☯︎Veinte☯︎


Era de mañana y el ambiente se encontraba un tanto melancólico e incómodo, todos esperaban a que el peliverde se levantara para desayunar y así poder disculparse como se debía, en especial su grupo de amigos que eran los más arrepentidos por haber desconfiado aunque sea solo por un segundo en el chico que los había ayudado tanto a pesar de estar en contra de sus principio. Aquel que le había demostrado día y noche lo mucho que se estaba esforzando por cambiar.
Por fin Izuku había bajado, su semblante era más serio de lo normal y unas grandes ojeras se posaban bajo sus hermosos ojos verdes.

—Deku-kun..buenos días. —la primera en atreverse a hablar fue Uraraka, teniendo como respuesta una fría mirada y la total ignorancia por parte del ojiesmelarda.

—Izuku queremos hablar contigo... —le pidió Denki de la manera más amable posible.

—No hay nada que hablar, ya me demostraron lo suficiente. A partir de ahora solo seremos compañeros de clase y una simple herramienta para conseguir mi objetivo. —su voz era severa, sin una pizca de esa dulzura a la que se habían acostumbrado.

—Pero Midoriya en verdad queremos disculparnos. —Iida intentó razonar con él.

—¿Disculparse por algo que sienten en verdad?, no se tomen esa molestia, no necesito que mientan para hacerme sentir bien.

—Deku... —el rubio tomó su brazo para que detuviera su caminar.

—Gracias por darme la oportunidad de hablar, debo decir que tienes más puntos por eso pero no significa que volvemos a hacer amigos. Solo te soporto un poco más... —de alguna manera Bakugo tomó eso como una oportunidad, a la mierda los demás, él tenía el camino libre para estar con Izuku.

—No puedo creer que perdone a Bakugo y no a nosotros. —dijo enfadado Kirishima.

—Él si creyó en Midoriya...nosotros no. —le contestó Sero con la misma frustración.

—Maldita la hora que le hicimos caso a Momo. —le siguió Ochako.

Todos se dirigieron a clases, al parecer el ojiverde se les había adelantado por lo que no lo cruzaron en todo el camino, en verdad estaba evitandolos a toda costa. Al llegar pudieron ver que Midoriya no estaba allí, algo que les extraño, solo que al cabo de unos segundos pudieron oír algo de alboroto de la clase B así que se dirigieron allí.

—Izuku~ me hace tan feliz que estés aquí. —dijo Monoma a punto de abrazarlo, solo que el peliverde se apartó justo a tiempo haciendo reír a toda la clase debido a que el rubio había caído al suelo.

—¿Qué te trae por aquí? —le preguntó Shinso.

—Nada importante...solo quería verte y conversar. —le sonrió de lado, no era del todo mentira lo que decía.

—¿Solo a él?, que malo Izuku. —le reprochó con un puchero el ojilavanda. 

—A ti también deja el berrinche. —contestó mientras alborotada sus cabellos.

—Así que tu eres el nuevo alumno de la clase A, soy Kendo Itsuka un gusto. —le sonrió una chica de cabello naranja, este algo dudoso le extendió la mano.

—Midoroya Izuku, el placer el mío.

—¿Y tus amigos de la clase de tontohéroes dónde están? —preguntó burlesco Monoma.

—No lo sé. —contestó serio desviando la mirada, al decir aquello el pequeño grupo que se encontraba con el peliverde se miraron entre sí sabiendo que algo estaba mal.

—Midoriya a clases. —habló Aizawa.

—Nos vemos luego, ¿podría almorzar con ustedes? —pidió algo nervioso.

—Claro, iremos por ti cuando las clases acaben. —respondió la chica, Izuku hizo una pequeña referencia y se fue.

—Debemos hablar luego. —le dijo serio su profesor azabache.

—No.

—No fue una pregunta.

—Y lo mío no fue una opción, no quiero ni necesito hablar con usted. Le di la información que buscaba, no me moleste más —sentenció—. Y ustedes dejen de seguirme, no es como si vaya a perdonarlos por acosarme. —dijo serio mirándolos por sobre el hombro para luego entrar al salón.

