RAVEN
Recorrí cada pasillo que vi cercano para devolverle lo que dejó en esa mesa, sin embargo no lo encontré así que finalmente cedí llevando la cadenita a el baúl de cosas perdidas que se encontraba en la oficina de el prefecto de mi grado, supuse que el chico quizás era del mismo año, pues la libreta en la que pintaba llevaba el mismo número de grado y su grupo.
Más tarde al terminar mis clases me dirigí a mi casillero y observé que el mismo chico de la cafetería se dirigía hacia mi con un aura intimidante ¿Estaba molesto acaso?

-Hey Raven, el conserje me dijo que fuiste la última que vieron salir de la cafetería ¿En el trayecto viste alguna cadena con un reloj mientras salías? -
Me pregunto inquieto pero con una voz tranquila. En cierta parte me causo escalofríos que supiera mi nombre, los desconocidos no saben cómo te llamas ¿cierto? Me quede pensando y analizándolo que mi mente se estaba quedando casi en un viaje blanco.

-¿Raven? ¿No me escuchaste, estás bien? Tierra llamando a Marte, ¿Hola? -
Me dijo burlesco y molesto ya que sintió que había ignorado su inicial pregunta, recobre sentido.

-Lo deje en el baúl de cosas perdidas del segundo año traté de entregártelo cuando te vi partir de la cafetería esta mañana pero fue como hubieras desaparecido, en fin, si lo buscas allá podrás encontrarlo. -
Le dije sin más mientras guardaba mis libros y cerraba mi casillero.

En un abrir y cerrar de ojos el corrió tras el prefecto del segundo año ¿Era acaso que había significado mucho esa cadenita y solo lo hice preocuparse?

Preferí no hacerme más preguntas al respecto por qué para mi es difícil entender a las personas, además cuando empiezas a preocuparte por una persona de alguna manera se crea un lazo, una vez que lo creas tienes que mantenerlo por que nunca son fáciles, apenas logro llevar mi propio ritmo y a veces no lo hago, como podría intentar crear un lazo y seguir un ritmo diferente del mío con otras personas...

Me dirigí a casa y al llegar noté a alguien fuera de mi puerta.
-¿Tu, que estás haciendo aquí? No, déjame corregir y de entrada dime ¿Como sabes dónde vivo? -
Dije con los hombros encogidos, si mis padres le vieran probablemente estaría en problemas, ellos no son tan agradables cuando personas visitan la casa o cuando hay alguien esperando fuera de la misma, si le veían mis escasos permisos para salir desaparecerían. Mis padres podían ser poco vistos en casa pero en estas situaciones aparecían como en magia de película.
-Tienes que irte, si mis padres te ven nos meterás en problemas. -

-No me digas que te asusta mi visita, solo vengo a traerte tu libro, lo dejaste al pie de tu casillero. Estabas tan apresurada que no estaba ni cerrado. -
Me dijo Willow serio pero con una voz cálida.

-Bueno que considerado resultaste ser, ya puedes irte, cumpliste tu propósito le trajiste mi libro. -
Le dije preocupada, la relación con mis padres no era buena y no necesitaba otra discusión por algo que no tendría sentido para mi, pero para ellos sería casi como incendiar su casa.

-Mhm, bien Raven yo me voy. -
Me respondió sin más, esta vez sin expresión.

¿Eso fue incómodo? ¿Que acababa de pasar? Suspire y abrí la puerta de mi casa para solo recostarme y descansar.
Al abrir la puerta lo primero que vieron mis ojos fue a mamá y papa sentados en la sala, uno lejos del otro al entrar ambos me miraron muy serios ¿Acaso vieron lo qué pasó antes de entrar?

-Raven hija, tenemos que hablar contigo ¿Por que no te sientas y te pones cómoda?. -
Fueron las únicas palabras que me dirigió mamá mientras miraba cómo se cristalizaba su mirada...
No quiero ni saber a donde llegará esto.