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De una cosa estaba seguro, sus mejillas explotarían en cualquier momento, lograba sentirlas en extremo calientes y le preocupaba de cierta forma. Luego de la última pregunta hecha por el menor de los pequeños el lugar se sumió en un silencio ensordecedor que no ayudaba para nada a los nervios de la pareja que se encontraba sobre la cama.

Miró de reojo al Rey notando que este abría y cerraba la boca de vez en cuando, quizás el no tenía una respuesta a aquella pregunta, en realidad, no creía que hubiera una que los salvara de aquella situación bochornosa. Y cuando pensó que no podría estar más avergonzado su mente reprodujo caprichosa el momento exacto en el que estuvo a punto de compartir con el Rey...

Un beso.

— Es que... hacía calor. — contestó Hyunjin en dirección a Kai, el menor asintió tal vez no cayendo en cuenta de que el clima era frío en esos momentos. — Y-

— Yo- — el pelirrojo miró al mayor cuando ambos tomaron la palabra al mismo tiempo, carraspeó levemente antes de volver su mirada al frente. — creo que... voy a cambiarme.

Se apresuró a quitar las mantas que lo cubrían sin embargo al hacerlo el aire helado impactó contra su cuerpo logrando que temblara levemente, pero para su suerte o mala suerte se dió cuenta a tiempo de algo muy importante y que podría ser añadido a la lista de cosas vergonzosas que le sucedieron esa mañana, se tapó de nuevo esta vez hasta el cuello y giró a ver a Hyunjin con los ojos entrecerrados.

— Mi camisa. — susurró entre dientes, se había olvidado que seguía con esa prenda puesta. Ni loco saldría con aquella camisa transparente, sería mucho show para los caballeros que se encontraban en la puerta mirándolos atentos, el Rey Hwang abrió los ojos al bajar su mirada a esta y asintió rápido, sin embargo el no le alcanzó su camisa si no que se giró a los caballeros.

— Bien, ahora que saben que el Arlequín está aquí, pueden retirarse. 

Chan parecía estar dispuesto a replicar, avanzó un paso mientras levantaba la mano y abría la boca para soltar sus palabras sin embargo fue parado por el Rey quien se sentó a las orillas de la cama y tomó a Kai en brazos e interrumpir al capitán de su guardia.

— Los veremos en el desayuno, yo llevaré a los niños, ustedes adelantense.

— Pero Majestad hay-

— Gracias Chan, retírate por favor luego hablamos. — mientras el Rey discutía con Chan el joven pelirrojo tomó en brazos a Beomgyu cuando este intentó subirse a la cama, se había dado cuenta de que el pequeño de cabellos castaños era un chico mimoso que siempre demandaba atención con tan solo su acto de presencia, nadie podría negarse a mimar al pequeño, de eso estaba seguro, o tal vez era solo él y su fascinación por los niños.

Taehyun y Soobin se subieron a la cama por si solos para llegar a su lado y acostarse debajo de las mantas mientras reían levemente al escuchar al Rey Hwang y el caballero Bang discutir porque; Tu Rey quiere privacidad, sal de mi cuarto.

— Bien, bien. — el caballero suspiró antes de posar su mirada en el pelirrojo, había algo en aquel cuadro que el Rey y el Arlequín le mostraban que lo tenía curioso, la forma tan interesante en cómo se desenvolvían al lado del otro con... niños en el centro o en brazos, le daba mucho que pensar. — Pero apresúrate en salir.

— Lo haré Chan — Hwang suspiró. —. Nos vemos en el comedor.

Chan asintió y dio una reverencia antes de dar media vuelta, avanzar con paso calmado hasta la salida y en su camino arrastrar a un mudo chico de ojos pequeños y alargados que observaba todo aún estupefacto.

Cuando los dos caballeros estuvieron fuera de la habitación real y las puertas se cerraron detrás de ellos Jeongin salió de su ensoñación para mirar curioso a su mayor.

— Ellos parecían... — Chan asintió antes de señalarle con la cabeza el camino del pasillo indicándole que lo siguiera, así lo hizo, ambos caminaron con paso tranquilo en dirección contraria al comedor. — Y... ¿Qué haremos co-

— Yo traté de avisarle, eres mi testigo.

— No creo que se enoje contigo.

— No, pero si con las personas que lo esperan.

Ambos entraron a la gran oficina principal en donde se encontraban ahora cuatro personas a la espera del Monarca. Y al ver que este no venía con ellos dos de los presentes fruncieron el ceño en tanto los dos restantes se concentraban en otra cosa que no fuera la disputa que estaban casi seguros, comenzaría.

— ¿Y dónde está él?

Chan dió un paso adelante y reverenció levemente con la cabeza antes de otorgarles a los invitados una mirada plana y un tono vacío que no expresaba otra cosa más que aburrimiento, el Rey Hwang debería considerar tener un presentador o mayordomo, él era un caballero, líder de una guardia, no un recibidor de visitas indeseadas o mensajero.

— El Rey Hwang se encuentra ocupado ahora, los verá después del almuerzo.

La mujer mayor, de gran vestido verde esmeralda, cabello oscuro y piel morena se levantó de un salto de su sitio, enojada por la noticia y dispuesta a salir del lugar a buscar al Rey, sin embargo la mano de su esposo se posó sobre su hombro y apretó este ligeramente haciendo que se rindiera.

— Esperaremos.

Bang asintió y dio una última mirada a las personas del lugar hasta caer en la joven chica que se mantenía sentada en uno de los largos sillones del lugar, cerca de la gran ventana. Ella, retadora, le sostuvo la mirada.

El caballero dio media vuelta y con una seña hacia su pupilo salió del lugar junto a este, la imagen de la chica no escapando de su cabeza.

Alta, piel pálida, largas pestañas y ojos verdes intensos, cabellos castaños, figura delgada y lindas curvas.

Creía tener una idea de lo que pasaba y pasaría, cansado suspiró profundo mientras sentía la poco disimulada mirada de Yang sobre él, curioso como un niño sobre cuáles eran sus ideas.

Sus pensamientos respecto a la situación y por como él veía las cosas...

— Este sin duda no es el día del Rey.

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