asintió perdido mientras seguían avanzando, pronto llegaron a la oficina del Rey y este se acercó hasta la silla detrás del escritorio, dejando a Seungmin parado en la entrada.
El Arlequín suspiró al ver la mueca del Rey y cerró las puertas detrás de él para luego acercarse hasta el escritorio y sentarse sobre este, observó atento al hombre de cabellos negros que se hundía en su silla con la mente lejos de él.
Carraspeó para llamar la atención del de hebras oscuras y este levantó la mirada hacia él. — ¿Hay algo mal? — preguntó un tanto preocupado por el silencio espeso del Rey, al conocer la situación sabía que este debía estar demasiado ofuscado por la conversación con sus padres, sin embargo Seungmin no entendía porque tanta tensión con los Reyes de Valt's, suponía que se estaba perdiendo de algo más ahí pero no sería correcto buscar respuestas a eso, no le concernía.
Hyunjin apoyó sus brazos sobre el escritorio, estos muy cerca de los muslos del Arlequín quien se bajó del lugar para rodear la mesa y quedar detrás del Rey cuando notó los hombros tensos del hombre. Puso sus manos sobre los hombros del Rey y presionó sobre estos haciendo que Hwang suspirara alto y cansado y relajara sus brazos.
— Gracias — Seungmin tarareo en respuesta siguiendo con la tarea de masajear lentamente los hombros del Rey. —, tendremos... visitas, de los Reyes de Valt's — mordió su lengua para evitar decir algo, se supone que el no conocía la relación de Hyunjin con los reyes y no lo hubiera adivinado de no ser por Hyuka. —, se quedarán por un tiempo.
— Mhm... — sus manos se cernieron sobre la nuca del mayor apretando esta y dando ligeras caricias. —, ¿eso es malo? todos parecían muy... extraños.
Hyunjin tardó unos segundos antes de asentir levemente con la cabeza.
— Los reyes de Valt's son personas muy... tradicionales — eso le dijo mucho. —, y como verás aquí...
— Todo es muy moderno, sí — sonrió a medias. —, lo noté en cuanto llegué.
Que dejara comer a sus sirvientes en la misma mesa que él, que estos tuvieran tanta confianza con el Rey, que caminara por el Castillo con ropas tan simples que si bien eran elegantes no eran muy normales en un Rey, no utilizaba capa ni corona, era solo un hombre... un líder. Y que tuviera un Arlequín que no parecía uno en absoluto.
Si, este castillo le daba una cachetada a lo ortodoxo.
Sus manos subieron lentamente hasta el cabello del azabache y con sus dedos acarició en círculos su cabeza. Hwang se inclinó hacia atrás contra su toque con los ojos cerrados, complacido.
— ¿Puedo preguntar algo?
— Ujum.
— ¿Quien era la chica?
Hyunjin abrió los ojos, entrecerrandolos, mirándolo directamente a él y Seungmin no pudo hacer nada más que estar quieto, tenía curiosidad, ¿por qué iba a negarlo? una chica como la que salió junto a los padres del Rey era difícil de ignorar a donde vaya, era linda, tenía bastante presencia, a pesar de ser callada, era como un collar de perlas en una vieja carreta sostenida por una anciana.
Seungmin no pudo evitar lanzar sus pensamientos en dirección a la chica y el Rey, juntos.
Los padres del Monarca gritaron boda, y Seungmin se imaginó una, y fue extraño, ambos, el Rey y la chica, combinaban tan bien, juntos marcaban una pareja perfecta, el Rey era un Dios del Olimpo que destilaba elegancia, y la chica no estaba muy lejos de él. Era difícil no imaginarlos juntos.
Sin embargo Seungmin se sentía traicionado. Con la chica quedándose en el Castillo y los padres del Rey presionando para una boda, ¿dónde iba a quedar él? extrañamente tenía miedo, de que el Rey se concentrara en las visitas, y lo olvidara. Se supone que era el Arlequín, iba solo cuando el Rey lo llamaba, ni más ni menos. ¿Pero y si el Rey no volvía a llamarlo por estar estresado con sus insistentes padres? Estaba perdiendo su atención.
