•○°-Capitulo 21-°○•

[Narrador/a POV]

Victim miró a Smith con una mezcla de incomodidad y curiosidad. Aunque se había abierto a la idea de pasar tiempo con él, no podía evitar sentir que algo no estaba del todo bien. ¿Por qué Smith quería recuperar esa vieja amistad? Después de todo lo que había pasado, ¿era tan fácil volver a ser como antes?

Smith parecía ver sus dudas, y aunque mantenía una sonrisa en su rostro, sus ojos traicionaban una nostalgia profunda.

—Lo sé, Victim. Sé que todo esto puede parecer raro, pero… no quiero perder lo que tuvimos. —dijo, sus manos aún en los hombros de Victim, como si tratara de transmitirle su sinceridad.

Victim se apartó ligeramente, mirando a Smith con una expresión que denotaba confusión.

—No sé qué pensar de todo esto, Smith. Las cosas ya no son las mismas. —respondió, casi como una murmuración, mirando al suelo.

Smith suspiró, entendiendo lo que Victim quería decir.

—Lo entiendo, Victim, y no quiero presionarte. Lo único que quiero es que volvamos a ser amigos, como antes. Sin expectativas, solo... eso. —dijo, tratando de hacer entender que su intención no era apresurarlo.

Pero en lo más profundo de su corazón, Smith sabía que no solo quería ser amigo de Victim. Quería algo más, algo que había perdido hacía tiempo. Y mientras lo miraba, su deseo de recuperarlo todo lo embargaba.

Victim, aunque no lo dijo en voz alta, sentía una mezcla de culpa por lo que había hecho con Orange y algo de miedo a lo que Smith podría esperar de él. Pero también, por alguna razón que no entendía completamente, su corazón no dejaba de latir más rápido cada vez que Smith estaba cerca. Tal vez era el recuerdo de aquellos tiempos juntos, o tal vez era la idea de que las cosas no podían simplemente volver a ser como antes, pero no pudo evitar sentir algo por él.

—No sé si puedo prometerte que todo será igual, Smith… —murmuró, mirando su rostro, tratando de decidir si estaba dispuesto a intentar revivir lo que habían tenido.

Smith parecía satisfecho con lo que Victim había dicho, asintiendo lentamente, como si hubiera esperado esa respuesta.

—No te pido que todo vuelva a ser igual, solo… que me dejes estar cerca de ti, y que podamos volver a compartir tiempo. Sé que puedo hacerte sonreír de nuevo, como lo hacía antes. —dijo, su tono un poco más suave, como si le ofreciera una parte de sí mismo que había guardado durante tanto tiempo.

Victim lo miró por un largo momento, la expresión de Smith mostraba vulnerabilidad, algo que no había visto en él en mucho tiempo. Algo en sus ojos hizo que Victim se sintiera un poco más tranquilo, pero también más inseguro. ¿Qué significaba todo esto? ¿Estaba realmente preparado para enfrentar lo que implicaba esta cercanía con Smith después de todo lo que había pasado con Orange?

—Tal vez... tal vez podríamos intentar vernos más a menudo, pero solo como amigos. No prometo que sea fácil, ni que volveremos a ser lo que fuimos, pero... por ahora, eso suena bien. —respondió Victim, sin poder evitar sentirse un poco más aliviado por expresar sus pensamientos.

Smith sonrió, una sonrisa genuina que hizo que Victim sintiera que tal vez, solo tal vez, las cosas podrían ser diferentes. Pero, por dentro, Victim sabía que había algo en él que seguía sin estar resuelto. Algo que aún lo ataba a Orange, y no sabía cómo podría solucionar esa tensión en su corazón.

—Gracias, Victim. Eso es todo lo que necesito, por ahora. —dijo Smith, con una voz llena de gratitud, aunque su mirada seguía siendo un tanto esperanzada.

