•Cap 8•
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-¿Cómo pudiste? ¡Empiezas a colmar mi paciencia niño!-
Luego de aquello en el torneo, Elinor arrastraba a su hijo hasta el cuarto de bordado, tirándolo de su brazo mientras TN también los seguía al querer hablar la mujer con ella.
La chica miraba la escena nerviosa, jugando con aquel dije de madera en su cuello como un tic para calmar sus nervios.
-¡Tu eres la que me obliga!-Se defendía Merid una vez lo soltaba al entrar al cuarto
-Nos humillaste, ¿comprendes? ¡Y también a mí!-
-¡Obedecí las reglas!-
-No sabes lo que has hecho-Mencionaba molesta su madre mientras cerraba la puerta de golpe
-¡Nunca te interesa lo que yo..!-
-¡Habrá fuego y espadas si no puedo corregir esto!-Diría la mujer interrumpiendolo
-¡Solo escucha!-
-¡Yo soy la reina! ¡Tú, tienes que escucharme!-Demandaba la mujer cuando escuchaba la voz de la joven
-M-mi señora, con todo respeto..-Antes de poder calmar la situación, la reina le interrumpía mientras volteaba a verla
-¿Sabías de esto?-
-No, mi señora-Negaba algo nerviosa al verla acercarse molesta, mientras ella bajaba la cabeza
-¡Deberías de saberlo con la cantidad de tiempo que pasan juntos! ¡Sí te permito estar con él, es para mantenerlo vigilado!-
-¡Ella no tiene nada que ver!-Defendía a la chica Merid, molesto de que la tratara así
-¡Ella es mí sirvienta, yo soy quien da las órdenes!-Diría su madre volteando a verlo
-¡No es apropiado que una sirvienta esté con un príncipe!-
-¡Ahhg! ¡Esto no es justo!-Diría el chico golpeando una mesa a su lado
-Ja, ¿cómo dices?-
-¡Jamás quieres apoyarme!-Diría el chico mientras sacaba una espada
-Este matrimonio es lo que tú quieres. ¿Te has preguntado lo que yo quiero? ¡No! Lo único que haces es decirme que hacer, o que no hacer-
Explicaba como se sentía mientras caminaba de un lado a otro balanceando la espada mientras su madre lo veía al igual que TN mientras estaba algo tensa.
-¡Tratas de hacerme como tú! Es que, ¡no pienso ser igual que tú!-
-Ahg, actúas igual que un niño-Se quejaba su madre, provocando la furia en su hijo
-Y tú eres un.. ¡Monstruo! ¡Eso es lo que eres!-Diría Merid acercándose al tapiz que estaba haciendo de la familia, apuntándole con la espada a este, provocando que su madre jadeara de miedo
-¡Merid!-
-Jamás voy a ser como tú-Diría este cesgado por la furia mientras clavaba la punta en el tapiz, justo en medio de él y su madre
-¡No, ya basta!-
-¡Merid, no!-También intentaba frenarlo su amiga
-¡¡Moriría antes de ser como tú!!-
Este cortaba sin pensarlo el tapiz, separándo a su madre de él, por lo cual Elinor abría su boca soltando un jadeo sorprendida y en shock, mientras Merid la miraba serio.
Ante esto, el rostro de su madre pasaba a ser rojo de la furia, mientras se acercaba a pasos pesados.
-Merid. Eres un príncipe-Diría esta quitandole la espada de su mano para lanzar la lejos
-Y ahora, ¡Espero que actúes como tal! ¡Si es necesario, no volverás a ver a TN! ¡Me aseguraré de alejarla del reino para que jamás vuelvas a verla!-
-¡Mamá!-
-¡Majestad, por favor no!-Suplicaban ambos al escuchar de lo que podía ser capaz
Esta sin responder, le quitaba con fuerza el arco a Merid de su cuerpo, para acercarse al fuego y lanzarlo a las llamas.
Ambos jóvenes se quedaban sin aliento, mirando el arco quemarse. TN cubría su boca ante la amenaza, mientras que Merid sentía que su alma salía de su cuerpo, ya que ese arco era demasiado importante para él, no solo porque siempre lo usó, sino porque era el regalo que su amada tanto se había esforzado por darle para hacerlo feliz, entendiendo que esto solo era una muestra de lo que era capaz de hacer su madre para que él actuara como ella quería.
