𝓒𝓐𝓟𝓘𝓣𝓤𝓛𝓞 𝓣𝓡𝓔𝓢
Jajaja, ¿en serio?, wow John, me impresionas. Nunca pensé que una persona tan... Tú, tenga buen gusto de musica, me alegra eso jeje, bueno, en fin, ¿quieres una sinfonía? En G menor, para acompañar.
-Rocky Rickaby.
Actualmente nos situamos en el tren con destino a Mississippi. En este tren divisamos a nuestro protagonista sentado en uno de los vagones mientras lee el diario del día. En unos vagones delante del de John, dos personas entran, parecían personas normales, pero no tanto, ya que al parecer estaban buscando algo.
Estos hombres siguen en lo suyo hasta que uno divisa a John, por un momento lo mira pero después desvía la mira y sigue en otra cosa, algo bastante rato para John de hecho, pero no le da muchas vueltas y sigue en lo suyo.
Luego de unas cuantas horas, al día siguiente el tren llega a Mississippi, obviamente con un pequeño cambio de planes llegan a Jackson.
Hasta ahí todo bien, John baja del tren con su equipaje y espera el otro, pero antes de eso decide ir al baño por ciertas necesidades naturales.
Al llegar al baño el hace sus necesidades, luego sale tranquilamente pero de manera imprevista recibe un golpe en el rostro que lo hace caer al suelo y soltar un gemido.
John: ¡Mgh!, Ahg.
John al levantar la mirada se encuentra con dos gatos enfrente de el.
John: Hmph, ¿ahora que?.
Trata de levantarse pero le dan una patada que lo vuelve a tirar.
John: Ahggg, ¿que demonios quieren?.
Ambos gatos se miran entre si y no dicen ninguna palabra, consecuente a eso, uno de los gatos, agarra a John de la ropa y lo saca del baño para tirarlo de nuevo al suelo, haciendo que se queje de nuevo. Pero está vez nuestro felino logra ponerse de pie.
John: Grrr, no se que quieren, pero es mejor que se vayan.
Los otros dos felinos solo se quedan parados mirando.
En eso John nota que no hay nadie en la estación, solo ellos, entonces luego de soltar un suspiro, mete su mano en su traje y saca su pistola, consecuentemente jala el gatillo dos veces en contra de los otros dos. Esas dos explosiones de pólvora aciertan en sus objetivos, lo cuales caen al suelo inertes.
John: Mierda, tengo que limpiar esto antes de que lo vea alguien más.
Luego de eso John hace justamente lo dicho y esconde los cadaveres de lo que eran ambos gatos, dentro del baño, y además, aprovecha y pone una señal de "no entrar" en el baño.
John: Ufff, bien, creo que esto bastará, ahora a esperar el tren.
Al cabo solo de unos poco minutos logra llegar el tren que estaba esperando el felino, el tren que tenía dirección a St. Louis, Missouri.
John entra en uno de los cuantos vagones del tren y se dispone a descansar un rato ya que eran bastantes horas de viaje, 19hs para ser más precisos.
El tren sigue su curso sin ningún altercado o inconveniente, así que después de 19 largas horas, nuestro protagonista llega a su destino, St. Louis. Cuando el tren se detiene, todos los pasajeros bajan, luego de que estos bajen, baja John con sus cosas y da un respiro profundo.
John: Ufff, por fin tierra firme, bueno, a ver qué puedo hacer por aquí.
Posteriormente a eso, John sale de la estación de trenes y camina tranquilamente por las calles de esta ciudad bastante peculiar, en la cual, pasaría bastante tiempo, aunque el no lo sabía, posiblemente nunca se iria de esa ciudad, pero no por algo malo, sino que el decidiría nunca irse de allí. Aunque por ahora, solo queda esperar a ver qué sucede, y que aventuras les esperan a nuestro protagonista felino en esta característica ciudad.
Hasta aquí el tercero capitulo de la historia, es cierto de que es corto, comparado con los anteriores, pero la verdad es que no he tenido mucha idea de que hacer en el transcurso del viaje, pero al menos hubo algo de acción, ¿no?. Bueno, en fin, me despido y que tengan una linda noche.
-687 palabras.
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