El peliverde se encontraba en el lugar que hasta ese momento no se había atrevido a ir, no tenía el valor suficiente para hacerlo, aún así en este preciso momento no había pensado en otro lugar. Era frío y solitario pero de alguna manera Izuku lo sentía cálido y acogedor, como si quisiera estar allí para siempre.

—Hola mamá...perdoname por no haberte visitado antes, tenía miedo de hacerlo —el joven se sentó frente la tumba de su madre—. Se que tal vez me odias pero necesito alguien con quien hablar y no hay nadie más con quien quiera hacerlo que nos sea contigo.

Un gran silencio reinaba en ese cementerio, el cielo parecía sentir lo que Midoriya ya que estaba pintado de un deprimente color gris, uno que le hacía tener viejos recuerdos al peliverde. Recordaba perfectamente esas tardes de películas junto a su amorosa madre, con el tranquilizador sonido de la lluvia de fondo, esas ricas tazas de café y los deliciosos dulces de la peliverde.
Su mundo se caía a pedazos, no solo había dejado que su madre pague por sus errores sino que ni siquiera podía atrapar al desagraciado que apagó su luz, se sentia frustrado consigo mismo, un inútil, un Deku.

—Sabes mamá, ahora soy un héroe, o algo así —soltó una risa irónica— ¿Quién lo diría? necesitaba perderte para serlo, aún así espero estés orgullosa de mi a pesar de lo mucho que te he hecho sufrir. Nunca quise que esto pasara te lo juro...te mantuve lejos estos dos años de mis problemas, me descuido solo un segundo y ya no te tengo conmigo. También lamento lo que dije cuando nos vimos, fui un maldito insensible —lágrimas comenzaban a inundar sus ojos, cayendo con lentitud y gran dolor—. Te extraño tanto...no hay día que no piense en ti y tu hermosa sonrisa, esa sonrisa que me impulsó a seguir por tantos años. Nunca quise que pienses que no hiciste suficiente, después de todo eras la única luz que iluminaba mi oscura vida...y ahora no tengo nada...¿cómo salgo de esta oscuridad mamá?, siento que me hundo día tras día y no sé como salir...

—¿Izuku? —una voz a sus espaldas lo hizo voltearse con rapidez, olvidando su estado y dejandose expuesto a los demás.

—¿Qué hacen aquí...? —se volteó rápidamente para secarse las lágrimas.

—Vinimos por ti, Aizawa-sensei esta preocupado. Todos lo estamos en realidad. —dijo Todoroki.

—No era necesario, si estaba allí un segundo más mataría a alguien...incluso a mi mismo.

—No fue tu culpa el que hayan escapado, a todos nos tomó por sorpresa por lo que no pudimos reaccionar. —Kirishima se acercó con cautela, intentando no alterar más al chico de lo que ya estaba.

—¿Qué pueden saber ustedes de lo que siento...? —su quirk se había activado involuntariamente debido a sus emociones errantes.

—Midoriya por favor cálmate, solo estamos aquí para ayudar. —Shinso intentaba usar su poder pero era inútil, la cabeza del peliverde estaba totalmente bloqueada.

—¡¿Intentas usar tu quirk conmigo?! Mi madre murió por mi culpa...su asesino escapó por mi culpa...¡Soy un inútil! —flores y macetas del lugar salieron volando con gran fuerza, un pedaso de ellas había cortado un poco el brazo de Kirishima haciendo reaccionar a Izuku—. Lo siento...yo lo lamento no quería...en verdad perdón. —podía notar en sus ojos la desesperación.

—Ey tranquilo es solo un rasguño. —Kirishima tomó por las mejillas al pecoso haciendo que lo mirase a los ojos, donde se podía apreciar que decía la verdad— ¿Estás mejor ahora? —le preguntó con suavidad, Izuku solo atinó a asentir por lo que el pelirrojo se alejó un poco.

—¿Quieres hablar? —preguntó amablemente Todoroki.

—No, estoy bien así. —Izuku había vuelto a su actitud fría, no quería hablar en ese momento, no quería verse vulnerable otra vez.

—Bien —soltó un suspiro el bicolor—. Hay que volver ya, el profesor se preocupará sino. —todos asintieron y comenzaron a caminar hacía la salida, nadie anticulaba palabra alguna ya que el silencio era algo que no querían romper.

—¿Te llevo Kirishima-kun? es lo menos que puedo hacer por lo que te hice.

—Aceptaré pero no por la herida, solo no quiero caminar. —Midoriya soltó una risa suave y le lanzó el casco, se despidió de lo demás y aceleró.

—Bien, en marcha. —a regañadiente el rubio cenizo camino con los otros dos, él hubiera preferido el viaje en motocicleta y no precisamente por el medio de transporte sino por la compañía.

Todos se encontraban en la sala de estar en espera de los jovenes que habían salido a una misión, metirian si dijeran que no estaban nerviosos, en especial las personas cercanas a Midoriya ya que no podían creer la montaña de sentimientos que sería el pobre chico. Al cabo de unos minutos su profesor azabache entró por la puerta, se notaba el cansancio en su rostro o al menos más de lo normal.

—¿Cómo les fue Aizawa-sensei? —la primera en acercarse había sido Mina.

—No como esperabamos, dos integrantes de la LIga de Villanos aparecieron en el lugar donde Midoriya y Bakugo estaban patrullando.

—¿Están bien?. —preguntó alarmada Uraraka.

