Capítulo 1

En unos almacenes abandonados, se veían dos siluetas peleando entre sí, uno se veía como un especie de demonio con forma de serpiente gigante.

Parecía medir casi lo mismo que un rascacielos.

—Esto se está volviendo molesto, ¡no interfieras!. – grito con enojo la creatura al sujeto en la oscuridad.

— Ustedes son los que no deberían interferir. – fue hablando de manera fría el sujeto en la oscuridad. – porque ustedes son unos incompetentes.

La figura dio un salto y a gran velocidad se acerco al demonio para darle varios golpes con un especie de martillo blanco con rosa y verde.

La creatura cayó al suelo rugiendo de dolor y se giro para ver al sujeto, donde las nubes se despejaron en el cielo y dejaron ver al misterioso sujeto.

El era el mismo tipo que había atacado a Baiser hace dos días atrás con sus movimientos de videojuegos siendo golpes más rápidos y precisos.

Este se levantó y empezó a golpear nuevamente al demonio quien resistió esta vez los golpes fuertes esquivando algunos de este.

—¡¿Quién demonios eres tu?!. – exigió el monstruo mientras se levantaba y la figura resoplo.

—Como dije, eso no tendrá importancia alguna una vez que estés muerto. – comento de manera cortante mientras caminaba hasta acercarse a el.

—¡Inténtalo, mocoso!. – grito para arremeter contra el enmascarado yendo a su dirección.

Al ver esto, el misterioso Kitsune tomaba su pistola y empezaba a contraatacar contra la serpiente.

La serpiente lo atacó con su mandíbula tratando de comerlo, pero el tipo lo había esquivado y le había golpeado en un ojo dejándole ciego en uno.

La serpiente rugió para alzar su cola, y girar sobre si mismo creando un gran desastre alrededor incluyendo una gran cortina de polvo.

Pará cuando el polvo se despejó, se miró como el tipo de armadura morada estaba montado sobre una bicicleta verde con llantas rosada y verde antes de presionar el botón en su costado izquierdo.

[Kimewaza!]. – exclamó antes de volver apretar el botón. – [Shakariki! Crítical Strike!]

La llanta delantera de la bicicleta fue envuelta en chispas violetas y naranjas antes de que el pedaleara con todo y fue directo hacia la gran serpiente pegando un salto. Al llegar, empezó a golpear a la serpiente con ambas llantas sacando “HIT” y unos cuantos “GREAT” donde al final, la gran serpiente explotó al momento que se separó de ella.

Cayendo al suelo con la bicicleta, el tipo de la armadura morada veía la enorme explosión detrás de él siendo la serpiente destruida sin dejar rastro.

Al terminar, el retiro el cartucho de su cinturón desapareciendo la bicicleta.

[Gacchon! Gashun!]

Este se levantó para luego suspirar y volver a su estado civil comenzando a caminar hacia su hogar debido a que ya era demasiado tarde.

<Media noche… Parque… >

En el parque de la ciudad, se veía a una persona caminar con un poco de tambaleó de un lado a otro

Es un joven de pelo corto y rojo, con flequillo y ojos rojos a juego. Su atuendo consiste en una camiseta blanca y una sudadera blanca, junto con zapatillas rojas.

Este chico, era el mismo que se había enfrentado a esa serpiente gigante de Enormita que había sido mandada para darle caza.

El logró visualizar un banco cerca y se aseguro de que nadie le viera mirando a su alrededor.

—No debería haber nadie viniendo por aquí a estas horas – dijo el chico mientras se sentaba en la banca y luego reposaba sobre ella.

Al soltar un leve suspiro de fastidio, fue cerrando sus ojos mirando por última vez el cielo estrellado con la luna dando luz a las calles.

[En otro lado…]

La gata blanca con rosado de nombre Vatz, estaba en la casa de Sayo quien tenía algunos documentos y fotos sobre el misterioso tipo de la armadura que acabo con un monstruo de Enormita el solo.

Vatz fue quien se había dado cuenta sobre la conducta extraña de Sayo al escuchar de Haruka que dijo que había optado por darse un tiempo fuera del equipo.

—¿Qué estas haciendo, Sayo?. – preguntó Vatz mirando a la peli azul quien veía las hojas en su pared.

—Trato de averiguar… quien es el misterioso sujeto que se enfrentó a Enormita. – comento Sayo mirando las fotografías pegadas junto con las hojas.

Ella había tomado unas cuantas fotos de la pelea viendo como luchaba contra la bestia de Enormita estando detrás del tronco del árbol.

Hasta había hecho un dibujo de ese extraño enmascarado con temática de videojuegos.

