las normas de convivencia
Ambos acordado diez ítems, los cuales tenían que cumplir para no perder derecho sobre la casa, no eran ítems comunes y corriente, la falla de cada uno de estos, llevaba consigo la pérdida de un cinco por ciento, de la mitad de la casa de cada uno… no eran muy difíciles de realizar y ambos firmaron ese papel. Con esa firma, ellos estaban de acuerdo con las siguientes normas:
01. Nada de contacto físico.
02. Nada de husmear las cosas del otro.
03. Avisar si se llegará tarde.
04. No pasar la noche fuera de la casa.
05. No levantarse de noche, ni hacer ruidos molestos.
06. No entrar al cuarto del otro.
07. Cuidar y mantener ordenada la cocina.
08. Acomodar lo que se desordena ni dejar las cosas tiradas.
09. No meterse donde no le llaman… ni en asuntos del trabajo del otro.
10. Ni Gary, Ni Tracey sin Ash presente o Ni Dawn, ni May, sin Misty presente. = regla rota por ash
Pero aún así, Ash ya había roto una… para colmo de males, la regla que él mismo impuso, para evitar que Gary y Tracey entraran a la casa sin que él esté ahí para controlarlo, que también había incluido a Dawn ya May…
Ahora Misty tenía un cincuenta y cinco por ciento de la casa contra el cuarenta y cinco por ciento que tenía Ash, y el marcador de convivencia marcaba entre la paz y la guerra, un punto para cada uno…
¿Qué pasara de aquí en más? ¿Por qué todos saben que Ash y Misty están separados por una cruel mentira, menos ellos? En este capítulo lo sabrán….
...............
Esa mañana, la joven pelirroja se levantó de muy buen humor, se cambió, y fue a preparar su desayuno. Cuando entró a la cocina, vio a Ash con delantal, su gorra dada vuelta sobre su cabello oscuro, y guantes de hule, limpiando el desastre que -la noche anterior- había ocurrido.
—¿Qué haces? - le preguntó acercándosele, Ash solo la miró y sonrió.
—¿Creo que eres tú la que me dijo ayer "se dice buen día"? —Levantó una ceja ante la cara de la pelirroja que aún mostraba confusión, esta le afirmó con la cabeza, asi que Ash Siguiente — Buen día Misty, estoy limpiando el desorden que hice ayer, reglas siete y ocho… No quiero perder más porcentaje de ocho la casa —rió nervioso.
-¡Como quieras! —Respondió ésta con algo de miedo, ya que le parecía algo difícil de creer. Aún así, se quedó viéndolo.
—¿Vas a preparar tu desayuno? —Él aún veía la cocina, que brillaba de limpia— Esto ya está, así que me voy a ir a bañar —la miró y le sonrió—. Yo ya desayuné… —se fue de la cocina, dejando a Misty parpadeando de lo increíble que parecía todo esto. Sacudió su cabeza, se preparó su desayuno y se sentó a comer tranquilamente su desayuno.
—Vaya —exclamó— eso si fue raro…
Tras lavar lo que ensució, iba de regreso a su habitación cuando sonó el teléfono de la casa.
- Hola —una voz conocida sonó para Misty— ¡Señora! —Sonrió— ¿Cómo está? ... Si quiere hablar con Ash, él se está… —el rostro de Misty se puso pálido— ¿Con… conmigo? ¿Para qué? ... Está bien ... Voy ya mismo para pueblo Paleta… —Misty dejó el tubo del teléfono, muy confundida - ¿Para qué… querrá verme Delia?
—¿Qué con mi madre? —Preguntó Ash entrando a la cocina, vistiendo con una camisa celeste, y una corbata azul marino, colgó el saco azul oscuro sobre el respaldo de la silla y miró a Misty que no lucía muy bien.
—Es que… —lo miró agitando su mano— ella quiere verme… —Ash la miró con una ceja alta, extrañado de que su madre quisiera ver a Misty—. No tengo ni idea, si vas a preguntarme, para que quiere verme —Ash asentó con su cabeza— Como no tengo ni idea… creo que me iré a cambiar —pasó por su lado— y me iré a pueblo Paleta ahora mismo.