El ambiente entre ellos se tranquilizó por un momento, pero Victim no pudo evitar mirar hacia donde Orange y los demás estaban, preguntándose si había hecho lo correcto. ¿Había sido justo para todos? ¿Podía seguir adelante sin causar más dolor?

Mientras tanto, Orange desde la distancia los observaba, su mirada fija en Victim y Smith. Había algo que no le gustaba de esa cercanía, pero también sabía que no podía evitarlo. Después de todo, Victim ya no le pertenecía, no de la forma en que él deseaba. Aún así, el sentimiento de incertidumbre no se iba, y la duda comenzaba a invadir su mente. ¿Realmente estaba listo para dejarlo ir?

---

Orange se mantuvo observando desde la distancia, sus ojos fijos en la manera en que Smith hablaba con Victim, en cómo sus manos se posaban con familiaridad sobre sus hombros, en cómo su expresión se suavizaba solo para él. Algo dentro de Orange ardía con fuerza. No era enojo exactamente, tampoco celos… o al menos, eso intentaba convencerse. Pero la sensación de que alguien más intentaba llevarse a Victim, alguien que había aparecido de la nada y quería recuperar algo que él mismo había dejado ir, lo carcomía por dentro.

No podía quedarse quieto.

Antes de que pudiera pensarlo demasiado, ya estaba caminando en dirección a Victim y Smith, su rostro serio, su cuerpo emanando una presencia que no se podía ignorar. Victim, al notar su llegada, parpadeó sorprendido, mientras que Smith simplemente le lanzó una sonrisa confiada, como si estuviera esperando que Orange hiciera algo.

—¿Qué haces aquí, Orange? —preguntó Victim, sin entender del todo por qué se veía tan… tenso.

Orange ignoró la pregunta y se colocó justo al lado de Victim, su cercanía casi territorial. No miró a Smith al principio, simplemente llevó una mano al hombro de Victim, como si con ese simple toque estuviera dejando claro algo que no necesitaba palabras. Victim se puso rígido, sin saber qué hacer con la repentina actitud de Orange.

—¿Desde cuándo necesitas que alguien más te diga con quién pasar el tiempo? —la voz de Orange salió firme, pero con una calma contenida. Smith levantó una ceja, cruzándose de brazos con aire burlón.

—No necesito decírselo, simplemente se lo propuse. No veo el problema en que quiera recuperar nuestra amistad. —respondió Smith, sin apartar la mirada de Orange.

—¿Recuperar? ¿Después de cuánto tiempo de haberlo dejado atrás? —Orange por fin le miró directamente, su tono ahora goteando un matiz de desafío. Smith no se inmutó, pero Victim sintió la tensión en el aire aumentar.

—No creo que esto sea asunto tuyo, Orange. —Smith sonrió con calma, aunque su mirada decía otra cosa.

Orange dio un paso adelante, reduciendo la distancia entre él y Smith.

—Claro que lo es. —su tono fue más bajo, más peligroso—. Porque Victim es mío.

El silencio que siguió fue espeso.

Los ojos de Victim se abrieron un poco por la sorpresa, su rostro encendiéndose involuntariamente. Smith, por otro lado, soltó una pequeña risa, pero había un filo en su expresión.

—¿Mío, dices? —repitió Smith, con diversión.

Orange no dudó.

—Sí. —y sin dar tiempo a que nadie reaccionara, tomó a Victim del mentón y lo acercó, besándolo frente a Smith, sin reservas.

Fue un beso firme, seguro, y aunque Victim estaba demasiado sorprendido para reaccionar al principio, sintió cómo su cuerpo se relajaba poco a poco. Orange no lo apresuró, pero tampoco le dio oportunidad de dudar. Le estaba mostrando lo que sentía, le estaba dejando en claro lo que ya no podía seguir ocultando.

Cuando Orange se separó, sus ojos dorados estaban clavados en los de Victim, buscando en ellos alguna señal, algo que le dijera que no estaba solo en esto. Victim, con el rostro aún sonrojado y el corazón latiendo desbocado, no pudo apartar la mirada.

