☯︎Cuarenta☯︎
—Bienvenido otra vez Deku-kun. —dijo la castaña mientras abría la puerta de los dormitorios.
—Oh~ ¡¿eso es pastel?! —preguntó entusiasmado el pecoso.
—Recuerda que debes seguir una dieta, esos dos meses te han quitado nutrientes. —le advirtió Aizawa.
—¡Quiero pastel! vamos solo un poco ¿si?~ —rogó al mayor que no pudo con sus ojitos esmeralda y aceptó de mala gana.
—Deku ¿seguro puedes caminar solo? —cuestionó Katsuki.
—Estuve dos meses en una cama dejame caminar por mi cuenta Kacchan. —le dijo con un pequeño puchero.
—Sigo pensando que es mejor idea que vayas a casa, Eri también quiere verte.
—Quiero recuperar estos dos meses Aiza- papá...luego puedo ir a casa. —era extraño llamar a alguien así ya que hacía mucho tiempo no lo hacía, y más extraño resultaba aún volver a llamar un lugar "casa".
—Bien...si necesitas algo solo dime, estaré haciendo unas cosas. —el azabache revolvió los cabellos de su nuevo hijo rebelde para luego irse.
—Aún no puedo creer que Aizawa-sensei ahora es tu padre. —comentó Kaminari.
—Dimelo a mi, desde mis 4 años no tengo un padre —sonrió con tristeza, notando que había dejado un ambiente incómodo— ¡Pero eso importa!, ahora ya todo está bien.
—Si, tienes razón. —le dedicó una pequeña sonrisa el rubio eléctrico.
—¡Bien es hora de comenzar la fiesta! —gritó Mina.
Todos comenzaron a comer y charlar, Izuku era atrapado por distintos compañeros que le contaban lo que había ocurrido esos dos meses en su ausencia y recordándole lo mucho que lo habían extrañado. Katsuki se mantenía a un costado, viendo todo con una pequeña sonrisa, hacía mucho tiempo que no había ese ambiente en la clase de héroes y eso confirmaba su teoría. Midoriya era indispensable para todos, en poco tiempo había logrado que todos lo aprecien.
Unos toques a la puerta hicieron que el peliverde fuera a ver de quién se trataba, ya que nadie más lo hacía, por lo que distraído abrió para luego recibir un abrazo.
—¿Monoma-kun...? —preguntó algo sorprendido.
—Me enteré por Shinso que ya estabas aquí...sólo quería confirmar que así era. —aquel tono burlesco no estaba sino uno de preocupación.
—Estoy bien así que no te preocupes, lamento haberte preocupado. —contestó abrazandolo también.
—Deku —aquella voz a sus espaldas los hicieron separarse, encontrándose con el ceño fruncido de su novio—. Ven conmigo. —lo tomó de la mano y salieron del lugar.
—¿Los seguimos? —preguntó Mina.
—Nah, démosle su tiempo juntos. —le contestó Jiro.
Los demás siguieron con su pequeño festejo, dejando al par de tortolitos solos para que recuperaran su tiempo perdido.
—¿Kacchan...?
—Hmm.
—¿Qué sucede?, ¿por qué nos fuimos? —preguntó curioso ante la actitud del rubio.
—Esos extras estaban muy cerca tuyo...en especial ese maldito de Monoma. —dijo molesto como niño pequeño.
—Ya veo. —soltó una risilla.
—No te rías tonto Deku.
—No me hables así rubia oxigenada. —dijo tirando de una mejilla de su novio.
Ambos se encontraban bajo un árbol, Bakugo apoyado en este con el pecoso en sus piernas, teniendo su cabeza en el pecho de Izuku. Escuchando sus latidos y relajándose por las caricias en su cabello. Sentía mucha paz, una que no sintió en esos dos meses, tenía miedo que todo fuera un sueño y en cualquier momento despertara y su peliverde ya no estuviera con él.
—Kacchan estoy aquí —aquello hizo que su mirada rubí se levantara hasta chocar con aquellos ojos esmeralda—. No es un sueño, en verdad estoy aquí.
—Lo sé... —soltó un suspiro— ¿Leiste mi mente?
—Lo siento —rió un poco—. Pero tampoco era necesario, sé ve en tu cara lo intranquilo que estás.
—Fue duro estar sin ti.
—Pero ya no tendrás que pasar por eso, te prometo no irme otra vez. —sonrió dulcemente.
—Eso espero o volaré tu cara. —le advirtió.
—Como si pudieras. —soltó una carcajada.
—Te amo Izuku. —soltó de la nada, el peliverde se quedó unos momentos en shock hasta que formo una gran sonrisa.
—También te amo Katsuki.