—Pero, ¿no tenías que ir…? —La miró, ella le regresó la mirada.
—Con Gary aún estoy molesta —frunció el ceño—. Si pregunta por mí… —pensó un minuto y respondió—, dile que me mori…
—Entonces —Ash sonrió—, ¿Puedo decir que te envenene? —Con una sonrisa que se cubrió con la mano.
Misty lo miró, pero recordó que no podía pegarle— Hazlo que quieras Ketchum… —subió haciendo mucho ruido con sus pisadas en los escalones.
—¡Vas a romper las escaleras! —Le gritó.
—Es la escalera o tu cara… ¿Qué prefieres? - le respondió cuando llegó a la puerta de su habitación
—Prefiero la escalera, sin lugar a dudas —tomó el saco y se lo colocó—. Ésta está cada día más loca… —tomó la llave con la letra A que había en una repisa y salió de la casa, con dirección a la oficina.
Misty estaba en su cuarto, revisando si en su cartera tenía lo necesario para salir, sentada en su cama miró a su alrededor, todo lucía impecable.
—Bueno Misty, vamos… Aunque me pregunto, ¿qué será lo que Delia querrá decirme?… Su voz sonaba muy preocupada —se paró y colocó su cartera en el brazo—. Ya veremos…
Misty se encaminó a pueblo Paleta, muy pensante, hace tiempo que no la veía… Lo que sabía de esta señora, había sido de boca de su hermana mayor, Daisy, la cual pasaba mucho tiempo con Delia, desde que solía visitar a Tracey en el pueblo…
Es decir, eran muy amigas… Aunque la verdad le daba mucha intriga, que ellas dos estuvieran tan de amiguitas. Bueno, ellas han logrado convencerlos de que habitaran la casa que ganado porque supuestamente la iban a perder. Algo raro se estaba tejiendo en pueblo Paleta. Apresuró sus pasos hacia la parada del autobús que la llevaría a ciudad Verde, sin poder contener su curiosidad.
...
Mientras tanto, Ash llegó a la oficina donde fue recibido por una May no muy contenta, su mirada lucía algo afligida por la escena de ayer a la tarde noche… Ash la miró y le sonrió.
—Bueno May… ¡Cambia esa cara! —May lo miró molesta— ¡Te llevaré a comer esta noche!
—Pero Dawn… —susurró algo preocupada—, no quiero que pelees con ella…
—No pelearé con Dawn… —puso el puño cerrado en el pecho, como cuando prometía algo—. Te di mi palabra y eso haré…
—Gracias Ash —respondió apenada y éste ingresó a su oficina…
—Bien —festejó May con su puño frente a ella—. Vas a caer a mis pies Ash… aunque tenga que eliminar a Dawn del camino.
...
Regresando a Misty, ésta ya había llegado a ciudad Verde y había tomado un taxi para dirigirse a la casa a las afueras de pueblo Paleta. Era pasada la hora de almuerzo, cuando llegó al pueblo, fue recibida por una señora alta de cabello castaño, la cual al verla ahí parada se abalanzó sobre ella para abrazarla. Luego, la jaló hacia adentro, dejando a la pobre pelirroja muy confundida.
—¿Qué pasa? —Le extrañaba ese comportamiento ya la vez, se notaba que pasaba tiempo con su hermana, ya se estaba pareciendo a ella. La llevó hasta el sillón y ahí la hizo sentar… Corrió a la cocina y trajo una bandeja con galletas, una tetera y dos tazas, colocó una delante de Misty y la sirvió… Hizo todo tan rápido, que Misty no tardó en darse cuenta que algo no andaba nada, pero nada bien—. Delia… no me asusté. ¿Qué sucede?
La mujer la miró algo nerviosa, luego sirvió su taza, y dejó la tetera para tomar una galleta— Come Misty… las hice esta mañana —la pelirroja tomó una galleta pero no estaba muy convencida de la actuación de Delia…
— Gracias pero..¿Para qué quería verme? —Preguntó acomodándose, al tomar su taza de té.
