ᴏɴᴇ: ᴛʜᴇ ғᴀʟʟ

𝕟𝕒𝕣𝕣𝕒𝕕𝕠𝕣 𝕠𝕞𝕟𝕚𝕤𝕔𝕚𝕖𝕟𝕥𝕖

Había llegado un punto en el que la especialidad de la joven había quedado clara, y eso era sin duda mantener la calma frente a situaciones peligrosas y ser una experta cuando se trataba de relaciones públicas, por lo que tras probar en distintos destinos se le asignó el mundo de deporte, para ser más concreto en una de los más propensos a tener accidentes de todas las magnitudes, y sin duda según todos era muy necesario el poder tener a alguien que pudiera al menos controlar un poco el carácter de los pilotos y digamos que su primera prueba no fue la más fácil.

Aquel mismo día parecía volver a ser no uno de los mejores para el número 93, quien de nuevo había sido mandado a la enfermería tras una caída pese a las constantes afirmaciones del catalán sobre que estaba completamente bien ninguna de sus palabras fueron suficientes para que no apareciera tan solo unos minutos después frente a la puerta de la consulta de la enfermería, a la cual dió unos toques esperando una respuesta por el otro lado.

⠀—¡Está abierta! —Un acento británico que acompañaba a una voz que no reconocía llegó a sus oídos, para después abrir la puerta y que un rostro desconocido confirmara sus sospechas, haciéndole olvidar por un momento el por qué había ido en primer lugar— Tome asiento, por favor

Su voz le trajo de nuevo al mundo y lo poco que salió de la boca del catalan fue un saludo en la que parecía la lengua de la doctora y pese a que era muy bueno en inglés, su único problema era su pronunciación, ya que lo pronunciaba con su acento natal.

⠀—Pensaba que me iba a atender Paul —Rápidamente intentó excusar su poca amabilidad mientras se sentaba en la silla a la cual se le había ordenado ir mientras notaba la mirada de la joven en él antes de que esta volviera a mirar al expediente que había abierto en su mesa— Oh, usted debe ser la nueva doctora, verdad?

⠀—En efecto, esa soy yo —Respondió aún con la mirada fija en las páginas donde se podían ver ciertas anotaciones hechas por la chica aunque igualmente se podía ver una pequeña sonrisa en sus labios que simplemente buscaba ser amable con el contrario— Bien, como no es nada grave... —Cerró la carpeta para centrarse en las pequeñas heridas que cubrían su rostro, siendo una mezcla de moratones con rozaduras entre algunas cosas más, levantándose unos segundos después para ir al pequeño armario donde tenía lo más esencial para tratar con heridas de ese nivel— Yo solo me encargaré de limpiarte las heridas y tu te tendrás que encargar de mantener algo frío sobre los moratones, entendido?

⠀—Es su primer día aquí verdad? —El chico preguntó cambiando de tema tras asentir suavemente para responder a la petición de la doctora, dejando que está sujetara su mejilla para poder tener mejor acceso a las heridas de su cara, provocando que para mirarla tuviera que subir la mirada—

⠀—Y usted es mi primer paciente —Contestó al catalán empezando a dar pequeños toques en sus heridas haciendo uso del más básico de sus conocimientos, acariciando un poco la barbilla del piloto para avisarle de que había terminado—

⠀—Pues siento decirla que también seré su paciente más constante por aquí —Añadió con una pequeña risa, ya que por supuesto no podía faltar aquel toque de diversión y encanto en el piloto—

⠀—Mientras que no seas demasiado frecuente, agradezco algo de trabajo —Fue la respuesta de la chica siguiendo el tono del contrario, lo que hizo que su sonrisa se ampliase, pero aquella mueca fue sustituida por una de dolor cuando apartó el último algodón de su piel—

⠀—Ay joder —Murmuró en su lengua natal en el momento en que ese algodón fue apartado de forma tan brusca de su piel, aunque no tardó mucho en intentar recuperar su compostura y volver a poner una sonrisa en su rostro—

⠀—Todo bien? —Preguntó la joven cuando escuchó al chico, ya que aunque había intentado ser lo más discreto posible había llegado a los oídos de la chica, quien ya se había dado la vuelta para mirarlo una vez más—

⠀—Si, si, lo siento, no es nada —Se apresuró a responder cambiando de idioma de nuevo y asintiendo para acompañar a sus palabras—

La chica asintió suavemente y decidió no darle mucha mas importancia a lo sucedido, ya que sabía que era tiempo perdido el intentar razonar con alguien que tenía demasiado orgullo y por ahora eso parecía describir a Marc según la doctora.

⠀—Creo que ya estas listo para irte —Dió unos pequeños golpes a sus piernas mientras dejaba de apoyarse en su escritorio que le dejaba justo en frente del chico, quien aún no había hecho ningún indicio para levantarse— Recuerda ponerte hielo en los moratones, vale? Yo solo te doy la primera tanda

Se dirigió de nuevo hacia el rincón de donde había sacado lo poco que acababa de usar, sacando ahora de una pequeña nevera un saquito de tela con hielo dentro que le ofreció al catalán, quien estaba a punto de decir algo cuando fue interrumpido por la mayor

⠀—Me da igual que "no lo necesites", al menos finge que te lo vas a poner antes de salir por la puerta —El chico terminó por rendirse y se puso el hielo donde se le había indicado acompañado con una sonrisa que quería pasar por inocente antes de que se levantase de su silla y se dirigiera a la salida, parándose en seco justo antes de salir—

⠀—Espero que te guste estar por aquí... Eres encantadora —Dijo sin si quiere saber exactamente el por que, pero le tranquilizó el hecho de ver una sonrisa como respuesta por parte de la contraria—

⠀—Gracias Márquez, recuerda estar atento a tus moratones por favor —La doctora le pidió al catalán que parecía ya haberse olvidado de la bolsa de hielo que tenía en la mano, por lo que no tardó en volver a ponerla en su mejilla con una sonrisa inocente por su fallo—

⠀—Si señora —Hizo un pequeño saludo militar antes de salir de la oficina, cerrando la puerta tras él y haciendo una mueca nada más salió— Pero que cojones acabo de decir?  —Se regañó por lo bajo antes de volver a donde estaba el resto de su equipo como siempre

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