☯︎Veintiuno☯︎
La noche había llegado, toda la clase A se encontraba en la sala de estar cada uno en su propio mundo, el único que no estaba presente era Midoriya y a nadie le parecía raro ya que estaban seguros que los odiaba. Momo era la única con una sonrisa en su rostro por no ver al peliverde, incluso su voz era de lo más animada, aún así las miradas de odio y fastidio no hacían falta hacía su persona.
—¿Podrían dejar de mirarme así?, no es mi culpa que Midoriya los odie.
—Mejor cállate o te mandare a volar. —habló entre dientes Katsuki.
—Me pregunto si algún día podrá perdonarnos... —dijo Eijiro desanimado.
—Bienvenidos al club. —dijo el rubio cenizo sarcástico.
-—Kacchan tu sabes porque te odio. —Izuku apareció bajando las escaleras, vestido de una manera particular para todos.
—¿Dónde vas? —preguntó.
—A un lado. —contestó con simpleza.
—No puedes salir de las instalaciones, esta prohibido. —habló Momo.
—¿Vas a delatarme otra vez niña mimada? —el peliverde cambió su voz a una de lastima, con cierto sarcasmo en ella-. Haz lo que quieras ya no me interesa.
—Deja que vaya contigo. —intervino Shoto.
—Prefiero ir con el tonto de Kacchan a contigo.
—Entonces yo iré.
—¡No necesito guardaespaldas, se cuidarme perfectamente solo! —dijo enojado.
—Dejen que se vaya, tal vez un villano o héroes nos hace un favor y lo mata en el camino. —comentó Yaoyorozu divertida.
—Tal vez se cumpla tu deseo Momo-chan. —sonrió.
—¿De qué hablas? —preguntó Sero.
—De nada, adiós.
Izuku burló la seguridad otra vez, esta vez sentía mayores nervios ya que no sería solo buscar información, ahora tendría que ver a uno de los mayores villanos. Uno que al parecer estaba interesado en él. Siempre creyó que los negocios y la vida personal no se debían mezclar, Overhaul había cruzado esa línea y le estaba causando problemas.
Luego de conducir por una hora y media llegó a la dirección que había sido enviada a su teléfono, un almacén abandonado, bajó de su motocicleta viendo como aquel villano lo esperaba con un cubrebocas como era típico en él y podía asegurar que una sonrisa se había formado en su rostro. Eso le heló la sangre de cierta forma.
—Bienvenido Vergil... —saludó con al parecer una sonrisa.
—Hola Overhaul.
—Que frío~ por favor dime Kei.
—Valiente de tu parte decirme tú nombre.
—Estoy seguro que ya lo sabías, nada se te escapa.
—Ya dime que quieres así puedo irme.
—¿Qué te parece primero entrar?, este no es un lugar para conversar.
Titubeando un poco el peliverde lo siguió al interior del lugar, era enorme, con muchos pasillos y puertas que si era sincero no quería saber que habría adentro.
Luego de caminar 5 minutos por ese vacío lugar entraron a una habitación donde solo había una mesa.
—Veo que no tienes tu máscara contigo, por fin veo tu hermoso rostro. —dijo acariciando su mejilla.
—¿No estabas espiandome?, ya la habrás visto antes. —trataba de mantener su seriedad y no empujarlo lejos, eso sería un gran error.
—Si lo estaba pero es diferente verlo en una fotografía que en persona...envidio mucho a esos niños que pueden tenerte todos los días. —al decir eso último el agarre en su rostro fue más fuerte haciendo que Izuku arrugara un poco el entrecejo.
—Los necesito.
—¿Qué planeas hacer Vergil?, ¿por qué te haz hecho héroe luego de todo lo que hiciste contra ellos?
—Tengo mis razones las cuales no te incumben así que no te metas en mi camino. —habló duramente.
—Deja que te ayude...te vendrá bien mi apoyo.
—No querrás estar rodeado de héroes, después de todo estas siendo muy vistoso y están detrás de ti.
—Puedo hacerlo desde las sombras. —sonrió.
_¿Por qué tanto empeño en ayudar?, no me conoces de nada solo trabaje algunas veces contigo.