Las clases pasaron rápidamente, Izuku no desviaba su mirada de la pizarra o la ventana, en ningún momento les dirigió ni un poco de su atención a los demás. Aún así podía sentir como todos lo miraban, algo que comenzaba a molestarle por lo que ansiaba que fuera la hora del almuerzo.
Sus súplicas fueron escuchadas y el timbre sonó, comenzó a guardar sus cosas para salir rápidamente de allí.

—Deku almorcemos juntos. —le dijo Katsuki, más que en un pedido una orden.

—Ya tengo planes. —le contestó sin mirarlo.

—Izuku quiero hablar contigo por favor. —apareció Denki, su voz detonaba suplica.

—Les dije que no había nada de lo que hablar.

—Por favor Midoriya quiero explicarte todo. —le siguió Kirishima.

—No quiero. —comenzaba a perder la paciencia.

—Deja de actuar de manera orgullosa y escuchanos. —le dijo Shoto para así acabar con su tolerancia.

—¡He dicho que no quiero, no quiero escucharlos, ya no quiero creerles, confié en ustedes y ¿para qué? Para que una tonta niña mimada venga y con unas simples palabras y carita de perro degollado me crean un traidor! —les gritó colérico ya.

—Midoriya. —habló Shinso al peliverde para llamar su atención.

—Por favor Deku-kun... —suplicó Ochako.

—Dejenme en paz... —su voz había sonado tan rota que logró dolerles aún más—. Si quieren que este bien solo déjenme...

—¿Estás bien? —preguntó el pelimorado preocupado.

—Perfectamente. —contestó lo más serio posible, no era momento para flaquear, no debía llorar. Ya lo había hecho lo suficiente.

El grupo de la clase B junto a Izuku se sentaron en una mesa para así comenzar con el almuerzo, el ambiente se notaba algo tenso debido a los ánimos del pecoso pero ninguno de atrevía a preguntar algo al respecto ya que aprecia delicado. Aún así el tono de un teléfono los sacó de esa situación, siendo el culpable el celular de Midoriya.

—Lo siento ya vuelvo —dijo para alejarse lo más posible del ruido— ¿Quién habla?

Tu socio favorito ¿quién más podría ser? —aquella grave voz al otro lado del teléfono logró congelarle la sangre por unos instantes.

—Overhaul...

—¡El mismo!, ¿cómo has estado Vergil? Ya no te veo muy seguido por aquí.

—Tuve que tratar con algunos asuntos fuera de la ciudad, lamentablemente aún no están del todo resueltos así que seguiré aquí un tiempo más. —trataba de sonar lo más convincente posible, Chisaki era muy bueno descubriendo mentiras.

Hmm~ ¿no quieres algo de ayuda?, así podrías terminar más rápido y yo verte antes.

—¿Verme?, ¿acaso necesitas algo?

Nada en especial, solo tu compañía y servicios.

—¿Quieres que mate a alguien?

Tal vez...

—Lo siento estoy ocupado.

¿Siendo un héroe de juguete? —preguntó divertido, fue allí que los nervios de Izuku le ganaron en contra.

—¿E-Eh...?

Oh vamos Vergil, sé bien dónde estás, te observo en todo momento. No puedes escapar de mi...por esa razón te quiero ver esta misma noche. —dijo serio.

—Debes estar idiota para creer que iré, no soy un maldito suicida.

Prometo no hacer nada si tu no haces nada, ven solo. Será una simple charla de viejos conocidos.

—¿Qué me garantiza que no perderé la cabeza a penas me veas?

Te puedo garantizar no lastimar a tu informante si vienes, y claro a tu estúpido circo de nuevos amigos héroes.

—Bien...te mataré si intentas algo.

Por muy suicida que fuera la propuesta no dejaría que Ichigo sufriera por su culpa, era un buen chico, y por mucho que estuviera sumamente enojado con sus compañeros tampoco los dejaría en riesgo.

Tan encantador como siempre.

—Cállate —y cortó la llamada—. Definitivamente quiero morir...

Con un peor humor que antes volvió con los demás solo que esta vez la conversación si estuvo presente ya que se sentía mal al verlos incómodos con su presencia. Sus problemas solo lo abarcaban a él, no necesitaba meter a nadie más. Tal vez ir a la mansión de Chisaki sería un suicidio pero no tenía más opciones, lo haría y si algo llegaba a salir mal no dudaría en defenderse.

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Espero les haya gustado el capítulo de hoy, nos leemos luego bye~

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