—Misty, hija —su voz se oyó pausada—, no sé cómo decirte esto… pero con tu hermana sabemos toda la verdad…
—¿La verdad de qué? —Preguntó confundida apoyando su taza sobre el platillo de porcelana.
—De por qué Ash y tú dejaron sus planes, porque tú y él están peleados…
—Ah, al fin saben… —suspiró Misty, bajando la cabeza—, fue doloroso enterarme de eso.
—¿Lo sabes? —Exclamó Delia sumamente sorprendida— Vaya, sabía que eras fuerte Misty, pero soportar una mentira asi de grande…
—Por supuesto que es mentira… —apoyó la mano en su frente—. Nunca creí posible que Ash pensara que soy una cualquiera…
—Bueno, sabes que la culpa no es de él, Ash se dejó llenar la cabeza por Dawn… —la pelirroja sacó la mano de su frente sumamente atónita—. Ella y Gary son los únicos culpables aquí.
—¿Cómo dijo? —Preguntó estupefacta— ¿Qué tiene que ver Dawn y Gary, en qué Ash y yo nos hayamos peleado?
—Bueno —la señora Ketchum comenzó a sentirse algo incomoda—, bueno hija, ya lo dije, no puedo retractarme. Ambos fueron manipulados por Gary y Dawn para que se pelearan…
El rostro de la pelirroja fue invadido por una extraña mezcla de sentimientos. Por un lado, se sintió estúpida por ser engañada; por el otro, se sintió alegre, porque Ash no pensaba realmente eso de ella. Y se sintió llena de ira contra los tres… Dawn por decir esas cosas, de Ash por creerlas… y de Gary por aprovechador…
—Misty —Delia se sentó a su lado y la abrazó—, no aguantaba más. Mi hijo no escucha nada que mencione tu nombre y no creí que fuera bueno, seguir ocultándoselos. Me estaba convirtiendo en cómplice de ellos, y yo —tomó las manos— yo te quiero como una hija Misty… y lo sabes…
—Si, pero.. Y-yo - apretaba sus ojos para no llorar— ¿Por qué lo hicieron así? —Miró a Delia con un deje de tristeza en su mirada— ¿Por qué nos envolvieron en sus mentiras? A eso no le puedes llamar amor, si amas a alguien… —apoyó las manos en el pecho—, solo quieres verlo feliz, aunque sea lejos de ti…
—Ellos tienen un concepto distinto. Pero… —miró a Misty sumamente confundida, la joven pelirroja se sonreía para sí misma— ¿Qué sucede?
—Es decir, se reían a mis espaldas, todos —tomó una galleta—. Está bien… ahora conocerán venganza.
—Misty, eso no es bueno —susurró la señora alzando sus cejas preocupada.
—Lo sé —se tomó su té—, ¿me podria servir mas? —Le sonrió—. Hablemos de otra cosa, quitemos esto por un momento - Delia la miró confundida -más aún de lo que estaba- se paró, sirvió la taza de Misty y volvió a su asiento—. Gracias…
—Bueno —sonrió Delia—, aquí todo ha estado tranquilo, ¿Qué tal tu vida?
...
Volviendo a la oficina…
Gary estaba algo inquieto… salía y entraba a cada rato de su oficina. En una de esas, Ash salió con unos papeles para May cuando lo vio…
—¿Perdiste algo? —Le preguntó con un desdén.
—¿No viste a Misty? —Miró su reloj— Llevo tiempo esperándola.
—Ah, la maté está riéndose, aunque claro Gary no tomó eso de buena manera.
—¿Cómo que la mataste enano en idiota? —Casi iba a golpearlo, cuando Ash sonrió.
—Eso me dijo que diga, cuando preguntaras dónde estaba… —Gary se detuvo confundido—. Ella está en pueblo Paleta con mi mamá… —la cara de Gary se transformó rotundamente— y no tengo ni idea para que la quería, así que… permiso —se retiró a su oficina nuevamente…
Era la hora de salida, May acomodaba unos papeles, cuando Ash salió listo para marcharse, se detuvo frente a ella y le dijo— Paso por ti a las nueve de la noche…
—Está bien Ash —sonrió—. Nos vemos… a las nueve.