—De alguna manera…. Siento que ese tipo es integrante de Enormita, pero a la vez no. – dijo Sayo de manera nostálgica mientas pasaba su mano por el dibujo.

—¿Sayo?. – preguntó Vatz confundida al ver a Sayo sumergida en sus pensamientos mirando el dibujo.

—¿Eh? Ah, perdón… me desconecte por unos momentos. – dijo Sayo dejando el dibujo a un lado en su mesa.

—Lo mejor sería que fueras a dormir, ya es demasiado tarde para que estés levantada y mañana tienes escuela. – Dijo Vatz sugiriendo a Sayo quien asintió levemente.

Ella asintió a las palabras de Vatz y fue a ponerse su pijama para después meterse a la cama apagando la luz en el proceso.

Sayo sentía como una sensación de nostalgia en su pecho al ver a ese sujeto con la armadura con temática de reloj y el estilo de pelea.

Ella bostezo y fue cerrando sus ojos para finalmente, quedarse dormida siendo vista por Vatz quien al verla dormir, se giro y fue hacia los dibujos y fotos que había pegado en la pared.

—Un renegado de Enormita, es la primera vez que pasa. – dijo Vatz curiosa para luego desaparecer en un pequeño portal detrás de ella.

[A la mañana siguiente…]

Sayo iba caminando a su escuela con algo de sueño debido a que se había quedado despierta hasta la media noche investigando sobre ese misterioso guerrero que salvo a sus amigas de Magia Baiser y su monstruo

Al subir las escaleras del parque que daba a la escuela, se fijo en algo delante de su vista.

Sayo: ¿Eh?. – sus ojos se abrieron en par en par al ver a alguien temprano en el lugar.

Había un chico de cabellera roja acostado sobre una banca en medio del paso, ella se acerco a él, y al verlo detenidamente de cerca, noto como este estaba sudando mientras se movía como si estuviera teniendo una pesadilla.

[Sueño…]

En el, se veía al chico en medio del campo de batalla contra Enormita liquidando a su equipo mientras el estaba encadenado por una de su superiores teniendo el los talismanes de su hermana menor.

Pero lo que hizo que gritara, fue ver como su hermana que fue una chica mágica, fue atravesada por una daga en su pecho por la espalda que hizo que gritara de desesperación.

[Fuera del sueño…]

—¡¡¡GHAAAAAA!!!. –el chico se había despertado de golpe gritando y viendo a alguien frente a él usando sus piernas como almohadas.

Parecía que había tarareado una canción para hacerle calmar, pero este se había levantado del regazo de la chica respirando agitadamente sentándose, para luego voltear a la chica.

Por un instante, la imagen de su amada paso por unos momentos sobre su cabeza y ver de nuevo a la chica frente a él.

—¡¿Nodoka?!. – grito en shock al ver la viva imagen de su amada frente a él.

Pero al verla mejor, se dio cuenta de que no era ella, cosa que había confundido a la chica.

—¡No! ¡Tu no eres ella!. – grito con enojo mientras se levantaba de la banca confrontando a la chica. – ¡¿Quién demonios eres?!.

—Uh, Um… - Sayo se levantó confundida, pero preocupada por el chico. – ¿Tienes alguna pena? Parecía que estabas teniendo una terrible pesadilla y…. – ella camino hacia el para luego poner su mano en la frente de este sorprendiéndolo. – Tienes un color normal… No tienes fiebre…

El pelirrojo seguía sorprendido de que esta chica que se parecía a Nodoka, estuviera tomándole la temperatura al tan natural.

—Pero te llevare con un doctor real para que te revise. – dijo Sayo para luego tomar del brazo al chico y comenzar a caminar hacia la enfermería.

Y al regresar en si, este se dio cuenta de lo que estaba pasando. El chico se zafó del agarre de Sayo de manera brusca haciendo que ella se tropezar a un poco.

—¡Aléjate de mi!. – grito el chico para luego darse la vuelta y comenzar a correr a dirección contraria a la de ella.

—¡Espera!. – grito Sayo tratando de detener a al chico quien ya había desaparecido de su rango de visión de un salto.

Pero el chico ya se había ido sin señal de este dándose por vencida.

—¡Francamente! El siempre empieza a correr sin previo aviso.. – dijo Sayo algo desanimada y darse la vuelta para ir al colegio.

Pero se dio cuenta de lo que había dicho.

—¿Qué? ¿”Siempre”?. – se preguntó a sí misma mientras veía por donde se había ido el chico. – Pero es la primera vez que nos vemos.

Esta era una sensación extraña para ella, era la primera vez que veía a ese chico que estaba acostado en el banco, pero sentía de algún modo que lo conocía de algún modo o lugar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top