Smith observó todo con los labios apretados, su sonrisa finalmente desvaneciéndose.

—Vaya. —murmuró, metiendo las manos en los bolsillos—. Así que esto era lo que pasaba.

Orange no le respondió. No necesitaba hacerlo. Lo había dejado claro con su acción.

Ahora, solo faltaba ver qué haría Victim con todo lo que acababa de suceder.

---

Victim seguía en shock. Su mente daba vueltas, tratando de procesar lo que acababa de pasar. El beso de Orange todavía ardía en sus labios, y la intensidad en sus ojos dorados lo dejaba sin palabras.

Smith, por otro lado, sonrió con incredulidad, sacudiendo la cabeza.

—Así que así son las cosas ahora, ¿eh? —su tono tenía un toque de burla, pero sus ojos mostraban algo más difícil de descifrar. Victim notó que su sonrisa era más tensa de lo habitual.

Orange, aún con su expresión seria, se mantuvo firme. No iba a retroceder, no después de lo que había hecho.

—Así son. —afirmó sin titubeos.

Victim sintió su rostro arder aún más. No estaba seguro de qué pensar, pero una parte de él no podía negar que… lo había disfrutado. Que algo dentro de él se sintió increíblemente bien al ser reclamado de esa manera.

Smith suspiró, echando un vistazo entre ambos antes de meter las manos en los bolsillos.

—Bueno, supongo que no me queda más que aceptarlo. Pero Victim… —lo miró directamente, con una expresión más sincera de lo esperado—. Si alguna vez necesitas un cambio de ritmo, sabes dónde encontrarme.

Victim sintió su pecho apretarse un poco. Smith siempre había sido alguien importante en su vida, y aunque no sabía exactamente qué sentimientos albergaba por él, la forma en que lo decía le daba la sensación de que… lo estaba dejando ir.

Antes de que pudiera responder, Smith se giró y comenzó a alejarse.

El silencio entre Orange y Victim se hizo denso. Ninguno de los dos decía nada, hasta que Victim se atrevió a romperlo.

—Orange… —su voz salió más suave de lo que esperaba.

Orange lo miró, su rostro aún tenso. Pero en cuanto vio la forma en que Victim lo observaba—confundido, pero con algo cálido en sus ojos—, su expresión suavizó un poco.

—¿Qué?

Victim mordió su labio, sin saber bien qué decir. No estaba molesto, pero tampoco sabía cómo reaccionar. Solo… su pecho latía rápido.

—¿De verdad pensaste que podías decir “es mío” y besarme así sin consecuencias? —intentó bromear, pero su voz tembló un poco.

Orange arqueó una ceja, y luego, inesperadamente, sonrió.

—¿Funcionó o no?

Victim lo miró con incredulidad antes de soltar una risa nerviosa.

—Eres un idiota.

—Sí, pero ahora soy tu idiota.

Las palabras hicieron que Victim se quedara en blanco. Orange se dio cuenta de lo que había dicho, pero en vez de retractarse, simplemente le sostuvo la mirada.

Era su manera de decirle que no estaba bromeando. Que lo quería en serio.

Victim, sin saber exactamente qué lo impulsaba, tomó una decisión repentina.

Se acercó a Orange y, sin pensarlo demasiado, le tomó la mano.

—Supongo que tendré que acostumbrarme.

El brillo en los ojos de Orange fue suficiente para que Victim supiera que había tomado la decisión correcta.

---

El aire aún se sentía tenso después de que Smith se fuera. Victim y Orange se quedaron en silencio por un momento, ambos procesando lo que acababa de ocurrir.

Fue Orange quien rompió la calma con una sonrisa burlona, cruzándose de brazos.

—Bueno, al menos Smith ya se fue. Ahora puedo dejar de fingir que era tu novio.

Victim parpadeó.

Su primera reacción fue reírse suavemente. No estaba seguro si Orange realmente creía que con esa frase iba a hacer que todo lo que acababa de pasar pareciera una broma.