— ¿La verdad? — preguntó el Rey, algo perdido. — No tengo idea, ni siquiera sé su nombre.
Asintió con la cabeza, incapaz de decir algo más, su cabeza ahora se encontraba perdida en un laberinto incesante de su futuro en ese castillo.
Sus ojos pronto se enfocaron en el reloj de armario puesto a un lado de una extensa ventana que daba al jardín de la entrada principal, Seungmin suspiró al ver la hora y dejó de acariciar los cabellos del Rey, aunque no sabía que lo estaba haciendo hasta que bajó a ver sus manos sobre los sedosos cabellos del azabache.
— Deberíamos ir al comedor, ya es hora del almuerzo. — Hyunjin amplió sus ojos antes de levantarse de un salto de su sitio, Seungmin dió un paso atrás asustado por su brusca acción y lo miró confundido y curioso. — Hyunjin, ¿que ocurre?
Está bien, llamarlo por su nombre era extraño, no se va a cansar de decirlo, no puede juzgarse, ¡es el Rey! y él está ahí hablando tan informal con él a pedido de este mismo, eso es cosa de locos, al menos para él.
— Debemos llegar al comedor antes que mi- — se cortó de repente antes de fruncir el ceño y negar rápidamente. — antes que los reyes de Valt's.
Seungmin imitó su ceño fruncido. — ¿Por qué?
Se sorprendió cuando Hwang tomó su mano y lo jaló hasta la salida. Estaba caminando muy rápido, tuvo que alargar sus pasos para seguirle de cerca o de lo contrario caería por la velocidad.
— Te lo dije, ellos son muy ortodoxos.
— Eso que tie- oh... ¡los niños!
Ambos corrieron apurados por el pasillo contrario por el que vinieron, ansiosos por llegar al comedor y evitar una posible catástrofe.
Un Rey jamás comía con sus sirvientes, un Rey jamás dejaba que los niños se sentaran en la mesa de los adultos, y ahora que lo recuerda, un Rey jamás tenía un hijo sin una pareja...
Cuando estuvieron cerca del gran comedor pudieron escuchar un terrible llanto y Seungmin fue el primero en cruzar la puerta al reconocer de quién era. En cuanto sus ojos pudieron vislumbrar la situación ignoró a los claros causantes de ella y se acercó al grupo de niños que se encontraban juntos con las cabezas gachas, siendo Kai el único que lloraba, el menor al verlo alzó sus brazos para que lo cargara, cosa que no dudó en hacer antes de girar a ver al Rey quien ahora discutía con los reyes.
— ¿¡Cómo puedes dejar que estos niños coman contigo!? ¡Son hijos de plebeyos!
— Hyunjin, creo haberte dicho hace mucho tiempo que te deshicieras de ese niño. — Kai lloró más fuerte, Seungmin tapó uno de sus oídos y dejó que su cabeza se apoyara contra su pecho, arrullandolo suavemente esperando que pudiera calmarse. — ¡No es tu hijo!
Hyunjin parecía apunto de explotar y Seungmin estaba temeroso por lo que el Rey podría hacer. — Señora Nam, creo recordar haberle aclarado que Kai es mi hijo.
— Pe-
— ¡Y este! Es mi Reino — cortó rápidamente con la mandíbula apretada. —, por lo que el que da las órdenes aquí, soy yo, y si yo quiero tener un burro como mascota pues lo tengo, si ustedes no están contentos con mis reglas en mi castillo les invito a que se retiren.
Yongmi chilló enfurecida. — ¡No puedes hacer eso! ¿Qué clase de Rey trata así a sus invitados?
— Un Rey que no los desea.
La imagen del inicio es como un ejemplo de donde estaba subido Seungmin, por si no tenían una idea, es casi igual pero más alto y se encuentra en todos los corredores del castillo y no en las entradas.
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