Cuando Ash salió, vio ingresar a Misty, sumamente furiosa; pensó para sí que algo no andaba bien, así que la detuvo…
—¿Estás bien? —Ésta le sonrió.
—Por supuesto, muy bien, perfectamente ... solo voy a ver a mi amadísimo novio ... —dicho eso, Ash se molestó tanto que la dejó ir sin más ...
Misty subió, llegó hasta las oficinas, y comenzó a llamar en voz alta el nombre de Gary, éste salió algo asustado, para ser recibido por un gran beso apasionado de parte de su novia.
—¿Misty, ¿estás bien? —Le preguntó, pero ésta lo tomó de la corbata y lo volvió a besar
—Estoy muy bien amor… muy bien… —Misty notó la presencia estática de May ahí, le sonrió, y de la corbata ingresó a Gary a su oficina.
—Vaya que está loca esta chica —susurró May para sí misma—. Bueno, mejor me preocupo en que me pondré esta noche habló toda emocionada.
El señor Ketchum, mientras tanto, se había juntado en un café con Dawn, para contarle sus planes de esa noche. Para sorpresa de Ash, Dawn tomó muy bien el tema de su cena con May
—¿Lo dices en serio? —Preguntaba confundido ya la vez muy sorprendido de la reacción de su novia.
—Si cariño, no tengo porque oponerme, son amigos —sonrió—. Además tengo mucha confianza en ti… y aquí la pondré a prueba —cerró los ojos, para beber de su café—. Así que reúnete con ella y pásenla bien.
—Gracias Dawn —tomó su mano—, por eso me alegra tenerte conmigo, tú me entiendes a la perfección… —Dawn apoyó su mano sobre la de Ash.
—De nada Ash —sonrió—. Igualmente, esta noche tengo un pequeño problema…
—¿problema? —Preguntó confundido soltando la mano de Dawn.
- Si… me reúno con un amigo, para arreglar un problema que afrontamos…
—¿Es grave? —Ash tomó de nuevo la mano de su novia, preocupado— ¿Qué pasa?
—No, Ash, cálmate —ella lo miró y él también lo hizo algo confundido—. Todo estará bien… Si todo resulta bien… te lo contaré… no quiero arruinar la sorpresa.
—Bueno, está bien —respondió Ash volviendo a recuperar la postura.
—Confía en mí —le sonrió— ¿Cuándo te he mentido yo?
—Nunca… —Ash suspiró a decirle esa palabra; ya que en el fondo, realmente deseaba que si le hubiera mentido. Pero esos pensamientos que lo invadieron de golpe, hicieron que se levantará algo asustado.
—Ash, ¿estás bien? —Preguntó Dawn también levantándose de su silla.
—No sé —metió la mano en su chaqueta, sacó dinero y se lo dio a Dawn—. Toma, pága el café. Realmente, creo que no estoy bien… ofrecimiento algo confundido y mareado -. Mejor me voy ...
Dawn se volvió a sentar confundida, apoyo los codos en la mesa y lo vio alejarse de ahí— Vamos a tener que volver a ponernos a trabajar, Gary…
...
Volviendo a la oficina, Misty salía besando su mano, la cual, luego agitó en el aire con el ceño fruncido…
—Mi… Misty —susurró con miedo May, al ver el estado de la pelirroja—, ¿pasó algo?
—¿Por qué no le consigues una bolsa de hielo al señor Oak? La va a necesitar… —le sonrió— Nos vemos mañana, si es que tengo ganas de venir a trabajar… ¡Dos días, dos peleas! No soportaré más… —acomodó su bolso en el hombro, se acercó al ascensor, y descendió por él hasta llegar a la planta baja para salir del edificio.
Salió tan apurada, que se llevó por delante a una persona y cayó al piso.
- ¡Rayos lo que me faltaba!
—Bueno, es fácil —le dijo la voz conocida para ella—, presta más atención —le extendió la mano para levantarla, pero ésta no quiso aceptarla—. Bueno Misty, como quieras, quédate en el piso —se alejó de ella.