—Me interesas ya lo dije y además necesito deshacerme de la Liga de Villanos. ¿Estás tras ellos verdad?, por lo que le hicieron a tu madre.
—¿Cómo sabes eso...?
—Tengo informantes en todas partes, sé todo lo que pasa por aquí.
Izuku estaba a punto de responder pero un ruido desde afuera de aquella habitación llamó su atención, de entre las sombras una pequeña niña de cabello blanco, con ojos rojos y un pequeño cuerno en su cabeza apareció. Sus brazos y piernas estaban totalmente envueltas por vendas algo que despertó su curiosidad.
—¡Lo siento jefe la mocosa se me escapó!
—Eri...¿qué te había dicho de desobedecer? —cuestionó enojado.
—Yo...yo...
—¡Vuelve ahora!
—Oye no le grites es solo una niña. —le reprochó Izuku.
—No me digas cómo tratar a mi hija. —dijo duramente.
«¿Hija...?»
Estaba confundido, había investigado a Overhaul de pies a cabeza y jamás tuvo datos de una hija, al ver otra vez en dirección a la pequeña aquellos ojos repletos de desesperación lo hicieron entender. Entendió completamente todo, ella no era su hija. Era su rehén.
—Piensa la propuesta Vergil, si lo mesitas con tu cabeza fría estoy seguro que aceptarás.
Izuku sabía que utilizar su quirk era peligroso en esta situación pero ya que Chisaki se encontraba de espaldas camino al pasillo donde la niña estaba, al leer la mente de Eri logró ver todo lo que pasó con ella. Sus torturas, experimentos, su extraño quirk y el como rogaba por clemencia y ayuda.
Sus vellos se erizaron del terror, esa niña era como él, había pasado por una vida de la cual no merecía ni había buscado. Quería ayudarla, sacarla de allí pero Overhaul tenía muchos lacayos a su disposición y él era solo uno, no tenía oportunidad alguna pero si podía seguirlo.
—Adiós...Kei. —saludó aparentando irse.
En cuanto todos se habían ido en sus lujos autos, él tomó su motocicleta y comenzó a seguirlos de lejos. Pasaron al menos 20 minutos y notó que estaban haciendo demasiadas vueltas. Sabían que los estaban siguiendo, o simplemente era una precaución, pero no podía arriesgarse a ser descubierto así que maldiciendo frenó pero no sé quedaría con las manos vacías.
Extendiendo su mano, haciendo aparecer esa brillante luz escarlata, se adentró a la mente de uno de esos lacayos, el más insignificante de ellos para no ser sospechoso, y él sería sus ojos y oídos.
Desde las sombras Izuku podría seguirlos.
Entró a los dormitorios lo más rápido posible, mentiría si dijera que no se sentía asustado y de cierta manera culpable por no haber hecho algo más.
—¡Midoriya/Izuku! —gritaron todos.
—¿Estás bien?, ¿te hicieron daño? —preguntó rápidamente Uraraka.
—Estoy...estoy bien ya déjenme.
—¿Por qué tiemblas entonces? —habló Katsuki.
—Yo... —observó sus manos por un segundo, efectivamente se encontraba temblando severamente. Hizo puños sus manos y los miró a los ojos—. Diré esto solo una vez y sé que me arrepentiré en el futuro pero...necesito su ayuda.
—¿Qué ocurre Izuku? —preguntó preocupado Denki.
—Overhaul sabe que estoy aquí, me quiere ayudar a deshacerme de la Liga de Villanos pero...tiene a una niña, tiene secuestrada a una niña y necesita mi ayuda me lo dijo. Me lo rogó.
—¡¿El yakuza está detrás de ti?! —dijo Kirishima alarmado.
—¡No me interesa mi seguridad! Me interesa Eri, esta aterrada, ustedes no vieron lo que yo vi...las torturas, los gritos, su llanto... —el ojiesmelarda tomó su cabeza al recordar todo aquello, sentía que se volvería loco hasta que unos brazos lo envolvieron calmando todos esos pensamientos.
—Ya estás aquí Deku, cálmate, te ayudaremos a rescatarla. —le aseguró Bakugo hablándole al oído calmadamente, algo raro en él pero que logró tranquilizar al más bajo.