Pero Victim no era tonto. Sabía que Orange sentía algo.

Tal vez Orange no lo quería aceptar aún, tal vez ni siquiera lo entendía del todo. Pero Victim sí.

Y no pensaba dejar que se saliera con la suya tan fácilmente.

Antes de que Orange pudiera decir algo más, Victim se acercó de golpe y lo tomó de la camisa, obligándolo a bajar a su altura.

Orange abrió los ojos sorprendido, pero antes de que pudiera reaccionar, sintió los labios de Victim sobre los suyos.

No fue un beso impulsivo como el de antes, cuando Orange lo había besado frente a Smith. No.

Este fue más profundo, más decidido.

Y Orange… no se negó.

No puso resistencia. No hizo ningún comentario sarcástico ni intentó alejarse.

Por el contrario, dejó que el beso sucediera, sintiendo el calor que Victim transmitía.

Cuando Victim finalmente se separó, sus ojos brillaban con una mezcla de diversión y algo más.

—Entonces… si era todo actuación, ¿por qué no me apartaste? —su tono era tranquilo, pero su sonrisa decía más de lo que sus palabras podían expresar.

Orange, por primera vez en mucho tiempo, no supo qué responder.

Se quedó mirándolo, buscando las palabras adecuadas. Pero en el fondo, sabía que no había nada que pudiera decir para ocultarlo.

Porque Victim tenía razón.

No era actuación.

Y ya no podía seguir fingiendo que lo era.

---

El ambiente entre Orange y Victim seguía cargado de tensión cuando el beso terminó. Victim aún lo sujetaba de la camisa, con esa sonrisa confiada en los labios, mientras que Orange solo lo miraba, como si intentara procesar lo que acababa de pasar.

Finalmente, Orange soltó un suspiro y se apartó ligeramente, cruzándose de brazos.

—No te hagas ideas, Victim. Solo somos amigos.

Victim arqueó una ceja y se llevó una mano a la barbilla, fingiendo pensarlo.

—¿Amigos? Claro, claro… —asintió con una expresión inocente antes de soltar una risita—. Pero con derechos, ¿no?

Orange sintió un leve calor subirle al rostro, pero rápidamente frunció el ceño.

—¡No! ¡Solo amigos!

Victim se encogió de hombros con una sonrisa traviesa.

—Ajá… lo que tú digas.

Lo que ninguno de los dos notó al principio fue el grupo de chismosos que los estaba observando desde la distancia.

Red, Yellow, Green, Blue, Purple y Second estaban amontonados detrás de un arbusto, intentando no hacer ruido mientras presenciaban la escena.

Purple, quien estaba en primera fila, tenía los ojos brillantes de emoción.

—¡Dios, lo están negando pero es TAN obvio! —susurró emocionado.

Blue asintió con los brazos cruzados.

—Orange siempre hace esto. Se hace el duro, pero ya cayó.

Red rodó los ojos.

—¿Apuestas a cuánto tarda en aceptarlo?

Yellow se ajustó las gafas con calma.

—Yo le doy dos semanas.

Green bufó.

—Dos semanas es demasiado optimista. Con lo terco que es, mínimo un mes.

Mientras tanto, de vuelta con Victim y Orange, el primero decidió aprovechar el momento y se inclinó más cerca de Orange, susurrándole al oído:

—Si solo somos amigos… entonces no te molestará si busco a alguien más con quien besuquearme, ¿no?

Orange sintió un escalofrío recorrerle la espalda y, sin pensarlo, respondió con firmeza:

—No vas a hacer eso.

Victim sonrió aún más.

—¿Ah, no? ¿Y qué vas a hacer para evitarlo?

Orange se quedó en silencio, y en el arbusto, los chismosos intentaron contener la risa.

Este juego apenas estaba comenzando.

