—Y te presentaré a Eric, y al Pepe, que es un niño rata, y- El chico paró al ver a una Fiona tan pensativa.

Ambos estaban desayunando en la mesa, listos para su primer día de instituto.

—Te.. Te encuentras bien? - preguntó extrañado.

—He tenido un sueño muy raro, tío.. - Dijo aún con la mirada perdida.

[...]

—Y ése colgante?–Preguntó el chico.

—Qué colgante? –Se extrañó.

—El... El que tienes ahí.–Señaló.

—hup. –Ella comprobó pero justo en ese momento su hermano adopted le hizo la típica broma de la mancha. — ¡Cabrón! –Exclamó

—Jajajahajaja. –Río.

Ella también río, fue cuando su colgante se le metió por dentro de la camiseta, y sí, tenía puesto un collar de verdad.. pero de momento no lo sabe.

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Entraron en el autobús escolar, y se sentaron a un lado.

—Fíjate Fiona, hay niños nuevos! –Fiona miró. — No los conocía de antes. –

—Pues ahora podrás hacer más amigos nuevos.. –Dijo tímidamente.

—No te cortes, hombre. Son muy majos. – Fiona ojeó un poco y vió a unos niños góticos con pinta de chungos, un niño de capucha azul que sacaba el dedo, al lado de este a un rubio que se movía como si estuviera loco, y finalmente a uno de chaqueta naranja que tenía la capucha súper apretada.

Fiona miró a Fran con cara de de de... De

—Cuando lleguemos al insti te los presentaré... La conductora es muy estricta y no podemos hacer nada... Ni siquiera hablar...–

—Ah, ¿Por eso hablas tan flojo?–

—¡S I L E N C I O!

—Ya, ya lo sabemos puta vieja – Dijo un niño vestido de azul y rojo.

— ¿¡QUÉ HAS DICHO!?

—Que me gustan las lentejas.–

—AH, VALE.

—Mhm tmhm...– Dijo el niño encapuchado.

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—Oye Fran... ¿Qué es lo que ha dicho ese niño? –Preguntó Fiona.

—Que a él también.– Le contestó

—¿Que también qué?

—Las lentejas.

—¿Qué dices?

—¡Que a él también le gustan las lentejas!

—¡¡¡SILENCIO MAL CRIADOS!!!

Al oír lo de ambos ‘hermanos’ saltó uno del bus diciendo. —Ja! Y tú cuándo has comido eso, pobretón? –

IIIIIIIIIIIIIIIHHHHHHHHHHHH - se escuchó un chirriante frenazo.

Todos en el autobús se asustaron.

—Como sigáis hablando, estrellaré el autobús. –Amenazó la conductora siniestramente.

Todos callaron al instante y no movieron ni un músculo por el miedo.

—Así me gusta... –

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Fiona y Fran al fin llegaron a un gran instituto lleno de alumnos que rebosaban los pasillos.

—Bueno, ¿Vamos a nuestra clase o qué? –Preguntó el chico.

—Nunca había estado en un lugar así...     –Dijo impresionada.

—Sí, bueno. En fin. ¿Vamos? –

—Mh... –Seguía mirando a su alrededor. Él no tuvo paciencia, así que la cogió de la muñeca y caminó hacia su aula. —¡Oye!. –Se molestó, pero siguió caminando con él mientras veía el lugar. —Fran... Esto es increíble. –

—Que te calles ya, tía. –Se quejó. En ese momento se dió cuenta de que no la había soltado y lo hizo rápidamente.

—Oyeeeeeee! –Dijo ella de broma.

—Tonti.. – Dijo él de broma.

Fiona comenzó a reír de una manera pero que muy exagerada, tanto, que tuvo que apoyar sus manos en sus rodillas.

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—Oye... Pero... Qué te pasa..? –Flipó.

—No lo sé jajajajaja. –Dijo entre risas.

En el aula de ellos, los alumnos los comenzaron a escuchar y fueron algunos para chafardear. Pero pensaron que sólo se trataba de una alumna loca del montón, así que volvieron a entrar.

—Para ya, hombreeee.-

—no puedo...– Le costaba hablar sin reír.

Todo el tiempo se acordaba de cosas graciosas sin parar y entonces no podía parar de reír. Estaba toda roja y casi llorando.