—¡Ash espera! —Le gritó y éste se detuvo— Ayúdame por favor… —le pidió, estirándole la mano.
—Bah —se acercó y la miró de reojo—, ¿Por qué nunca acepta la ayuda a la primera?
—Sabes que soy muy terca —respondió cuando Ash la levantó del suelo—. Gracias…
—De nada… —Misty se sacudió y se adelantó— Oye… —Misty se detuvo y volteó con su ceja derecha alta—. ¿Vas a casa? —Ésta le afirmó con la cabeza— Bueno —se acercó hasta ella—, ¿Vamos juntos?… Claro si no te molesta…
—Como- quieras volvió a dirigir su mirada al frente, y ambos caminaron hacia el transporte que los llevaría hasta su casa en total silencio, ya que ninguno de ellos hablaba. Cuando bajaron del transporte, aún seguían es un tenebroso silencio. Aunque ahora, la mente de Misty estaba procesando tanta información, que lucía aturdida por sus pensamientos, sobre todo después de hablar con Delia— « Y si esto no pasaba » pensó en ese momento. « Él y yo… estaríamos así… yendo a nuestra casa. Juntos, tal vez de la mano, tal vez abrazados… ¡Rayos ! » —Apretó sus puños…
-¿Oh? —Ash la miró— ¿Sucede algo? —Ésta lo miró nerviosa, y le negó con la cabeza—. Pareciera que sí, bueno… —se adelantó y abrió la puerta de su casa—. Pasa… —le indico.
Aunque a Misty le extrañó el comportamiento amable de Ash, ingresó a la casa, sin darle tiempo, al joven de preguntarle algo, puesto que corrió escaleras arriba, para escabullirse tras la puerta de su habitación.
—Definitivamente, ésta hoy no está bien… —colgó su llave en el estante correspondiente— Tengo que ir a bañarme y cambiarme, debo ir por May a las nueve… —subió de a dos escalones y se perdió tras la puerta de su habitación.
...
Más tarde, salió cambiado de su habitación, una camisa beige, pantalón oscuro lucía muy elegante para el acostumbrado Ash, apresuró su paso hacia la sala; se fijó que todo estaba en orden, se dirigió hacia la puerta, tomó llave y salió de la casa en busca de mayo…
Cuando pasó por la joven de Petalburgo, ella esperaba en su departamento con un vestido rojo hasta las rodillas sin mangas… Dio un giro ante Ash con su vestido.
—¿Qué tal? —Preguntó apenada.
—Bonito atuendo —respondió Ash con un poco de nerviosismo…
—¿A dónde iremos? —Preguntó toda emocionada.
—Iremos a comer… ¿te parece bien?
- Me parece excelente chillo toda emocionada, cuando Ash colocó el brazo en posición para que ella lo tomara—, vamos…
Ambos tuvieron una cena muy tranquila, hablando de todo un poco, más bien, ambos pozos sin fondo, se comieron todo. Es decir, en su mundo, la pasaron demasiado bien…
Ash llevó a May hacia su departamento nuevamente, allí se despidieron, aunque May estaba algo apenada. Ash la miró confundido, inclinando un poco su cabeza— ¿Pasa algo? —Le preguntó a su amiga preocupado.
—Ash —May jugaba con sus dedos, sonrojada—, ¿puedo darte un beso en la mejilla? —Ash se ruborizó un poco—. Mira que si no quieres…
—Es solo un beso —sonrió—, hazlo —May sonrió, se acercó a la mejilla de Ash, y cuando iba a darle un beso, se tropezó accidentalmente y terminó, besándolo en los labios.
Ésta toda apenada ingresó a su estado dejando a un Ash petrificado. May se apoyó en su puerta desde adentro, colocando dos dedos de la mano derecha sobre su boca, sonrió y se alejó de la puerta.
Mientras Ash, miraba la puerta en un cuadro de shock absoluto— Adiós May… —movió su cabeza, para salir del trance y miró su reloj—. Faltan quince minutos para las once de la noche. Su mente le hizo acordar la regla número tres— ¡Avisar!… ¡Oh cielos!