---

Orange se quedó callado por un momento, su ceño fruncido y su mandíbula apretada. Victim lo miraba con diversión, esperando una respuesta, pero lo único que obtuvo fue un bufido de frustración.

—Haz lo que quieras. No me importa.

Victim arqueó una ceja, su sonrisa traviesa no desaparecía.

—¿No te importa? —se cruzó de brazos y ladeó la cabeza—. Entonces, si voy ahora mismo con Smith y le pido otro abrazo, ¿todo bien para ti?

Orange sintió un ligero escalofrío en la espalda, pero no dejó que su expresión cambiara.

—Sí. Adelante. Ve y abrázalo.

Victim lo miró fijamente, esperando que reaccionara, pero cuando vio que Orange se mantenía firme, decidió ponerlo a prueba.

—Está bien.

Dicho eso, Victim se dio media vuelta y comenzó a caminar. Dio solo dos pasos antes de que Orange lo tomara del brazo y lo jalara de vuelta hacia él con un movimiento rápido.

—¡Oh! ¡Mira quién sí se preocupa! —dijo Victim con una risa burlona.

Orange suspiró, claramente irritado, pero no lo soltó.

—No es preocupación. Es molestia.

—Ajá. Lo que digas.

Victim se inclinó un poco hacia él con una sonrisa aún más ancha.

—Entonces, ¿qué harás al respecto? ¿Seguirás negándolo o vas a admitir que te gusto?

Orange se quedó en silencio. No quería admitir nada. No quería darle a Victim la satisfacción de tener razón. Pero entonces, Victim hizo algo que lo desarmó por completo.

Se puso de puntillas y le dio un beso en la mejilla.

Los arbustos explotaron en gritos ahogados de emoción.

—¡Ay, no, esto está mejor de lo que pensé! —susurró Purple con los ojos brillando.

—Orange está perdiendo la batalla. —afirmó Blue con una sonrisa divertida.

Green rodó los ojos.

—Siempre pierde cuando se trata de estas cosas.

Red bufó.

—¿Cuánto apuestan a que en menos de una semana ya está besándolo sin excusas?

De vuelta con Orange y Victim, Orange estaba completamente inmóvil, su cara más roja de lo que jamás había estado.

—T-Tú…

Victim sonrió con inocencia.

—¿Qué? Solo somos amigos… con derechos, ¿recuerdas?

Orange sintió que su paciencia se agotaba. Pero en lugar de alejarse, hizo algo que ni siquiera él esperaba.

Tomó a Victim por la camisa y lo besó.

No fue un beso largo, pero fue lo suficiente para hacer que Victim se quedara en shock.

Cuando se separaron, Orange le lanzó una mirada desafiante.

—Ahí tienes. Para que no andes diciendo que no me importa.

Y con eso, se dio la vuelta y comenzó a caminar. Victim se quedó parado, completamente en blanco, mientras los chismosos detrás del arbusto entraban en pánico silencioso.

—¡¿QUÉ?! —susurró fuertemente Second, tapándose la boca con ambas manos.

—Oh, esto es histórico. —murmuró Yellow con una sonrisa satisfecha.

Purple miró a Victim, quien aún tenía los ojos abiertos por la sorpresa.

—¿Te fundiste o qué?

Victim pestañeó y, finalmente, una sonrisa lenta y encantada se dibujó en su rostro.

—Mierda… Me gusta demasiado este tipo.

---

El grupo Arcoíris no pudo esperar ni un segundo más para ir directamente a donde Victim, quien estaba aún en shock por lo sucedido con Orange. Como siempre, sus amigos no perdían oportunidad de hacerle preguntas, molestarlo y lanzarle comentarios traviesos.

Purple fue el primero en saltar a su lado, su mirada llena de emoción.

—¡¿Qué pasó?! ¡Dime todo! —exclamó, agitándolo por los hombros—. ¡Ese beso, Victim! ¡Cuéntame cómo fue!

Victim, algo atónito y con la cara roja, no podía dejar de quejarse mientras trataba de alejarse de sus amigos.

