☯︎Treinta y dos☯︎
—¡Oye Deku!
—¡A-Ah Kacchan! —el rubio sonrió ante aquella reacción.
—¿Por qué te fuiste tan rápido?
—Tenía cosas que hablar con Aizawa-sensei...
—Ya veo... —Katsuki se acercó aún más y el peliverde no podía dejar de pensar en las palabras de su profesor—. Juro que quería matar a ese estúpido extra de la clase B y aquel senpai que no te deja en paz. —el ojirubi tenía acorralado a su amigo se la infancia, nadie más había llegado aún a los dormitorios.
—Estás muy cerca Kacchan...
—¿Ya me perdonaste Izuku? —soltó de la nada, ya no había burla en su tono de voz sino que ahora era serio y su mirada parecía suplicante.
—¿Por qué lo preguntas ahora...?
—Porque me importa, tú me importas, y no puedo estar tranquilo si sé que aún no me has perdonado.
—Kacchan...
—En verdad lo lamento, fui un completo idiota y manejé mal las cosas, debí ser amable con la única persona que me veía como soy y no por mi quirk...
—Sigo pensando lo mismo de ti.
—¿Qué soy un idiota y me quieres ver muerto? —dijo derrotado apartándose.
—Que eres increíble. —soltó con una pequeña sonrisa.
—¿Qué...?
—Nunca te rindes, te esfuerzas por ser mejor. Claro eres una persona con una personalidad horrible —soltó una carcajada—, pero eso no te quita lo buena persona que te haz vuelto, cambiaste y lo puedo ver. Gracias Kacchan. —el pecoso formó una sincera sonrisa, una que le dio un vuelco al corazón de Bakugo.
—Izuku. —el rubio ceniza abrazó al más bajo, este se sorprendió unos segundos pero al final lo correspondió.
—Te perdono Kacchan, ya puedes estar tranquilo. —ambos se separaron unos momentos después, en realidad no querían hacerlo pero los demás podrían llegar en cualquier momento y sería un dolor de cabeza explicar la situación.
Katsuki sentía que tenía una oportunidad, que tal vez su Izuku podría corresponder sus sentimientos, no le interesaban todos esos extras que estaban detrás del pecoso, él sería el ganador y estaba seguro de ello.
Efectivamente unos minutos después toda la clase entró, aún así se dirigieron a sus habitaciones para tomar un baño y dormir ya que se encontraban muy cansados
Izuku se encontraba preparando su cama para irse a dormir, estaba muy cansado física como mentalmente pero alguien tocó a su puerta y, de mala gana ya que tenía sueño, fue a ver quien era.
—¿Kacchan?, ¿qué sucede ahora? tengo sueño. —se quejó, aquello le pareció de lo más tierno a Bakugo.
—Quería saber si mañana te gustaría ir a casa, la vieja bruja sigue insistiendo en verte, así que creí sería una buena idea sorprenderla y además es fin de semana asi que no habría problema.
—No lo sé...no he vuelto a ese lugar desde hace mucho tiempo...
—Por favor Deku te dije que haríamos esto juntos, no voy a dejarte solo lo prometo. —el peliverde lo pensó por unos segundos, tal vez sea buena idea visitar a Mitsuki-san después de tanto tiempo.
—Está bien, iré.
—Bien, te espero a las 10 abajo.
—Claro, buenas noches. —Katsuki solo hizo un ademán con su cabeza y se fue a descansar.
Esperaba el día siguiente fuera bueno, claro que estaba aterrado, hacía más de dos años que no volvía a aquella área donde no solo Katsuki vivía sino que también él. Muchos recuerdos volverían a su mente, tristes y felices.
La mañana había llegado, Midoriya se preparó lo más rápido posible ya que se había quedado dormido, el día anterior había sido una montaña rusa de emociones. Tomó un baño y se cambió rápidamente, algo sencillo.
—¡Vamos Deku de mierda! se nos hará...tarde.
—Lo siento me quedé dormido pero por favor no grites tan temprano por la mañana.
—Ya-Ya vámonos... —dijo ocultando su sonrojo, ambos salieron de los dormitorios, al parecer todos seguían dormidos ya que estaban muy cansados.