—Hay que hablar con Aizawa-sensei. —sugirió Iida.
—Lo sé, odio decir esto pero necesitamos la ayuda de héroes profesionales. —aseguró Midoriya alejándose solo un poco de su amigo de la infancia.
—¿Sabes dónde están? —preguntó Tokoyami.
—Algo así...pero lo mejor es explicarles cuando los héroes estén aquí, no estoy seguro pero creo que me vigilan, a todos nosotros, y aunque hayan sido unos idiotas me preocupan.
—¡Cuenta con nosotros Midoriya! —le dijo Kirishima con una sonrisa.
—Hablaré con más alumnos, tal vez Mirio, Tamaki-san, Nejire-san y Shinso puedan ser de ayuda. —comenzó a hablar en murmullos.
—¡No necesitamos a esos idotas! —gritó Katsuki.
—Esos "idiotas" poseen quirks que serían de gran ayuda.
—¿Cómo sabes eso? —preguntó Shoto.
—Solo lo sé y estoy seguro que Aizawa me dará la razón.
—Nosotros también podemos Izuku. —habló Denki acercándose al peliverde para tomar su hombro, solo que este dio unos pasos atrás.
—Armaremos la estrategia con los héroes profesionales, aún no está decidido quien irá. —dijo serio.
—Deku quiero hablar contigo —le habló serio—, a solas. —continuó observando a los demás.
—Está bien, vamos a mi cuarto.
A todos les sorprendió la respuesta afirmativa, incluso al mismísimo Katsuki que creía iba a ser rechazado otra vez.
—¿De qué querías hablar? —preguntó Izuku ya en la habitación.
—¿Cuánto tiempo más estarás así con ellos?
—¿Por qué te interesa?
—Es molesto ver sus caras de perros abandonados por todos lados.
—No lo sé —soltó un suspiro—. En este momento no tengo tiempo para pensar en lo que sucedió, solo quiero enfocarme en Eri.
—¿Y nosotros?
—¿Nosotros? —dijo confundido el peliverde.
—Siento que hay un avance, al menos ya me volviste a llamar por ese tonto apodo... —sonrió de lado.
—No apures las cosas, que te llame "Kacchan" no significa que...sienta lo mismo que tú.
—Hay algo que olvidé decirte aquel día en la prisión.
—¿Algo más? —por alguna razón le asustaba.
—La vieja bruja quiere verte, me ha dicho que siempre serás bienvenido en nuestra casa y...te extraña.
—¿Mitsuki-san dijo eso...? —sus ojos brillaban de emoción, en su interior ya había asimilado que todo rastro de su pasado ya no existía.
—Está muy preocupada por ti, me pregunta muy seguido cómo estás y ya es molesto sabes —dijo rascando su nuca—. Deberías visitarla.
—No creo tener el valor para eso...
—Iremos juntos, te lo dije ya no estás solo tonto Deku.
—¿Siempre debes arruinar el momento con tus palabrotas? —rió un poco.
—Así soy. —aseguró inflando su pecho orgulloso.
—Eres un idiota. —lo empujó un poco.
—En la mañana hablaremos con Aizawa-sensei, duerme un poco que lo necesitas. —revolvió sus cabellos el rubio ceniza.
—Claro —Katsuki estaba por irse pero Midoriya lo detuvo—. Y gracias por lo de antes...sin ti hubiera colapsado en frente de todos. —le sonrió de lado apenado.
—No hay de que, sería muy molesto arrastrarte hasta tu cama.
—Ya vete tonto.
Bakugo se retiró de la habitación dejando a un peliverde en la penumbra de la oscuridad, pensando en lo estresante que habían resultado las últimas horas y lo que aún se avecinaba por delante.
Aquella charla con Katsuki le había servido para calmarlo un poco, le sorprendía la facilidad con que lo hacía pero eso no le interesaba, lo importante era que lo logró. Eri sería salvada por él y los demás, estaría a salvo y lejos de ese lunático.
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Cada vez está más cerca el rescate de Eri. Otra pregunta, hasta el momento ¿con quién prefieren que se quede Izuku?.
Espero hayan disfrutado de este capítulo, nos leemos luego bye ~
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