—¡Chicos! ¡Por favor! ¡No me bombardeen con tantas preguntas! —se quejó, levantando las manos como si intentara detener una lluvia de balas.

Blue se cruzó de brazos, observándolo con una sonrisa astuta.

—¿Qué? ¿Acaso no te gusta que te preguntemos? Parece que te diste cuenta de algo muy importante hoy.

Yellow también se acercó, con una sonrisa burlona en su rostro.

—¡Sí! Se nota que hay química! Ya era hora de que Orange admitiera lo que siente por ti.

Green, por su parte, no dijo nada al principio, solo lo miró fijamente, pero luego dejó escapar una risa bajita.

—No puedo creerlo. Pensé que Orange nunca se atrevería.

Red se echó a reír, mientras ponía su brazo alrededor de Victim.

—¡Ay, Victim! ¿Te das cuenta de lo que acabas de hacer? ¡Le diste el beso que tanto quería!

Victim se ruborizó aún más. No estaba acostumbrado a que todo su grupo de amigos, especialmente todos tan entusiastas, lo rodearan con tantas preguntas y comentarios. Se sentó en un banco cercano, abrazándose a sí mismo mientras trataba de procesar lo que acababa de pasar.

—Chicos, en serio… No sé qué me pasa. No sé cómo reaccionar. —suspiró.

Purple se sentó a su lado, con una expresión de total emoción.

—¡Eso es! ¡No te hagas el modesto! Estás enamorado de él!

Victim abrió los ojos de par en par y miró a Purple.

—No, no es eso... solo…

Pero no pudo continuar, porque todos los demás lo interrumpieron al unísono, lanzando opiniones y burlas como siempre.

—¡Te gustaría admitirlo, pero lo sabes! —gritó Yellow, sin dejar de reír.

Blue, más calmado, le dio una palmadita en el hombro.

—Lo bueno es que al menos ahora sabes lo que quieres. Ya era hora de que Orange se diera cuenta.

Green, que ya había visto todo lo que pasaba con una mirada analítica, asintió lentamente.

—Es verdad, a veces hace falta un poco de empujón.

Victim, con una sonrisa resignada y un poco avergonzado por tanta atención, finalmente se dio por vencido.

—Está bien, ya está bien. ¡Sí, estoy confundido, feliz y me siento raro! ¿Contentos ahora?

El grupo, que estaba entre risas y sonrisas, asintió al unísono, complacidos por la reacción de Victim.

—¡Eso es lo que queríamos escuchar! —gritó Purple.

Pero no importaba cuánto tratara Victim de calmar las cosas. El grupo no podía dejar de hacerle preguntas sobre su relación con Orange, sus sentimientos y todo lo que había pasado.

Finalmente, Victim, ya completamente cansado de tanto alboroto, se levantó del banco y suspiró.

—¡Ya basta! ¡No soy el centro de atención! —exclamó, mientras comenzaba a caminar hacia otro lado.

Red lo siguió rápidamente.

—¡Hey, Victim! ¡Tienes que admitirlo! ¡Ya no puedes esconder lo que sientes!

Victim sonrió con una mezcla de cansancio y diversión.

—No tengo idea de qué voy a hacer con ustedes, chicos. Pero está bien, soy feliz. Y si Orange quiere seguir jugando al juego de no admitir nada, lo dejaré. Pero ya veremos qué pasa.

El grupo, viendo que Victim había llegado al punto de aceptarlo, solo se rió y lo dejó ir. Sabían que Victim estaba acostumbrado a vivir en su propio mundo, aunque nunca dejaba de ser un blanco perfecto para las bromas y los comentarios.

Pero hoy había sido un día diferente, y aunque Victim aún no sabía cómo manejar todo lo que sentía por Orange, estaba más tranquilo, con la certeza de que al menos su grupo de amigos estaba a su lado.