Katsuki ya había pedido permiso previamente por lo que los dejaron pasar sin problemas, luego tomaron un autobús hasta el centro para después ir en tren hasta donde los padres del rubio vivían. En todo el trayecto los dos amigos de la infancia habían mantenido una amena conversación, hablando de cualquier cosa que se les pasara por la mente, parecían amigos de hace años, como si ningún problema hubiera ocurrido entre ellos.
Al bajar del tren una ola de nostalgia llegó a Izuku, todo era exactamente a como lo recordaba, aquel pequeño mercado en una esquina, ese restaurante familiar donde algunas veces almorzaba con su madre y, a lo lejos, el parque donde había conocido a Katsuki.
—¿Estás bien Deku?
—S-Si solo...hay muchos recuerdos en este lugar. —sonrió de lado, sus ojos picaban, lágrimas querían recorrer sus mejillas.
—Vamos, la bruja hará katsudon.
—¡¿Hablas en serio? hace años no como eso! —el animo del peliverde había cambiado en tan solo un segundo y eso alegraba mucho a Katsuki.
Apurando el paso, más por parte de Izuku, llegaron por fin a la casa de los Bakugo, al estar en la entrada el pecoso se detuvo por un momento para analizar aquella casa a la que había ido pocas veces, aquella casa donde vivía la mejor amiga de su difunta madre. Tomo aire y soltó un pesado suspiro, ya listo le indico a Katsuki que podían pasar.
—¡Vieja ya estoy en casa! —gritó.
—¡Maldito mocoso ¿qué te dije de ese vocabulario?! —le siguió el grito desde la cocina.
—Traje visitas.
—¿Kirishima-kun vino contigo? —preguntó la mujer para darse la vuelta y abrir los ojos de par en par— ¿Izuku...?
—Buenos días Mitsuki-san...
—Oh por dios...¡querido ven ya!
—¿Qué sucede amor? —el hombre entró y quedó igual de impresionado que su esposa—. Izuku-kun...
—Es un gusto verlo otra vez Masaru-san... —su voz le falló y terminó quebrandose, ambos adultos no esperaron un segundo más para abrazar al menor.
—Estoy tan feliz que estés bien Izuku...cada día rogaba porque aparecieras sano y salvo... —habló la rubia.
—Nunca perdimos la esperanza, al igual que tu madre. —le dijo el hombre.
—¡Muchas gracias por cuidar de ella...! en verdad gracias...gracias... —el peliverde lloraba a mares, Katsuki prefirió mantener la distancia, era algo que el pecoso necesitaba pasar.
—Ella nunca se rindió, cada día salía en tu búsqueda y cuando apareciste se arrepintió al instante de lo que dijo. No le importaba lo que eras, solo estaba aliviada y feliz porque su pequeño niño había vuelto...
—La extraño demasiado Mitsuki-san...no sé como seguir sin ella, cada día es más difícil. —admitió el peliverde.
—Estamos contigo Izuku-kun, siempre lo estaremos. Puedes venir las veces que quieras, puedes confiar en nosotros, ya no estás solo. —le dijo calmadamente Masaru.
—Gracias... —esas tres personas se mantuvieron en aquel abrazo unos cuantos minutos más, la fémina acariciaba los cabellos del menor para tranquilizar su llanto y el señor Bakugo sobaba su brazo.
—Lamento interrumpir el bello momento pero muero de hambre bruja.
—¡No arruines el ambiente mocoso! —le gritó su madre para luego escuchar una suave risa.
—Hay cosas que nunca cambian al parecer. —comentó Izuku.
—Ni que lo digas... —suspiró el mayor, esto era pan de cada día.
La familia Bakugo junto a Midoriya se sentaron en la mesa para disfrutar de la comida, el olor le traía tantos recuerdos a Izuku.
—Sabe igual al que hacía mamá...
—Ella me dio la receta, no había katsudon como el de Inko. —sonrió feliz.
—Tiene razón... —sonrió también.
El almuerzo siguió en anécdotas, de cómo últimamente les iba en la escuela tanto con sus entrenamientos como con los exámenes, Izuku sentía un ambiente familia que hacía mucho tiempo no sentía, era cálido y acogedor. Era perfecto.
—Oye Deku vamos a caminar un poco.