Aquel beso estuvo repleto de amor, de anhelo, sintiendo el cariño del otro en cada pequeño rose. Por fin estaban juntos, sin peligros, sin obstáculos, con mayor confianza en su amor. Habían madurado, habían aprendido de sus errores y ahora nada los detenían a poder amarse libremente, claro el camino sería difícil pero si estaban juntos podrían superar lo que sea.
—¿Qué tal si mañana vamos a ver a tu madre?, seguro la preocupe mucho y además...
—¿Además?
—Quiero presentarme formalmente como tú novio... —dijo con un gran sonrojo que le hizo dar un vuelco al corazón del rubio.
—Luego le enviaré un mensaje, también debemos pedir permiso para salir.
—Dejamelo a mí, papá seguro hace las cosas rápido. —sonrió feliz.
—Presiento que eso será un problema... —soltó un pesado suspiro—. Ahora debo lidiar con un padre sobreprotector.
—Oh vamos~ será divertido.
—Tal vez para ti. —Izuku comenzó a reír a carcajadas y Bakugo sólo sonrió de lado disfrutando de la risa de su novio.
Luego de estar allí unos minutos más volvieron a la reunión, al parecer su ausencia no había afectado en nada ya que todos parecían seguir disfrutando de sus charlas y risas. Izuku estaba feliz de volver allí, a ese ambiente, con sus seres queridos.
—¡Adelante! —gritó al escuchar los toques a la puerta de su oficina.
—¿Estás ocupado? —preguntó asomando solo su cabeza.
—No entra, ¿qué necesitas?
—Dos permisos para salir...para mañana.
—¿A dónde vas y con quién? —cuestionó alzando una de sus cejas.
—Iré con Kacchan a su casa, quiero ver a sus padres ya que seguro están preocupados y también...presentarme formalmente como su pareja. —dijo sonrojado.
—Es sábado así que iré contigo.
—Espera ¡¿qué?!, ¡¿por qué?!
—Me presentaré a los padres de Bakugo como tú tutor legar y además no pienso dejarte a solas con ese chico, las hormonas a su edad son alocadas.
—¡Pero-!
—O voy contigo o no vas. —advirtió.
—Bien. —aceptó con un puchero.
—Entonces los veo a las 10 a.m. en los dormitorios. —dijo para volver con los papeles que previamente estaba revisando.
El resto del día pasó e Izuku no le comentó nada a su novio sobre que su profesor iría con ellos, necesitaba ver la reacción del rubio al ver a Aizawa esperándolos para irse.
Ya a la mañana siguiente el peliverde se preparó para salir y en la planta baja se encontró con Katsuki.
—¿Listo para irnos?
—De hecho aún no.
—¿De qué hablas? —justo en ese momento su sensei estaba entrando.
—¿Ya están listos? —preguntó.
—¿Qué significa esto Deku?
—Oh ¿acaso no lo mencioné? papá vendrá con nosotros. —sonrió feliz para luego irse junto al mayor.
—Madito Deku... —murmuró, ese peliverde en definitiva le gustaba verle la cara de tonto, sin más siguió a aquel par.
El viaje fue curioso, la pareja de enamorados ni siquiera podía tomarse de las manos que rápidamente su profesor los separaba "disimuladamente", Katsuki comenzaba a perder la paciencia pero era mejor estar tranquilo frente al mayor si quería pasar el resto de su vida con Izuku. Por su parte el peliverde se estaba divirtiendo, nunca había sentido el amor de padre y mucho menos los celos de esté, era algo curioso y tierno para él, más aún viniendo del azabache que siempre se mostraba serio y desinteresado por todo y por todos.
Al llegar el rubio abrió la puerta, el aroma a comida casera ya se podía sentir en el aire y eso abrió el apetito de los tres ya que morían de hambre desde hace un buen rato.
—¿Katsuki eres tú?
—¿Quién más podría ser bruja?
—¡No me hables así!, ¿trajiste a Izuku verdad? quiero verlo~
—Hola Mitsuki-san, gracias por recibirme hoy día. —habló amable, aquel tono le pareció curioso a Aizawa ya que solo lo había oído así con Eri.
—¡Izuku! estoy tan feliz que estás bien...¡no vuelvas darme un susto así! —le regañó, definitivamente era la madre de Katsuki.
—Lo lamento...ya no volverá a pasar. —hizo una sonrisa.
—Oh ¿no es él su profesor? —preguntó viendo al hombre que se en contaba detrás de los chicos.
—Ah si, quiso acompañarme ya que es mi tutor legal.
—Oh nunca lo esperé de usted.
—Alguien debe cuidar de este revoltoso.
—!Oiga!
—Es cierto —rió la mujer—. La comida ya está lista, sientense en la mesa.