...
Mientras en la casa a las afueras de ciudad Celeste, la joven pelirroja, líder del gimnasio local, estaba en el sillón de la sala haciendo dibujos en su cuaderno…
—Bien Ash Ketchum —trazando una línea en su cuaderno—, regla número tres rota… —sonrió dibujando una línea vertical en un círculo que parecía ser un ahorcado con el nombre Ash señalado con una gruesa línea—. Es decir, que ya tengo un sesenta por ciento de la casa —miró el reloj, el cual marcaba ya las doce de la noche—. Con esto, quiere decir que pasaste la noche, fuera de casa. Regla cuatro —sonrió una vez más—, rota —hizo otra línea diagonal desde la línea vertical y luego traza una línea sobre la cuarta regla— ¡Qué bien, ya tengo sesenta y cinco por cierto!
En eso, se escuchó un ruido de llaves que intentaban abrí la puerta, la cual estaba con tres pasadores del lado de adentro.
—Oye… —gritó Ash golpeando la puerta—, sé que estás ahí… ¡Abre la puerta! —Volvió a golpear.
—Tarde, señor Ketchum —cerró el cuaderno y lo apoyó con las manos cruzadas contra su pecho—, son las doce del día tres de convivencia,no habiso de su salida fue el día dos, es decir…
—Si lo sé —golpeó de nuevo—, rompí la regla de avisar si llegaba tarde… —volvió a golpear.
—No solo eso, pasó el cambio de día fuera de la casa. Es decir…
—¡Rayos! —Maldijo interrumpiéndola— Rompí dos reglas esta noche…
—Así es Ketchum… —sonrió acercándose a la puerta para quitar los pasadores—, es decir —quitó el primero—, que ahora solo le queda un treinta y cinco por ciento —quitó el segundo— así que debería tener más cuidado —quitó el tercero y Ash entró furioso a la casa.
—¡Maldición, ya esto me tiene harto! No voy a quedarme sin mi casa, solo porque a ti se te ocurre quitarme porcentaje. ¡La mitad de la casa es mía! —Se dijo indignado— ¡te guste o no te guste!
—Debo con un tono muy tranquilo— recordarte —le enseñó la hoja firmada—, que tú firmaste en acuerdo a las reglas aplicadas.
—¡Solo te salvas porque tienes ese papel! —Le gritó aún ofuscado por su. Situación
—¡Oye! - ya su tranquilidad se fue al diablo— ¡No me grites o te golpearé!
—¡Vamos hazlo! —Le insinuó— ¡Contacto físico, regla uno, me tocas, tengo toda la casa para mí!
—Nadie dijo que para golpearte necesito tocarte con mi cuerpo - tomó el cuaderno y se lo reboleó, golpeándole en la frente.
—Oye… - gritó furioso.
—La próxima te quedas afuera —lo amenazó, subiendo las escaleras de manera muy brusca.
—¡Rayos! —Protestó frotando la mano contra la frente— En estos cinco años no cambió nada… Sigue siendo la misma bruta —bufó, cuando vio el cuaderno tirado en el piso—. Con esto me pegó —lo levantó, era un cuaderno blanco y celeste, y había caído abierto, así que se encontró con lo que Misty escribía—. Pero —exclamó sorprendido—, como… —en eso la dueña bajó.
—Oye Ash… mi… —lo vio con el cuaderno y corrió a él, para quitárselo— ¡Oye!… ¿Quién te dio permiso para leerlo?… Recuerda la regla dos… "Nada de husmear las cosa de los demás" ahora te quedan solo treinta —apresó el cuaderno entre sus brazos frente a ella.
—Te recuerdo señorita Misty, que las cosas no hay que dejarlas tiradas por ahí… Regla —trató de recordar el número—, ¡ocho! Así que no perdí nada… —siguió de largo hacia las escaleras… y se desapareció tras su puerta.
Misty miró furiosa hacia las escaleras.
—Guerra 2 - Convivencia 1
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