—Ah si, vamos. —el peliverde se colocó si abrigo ya que estaba un poco fresco a fuera, luego salieron de la casa.
Comenzaron a caminar por las calles vacías, al parecer todos se encontraban en casa, el lugar era de lo más tranquilo y agradable. Ninguno hablaba, ese silencio era como para los dos, Izuku observando su alrededor y Katsuki viendo como los ojos del peliverde brillaban de emoción, era una linda imagen. Al llegar a una máquina expendedora el rubio le dijo al pecoso que esperara un poco ya que iba por algunas bebidas, este acepto y se quedo allí unos momentos hasta que reconoció donde estaba y lo que allí cerca estaba.
A paso rápido se encaminó hacia aquel lugar que fue su hogar, su refugio, su lugar cálido en el mundo. Estando cerca logró ver lo que había quedado de ella, todo era cenizas, ya no había nada. Se acercó lento, temiendo que a cada paso algo más se deshiciera, que ya nada quedara.
—Lo siento tanto...todo esto es mi culpa...si hubiera sido más fuerte, si hubiera aguantado tú estarías conmigo. —lágrimas gruesas caían por su rostro, aquella culpa no lo dejaba en paz.
—¡Deku!
—Kacchan ¿yo maté a mi mamá verdad...?, ¿fue mi culpa no es cierto...?, ¡si hubiera seguido junto a ella no habría pasado nada!
—Oye..Deku, ¡Deku! —por fin el peliverde le prestó atención—. Nada de esto fue tu culpa, si lo piensas así fue mi culpa también por hacerte la vida imposible. Esto lo hizo la Liga de Villanos, ellos tienen la culpa. No tú ¡¿entiendes?!
—Si no me hubiera metido con ellos nada de esto habría pasado...
—Izuku tú mismo lo dijiste, quisiste salir de allí pero tu odio no lo permitió, la sociedad no te lo permitió. Deja de culparte por favor...arreglaremos esto te lo prometo, lo haremos juntos. —el rubio abrazó a Midoriya y este se aferró con fuerza llorando otra vez.
—Por favor no vuelvas a dejarme solo...no quiero volver a la obscuridad... —le rogó Izuku.
—Nunca más...lo prometo.
Se quedaron allí unos minutos, largos para ambos, aferrándose uno al otro temiendo que si se soltaban ya nunca más podrían volver a encontrarse. Izuku se sintió a salvo, protegido, aquellos brazos que lo envolvía lograban calmar su alterado corazón dando paso a una gran paz que hacía mucho tiempo no sentía con una persona, ¿quién diría que sería justo con él?.
—Kacchan... —llamó al más alto.
—¿Qué suced- —y su pregunta se vio interrumpida por unos labios, era tan solo un suave toque pero eso fue suficiente para alegrarlo.
—Gracias por este día... —le sonrió de lado y comenzó a correr en dirección a la casa del rubio, este se mantuvo unos momentos en shock para luego comenzar a perseguir al peliverde.
—¡Maldito Deku ven aquí no huyas! —el pecoso rió a carcajadas aumentado la velocidad.
Había sido un día tan caótico, nostálgico, emocionante, triste y alegre. Todo en tan solo unas cuentas horas pero no se arrepentía de haber ido y mucho menos con aquel rubio que había logrado romper sus barreras, que había logrado que volviera a amar.
♔︎ ♕︎ ♔︎ ♕︎ ♔︎ ♕︎ ♔︎ ♕︎ ♔︎ ♕︎ ♔︎ ♕︎ ♔︎ ♕︎
Bien pasaré a explicar porque Izuku se queda con Katsuki, primero que nada su desarrollo como personajes ya que ambos cambiaron a la par. Segundo su relación también tuvo una evolución con el paso del tiempo, no solo ahora sino que desde que se concen, pasaron de la admiración por parte de Izuku al maltrato por parte de Katsuki y luego al revés, par acabar perdonando sus errores.
Sé que muchos querían otras parejas, y lo entiendo, pero prefiero que la historia tenga a sentido a arruinarla con cualquier ship.
Espero hayan disfrutado el capítulo, se vienen cosas caóticas amig@ así que prepárensen. Nos leemos pronto bye~
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top