---

Orange se retiró a su habitación, el sonido de las risas de sus amigos ya lejanas. La puerta se cerró suavemente tras él, y en el silencio que lo rodeaba, se permitió finalmente pensar en todo lo que había pasado.

Se sentó en su cama, mirando al frente sin realmente ver nada, como si sus pensamientos pudieran desvanecerse con solo mirarlos fijamente. El beso que había dado a Victim seguía rondando en su mente, y la sensación de ese momento lo invadía una y otra vez.

—¿Qué diablos estaba haciendo? —se preguntó en voz baja, apretando los ojos con frustración. La idea de Victim y él como algo más que amigos era algo que no podía procesar. No era que no le gustara, sino que Victim lo hacía sentir demasiado vulnerable, demasiado expuesto.

Orange pensó en Light. Era cierto que, por más que lo intentara, siempre llevaba a Light en su corazón. Y la idea de amar a alguien más, aunque fuera un poco, lo hacía sentir culpable. ¿Podría realmente seguir adelante con alguien como Victim? Aunque, si era honesto, no podía negar la forma en que Victim lo había hecho sentir en los últimos días, de una forma que nadie más lo había logrado.

Su mente volvía una y otra vez a la imagen de Victim sonriéndole, sus ojos brillando, y el roce de sus labios. El beso que, aunque fugaz, había sido real. ¿Estaba listo para esto? Era como si la vida lo estuviera empujando a algo nuevo, pero Orange no estaba seguro de poder dejar ir su pasado.

—Estoy confundido… —susurró, abrazándose a sí mismo, como si de alguna manera eso pudiera ayudarlo a sentirse más seguro. Pero la verdad era que no estaba seguro de nada.

La puerta de su habitación se abrió lentamente, y Purple entró sin pedir permiso, como siempre.

—¿Estás bien? —preguntó, con una expresión seria, aunque la preocupación en sus ojos era evidente.

Orange levantó la vista hacia él, intentando ocultar la tormenta interna que sentía.

—Sí… solo necesito un poco de tiempo para pensar. —respondió, su voz suave pero firme. No quería que Purple se preocupara demasiado, aunque sabía que lo haría de todos modos.

Purple se acercó, sentándose en el borde de la cama sin apartar la vista de Orange.

—Ya sabes lo que piensas, ¿verdad? —dijo Purple con calma, mirando a Orange fijamente—. No se trata solo de lo que sientes por Light o lo que te dicta tu pasado. Es sobre lo que realmente te hace sentir bien ahora. Lo que has estado evitando todo este tiempo.

Orange no respondió de inmediato, procesando las palabras de su amigo. Purple tenía razón en cierto sentido, pero no podía evitar sentirse atrapado entre lo que debería hacer y lo que realmente quería.

—Solo estoy tratando de hacer lo correcto… —murmuró, dándole vueltas a sus pensamientos.

Purple suspiró y le dio una palmadita en el hombro.

—Lo correcto… eso es lo que siempre piensas, pero ¿y lo que sientes? Lo que realmente te hace sentir vivo?

Orange lo miró por un momento, esa pregunta haciendo eco en su mente. No sabía si estaba listo para dar el siguiente paso. Pero algo en su interior le decía que Victim no era solo un accidente. Quizás había algo más.

Purple se levantó lentamente, dándole un último vistazo a su amigo.

—Piensa en ello, Orange. Nadie te está presionando. Solo no te quedes atrapado en lo que no puedes cambiar, y olvida lo que deberías hacer. Solo escucha lo que realmente quieres.

La puerta se cerró suavemente, dejando a Orange solo una vez más. Miró al frente, sintiendo una calma extraña, una calma que no había sentido antes. Quizás era el momento de escuchar a su corazón. Pero también sabía que cada paso que tomara sería decisivo, y lo pensó una y otra vez, como si su futuro estuviera en juego.

La confusión seguía ahí, pero tal vez esa era la forma en que tenía que comenzar a dejar ir todo.

---

[Continuará...♡]

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top