Todos se sentaron a la mesa, Masaru también había recibido cálidamente al peliverde y saludado a Shota, la mujer apareció con la deliciosa comida y así comenzaron con su almuerzo.
—Y dime Izuku ¿cómo te has sentido? —cuestionó la rubia.
—Bien, todos me han cuidado mucho...demasiado diría yo.
—Eso es bueno...nos diste un gran susto a todos. —sonrió el Bakugo mayor.
—Lamento haberlos preocupado...fue un impulso lo que hice, no lo pensé ni por un segundo y protegí a Kacchan.
—No debiste hacerlo tonto, puedo protegerme solo.
—Un gracias sería mejor ¿no crees? —le reprochó con un puchero.
—Gracias. —dijo simplemente.
—¡Disculpe a este tonto, a veces no tiene sentimientos! —le regañó la fémina a su hijo.
—A cambiado mucho, antes nadie podía siquiera dirigirle la palabra —habló tranquilo Aizawa—. Midoriya lo cambió.
—Me alegra eso. —dijo Masaru.
—Estoy tan feliz que volvieran a ser amigos, cuando eran niños nunca se separan y luego pasó todo...
—Cariño. —le habló su esposo, no era un tema que le gustara a todos.
—Gracias por preocuparse, a pesar de los años siempre cuidaron mucho de mi. Mi mamá era la única en mi vida, mi padre...o disque padre, me abandonó de pequeño así que no tengo muchos recuerdos de él, ustedes son como mi segunda familia. —sonrió feliz, Mitsuki ya había comenzado a llorar.
—Siempre serás bienvenido, eres como un hijo para nosotros.
—De hecho bruja... —en ese momento ambos adolescentes se miraron, era ahora o nunca—. Verás a Deku seguido, tal vez mucho.
—¿De qué hablas?
—Mitsuki-san nosotros...estamos saliendo. —dijo con temor Izuku, incluso el azabache estaba esperando la respuesta del matrimonio.
—Eso no me lo esperaba. —fue el primero en decir Masaru.
—¿En verdad estás bien con este idiota?, es malhumorado, gritón e insensible. —comentó la fémina.
—¡Cállate vieja bruja!
—¡Maldito mocoso! —su madre se había levantado de su asiento para golpearle en la cabeza.
—Si lo estoy, Kacchan me ayudó a ser quien soy hoy. Pasamos por muchas cosas, sufrimos mucho, pero a fin de cuenta estamos juntos ahora. No podría ser más feliz con nadie más que no sea con él. —contestó feliz, formando la sonrisa más sincera y dulce del mundo.
—¡Querido el idiota de nuestro hijo por fin hizo algo bien! —gritó feliz la mujer.
El resto de la comida pasó con tranquilidad, o al menos un intento de ella, ya que los gritos no podían faltar en la mesa. Izuku y Shota solo observaban todo, curiosos por el extraño trato que tenían madre e hijo, teniendo compasión por el hombre tranquilo de la casa.
Al acabar Katsuki lavaba los trastes mientras que Midoriya estaba en el jardín disfrutando de la brisa.
—Me alegra que todo saliera bien. —dijo Aizawa a su lado.
—Igual yo...estaba muy nervioso. —rió suavemente.
—Nunca mencionaste a tu padre.
—No es como si hubiera mucha historia, era un tipo que fingía tener una vida perfecta, una familia perfecta. Al saber que su único hijo era un quirkless prefirió huir de la vergüenza, o eso supongo, tal vez solo era un idiota.
—Definitivamente la segunda. —dijo el mayor provocando una carcajada en el peliverde.
—Mi madre fue la única que me apoyó, aunque en un comienzo me pedía disculpas...siempre creyó en mi. Le debo mucho. —sus ojos comenzaban a picar pero no quería llorar.
—Ya todo está bien, no estás solo. —habló el azabache apoyando su mano en la cabellera verde.
—¡Si! ya no estoy solo...gracias por todo...papá. —sonrió feliz.
—No hay de que hijo. —le devolvió medianamente la sonrisa.
Por fin tenía su final feliz, por fin podía disfrutar de amigos, de una familia, de un romance. Pasó por mucho, fue duro, pero valió la pena cada maldito esfuerzo y cada lágrima derramada ya que ahora tenía algo que nadie podría quitarle. Estaba feliz, estaba en paz.
Tal vez su odio por los héroes lo llevó a todas esas personas pero gracias a ellos fue que volvió a creer en algo que creía perdido. El amor. Aquel sentimiento que puede contra todo pronóstico y más aún estando acompañado.
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Vengo a informar que el siguiente capítulo es el último (;´༎ຶٹ༎ຶ')
Espero disfrutaran de este, en el siguiente agradeceré mejor su amor ♡ nos leemos luego bye~
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