~01❦︎


Una adolescente llamada Fiona se encontraba en el escritorio de su habitación con su lámpara encendida ya que era un poco de noche, ella escribía con lápiz en una libreta de hojas blancas.

Tenía el cabello voluminoso, un poco largo, rizado y castaño, flequillo ya largo a un lado de su rostro y tez blanca, bastante blanca ya que había feomelanina en sus genes y recorriendo todo su ser. Tenía las cejas castañas y finas, sus ojos eran marrones, y tenía bastantes pestañas en ellos. Su nariz era pequeña y algo respingona, y sus labios eran rosados y finos.

-¡Fiona! ¡Baja, cariño!- La llamó una voz femenina, a lo que ella volteó de su escritorio con las cejas alzadas.

-¡Ya voy, Lucía!- Contestó la pequeña, para acto seguido cerrar su libreta, levantarse y bajar las escaleras de la gran casa.

Al llegar al salón, entró caminando lentamente con sus manos juntas mientras alzaba las cejas esperando el motivo por el cual fue llamada.

-Querida..- Finalmente habló la mujer.- ... Ven, ven aquí- Fiona obedeció y se sentó en el sofá junto a ella sin ninguna expresión, ya que no sabía qué era lo que sucedía.-Fiona... verás..-Decididamente cogió las manos de la pequeña.-Sé que llevas poco tiempo aquí.. Y que te costará adaptarte a todo... Pero ahora yo soy la que cuidará de tí y tienes que tenerme confianza... Cuéntame lo que sea, ¿Cómo te sientes desde que estás aquí con nosotros?-

Al oír eso, Fiona bajó su mirada.

-Oh... Si no estás lista para eso te pido disculpas, si te he llegado a presionar...

Aún mirando abajo forzó sus cejas y contestó-No, no es eso...

La mujer esperó a que la joven dijera algo más.

-...- Fiona aún seguía con el ceño fruncido mirando abajo, pero pestañeó y miró a la contraria. -Lucía... Ha sido tan amable al acogerme en su casa, no sabe cuánto se lo agradezco..-Decía con sentimiento.- Pero yo...- Volvió a bajar su mirada. Y dijo con la voz rota- No logro olvidar los acontecimientos que sucedieron en...- No pudo seguir a causa del nudo que se le formó en la garganta al volver aquellos recuerdos a su cabeza. Miró a la mujer con las cejas forzadas y lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas.

-Oh.. Cariño...- Le entristeció verla llorar así y la abrazó, la contraria al notarlo, también la rodeó con sus brazos y comenzó a llorar en sollozos. Lucía la consolaba acariciándole el pelo.

---{ * * * * * * * * * * * * } -

Fiona era la hija de una humilde familia judía, su madre falleció cuando ella tan sólo tenía 5 años por causas desconocidas, y su padre fue quien se encargó de ella.

Pero cuando ella tenía 8 años, él fue obligado a ir a la guerra y no tuvo más remedio que dejarla a cargo de su tía, hermana de su difunta madre.

Allí estuvo unos años, hasta que una mañana decidió salir a recolectar frutas del campo para darle una dulce sorpresa a su tía. Pero lo último que esperaba al volver a casa con la cesta bien llena, era una bomba que destrozaría su casa y a todos los que estuvieran dentro. La pobre niña se quedó completamente en shock. Con el disgusto que tenía, decidió ir a casa de un pastor cercano que era amigo de su tía y le contó todo lo sucedido.
El buen hombre comprendió a la pequeña y le dió refugio en su casa. Era bastante mayor para las labores difíciles como pastorear las cabras por las montañas, así que ella era la que se encargó de realizar dicha tarea.

Pasaba el tiempo, y se encariñó con la dulce niña.

Él descendía de españoles, así que decidió dedicarle sus tardes a enseñarle a la pequeña la lengua castellana, la cual había pasado de generación en generación su familia.

Pero con el tiempo, el hombre empezó a caer enfermo, no podía moverse de la cama así que ella ahora era quien hacía todas las labores, comercializaba y cuidaba de él.
Pero... La desgracia volvió a su vida, y también se llevó a aquél buen hombre que la acogió como a su propia nieta..

Esta vez decidió que no volvería a vivir con nadie más, consideraba que podía apañárselas ella sola en la casa del difunto abuelo, le temía a la muerte y al sufrimiento que padecía cuando un ser querido se iba de su lado.

Pero no duró demasiado así, el país en el que vivía estaba en guerra, y se la llevaron a un país en el que estuviera a salvo.

En el camino tenía muchas preguntas sobre si estaban ganando la guerra su país y cómo estaba su padre, que se había ido al ejército ya hacía años... Y allí fue cuando buscaron los registros de su padre y le dieron la terrible noticia de que él había fallecido hacía años.

Con un terrible disgusto que invadía su corazón, fue llevada a un orfanato de Italia, donde aprendió a hablar italiano, no hizo muchos amigos, ya que cuando comenzó a coger el idioma, los servicios sociales se la llevaron a España, donde había una adinerada mujer que estaba dispuesta a acoger en su casa a la pequeña judía. Ella era Lucía, madre soltera y con un hijo de la misma edad de la joven.

Y he aquí, el presente de esta historia-----\\*\\*\\*\\-----

Fiona se encontraba con la cabeza acostada en las piernas de su tutora, ya calmada y con la cara un poco roja por haber estado llorando. La mujer la calmaba acariciándole el pelo lentamente.

-Has pasado demasiado...-Dijo en un tono bajo y calmado.

La adolescente cerró los ojos tranquila.

-No permitiré que te vuelva a suceder ni una sola desgracia...- Dijo Lucía.

La pequeña abrió los ojos con la muerte en mente.

-Pero...- dijo la joven dispuesta a nombrar la muerte. -Usted no tendría la culpa si...-Decidió no acabar su frase y callarse.

...

-No tiene importancia, discúlpeme..- Volvió a cerrar sus ojos.

Un niño entró en el salón.

-Mamá, ¿Dónde está mi cojín favorito?

-Oh.. Cariño. Se lo he dado a Fiona.

-Pero maaaaaa

-Ella necesita la mejor comodidad, se está adaptando. Sé más amable con ella.

-¡Pero es mío!

Fiona irrumpió.

-No me importa. Puede quedárselo, Francisco.

-¡Tomaaaaaaaaa!-gritó el adolescente.

-Oh, no, no, de eso ni hablar! No te vas a salir con la tuya jovencito, no abuses de su amabilidad.

-De verdad que no es importante para mí, Lucía. Jamás había estado tan cómodamente en un hogar así de lujoso. Es la primera vez que duermo en tal... Nube.

Ambos quedaron pensativos ante tan peculiares palabras.
Teniendo en cuenta que el español lo aprendió de un hombre que su familia lo había pasado de generación en generación, era castellano antiguo.

-------{ * * * * * * * * * * * } ---

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top