—Si, Bakugo sufrió leves cortes y Midoriya en su mayoría esta bien solo que luego escapó y sus compañeros fueron tras él.

—¡Se los dije, no era alguien de confianza! —gritó Momo.

—Ya cállate debe haber una explicación por el cual se fue. —respondió enojada la castaña.

—Dabi y Toga escaparon en el último momento, uno de ellos con graves heridas debido a que Midoriya perdió el juicio por un momento. Aún así les pido a todos que no lo alteren de ninguna forma y le den su espacio, esta misión era importante para él por lo que esta muy afectado. —sin más que decir el hombre se retiro, debía hacer un reporte de lo ocurrido y eso llevaria mucho tiempo.

—¿Creen que esté bien?, no puedo imaginar como se debe estar sintiendo Deku-kun en este momento.

—Estoy seguro que lo está, es un chico de espíritu fuerte.

Iida esperaba que su suposición sea cierta. Antes de que alguien más pudiera opiniar la puerta fue abierta de nueva cuanta, por ella entraron los cuatro chicos en cuestión, con algunos raspones y moretones.

—¡Chicos! —Denki, Sero y Mina se cercaron con rapidez a Katsuki y Eijiro— ¿Están bien? —preguntó Sero.

—Claro que si ¿por quien nos tomas idiota? —contestó agresivamente el rubio, el pelirrojo solo les dirigió una sonrisa indicando que él también se encontraba en buen estado.

—Todoroki-kun, Deku-kun, me alegro que estén bien. —Uraraka, Iida y Tsuyu se acercaron a los tres chicos restantes—.Oh y también Shinso-kun.

—Yo ya me iba, nos vemos luego Midoriya. —el pelimorado se despidió de Izuku y se fue, se sentia un tanto incómodo con tantas personas al rededor.

—¿Estás bien Midoriya-chan? tus ojos estan un poco hinchados y tienes algunas heridas, sería mejor que vayas con Recovery Girl para que te cure kero~ —dijo Tsuyu.

—Estoy bien así, puedo tratar esto por mi cuenta, he tenido heridas peores. —les sonrió de lado, no tenía muchos animos de hablar en realidad.

—Me alegra que no haya pasado nada grave, estabamos muy preocupados. —esta vez fue el chico cuatro ojos el que habló.

—Podrían haber pasado mejor la cosas... —el ojiesmeralda bajó la mirada.

—¡Estoy segura que la próxima podremos atraparlos! —animó la castaña.

—Gracias...me iré a mi habitación, los veo después.

—Deku, afuera ahora. —Katsuki había aparecido de la nada haciendo enfadar al peliverde por su orden.

—No estoy para tus tonterías ahora Katsuki. —estaba dispuesto a irse peli su ex amigo de la infancia lo tomó de la muñeca arrastrandolo al jardín trasero— ¡Ya suelta! ¿qué mierda es lo que quieres? —dijo enojado.

—No creas que no escuche lo que dijo ese idiota ¿qué fue lo que pasó entre ese villano y tú? —preguntó agresivamente.

—No te interesa. —contestó secamente.

—Antes eras tú el que me perseguía a todos lados, ¿cuándo cambio eso?

—Cuando decidiste golpearme y utilizar tu quirk contra mi, ¿acaso creiste que estaría persiguiendo tu estúpido trasero toda la vida? ese tonto niño ya no existe, tu te encargaste de eso.

—¿Cuántas veces debo implorar por tu perdón? sé que me equivoqué, fui un idiota por muchos años pero ahora sólo quiero apoyarte y ayudarte. Sólo dejame hacerlo.

—No y ya no insistas. —de nueva cuenta estaba por irse pero Bakugo lo detuvo.

—No he terminado, vas a escuchar lo que tengo que decir.

—¿Qué me diras?, ¿qué lo sientes, qué haz cambiado, qué podremos recuperar nuestra amistad? dejame decirte que no pasará, ¡me lastimaste por años!, ¡me destruiste poco a poco y nunca te importó!

—¡Lo hacía porque estaba inseguro de mi mismo!

—¿Inseguro? por favor...no quiero oír tus tontas excusas.

—¡No son excusas! Izuku escuchame, me gustabas, te amaba tanto que no podía aceptarlo por esa razón te molestaba.

—¿Tú qué...? —no podía creer sus palabras, no quería caer otra vez.

—Te amo Izuku...todo este tiempo me he arrepentido por lo que te hice, por no darme cuenta de lo que sentía. Dejame remediarlo. —el cenizo se acerco a Midoriya pero este rápidamente se alejó.

—Sabes...yo también te amé es por esa razón por lo que nunca le dije a mi mamá que eras tú quien me agredía, tenía la esperanza de que cambiaras... —Katsuki formó una pequeña sonrisa, tal vez si tenía oportunidad de remediar las cosas—. Pero nunca pasó y ese amor murió cuando me fui, ya no siento eso por ti. Te amé con todo mi ser y tu solo me destruiste, ya no volverá a pasar. —lo observó con odio y enojo y se volteó para irse.

—¡Por favor Izuku tu también me amas lo sé, no lo niegues!

—¡Te amé! tiempo pasado, ahora no eres nada más que un compañero de clases al que debo ver todos los días. No pases esa linea.

El ojiesmelarda se retiró de allí, dejando a un Bakugo lastimado y con una gran impotencia en su interior, aún así no planeaba rendirse. El amor de Izuku sería nuevamente suyo.

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Ojalá haya disfrutado de este capítulo, me gustó como quedó la verdad jeje

Nos leemos pronto bye~