Merid miraba a su madre con lágrimas en sus ojos, negando mientras retrocedía, para luego tomar la mano de TN y correr con ella saliendo del cuarto.
-¡Merid!-Al verlo abrir la puerta y salir arrastrando a TN, volvía a llamarlo molesta
-¡Merid!-
Sus pensamientos se Interrumpían, cuando escuchaba el sonido de la cuerda romperse por el fuego, reaccionando a lo que había hecho.
-Ay, no-Esta rápidamente sacaba el arco con un fierro, para ver este ya quemado y con la cuerda rota
-Oh no... ¿Qué hice?-
Se preguntaba a si misma, mientras la culpa la dominaba al asomarse lágrimas en sus ojos, por lo cual cubría su rostro con sus manos, llorando en el suelo de la habitación, junto al fuego y el arco que su hijo tanto amaba y cuidaba.
(...)
-Merid, Merid por favor cálmate-Diría TN mientras este la arrastraba hasta los establos, estando la joven preocupada al verlo en ese estado
El chico no le respondía, mientras al llegar al establo, Merid la cargaba para subirla en Angus, mientras él subía delante de ella, tomando las riendas de Angus para hacer que comenzará a correr fuera del castillo.
-Merid, ¿a donde vamos?-
-¡Lejos de aquí, no puedo permitir que ella te aleje de mí!-Diría este mientras el caballo los conducía al bosque
TN miraba preocupada a Merid, notando que tenía lágrimas en sus ojos, por lo que mientras lo abrazaba para no caer, también lo hacía para intentar darle su apoyo.
Pero mientras más avanzaban al bosque, algunas ramas casi los golpeaban y aún así, Angus no se detenía. En cierto momento, el caballo veía algo que lo asustaba, por lo cual frenaba de golpe, provocando que ambos chicos terminaran por ser lanzados del caballo, y cayeran al suelo.
-¡Angus!-Regañaba Merid a su caballo mientras lo escuchaba relinchar, sin parecer querer acercarse
Este volteaba a ver a donde TN había caído, notando que está se sentaba y miraba su tobillo, por lo cual se levantaba lo más rápido que podía, para ir hasta ella.
-TN, ¿estás bien?-Preguntaba preocupado mientras se agachaba a su lado
-Si, solo.. me duele el tobillo-Murmuraba apenada mientras este tocaba su tobillo derecho
-Debió ser por la caía-
-No está torcido, pero es mejor que no camines por ahora-Murmuraba Merid para ayudarla a levantarse, rodeando su cintura con un brazo mientras colocaba su brazo al rededor de su cuello
Al mirar ambos en donde estaban, notaban que se encontraban en el centro de un círculo de piedras, todas de diferentes tamaños, pero que extrañamente parecían ser pilares, asumiendo que esto era lo que había asustado a Angus.
-¿Qué es este lugar?-Murmuraba TN confundida, mientras Merid la alzaba
-No lo sé...-Respondía igual de confundido, hasta que ambos escuchaban algo familiar
Al girarse, veían un pequeño fuego azul brillante, que emitía pequeños susurró agudos, mientras dos pequeños brazos los llamaban a que lo sigan.
-Una.. luz mágica-Reconocía TN mientras Merid se acercaba
Una vez que intentaba tocarlo, la luz mágica desaparecía, sorprendiendo a ambos, cuando más luces mágicas aparecían, formando un camino que querían que ellos siguieran.
-Síguenos Angus-Pedía Merid volteando a ver a su caballo, pero este se escondía detrás de una roca negando
-¡Angus!-
Como este no le hacía caso, soltaba un suspiro mientras TN silbaba para llamar al caballo.
-Ven aquí amigo, necesito que me ayudes-Diría logrando hacer que fuera con ellos, aunque rodeando el circulo de rocas, para quedar al lado de TN quien le daba caricias y un beso en su cabeza como recompensa
-Ay, gracias gran caballero-
-Si, si, gracias-Diría Merid entrecerrando sus ojos serio para ayudar a TN a subir en Angus y evitara caminar por seguridad de su tobillo
-Ahora vamos-
-Okey, señor celoso-Diría la joven dando una risa, mientras avanzaba junto a Angus, dejando al pelirrojo atrás
-Caballo suertudo-Murmuraba entre dientes el chico, apurándose para alcanzarlos, y los tres poder seguir a las luces que los guiaban a alguna parte
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Celoso de un caballo, me encanta HAKDJAKSJAKSJ.
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